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661Incontinencia anal y trastornos anorrectales funcionales CA P ÍTU LO 2 5 nervioso autónomo y ejerce 70 a 85% de la presión en reposo del conducto anal (Frenckner, 1975). Como resultado, el IAS contri- buye mucho al mantenimiento de la continencia fecal en reposo. El esfínter anal externo (EAS, external anal sphincter) consiste en músculo estriado y está inervado sobre todo por fi bras motoras somáticas que viajan en la rama rectal inferior del nervio pudendo (fig. 25-1A). El EAS ejerce la presión de compresión del conducto anal y es el principal encargado de mantener la continencia fecal cuando ésta se pone a prueba. A veces, la presión de compresión puede ser voluntaria o inducida por el aumento de la presión intra- abdominal. Además, aunque el tono del esfínter en reposo casi siempre se atribuye al IAS, el EAS mantiene un estado constante de contracción en reposo y es probable que mantenga cerca de 25% de la presión anal de reposo. Sin embargo, durante la defecación el EAS se relaja para permitir el paso de las heces. El músculo puborrectal es parte del complejo muscular del ele- vador del ano y está inervado desde su superfi cie pélvica por eferen- tes directas de la tercera, cuarta y quinta raíces del nervio sacro (fi g. 25-1B) (Barber, 2002). Su tono constante contribuye a mantener el ángulo anorrectal, que ayuda a impedir que el contenido rectal llegue al ano (fi g. 38-10, pág. 926). Similar al EAS, este músculo puede contraerse en forma voluntaria o como respuesta a aumentos súbitos en la presión abdominal. La participación del músculo puborrectal en el mantenimiento de la continencia fecal aún es tema de controversia. Sin embargo, se aprecia mejor en mujeres que conservan la continencia de heces sólidas a pesar de la ausencia de la parte anterior de los esfínteres externo e interno, como puede observarse en aquellas con lacera- ciones crónicas de cuarto grado (fig. 25-2). Cuando se conserva la función normal de este músculo, la evacuación casi siempre se relaciona con un ángulo anorrectal mayor (o menos obtuso) con- forme el puborrectal se relaja. Por el contrario, la contracción para- dójica del músculo puborrectal durante la defecación puede alterar la evacuación. Además, la atrofi a de este músculo se relaciona con incontinencia fecal (Bharucha, 2004). Sensibilidad anorrectal La inervación del recto y conducto anal proviene de los plexos nerviosos autonómicos rectales superior, medio e inferior que con- tienen componentes simpáticos y parasimpáticos, así como de ner- vios intrínsecos presentes en la pared anorrectal (fi g. 38-13, pág. 929). Además, la rama rectal inferior del nervio pudendo emite señales sensoriales del conducto anal inferior y la piel perianal. Los receptores sensoriales dentro del conducto anal y los músculos del piso pélvico pueden detectar la presencia de materia fecal en el recto, así como el grado de distensión rectal. A través de estas vías neurales, la información sobre la distensión y el contenido rectal puede transmitirse y procesarse, además permite coordinar la mus- culatura esfi nteriana. El refl ejo inhibitorio rectoanal (RAIR, rectoanal inhibitory refl ex) se refi ere a la relajación transitoria del IAS y la contracción del EAS inducida por la distensión rectal cuando la materia fecal llega al recto. Este refl ejo está mediado por los nervios intrínsecos de la pared anorrectal y permite que la parte superior del conducto anal con abundante inervación sensorial “obtenga información” del contenido rectal (Whitehead, 1987). La “obtención de informa- ción” se refi ere al proceso en el que el IAS se relaja, a menudo de manera independiente de la distensión rectal, lo que permite que el epitelio anal corrobore si el contenido del recto es gas, líquido o heces sólidas (Miller, 1988). Después de integrar esta información, puede producirse la defecación en la situación social adecuada. Por el contrario, si se requiere, la defecación casi siempre puede posponerse, ya que el recto puede dar cabida a su contenido y el EAS, el músculo puborrectal o ambos pueden contraerse en forma voluntaria. Sin embargo, si la sensibilidad rectal no es normal, el contenido puede entrar al conducto anal y escapar antes que el EAS pueda con- traerse (Buser, 1986). La valoración del RAIR permite aclarar la causa subyacente de la incontinencia anal. Este refl ejo no existe en aquellos con agan- glionosis congénita (enfermedad de Hirschsprung), pero se con- serva en pacientes con lesiones de la cola de caballo y después de una sección medular (Bharucha, 2006). Acomodación y distensibilidad rectal Después de obtener información con respecto al contenido anal, el recto puede relajarse para incrementar su volumen en un pro- ceso conocido como acomodación. El recto es un reservorio muy distensible que ayuda al almacenamiento de las heces. Cuando aumenta el volumen rectal, se percibe la urgencia para defecar. FIGURA 25-2. Laceración crónica de cuarto grado con ausencia com- pleta del cuerpo perineal y la porción anterior del esfínter anal externo (deformidad cloacal). Los hoyuelos cutáneos en la posición de las 3:00 y las 9:00 según las manecillas del reloj (flechas) indican el sitio de los extremos retraídos del esfínter anal externo. 25_Chapter_25_Hoffman_4R.indd 66125_Chapter_25_Hoffman_4R.indd 661 06/09/13 21:3606/09/13 21:36
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