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726 Oncología ginecológica SECCIÓ N 4 En las mujeres que conservan la actividad sexual después de radioterapia pueden ser benefi ciosos durante el coito lubricantes de base acuosa. Como aspecto de desventaja dichos lubricantes no tienen efectos sostenidos. De este modo, para mujeres con sequedad crónica de la vagina pueden ser mejores los humectantes vaginales que forman una capa lubricada en el epitelio vaginal y conservan la humedad durante 48 a 72 horas. Los humectantes se pueden utilizar diariamente o varias veces a la semana para conser- var la humedad de los tejidos vaginales. Como otra posibilidad en el caso de personas elegibles, se puede aplicar crema de estrógeno para mejorar los síntomas de atrofi a (cap. 22, pág. 597). Los productos mencionados pueden mejorar los cambios en la vagina, que aparecen después de la radioterapia. Sin embargo, en un estudio longitudinal de 118 pacientes se corroboró la persis- tencia de cambios adversos en la vagina y disfunción sexual en los dos años siguientes a la radioterapia contra cáncer cervicouterino. De ese grupo, 63% de las mujeres que participaban en actividades sexuales antes de la radioterapia persistieron en tal práctica después del tratamiento, aunque con menor frecuencia (Jensen, 2003). Efectos en ovario y culminación del embarazo Los efectos de la radiación en la función ovárica dependen de la dosis y de la edad de la mujer. Por ejemplo, una dosis de 4 Gy puede esterilizar a 30% de mujeres jóvenes, pero la cifra llega a 100% en las que tienen más de 40 años de vida. Además, la radio- terapia fraccionada es más lesiva. Ash (1980) advirtió que después de aplicar una fracción de 10 Gy, 27% de las mujeres recupera- ron su función ovárica, en comparación con 10% solamente de las que recibieron 12 Gy en un lapso de 6 días. En mujeres con cánceres de su aparato reproductor y que reciben radioterapia pél- vica, los síntomas de insufi ciencia ovárica refl ejan los de la meno- pausia natural y el tratamiento sintomático es similar (cap. 22, pág. 585). Para llevar al mínimo la exposición a la radiación de los ova- rios de premenopáusicas habrá que recolocar dichos órganos qui- rúrgicamente en una maniobra llamada transposición, lejos de los campos de radiación. A pesar de dicha maniobra, algunos investi- gadores han señalado índices altos de insufi ciencia ovárica cuando la dosis aplicada a los ovarios excedió de 3 a 5 Gy. Además, en mujeres que pudieron concebir se señaló una incidencia natal sola- mente de 19% (Chambers, 1991); Haie-Meder, 1993). Entre las mujeres que sobrevivieron al cáncer desde niñas y que recibieron radiación abdominal, se observaron mayores cifras de aborto espontáneo y peso menor de los primogénitos, en compa- ración con quienes sobrevivieron al cáncer pero que no recibieron la radiación (Hawkins, 1989). Vejiga Muchas de las mujeres que reciben radioterapia de la pelvis mues- tran algunos síntomas de cistitis aguda en término de 2 a 3 sema- nas de haber comenzado el tratamiento. A pesar de la polaquiuria, el espasmo y el dolor que surgen muy a menudo, es rara la hema- turia. En forma típica, la administración, según sea necesaria, de clorhidrato de fl avoxato, oxibutinina, clorhidrato de fenazopiri- dina, o líquidos sin restricción, alivia a corto plazo los síntomas. Los antibióticos pueden usarse para combatir la infección, si están indicados. Son poco frecuentes las complicaciones crónicas graves después de la radioterapia e incluyen contractura vesical y hema- turia. En caso de hematuria grave, entre las técnicas útiles están la irrigación de la vejiga con solución salina, la fulguración cistoscó- Dentro del epitelio se observan otros cambios histológicos y los más frecuentes son las transformaciones atípicas y displásicas. Además de los cambios epiteliales, dentro de la submucosa y partes blandas profundas después de la radioterapia, aparece a menudo fi brosis, lo cual en clínica ocasiona contractura y estenosis tisulares (Fajardo, 2005). De las estructuras vasculares los capilares son los más sensibles a la radiación y surge isquemia como consecuencia de daño endo- telial, rotura de la pared capilar, pérdida de segmentos de capi- lares y disminución de las redes microvasculares. En las arterias de gran calibre surgen calcifi caciones similares a las del ateroma (Friedlander, 2003; Zidar, 1997). Piel Después de la radioterapia pueden aparecer cuatro tipos generales de reacciones de la piel, y en orden de intensidad son: eritema, descamación seca, descamación húmeda y necrosis cutánea. En muchas mujeres, durante el ciclo de radioterapia que abarca 6 a 7 semanas es frecuente que surjan las primeras tres de las reacciones mencionadas. En término de 1 semana de haber estado expuesta la paciente a la radiación en la piel aparece eritema leve. Para la tercera semana se intensifi ca el rubor y comienza la descamación seca. Después de 5 a 6 semanas surge la descamación húmeda que abarca esfacelo de la epidermis, seguido de rezumamiento de suero y sangre a través de la piel “viva”; la reacción es más intensa en zonas poco visibles del cuerpo, como los pliegues inguinales, axi- lares e inframamarios. Con fi n preventivo, durante la práctica de la radiación y des- pués de realizada es importante conservar la piel limpia y expuesta al aire. En el caso de los signos de descamación seca, se puede inducir la hidratación con el efecto emoliente de ungüentos, o cre- mas que contengan áloe vera. En la fase de descamación húmeda cabe usar para limpiar la herida peróxido de hidrógeno y agua. El tratamiento dermatológico adicional puede incluir humectan- tes, sesiones en baño de remolino, baños de asiento y apósitos no adherentes que contengan sulfadiacina argéntica en zonas húme- das. Como dato importante, es necesario que la persona no aplique compresas calientes, jabones ni lociones de base alcohólica a la piel irradiada. La regeneración del epitelio comienza poco después del trata- miento por radiación y suele completarse entre las 4 y las 6 sema- nas. Meses después de la radioterapia pueden persistir zonas de hiperpigmentación e hipopigmentación cutáneas. La piel queda atrófi ca, delgada y seca. Vagina La radioterapia dirigida a la pelvis suele ocasionar mucositis vaginal aguda. Rara vez hay úlceras de la mucosa, pero en muchos casos surge secreción. En las mujeres con tal problema se utiliza en la vulva una dilución de peróxido de hidrógeno y agua, con la que se obtiene alivio sintomático. A diferencia de los cambios agudos, las reacciones tardías a la radiación pueden incluir acortamiento de la vagina, vaginitis atrófi ca y formación de sinequias o telangiectasia en la vagina. Como aspectos preventivos se pueden impedir las complicaciones mencionadas si se reanuda el coito vaginal después del tratamiento o se orienta a la mujer en cuanto al uso de dila- tadores. Por último aparecen a veces después de la radioterapia fístulas rectovaginales o vesicovaginales, en particular en cánceres de grado avanzado. 28_Chapter_28_Hoffman_4R.indd 72628_Chapter_28_Hoffman_4R.indd 726 06/09/13 21:4406/09/13 21:44
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