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Qué es la ansiedad

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¿Qué es la ansiedad?
Cuando hablamos de ansiedad nos referimos a una anticipación involuntaria o respuesta desproporcionada del organismo frente a estímulos (internos o externos) que sean percibidos como peligrosos, estresantes o retadores. Por lo general la ansiedad dispara reacciones corporales de tensión, como la secreción de adrenalina o el agarrotamiento muscular, así como un sentimiento desagradable de inquietud, urgencia o dispersión.
La ansiedad puede formar parte de una respuesta adaptativa común y corriente del organismo frente a situaciones de riesgo o de estrés, de modo que se trata de una respuesta del propio cuerpo para mejorar su respuesta frente a los retos por delante. Únicamente cuando dicha respuesta sobrepasa lo normal, es decir, se hace incontrolable, crónica o exagerada frente a las dimensiones del estímulo (o incluso, cuando carece de estímulo aparente), se empieza a considerar un trastorno.
Causas de la ansiedad
Las causas de la ansiedad pueden ser de dos tipos:
· Externas. Eventos o situaciones de la vida cotidiana que suscitan en el individuo la percepción de estar en peligro o en riesgo, como pueden ser un accidente de tránsito, una presentación importante, un examen de ingreso, una cita amorosa o cualquier situación retadora.
· Internas. Desajustes emocionales, traumas psíquicos, desbalances hormonales o trastornos psicológicos pueden ser causas de la ansiedad, disparándose en situaciones en que no existe ningún estímulo externo que pudiera desencadenar una respuesta adaptativa.
Síntomas de la ansiedad
Los síntomas usuales de la ansiedad pueden ser:
· Físicos. Sudoración nerviosa, sequedad en la boca, mareo, inestabilidad, temblores, tensión muscular, dolores de cabeza, taquicardia, dolor precordial, falta de aire, náuseas, vómitos, diarrea, estreñimiento, micción frecuente o disfunciones sexuales.
· Psicológicos. Preocupación, aprensión, agobio, intranquilidad, sensación de muerte o de locura inminente, miedo, irritabilidad, desasosiego, dificultades para la concentración y la memoria, insomnio, inhibiciones, compulsiones, obsesiones o conductas de evasión.
Tipos de ansiedad
Tal y como se dijo antes, es común distinguir entre dos formas de la ansiedad: la adaptativa y la patológica.
· Ansiedad adaptativa. Todos los seres humanos la experimentamos en alguna ocasión: se trata de una respuesta del organismo ante una situación estresante, y que tiene como objetivo tenernos alerta, preparados, listos para lo que sea que ocurra. Normalmente cede una vez superada la situación y no impide el común funcionamiento.
· Ansiedad patológica. Aquella que no tiene explicación, o que resulta desmesurada frente a su estímulo causante, o que simplemente es persistente en el tiempo, se considera una ansiedad patológica, evidencia de algún trastorno de tipo psicológico, emocional u hormonal.
¿Cómo controlar la ansiedad?
Las actividades espirituales como el yoga ayudan a combatir la ansiedad.
Para lidiar con la ansiedad existen fórmulas caseras y sencillas, así como fármacos y ansiolíticos. Todo depende, claro está, del tipo de ansiedad del que hablamos.
Para la ansiedad patológica, simplemente, se debe atender el problema de fondo. Los síntomas de la ansiedad pueden tratarse por separado, o en conjunto mediante la toma de ansiolíticos, psicofármacos diseñados para contrarrestarla químicamente en el cerebro.
En cambio, la ansiedad común o la tendencia a ser ansioso puede combatirse mediante:
· Infusiones sedantes, como el té de tilo, camomila, etc.
· Ejercicio físico, para “quemar” la ansiedad y liberar endorfinas.
· Meditación y actividades espirituales, como el yoga, ir a la iglesia, ejercicios de respiración, etc.
· Distraerse, mediante juegos, lecturas, películas o algo que capture nuestra atención.
· Caminar, quizá el método más simple pero eficaz

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