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1 Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia Pº de la Habana, 190 Bajo (28036) Madrid. E-mail: sego@sego.es | Tel.: 91 350 98 16 | Fax: 91 350 98 18 Lesión obstétrica del esfínter anal Guía práctica de asistencia publicada en septiembre de 2010 (Guía práctica de asistencia consensuada con la sección de medicina perinatal de la SEGO) REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA 1. Palabras clave ………………………………………………………………………………………………………… 2 2. Definición del problema. Justificación del protocolo ……………………………………………. 2 2.1 Parto y suelo pélvico ………………………………………………………………………………………. 2 2.2 Desgarros perineales. Desgarro del esfínter anal ………….…………………………….. 2 2.3 Episiotomía y desgarros del esfínter anal ………..……………………………………………. 4 2.4 Incontinencia anal ……………………………………………….…………………………………………. 5 3. Recomendaciones para la prevención primaria y secundaria de la incontinencia anal ………………………………………………………………………………………………….. 6 3.1 Prevención de los desgarros del esfínter anal ………………………………………………. 7 3.2 Aplicación de un protocolo para el diagnóstico, tratamiento y seguimiento de las pacientes con desgarro del esfínter anal. Prevención secundaria de la incontinencia anal ………………………………………………7 4. Bibliografía …………………………………………………………………………………………………………….. 8 PROTOCOLO ASISTENCIAL 5. Objetivos del protocolo. Definición de la población diana ……………………………………. 13 6. Recomendaciones para la prevención primaria de las lesiones perineales …………. 13 7. Actividad a realizar …………………………………………………………………………………………………. 14 7.1 Clasificación y terminología ……………………………………………………………………………. 14 7.2 Identificación de los desgarros perineales posparto …………………………………….. 15 7.3 Reparación de las lesiones perineales posparto ……………………………………………. 15 7.3.1 Técnica de sutura …………………………………………………………………………………… 15 7.3.2 Material de sutura ………………………………………………………………………………….. 17 7.3.3 Profilaxis antibiótica ……………………………………………………………………………….. 17 7.4 Control y seguimiento de las mujeres con desgarros posparto ……………………. 17 7.4.1 Posoperatorio inmediato ………………………………………………………………………… 17 7.4.2 Seguimiento en el puerperio y controles posteriores …………………………… 18 7.5 El parto después de un desgarro del esfínter anal ………………………………………… 19 Suelo pélvico 2 Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia Pº de la Habana, 190 Bajo (28036) Madrid. E-mail: sego@sego.es | Tel.: 91 350 98 16 | Fax: 91 350 98 18 REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA 1. PALABRAS CLAVE Desgarros perineales, episiotomía, desgarros de tercero y cuarto grado, desgarro del esfínter anal, reparación de los desgarros perineales, reparación de los desgarros de tercero y cuarto grado, suturas perineales, sutura del esfínter anal, incontinencia anal. 2. DEFINICIÓN DEL PROBLEMA. JUSTIFICACIÓN DEL PROTOCOLO 2.1 Parto y suelo pélvico El parto vaginal es un factor determinante en la pérdida de funcionalidad del suelo pélvico(1). Las estructuras de soporte del suelo pélvico pueden dañarse por los desgarros, la distensión de los músculos y la fascia o por la lesión distal de los nervios. El parto vaginal es uno de los factores implicados en el deterioro del suelo pelviano, posiblemente el más determinante(2-5). Puede dañar las estructuras de soporte del suelo pélvico por traumatismo directo(6), distensión de la musculatura pelviana(7) o lesión distal de los nervios pelvianos(8). La realización de cesáreas con el fin de preservar a las mujeres de la disfunción sexual y de los problemas de continencia no está totalmente refrendada por la evidencia científica(9). El 15-30% de las mujeres que tienen un parto vaginal presentan una lesión significativa del componente puborrectal del músculo elevador del ano(10-12). El desgarro del músculo elevador del ano está relacionado con la edad materna en el primer parto. El riesgo se triplica de los 20 años (menos del 15%) a los 40 años (por encima del 50%)(13). La importancia de la lesión parcial del músculo elevador del ano es incierta, no así del desgarro completo que se relaciona con una pérdida en la fuerza de contracción del músculo, así como con los signos y síntomas de prolapso(14,15). El parto vaginal se asocia de forma independiente tanto con las lesiones del esfínter anal como con la desinserción del músculo pubococcígeo, siendo estas lesiones significativamente más frecuentes en el parto asistido con fórceps que en el parto espontáneo(16,17). 2.2 Desgarros perineales. Desgarro de esfínter anal Los desgarros perineales son frecuentes en los partos que finalizan por vía vaginal. Clásicamente, estos desgarros se han clasificado en 4 grados: • 1º grado. Desgarro de la piel del periné. • 2º grado. Desgarro de la piel y de la musculatura perineal, sin afectación del esfínter anal. • 3º grado. Desgarro del esfínter anal. • 4º grado. Desgarro del esfínter anal y de la mucosa rectal. A los desgarros de 1º y 2º grado clásicamente se les ha concedido un escaso papel como desencadenantes de las disfunciones del suelo pélvico. En la actualidad, esta afirmación no parece defendible a la luz de los hallazgos de Dietz sobre las lesiones del elevador del ano(12-15). Probablemente sea válida para la continencia anal, pero no así sobre la disfunción del suelo pelviano. Actualmente los desgarros de 3º grado se dividen en tres tipos según afecten solo de forma parcial (3a) o total (3b) al esfínter anal externo o según afecten a los dos esfínteres (3c)(18). 3 Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia Pº de la Habana, 190 Bajo (28036) Madrid. E-mail: sego@sego.es | Tel.: 91 350 98 16 | Fax: 91 350 98 18 Se estima que aproximadamente el 80-85% de las mujeres tienen alguna forma de lesión perineal durante el parto vaginal (desgarro o episiotomía) y de ellas, aproximadamente el 70% precisan sutura(19). En un estudio multicéntrico realizado en una cohorte de primíparas de nuestro país, encontramos que el 88% de las mujeres que habían tenido un parto vaginal presentaron algún tipo de lesión perineal. En el 56% de los casos se había realizado una episiotomía medio lateral, en el 21% de los casos se había producido un desgarro perineal y el 11% de los partos vaginales se asoció la episiotomía y un desgarro de cualquier grado. De las pacientes que tuvieron algún tipo de desgarro, el 60% fue de primer grado, el 37% de segundo y solo un 2,6% fue de tercer grado, esto supone una incidencia de desgarros de tercer grado en primíparas, identificados y comunicados, del 0,69%(20). Hay una gran variabilidad en la incidencia de la lesión del esfínter anal en el parto. La prevalencia en centros donde se utiliza la episiotomía medio lateral oscila entre 0,4-5%, con una tasa media global de 1,7 % del total de los partos (2,9% en primíparas) (21-24). En los centros donde el tipo de episiotomía que se practica es la media, la cifra media de desgarros del esfínter anal sería del 12 %(24). La relación de causalidad entre los desgarros del esfínter anal y la incidencia de incontinencia anal (IA) en el posparto está demostrada y aunque la lesión se reconozca y se repare en el parto, un porcentaje elevado de mujeres presentan síntomas de IA en el posparto(24-27). La frecuencia referida difiere según el tipo de parto(27), el peso del feto, la paridad, la necesidad de episiotomía(24-26) y de si el diagnóstico es clínico en el paritorio o mediante ecografía endoanal de forma diferida(3). Si la evaluación de la lesión esfinteriana se realiza mediante ecografía endoanal en vez de por exploración clínica en el paritorio, el porcentaje de mujeres afectadas tras un parto aumenta desde cero hasta el 35%. Las que han tenido un parto previo, pasan del 40% al 44%. Las pacientes con cesáreas no presentan aumento en su porcentaje de afectación esfinteriana(3). Esto hizo pensar en la posible lesión oculta del esfínter anal, aunque este hecho no se ha refrendado en trabajos posteriores donde se apreció que las lesiones más que ocultas, eran infravaloradas en el paritorio(28,29). Para la reparación quirúrgica del esfínter anal externo hay dos técnicas de sutura diferentes: la sutura término-terminal (“endto end”) o el solapamiento (“overlap”)(24). La técnica de la esfinteroplastia con solapamiento, es la que se sigue utilizando para la reparación secundaria del desgarro de esfínter anal en mujeres que consultan por IA(30). En el caso de la reparación intraparto de los desgarros del esfínter anal, existen estudios que valoran los resultados de la reparación según se realice un tipo de técnica u otra. Fernando y cols(31) en un revisión sistemática, encuentra resultados similares a los 12 meses de la sutura en cuanto al dolor, la dispareunia, la incontinencia de gases y la calidad de vida; aunque es menor la urgencia y los síntomas de incontinencia fecal, en los casos del solapamiento. No obstante, en un estudio randomizado del mismo autor, encuentra que en mujeres con desgarro completo de esfínter externo, no había ninguna paciente con IA al año del parto en el grupo “overlap”, mientras que en el grupo término-terminal, 4 de las 25 pacientes incluidas presentaban IA.(32) (NE=I). Otros estudios como el de García y cols(33), no encuentra diferencias entre las dos técnicas de sutura del desgarro a los 3 meses de seguimiento. Hay que señalar que en los desgarros parciales del esfínter anal externo, por las características de los mismos, resulta difícil la práctica del solapamiento a menos que se complete la división del esfínter externo. En líneas generales, se recomienda la sutura “overlap” en los desgarros en los que está comprometido todo el grosor del esfínter externo y la termino-terminal, solo en las pacientes con desgarros parciales. Hay autores que utilizan siempre la técnica de 4 Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia Pº de la Habana, 190 Bajo (28036) Madrid. E-mail: sego@sego.es | Tel.: 91 350 98 16 | Fax: 91 350 98 18 sobreposición con muy buenos resultados funcionales, pero que consideran que la experiencia del cirujano es fundamental, tanto para la toma de decisión del tipo de técnica, como por la habilidad en la reconstrucción(34). La formación recibida por la mayoría de especialistas para la evaluación y tratamiento de la lesión perineal intraparto es en general insuficiente(35,36). Andrews et al(37) han demostrado que la habilidad de los obstetras y de las matronas para el diagnóstico clínico de las lesiones del esfínter anal, aumenta significativamente con actividades formativas que se centran en el conocimiento de la anatomía del esfínter anal y en mejorar su destreza en la técnica de sutura de los desgarros. Esta mayor habilidad es una forma de prevención secundaria ya que va destinada a la disminución de la morbilidad y de la prevalencia de la IA. Los cuidados en el parto y posparto inmediato de las mujeres con desgarros de 3er y 4º grado, son también de gran importancia para la recuperación de la continencia anal. Estos cuidados se centran en dos aspectos fundamentales: la administración de antibióticos y de laxantes de forma sistemática. La administración de antibióticos intraparto y posparto se realiza con el objetivo de disminuir el riesgo de infección de la herida y el riesgo consecuente de IA y de fístula. En el único estudio randomizado hasta ahora publicado, que analiza el efecto de una pauta de profilaxis antibiótica en las mujeres con desgarro de 3er y 4º grado, se demuestra que la administración de una dosis única intravenosa de una cefalosporina de segunda generación (cefoxitina), es mejor que el placebo para la prevención de la infección de la herida perineal, evaluada a las dos semanas posparto(38). Este estudio apoya la administración sistemática de una dosis única de cefoxitina antes de la reparación del desgarro de esfínter anal intraparto (NE=I). Aunque sin datos suficientes para apoyar una pauta concreta en cuanto a duración del tratamiento y tipo de antibiótico, el RCOG considera recomendable prolongar el tratamiento durante unos días tras el parto (5-7 días) y cubrir la posible infección por anaerobios con una pauta adicional de metronidazol(18) (NE=IV). La recomendación de utilizar laxantes durante dos semanas en el posparto de las mujeres con desgarros de 3er y 4º grado, tiene como finalidad recuperar el ritmo de las deposiciones lo antes posible, obtener una heces de consistencia blanda, fáciles de evacuar así como evitar el dolor y el riesgo de dehiscencia de la herida durante la defecación. Un estudio randomizado demostró que el uso sistemático de laxantes en el posoperatorio es mejor que una pauta astringente(39-40) y que el uso de lactulosa sola es mejor que asociada a sustancias que dan volumen(40) (NE=I). Otro aspecto importante a considerar en las mujeres que han tenido un desgarro de esfínter anal es la tasa de recurrencia de estas en embarazos subsiguientes y sus factores de riesgo. En dos estudios que han seguido cohortes de pacientes que habían tenido un desgarro de esfínter anal en el primer embarazo, encuentran una tasa del 5- 7% de recurrencia, que sería unas tres veces superior a la tasa esperada en multíparas sin antecedente de desgarro y algo superior a la tasa en primíparas(41,42). Los autores identifican como factores de riesgo el peso del feto ≥4000 gramos, el parto con fórceps y la episiotomía. 2.3 Episiotomía y desgarros del esfínter anal La lesión perineal que realizamos al practicar una episiotomía es equiparable a los desgarros de 2º grado. La episiotomía se realiza con el objetivo teórico de prevenir los desgarros perineales, pero su utilización sistemática no ha demostrado cumplir con estos objetivos. La episiotomía puede realizarse central o lateral. 5 Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia Pº de la Habana, 190 Bajo (28036) Madrid. E-mail: sego@sego.es | Tel.: 91 350 98 16 | Fax: 91 350 98 18 La revisión sistemática de todos los estudios comparativos entre la práctica de la episiotomía sistemática versus la práctica restrictiva en los partos eutócicos, no ha demostrado un efecto preventivo para evitar las lesiones de 3er y 4º grado en el caso de la episiotomía mediolateral y ha demostrado un aumento de estos desgarros del esfínter anal, en las series en las que se práctica episiotomía central(43). En la asistencia al parto espontáneo la episiotomía profiláctica no ha demostrado beneficio, por lo que actualmente se aboga por su realización de forma restrictiva. El uso selectivo de la episiotomía supone un aumento en los desgarros del compartimento anterior del periné(43). Cuando se comparan las tasas de episiotomía y complicaciones perineales en los partos de nulíparas, se evidencia que las escuelas más intervencionistas, tienen mayor tasa de complicaciones(44) (NE=I). En los partos instrumentados, no existe acuerdo sobre el papel de la episiotomía sistemática para la prevención de los desgarros del esfínter anal (23,45-48). Hay un único estudio randomizado publicado hasta el momento actual, que pretende aportar evidencia al tema y que no consigue aporta datos a favor o en contra del papel protector de la indicación sistemática de la episiotomía en los partos instrumentales (49). No obstante, cabe resaltar la importancia de un amplio estudio realizado en Holanda, que analiza factores de riesgo de la lesión de esfínter anal durante el parto tocúrgico en 21.254 mujeres en las que se les aplicó un vacuum y 7.478 en las que se utilizó el fórceps. La incidencia de desgarro de esfínter anal fue del 3,0% en los casos de vacuum y 4,7% en los de fórceps. En estas mujeres la episiotomía protegió de los desgarros del esfínter tanto en las mujeres con parto con vacuum (OR 0.11, IC 95% 0.09-0.13) como con fórceps (OR 0.08, IC 95% 0.07-0.11). El número de episiotomías mediolaterales necesarias para prevenir un desgarro de esfínter anal en los casos de parto con vacuum fue de 12, mientras que en los partos con fórceps son necesarias 5 episiotomías mediolaterales para prevenir un desgarro de esfínter anal(50) (NE=IIa). La episiotomía, como el resto de las técnicas quirúrgicas, tiene un alto componente de factor “cirujano dependiente”, especialmente cuando se realiza de forma selectiva. En este caso elcriterio para realizar la episiotomía es la experiencia de la persona que atiende el parto. Este proceder implica que no todos los profesionales realicen la intervención en las mismas circunstancias. Ahondando más, la ejecución técnica de la episiotomía merece evaluación, pues existen estudios que afirman que solo el 13% de las episiotomías mediolaterales realmente lo son(51). Las episiotomías “mediolaterales” más cercanas al esfínter, están más asociadas con lesión del mismo de forma estadísticamente significativa (26% vs 37%; p<0,01)(52). El ángulo de la episiotomía lateral es por tanto otro factor de riesgo. Por cada 6º que se horizontalice la incisión de la episiotomía, disminuye un 50% el riesgo en la lesión de 3er y 4º grado (NE=IIa). Aunque no directamente relacionado con los resultados de los desgarros del esfínter anal, la técnica y el material de sutura de la episiotomía y de los desgarros de segundo grado, son dos aspectos que influyen en el resultado a corto y medio plazo de la reparación de las lesiones perineales. Cuando se evalúan los resultados de la episiotomía y desgarros de segundo grado en relación al dolor y la cicatrización, se observa que los mejores resultados se obtienen con el empleo de suturas de absorción rápida, asociado a técnica de sutura continua por planos(53-55) o con técnica de puntos invertidos, dejando la piel sin suturar(56). No obstante cabe señalar que la técnica de sutura continua es más rápida y gasta menos cantidad de hilo, siendo por tanto más costo-efectiva(56) (NE=I). 2.4 Incontinencia anal La incontinencia anal (IA) es la pérdida involuntaria de gases o heces (tanto sólidas como líquidas) que puede aparecer precedida de una sensación de urgencia y que afecta de forma muy importante la calidad de vida de la mujer. Estudios epidemiológicos han demostrado que la IA es más frecuente en mujeres que en hombres. No disponemos de 6 Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia Pº de la Habana, 190 Bajo (28036) Madrid. E-mail: sego@sego.es | Tel.: 91 350 98 16 | Fax: 91 350 98 18 datos propios sobre prevalencia de IA en la población general de mujeres españolas. La prevalencia de IA en mujeres de la población general norteamericanas se estima que va del 9 %, si se incluye solo la incontinencia de heces, hasta a un 25 %, si se considera también la incontinencia a gases(57,58). La incidencia de IA en el posparto ha sido en general poco estudiada. En el “The Childbirth and Pelvic Symptoms Study”(26) se analiza de forma prospectiva, una cohorte de primigestas con el objetivo de estimar la prevalencia de IA en el posparto a las 6 semanas y a los 6 meses. La prevalencia de IA a las seis semanas posparto fue del 11,2% en las mujeres que habían tenido un parto vaginal normal y del 10,3% en las que el parto fue mediante cesárea. Las disfunciones defecatorias más frecuentemente identificadas fueron la incontinencia de gases (26,7%) y la urgencia (31,6%). En un estudio realizado en una cohorte de primíparas en nuestro país, encontramos una prevalencia global de síntomas de IA en el posparto del 7,3 %. Los factores de riesgo identificados para la IA posparto en esta cohorte de primíparas fueron: el haber tenido síntomas de IA en el embarazo (RR 6,4), el parto vaginal (RR 3,3) y un peso fetal >4000 gramos (RR 1,7)(20). La incidencia de la IA en el posparto en las mujeres con desgarros del esfínter anal es variable según los distintos investigadores, siendo siempre significativamente superior a la que presentan las mujeres sin desgarro. En el estudio de Borello y cols(26), un 26,6% de las primíparas que habían tenido un desgarro de esfínter anal, referían síntomas de IA a las seis semanas posparto, mientras que a los seis meses del parto, la prevalencia de IA era del 17%. En el grupo con parto vaginal sin desgarro fue del 8,2% y del 7,6% en las mujeres con cesárea. Las mujeres con desgarros de 3er y 4º grado tenían el doble de posibilidades de tener IA a los seis meses posparto que las que habían tenido un parto vaginal sin desgarro y a su vez estas mujeres presentaban una mayor gravedad de los síntomas de IA. En una revisión de 17 estudios con un seguimiento mínimo de un año tras el parto de mujeres que habían tenido un desgarro de esfínter anal, encuentran que la frecuencia de IA variaba entre un 7-74% y que tan solo en 10 de los 17 estudios se seguía un protocolo específico para la detección y reparación del esfínter anal. En los centros donde no seguían un protocolo, la tasa de IA posparto estaba en un rango entre el 26-44%(59). La persistencia a largo plazo de los síntomas de IA en mujeres que han tenido desgarros del esfínter anal ha sido poco estudiada. Tampoco se conoce con exactitud el papel exacto que tiene el antecedente de un desgarro en una mujer en el inicio de los síntomas de IA en la vida adulta. Varios estudios publicados han demostrado que estos síntomas se asocian a la persistencia de defectos del esfínter anal a pesar de haber sido reparado en el parto(61-63). Durante años se consideró que la IA posparto era consecuencia de una neuropatía del nervio pudendo secundaria al parto(64). Estudios posteriores demostraron que la lesión anatómica del esfínter anal durante el parto tenía un papel fundamental en el desarrollo de la IA(2,3,65). Actualmente se sabe que existe una relación directa entre la gravedad del desgarro y la gravedad de la IA. No obstante, la aparición de la IA tras el parto, no implica necesariamente que exista una lesión del esfínter anal. La IA en ausencia de lesión anatómica demostrable por ecografía, sugiere que puede ser secundaria a una lesión neurológica, imputable a la lesión directa o a una elongación del nervio pudendo. 3. RECOMENDACIONES PARA LA PREVENCIÓN PRIMARIA Y SECUNDARIA DE LA INCONTINENCIA ANAL POSPARTO Se ha estimado que se precisarían 250 cesáreas electivas para prevenir un nuevo episodio de incontinencia anal en primíparas y 167 cesáreas en multíparas(66). En una 7 Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia Pº de la Habana, 190 Bajo (28036) Madrid. E-mail: sego@sego.es | Tel.: 91 350 98 16 | Fax: 91 350 98 18 reciente revisión sistemática de la Cochrane para estudiar el papel de la cesárea en la prevención de la IA posparto, se revisan 21 estudios randomizados y no randomizados con un total de 31.698 mujeres (6.028 con cesárea y 25.170 con un parto vaginal). De sus resultados se puede deducir que no hay diferencias significativas entre las dos formas de parto y concluye señalando que la cesárea no debe realizarse con la finalidad de prevenir la IA posparto(67). Hacen falta estudios de cohortes que puedan aportar más luz sobre la lesión neurológica en el parto como factor de riesgo para la IA. 3.1 Prevención de los desgarros del esfínter anal Dado que la incidencia de la IA en el posparto en las mujeres con desgarros del esfínter anal es significativamente superior a la que presentan las mujeres sin desgarro, cualquier estrategia preventiva de este tipo de lesiones perineales contribuirá a prevenir la IA. El masaje perineal durante la gestación ha evidenciado un aumento del número de mujeres con periné intacto posparto, aunque no se han encontrado ni disminución de los desgarros del esfínter anal, ni diferencias clínicas a los dos meses del parto. Se han identificado como factores de riesgo para la aparición de lesiones perineales de 3er y 4º grado: la nuliparidad, peso fetal superior a 4000 gramos, parto instrumentado con fórceps, distocia de hombros, episiotomía media, presentación occípito-posterior, expulsivo superior a 1 hora y la posición materna en litotomía o en cuclillas. Algunos de estos factores son inherentes al parto y es imposible eliminarlos para prevenir las lesiones anales. Sin embargo, otros factores como la práctica de la episiotomía, la posición materna o la instrumentación del parto, sí que pueden disminuir su incidencia (NE=IIb). Si bien es cierto que las lesiones perineales tiene factores de riesgo asociados, siendo el parto tocúrgico uno de los más importantes, hayque hacer la consideración de que, dado que el parto no asistido es más frecuente que el parto asistido, el 43% de todas las lesiones perineales de 3er y 4º grado ocurren en partos eutócicos (es decir partos de “bajo riesgo”) (68). En las mujeres con episiotomía, sabemos que el riesgo de lesión del esfínter anal es mayor cuando la episiotomía es central. El ángulo de la episiotomía lateral es otro factor de riesgo. Por cada 6º que se horizontalice la incisión de la episiotomía, disminuye un 50% el riesgo de la lesión de 3º y 4º grado (NE=IIa). 3.2 Aplicación de un protocolo para el diagnóstico, tratamiento y seguimiento de las pacientes con desgarro del esfínter anal. Prevención secundaria de la incontinencia anal. La importancia del correcto diagnóstico y tratamiento de las lesiones del esfínter anal en el parto, así como el impacto de la aplicación de un protocolo para la detección y tratamiento de los desgarros del esfínter anal ha sido evaluado en un estudio prospectivo hecho en una cohorte de primíparas que se siguió durante un periodo de un año. En las mujeres que se detectó un desgarro del esfínter anal en el parto, la lesión se clasificó según la clasificación propuesta por Sultan(24) y se comprobó la lesión mediante ecografía realizada antes de la reparación. Se utilizó la misma técnica de reparación y los cuidados posoperatorios se realizaron de acuerdo con el protocolo que se presenta en la Tabla 1, basado en la mejor evidencia disponible.(31,59) Todos los facultativos que repararon la lesión del esfínter habían sido entrenados en un taller formativo, que ha demostrado su eficacia para aumentar el conocimiento de la anatomía del esfínter anal(69). En el control ecográfico a las 7 semanas del parto, en solo 6 de las 59 mujeres (10%), la imagen ecográfica compatible con el desgarro persistía. Los síntomas de IA se evaluaron a través de un cuestionario a las 48 horas, a las 7 semanas posparto y al cabo del año. Al año del 8 Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia Pº de la Habana, 190 Bajo (28036) Madrid. E-mail: sego@sego.es | Tel.: 91 350 98 16 | Fax: 91 350 98 18 parto se tenía información del 75% de las 59 pacientes que habían sufrido un desgarro y ninguna de ellas tenía síntomas de incontinencia fecal. Tabla 1. Protocolo de reparación de los desgarros del esfínter anal (59) 1. El desgarro ha de ser reparado por un especialista con experiencia en reparación de desgarros del esfínter anal o por un residente bajo supervisión del experto. 2. Anestesia regional o general. 3. Todos los especialistas han tenido que asistir al taller formativo para identificación y reparación de desgarros del esfínter anal. 4. Los desgarros 3a se reparan con técnica término-terminal, suturando con PDS 3-0. 5. Los desgarros 3b se reparan con técnica término-terminal u “overlap” si el esfínter externo está completamente roto o se separan las fibras restantes que puedan quedar. 6. Si el esfínter interno está roto (3c) o el desgarro es de 4º grado, se repara con 2 ó 3 puntos de colchonero con PDS 3-0. 7. La mucosa anal se repara con puntos sueltos de Vicryl 3-0, con los nudos hacia la luz rectal. 8. Se da una dosis de antibiótico en el momento de la reparación del esfínter y se continúa 5 días tras el parto (cefuroxima y metronidazol). 9. Se prescribe lactulosa 15 ml, dos veces al día, durante 10 días asegurándose de que las heces sean blandas. 10. Seguimiento en el posparto en una consulta específica. En cuanto a la recomendación sobre el tipo de parto en mujeres con desgarros del esfínter anal previos, no hay datos suficientes que permitan recomendar un tipo u otro de parto. En una reciente publicación el grupo de Sultan basa su consejo en la valoración previa de la anatomía y de la función del esfínter anal mediante ecografía y manometría anorectal(70). Recomiendan realizar una cesárea solo a las mujeres con desgarros con imagen ecográfica sugestiva de una separación entre los bordes desgarrados del esfínter externo superiores a 30º y una manometría anorectal que evidencie un incremento de la presión del canal anal con el esfuerzo <20 mmHg. Con esta estrategia, en una serie de 59 mujeres con desgarros previos, solo un 7% tuvieron recurrencia del desgarro del esfínter anal. 4. BIBLIOGRAFÍA 1. Delancey JO, Kane Low L, Miller JM, Patel DA, Tumbarello JA. Graphic integration of causal factors of pelvic floor disorders: an integrated life span model. Am J Obstet Gynecol. 2008; 199: 610.e1-5. 2. Snooks SJ, Swash M, Mathers SE, Henry MM. Effect of vaginal delivery on the pelvic floor: a 5-year follow-up. Br J Surg. 1990; 77: 1358-60. 3. Sultan AH, Kamm MA, Hudson CN, Thomas JM, Bartram CI. Anal-sphincter disruption during vaginal delivery. N Eng J Med. 1993; 329: 1905-11. 4. Sultan AH, Kamm MA, Hudson CN. 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E-mail: sego@sego.es | Tel.: 91 350 98 16 | Fax: 91 350 98 18 PROTOCOLO ASISTENCIAL 5. OBJETIVO DEL PROTOCOLO. DEFINICIÓN DE LA POBLACIÓN DIANA El parto vaginal es un factor determinante en la pérdida de funcionalidad del suelo pélvico(1). Las estructuras de soporte del suelo pélvico pueden dañarse por los desgarros, la distensión de los músculos y la fascia o por la lesión distal de los nervios. El parto vaginal es uno de los factores implicados en el deterioro del suelo pelviano, posiblemente el más determinante(2-5). Puede dañar las estructuras de soporte del suelo pélvico por traumatismo directo(6), distensión de la musculatura pelviana(7) o lesión distal de los nervios pelvianos(8). La realización de cesáreas con el fin de preservar a las mujeres de la disfunción sexual y de los problemas de continencia no está totalmente refrendada por la evidencia científica(9). El objetivo principal de este protocolo es el de mejorar el diagnóstico y tratamiento de los desgarros del esfínter anal en el parto así como establecer pautas para el seguimiento y control de las pacientes con lesiones del esfínter anal diagnosticadas y tratadas en el parto. Supone como actividad fundamental a realizar, la identificación y correcto diagnóstico de los desgarros perineales que ocurren independientemente del tipo de parto. Aunque la incidencia sea mayor en los partos instrumentales, la mayor proporción de partos eutócicos, hace que en números absolutos casi la mitad del total de los desgarros de 3er y 4º grado ocurrirán en mujeres que han tenido un parto vaginal eutócico, es decir en partos de bajo riesgo para las lesiones perineales. La paciente diana para este “Protocolo de Diagnóstico y tratamiento de los desgarros de 3er y 4º grado. Prevención de la incontinencia anal” es la puérpera tras el periodo expulsivo de su parto por vía vaginal. En este protocolo además del diagnóstico, se contempla la sutura de los desgarros perineales, su tratamiento posterior y seguimiento. Se analizan las maniobras preventivas de dichos desgarros y las recomendaciones sobre las posibilidades de prevención de lesiones recurrentes en futuros embarazos. 6. RECOMENDACIONES PARA LA PREVENCIÓN PRIMARIA DE LAS LESIONES PERINEALES Las recomendaciones para la prevención primaria de los desgarros perineales que se refieren a la práctica obstétrica, se basan en un nivel de evidencia limitado y son: • La protección del periné, con la finalidad de aprovechar la elasticidad del suelo pélvico y lograr la expulsión de la cabeza en máxima flexión, entre dos contracciones, protege la integridad del periné (NE=IIb). • Se recomienda realizar la episiotomía de forma restrictiva, preferentemente mediolateral, con un ángulo suficiente que permita alejarse del esfínter anal (NE=IIa). • En el caso de tener la necesidad abreviar el expulsivo y poder elegir el tipo de tocurgia, es preferible el uso de la ventosa al del fórceps para evitar lesiones del esfínter (NE=IIb). 14 Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia Pº de la Habana, 190 Bajo (28036) Madrid. E-mail: sego@sego.es | Tel.: 91 350 98 16 | Fax: 91 350 98 18 7. ACTIVIDAD A REALIZAR 7.1 Clasificación y terminología La clasificación descrita por Sultan y aceptada por el Royal College de Obstetricia y Ginecología (RCOG) clasifica los desgarros perineales en cuatro grados, subdividiendo el 3er grado en tres subgrupos, como se muestra en la tabla 2. Tabla 2. Clasificación de los desgarros perineales (RCOG) 1º grado Lesión de la piel perineal 2º grado Lesión de los músculos del periné (no del esfínter) 3a Lesión del esfínter externo <50% 3b Lesión del esfínter externo >50%3º grado 3c Lesión del esfínter externo e interno 4º grado Lesión del esfínter anal y la mucosa En la Figura 1 se muestra el esquema anatómico de los esfínteres interno y externo, de los desgarros de 4º grado y de los diferentes subtipos de desgarros de 3er grado. Figura 1. Esquema anatómico de los esfínteres interno y externo, de los desgarros de 4º grado y de los diferentes subtipos de desgarros de 3er grado. Esta clasificación, a diferencia de la anterior, aporta un valor pronóstico del desgarro. Los desgarros de grado 3c presentan el doble de riesgo de desencadenar una IA que los 3b, y a su vez estos, el doble que los 3a (NE=IIb). En el caso de duda con respecto al grado de desgarro (3a ó 3b), se debe optar por la graduación superior. Existen lesiones que no pueden encuadrarse en la clasificación. Sería el caso de una lesión de la mucosa rectal con integridad del esfínter anal interno y externo, que es importante reparar correctamente, ya que puede condicionar complicaciones tales como fístulas recto-vaginales. 15 Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia Pº de la Habana, 190 Bajo (28036) Madrid. E-mail: sego@sego.es | Tel.: 91 350 98 16 | Fax: 91 350 98 18 7.2 Identificación de los desgarros perineales posparto Los desgarros perineales están infradiagnosticados. Para identificarlos correctamente, se debe de seguir una sistemática de exploración, siendo preciso: • Posición de litotomía. • Buena fuente de luz. • Asepsia continua durante el procedimiento. • Analgesia adecuada. En los desgarros de 2º grado es importante diagnosticar la existencia de una lesión que afecte al músculo elevador del ano. Se debe objetivar la solución de continuidad de sus fibras y la presencia de grasa entre ellas. La presencia de dicha grasa es el signo que mejor identifica su rotura. Para que la exploración perineal sea precisa, se recomienda realizar de forma sistemática un tacto rectal con el dedo índice y una palpación digital de la masa del esfínter entre el dedo alojado en el recto y el pulgar que explora el periné. En esta exploración, el desplazamiento hacia el cuerpo del periné del dedo índice, permite una mejor exposición de la zona lesionada. Debemos recordar que el color del esfínter externo es similar a la carne roja (como puede ser la carnede ternera), mientras que el esfínter interno recuerda a la carne blanca (como puede ser la carne de pollo). La identificación del desgarro del esfínter externo siempre es más fácil que la del interno, aunque en algunas ocasiones el desgarro completo del esfínter externo puede retraerse y se debe localizar para su correcta sutura. Se ha evidenciado que cuando un equipo obstétrico mejora su entrenamiento en el diagnóstico de los desgarros perineales posparto, aumenta significativamente el número de los desgarros diagnosticados. Este hecho pone de manifiesto la existencia de lesiones que pasan sin diagnosticar por la falta del adiestramiento diagnóstico (NE=III). Por ello, de cara a la prevención de la incontinencia anal y con el fin de conseguir la mayor eficacia de este protocolo, se considera fundamental la formación de cualquier profesional que asista partos en la identificación de estas lesiones. La reparación de este tipo de lesiones es competencia del obstetra. 7.3 REPARACIÓN DE LAS LESIONES PERINEALES POSPARTO 7.3.1 Técnica de sutura Desgarros de 1º grado. Deben de suturarse los bordes de la piel que permanecen separados, no siendo necesario suturar en el caso de que los bordes estén juntos y sin sangrado activo. Se ha evidenciado que la sutura continua intradérmica de la piel condiciona menos dolor en los priemros 10 días tras la reparación. Sin embargo, a largo plazo no se han encontrado diferencias entre los resultados de la sutura con puntos sueltos y la intradérmica. Desgarros de 2º grado. La reparación debe iniciarse en los planos profundos, hasta llegar a los más superficiales, con el objeto de evitar espacios muertos. La sutura puede realizarse con puntos sueltos o con sutura continua. No se han encontrado diferencias significativas entre los resultados funcionales y estéticos de ambas. Como ya se ha citado, es importante identificar las lesiones del músculo elevador del ano, mediante la palpación de las paredes laterales, para su correcta sutura. Hay que 16 Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia Pº de la Habana, 190 Bajo (28036) Madrid. E-mail: sego@sego.es | Tel.: 91 350 98 16 | Fax: 91 350 98 18 recordar que los cabos segmentados se suelen retraer, por lo que se deben buscar. Deben unirse, mediante puntos sueltos o sutura continua los grupos de fibras separados por grasa (que es el elemento diagnóstico que identifica la rotura del músculo elevador del ano), hasta obtener su continuidad y la superposición del tejido muscular sobre la grasa. Desgarros de 3º grado. La sutura del esfínter interno ha de realizarse completamente y de forma independiente de la del esfínter externo. Ambas deben ser suturas sin tensión. La reparación del esfínter anal interno no puede realizarse de forma secundaria. La reparación del esfínter externo puede llevarse a cabo mediante dos técnicas de sutura diferentes: la sutura término-terminal (“end to end”) o el solapamiento (“overlap”) (Figura 2). En los desgarros parciales, por las características de los mismos, resulta difícil la práctica del solapamiento. El intento de reparación del esfínter interno mediante la técnica del solapamiento aún es más difícil que en el esfínter externo, por ello se realiza habitualmente la sutura término-terminal a este nivel. Se ha de intentar suturar el esfínter de forma que una vez reparado tenga la misma anchura en todo su perímetro, ya que se ha demostrado una relación directa entre la longitud del canal esfinteriano que se consigue con la sutura y el grado de continencia anal. Una demora en la reparación del esfínter anal inferior a 12 horas no empeora los resultados funcionales. Sutura término-terminal Sutura “overlap” Figura 2. Técnicas de reparación del esfínter externo Desgarros de 4º grado. La reparación debe iniciarse con la sutura de la mucosa rectal. Se debe suturar con puntos sueltos, quedando el nudo en la luz intestinal. Esta práctica se realiza con la finalidad de evitar la mayor reabsorción del material de sutura, condicionada por los nudos que quedan enterrados. También es válida la sutura continua intramucosa ya que el nivel de reabsorción del material sería semejante al anterior. 17 Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia Pº de la Habana, 190 Bajo (28036) Madrid. E-mail: sego@sego.es | Tel.: 91 350 98 16 | Fax: 91 350 98 18 7.3.2 Material de sutura • Las suturas de los desgarros de 1º y 2º grado se deben de realizar con poliglactina de reabsorción rápida por sus mejores resultados a corto y largo plazo. • Las suturas de los esfínteres interno y externo se deben realizar con material monofilamento absorbible de larga duración, como puede ser la polidiaxona fina de 3/0, con la intencionalidad de minimizar los riesgos de infección. No obstante, en un estudio aleatorizado no se han encontrado diferencias entre la polidiaxona y la poliglactina • La sutura de la mucosa rectal debe realizarse con poliglactina 3/0 7.3.3 Profilaxis antibiótica La administración sistemática de una única dosis intravenosa de una cefalosporina de segunda generación antes de la reparación del desgarro de esfínter anal intraparto, es recomendable para la prevención de la infección de la herida perineal (NE=I). 7.4 Control y seguimiento de las mujeres con desgarros perineales (Figura 3) 7.4.1 Posoperatorio inmediato. En el posoperatorio inmediato las recomendaciones son: • Uso de antibióticos de amplio espectro. Se considera recomendable prolongar el tratamiento con cefalosporinas durante unos días tras el parto (5-7 días) y cubrir la posible infección por anaerobios con una pauta adicional de metronidazol, con la finalidad de reducir la infección de la herida y la dehiscencia (NE=IV). • Uso de laxantes. Se recomienda la administración de lactulosa y una dieta laxante en el posparto para facilitar la defecación y evitar la dehiscencia de la sutura que pueden condicionar las heces compactas (NE=I). • Es recomendable informar a las mujeres que han tenido un desgarro de esfínter anal y explicar con la máxima claridad el tipo de lesión, las pautas de seguimiento y los posibles síntomas. Tabla 3. Protocolo de reparación de los desgarros del esfínter anal (59) 1. El desgarro ha de ser reparado por un especialista con experiencia en reparación de desgarros del esfínter anal o por un residente bajo supervisión del experto. 2. Anestesia regional o general. 3. Los desgarros 3a se reparan con técnica término-terminal, suturando con polidiaxona 3-0. 4. Los desgarros 3b se reparan con técnica término-terminal o solapamiento si el esfínter externo está completamente roto o se separan las fibras restantes que puedan quedar. 5. Si el esfínter interno está roto (3c) o el desgarro es de 4º grado, se repara con 2 ó 3 puntos de colchonero con polidiaxona 3-0. 6. La mucosa anal se repara con puntos sueltos de poliglactina 3-0, con los nudos hacia la luz rectal. 7. Se da una dosis de antibiótico en el momento de la reparación del esfínter y se continúa 5 días tras el parto (cefuroxima y metronidazol). 8. Se prescribe lactulosa 15 ml, dos veces al día, durante 10 días asegurándose de que las heces sean blandas. 9. Seguimiento en el posparto. 18 Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia Pº de la Habana, 190 Bajo (28036) Madrid. E-mail: sego@sego.es | Tel.: 91 350 98 16 | Fax: 91 350 98 18 Desgarro 3er-4º grado Asintomática Sintomática Grave Estudio diagnóstico de la incontinencia anal Unidad Suelo Pélvico - Coloproctólogo Pruebas complementarias: • Ecografía • Manometría Control 6-12 semanas Cuestionario de síntomas Reeducación musculatura suelo pélvico Control al año Figura 3. Control y seguimiento de las mujeres con desgarros perineales Sintomática Leve Control 6 meses 7.4.2 Seguimiento en el puerperio y controles posteriores Es recomendable realizar un seguimiento y control de los síntomas anorectales, tanto en el puerperio como a largo plazo (1 año) de las mujeres con desgarros del esfínter anal (NE=Ib). Se ha confirmado que tras la correcta reparación del esfínterexterno, el 60- 90% de las mujeres permanecen asintomáticas al año. Los síntomas más frecuentes son la incontinencia de gases y la urgencia defecatoria. No existen estudios prospectivos randomizados que permitan recomendar unas actividades específicas y unas pautas de seguimiento de estas pacientes con desgarros del esfínter anal. Las recomendaciones que se incluyen a continuación tienen por tanto un nivel de evidencia IV. (NE=IV) A- El control en el puerperio (por el obstetra-ginecólogo o la matrona). La valoración de la mujer con lesión del esfínter anal se ha de centrar en: • Detección de los síntomas de IA preguntando directamente, si tiene escapes de gases o heces (sólidas o líquidas) o urgencia defecatoria. Los datos a investigar son: o ¿Tiene pérdida involuntaria de heces sólidas?. o ¿Tiene pérdida involuntaria de heces líquidas?. o ¿Tiene pérdida involuntaria de gases?. o ¿Tiene un deseo irrefrenable de ganas de defecar, con temor de presentar pérdida involuntaria de las heces?. o ¿Tiene dolor al defecar?. 19 Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia Pº de la Habana, 190 Bajo (28036) Madrid. E-mail: sego@sego.es | Tel.: 91 350 98 16 | Fax: 91 350 98 18 • Recomendación de ejercicios de la musculatura del suelo pélvico a partir de las 6-12 semanas de la lesión. Las pacientes que presentan lesión del esfínter anal externo obtienen beneficio con esta medida. A1-Si la mujer está asintomática se le indicará que en caso de aparición de síntomas, acuda a control. Sería recomendable ofrecer a la paciente una visita de control al año. A2-Si la mujer tiene síntomas de IA persistentes (ver las preguntas antes citadas): • Si la sintomatología es leve y la mujer no está muy afectada por su problema, se recomienda programar una visita de seguimiento a los 6 meses, dado que en los estudios con seguimiento, se ha observado que hay un nivel considerable de casos que evolucionan favorablemente hacia la resolución de los síntomas en los primeros seis meses posparto. • Si la sintomatología es grave o afecta de forma importante la calidad de vida de las pacientes, es aconsejable que sea remitida a una Unidad especializada en patología del suelo pélvico, con un equipo multidisciplinar, que cuente con un coloproctólogo. La actividad a realizar en esta Unidad debería ser: • Valoración de los síntomas anorectales y otros síntomas uroginecológicos. • Una exploración pélvica que incluya la valoración del tono en reposo y de la capacidad contráctil del esfínter anal. • Ecografía endoanal o perineal para valorar la integridad del esfínter anal. • Manometría anorectal para valorar la funcionalidad. Según el resultado de las pruebas diagnósticas, el tratamiento puede ser conservador o quirúrgico. La mayor parte de estas pacientes podrán beneficiarse del tratamiento conservador con biofeedback anal. Solo un número muy limitado de pacientes precisarán una reparación secundaria del esfínter externo. 7.5 EL PARTO DESPUÉS DE UN DESGARRO DEL ESFÍNTER ANAL En general las mujeres que han tenido un desgarro del esfínter anal, cuando se plantean otro embarazo su preocupación se centra en la posibilidad de que esta lesión pueda repetirse y que aparezcan o se agraven los síntomas de IA. Por ello nos solicitan una recomendación sobre la forma ideal de terminar el parto para evitar en la medida de lo posible estos dos problemas. Esta recomendación únicamente se puede hacer considerando la mayor morbilidad e incluso mortalidad asociada a la cesárea. Al no disponer de datos suficientes que permitan basar las recomendaciones en un nivel alto de evidencia y en base a los pocos estudios con seguimiento que pueden aportar luz para la toma de esta decisión, podríamos resumir que, después de un desgarro de 3er ó 4º grado, si la mujer queda gestante, se han de tener en cuenta los siguientes puntos: • Si la mujer está asintomática y mantiene la continencia, se pude recomendar un parto vaginal. El riesgo de repetir otra lesión de 3er ó 4º grado oscila del 3,6- 7,2%. La incontinencia anal debida al embarazo no se modifica por la realización de una cesárea. En el caso de pesos fetales estimados superiores a 4000 g el riesgo de lesión aumenta del 8% al 23%. • Si la mujer presenta IA, debemos informar a la paciente que el embarazo puede aumentar la intensidad de la sintomatología. No hay evidencia de que la vía de parto influya en la evolución posterior. Sería aconsejable diferir la cirugía 20 Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia Pº de la Habana, 190 Bajo (28036) Madrid. E-mail: sego@sego.es | Tel.: 91 350 98 16 | Fax: 91 350 98 18 secundaria del esfínter hasta el final del deseo reproductivo, siempre que no afecte su calidad de vida. La decisión final debería tomarla la mujer tras una información detallada y de acuerdo a sus preferencias. • En los casos en que la gestante haya presentado una IA posparto y se haya realizado una cirugía en un segundo tiempo con éxito, se debe aconsejar la cesárea. Los Protocolos Asistenciales de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia pretenden contribuir al buen quehacer profesional de todos los ginecólogos, especialmente los más alejados de los grandes hospitales y clínicas universitarias. Presentan métodos y técnicas de atención clínica aceptadas y utilizadas por especialistas en cada tema. Estos protocolos no deben interpretarse de forma rígida ni excluyente, sino que deben servir de guía para la atención individualizada a las pacientes. No agotan todas las posibilidades ni pretenden sustituir a los protocolos ya existentes en departamentos y servicios hospitalarios. Clasificación de las recomendaciones en función del nivel de evidencia (NE) disponible Ia La evidencia científica procede a partir de meta-análisis de ensayos clínicos controlados y aleatorizados Ib La evidencia científica procede de al menos un ensayo clínico controlado y aleatorizado IIa La evidencia científica procede de al menos un estudio prospectivo controlado, bien diseñado y sin aleatorizar II b La evidencia científica procede de al menos un estudio casi experimental, bien diseñado III La evidencia científica procede de estudios descriptivos no experimentales, bien diseñados como estudios comparativos, de correlación o de casos y controles IV La evidencia científica procede de documentos u opiniones de expertos y/o experiencias clínicas de autoridades de prestigio Grados de recomendación A Existe buena evidencia en base a la investigación para apoyar la recomendación. (Recoge los niveles de evidencia científica Ia y Ib) B Existe moderada evidencia en base a la investigación para apoyar la recomendación (Recoge los niveles de evidencia científica IIa, IIb y III) C La recomendación se basa en la opinión de expertos o en un panel de consenso. (Recoge el nivel de evidencia IV)
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