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Metabolismo en los pacientes quirúrgicos Joshua Carson, Ahmed Al-Mousawi, Noe A. Rodriguez, Celeste C. Finnerty, David N. Herndon Í N D I C E Metabolismo de los sustratos Desnutrición e inanición Valoración y control nutricional Evaluación del metabolismo y las necesidades energéticas Soporte nutricional Particularidades específicas de enfermedades Resumen Por favor, visite ExpertConsult.com para ver los vídeos corres- pondientes a este capítulo. El metabolismo, el proceso mediante el cual el cuerpo asimila y modifica el sustrato para obtener la energía y los materiales necesarios para mantener la estructura y la función del ser humano, abarca una plétora de procesos químicos destinados a sostener la vida y permitir el crecimiento, la curación, el desarrollo, la reproducción, la homeos- tasis, y la adaptación y la respuesta al ambiente. A través de estas vías metabólicas, los nutrientes son absorbidos, transformados y degradados para liberar energía. El estado de nutrición de un individuo depende de una dieta adecuada, de la función del aparato digestivo y del estado fisiológico. En los pacientes quirúrgicos y en estado crítico puede haber alteración de las necesidades energéticas, la alimentación y los procesos metabólicos, como consecuencia de factores ambientales, patológicos o traumáticos. El desarrollo e implementación del soporte nutricional representa uno de los mayores avances del último siglo, que ha mejorado la asistencia de los pacientes y los resultados quirúrgicos. Este capítulo considera la fisiología básica del metabolismo humano y la nutrición en la salud y la curación, la fisiopatología de la desnutrición, la respuesta metabólica a la lesión y los principios básicos de la terapia nutricional en pacientes quirúrgicos. METABOLISMO DE LOS SUSTRATOS El objetivo principal del soporte nutricional consiste en aportar el suministro de energía adecuado y todos los nutrientes necesarios para mantener la vida y la función. Los nutrientes provenientes de la dieta se ingieren, se digieren y se absorben, antes de que los sustratos libe- rados puedan ser almacenados o consumidos para obtener energía. Los principales componentes de la dieta son hidratos de carbono, lípidos y proteínas (fig. 5-1). Como fuente de calorías, 1 g de hidratos de carbono aporta 3,4 kcal (16 kJ), 1 g de proteínas aporta 4 kcal (17 kJ) y 1 g de grasa aporta 9 kcal (37 kJ). Las células y los tejidos utilizan diferentes fuentes de combustible de manera preferencial. Los eritrocitos y las neuronas usan glucosa, el músculo y los miocitos cardíacos también usan grasas, y los eritrocitos y los linfocitos pueden metabolizar el aminoácido glutamina. En circunstancias de inanición puede haber adaptación a distintos combustibles. En el nivel celular, el trifosfato de adenosina (ATP) es la principal fuente de energía que impulsa las reacciones y los procesos metabólicos. La hidrólisis de los dos enlaces fosfoanhídrido de alta energía dentro de la molécula libera energía que alimenta el trabajo celular. Se sintetiza un suministro continuo de ATP mediante reacciones que utilizan glucosa, aminoácidos y ácidos grasos para fosforilar y reciclar el ATP a partir del difosfato de adenosina (ADP) y el monofosfato de adenosina. La vía glucolítica convierte la molécula de glucosa de seis carbonos en dos moléculas de tres carbonos de piruvato, con producción neta de ATP y dinucleótido de nicotinamida y adenina (NADH) reducido. En células con mitocondrias y suficiente aporte de oxígeno, el piruvato es metabolizado a dióxido de carbono a través del metabolismo aerobio. En ausencia de mitocondrias o de oxígeno, la glucólisis tiene lugar de manera anaerobia y produce lactato. El metabolismo anaerobio se observa en las células durante estados de hipoperfusión, en los miocitos durante episodios de mayor actividad y en las células sin mitocondrias, como los eritrocitos, en los que la glucólisis anaerobia es la única vía productora de energía. La fosforilación del ADP para formar ATP tiene lugar en el cito- plasma durante la glucólisis (fosforilación a nivel de sustrato) y en las mitocondrias en el ciclo de los ácidos tricarboxílicos (aerobio, TCA), o ciclo de Krebs. La fosforilación oxidativa del NADH y el succinato, productos del ciclo de los TCA, genera más ATP dentro de las mitocon- drias por respiración aerobia, una vía más eficiente que la glucólisis anaerobia. Se producen dos moléculas de piruvato a partir de cada molécula de glucosa que ingresa en glucólisis, lo que arroja dos molé- culas de ATP. En comparación, una sola molécula de glucosa da origen a alrededor de 32 moléculas de ATP mediante glucólisis, oxidación ulterior del piruvato a acetil coenzima A (acetil-CoA) y progresión en el ciclo TCA con fosforilación oxidativa de los productos. La lipólisis implica la hidrólisis del triacilglicerol (TAG) almacenado en el tejido adiposo para liberar ácidos grasos y glicerol. Si bien el glicerol puede ser utilizado por el hígado para sintetizar glucosa, los http://booksmedicos.org http://booksmedicos.org 5 Metabolismo en los pacientes quirúrgicos 99 © E lse vi er . F ot oc op ia r s in a ut or iza ci ón e s u n de lit o. seres humanos no pueden usar ácidos grasos para sintetizar glucosa. En consecuencia, durante períodos de estrés o inanición prolongada se produce proteólisis para mantener la homeostasis de la glucosa tras la depleción de los depósitos de glucógeno. La proteólisis se produce, fundamentalmente, por degradación de la proteína muscular o de los órganos sólidos. La β-oxidación es la degradación oxidativa de los ácidos grasos saturados, en la que se eliminan de manera consecutiva dos unidades de carbono para formar acetil-CoA y moléculas dadoras de electrones (NADH y dinucleótido de flavina y adenina reducido) utilizadas para generar ATP por fosforilación oxidativa. Las grasas representan una fuente densa de calorías, porque este proceso tiene un rendimiento energético sumamente alto, con formación de 129 moléculas de ATP a partir de una molécula del ácido graso palmitato. Metabolismo de los hidratos de carbono Los hidratos de carbono son una fuente importante de calorías y se dividen en hidratos de carbono simples e hidratos de carbono com- plejos. Los hidratos de carbono simples comprenden los monosacáridos (1 unidad de azúcar) y los disacáridos (2 unidades de azúcar), y los hidratos de carbono complejos comprenden los oligosacáridos (de 3 a 10 unidades de azúcar) y los polisacáridos (> 10 unidades de azúcar). La digestión de los hidratos de carbono comienza en la boca con la acción de la amilasa salival, que hidroliza los enlaces de los polisacáridos de las moléculas amilosa y amilopectina que componen el almidón. La degradación continúa en el intestino a través de la acción de la amilasa pancreática y las enzimas sacarasa, lactasa e isomaltasa de las células del epitelio intestinal, para formar monosacáridos. Las bacterias de la flora intestinal normal posibilitan la degradación de ciertos polisacáridos y almidones, que los seres humanos no pueden digerir por carecer de las enzimas necesarias, y ayudan a prevenir la invasión del intestino por cepas patógenas. Los productos de la digestión intestinal son los monosacáridos glucosa, fructosa y galactosa. Estos azúcares son absorbidos con rapidez y transportados al hígado. Alrededor del 90% de la glucosa de la vena porta es eliminada de la sangre por los hepatocitos mediante difusión facilitada por transportadores. Las moléculas transportadoras del domi- nio sinusoidal de los hepatocitos son capaces de unirse a los azúcares y transferirlos al citoplasma. El glucógeno es la forma de almacenamiento de hidratos de carbo- no en el hígado y el músculo esquelético. El hígado desempeña una función clave en los procesos de síntesis y degradación del glucógeno (glucogenia y glucogenólisis), así como en la síntesis endógena de glucosa (gluconeogenia). El glucógeno se puedealmacenar en el hígado en concentraciones de hasta 65 g/kg de tejido, y se almacena en el músculo para su uso exclusivo. La síntesis hepática de glucógeno se inicia con un núcleo compuesto por una proteína de alta densidad (glucogenina) y la acción de una enzima determinante de la veloci- dad, glucógeno sintetasa. Esta enzima es activada por la insulina y la glucosa, ambas elevadas en el estado posprandial, lo que determina el alargamiento de la cadena de glucógeno por el agregado de unidades de glucosa. Por el contrario, la glucógeno sintetasa es inhibida por el glucagón y la adrenalina. Durante el ayuno, la glucogenólisis induce la liberación de glucosa, con activación de la enzima limitante de la velocidad glucógeno fosforilasa por glucagón y adrenalina, e inhibición por insulina. Los depósitos de glucógeno se agotan en el término de 48 h de ayuno, y se deben movilizar depósitos corporales de proteínas para mantener un aporte adecuado de glucosa al cerebro. Las concentraciones de glucosa se mantienen no solo por glucoge- nólisis, sino también mediante la conversión de sustratos no hidrocar- bonados por gluconeogenia, que tiene lugar fundamentalmente en el hígado y, en menor medida, en la corteza renal. Los sustratos para esta vía son todos los aminoácidos derivados de la proteólisis del músculo esquelético (salvo lisina y leucina), el glicerol derivado de la degradación de los triglicéridos (TG) en el tejido adiposo y el lactato producido a partir de la glucólisis anaerobia (fig. 5-2). Las reacciones catalizadas por enzimas de la vía gluconeogénica comprenden la reversión de varios pasos de la glucólisis y cuatro reacciones irreversibles. FIGURA 5-1 Respuesta metabólica a la lesión y el traumatismo. Descargado para Anonymous User (n/a) en Universidad Nacional Autonoma de Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en septiembre 21, 2017. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2017. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org http://booksmedicos.org I Principios básicos en cirugía100 Metabolismo de los lípidos Los lípidos son moléculas hidrófobas que comprenden ácidos grasos, fosfolípidos, glicerolípidos, esfingolípidos eicosanoides y vitaminas. Desempeñan papeles clave en la estructura y la función celular, como almacenamiento y gasto de energía, formación de membranas biológi- cas y señalización celular. Si los lípidos no son utilizados de inmediato por las células, pueden ser almacenados en forma de TG. Los TG son los depósitos calóricos más potentes del organismo: 1 g de grasa aporta 9 kcal (37,7 kJ). Los TG de la dieta no pueden atravesar las células del epite- lio intestinal y, primero, deben ser emulsionados e hidrolizados a monoacilgliceroles (MAG) o a ácidos grasos libres. Este proceso es mediado por una mezcla de lipasas halladas sobre todo en las secre- ciones biliares, pancreáticas e intestinales de las glándulas ubicadas a lo largo del tubo digestivo (lengua, estómago, páncreas, glucocáliz de la pared intestinal). El estómago cumple dos funciones impor- tantes: 1) secreción de lipasa gástrica, responsable de la digestión y la absorción hasta del 20% del total de TG, y 2) iniciación de la emulsificación. Luego, las grasas ingresan en la parte superior del duodeno, el 80% en forma de TG y el resto en forma de compuestos parcialmente hidrolizados. Los TG emulsionados estimulan la con- tracción de la vesícula biliar y la liberación de bilis y jugo pancreático que contiene lipasa, colipasa, fosfolipasa A2 y colesterilo esterasa. Los ácidos biliares y la colipasa permiten que la lipasa pancreática actúe sobre los TG para producir diacilgliceroles (DAG), MAG y ácidos grasos libres. La lipólisis se lleva a cabo dentro de las gotitas lipídicas citosólicas de los adipocitos, donde una serie de lipasas inician la degradación del TAG a ácidos grasos libres y glicerol. Hasta hace poco, se considera- ba que la lipasa sensible a hormonas (HSL) era la única enzima que hidrolizaba los TG en el tejido adiposo. Ahora se cree que una segunda enzima, adiposa triglicérido lipasa (ATGL), cataliza el primer paso de la hidrólisis de los TG (fig. 5-3). En el estado postabsortivo, el tejido adiposo libera ácidos grasos libres y glicerol a la circulación para que sean usados como energía. La β-oxidación hepática de los ácidos grasos produce cuerpos cetónicos, acetoacetato y 3-hidroxibutirato, que pueden ser utilizados directa- mente como fuentes de energía por el músculo cardíaco, el músculo esquelético y la corteza renal, así como por el tejido cerebral, después de 1 semana de ayuno. Este cambio del sistema nervioso central durante la inanición, que lo aleja del uso primario de hidratos de carbono para pasar a la utilización de cuerpos cetónicos como combustible, representa un paso adaptativo crucial que ejerce un efecto ahorrador secundario sobre las proteínas del organismo. La desnutrina-ATGL inicia la lipólisis hidrolizando el TAG a DAG. La HSL hidroliza el DAG a MAG, que después es hidrolizado por la MAG lipasa para generar glicerol y tres ácidos grasos. Los ácidos grasos generados durante la lipólisis pueden ser liberados a la circulación FIGURA 5-2 Esquema simplificado de las vías metabólicas. Descargado para Anonymous User (n/a) en Universidad Nacional Autonoma de Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en septiembre 21, 2017. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2017. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org http://booksmedicos.org 5 Metabolismo en los pacientes quirúrgicos 101 © E lse vi er . F ot oc op ia r s in a ut or iza ci ón e s u n de lit o. para que sean usados por otros órganos o pueden ser oxidados dentro de los adipocitos. Durante el ayuno, los glucocorticoides aumentan la expresión de desnutrina-ATGL. Más aún, el ayuno induce unión de las catecolaminas a receptores β-adrenérgicos (β-AR) acopados a Gα, lo que les permite activar la adenilato ciclasa para aumentar el monofosfato de adenosina cíclico y activar la proteína cinasa A (PKA). La PKA fosforila la proteína asociada a gotitas lipídicas y la HSL, con la consiguiente translocación de la HSL del citosol a la gotita lipídica para inducir su hidrólisis. Metabolismo de las proteínas Las proteínas son esenciales en la estructura y la función de todas las células y participan en la adhesión, la señalización y la inmunogenia celular. La digestión de las proteínas a péptidos comienza en el estó- mago a través de la desnaturalización por ácido y la acción enzimática de la pepsina. La digestión de péptidos a tripéptidos, dipéptidos y aminoácidos tiene lugar en el duodeno mediante proteasas secretadas por el páncreas y peptidasas asociadas con el glucocáliz de la pared intestinal. Los dipéptidos, los oligopéptidos y los aminoácidos aislados se absorben en el intestino delgado. La síntesis de proteínas humanas requiere 20 aminoácidos; 8 se denominan aminoácidos esenciales, porque no pueden ser sintetizados de novo a partir de otros aminoácidos (hay 10 aminoácidos esenciales si se incluyen la arginina y la histidina como esenciales en los lactantes) y se deben obtener de la dieta. Otros 6 aminoácidos se denominan aminoácidos condicionalmente esenciales, porque no pueden ser sinteti- zados a la velocidad que exigen las necesidades durante la infancia, la enfermedad y otras condiciones, y a veces deben ser complementados. Los 6 aminoácidos restantes se denominan aminoácidos no esenciales, porque pueden ser sintetizados en el organismo (tabla 5-1). Diversos tejidos, incluidos el hígado, el músculo, el riñón y el te- jido adiposo, comparten papeles reguladores en el metabolismo de los aminoácidos, aunque el catabolismo de la mayoría de los ami- noácidos esenciales tiene lugar en el hígado. Los tres aminoácidos de cadena ramificada (BCAA) —leucina, isoleucina y valina— son una excepción,porque son poco metabolizados durante el metabolismo inicial hepático y son degradados en el músculo esquelético. La degra- dación de los BCAA en el músculo genera alanina y glutamina. El músculo esquelético libera alanina, además de lactato, durante la glucólisis anaerobia, que genera ATP. En el ciclo de Cori, el hígado vuelve a convertir en glucosa el lactato producido por el músculo para que se utilice como combustible muscular de una manera dependiente del ATP. De modo similar, el hígado puede utilizar alanina, que es un precursor preferido para la gluconeogenia hepática, como parte del ciclo glucosa-alanina (v. fig. 5-2). La alanina es provista por el músculo durante el recambio de proteínas o por los aminoácidos de la dieta. El metabolismo de los compuestos nitrogenados del organismo, como aminoácidos, produce amoníaco, que es convertido a urea, una sustancia menos tóxica, mediante una serie de reacciones que componen el ciclo de la urea. El ciclo de la urea genera urea a partir del amoníaco producido por oxidación de los aminoácidos, y ciertos aminoácidos, incluida la arginina, ingresan directamente en el ciclo de la urea como intermediarios. El mayor catabolismo de las proteínas y la liberación de los aminoácidos para gluconeogenia inducen un exceso de producción de nitrógeno, equilibrio nitrogenado negativo y mayor excreción renal de urea (v. fig. 5-2). La insuficiencia hepática puede causar encefalopatía hepática como resultado de la acumulación de productos nitrogenados, incluido amoníaco. Las metabolopatías con- génitas también provocan trastornos por disfunción del ciclo de la urea. Regulación de la reserva de aminoácidos La señalización hormonal anabólica o catabólica, diversos mecanismos fisiopatológicos, el tipo y la disponibilidad de nutrientes, y sus vías de administración son factores que regulan la reserva de aminoácidos libres. Durante la nutrición enteral (NE), el sistema venoso porta transporta los aminoácidos ingeridos al hígado; el 25% de ellos alcanzan la circulación general para abastecer la reserva plasmática de aminoácidos, el 55% se convierten en urea, el 6% se utilizan para la síntesis de proteínas FIGURA 5-3 Regulación de la lipólisis dentro de los adipocitos. (Adaptado de Ahmadian M, Wang Y, Sul HS: Lipolysis in adipocytes. Int J Biochem Cell Biol 42:555–559, 2010.) Descargado para Anonymous User (n/a) en Universidad Nacional Autonoma de Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en septiembre 21, 2017. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2017. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org http://booksmedicos.org I Principios básicos en cirugía102 plasmáticas constitutivas (p. ej., albúmina, prealbúmina) y el 14% se convierten en proteína hepática. En una respuesta hipermetabólica intensa a la cirugía o al traumatismo hay un aumento significativo de la demanda de aminoácidos y de proteínas. De modo similar, se observa aumento de la demanda durante el crecimiento, la actividad física, el embarazo y la lactancia. Ciclos glucosa-alanina y glucosa-lactato de los aminoácidos Después de una lesión grave o de cirugía mayor, aumentan las velo- cidades de captación de glucosa, glucólisis y oxidación de los BCAA en el músculo. El hígado, estimulado por el glucagón, transfiere el grupo amino de la alanina a través del ciclo de la urea para producir piruvato. El piruvato ingresa en la vía de gluconeogenia mediante la enzima mitocondrial piruvato carboxilasa. Luego, se sintetiza glucosa, que vuelve a ser liberada a la circulación. De los 20 aminoácidos, 18 son gluconeogénicos, y la alanina es la fuente más frecuente incorporada a través del ciclo glucosa-alanina. El lactato es un producto derivado del metabolismo anaerobio de la glucosa. En estado fisiológico, es producido por los eritrocitos (células anaerobias) y el músculo esquelético, y captado por el hígado, donde primero es convertido en piruvato y, después, en glucosa a través de la vía gluconeogénica. Esto se conoce comúnmente como ciclo de la glucosa-lactato o de Cori. Las reacciones que vuelven a convertir el lactato en glucosa requieren gran cantidad de energía, que es aportada por la lipólisis y la β-oxidación de las grasas (v. fig. 5-2). En pacientes en estado crítico, el lactato es un marcador global de hipoperfusión tisular y aporte insuficiente de oxígeno. Sin embargo, hay otros mecanismos que explican la acumulación de lactato en estos pacientes; la elevación de las concentraciones plasmáticas de lactato en pacientes con lesiones graves se puede relacionar, en parte, con aumentos del flujo de glucosa y, quizá, no refleje totalmente una defi- ciencia de disponibilidad de oxígeno (fig. 5-4). Recambio de proteínas La ingesta dietética, la síntesis y la degradación de las proteínas modifican continuamente el recambio de proteínas. Durante la síntesis de proteínas y la conversión a urea, se extraen aminoácidos de la reserva libre de aminoácidos en un equilibrio dinámico deno- minado recambio de proteínas. La síntesis neta de proteínas indica un estado anabólico, mientras que la degradación de proteínas indica un estado catabólico. Durante la enfermedad crítica, la septicemia, los traumatismos o las quemaduras graves, hay mayores tasas de síntesis y degradación de proteínas musculares, aunque la magnitud de esta última es más significativa e induce un estado catabólico. El aumento de la proteólisis inicia un desequilibrio en la oferta y la demanda de aminoácidos libres; si persiste la degradación de las proteínas, el catabolismo proteínico neto determina una consunción muscular considerable. Proteólisis No se conocen por completo los desencadenantes y las vías de seña- lización celular que inducen proteólisis y catabolismo muscular, y estas son áreas de gran interés en la investigación, junto con las dianas terapéuticas y los tratamientos destinados a prevenir la consunción muscular. Una serie de condiciones, como ayuno, cáncer, trastornos neurológicos de etiología genética, diabetes, septicemia, sida, quema- duras, traumatismos, hipertiroidismo y exceso de glucocorticoides pueden inducir diversos grados de proteólisis. El proceso bioquímico terminal implica la conjugación de la ubicuitina con el grupo amino de residuos lisina de las proteínas a través de una serie de enzimas: 1) enzima activadora de ubicuitina E1; 2) enzima conjugadora de ubicuitina E2, y 3) ubicuitina ligasas E3. En este proceso, las enzimas clave son las ligasas E3. En el músculo se expresan tres ubicuitina TABLA 5-1 Aminoácidos GRUPO DE AMINOÁCIDOS (ABREVIATURA) CARACTERÍSTICAS Aminoácidos esenciales Deben estar presentes en la dieta, porque no pueden ser sintetizados Valina (Val) Aminoácido de cadena ramificada Leucina (Leu) Aminoácido de cadena ramificada Isoleucina (Ile) Aminoácido de cadena ramificada Lisina (Lys) Metionina (Met) Treonina (Thr) Fenilalanina (Phe) Triptófano (Trp) Condicionalmente esenciales Condicionalmente indispensables, porque las bajas tasas de síntesis pueden superar las necesidades en ciertas condiciones, especialmente en lactantes Arginina (Arg) Esencial según el estado de salud del individuo y en lactantes, porque no puede ser sintetizada con suficiente rapidez Histidina (His) Antes considerada esencial en los lactantes; ahora también se considera esencial en los adultos Tirosina (Tyr) Se puede sintetizar a partir de fenilalanina Cisteína (Cys) Se puede sintetizar a partir de metionina Glutamina (Gln) Fuente importante de energía para la mucosa intestinal Prolina (Pro) Aminoácidos no esenciales Las necesidades se pueden satisfacer por completo mediante la síntesis Alanina (Ala) Asparragina (Asn) Aspartato (Asp) Glutamato (Glu) Glicina (Gly) Serina (Ser) FIGURA 5-4 La descarboxilación oxidativa del piruvato es un paso funda- mental del metabolismo oxidativo global de los hidratos de carbono y las grasas. Las concentraciones abrumadoramentealtas de glucosa pueden inducir producción de lactato, aun en presencia de oxígeno. (Adaptado de Gore DC, Ferrando A, Barnett J, et al: Influence of glucose kinetics on plasma lactate concentration and energy expenditure in severely burned patients. J Trauma 49:673–677, 2000.) Descargado para Anonymous User (n/a) en Universidad Nacional Autonoma de Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en septiembre 21, 2017. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2017. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org http://booksmedicos.org 5 Metabolismo en los pacientes quirúrgicos 103 © E lse vi er . F ot oc op ia r s in a ut or iza ci ón e s u n de lit o. ligasas E3: atrogina 1 (conocida también como MAFbx), proteína del músculo del dedo anular 1 (MuRF1) y E3α1. Los genes huma- nos codifican alrededor de 85 proteasas especializadas que actúan sobre la ubicuitina. El factor nuclear kB es un factor de transcripción importante que desencadena la degradación de proteínas musculares a través de la ubicuitinación. Hay estudios que sugieren que la Akt1 es la fuerza de equilibrio entre atrofia e hipertrofia muscular. El factor de crecimiento similar a la insulina 1 (IGF-1) y otros estímulos anabólicos activan la vía P13K-Akt1, con la consiguiente activación de dianas anterógradas (diana de la rapamicina en mamíferos [mTOR] y S6K1), que esti- mulan la síntesis de proteínas musculares y la hipertrofia (fig. 5-5). Por el contrario, Akt1 es responsable del estado de fosforilación de la familia Foxo de factores de transcripción. Si Foxo es fosforilado por Akt1, abandona el núcleo y se torna inactivo, lo que evita la inducción de atrofia. En cambio, si se suprime la actividad de Akt1, Foxo presenta desfosforilación y transcripción activa, lo que permite que se una directamente, entre otros, al gen de atrogina 1, clave en la ubicuitinación, y aumente la degradación de las proteínas y la atrofia muscular. Vitaminas y micronutrientes Además de necesitar macronutrientes, proteínas, hidratos de carbono y grasas, numerosos procesos celulares requieren pequeñas cantidades de vitaminas, minerales y oligoelementos (tabla 5-2). Se ha implicado la disminución de las concentraciones de vitaminas y oligoelementos en la alteración de la cicatrización de heridas, la disfunción inmunitaria deprimida y una mayor respuesta inflamatoria sistémica a la enferme- dad.1 Las deficiencias de micronutrientes y vitaminas son infrecuentes en sujetos por lo demás sanos; sin embargo, estudios de pacientes en estado crítico han observado incidencias significativas de diversas deficiencias de vitaminas y micronutrientes en el ámbito de unidades de cuidados intensivos (UCI), aunque en estudios más recientes se sugiere que estas deficiencias varían de manera significativa según la región geográfica.1-3 Si bien las deficiencias son evitables con suplementos adecuados, algunas vitaminas y micronutrientes requieren pasaje portal para su conversión o activación, un paso que quizá sea omitido en caso de infusión parenteral y que puede ser inhabilitado por diversos procesos patológicos. En pacientes con síndrome del intestino corto o resección ileal extensa, no se absorben ni activan de manera adecuada vitaminas y micronutrientes que normalmente requieren circulación enterohe- pática. Los pacientes con anemia perniciosa de inicio en la adultez o con gastritis atrófica con hipoclorhidria pueden tener deficiencia de vitamina B12. La malabsorción de grasas inducida por insuficiencia pancreática puede inducir la captación inadecuada de micronutrientes liposolubles. La enfermedad inflamatoria intestinal grave o prolongada puede causar deficiencias de hierro y vitaminas. Asimismo, hay des- censo significativo de las concentraciones plasmáticas de oligoelementos durante períodos prolongados tras la lesión, debido a la mayor excre- ción urinaria y pérdidas cutáneas significativas. DESNUTRICIÓN E INANICIÓN De los pacientes hospitalizados, el 50% pueden estar desnutridos, y un 25-30% adicional se desnutren durante su hospitalización. La desnutrición puede ser la consecuencia de los siguientes facto- res solos o en combinación: deficiencias de proteínas, deficiencias de calorías, consumo excesivo de calorías o consumo ineficiente de calorías. La desnutrición se puede conceptualizar como una disfunción fisiopatológica secundaria a la falta de consumo o de metabolismo de nutrientes suficientes para mantener la integridad estructural y funcional del organismo. Desde un punto de vista fisiopatológico, la desnutrición se debe a dos procesos, ya sea solos o combinados: 1) inanición (estado en el que la ingesta de nutrientes no satisface las demandas metabólicas del organismo), y 2) disfunción metabólica (estado en el que el organis- mo no metaboliza de manera eficaz los nutrientes para que satisfagan efectivamente sus necesidades inmediatas). Desde la perspectiva clínica, la desnutrición se puede deber a una enfermedad de base, ingesta inadecuada o a ambas. Estos dos aspectos de la desnutrición (inanición y desregulación metabólica) se suelen reforzar entre sí. Por ejemplo, un paciente con lesiones graves puede no mantener una ingesta nutricional adecuada por lesiones traumáticas (p. ej., el dolor o el letargo pueden inhibir la alimentación por el propio sujeto, la disfunción digestiva por lesión abdominal puede limitar la ingesta enteral de alimentos). De modo similar, la inanición a menudo puede exacerbar los estados patológicos, lo que agrava la disfunción metabólica. El tratamiento de los procesos patológicos de base es tan crítico para la terapia nutricional como lo es la terapia nutricional para el tratamiento de la enfermedad de base. FIGURA 5-5 Proteínas Akt1 y Foxo en el punto de decisión de atrofia frente a hipertrofia. (Reproducido a partir de Hoffman EP, Nader GA: Balancing muscle hypertrophy and atrophy. Nat Med 10:584–585, 2004.) Descargado para Anonymous User (n/a) en Universidad Nacional Autonoma de Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en septiembre 21, 2017. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2017. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org http://booksmedicos.org I Principios básicos en cirugía104 TABLA 5-2 Vitaminas y micronutrientes en el tratamiento quirúrgico MICRONUTRIENTE FUNCIÓN DEFICIENCIA RELEVANCIA Vitamina A Cofactor en la síntesis y el entrecruzamiento del colágeno; antioxidante; estimulación inmunitaria; extravasación de macrófagos; integridad mucosa; regulación de la síntesis de proteínas Dermatitis, ceguera nocturna, xeroftalmía, afecciones respiratorias (neumonía, displasia broncopulmonar) y alteración de la integridad del epitelio intestinal Cicatrización de las heridas y regeneración epitelial; la deficiencia puede causar menor actividad de los linfocitos T cooperadores, alteración de la secreción mucosa; proteína transportadora de retinol sensible al estado nutricional de los individuos Vitamina D Promueve la absorción de calcio y fósforo (por el intestino y el riñón), el crecimiento óseo y el remodelado óseo (por osteoblastos y osteoclastos); regula la síntesis de varias proteínas estructurales, incluido el colágeno de tipo I Desmineralización ósea La deficiencia y el deterioro causan desmineralización ósea y osteopenia Vitamina E Las propiedades antioxidantes promueven la integridad de la membrana Mayor agregación plaquetaria, menor supervivencia de los eritrocitos, anemia hemolítica, alteraciones neurológicas, menor concentración de creatinina sérica y creatinuria excesiva Esteatorrea prolongada y degeneración neuronal Vitamina K Esencial para la coagulación; prerrequisito para la cicatrización de heridas Hematomas, hemorragia Se comunica deficiencia en caso de antibioterapia prolongada, NPT que carece de emulsión lipídica y malabsorción Vitamina B1(tiamina) Cofactor en el entrecruzamiento del colágeno; facilita el ingreso de glucosa al ciclo de los TCA Beriberi, acidosis láctica, anorexia, cansancio, neuropatía periférica, síndrome de Wernicke-Korsakoff y cardiomegalia Se comunica deficiencia en pacientes agotados que reciben una carga súbita de hidratos de carbono; cicatrización de las heridas; tratados con 25-100 mg de tiamina/día Vitamina B6 (ácido pantoténico) Componente de coenzimas involucradas en la liberación de energía a partir de macronutrientes y en la síntesis de hemo y grasas Cansancio, alteraciones del sueño, náuseas, cólicos abdominales, vómitos, diarrea, calambres musculares, depresión mental e hipoglucemia La deficiencia induce mala cicatrización de las heridas y mal prendimiento de injertos cutáneos Biotina Coenzima en reacciones de carboxilación (gluconeogenia, síntesis de ácidos grasos, propionato) Glositis, dermatitis, palidez y caída del cabello NPT a largo plazo, alcoholismo y después de la gastrectomía Vitamina C Antioxidante, protege contra el daño por radicales libres; entrecruzamiento e hidroxilación de lisina y prolina durante la formación de colágeno; funciones inmunomediadas y antibacterianas de los leucocitos; replicación del ADN y el ARN, función linfocítica Cansancio, anorexia, mialgias y escorbuto (anemia, trastornos hemorrágicos, colágeno defectuoso en el hueso, cartílago, dientes, tejidos conjuntivos, degeneración muscular, gingivitis, debilidad capilar y alteración de la cicatrización de las heridas) Crucial para la cicatrización de las heridas; favorece la regeneración tisular y la formación de colágeno en el hueso, los dientes y el tejido conjuntivo Calcio El remodelado y la degradación del colágeno se basan en colagenasas dependientes de calcio Osteoporosis Importante en la reducción de la osteopenia y en la función de las colagenasas; la deficiencia provoca hipotensión, colapso cardiovascular, falta de respuesta a líquidos e hipertensivos, resistencia de los órganos terminales a la PTH y arritmias Cobre Promueve el entrecruzamiento del colágeno y la síntesis de elastina; se combina con radicales libres Desmineralización esquelética, alteración de la tolerancia a la glucosa, anemia, neutropenia, leucopenia, cambios de pigmentación cutánea y capilar; vinculado a arritmias mortales y mala evolución Exudado significativo de heridas; se sabe que los pacientes pediátricos quemados presentan pérdidas de cobre y cinc51 Hierro Esencial en moléculas que contienen hemo para el transporte (hemoglobina) y el almacenamiento (mioglobina) de oxígeno, transporte de electrones y reacciones de oxidorreducción (citocromos) Anemia, queilosis, glositis, alopecia, uñas quebradizas, coiloniquia, palidez, hipoxia tisular, disnea de esfuerzo y cardiomegalia Puede haber deficiencia por anemia y pérdida de sangre; la inadecuación reduce la resistencia a la infección y causa intolerancia al frío Magnesio Cofactor en la síntesis de proteínas y colágeno Náuseas, debilidad muscular, irritabilidad y alteración mental La deficiencia puede causar arritmia cardíaca, aumento de la irritabilidad del sistema nervioso y tetania Descargado para Anonymous User (n/a) en Universidad Nacional Autonoma de Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en septiembre 21, 2017. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2017. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org http://booksmedicos.org 5 Metabolismo en los pacientes quirúrgicos 105 © E lse vi er . F ot oc op ia r s in a ut or iza ci ón e s u n de lit o. Desde la perspectiva funcional, la desnutrición causa un deterioro de múltiples órganos y sistemas. La desnutrición grave y la inanición prolongada finalmente inducen menor función de barrera del tubo digestivo, insuficiencia respiratoria, consunción del músculo esque- lético, disminución de la masa miocárdica, atrofia renal, disfunción cardíaca diastólica y menor sensibilidad a los cardiotónicos. En un paciente quirúrgico, la desnutrición se manifiesta de manera muy notoria como inmunodepresión (una infección concurrente) y retraso en la cicatrización de las heridas. La evolución temporal de estas com- plicaciones depende de la deficiencia específica, y su gravedad suele ser el producto acumulado del grado y la duración de la deficiencia. Quizá, la manifestación más clara de la ubicuidad de la desnutrición (en subtipos individuales y sus combinaciones) en la UCI es la epidemia de consunción de la masa muscular magra observada en pacientes en estado crítico y lesionados.4 Subtipos de desnutrición Si bien la desnutrición se consideró tradicionalmente un proceso patológico aislado, la evolución de los conocimientos sobre diversos procesos fisiopatológicos que se pueden observar en diversos contex- tos ha llevado a un concepto más matizado de la desnutrición como algo más similar a un grupo de síndromes interrelacionados que a un proceso monolítico.5 En 2010 se formó el International Guideline Committee bajo los auspicios de la American Society for Parenteral and Enteral Nutrition, y la European Society for Clinical Nutrition and Metabolism propuso dividir el diagnóstico de «desnutrición» en tres síndromes distintos: 1. Desnutrición asociada a inanición: desnutrición debida, exclusiva- mente, a inanición prolongada. 2. Desnutrición asociada a enfermedad crónica: desnutrición que aparece cuando un paciente es expuesto a deficiencia prolongada de nutrientes atribuible a alteraciones metabólicas causadas por un proceso patológico sostenido. 3. Desnutrición asociada a enfermedad o lesión aguda: desnutrición que se manifiesta agudamente como una deficiencia efectiva de nutrientes por una alteración metabólica abrumadora. Inanición La inanición representa una discordancia entre el aporte y la demanda nutricional, secundaria a ingesta nutricional limitada. Específicamente, la inanición se puede deber a una deficiencia relativa de la energía total suministrada, de determinados nutrientes o de una combinación de estos. (Esta deficiencia se define en relación con las necesidades nutricionales en tiempo real de cada paciente, no con una cantidad fija.) La desnutrición asociada a inanición se suele observar en pacientes quirúrgicos cuya enfermedad primaria interfiere en su capacidad de mantener la ingesta nutricional. Son ejemplos frecuentes la intolerancia oral como consecuencia de las náuseas o el dolor posprandial, la dis- fagia en caso de obstrucción esofágica o la menor alimentación en un paciente postrado o con alteración del estado mental. Aun en ausencia de estas limitaciones, los pacientes quirúrgicos a menudo sufren des- nutrición por inanición yatrógena. Los pacientes en quienes se indican de manera reiterada restricciones del aporte oral antes de estudios y procedimientos invasivos o durante la preparación para ellos pueden acumular con rapidez una profunda deficiencia nutricional. Se deben realizar todos los esfuerzos para coordinar la asistencia para minimizar este tipo de inanición. En la respuesta metabólica a la desnutrición asociada a inanición, el material endógeno se convierte en sustrato nutricional disponible. El glucógeno actúa como combustible primario para el organismo durante las primeras 12-24 h. Cuando se agotan las reservas de glucógenos, aumenta la gluconeogenia, y los aminoácidos son degradados para obtener combustible. Con el tiempo, los cuerpos cetónicos de las grasas pueden servir como fuente principal de combustible oxidativo. La desnutrición causada por inanición responde al restablecimiento de la nutrición. Kwashiorkor y marasmo El kwashiorkor es una enfermedad crónica que aparece tras la des- nutrición calórico-proteínica de larga evolución. En los países en desa- rrollo, el kwashiorkor se debe más a menudo a hambruna o un aporte insuficiente de alimentos. En el mundo desarrollado, la mayoríade los casos indican descuido o abuso grave. Con menor frecuencia, la des- nutrición calórico-proteínica puede ser secundaria a cirugía gástrica, anorexia nerviosa o enfermedades que causan pérdida considerable de los nutrientes ingeridos (p. ej., insuficiencia pancreática, celiaquía, colitis ulcerosa, fibrosis quística, insuficiencia renal, tumores malig- nos). Las características del kwashiorkor son edema maleolar, apatía, hepatomegalia, atrofia y despigmentación cutánea, y disminución de la masa muscular. La Organización Mundial de la Salud elaboró un enfoque terapéutico de tres pasos. En la fase 1, el paciente es reanimado y estabilizado; en la fase 2, es sometido a rehabilitación nutricional, y la fase 3 consiste en la evaluación de seguimiento final y la prevención de las recidivas. El marasmo es otra enfermedad crónica causada por una deficiencia sostenida de calorías de la dieta. Es un problema mundial grave, que afecta en particular a los niños de países en desarrollo. En los pacientes quirúrgicos, el marasmo se suele asociar con infecciones y trastornos digestivos. Los cambios del metabolismo observados durante el maras- mo son similares a los cambios de la inanición analizados antes. El marasmo puede ser causado por menor ingesta calórica, mayor pérdida de las calorías ingeridas (diarrea, vómitos) o mayor gasto energético. TABLA 5-2 Vitaminas y micronutrientes en el tratamiento quirúrgico (cont.) MICRONUTRIENTE FUNCIÓN DEFICIENCIA RELEVANCIA Selenio Reduce los hidroperóxidos intracelulares; protege los lípidos de la membrana del daño oxidativo; puede reducir la mortalidad en pacientes en estado crítico Retraso del crecimiento, mialgias y debilidad, miopatía y miocardiopatía Importante en la función inmunitaria mediada por células; la deficiencia puede inducir alteraciones en el metabolismo de las hormonas tiroideas y aumento de las concentraciones plasmáticas de glutatión Cinc Factor esencial en una amplia variedad de sistemas enzimáticos involucrados en la síntesis de proteínas, metaloenzimas, replicación del ADN, función inmunitaria, y formación y entrecruzamiento del colágeno Caída del cabello, dermatitis, retraso de crecimiento, retraso de la maduración sexual, anorexia, disminución del olfato y el gusto, depresión y diarrea La deficiencia puede causar alteración de la cicatrización de las heridas; puede afectar la formación de hueso; pérdidas por exudados de heridas Adaptado de Norbury WB, Situ E, Herndon DN: Nutritional support in the critically ill. In Cameron JL, editor: Current surgical therapy, ed 9, Philadelphia, 2007, Mosby, pp 1234–1245. PTH, hormona paratiroidea. Descargado para Anonymous User (n/a) en Universidad Nacional Autonoma de Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en septiembre 21, 2017. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2017. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org http://booksmedicos.org I Principios básicos en cirugía106 La respuesta a la deficiencia calórica es una disminución del metabolis- mo basal, enlentecimiento del crecimiento, y pérdida de masa muscular y depósitos de grasa subcutánea. El tratamiento del marasmo consiste en rehabilitación nutricional prudente, corrección del desequilibrio electrolítico y tratamiento intensivo de las complicaciones, como infec- ciones, deshidratación, anemia e insuficiencia cardíaca. Durante el tratamiento, estos pacientes presentan riesgo significativo de presentar el síndrome por realimentación potencialmente fatal, en particular si la pérdida de peso reciente supera el 10%. Cambios del metabolismo de los sustratos inducidos por estrés La respuesta inflamatoria al traumatismo y la lesión modifica de manera profunda los patrones de metabolismo de los sustratos. Estos cambios reflejan una respuesta evolutiva adaptativa ante el traumatismo en la que se modula todo el perfil metabólico del organismo para facilitar la respuesta inmediata a la lesión o la amenaza aguda. En la respuesta inmediata al traumatismo aumentan las catecolaminas, se liberan las reservas de glucosa al torrente sanguíneo, se movilizan ácidos grasos por lipólisis y se suprimen procesos de mantenimiento intensivo de recursos, como la digestión y la síntesis de proteínas, todo lo cual facilita una movilización completa para sostener la respuesta de lucha o huida. El fenómeno de respuesta inflamatoria sistémica prolongada ante el traumatismo observado en los pacientes que son sostenidos durante lesiones importantes mediante cuidados intensivos modernos no es una respuesta evolutiva, sino que representa un derivado de la medicina moderna. En este contexto, la respuesta adaptativa inicial al estrés agudo, sostenida durante días, se convierte en un proceso patológico (fig. 5-6). La respuesta al estrés se caracteriza por una rápida movilización de los depósitos de grasas mediante la activación de la triglicérido lipasa por las catecolaminas. También se acompaña de resistencia a la insulina, con intolerancia periférica a la glucosa y gluconeogenia hepática. Mientras tanto, a diferencia de lo observado en la inanición, los estados inflamatorios parecen suprimir la cetogenia, con una corre- lación directa entre la gravedad de la lesión y el grado de inhibición de la cetogenia. La respuesta prolongada a la lesión induce un estado de catabolismo proteínico prolongado resistente al tratamiento que resulta particularmente problemático en el paciente quirúrgico. Este estado catabólico induce una disminución significativa de la masa corporal magra, el signo clínico distintivo de la desnutrición asociada a estrés. El aspecto más notable de la desnutrición asociada a la respuesta metabólica al traumatismo o la inflamación es que, a diferencia de la inanición, el estado catabólico y otras alteraciones metabólicas asociadas con lesión o inflamación aguda no pueden ser corregidos por completo o revertidos solo mediante el aporte adecuado de calorías. Los cambios asociados a inanición del metabolismo representan una adaptación transitoria a la falta de nutrición, mientras que la respuesta catabólica a la lesión aguda es independiente del nivel de alimentación. No obstante, la privación calórica exacerba las consecuencias de este catabolismo; la inanición de un paciente en el curso de una «tormenta metabólica» asociada a trauma puede causar una pérdida precipitada de masa corporal magra. Múltiples estudios de pacientes gravemente enfermos y lesionados tratados con terapia nutricional intensiva para emparejar el gasto energético estimado demostraron que este aumento de calorías se traduce en mayor adipogenia, más que en una reversión de la consunción de masa corporal magra.6,7 La respuesta metabólica a la infección sistémica determina cam- bios similares a los observados en la respuesta al trauma. Después del comienzo de la septicemia, las citocinas proinflamatorias estimulan la secreción de cortisol, glucagón y catecolaminas. Estas hormonas promueven la glucogenólisis y la gluconeogenia. Cuando se agotan las reservas de glucógeno, los lípidos y las proteínas se convierten en las principales fuentes de energía. La infección causa modificaciones en la producción y captación de glucosa, con la consiguiente hiperglucemia. A medida que progresa la septicemia, el flujo sanguíneo visceral se reduce e induce la aparición de hipoglucemia. La septicemia se puede asociar con un aumento del metabolismo del 50% por encima del gasto energético basal. Durante la septicemia, también hay alteración del metabolismo de las proteínas. Se observa mayor síntesis de ciertas proteínas asociado con priorizar la síntesis hepática de proteínas y un aumento de la síntesis de proteínas de fase aguda, por ejemplo, la proteína C reactiva. En cambio, disminuye la síntesis de proteínas constitutivas, como albúmina y preal- búmina. Hay mayor síntesis de glutamina durante la septicemia. La glutamina actúa comocombustible primario del sistema inmunitario y el epitelio intestinal, y mantiene la función de barrera protectora de la mucosa intestinal y aumenta el flujo sanguíneo al intestino. Se observa aumento de la excreción de los productos de degradación mus- cular, como urea, creatinina, ácido úrico y amoníaco. La pérdida neta de proteínas en la septicemia grave puede superar los 2 g/kg/día. Los pacientes sépticos, aun cuando reciben soporte nutricional intensivo, pueden perder más del 10% de las proteínas corporales totales en 3 semanas.8 Si no se modifica el estado catabólico, hay deterioro de la reparación tisular y la respuesta inmunitaria, y también pérdida intensa de proteínas esqueléticas y viscerales. FIGURA 5-6 A. Fases clásicas de flujo y reflujo de la respuesta de estrés aguda. Inicialmente, el índice metabólico desciende por debajo de lo normal y, luego, aumenta a niveles supranormales antes de normalizarse. B. Flujo y reflujo revisados. Los episodios recurrentes de septicemia y otros estímulos proinflamatorios determinan una demanda metabólica fluctuante, que permanece elevada de forma crónica. (Adaptado de Ball S, Baudouin SV: Endocrine disorders in the critically ill: The endocrine response to critical illness. In Hall GM, Hunter JM, Cooper MS, editors: Core topics in endocrinology in anaesthesia and critical care, Cambridge, England, 2010, Cambridge University Press, pp 126–131.) Descargado para Anonymous User (n/a) en Universidad Nacional Autonoma de Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en septiembre 21, 2017. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2017. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org http://booksmedicos.org 5 Metabolismo en los pacientes quirúrgicos 107 © E lse vi er . F ot oc op ia r s in a ut or iza ci ón e s u n de lit o. Las hormonas catabólicas inducen lipólisis de los depósitos de TAG del tejido adiposo para generar glicerol y ácidos grasos libres. En la septicemia grave se observa hiperlipidemia e hiperlactatemia, con una discrepancia entre producción de lactato y captación de lactato. Esta respuesta es la responsable de las concentraciones plasmáticas más altas de lactato que se asocian con septicemia grave. VALORACIÓN Y CONTROL NUTRICIONAL El soporte nutricional dirigido a objetivos es esencial para mejorar la evolución después del traumatismo y la cirugía, y se debe basar en la valoración reiterada de la respuesta a la alimentación. La hipoalimen- tación en el contexto de un aumento del catabolismo inducido por estrés puede determinar un empeoramiento precipitado del estado nutricional. La hiperalimentación es deletérea e induce hipercapnia y acidosis metabólica, hiperglucemia, hipertrigliceridemia, disfunción hepática y azoemia. Una valoración nutricional continua es el punto de partida de cualquier terapia nutricional. Valoración global e investigación del riesgo nutricional La valoración nutricional de los pacientes quirúrgicos comprende la evaluación de desnutrición preexistente, enfermedades médicas y tras- tornos metabólicos, malabsorción, enfermedad odontológica, depen- dencia de drogas y alcoholismo. Además de requerir una anamnesis y una exploración física completas, la valoración nutricional puede incluir pruebas de laboratorio pertinentes, mediciones antropomé- tricas y otros análisis de la composición corporal y el gasto de energía, combinados con la evaluación seriada de los resultados y la respuesta al tratamiento (cuadro 5-1). En los pacientes quirúrgicos, las heridas pueden servir de indicador único del estado nutricional funcional. En ausencia de factores de confusión específicos de la herida (p. ej., infección de la herida, insuficiencia arterial), la cicatrización de las heridas de un paciente de manera oportuna es evidencia convincente de nutrición adecuada. Si bien esta medida es sumamente útil para un médico experimentado, es difícil de aplicar en investigación o en todos los sistemas, porque la línea de tiempo «normal» para la cicatrización es una estimación subjetiva basada en la experiencia del médico exa- minador con heridas similares en pacientes sanos. Se han creado múltiples herramientas formales de encuesta clínica para valorar el estado nutricional e investigar la desnutrición. La detec- ción sistemática del riesgo nutricional incorpora factores del paciente y de la enfermedad para su determinación. Es la única herramienta de detección sistemática del riesgo nutricional difundida basada en evidencia clínica de grado I y la única herramienta que mostró predecir de manera fiable la morbimortalidad en pacientes agudos y sometidos a cirugía del aparato digestivo.9-11 Antropometría Las mediciones antropométricas abarcan una serie de mediciones del cuerpo que se comparan con valores estándares o se utilizan para evaluar los cambios individuales del estado nutricional a lo largo del tiempo. Estas medidas se suelen incorporar en modelos matemáticos creados para predecir el estado nutricional, las necesidades calóricas o ambos. Peso corporal El peso corporal refleja el equilibrio hídrico y el estado nutricional. Por lo general, los cambios diarios reflejan el equilibrio agudo de líquidos. En el contexto de enfermedad o lesión aguda, la retención y los des- plazamientos masivos de líquidos tienden a enmascarar la pérdida de peso del músculo esquelético. En cambio, el aumento o la pérdida de pesos sostenidos suelen indicar un fenómeno de nutrición o de desnutrición. La pérdida de peso significativa durante un período más amplio (de semanas a meses) es un factor predictivo importante de mortalidad, en particular si la pérdida es rápida o no planificada. En ausencia de retención de líquidos patológica, el aumento de peso sostenido es un signo característico clásico de regreso al anabolismo. La provisión excesiva de calorías y proteínas no evita que persista la degradación de proteínas musculares, y el aumento de peso se puede deber al incremento de la masa grasa, sobre todo en pacientes obesos. Los pacientes con sobrepeso y obesos pueden ser incapaces de utilizar los depósitos de grasa después de lesiones y pueden no estar tan bien nutridos como se presume a menudo, con baja masa muscular en relación con su peso. Peso corporal ideal Un enfoque antropométrico práctico es el cálculo del peso corporal ideal (PCI), en particular cuando se desconoce el peso corporal habitual o el peso del paciente antes del comienzo de la enfermedad. Los valores de PCI se pueden hallar en tablas estandarizadas que relacionan la altura con el peso previsto, o se puede estimar el PCI mediante las siguientes ecuaciones: • Hombres: 48 kg para los primeros 152 cm y 2,7 kg por cada 2,54 cm adicionales. • Mujeres; 45 kg para los primeros 152 cm y 2,3 kg por cada 2,54 cm adicionales. Si bien a veces es un punto de referencia útil, el concepto de «peso corporal ideal» ha caído en desuso, y es probable que se comprenda mejor como una aproximación de la masa corporal magra. Masa corporal magra «Masa corporal magra» hace referencia a la masa de tejido no adiposo, excluida cualquier masa añadida por cambios agudos del contenido de agua. El término ideal no es adecuado, porque no hay ningún límite específico con respecto a cuánta masa corporal magra puede mantener un paciente de manera saludable. La desnutrición (concurrente o reciente) se puede identificar por una masa corporal magra o una dis- minución persistente de la masa corporal magra. Los pacientes obesos son un ejemplo revelador de la importancia de la masa corporal magra. Múltiples estudios han identificado desnutrición crítica en pacientes obesos que, pese a las abundantes reservas de grasa, presentan masa corporal magra notoriamente baja en mediciones sofisticadas. En los pacientes con este tipo de obesidad, denominada obesidad sarcopénica, las tasa de morbimortalidad quirúrgica se correlacionan más estre- chamente con lamasa corporal magra que con la masa macroscópica o con cualquier peso «ideal» calculado.5,12 Índice de masa corporal El índice de masa corporal (IMC) es un índice estadístico que utiliza la altura y el peso para estimar la grasa corporal en hombres y mujeres de todas las edades. Sin embargo, puede haber variación individual, y el IMC no se debe utilizar como el único medio de clasificar a una persona como obesa o desnutrida. La U.S. National Health and Nutrition Examination Survey de 2007 indicó que el 63% de los estadounidenses tienen sobrepeso, con un 26% en la categoría de obesos (IMC ≥ 30 kg/m2). En los niños, el percentil de IMC permite la comparación de niños de igual sexo y edad. Un IMC por CUADRO 5-1 Métodos de valoración nutricional Historia clínica Peso corporal Mediciones antropométricas: PCI, IMC, espesor del pliegue cutáneo Calorimetría indirecta Consumo de oxígeno, determinación del cociente respiratorio Análisis de la composición corporal: radioabsorciometría de doble energía Determinaciones bioquímicas: albúmina, transferrina, prealbúmina Medición del equilibrio nitrogenado Mediciones de la función inmunitaria Descargado para Anonymous User (n/a) en Universidad Nacional Autonoma de Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en septiembre 21, 2017. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2017. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org http://booksmedicos.org I Principios básicos en cirugía108 debajo del percentil 5 se considera peso insuficiente, y un IMC por encima del percentil 95 se considera obesidad. En los adultos, el IMC se interpreta en función de niveles de corte establecidos por consenso (cuadro 5-2).13 =IMC peso (en kg)/altura (en m)2 Pruebas de imagen clínicas Radioabsorciometría de doble energía La radioabsorciometría de doble energía (DEXA) es una técnica útil para controlar el progreso nutricional a largo plazo midiendo los cam- bios de composición de los tejidos corporales, incluidas la masa corpo- ral magra, la masa adiposa y la densidad ósea. Los valores de densidad tisular derivan de mediciones cuantitativas de la atenuación de dos haces de rayos X. Estas mediciones se comparan con modelos estándares utilizados para el hueso y los tejidos blandos, y se utilizan para calcular la masa corporal magra, la masa adiposa y el contenido mineral óseo. El mantenimiento y el aumento del músculo esquelético como masa corporal magra es el principal objetivo del soporte nutricional, de manera que estas mediciones son útiles en la valoración nutricional. Tomografía computarizada y ecografía Si bien la DEXA está bien establecida como una herramienta exacta y precisa para determinar la composición corporal, los problemas de acceso limitan su aplicación. Los equipos de TC de alta resolución mostraron predecir de manera fiable las valoraciones por DEXA; sin embargo, el coste significativo, la exposición a radiación y la necesidad de transporte del paciente son obstáculos para su uso clínico generali- zado. Más recientemente, múltiples grupos han mostrado que las medi- ciones a partir de un examen ecográfico limitado junto a la cabecera del paciente predicen la composición corporal total con excelente fiabilidad intraoperador e interoperador.14,15 Dada su ubicua disponibilidad, bajo coste, facilidad de uso y carácter mínimamente invasivo, la ecografía junto a la cabecera del paciente tiene un potencial significativo de aplicación clínica generalizada en la valoración y el control nutricional. Concentración de albúmina sérica La albúmina representa más del 50% de las proteínas totales del suero y es la que más contribuye a la presión oncótica (tabla 5-3). La albúmina requiere depósitos significativos de energía para la síntesis, es inhibida por la inflamación y tiene una semivida de alrededor de 20 días. Por estas razones, las concentraciones séricas de albúmina son útiles para detectar y cuantificar la desnutrición. En los pacientes sometidos a cirugía programada, se ha observado que las concentraciones preoperatorias de albúmina son un mejor indicador pronóstico de morbimortalidad que las mediciones antropométricas.16 Las concentraciones preoperatorias de albúmina menores de 3 g/dl muestran una asociación independiente con mayor riesgo de complicaciones graves en los 30 días siguientes a la cirugía, como septicemia, insuficiencia renal aguda, fracaso para suspender la asistencia respiratoria, paro cardíaco, neumonía e infección de la herida. Asimismo, las concentraciones de albúmina son útiles para detectar desnutrición calórico-proteínica, que suele ser difícil de reconocer en los pacientes que no tienen bajo peso corporal y que se debe a las mayores demandas asociadas con el estrés de la enfermedad, las lesiones o la infección. Si no se satisfacen estas necesidades a partir de fuentes dietéticas, se agotan los depósitos de proteínas corporales, con las consiguientes complicaciones (p. ej., malabsorción, alteración de la respuesta inmunitaria y menor producción de proteínas constitutivas). El valor de la concentración de proteínas séricas como indicador del estado nutricional es limitado en la fase aguda posterior a lesiones, inflamación, infección y estrés quirúrgico. Los desplazamientos de líquidos y la mayor permeabilidad capilar inducen extravasación de proteínas del compartimento intravascular, lo que causa hemodilución y falsa hipoproteinemia. En contextos asistenciales agudos y de cuidados intensivos, los cambios a corto plazo de las concentraciones de albúmina no se deben interpretar como indicativos de progreso nutricional. Valoración pediátrica En los niños, la valoración nutricional consiste en anamnesis, explo- ración física y análisis de marcadores bioquímicos, así como en la evaluación del crecimiento en gráficos de percentiles. Los Centers for Disease Control and Prevention estadounidenses publicaron gráficos de percentiles revisados, estándares y específicos de sexo para el crecimien- to, incluidos la altura y el peso para la edad, y el IMC. Estos gráficos son representativos desde el punto de vista demográfico de la población estadounidense de 2 a 20 años de edad, y también existen gráficos para niños más pequeños (fig. 5-7). Estos gráficos se utilizan para controlar el progreso nutricional a largo plazo de un paciente. La posición del paciente en el gráfico de crecimiento es la herramienta más simple para evaluar el estado nutricional global en el contexto agudo. Un valor por debajo del percentil 5 o una tendencia a que la línea cruce dos líneas de percentiles importantes indica retraso de crecimiento grave. EVALUACIÓN DEL METABOLISMO Y LAS NECESIDADES ENERGÉTICAS La determinación de las necesidades nutricionales de los pacientes en estado crítico es esencial, porque el aporte inadecuado o excesivo de calorías puede afectar de manera adversa el pronóstico. Las estimaciones de las necesidades calóricas se pueden realizar aplicando diferentes ecua- ciones, calculadas en función de las mediciones de gases en sangre con la ecuación de Fick. En los pacientes quirúrgicos, la medición directa el gasto energético en reposo (GER) o metabolismo basal (MB) puede tener beneficios definidos con respecto a las estimaciones empíricas, IMC=peso (en kg)/altura2(en m2) CUADRO 5-2 Interpretación del índice de masa corporal • Peso muy insuficiente: < 16,5 kg/m2 • Peso insuficiente: 16,5-18,4 kg/m2 • Peso normal: 18,5-24,9 kg/m2 • Sobrepeso: 25-29,9 kg/m2 • Obesidad de grado I: 30-34,9 kg/m2 • Obesidad de grado II: 35-39,9 kg/m2 • Obesidad de grado III: ≥ 40 kg/m2 TABLA 5-3 Riesgo quirúrgico según la concentración de albúmina sérica* ALBÚMINA SÉRICA (g/dl) TASA DE MORTALIDAD A 30 DÍAS (%) TASA DE MORBILIDAD A 30 DÍAS (%) > 4,5 ≤ 1 ≤ 10 3,5 5 25 3 9 35 2,5 15 45 < 2,1 ≈30 65 *Los niveles preoperatorios de albúmina sérica han demostrado ser importantes predictores de morbilidad y mortalidad.Adaptado de Gibbs J, Cull W, Henderson W, et al: Preoperative serum albumin level as a predictor of operative mortality and morbidity: Results from the National VA Surgical Risk Study. Arch Surg 134: 36–42, 1999. Descargado para Anonymous User (n/a) en Universidad Nacional Autonoma de Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en septiembre 21, 2017. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2017. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org http://booksmedicos.org 5 Metabolismo en los pacientes quirúrgicos 109 © E lse vi er . F ot oc op ia r s in a ut or iza ci ón e s u n de lit o. FIGURA 5-7 Gráficos de percentiles de altura para la edad y de peso para la edad de hombres de 2 a 20 años. (Tomado de Centers for Disease Control and Prevention: Growth charts, 2000, http://www.cdc.gov/ growthcharts.) Descargado para Anonymous User (n/a) en Universidad Nacional Autonoma de Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en septiembre 21, 2017. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2017. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org http://booksmedicos.org I Principios básicos en cirugía110 dado que las ecuaciones predictivas en general no tienen en cuenta la compleja interacción entre estrés quirúrgico y metabolismo. Ecuaciones de gasto energético Por lo general, se utilizan varias ecuaciones diferentes para estimar las necesidades nutricionales. Estas fórmulas proporcionan solo una estimación, dado que las demandas de energía pueden variar de manera considerable entre los pacientes, y las necesidades dependen del estado y del nivel de actividad del paciente. Los ejemplos son las ecuaciones de Harris-Benedict, del American College of Chest Physicians, de Ireton- Jones (1997), de Penn State (2003) y de Swinamer (1990). Ecuación de Harris-Benedict Es probable que la ecuación de Harris-Benedict sea la fórmula emplea- da más a menudo para estimar el GER y ha mostrado ser tan exacta como otras fórmulas utilizadas con frecuencia en múltiples estudios.17 Esta ecuación estima el MB asumiendo un estado fisiológico normal en reposo de la siguiente manera. En hombres: MB 66,5 (13,75 peso enkg) (5,003 altura en cm) (6,775 edad en años) = + × + × − × En mujeres: MB 655,1 (9,563 peso enkg) (1,85 altura en cm) (4,676 edad en años) = + × + × − × Como los pacientes quirúrgicos suelen enfrentar distintas causas de estrés fisiológico, en general se necesita la multiplicación por un factor de estrés. Se han sugerido factores de estrés de 1,1 y 1,2 para cirugía programada menor y mayor; 1,35 y 1,6 para traumatismo esquelético y lesión craneoencefálica, y 1,1; 1,5 y 1,8 para infección leve, moderada y grave. Si bien estas ecuaciones son útiles para estimar con rapidez las necesidades calóricas, su exactitud es limitada. En un estudio de 395 pacientes hospitalizados, Boullata et al.17 compararon siete estimaciones de GER obtenidas mediante fórmulas con los resultados de la calorime- tría indirecta. Observaron que aun la más exacta de las siete fórmulas estudiadas (la ecuación de Harris-Benedict) generaba estimaciones inexactas del GER (diferencia > 10% con respecto al valor regis- trado) en el 40% de los pacientes estudiados. El poder predictivo de las ecuaciones empíricas es particularmente pobre en las poblaciones de pacientes con alto riesgo nutricional. Calorimetría indirecta La calorimetría indirecta permite evaluar el estado metabólico utili- zando carros metabólicos junto a la cabecera del paciente, que miden el GER utilizando los volúmenes de gas espirados; el consumo de oxígeno (Vo2) y la producción de dióxido de carbono (Vco2) se miden directamente. El paciente es conectado al carro metabólico a través de una mascarilla facial ajustada o a una conexión adaptadora a un circuito de respirador mecánico. Se deja al paciente en reposo, y se registran los volúmenes de oxígeno y dióxido de carbono espirados hasta alcanzar un estado de equilibrio. Se ha observado que estas concentraciones en estado de equilibrio predicen el gasto energético de 24 h con notable exactitud. = + GER (en kcal/día) 1,44 (3,9 V [en ml/ min] 1,1V [en ml/ min]) O CO 2 2 Por lo general, las mediciones obtenidas son fiables y reproducibles en un amplio espectro de cuadros catabólicos, índices metabólicos y valores de Fio2. En ciertas circunstancias, se ha comunicado escasa coincidencia entre el GER medido y previsto, con diferencias promedio entre ellos de hasta 635 ± 526 kcal/día en niños con quemaduras graves. Además de los carros, se recomienda calcular las necesidades nutricionales óptimas en ciertas poblaciones de pacientes, como: 1) niños con que- maduras graves; 2) pacientes dependientes del respirador; 3) pacientes con signos clínicos de hiperalimentación o hipoalimentación; 4) pacientes con lesión espinal o en coma; 5) pacientes en estado crítico con obesidad mórbida, y 6) pacientes sin respuesta adecuada al uso de dietas determinadas de acuerdo con ecuaciones, reflejada por la ausencia de mejoría de las determinaciones nutricionales clínicas o bioquímicas. En los pacientes que requieren soporte nutricional prolongado se recomienda mucho la calorimetría indirecta en lugar de ecuaciones empíricas para valorar las necesidades nutricionales. Asimismo, la calorimetría indirecta se puede utilizar para controlar la adecuación de la alimentación mediante el cálculo del cociente res- piratorio (CR = Vco2/Vo2) y evaluar la captación de sustratos. En caso de captación normal de sustratos mixtos se observa un CR del orden de 0,7 a 1. Un CR de 0,7 o menor es compatible con captación exclusiva de grasas e indica hipoalimentación. Un CR mayor de 1 puede indicar síntesis de grasas a partir de hidratos de carbono e hiperalimentación. La hiperalimentación ha mostrado ser deletérea para los pacientes en estado crítico e induce un aumento de la Vco2 debido a la mayor lipogenia. Este aumento de la Vco2 también puede contribuir a la dificultad para suspender la respiración asistida. Equilibrio nitrogenado El equilibrio nitrogenado se puede calcular para controlar la adecuación de la ingesta de proteínas. Se observa un equilibrio nitrogenado negati- vo cuando la excreción de nitrógeno supera la ingesta diaria, una indi- cación de degradación muscular, mientras un equilibrio nitrogenado positivo se asocia con ganancia de músculo. El equilibrio nitrogenado se puede estimar mediante ecuaciones basadas en mediciones habituales, como nitrógeno ureico en orina (UUN), nitrógeno no ureico en orina (estimado como el 20% del UUN) y diuresis de 24 h (D). En la estimación, se incluyen 2 g/día adicionales para tener en cuenta las pérdidas no urinarias de nitrógeno (materia fecal y piel). UUN de 24 h (g/día) UUN (mg/dl) D (ml/día) 1/1.000 (g/ml) 1/100 (dl/ml) = × × × Pérdida total de nitrógeno (g/día) UUN de 24 h (g/día) (0,2 UUN de 24 h [g/día]) 2 (g/día) = + × + = − Equilibrio nitrogenado total (g/día) ingesta nitrogenada total (g/día) pérdida nitrogenada total (g/día) El control seriado del equilibrio nitrogenado total de los pacientes permite evaluar la respuesta al soporte nutricional e identificar a los pacientes en riesgo de presentar pérdida de proteínas musculares. La pérdida de nitrógeno y el catabolismo proteínico persistentes reducen la fuerza muscular, modifican la composición corporal, aumentan las complicaciones infecciosas y retrasan la rehabilitación. Un equili- brio nitrogenado negativo persistente debe alertar al médico sobre la necesidad urgente de intervención nutricional o metabólica. Proteínas séricas La utilidad de las proteínas séricas como indicadores del estado nutri- cional es limitada en la fase aguda posterior a lesiones, inflamación, infección y estrés quirúrgico. Los desplazamientos de líquido y la mayor permeabilidad capilar inducen extravasación de proteínas del compartimento intravascular,lo que causa hemodilución y falsa hipoproteinemia. SOPORTE NUTRICIONAL Los pacientes quirúrgicos con soporte nutricional subóptimo presentan alteración de la cicatrización de las heridas, alteración de la respuesta inmunitaria, aceleración del catabolismo, mayor disfunción orgánica, retraso de la recuperación y mayor morbimortalidad. Los pacientes que MB=66,5+(13,75×- peso en kg)+(5,003×altu- ra en cm) −(6,775×edad en años) MB=655,1+(9,563×- peso en kg)+(1,85×altu- ra en cm) −(4,676×edad en años) GER (en kcal/día)=1,44 (3,9 Vo2 [en ml/min] +1,1 V co2[en ml/min]) UUN de 24 h (g/día)=UUN (mg/dl)×D (ml/día) - ×1/1.000 (g/ml)×1/100 (dl/ml) Pérdida total de nitrógeno (g/día)=UUN de 24 h (g/día) +(0,2×UUN de 24 h [g/- día]) +2 (g/día) Equilibrio nitrogenado total (g/día)=- ingesta nitrogenada total (g/día) - −pér- dida nitrogenada total (g/día) Descargado para Anonymous User (n/a) en Universidad Nacional Autonoma de Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en septiembre 21, 2017. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2017. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org http://booksmedicos.org 5 Metabolismo en los pacientes quirúrgicos 111 © E lse vi er . F ot oc op ia r s in a ut or iza ci ón e s u n de lit o. reciben alimentación inadecuada después de la cirugía muestran des- nutrición crítica en el término de 10 días y tienen un riesgo de muerte notoriamente mayor. El objetivo final del tratamiento nutricional perioperatorio consiste en satisfacer las necesidades calóricas y especí- ficas de nutrientes de manera segura para promover la cicatrización de las heridas, disminuir el riesgo de infección y prevenir la pérdida de proteínas musculares. Corresponde considerar soporte nutricional en todos los pacientes de acuerdo con las valoraciones clínicas y las directrices durante el período perioperatorio (cuadro 5-3). Si es posible retrasar una inter- vención quirúrgica, se ha observado que, en pacientes con alto riesgo nutricional, resulta beneficioso el soporte nutricional preoperatorio durante 10-14 días.9 Nutrición preoperatoria Pacientes sin desnutrición En operaciones programadas, la agresión metabólica comienza mucho antes de la incisión, cuando se solicita al paciente que cumpla con un ayuno después de la medianoche antes de una cirugía programada. Aun en cirugías no digestivas, las náuseas postoperatorias pueden persistir durante horas, lo que determina un período de inanición acumulado de más de 24 h. Este período puede gravar de manera significativa la respues- ta de inanición de los pacientes más sanos. La duración de la inanición se puede limitar minimizando el período de ayuno. Se puede autorizar sin riesgos la ingesta de líquidos claros 2 h antes de la cirugía, lo que puede moderar de manera considerable la agresión metabólica de la cirugía.18 El aumento de los depósitos de glucógeno mediante suplementos de hidratos de carbono en el período preoperatorio inmediato puede mitigar la repercusión fisiológica de la inanición. Múltiples estudios han mostrado que la ingesta oral de volúmenes adecuados de solución hidrocarbonada en el período de 24 h previo a la cirugía disminuye la consunción muscular, la resistencia a la insulina y la glucosilación tisular en el postoperatorio.11,19-21 Los pacientes sometidos a cirugía programada también han mos- trado beneficiarse con la iniciación preoperatoria de la inmunonu- trición. Las respuestas son óptimas cuando la terapia se inicia de 5 a 7 días antes de la cirugía. Es probable que esto corresponda al tiempo requerido para aumentar las concentraciones tisulares eficaces de los micronutrientes empleados. Los fundamentos y las aplicaciones de la inmunonutrición se analizan con mayor profundidad más adelante. Pacientes desnutridos Desde hace tiempo se ha establecido que la desnutrición preopera- toria se asocia con malos resultados quirúrgicos.11,22 Se debe evaluar el estado nutricional de todos los pacientes en quienes se contempla cirugía programada (v. «Valoración global e investigación del riesgo nutricional»). Si bien puede no ser factible corregir por completo la desnutrición en un paciente antes de la cirugía, la intervención preoperatoria puede atenuar su repercusión en determinados casos. Al igual que cualquier terapia, la eficacia de la terapia nutricional preoperatoria se basa en la selección de pacientes (v. cuadro 5-3). En un estudio multicéntrico de gran envergadura, Jie et al.9 anali- zaron la evolución en pacientes sometidos a cirugía abdominal que recibieron, o no, terapia nutricional, la cual se definió como NE dirigida a objetivos o bien nutrición parenteral (NP). Comunica- ron que en pacientes con una puntuación de desnutrición de 5 o más alta en la investigación del riesgo nutricional, la intervención nutricional preoperatoria redujo a la mitad la tasa de complica- ciones; en pacientes con una puntuación de 4 o menor, la terapia preoperatoria no se asoció con ninguna diferencia significativa de la tasa de complicaciones.9 Si el beneficio de la terapia nutricional preoperatoria supera los riesgos de retrasar la cirugía, es una decisión muy compleja específica de cada paciente, y el cirujano la toma tras la valoración de diversos factores, como: 1) el nivel de desnutrición del paciente; 2) las opciones nutricionales preoperatorias asequibles para el paciente (p. ej., alimentación enteral dirigida a objetivos, alimentación enteral limitada, nutrición parenteral total [NPT]); 3) la probabilidad de que la desnutrición responda a la nutrición preoperatoria, y 4) el riesgo relativo de retrasar cualquier cirugía particular considerada. Principios que guían las vías de nutrición: enteral, parenteral o ambas Durante décadas, la bibliografía quirúrgica y de cuidados intensivos documentó riesgos significativos de morbimortalidad asociados con la NP. Este énfasis en los riesgos de la NP llevó al dogma generalizado de que la repercusión beneficiosa de la NP puede superar sus riesgos solo cuando se aplica a pacientes que, de lo contrario, enfrentan inanición total prolongada. Sin embargo, las reevaluaciones más recientes de la NP en el contexto de las prácticas contemporáneas de cuidados intensivos sugieren que su perfil de riesgo ha disminuido de manera considerable en los últimos 20 años. Aunque sin duda la NP implica riesgos y morbilidad significativos, se considera que los avances más recientes en cuidados intensivos (p. ej., mejores prácticas de control glucémico, mayor evidencia sobre las técnicas de control de infecciones) han atenuado significativamente estos riesgos. Quizá lo más convincente sea el estudio de Harvey et al.,23 que aleatorizaron a 2.400 pacientes de la UCI a recibir NE o NP, y no hallaron ninguna indicación de mayor morbimortalidad a 30 días en el grupo de NP. Ha habido una tendencia en la bibliografía quirúrgica y de cuidados intensivos a ampliar las indicaciones de NPT. Desafiando la reco- mendación de consenso de diferir la iniciación de la NP en pacientes que no toleran la NE hasta que estos hayan demostrado intoleran- cia persistente durante varios día, Doig et al.24 demostraron que la iniciación temprana de la NP mejoró la evolución en pacientes con contraindicaciones de alimentación enteral (cuadro 5-4). Avanzando un paso más, en múltiples estudios de envergadura se evaluó el uso de NP como un suplemento, más que como un reemplazo, de la NE, con resultados variables.25-27 A diferencia de la NPT convencional, la NP complementaria se utiliza para aumentar la nutrición en pacientes que pueden tolerar cantidades significativas de NE, pero que no alcanzan a satisfacer sus necesidades calórico-proteínicas calculadas. En estos casos, la dosis de NP complementaria se calcula para igualar la diferencia entre las necesidades calórico-proteínicas proyectadas y el valor
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