Logo Studenta

mamiferos-tropicales

¡Estudia con miles de materiales!

Vista previa del material en texto

Mamíferos tropicales de gran 
tamaño: la amenaza amenazada
MSc. Rodrigo Cisneros Vidal
Docente investigador.
Departamento de Ciencias Naturales
rcisneros@utpl.edu.ec
Investigan la población de fauna silvestre, la interactuación entre especies, su viabilidad 
futura y los conflictos que se plantean cuando atacan a animales de granja o al ganado
PERSPECTIVAS. La comunidad de mamíferos 
del Ecuador está siendo estudiada 
para ayudar a conocer los patrones de 
abundancia y de riqueza en relación con 
la estructura natural y antrópica del medio. 
El profesor de la Universidad Técnica 
Particular de Loja Rodrigo Cisneros trabaja 
en un equipo que investiga el estado de 
conservación de los mamíferos silvestres 
tropicales y los conflictos entre la gente 
y la fauna. “Básicamente trabajamos con 
oso andino, tapir y lobo de páramo y, más 
recientemente, incorporamos al jaguar en 
Zamora-Chinchipe por temas, sobre todo, 
de conflicto por ataque a ganado“, explica.
Las poblaciones de oso, el tapir andino y el 
jaguar están en una situación preocupante en 
Ecuador porque necesitan un hábitat amplio, 
y su territorio se ve fragmentando en áreas 
reducidas que no necesariamente están 
conectadas. “Las poblaciones no tienen fácil 
su viabilidad a largo plazo”.
¿Están en peligro de extinción?
No lo están, pero son especies vulnerables. 
El estado de amenaza más grave antes del 
estado de la extinción es el peligro crítico, 
según las categorías de la UICN, la Unión 
Internacional para la Conservación de la 
Naturaleza. No llegamos a ese estado, pero 
no es descartable. Ya ocurre que una especie 
como tal puede no estar en peligro a nivel 
global, pero las poblaciones locales pueden 
estar seriamente amenazadas. 
¿Qué habría que hacer?
¡Habría que hacer muchas cosas! En el caso de 
los mamíferos, la pérdida del hábitat no es lo 
único, pero es de lo más importante, y por eso 
hay que mantener una red de áreas naturales lo 
más sólida. Otro problema grave es la presión 
por cacería, y los grandes mamíferos son los 
que peor lo llevan. Quienes cazan suelen ser 
gentes del sector rural, esta es una actividad 
de subsistencia y por ello no se hace fácil 
decir “deja de cazar” y pensar que ya está 
solucionado 
¿Quién debe intervenir?
Se ha de conseguir un cambio de hábitos 
y dar actividades alternativas viables que 
no demanden deforestar, porque ahora 
hay mucha ganadería expansiva de baja 
rentabilidad, pero ocupa mucho territorio. Se 
trata de abordar el ámbito conservacionista 
y también el productivo. Los Ministerios del 
Ambiente y de Agricultura y Ganadería deberían 
trabajar coordinadamente en conservación 
y producción en zonas de borde de la franja 
agrícola, que es donde surge el conflicto con 
el oso y el jaguar. Ahí estamos evaluando el 
problema y el patrón que encontramos es que 
todos los ataques ocurren en la frontera entre 
el bosque y los últimos potreros.
¿La solución es concienciación social o 
endurecer la ley?
La legislación ya es fuerte en Ecuador en todo 
lo que se refiere a captura, tráfico o muerte 
de especies silvestres, pero no nos podemos 
quedar ahí. A mí me gusta mucho lo que 
estoy viendo ahora donde estamos trabajando 
porque una ONG, Naturaleza y Cultura 
Internacional, ha abanderado un proyecto 
para cambiar la actividad productiva. La 
estrategia, que me parece genial, es que para 
conservar han comprado tierras agrícolas y 
ganaderas en la parte más baja del valle de la 
cuenca del río Jamboe y las están cambiando 
por pedazos de tierra de la parte alta, que es 
la que está pegada o inluso está dentro del 
Parque Nacional Podocarpus. Al hacer esta 
permuta en consenso con la gente, lo que 
ocurre es que está bajando la presión directa 
sobre el parque y sobre los bosques que 
están en la zona de amortiguamiento, pero sin 
que se generen migraciones o se produzca 
desarraigo de la gente. 
Trabajan instalando cámaras y hablando 
con la gente, ¿qué han visto y oído?
La cuenca del Jamboe ha presentado una 
incidencia poco común de potenciales ataques a 
ganado por parte de carnívoros silvestres. Están 
atribuidos al oso, aunque la gente también habla 
del puma. Hemos dejado cámaras cerca de los 
pastizales donde han ocurrido los ataques. Una 
vaca son al menos unos 600 o 700 dólares. En 
una economía rural eso es mucho dinero, por lo 
que creemos que es probable que, en algunos 
casos, la gente haya intentado solucionar por sí 
misma el problema. 
“Se trata de abordar el ámbito conservacionista y el productivo. 
Se ha de conseguir un cambio de hábitos y alternativas viables 
que no demanden deforestar”
El proyecto que desarrollan “demanda ser un investigador de bata y de bota” porque combina 
trabajo de campo y de laboratorio para conocer aspectos básicos de la fauna silvestre: 
con qué frecuencia ocupan los diferentes hábitats, cómo interactúan con otras especies a 
través de la dieta que consumen o el rol que cumplen dispersando semillas o modificando 
la estructura del bosque. “Otro aspecto que abordamos –añade– es conocer su tamaño 
poblacional y la diversidad genética para saber qué tan viables son las poblaciones en el 
tiempo o si están enfrentando problemas de extinción a nivel local”.
En palabras del profesor Cisneros, uno de los recursos informativos que evalúan son los 
excrementos “porque es un método no invasivo, no demanda la captura de especímenes, y 
porque las excretas representan un resumen de lo que el animal hizo durante buena parte 
del día a través de lo que ha comido, y, además, permiten identificar la diversidad genética 
del animal para luego poder analizar la diversidad genética poblacional”.
Estos casos se resuelven en forma muy precisa empleando herramientas moleculares. 
Concretamente, analizando los restos de células y ADN que han quedado en la periferia 
de la excreta provenientes del intestino del animal o en los restos de saliva que quedan en 
los lugares que han sido mordidos, sean las presas o los restos de plantas. “Se trata de un 
trabajo idéntico al que haría un investigador forense en la escena de un crimen”, explica. 
El proyecto también aborda los conflictos suscitados entre los humanos y la fauna silvestre, 
concretamente los generados por destrucción del hábitat y su transformación en zonas de 
cultivo y ganadería. “Como consecuencia de estas actividades, algunas especies silvestres 
carnívoras incurren eventualmente en ataques a animales de granja o al ganado que pasta 
en las proximidades de los bosques. Un resultado frecuente es que la respuesta sea la 
matanza de estos individuos problema, lo cual mengua aún más las poblaciones silvestres”.
1 2 3 4
1. Tapir de montaña (Tapirus pinchaque)
Estado de conservación: en peligro
Estado de conservación en Ecuador: en peligro
2. Jaguar (Panthera onca)
Estado de conservación: casi amenazada
Estado de conservación en Ecuador: vulnerable
3. Oso andino (Tremarctos ornatus)
Estado de conservación: vulnerable
Estado de conservación en Ecuador: en peligro
4. Lobo de páramo (Lycalopex culpaeus)
Estado de conservación: en peligro
Estado de conservación en Ecuador: preocupación 
menor Fotografía: Hans HillewaertFotografía: Cloudtail the Snow LeopardFotografía: David Sifry Fotografía: Brian Ralphs