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Ensayo - Ciudadanía y Clase Social (Marshall)

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Ciudadanía y Clase Social
Marshall (1950) argumenta que la ciudadanía moderna se ha desarrollado a lo largo del
tiempo y se caracteriza por una progresión histórica de derechos. Él llama a cada una de estas
tres partes o elementos, civil, política y social. Los derechos civiles se refieren a las libertades
individuales básicas, como la libertad de expresión y de asociación. Los derechos políticos
implican la participación activa en el proceso político, como el derecho al voto y a postularse
para cargos públicos. Finalmente, los derechos sociales comprenden el acceso a los
beneficios del Estado del bienestar, como la educación, la salud y la seguridad social.
Marshall (1950) define que la ciudadanía es aquel estatus que se concede a los miembros de
pleno derecho de una comunidad. Ser ciudadano implica una relación recíproca entre el
individuo y el Estado, donde el individuo recibe protección y reconocimiento de sus derechos
por parte del Estado, a cambio de cumplir con ciertas obligaciones y responsabilidades, como
obedecer las leyes y contribuir al bienestar común a través del pago de impuestos.
De igual forma examina como la ciudadanía temprana influyó en la estructura de clase social.
Argumenta que las desigualdades de clase impactaron en la capacidad de los individuos para
ejercer plenamente sus derechos de ciudadanía. Por ejemplo, aquellos de clases sociales más
altas podrían tener más recursos para acceder a la educación, la atención médica y la
participación política, mientras que aquellos de clases sociales más bajas podrían enfrentar
barreras en estos aspectos debido a limitaciones económicas y sociales. Así, la posición de
clase puede mediar en la realización efectiva de la ciudadanía.
Se muestra como el desarrollo de la ciudadanía a lo largo de la historia, con sus diferentes
dimensiones de derechos, ha estado influenciado por y ha influido en la estructura de clase
social. Esto destaca la interconexión entre ciudadanía y clase social en la conformación de la
sociedad moderna y las oportunidades de los individuos para participar plenamente en la vida
política y social.
Una de las cuestiones más intrigantes que plantea esta obra es como las desigualdades
económicas y sociales interfieren con la realización plena de la ciudadanía. Aunque en teoría
todos los ciudadanos deberían tener igualdad de oportunidades para ejercer sus derechos
civiles, políticos y sociales, en la práctica, las diferencias de clase pueden socavar esta
igualdad.
En la sociedad contemporánea, observamos como las disparidades económicas pueden
traducirse en disparidades en el acceso a la educación de calidad, la atención médica
adecuada y otros servicios esenciales. Esto crea una brecha entre aquellos que pueden ejercer
plenamente su ciudadanía y aquellos cuyas oportunidades se ven limitadas por su situación
socioeconómica. Esta realidad plantea desafíos significativos para la democracia, ya que la
participación política efectiva y la igualdad de voz requieren una base de ciudadanía
informada y empoderada.
En nuestro país, estas ideas son especialmente relevantes. A menudo, vemos como las
desigualdades económicas se traducen en desigualdades en el acceso a la educación y la
atención médica. Las comunidades más desfavorecidas enfrentan barreras significativas para
ejercer plenamente sus derechos civiles, políticos y sociales. Además, las políticas públicas a
menudo no abordan adecuadamente estas disparidades, lo que perpetúa la exclusión y la
marginalización.
Marshall (1950) dice que la clase social es un sistema de desigualdad. Coincidimos en esto,
las personas que pertenecen a estratos superiores de la sociedad generalmente tienen mayores
niveles de riqueza, educación y acceso a redes de influencia, lo que les brinda ventajas en
términos de oportunidades económicas, educativas y profesionales. Por otro lado, aquellos en
estratos más bajos pueden enfrentar dificultades económicas, limitaciones en el acceso a la
educación y mayores obstáculos para avanzar en la escala social.
Este sistema de desigualdad basado en la clase social puede ser perpetuado por una variedad
de factores, como la herencia de la riqueza y el estatus, la discriminación en el empleo y la
educación, y las políticas gubernamentales que benefician desproporcionadamente a ciertos
grupos. La movilidad social, es decir, la capacidad de una persona para ascender o descender
en la escala social, también puede ser limitada por estas estructuras de desigualdad.
Para abordar estos problemas, es crucial implementar políticas que promuevan la igualdad de
oportunidades y reduzcan las brechas socioeconómicas. Esto podría incluir medidas para
mejorar la calidad de la educación en áreas desfavorecidas, garantizar un acceso equitativo a
la atención médica y fortalecer los programas de bienestar social. Solo así podemos avanzar
hacia una sociedad más inclusiva y democrática, donde todos los ciudadanos tengan la
oportunidad de ejercer plenamente su ciudadanía.

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