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A G U A Y A L I M E N T O S C O M O V E H Í C U L O S D E E N F E R M E D A D E S B A C T E R I A N A S . . . 995 U N ID A D 6 De nada sirve tratar con antibióticos una intoxicación ali- mentaria por estafilococos porque toda célula de S. aureus que se haya ingerido muere por la acidez del estómago y los anti- bióticos no tienen efecto sobre las enterotoxinas. Al igual que para otras enfermedades de origen alimentario, la intoxicación alimentaria estafilocócica se puede prevenir mediante sanea- miento e higiene adecuados durante la producción, prepara- ción y almacenamiento de los alimentos. En este sentido, los manipuladores de alimentos deben acostumbrarse a lavarse las manos a fondo y con frecuencia, a evitar que los alimentos entren en contacto con los tejidos y las secreciones nasales, y, por norma, a usar guantes desechables (y a cambiarlos con fre- cuencia) cuando manipulen productos alimentarios, en especial si tienen una herida vendada en la mano. MINIRREVISIÓN Identifique los síntomas y el mecanismo de la intoxicación alimentaria por estafilococos. ¿Por qué el tratamiento con antibióticos no afecta al desenlace ni a la intensidad de la enfermedad por intoxicación alimentaria con estafilococos? 31.9 Intoxicación alimentaria por clostridios Las bacterias anaerobias formadoras de endosporas Clostri- dium perfringens y Clostridium botulinum ( Sección 15.8) provocan intoxicaciones alimentarias graves. Los procedimien- tos de enlatado y cocinado matan las células vegetativas de estas especies, pero puede que no maten a las endosporas. Si esto llega a ocurrir, las endosporas viables pueden germinar en el ali- mento y las células resultantes producirán toxinas. Hay una clara diferencia en el proceso de la enfermedad entre la intoxicación alimentaria por C. perfringens y el botulismo. En el caso del botulismo, la toxina es una neurotoxina, y es su pre- sencia la que produce la enfermedad; no es necesario que C. botulinum crezca en el cuerpo humano, pero podría darse, en particular en los casos de botulismo en los lactantes. En cambio, la intoxicación alimentaria por C. perfringens requiere la inges- tión de gran número de células para que se sintetice la toxina, una enterotoxina en este caso. Intoxicación alimentaria por Clostridium perfringens Clostridium perfringens (Figura 31.11a) se encuentra habitual- mente en el suelo, pero puede encontrarse también en las aguas residuales porque vive en pequeña cantidad en el intestino de los humanos y de otros animales. C. perfringens es la tercera causa de intoxicación alimentaria más registrada en los Esta- dos Unidos, por detrás de las enfermedades por norovirus (Sec- ciones 31.5 y 31.14) y las infecciones por Salmonella (Sección 31.10 y Tabla 31.5). En 2011 se estimó que se habían producido cerca de 1 millón de casos de intoxicación por C. perfringens en los Estados Unidos. C. perfringens es una bacteria proteolítica; cataboliza proteí- nas mediante fermentación ( Sección 13.13). La intoxicación alimentaria por C. perfringens requiere que se ingiera una gran dosis (>108) de células del microorganismo con los alimentos contaminados cocinados o crudos, normalmente alimentos de Enterotoxinas estafilocócicas S. aureus sintetiza diferentes enterotoxinas relacionadas entre sí. Muchas son bastante termoestables y todas resisten la acidez del estómago. La mayoría de cepas de S. aureus producen solo una o dos de estas toxinas y otras cepas no las producen. Sin embargo, cualquiera de las enterotoxinas estafilocócicas puede causar intoxicación alimentaria. Las toxinas pasan por el estó- mago para llegar al intestino delgado, donde desencadenan los síntomas de la enfermedad. Además de su actividad gastroin- testinal normal, las enterotoxinas estafilocócicas son también superantígenos y pueden conducir a un síndrome de choque tóxico potencialmente mortal ( Secciones 23.9 y 24.9). Las enterotoxinas de S. aureus se nombran con acróni- mos que empiezan con «SE» (del inglés staphylococcus ente- rotoxin): SEA, SEB, SEC y SED, codificadas por los genes sea, seb, sec y sed. No todos estos genes se encuentran en el cro- mosoma de S. aureus, pero sus secuencias demuestran que están muy relacionados. Los genes seb y sec están codificados en el cromosoma bacteriano, sea en un bacteriófago lisogénico ( Sección 8.8) y sed en un plásmido. Los genes codificados por el plásmido y el fago pueden transferir la capacidad de sin- tetizar toxinas a las cepas no toxingénicas de Staphylococcus mediante transferencia horizontal (Capítulo 10). La SEA es la causa más habitual de intoxicación alimentaria por estafiloco- cos en todo el mundo. Propiedades y prevención de las enfermedades Los alimentos pueden contener células de S. aureus por varios motivos. Uno es que el microorganismo estuviera presente en la propia fuente del alimento, por ejemplo, en un producto cár- nico. Pero lo más corriente es que las células de S. aureus se introduzcan en el alimento por culpa del manipulador del ali- mento o por contaminación del producto alimenticio con carne cruda, o con una salsa o aliño contaminados. Una situación habitual para que se produzca un incidente de intoxicación ali- mentaria por estafilococos es cuando se introduce S. aureus en el alimento por las secreciones nasales, o por una herida cutá- nea descubierta o con un vendaje supurante, de un manipulador de alimentos. Si el alimento contaminado se conserva entonces a temperatura ambiente o algo más alta, se darán las condicio- nes para el crecimiento rápido de S. aureus y la producción de enterotoxinas estafilocócicas. Cada año se estima que se producen casi 250.000 casos de intoxicación alimentaria estafilocócica en los Estados Unidos. Los alimentos que suelen provocarlas con más frecuencia son las pastas rellenas de crema o nata, la carne de ave, los hue- vos, la carne cruda y procesada, los budines y los aliños cremo- sos para ensaladas. Las ensaladas preparadas con condimentos a base de mayonesa o las que contienen marisco, pollo, pasta, atún, patata, huevos o carne también son vehículos corrientes. Los alimentos salados, como el jamón, pueden ser vehículos por la capacidad que tiene S. aureus para crecer rápidamente en los entornos salados ( Sección 29.9). Si alguno de estos alimen- tos está contaminado con S. aureus, pero se refrigera inmediata- mente después de prepararlo, normalmente sigue siendo seguro porque el organismo crece mal a temperaturas bajas. Pero si ya se hubiera sintetizado la enterotoxina, el posterior calenta- miento de la comida no le devuelve la seguridad, ya que las ente- rotoxinas estafilocócicas son estables hasta los 60 °C. https://booksmedicos.org booksmedicos.org Botón1:
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