Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
UNIDAD DE NORMATIVIDAD Y POLÍTICA EDUCATIVA Dirección General de Directrices para la Mejora de la Educación Dirección de Evaluación de Políticas y Programas Educativos Modelo de Evaluación de Políticas y Programas Educativos Documento interno de trabajo 2 Índice Introducción ..................................................................................................................... 5 1. Antecedentes de la evaluación de políticas y programas en México ...................... 7 1.1. El modelo de evaluación de las políticas y programas de desarrollo social .... 8 1.1.1. La evaluación de programas y acciones de desarrollo social .......................... 10 1.1.2. La evaluación de la política de desarrollo social ............................................. 10 1.1.3. La evaluación de políticas, programas y acciones educativas ......................... 12 1.1.4. Balance crítico del sistema de monitoreo y evaluación de los programas y la política de desarrollo social implementado por el CONEVAL .................................... 15 1.2. Otros actores que desarrollan evaluaciones de programas y políticas públicas ..................................................................................................................................... 19 2. Marco de referencia del modelo: el enfoque de derechos y el ciclo de las políticas públicas .......................................................................................................................... 22 2.1. ¿Qué son las políticas y los programas públicos? ........................................... 22 2.1.1. Definiciones y características clave de las políticas y los programas públicos 22 2.1.2. Las políticas públicas desde el enfoque de derechos ..................................... 26 2.2. El enfoque de la educación basado en derechos humanos ............................. 28 2.2.1. Principios rectores de un enfoque de derechos .............................................. 30 2.2.2. El derecho a una educación de calidad ........................................................... 33 3. El Modelo de evaluación de políticas y programas educativos del INEE .............. 38 3.1. ¿Qué se entiende por modelo? .......................................................................... 40 3.2. ¿Para qué evaluar? ............................................................................................. 40 3.3. ¿Qué se evalúa? .................................................................................................. 42 3.3.1. Evaluación de políticas educativas y de programas ........................................ 43 3.3.2. Las agendas de evaluación de políticas y programas educativos y de emisión de directrices ............................................................................................................ 45 3.4. ¿A quiénes están dirigidos los resultados de las evaluaciones? .................... 45 3.5. ¿En qué momentos se realizarán las evaluaciones? ........................................ 46 3.6. ¿Cuáles son los elementos constitutivos del modelo de evaluación de políticas y programas educativos? ........................................................................... 46 3.6.1. Instrumentos de política .................................................................................. 48 3.6.2. Referentes de mejora...................................................................................... 52 3.6.3. Criterios de evaluación .................................................................................... 56 3.6.4. El ciclo de la política pública ........................................................................... 63 3.7. Participación de actores clave en el proceso de evaluación ........................... 65 a) Tipología de participación .................................................................................. 65 b) Participación de los actores clave de acuerdo con las fases de la evaluación ... 66 4. Consideraciones finales ............................................................................................ 75 5. Bibliografía ................................................................................................................. 79 ANEXOS ......................................................................................................................... 89 Anexo 1. Normas de evaluación del Sistema de Naciones Unidas ......................... 89 3 Anexo 2. Estándares de evaluación de la UNEG ...................................................... 90 Anexo 3. Ejemplos de evaluaciones de políticas y programas realizadas por organismos internacionales ...................................................................................... 93 Anexo 4. Definición de niños, niñas y adolescentes ............................................... 96 Anexo 5. Metodología de evaluación participativa ................................................ 102 Anexo 6. Clasificación de los modelos de evaluación de políticas y programas 110 Anexo 7. Estándares para la evaluación de programas (Joint Committee on Standards for Educational Evaluation) ................................................................... 113 Anexo 8. Experiencias de Evaluación con Enfoque en Derechos Humanos ....... 116 4 Índice de Tablas Tabla 1. Número de programas y acciones educativas de la SEP .................................................................................. 14 Tabla 2. Tipología de políticas, programas o proyectos.................................................................................................... 51 Tabla 3. Componentes del SEN sobre los que incide la acción pública desde un enfoque de derechos ........... 56 Tabla 4. Criterios valorados en el diseño ................................................................................................................................. 59 Tabla 5. Criterios valorados en la implementación............................................................................................................. 61 Tabla 6. Criterios valorados en la etapa de resultados ...................................................................................................... 62 Tabla 7. Tipología de la participación...................................................................................................................................... 65 Tabla 8. Tipología de actores relevantes que participan de la evaluación ................................................................ 69 Tabla 9. Principales técnicas de recopilación de información ........................................................................................ 71 Índice de Gráficos Gráfica 1. Evolución del número de programas y acciones de educación 2009-2015 ........................................... 13 Índice de Diagramas Diagrama 1. La evaluación desde el enfoque del derecho a una educación de calidad ........................................ 36 Diagrama 2. Componentes que integran el Modelo de Evaluación de Políticas y Programas Educativos ... 47 Diagrama 3. Caracterización y situación de la política educativa a evaluar ........................................................... 48 Diagrama 4. Análisis de los instrumentos de la política .................................................................................................... 49 Diagrama 5. Referentes de mejora del Modelo de Evaluación de Políticas y Programas Educativos ............. 53 Diagrama 6. Criterios de evaluación de políticas y programas educativos ............................................................... 57 Diagrama 7. El ciclo de la política pública ............................................................................................................................. 63 5 IntroducciónLa reforma constitucional en materia educativa estableció que el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) (fracción IX, Art. 3º constitucional) es un organismo público autónomo, con personalidad jurídica y patrimonio propio, que tiene por objeto la coordinación del Sistema Nacional de Evaluación Educativa (SNEE) -creado para garantizar la prestación de servicios educativos de calidad- y con atribuciones de evaluación de la calidad, el desempeño y resultados del Sistema Educativo Nacional en la educación preescolar, primaria, secundaria y media superior, tanto pública como privada, en todas sus modalidades y servicios. Derivado de lo anterior y para cumplir con dicho mandato constitucional, se señala la siguiente agenda del Instituto como autoridad en materia de evaluación: Diseñar y realizar las mediciones que correspondan a componentes, procesos o resultados del sistema; Expedir los lineamientos a los que se sujetarán las autoridades educativas federal y locales para llevar a cabo las funciones de evaluación que les corresponden, y Generar y difundir información y, con base en ésta, emitir directrices que sean relevantes para contribuir a las decisiones tendientes a mejorar la calidad de la educación y su equidad, como factor esencial en la búsqueda de la igualdad social. En este sentido, las leyes secundarias que emanan de dicho mandato constitucional –Ley General de Educación (LGE), Ley General del Servicio Profesional Docente (LGSPD) y Ley del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (LINEE)-, establecen un conjunto de modificaciones en la estructura, planeación, operación y evaluación del Sistema Educativo Nacional (SEN). En materia de evaluación, la Ley del INEE establece que “el Instituto diseñará mediciones y evaluaciones que correspondan a componentes, procesos o resultados del SEN respecto a los atributos de educandos, docentes y Autoridades Escolares, así como de las características de instituciones, políticas y programas educativos” (artículo 25). A las tareas de evaluación que desarrolla el Instituto se añade la emisión de directrices “que sean relevantes para contribuir a las decisiones tendientes a mejorar la calidad de la educación y su equidad” (artículo 27, fracción VIII). Asimismo, el INEE y las autoridades educativas evaluarán, en los ámbitos de sus competencias, los resultados de calidad educativa de los programas compensatorios, 6 mediante los cuales el Ejecutivo Federal apoya con recursos específicos a los gobiernos de aquellas entidades federativas con mayores rezagos educativos, previa celebración de convenios en los que se conciertan las proporciones de financiamiento y las acciones específicas que las autoridades educativas locales deban realizar para reducir y superar dichos rezagos (artículo 34, LGE). Bajo este marco normativo, la Dirección de Evaluación de Políticas y Programas Educativos, perteneciente a la Dirección General de Directrices para la Mejora de la Educación, ambas de reciente creación, tiene como objetivo dirigir los procesos de evaluación1 de políticas y programas educativos, con el fin de generar información relevante que abone a la construcción y fundamentación de directrices, y contribuya a orientar la toma de decisiones de mejora por parte de las autoridades educativas. Derivado de lo anterior, en este documento se presenta el Modelo de Evaluación de Políticas y Programas Educativos, cuyo objetivo es establecer un marco de referencia que oriente el desarrollo de las evaluaciones de políticas y programas educativos que realice el Instituto, así como las consideraciones clave acerca de qué evaluar, para qué, para quién (audiencias) y cómo orientar la valoración de estas intervenciones educativas en el país. Para ello, el documento se estructura en cuatro apartados. En el primero, se plantean los antecedentes de la evaluación de políticas y programas en el país, con énfasis en el modelo empleado por CONEVAL, sus fortalezas y áreas de oportunidad. En el segundo apartado se expone el marco de referencia del Modelo de Evaluación de Políticas y Programas Educativos, es decir, el enfoque de la educación basado en derechos humanos y la perspectiva de las políticas públicas desde un enfoque de derechos. Posteriormente, en el apartado tres se presenta el planteamiento del Modelo, el cual está orientado a generar insumos, información y evidencia para apoyar y orientar la mejora educativa. En el último apartado se plantean algunas consideraciones finales relevantes con respecto a la propuesta de evaluación de políticas y programas del INEE. 1 La evaluación consiste en la acción de emitir juicios de valor que resultan de comparar los resultados de una medición u observación de componentes, procesos o resultados del Sistema Educativo Nacional con un referente previamente establecido (artículo 6 de la Ley del INEE). 7 1. Antecedentes de la evaluación de políticas y programas en México La práctica de la evaluación de políticas y programas públicos es un ejercicio reciente en México, el cual cobró auge durante la segunda mitad de la década de los 90, cuando se creó el Programa de Educación, Salud y Alimentación (“Progresa”, después denominado “Programa de Desarrollo Humano Oportunidades”, hoy “Prospera”). Éste fue el primer programa que integró la evaluación, de manera sistemática, como parte de sus procesos, incluso antes de comenzar su operación. Las evaluaciones realizadas a este programa tuvieron un importante efecto en el rediseño de las políticas sociales en México y permitieron dar cuenta de la importancia de la evidencia generada por las evaluaciones para detonar procesos de mejora de la gestión de los programas y para el proceso de modernización de la administración pública. Con respecto a los programas del sector educativo, durante los primeros años de la década de los 90, en los niveles de educación primaria y secundaria, “las evaluaciones se extendieron por la necesidad de evaluar programas compensatorios y con las pruebas del Factor Aprovechamiento Escolar del programa de estímulos denominado Carrera Magisterial” (Martínez, 2006 p.1). Es decir, los esfuerzos en materia de evaluación de programas se realizaban de manera fragmentada, la mayoría de ellos enfocados en programas que contaban con financiamiento internacional, cuyos compromisos con estas agencias así lo estipulaban. Sin embargo, el contexto de pluralidad y alternancia política que empezó a gestarse en el país hacia la segunda mitad de la década de los 90, propició un sistema de contrapesos entre el poder legislativo y el poder ejecutivo y, por primera vez (durante el sexenio de Vicente Fox Quesada, periodo 2000-2006), el primero exigió al segundo, a través de una decisión incorporada en el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF), que se evaluaran todos los programas sujetos a reglas de operación. En esta evaluación se debería valorar el diseño del programa, su apego a la normatividad, el grado de satisfacción de sus beneficiarios y el impacto de sus acciones, de manera anual y externa, y se debían entregar los resultados de esta evaluación al Congreso de la Unión (Franco, 2007). Así, el arreglo institucional que, en materia de evaluación, comenzó a generarse en el país fue el resultado de la creación de diversas instancias y regulaciones que permitieron incorporar e institucionalizar el ejercicio de la evaluación de los programas federales. Una de ellas fue la promulgación de la Ley de Transparencia y Acceso a la Información en 2002, la cual favoreció el acceso y la sistematización de la información, insumo fundamental de esta práctica; en tanto que la Ley General de Desarrollo Social (LGDS, 2004) definió los derechos sociales de los mexicanos y creó al Consejo Nacional de 8Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) como organismo descentralizado de la Secretaría de Desarrollo Social (hoy autónomo) y elemento clave del Sistema Nacional de Desarrollo Social. Posteriormente, con la implantación del Sistema de Evaluación del Desempeño (SED) los esfuerzos se dirigieron a lograr una gestión pública basada en resultados. Este proceso inicia con la promulgación de la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria, en abril de 2006, y la asociación estratégica entre la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), la Secretaría de la Función Pública (SFP) y el CONEVAL. Adicionalmente, en 2007, se emitieron los Lineamientos Generales para la Evaluación de los Programas Federales por parte del CONEVAL, la SCHP y la SFP, los cuales definieron los tipos de evaluaciones aplicables a los programas federales y los componentes esenciales del sistema de evaluación del desempeño. En este contexto, el CONEVAL se constituye en un actor clave en materia de evaluación de políticas y programas de desarrollo social en el país. Por su parte, al interior de la Secretaría de Educación Pública, la Subsecretaría de Planeación y Evaluación de Políticas Educativas (SPEPE), a través de la Dirección General de Evaluación de Políticas (DGEP), es la instancia responsable de coordinar las evaluaciones que mandata CONEVAL, de acuerdo con lo establecido en los modelos de términos de referencia para las diversas evaluaciones. Mientras tanto, en el ámbito educativo se crea el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), en el año 2002, como organismo descentralizado de la Secretaría de Educación Pública (SEP) -hoy organismo constitucional autónomo- siendo una de las tareas estipuladas en su Decreto de creación “apoyar, a solicitud de las autoridades educativas federales o estatales, la evaluación de programas y proyectos prioritarios”, es decir, aunque no se le confería explícitamente la tarea de evaluar programas -atribución exclusiva de las autoridades educativas- ya se planteaba la necesidad de que coadyuvara en el logro de estas tareas de evaluación. Por tal motivo, el aprendizaje organizacional en esta materia en el Instituto es escaso. 1.1. El modelo de evaluación de las políticas y programas de desarrollo social De acuerdo con los Lineamientos Generales para la Evaluación de los Programas Federales de la Administración Pública Federal, “la evaluación es el análisis sistemático y objetivo de los programas federales y tiene como finalidad determinar la pertinencia y el logro de sus objetivos y metas, así como su eficiencia, eficacia, calidad, resultados, impacto y sostenibilidad” (Título primero, disposición general tercera, 2007). 9 En la práctica, el modelo de evaluación implementado por CONEVAL se ha centrado preponderantemente en la medición del desempeño de los programas, con una tendencia hacia la valoración de la eficiencia de los mismos y la rendición de cuentas; dejando de lado la evaluación de otro tipo de criterios relacionados con la mejora. No obstante, el modelo mexicano de evaluación y monitoreo y de medición de la pobreza es tomado como referencia en diversos países del mundo, debido a que representa la semilla de un sistema de evaluación que ha ido fortaleciéndose paulatinamente (Cejudo, 2014). En este sentido, Martínez (2013) señala que México se encuentra entre los países con mayor avance en materia de seguimiento y evaluación a nivel regional, junto con Brasil, Chile y Colombia. En la evolución del modelo de evaluación mexicano se pueden identificar dos etapas (Rubio 2011, citada en Martínez, 2013). La primera, desarrollada de 2000 a 2006, y la segunda, de 2007 en adelante. En la primera, se observó una experiencia y capacidad institucional limitadas para dar inicio a los ejercicios de evaluación, no existían tipologías de evaluaciones que se adecuaran a los diferentes momentos de los programas, y uno de los avances considerables lo tuvo la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL) al crear unidades especializadas y metodologías innovadoras como la introducción del marco lógico2 y los mecanismos de retroalimentación de las evaluaciones. En esta etapa el énfasis estuvo puesto en el fomento a la transparencia y a la rendición de cuentas. La segunda etapa inició en 2007 y tuvo como antecedente la promulgación de la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria en 2006 y la creación del SED para todo el gobierno. Uno de sus aciertos, a decir de Feinstein y Hernández (2010), fue la coordinación del CONEVAL con las Unidades de Evaluación de la Secretaría de la Función Pública (SFP) y la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), al emitir un Programa Anual de Evaluación que distribuyera las responsabilidades sobre monitoreo y evaluación de los programas sociales. Asimismo, los Lineamientos Generales para la Evaluación de los Programas Federales definieron los componentes básicos del Sistema, los tipos de evaluaciones externas aplicables a los programas federales, así como los instrumentos básicos para la mejora del desempeño de los programas. Un elemento adicional fue el establecimiento de los Mecanismos para el Seguimiento de los Aspectos 2 Al respecto, cabe señalar que la metodología de marco lógico es una herramienta de gestión que facilita la planificación, ejecución y evaluación de proyectos o programas. La metodología contempla el análisis del problema, el análisis de los involucrados, la jerarquía de objetivos y la selección de una estrategia de implementación óptima. El producto de esta metodología es la Matriz de Indicadores para Resultados (MIR), la cual resume el fin al que el programa pretende contribuir, sus propósitos, componentes, actividades, cuáles son los supuestos claves y cómo los insumos y productos del proyecto serán monitoreados y evaluados. Asimismo, busca la realización de proyectos con una justificación clara y una teoría de cambio adecuada, por ello es considerada como una herramienta importante para la rendición de cuentas (Ortegón, Pacheco & Prieto 2005). 10 Susceptibles de Mejora en octubre de 2007, cuya intención es aumentar el uso de la evaluación en el rediseño de políticas y programas (Cardozo, 2012, p.175). 1.1.1. La evaluación de programas y acciones de desarrollo social El ámbito de competencia del CONEVAL en materia de evaluación de programas y acciones de desarrollo social que son atribución de una dependencia o entidad de la Administración Pública Federal, se encuentra delimitado por aquellos que se encuentran alineados con alguno de los derechos sociales (alimentación, educación, no discriminación, salud, seguridad social, trabajo, medio ambiente y vivienda) o con las dimensiones de bienestar económico que están establecidas en la LGDS. Los programas comprenden aquellos de modalidad S (sujetos a reglas de operación) o U (otros programas de subsidios), en tanto que las acciones están integradas por los programas presupuestarios de modalidad E (prestación de servicios públicos) o B (provisión de bienes públicos). Así, de acuerdo con los Lineamientos Generales para la Evaluación de los Programas Federales de la Administración Pública Federal, cada año se define un Programa Anual de Evaluación que determina los tipos de evaluación que se desarrollarán y los programas –nuevos o en operación- a los que serán aplicados dichos ejercicios. Cada uno de estos tipos de evaluación cuenta con un modelo específico de términos de referencia, desarrollado con el propósito de establecer instrumentos homogéneos para su implementación. Los tipos de evaluación pueden ser de diagnóstico (cuando se trata de programas de nueva creación), de diseño (se realiza durante el primer año de implementación del programa), de consistencia y resultados (se realizaa partir de los dos años de creación), de procesos (se realiza a partir del tercer año de operación), específicas, específicas de desempeño (se realiza una valoración sintética de desempeño anual), complementarias (de aplicación opcional, de acuerdo con las necesidades e intereses de las dependencias y entidades), y de impacto (dados los tiempos y costos que implica, no se determina una periodicidad en su aplicación, siendo decisión de cada programa o dependencia el momento de su realización). 1.1.2. La evaluación de la política de desarrollo social De acuerdo con el CONEVAL (2014) “la evaluación de la política social en México, y de la política pública en general, es una herramienta fundamental para mejorar constantemente 11 su desempeño y conocer cuáles de las acciones son o no efectivas para resolver los grandes problemas sociales y económicos que todavía aquejan al país”.3 En este sentido, la evaluación de la Política de Desarrollo Social se ha realizado con base en los indicadores que se establecen en el Plan Nacional de Desarrollo, a los que las dependencias deben alinear sus objetivos estratégicos (Lineamientos, 2007). Además de esos indicadores, el CONEVAL considera a la medición multidimensional de la pobreza4 como una herramienta esencial para su evaluación. La combinación de los espacios de bienestar, derechos y contexto territorial en la medición oficial de la pobreza permite disponer de un instrumento para la evaluación de los objetivos de la Política Nacional de Desarrollo Social, en los términos que estipula la LGDS (CONEVAL, 2009). En síntesis, el CONEVAL desarrolla la Evaluación de la Política de Desarrollo Social mediante los tres productos siguientes: los Informes de Evaluación de la Política Social en México, los cuales cuentan con informes específicos por derecho social, entre ellos se encuentra uno en materia de rezago educativo; las evaluaciones estratégicas; y, las evaluaciones integrales. Las evaluaciones denominadas estratégicas, son aquellas que se aplican a un programa o conjunto de programas en torno a estrategias, políticas e instituciones, con el fin de diagnosticar y analizar una problemática pública y la respuesta prevista para atenderla. Por su parte, las evaluaciones integrales proporcionan una valoración general del desempeño de los programas que conforman una temática específica con la finalidad de conocer las interacciones que existen entre los distintos programas sociales federales y contribuir a la mejora del diseño de políticas públicas. En este sentido, y no obstante los avances obtenidos en la evaluación de la Política Nacional de Desarrollo Social en México, con respecto a la situación predominante en las décadas de los ochenta y noventa, existen aún espacios de oportunidad importantes en materia de evaluación de políticas y, principalmente, en áreas estratégicas como la educación. 3 Las cursivas son nuestras. 4 Una persona se encuentra en situación de pobreza cuando tiene al menos una carencia social (en los seis indicadores: rezago educativo, acceso a servicios de salud, acceso a la seguridad social, calidad y espacios de la vivienda, servicios básicos en la vivienda y acceso a la alimentación), y su ingreso es menor al valor de la línea de bienestar económico (valor monetario de la canasta de alimentos, los bienes y los servicios básicos). Una persona se encuentra en pobreza extrema cuando tiene tres o más carencias sociales (en los indicadores mencionados) y su ingreso es menor al valor de la línea de bienestar mínimo (valor monetario de la canasta alimentaria básica, es un subconjunto de la línea de bienestar). Una persona se considera en situación de pobreza extrema de alimentación cuando se encuentra en pobreza extrema y presenta carencia por acceso a la alimentación (CONEVAL, 2014a). 12 De acuerdo con el mismo CONEVAL (2009), existen retos importantes en materia de evaluación, por ejemplo, dar cuenta de la calidad de los servicios que se brindan o el uso efectivo de éstos. También debe favorecerse la generación de más y mejor información sobre los distintos aspectos que permitan evaluar la política social en todos los órdenes de gobierno, no sólo en el nivel federal (CONEVAL, 2009). Este último aspecto resulta de suma relevancia para el sector educativo y un importante “nicho” por atender, ya que no se conoce con precisión cómo se están implementando, en el nivel local, las intervenciones públicas que se diseñan y planean en el orden federal y a las que se destinan cantidades importantes de recursos. 1.1.3. La evaluación de políticas, programas y acciones educativas Con respecto a las evaluaciones de política desarrolladas por CONEVAL, se han llevado a cabo dos evaluaciones relativas a componentes específicos de la política educativa: la primera fue una evaluación estratégica, publicada en 2011, denominada Evaluación en materia de Rezago Educativo 2008-2010; y, la segunda fue una evaluación integral, publicada en 2013, denominada Evaluación Integral de la Secretaría de Educación Pública 2011-2012. El Informe de Evaluación en materia de Rezago Educativo 2008-2010 fue realizado con base en la medición de la pobreza y las evaluaciones de los programas. En este informe se señala que, en 2010, el Gobierno Federal contaba con un total de 95 programas y acciones de educación desarrolladas por diversas dependencias, 88% de los cuales correspondían a la Secretaría de Educación Pública (SEP). Estos programas representaban el 35% del universo de los 273 programas de desarrollo social integrados en el Inventario CONEVAL de dicho año. Por otro lado, en 2013 se publicó la Evaluación Integral de la Secretaría de Educación Pública 2011-2012, en la cual se compilaron los resultados de 29 programas presupuestarios de la SEP que contaron con Evaluaciones de Consistencia y Resultados durante el mismo año. Estos programas representaban una tercera parte de los programas de la SEP (87), registrados en el inventario del CONEVAL para 2011.5 Así, de acuerdo con los Inventarios de CONEVAL de 2009 a 2015, la evolución del número de programas y acciones en materia educativa fue la siguiente: en el año 2009 fueron 96; en 2010 disminuyó a 94; y, en 2011 se redujeron a 91 programas y acciones. 5 De acuerdo con el Inventario Nacional CONEVAL de Programas y Acciones para el Desarrollo Social, el cual integra información de los programas y acciones de desarrollo social que corresponden a los datos del Listado federal 2014 y los Inventarios estatal 2012 y municipal 2012-2013, la SEP fue la dependencia que registró el mayor número de programas sociales con 87, seguida por la SEMARNAT con 26 y por SEDESOL con 25 programas (CONEVAL, 2014e). 13 El año con mayor número de programas y acciones fue el último año del sexenio anterior (2012), llegando a ser 103, en tanto que para 2013 se contabilizaron 98. En 2014, el número de programas se redujo notablemente a 62 programas y a 61 en 2015 (Gráfica 1). Gráfica 1. Evolución del número de programas y acciones de educación 2009-2015 Fuente: elaboración propia con datos de los inventarios 2009-2015 de CONEVAL Nota: Si bien los Inventarios de CONEVAL existen desde 2007, no es posible precisar los programas educativos administrados por otras dependencias diferentes a la SEP debido a que antes de 2009 no existía información suficiente para clasificarlos por derechos sociales. Esta misma situación sucede para 2014 y 2015, ya que CONEVAL debe esperar a reunir toda la información de fuentes como Cuenta Pública para poder realizar la clasificación de programas. En ese sentido, la clasificación por derecho social de los programas del Inventario 2014 estará lista para finales de 2015. De estas cifras totales de programas y accioneseducativas, que representan alrededor de una tercera parte de todos los programas y acciones sociales, se tiene que en promedio el 83% de dichas intervenciones son atribución de la Secretaría de Educación Pública, habiendo sido evaluados -hasta 2014- alrededor del 50% del total de programas y acciones educativas en el año en cuestión (Tabla 1). 14 Tabla 1. Número de programas y acciones educativas de la SEP Año Número de programas y acciones sociales Programas y acciones educativas Programas y acciones educativas responsabilidad de la SEP Programas y acciones educativas evaluados (a) (b) (c=b/a) (d) (e=d/b) (f) (g=f/b) # # % # % # Tipos % 2009 (1) 272 96 35.2 87 90.6 45 5 Diseño 33 EED(2) 1 Impacto 6 Otras(3) 46.8 2010 273 94 34.4 85 90.4 44 1 Diagnóstico 1 Diseño 38 EED 1 Impacto 3 Otras 46.8 2011 273 91 33.3 80 87.9 42 2 Diseño 37 ECR(4) 1 Procesos 2 Otras 46.1 2012 278 103 37.1 88 85.4 57 9 Diseño 1 Procesos 46 EED 1 Impacto 55.3 2013 264 98 37.1 81 82.7 49 1 Diseño 48 FMyE(5) 50.0 2014 232 62 26.7 44 81.0 12 12 Diagnóstico(6) 27.2 Fuente: elaboración propia con base en datos de los Inventarios 2009-2013 de CONEVAL para el derecho social de Educación, así como las Evaluaciones y Resultados de Programas y de Políticas de CONEVAL Notas: (1) Se toma en cuenta el periodo 2009-2013 ya que en éste se clasifican los programas por derecho social, habiendo recuperado los programas que responden al derecho social de educación. (2) EED: Evaluación Específica de Desempeño (3) En la categoría Otras, se incluyen evaluaciones distintas a las estipuladas en la tipología ofrecida por CONEVAL, tales como, satisfacción de usuarios, seguimiento a egresados, evaluaciones internas. (4) ECR: Evaluación de Consistencia y Resultados (5) FMyE: Fichas de monitoreo y Evaluación de los Programas (6) Dado que la información está actualizada al 2013, esta información es preliminar. Es importante mencionar que la notable reducción de programas en el año 2014 y el 2015 se debe a una reestructuración en la que varios de ellos se fusionaron en uno solo, por ejemplo, el Programa para la Inclusión y la Equidad Educativa se integró a partir de siete programas6, y el Programa de Fortalecimiento de la Calidad en la Educación Básica 6 El Programa para la Inclusión y Equidad Educativa se integró a partir de los siguientes programas: 1. Fortalecimiento de la Educación Especial y de la Integración Educativa; 2.Programa de Educación Prescolar y Primaria para Niños y Niñas de Familias Jornaleras Agrícolas Migrantes, 3. Programa Asesor Técnico Pedagógico; 4. Fortalecimiento del Servicio de la Educación Telesecundaria; 5. Atención Educativa a Grupos en Situación Vulnerable; 6. Educación para Personas con Discapacidad; y, 7.Fortalecimiento a las acciones asociadas a la educación indígena. 15 fusionó otros cuatro7. En estos casos, muchos de los objetivos previos se diluyeron, por lo que existe poca claridad acerca de los recursos específicos destinados a ellos, lo cual dificultará de manera importante los procesos de seguimiento y evaluación de las intervenciones que hacen parte de estas bolsas presupuestarias. 1.1.4. Balance crítico del sistema de monitoreo y evaluación de los programas y la política de desarrollo social implementado por el CONEVAL A diez años de la creación del CONEVAL y ocho años de la implementación de los Lineamientos Generales para la Evaluación de Programas Federales de la Administración Pública Federal, una de las principales virtudes del modelo de evaluación es haber logrado institucionalizar el desarrollo de evaluaciones periódicas, con énfasis en la valoración del desempeño de los programas sociales en el país, poniendo atención explícita a las diversas fases del ciclo de los programas (diagnóstico, diseño, procesos, resultados e impacto). Asimismo, la evaluación realizada por el CONEVAL ha permitido avanzar en la rendición de cuentas, gracias a la disponibilidad de los resultados de las evaluaciones de la mayor parte de las dependencias federales (Salas y Murillo, 2010). En este sentido, es importante reconocer los avances logrados en el proceso de consolidación de un sistema de monitoreo y evaluación en México, principalmente en los siguientes aspectos: Replanteamiento del objetivo de evaluación Ante el compromiso hacia una mejor asignación de recursos por parte de los estados nacionales y organismos internacionales, y la evolución del concepto de desarrollo social y humano, los objetivos de bienestar se hicieron más complejos y existió una mayor demanda ciudadana para lograrlos. Por lo anterior, se hizo necesaria la obtención de información que permitiera identificar los cursos de acción que procuraran resolver, de manera más efectiva y eficiente, las problemáticas de la intervención pública. Marco institucional que define el sistema de monitoreo y evaluación El avance se encuentra en la consolidación de un marco institucional único para toda la Administración Pública Federal, ligado al programa presupuestario y que identifica claramente los roles y participación de ciertos actores clave. Asimismo, el ejercicio de evaluación es definido de manera sistemática a través de un Programa Anual de Evaluación (PAE). 7 El Programa de Fortalecimiento de la Calidad en Educación Básica fusionó los siguientes cuatro programas: 1. Promoción y Fomento de Libros y la Lectura; 2. Programa Nacional de Lectura; 3. Reforma Curricular en Educación Básica; y, 4. Programa Nacional de Inglés en Educación Básica. 16 El uso de un lenguaje común La introducción de la herramienta de la Matriz de Indicadores para Resultados, con base en la Metodología de Marco Lógico, en la Administración Pública Federal facilitó la transición de una gestión tradicional a una enfocada en el desempeño, proporcionando así un marco de entendimiento unificado en materia de planeación y evaluación para estandarizar la medición de los resultados. Es una metodología orientada a objetivos, es decir, busca establecer una meta cuantitativa mediante indicadores y facilita la rendición de cuentas. Desarrollo de mecanismos explícitos para favorecer el uso de las evaluaciones El Mecanismo de Seguimiento a los Aspectos Susceptibles de Mejora derivados de los informes y evaluaciones, emitido conjuntamente por el CONEVAL y las Secretarías de la Función Pública y Hacienda y Crédito Público, tiene la finalidad de implementar un proceso operativo para dar seguimiento a los hallazgos y recomendaciones de las evaluaciones externas realizadas a los programas federales. Sin embargo, en este rubro en específico, su nivel de eficacia ha sido limitado. Evaluación de políticas En este caso se han desarrollado evaluaciones respecto de ejes temáticos relevantes para la política social, a través de evaluaciones denominadas estratégicas; o bien, respecto de entidades de la Administración Pública Federal mediante evaluaciones integrales. Sin embargo, se reconoce que el abordaje de la evaluación de políticas es todavía un área de desarrollo incipiente en el país. Valoración del Desempeño de los Programas Federales de Desarrollo Social. Esta base de datos, actualizada hasta 2013, actualiza y sintetiza el avance de 137 programas de desarrollo social. En el periodo de 2012-2013 esta valoración midió los avances y resultados de estos programas en el logro de sus objetivos, en la entrega de bienes y servicios, en sus indicadores, en la cobertura y en el seguimiento a las recomendaciones de evaluaciones externas. Asimismo, presentó las fortalezas y retos, los avances en el ejercicio presupuestal, el derecho social al que está alineado el programa y, en algunos casos, su incidencia distributiva.88 Este instrumento se denomina “Valoración del Desempeño de los Programas Federales de Desarrollo Social 2012-2013” y uno de sus principales objetivos es aportar información clave para el proceso presupuestario, es decir constituye un insumo fundamental para el Modelo Sintético del Desempeño de la Secretaría de 17 Sin embargo, existen también retos importantes por enfrentar, entre los cuales destacan los siguientes: Fuentes de información insuficientes Actualmente se cuenta con mucha mayor información acerca de los programas, en comparación con las décadas pasadas; sin embargo, en muchos casos ésta no tiene las características necesarias para realizar ejercicios de evaluación más sofisticados, ni permite la emisión de recomendaciones de política más fundamentadas, pertinentes, viables y factibles. Fortalecimiento de la oferta de evaluadores y de la calidad de las evaluaciones A pesar de que la demanda y la oferta de evaluadores se han incrementado considerablemente, no existe una regulación clara que permita homogeneizar la calidad de las evaluaciones y sus costos. Sobre este punto, cabe señalar que el CONEVAL se ha mostrado renuente a participar en procesos de certificación de evaluadores. Al respecto, Salas y Murillo (2010) señalan que una de las tareas pendientes es transparentar los mecanismos de selección de las instancias evaluadoras y proporcionar mayor información sobre su experiencia en evaluación. Asimismo, indican que se deben incluir indicadores cualitativos más concretos y no limitar el trabajo a un ejercicio de auditoría con una lista de verificación. Cejudo (2014), por su parte, señala que existen importantes retos de coordinación entre los distintos actores del sistema de evaluación, así como un desbalance entre la rigurosidad de la evaluación de algunos programas –pues unos son evaluados de manera rigurosa y otros sólo para cubrir con el requisito–. Poca claridad en la definición de los responsables de implementar las mejoras Una vez que se realiza la evaluación, no siempre es claro quién o quiénes son los responsables de llevar a cabo los procesos de mejora; debido a que en ello confluyen una multiplicidad de actores, y la responsabilidad tiende a diluirse entre diversas instancias. Además, si la evaluación no se realiza involucrando a los actores que la podrían usar, difícilmente se logrará el propósito de uso. Limitaciones del uso de la Metodología de Marco Lógico (MML) Hacienda y Crédito Público, además de contribuir a la transparencia y a la rendición de cuentas, aunque aún no se extiende a las entidades federativas, ni a los municipios. 18 No obstante el uso generalizado de esta herramienta y la comprensión básica de su estructura, en muchos casos su elaboración y utilización se ha convertido en una mera formalidad. De acuerdo con Bracho (2011), la MML y la construcción de la Matriz de Indicadores para Resultados (MIR) siguiendo un formato único, enfrenta serias dificultades para reflejar la realidad de los programas que integran múltiples unidades responsables, de diferente tamaño, que atienden a poblaciones potencial y objetivo que no pueden agruparse, o en aquellos casos en que se tiene sólo una entidad gubernamental responsable de la operación, pero las actividades se desarrollan en diferentes momentos. Aunado a lo anterior, Domínguez y Zermeño (2008) señalan que debido a las limitaciones de esta metodología, las dependencias de la Administración Pública Federal suelen concentrar sus esfuerzos en cumplir con los indicadores establecidos, desatendiendo la evolución de la dinámica contextual en las que se insertan y los efectos o impactos no esperados que se están generando. Por ello, es factible que tales programas muestren resultados, aun cuando el problema social permanezca sin avances importantes. Otra limitante se relaciona con el desconocimiento de la metodología, pues a pesar de los recursos erogados en formación y capacitación en esta materia a los responsables de los programas, la matriz se sigue implementado con ciertos errores, debido a la distancia entre el método que opera con una lógica lineal, y las necesidades de los implementadores que operan en realidades sumamente complejas. Comprensión de los avances y limitaciones de las evaluaciones Todos los tipos de evaluación tienen ventajas y limitaciones de acuerdo con las preguntas que pretenden responder y el auditorio al que van dirigidas. Tener en cuenta el alcance real de la evaluación y no emplearla para propósitos diferentes para los que fue creada es muy importante para fomentar su ejercicio y ser justos en su utilización. Usos de las evaluaciones Es necesario reconocer que los incentivos ligados al seguimiento de los Aspectos Susceptibles de Mejora están orientados a que las dependencias seleccionen los aspectos de mejora más sencillos de implementar y que no impliquen cambios significativos que puedan poner en riesgo la existencia de los programas o generar incumplimientos en términos de rendición de cuentas. 19 Poco desarrollo de capacidades de evaluación en otros órdenes de gobierno y poderes En la mayoría de los casos, las áreas de planeación y evaluación de las dependencias no cuentan con personal capacitado para realizar tareas de evaluación, principalmente en los órdenes estatal y municipal. Por tanto, existe una capacidad y desarrollo limitados para la evaluación y monitoreo en los estados y municipios. Cabe señalar que, de acuerdo con el Catálogo de Programas y Acciones Federales y Estatales para el Desarrollo Social, en 2015 9 se han detectado 2,194 programas y acciones de desarrollo social a nivel nacional, lo que sugiere que es importante mejorar la planeación de la política social al interior de la Administración Pública Federal y Estatal. Por tanto, de acuerdo con Martínez (2013), aún existen limitaciones en el modelo de evaluación del CONEVAL, las cuales están relacionadas con la ausencia de un carácter participativo en las evaluaciones, la tendencia a estandarizar formatos y metodologías que dificultan su flexibilidad ante las particularidades de cada programa y la poca cultura de la evaluación en el país. Si bien es cierto que los resultados de las evaluaciones han tenido cada vez mayor visibilidad social y la incorporación en 2008 del “Mecanismo de Seguimiento a los Aspectos Susceptibles de Mejora” ha venido empujando ciertos procesos de ajuste en los programas, persisten áreas de oportunidad importantes debido a dos factores: 1) La evaluación de las políticas públicas ha sido un campo escasamente explotado para su utilización en decisiones de mejora; y, 2) En los procesos clave de toma de decisiones de política, de mejora de los programas y de asignación presupuestal, persiste un uso insuficiente de los resultados de las evaluaciones. 1.2. Otros actores que desarrollan evaluaciones de programas y políticas públicas Además del CONEVAL, quien conjuntamente con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público y la Secretaría de la Función Pública implementaron el Sistema de Evaluación del Desempeño en la Administración Pública Federal (SED), otros actores clave que desarrollan (o participan en) ejercicios de evaluación de políticas y programas sociales en el país, entre ellos los educativos, son la Auditoría Superior de la Federación (ASF); las 9 El Catálogo de Programas y Acciones Federales y Estatales para el Desarrollo Social utiliza como fuentes de información los inventarios anuales de CONEVAL así como la información recuperada por la Iniciativa para el Fortalecimiento de la Institucionalidad de los Programas Sociales (IPRO). Los programas socialesde entidades federativas registrados en IPRO cuentan con información actualizada al año corriente, ya que la información se actualiza y muestra en tiempo real. 20 instituciones académicas que, además de realizar evaluaciones por encargo de CONEVAL, realizan evaluaciones de forma independiente o de acuerdo con sus propias líneas de investigación; y, los organismos internacionales tales como, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y el Sistema de las Naciones Unidas, a través de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), el Fondo para la Infancia de las Naciones Unidas (UNICEF), el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y el Banco Mundial, quienes se rigen por un conjunto de normas, principios y estándares específicos de actuación. La ASF es la entidad de la Cámara de Diputados que fiscaliza la cuenta pública mediante auditorías que se efectúan a los tres poderes de la Unión, a los órganos constitucionalmente autónomos, a las entidades federativas y municipios del país, así como a todo ente que ejerza recursos públicos federales, incluyendo los particulares. La fiscalización está sujeta, por ley, a los principios de posterioridad,10 anualidad, legalidad, definitividad, imparcialidad y confiabilidad. El propósito de esta institución es verificar el cumplimiento de los objetivos contenidos en las políticas y programas gubernamentales, el desempeño de las entidades fiscalizadas y el correcto manejo del ingreso y del gasto público (artículo 79, CPEUM). La integración del Programa Anual de Auditorías se realiza a través de tres etapas: 1. El estudio del universo general auditable, el cual se define a partir de los montos presupuestales y los conceptos que, por su naturaleza, representan un mayor riesgo para las finanzas públicas y para el logro de los objetivos de las políticas gubernamentales; 2. El análisis de más de 20 fuentes de información, como por ejemplo, el Plan Nacional de Desarrollo, la Cuenta Pública, la Ley de Ingresos, informes del Poder Ejecutivo, estudios técnicos elaborados por la ASF, resultados de las auditorías realizadas y el seguimiento de las observaciones, resultados de los Programas Anuales de Trabajo de los órganos internos de control, estados financieros, y el SED, entre otros; y, 3. Criterios de selección, tales como, la importancia relativa, el riesgo probable, los antecedentes de las revisiones y la pertinencia. 10 El principio de posterioridad establece que no se pueden revisar los recursos durante o antes de las operaciones, sino posteriormente a que se haga la rendición de cuentas, es decir, a la entrega de la Cuenta Pública, y ésta se realiza una vez cerrado un ejercicio. La posterioridad implica que no habrá lugar a revisión de actos previos, sino tan sólo a la revisión de actos de gobierno consumados y susceptibles de ser verificados para valorar si se ajustan a derecho y a presupuesto. 21 Las auditorías que realiza la ASF se clasifican, por su naturaleza y alcance, en tres grandes grupos: 1. Auditorías de cumplimiento financiero (inversiones físicas y gasto federalizado); 2. Auditorías forenses;11 y, 3. Auditorías de desempeño. El propósito de las auditorías de desempeño es conocer si los entes públicos cumplieron sus objetivos, metas y atribuciones, y si ejercieron los recursos de acuerdo a la normativa y el fin al que fueron asignados. Los criterios de evaluación son la eficacia, eficiencia y economía, así como la calidad de los bienes y servicios, la satisfacción del ciudadano y el comportamiento de los actores cuando ello resulte procedente. Las auditorías de desempeño miden el impacto social de la gestión pública y comparan lo propuesto con lo alcanzado. Este examen incluye la identificación de fortalezas, debilidades y oportunidades de mejora. En materia educativa, durante el periodo 2007-2013, se han realizado múltiples auditorías de desempeño a diversos programas. Asimismo, durante los años 2011 y 2012, la ASF desarrolló tres documentos denominados “Evaluación de Políticas Públicas”, en Educación Básica y Educación Superior en 2011, y en Educación Media Superior en 2012. Con respecto a las tareas que, en materia de evaluación de políticas y programas, e investigación evaluativa, realizan los organismos internacionales en el país se pueden mencionar las que realiza el BID: i) Evaluaciones del Programa de País, sincronizadas con el ciclo electoral; ii) Evaluaciones sectoriales y temáticas; iii) Evaluaciones de proyectos y evaluaciones de impacto para determinar si se pueden replicar las intervenciones en otros países; iv) Evaluaciones corporativas que incluyen evaluaciones de instrumentos y políticas, así como de sistemas y procesos; y, v) Evaluaciones de desarrollo de capacidades de evaluación en los países prestatarios. Por su parte, la OCDE desarrolla importantes estudios en materia educativa como el “Education at a Glance: OECD Indicators”, el cual proporciona una amplia colección de datos estadísticos y análisis comparativo del funcionamiento de los sistemas educativos de los países de la OCDE y países asociados. El Sistema de las Naciones Unidas, a través de agencias como UNICEF, UNESCO, Banco Mundial, PNUD y CEPAL, también realiza acciones en materia de evaluación de programas e investigación evaluativa, con base en las normas (Anexo 1) y estándares (Anexo 2) definidos por el Grupo de Evaluación de las Naciones Unidas (UNEG). (Para mayores detalles sobre los productos que desarrollan estos organismos, véase Anexo 3). 11 Por otro lado, las auditorías forenses consisten en la revisión y el análisis pormenorizado y crítico de los procesos, hechos y evidencias derivados de la fiscalización para la detección o investigación de un presunto ilícito. El propósito es documentar las conclusiones con pruebas válidas y suficientes para promover las acciones legales procedentes. 22 2. Marco de referencia del modelo: el enfoque de derechos y el ciclo de las políticas públicas En el marco de las nuevas atribuciones del Instituto como organismo constitucional autónomo, el INEE ha reposicionado el enfoque conceptual, metodológico y ético de la educación basada en derechos humanos como eje integrador y orientador del desarrollo de sus tareas. En congruencia con esta perspectiva, la evaluación de las políticas y programas educativos del INEE retoma los componentes clave de este enfoque aplicados a las políticas públicas, cuya esencia radica en la valoración de un conjunto de criterios que permiten dar cuenta de la resolución de los problemas públicos como ejercicio pleno de derechos. A continuación se plantea la discusión acerca de la ambigüedad del concepto de políticas públicas y se presenta lo que se entenderá por este concepto y su acepción bajo el enfoque de derechos. Asimismo, se detallan las principales características y principios rectores del enfoque de la educación basado en derechos humanos y, específicamente, lo que se entiende por derecho a la educación y la propuesta analítica planteada a través del modelo de las 4A’s de Tomasevski. 2.1. ¿Qué son las políticas y los programas públicos? Si bien en la literatura anglosajona los términos de políticas y programas se utilizan prácticamente como sinónimos, lo cierto es que un programa define con precisión objetivos operativos, los medios para alcanzarlos, así como las acciones a realizar en un cierto tiempo; mientras que la política constituye un conjunto complejo de programas, procedimientos y regulaciones que concurren a un mismo objetivo general (Kessler, 1998; citado en Cardozo, 2012), unsistema concatenado y sinérgico de los mismos, que requiere del desarrollo de importantes procesos de coordinación y articulación para lograr el cumplimiento de su misión. 2.1.1. Definiciones y características clave de las políticas y los programas públicos De acuerdo con Subirats (1989, citado en Aguilar, 2000, pp. 22-23) existe una enorme ambigüedad en el concepto de políticas públicas y una falta de consenso entre la comunidad de estudiosos. Entre las definiciones más recurrentes destacan las siguientes: un campo de actividad gubernamental, un propósito general a realizar, una situación deseada, una propuesta de acción específica, las normas relativas a cada problemática, el conjunto de objetivos y programas de acción del gobierno en un campo de cuestiones; o bien, el producto y resultado de una actividad gubernamental específica, el comportamiento gubernamental de hecho, el impacto real de la actividad gubernamental, 23 el modelo teórico o las técnicas aplicables que sustentan una iniciativa gubernamental, etcétera. Como puede observarse, la mayoría de las definiciones propuestas refieren a las políticas públicas como un planteamiento formal de acciones y resultados esperados, así como a la conducta gubernamental que realmente opera en la práctica. En el mismo sentido, Lasswell (1992) destaca la amplitud de la palabra política (policy), la cual ha sido usada con frecuencia para designar las elecciones más importantes de la vida organizada y de la privada, y señala que el término se diferencia de las connotaciones indeseables implícitas en la palabra política (politics), la cual es ligada frecuentemente a conceptos como partidismo o corrupción. De acuerdo con Aguilar (2003), se entiende por política pública al conjunto de acciones intencionales y causales, orientadas a la realización de un objetivo de interés público, cuyos lineamientos de acción, agentes, instrumentos, procedimientos y recursos se reproducen en el tiempo de manera constante y coherente, siendo sus principales características las siguientes: 1. Un conjunto (secuencia, sistema, ciclo) de acciones intencionales y causales. Son acciones intencionales porque se orientan a realizar objetivos considerados de valor para la sociedad o a resolver problemas cuya solución se considera de interés o beneficio público, y son acciones causales porque son consideradas idóneas y eficaces para realizar el objetivo o resolver el problema; 2. Un conjunto de acciones cuya intencionalidad y causa han sido definidas por el tipo de interlocución que tiene lugar entre el gobierno y sectores de la ciudadanía; 3. Un conjunto de acciones a emprender que han sido decididas por las autoridades públicas y cuya decisión las convierte formalmente en públicas y legítimas; 4. Un conjunto de acciones que son llevadas a cabo por actores gubernamentales o por éstos en asociación con actores sociales (económicos y civiles); 5. Un conjunto de acciones que configuran un patrón de comportamiento del gobierno y de la sociedad. Aguilar señala que lo distintivo de las políticas públicas radica en integrar un conjunto de acciones estructuradas, estables y sistemáticas que representan el modo en el que el gobierno realiza, de manera permanente y estable, las funciones públicas y atiende los problemas públicos. Cabe destacar que, en torno a la política, se enlazan poderes públicos, políticos y sociales; leyes; recursos financieros; y, procesos administrativos. En 24 este sentido, las políticas públicas han de ser entendidas como el conjunto integrado y coherente de programas y proyectos. Desde una perspectiva más amplia, Cardozo (2013) define a las políticas públicas como un fenómeno social, administrativo y político específico, resultado de un proceso de sucesivas tomas de posición que se concretan en un conjunto de decisiones, acciones u omisiones12, asumidas fundamentalmente por los gobiernos, mismas que traducen, en un lugar y periodo determinado, la respuesta preponderante del mismo frente a los problemas públicos vividos por la sociedad civil. Así, de acuerdo con Cardozo, se trataría de un proceso de sucesivas tomas de posición en el que se concatenan planes, programas, proyectos, acciones u omisiones; que refieren a problemas públicos que, por su relevancia para importantes sectores de la sociedad, no son factibles de resolverse en el ámbito privado; y, como los gobiernos no actúan de manera absolutamente coordinada, racional y consistente, es posible encontrar posiciones diferentes entre las organizaciones gubernamentales. Con base en las definiciones mencionadas, a continuación se enlistan un conjunto de características propias de las políticas públicas: 1. Son un conjunto de objetivos, decisiones, acciones y omisiones que lleva a cabo un gobierno (de manera formal y en la práctica, cuya orientación podría no coincidir) para solucionar los problemas públicos que, en un momento dado, se consideran prioritarios. 2. Estas acciones deben ser intencionales, causales, estructuradas, estables y sistemáticas. 3. Se configuran en un campo en disputa entre una multiplicidad de actores, sectores y órdenes de gobierno. 4. El propósito de las políticas y sus propuestas de acción se orientan a considerar una situación deseable con productos, resultados e impactos reales en los problemas públicos y, por tanto, buscan generar un cambio de comportamiento en ciertos grupos de población. 12 Omisión se entiende como la decisión del Estado a esperar que la problemática y los actores involucrados estén mejor definidos, o espera que la situación se resuelva en la arena privada entre las partes involucradas, o considera que la inacción constituye el modo más eficaz de preservar o aumentar los recursos políticos del régimen (O´Donnell y Oszlak, 1981). 25 5. Si bien son llevadas a cabo por actores gubernamentales (con diferentes grados de implicación de diferentes sectores sociales) inciden en otros sectores o en el conjunto de la sociedad. En otras palabras, las políticas públicas se cristalizan en un conjunto coherente, intencional y sistemático de decisiones traducidas en programas, proyectos y acciones públicas (u omisiones), definidas en un contexto institucional y organizacional determinado, con recursos asignados para su desarrollo y actores en juego; cuyas orientaciones estratégicas remiten a una configuración de posiciones técnicas, políticas y éticas13 de la acción pública. En el campo de las políticas educativas, éstas han sido entendidas de muy diversas maneras en el discurso educativo, equiparando el término con el sistema educacional, la planificación educacional, las reformas, leyes, programas, la política escolar o la política pedagógica (Michel, 2015 e Iyanga, 2006); sin embargo, de acuerdo con los planteamientos expuestos anteriormente, se entenderá por política educativa a la acción intencionada y coherente del gobierno, tendiente a lograr cambios en materia educativa. Kisilevsky (2009) sostiene que a diferencia de otros campos de la política social, la política educativa presenta algunos rasgos particulares, tales como, su diseño institucional, así como la naturaleza de sus contenidos básicos y sus actores. En relación con estos últimos, Navarro (2006) complejiza el mapa de actores y sostiene que para definir la política educativa se requiere identificar a los principales actores que intervienen, sus preferencias y horizontes temporales, cómo se alinean sus intereses y, por ende, las posibilidades de conflicto o cooperación, así como los entornos en que se formula la política. Por lo tanto, considerando las definiciones mencionadas, se entenderá que la política educativa es aquella que se concreta en un conjunto de decisiones (u omisiones) en13 Se considera imperativo incluir el sentido ético de la acción pública porque la política se entiende como decisiones tomadas desde una posición de poder, que buscan el mayor provecho posible para el espacio público a partir de una selección deliberada de temas y alternativas de acción, por lo cual, las políticas públicas están siempre e inevitablemente vinculadas a una posición ética. Al respecto, Merino (2008) propone recuperar el sentido ético del enfoque de política pública, al menos por tres razones: primero, porque la política pública supone siempre una intervención del Estado (incluso destinada a dejar de intervenir a favor de la mayor libertad posible de los individuos), es decir, supone una decisión tomada desde una posición de poder y, en ese sentido, cualquier política pública es siempre, en principio, política a secas. Segundo, esa intervención se refiere siempre e invariablemente al espacio público, no es una actividad privada construida por un individuo, una empresa o un consorcio, sino una decisión que solamente puede justificarse en la medida en que contribuya al bien común y/o consolidación de ese espacio público. Tercero, porque toda política pública supone, siempre e invariablemente, una selección de problemas públicos y una elección entre alternativas de solución más o menos afines, o más o menos contrarias; y de ahí que ninguna política puede aspirar a la neutralidad ética. Por el contrario: al seleccionar problemas y elegir cauces para la acción pública, toda política es también una afirmación de valores. 26 materia de educación y enseñanza, condicionada por los fines educativos que cada sociedad se propone en diferentes momentos. Parte fundamental de la política es el interés de los diversos actores y organizaciones en relación con los sistemas de enseñanza y con las problemáticas que éstos plantean en diversos contextos, todas ellas complejas y multidimensionales, ya que implican factores sociales, pedagógicos, institucionales, políticos, culturales y psicológicos. 2.1.2. Las políticas públicas desde el enfoque de derechos Tradicionalmente, para fines analíticos, se ha concebido que el ciclo de las políticas públicas está constituido por siete procesos que se retroalimentan y traslapan en el tiempo, siendo éstos los siguientes: 1. La inclusión de un problema en la agenda pública, 2. La estructuración de este problema, 3. El conjunto de soluciones posibles para darle atención, 4. El análisis de política de estas alternativas, 5. La toma de decisión con respecto a la alternativa con mayor certeza técnica y respaldo político, 6. La implementación de la política, y 7. La evaluación. Cabe señalar que la evaluación se puede realizar para cada una de las etapas del ciclo mencionadas. Es importante destacar, con respecto al primer proceso en mención, que cualquier problema de índole social se podrá convertir en ‘problema público’ en la medida en que éste sea integrado como parte de la agenda pública, es decir, sea recuperado, visibilizado y formalizado por los actores gubernamentales y sociales que plantean intervenciones para darles atención. Si bien desde la perspectiva de la Nueva Gestión Pública, bajo una lógica de corte más gerencialista y racionalista, se espera que las políticas públicas pongan especial atención en la racionalidad en el uso de los recursos escasos, así como en la búsqueda de la eficiencia, eficacia, economía y productividad de las acciones gubernamentales; parece descuidarse el núcleo sustantivo de lo que el Estado tendría que emprender para cumplir con su rol de garante de derechos, así como los valores que deberían permear la acción del Estado. En este sentido, Vásquez y Delaplace (2011) afirman que en una política pública con enfoque de derechos se asume que “los fines los pone la perspectiva de derechos humanos [y] los medios los propone la Nueva Gestión Pública” (p.40). Bajo esta postura, se entiende que los derechos humanos deben traducirse en legislaciones y políticas públicas que hagan posible el disfrute y ejercicio pleno de los derechos. Bajo este enfoque [de los derechos humanos] el objetivo y esencia de la política pública no es la solución de problemas específicos, de demandas insatisfechas, sino el cumplimiento de derechos... Esta es una de las principales diferencias entre la 27 política pública tradicional y la perspectiva de derechos humanos, la primera es mucho más focalizada a problemas específicos, la segunda es mucho más integral (holística) y entiende al ‘problema público’ de forma muy distinta: como ejercicio de derechos (Vásquez y Delaplace, 2011, p.42, 47). De acuerdo con estos autores, el proceso de reconocimiento de los derechos implica la identificación del “núcleo y de los extremos” del derecho en cuestión con el fin de establecer, a través del ejercicio de la política pública, el cumplimiento progresivo del mismo. Así, además del establecimiento de las obligaciones del Estado de promover, respetar, proteger y garantizar el cumplimiento del derecho; es imprescindible definir las características que deberá incluir la acción del Estado (el esquema de las 4 A’s de Tomasevski es útil en el desarrollo de esta tarea). Tradicionalmente las políticas públicas se diseñan y ejecutan sin tomar como referente las obligaciones constitucionales e internacionales del Estado en materia de derechos humanos; en consecuencia, los planes de desarrollo definen estrategias y programas sin valorar de manera suficiente su impacto sobre la realización de los derechos económicos, sociales y culturales. Acorde con esta tradición, las políticas educativas no siguen un enfoque de derechos humanos, lo cual redunda en su limitado impacto en la plena del derecho a la educación y en el incumplimiento de las obligaciones de respeto, protección y realización progresiva del mismo (Pérez Murcia, 2007, p.143). Si bien es cierto que el Estado es el principal titular de obligaciones para promover, respetar, proteger y garantizar el cumplimiento de los derechos humanos, siempre habrá que considerar que éste enfrenta un marco de restricciones y limitaciones de recursos para llevar a cabo tal rol. En este sentido, Tomasevski (2004) establece que, para cumplir con las leyes (nacionales e internacionales) que establecen la obligación de los Estados a garantizar al acceso a la educación primaria universal, debe considerarse que algunos gobiernos carecen de los recursos, medios y capacidades para atender este mandato; por ello, las leyes internacionales de derechos humanos mandatan el cumplimiento de este derecho de manera progresiva. La progresividad implica tanto gradualidad como progreso. La gradualidad se refiere a que la efectividad de los derechos no va a lograrse de una vez y para siempre, sino que se trata de un proceso que supone definir metas a corto, mediano y largo plazos. El progreso patenta que el disfrute de los derechos siempre debe mejorar (Vázquez y Serrano, 2013, p. 35). 28 2.2. El enfoque de la educación basado en derechos humanos Los derechos humanos son normas básicas universales, establecidas en la legislación internacional14 y nacional, cuyo cumplimiento es imprescindible para el desarrollo integral y digno de los seres humanos. Este conjunto de prerrogativas implica la existencia de sujetos titulares de derechos (que supera la noción de usuarios, clientes, beneficiarios o sectores sociales necesitados) que deberían estar en posibilidades de disfrutar y ejercer sus derechos15 y hacer uso de diversos mecanismos de justiciabilidad y exigibilidad16 de tales derechos. En contraparte se encuentran los titulares de obligaciones (estatales y no estatales), cuyo deber consiste en proteger, respetar, promover y garantizar la realización gradual de esos derechos. De acuerdo con Serrano y Vázquez (2013), esta perspectiva que concibe a laspersonas como titulares de derechos, entiende a las obligaciones como conductas estatales y no como bienes transferibles. En ambos casos, se pone especial énfasis en el desarrollo de capacidades (aptitudes, recursos, habilidades, responsabilidades, autoridad, etcétera) tanto para habilitar a los titulares de derechos a acceder a información, reclamar, participar, proponer y obtener reparación ante el incumplimiento del derecho; como para fortalecer las capacidades del Estado para cumplir con estos derechos. 14 Los instrumentos del marco internacional de derechos humanos son la Declaración Universal de Derechos Humanos y los seis tratados fundamentales sobre derechos humanos: el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos; el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (Convención Americana sobre Derechos Humanos en materia de Derechos Económicos, Sociales y Culturales o Pacto de San José, y su Protocolo Adicional o Protocolo de San Salvador); la Convención sobre los Derechos del Niño y las observaciones generales que de ella se derivan; la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanas o Degradantes; la Convención internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial; y la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer. Todos los países del mundo han ratificado por lo menos uno de estos tratados, y muchos han ratificado la mayoría de ellos. Estos tratados son documentos importantes para responsabilizar a los gobiernos del respeto, la protección y la realización de los derechos de los individuos de sus países (UNICEF, 2014). 15 La capacidad de goce es la aptitud del sujeto para ser titular de derechos. Esta capacidad la tiene el ser humano desde su concepción por el mero hecho de serlo, es decir, es consubstancial al hombre. Desde el nacimiento hasta antes de cumplir los 18 años, tenemos la capacidad de gozar, pero no de exigir por sí mismo estos derechos. Por ejemplo, derecho a la vida, la libertad, a tener un nombre propio, una familia, un patrimonio, a la educación (Aguilar, s/f.). La capacidad de ejercicio se enfoca en accionar, obrar, hacer valer y exigir los derechos y obligaciones por sí mismo y no por representante legal... Esta capacidad de ejercicio puede relacionarse con la adquisición del estatus de ciudadano, es decir, al cumplir la mayoría de edad, anterior a eso, se considera que los individuos no poseen una ciudadanía plena (Raphael, 2007, p.25). 16 De acuerdo con Latapí (2009), la justiciabilidad relativa a un derecho significa que éste puede ser objeto de medidas, recursos y procedimientos judiciales e invocado ante los tribunales; sin embargo, reviste un alto nivel de complejidad e ineficacia en términos teóricos y prácticos, por lo que no resulta sencillo proceder ante violaciones al derecho a la educación. Por su parte, la exigibilidad incluye medidas adicionales como las de tipo legislativo, político, administrativo y social, concebidas como vías alternativas para la salvaguarda de los derechos. A través de éstas, la sociedad puede exigir al Estado la pertinencia de las políticas públicas en el marco de los principios de los derechos humanos e incluso las propias autoridades pueden exigir a sus instituciones la coherencia de su misión con la perspectiva del fortalecimiento del Estado como garante de derecho. 29 En este sentido, las niñas, los niños, adolescentes y también los jóvenes y adultos son los principales titulares del derecho a la educación17 -en particular los que se encuentran en situación de vulnerabilidad- lo cual entraña deberes por parte de las instituciones del Estado mexicano, en sus tres poderes (legislativo, ejecutivo y judicial) y órdenes de gobierno (federal, estatal y municipal), como titulares de obligaciones. El Estado es el principal titular de obligaciones y debe emprender los procesos necesarios para proteger, respetar, promover y garantizar los derechos de todos los ciudadanos18. “En última instancia, las obligaciones generales funcionan como conectores operativos de la acción estatal en función de los derechos humanos” (Serrano y Vázquez, 2013, p. 23). Asimismo, existen otras instancias no estatales que son corresponsables de carácter moral y cuya misión es hacer exigible el cumplimiento del derecho a la educación. Estos titulares de obligaciones, de acuerdo con Ljungman (2004), pueden ser primarios, secundarios, terciarios y externos. Los titulares de obligaciones primarios incluyen a los padres y madres de los niños19, los docentes de los estudiantes, los policías para los sospechosos de crimen, los médicos y enfermeras para los pacientes, etcétera; los titulares de obligaciones secundarios incluyen a las instituciones y organizaciones con jurisdicción inmediata sobre los titulares primarios, por ejemplo, directores de escuelas, organizaciones comunitarias, administraciones hospitalarias, etcétera. Por su parte, los titulares terciarios son las instituciones y organizaciones de más alto nivel o de una jurisdicción más remota, tales como, organizaciones no gubernamentales (ONG), agencias de ayuda, organizaciones del sector privado, etcétera; y los titulares externos son, por ejemplo, países, instituciones y organizaciones con un involucramiento indirecto, tales como, la Organización Mundial del Comercio, la Organización de las Naciones Unidas, ONG internacionales, Consejo de Seguridad, etcétera. Resulta relevante puntualizar que el trabajo con los titulares de derechos, especialmente aquellos que se encuentran en situación de vulnerabilidad, resulta de suma relevancia para fortalecer sus habilidades de participación en los procesos de toma de decisiones. 17 Tanto las constituciones políticas de los Estados nacionales como los tratados internacionales parten del principio de que todas las personas, por el solo hecho de serlo, tienen la capacidad necesaria para ser titulares de los derechos fundamentales. Se puede sostener que la regla general es que la titularidad de los derechos constitucionalmente establecidos corresponde a “todas las personas”, con independencia de sus características de edad, nacionalidad, estado civil, lugar del territorio en donde viva, etcétera. Siguiendo la misma línea, se puede citar, por ejemplo, el artículo 3° constitucional, que comienza señalando que “Todo individuo tiene derecho a recibir educación”. 18 Los derechos fundamentales generan obligaciones para las autoridades en todos los órdenes de gobierno, que bajo cualquier circunstancia deben respetarlos y además deben hacer todo lo que esté a su alcance para lograr la eficacia plena de los derechos. 19 Es importante considerar que si a estos actores no se les ha respetado ni garantizado el derecho a la educación, se les dificultará a su vez cumplir con su obligación como garantes del cumplimiento de este derecho para sus hijos, lo cual abre un espacio de acción pública de alta relevancia para el Estado. 30 En tanto que los titulares de obligaciones, estatales y no estatales, además de desplegar todos los esfuerzos posibles para hacer cumplir los derechos, deben rendir cuentas y ser responsables de esta tarea ante la ciudadanía. 2.2.1. Principios rectores de un enfoque de derechos Las reformas constitucionales en materia de derechos humanos, aprobadas en junio de 2011, representaron un parteaguas en los ámbitos de aplicación e interpretación de las normas en materia de derechos humanos en el país y su repercusión ha impactado en todos los campos de la acción pública y a todos los integrantes de los poderes legislativo, ejecutivo y judicial, así como en las diferentes órdenes de gobierno (federal, estatal y municipal). Prueba de ello son los textos constitucionales que establecen que ninguna
Compartir