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L A R E V IS TA D E L F O M E N T IN V IE R N O 20 14 — — N º 214 2 U N N U E V O SIG LO PA R A Á FR IC A Dossier DONDE LA DISTANCIA SE MIDE POR EL TIEMPO Y NO POR LOS KILÓMETROS ---Javier Reverte Panorama CIVILIZACIÓN FERROVIARIA ---Jordi Amat Temas de mañana 3D Y LA CUARTA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL ---Felip Fenollosa LONDRES CON AMOR Y ALGÚN PREJUICIO ---Walter Oppenheimer Artes&Co. LA ESCALERA, DE PROTAGONISTA A COMPARSA ---Oscar Tusquets INVIERNO 2014——Nº 2142 LA REVISTA DEL FOMENT UN NUEVO SIGLO PARA ÁFRICA 3 NOTAS DEL PRESIDENTE —— La vieja Europa se renovará en las fuentes del Mediterráneo. No se trata de un sueño imposible, ni de una ficción. La gran oportunidad transformadora que tiene pendiente Europa en los próximos cincuenta años es mirarse a sí misma y reconocerse en el Mediterráneo, proyectada en ese gran corredor ferroviario que es el camino más corto entre Oriente y Occidente, entre el continente asiático manufacturero y productor, la Europa que consume y África, que se descubre nueva al mundo. La globalización marca caminos naturales, hoy todavía repletos de obstáculos, pero que se impondrán con tozudez, la misma con la que se dibujan las cuencas por las que discurre el agua. El corredor que de norte a sur conecte Estocolmo, en la península escandinava, con el norte de África, vía Algeciras por los valles del Rin y el Ródano, y el Mediterráneo occidental, es la línea recta para las mercancías que llegan del este. Y los puertos, de Algeciras a Génova, de Valencia y Sagunto a Barcelona y Tarragona, sus receptores naturales. Europa se antoja así más joven y vital, más dinámica, menos agotada. El Corredor Mediterráneo es una vía para el optimismo europeo, una gran obra todavía por hacer a la que debemos imprimirle velocidad y urgencia. De nuevo, una infraestructura, una vez más, que será plataforma y eje para crecer y avanzar. Nuestra vía natural por la que la deberá fluir la sociedad europea más innovadora, su economía y su cultura. Junto al Mediterráneo, estas páginas exploran el futuro de África, un continente ya descubierto por Asia —más de 1.000 empresas chinas se han instalado en el África subsahariana—pero aún excesivamente ignorado en Europa. ¿Podemos, de verdad, mirar hacia otro lado? Radicalmente, no. Joaquim Gay de Montellà Presidente de Foment del Treball 3 Abertis es el grupo líder mundial en la gestión de autopistas de peaje e infraestructuras de telecomunicaciones. Un grupo global, con presencia en 11 países y más de 17.000 empleados, orientado a la creación de valor a través de la inversión en infraestructuras que contribuyan al desarrollo económico y social de los territorios y países donde opera. abertis.com EDITORIAL 5 —— Ha comenzado ya el nuevo siglo para África. Después de la perpetua consideración como continente perdido, África –concretamente, el África subsahariana– está creciendo espectacularmente a partir casi de cero, gracias a la turbina de las nuevas tecnologías y al incentivo de una inversión extranjera que, como el teléfono móvil, la electrificación, otra agricultura y las nuevas élites, están generando un nuevo futuro. África sigue con sus cuotas de inestabilidad, enfrentamiento y con sus brotes de pandemia, pero está escolarizándose online. Todavía hay hambre y también es el continente que crece con la telefonía móvil sin haber tenido teléfono fijo. Ese nuevo siglo para África –el dragón africano– es el tema que abre este número de . Otro sistema de futuro es el Corredor Mediterrá- neo. Genera oportunidades de expansión económica, modela nuevos espacios vitales y vertebra territorios como una perspectiva futurista que avanza con el AVE y que potencia un gran eje comercial Escandinavia- Rin-Ródano-Mediterráneo Occidental para articular la realidad competitiva de Europa más allá de la retórica política. En este bloque de vamos del presente y futuro AVE al concepto de megaregiones, y presenta- mos una indagación sobre la literatura del tren, como elemento para la esperanza urbana y la nostalgia de paraísos perdidos. No pasa día sin que lleguen noticias sobre una nueva aplicación de las impresoras 3D. Es el tema principal de nuestro “Temas de mañana”. Sea ortopedia, arquitectura, diseño industrial o gastronomía, en cualquier actividad humana parece que la tecnolo- gía de impresión 3D pueda hacer algo. En hemos contado con la participa- ción primordial de la Fundación CIM –Universidad Politécnica–. ¿En qué consiste la tecnología 3D? ¿Para qué sirve? ¿De qué modo afecta a nuestras vidas? ¿Qué impacto tendrá en la imagi- nación empresarial innovadora? Y, ¿cuál es el potencial 3D en la Barcelona actual? Intentamos responder a los interro- gantes que pueden hacerse los lectores de , al tiempo que la “Carta desde Londres” y las secciones de “Artes & Co” rinden homenaje al poeta Joan Vinyoli y analizan un nuevo trimestre de cambios, formas, virtualidad y ADN estético. DE 1914 A LA POSTCRISIS EUROPEA Cien años convulsos para configurar la nueva Europa Panorama UNIÓN EUROPEA: ¿EL MOMENTO DE LAS DOS VELOCIDADES? p.26 Dossier LAS CRISIS ELEFANTINAS DE 1914 —p.32 Temas de mañana EL MUNDO DE LOS ‘BIG DATA’ —p.52 Artes�Co. ENRIQUE VILA-MATAS, UN ESTILO DE ESCRITOR —p.64 09/2014——Nº 2141 LA REVISTA DEL FOMENT L A R E V IS TA D E L F O M E N T 0 9/20 14 — — N º 214 1 D E 19 14 A LA P O STC R ISIS E U R O P E A Foment del Treball no se hace responsable de las opiniones vertidas por los colaboradores en sus artículos. ©Foment del Treball. Reservados todos los derechos. Prohibida su reproducción, edición o transmisión total o parcial por cualquier medio y en cualquier soporte sin la autorización escrita de Foment del Treball. PVP: 10 euros. Edita Foment del Treball Dirección Valentí Puig Realización Coordinación Sergio Escartín Diseño Llorenç Perelló Alomar Depósito legal: B–17853–2014 ISSN: 2385-3891 se edita en castellano y catalánValentí Puig, Director Banca de Empresas oficinas 934 955 211 bankinter.com/empresas Financiación Ponemos a disposición de su negocio, los fondos del Banco Central Europeo, así como ICO, BEI y FEI. Además financiamos hasta el 100% de su proyecto. Para que su empresa siga creciendo PANORAMA —— ARTES&Co. —— DOSSIER —— TEMAS DE MAÑANA —— 64 Escultura. La escalera, de protagonista a comparsa / 66 Entrevista Adam Zagajewski, el poeta en las ciudades / 70 Paisajes de cine Cómo pasar el pasado y avanzar / 72 Contra cultura La noción de clásico, una extraña pervivencia / 74 Geografías Buenos Aires y Villa Ocampo, una época / 76 Estilo Selenitas / 78 De autor Año Joan Vinyoli Sumario 10 Un nuevo siglo para África 12 El ‘e-learning’ acelera su desarrollo en África 16 Tigres asiáticos y leones africanos 18 África en cifras 20 China en la era del dragón africano 22 ¿Puede la tecnología solucionar algunos de los problemas educativos de África? 26 Donde la distancia se mide por el tiempo y no por los kilómetros 32 De dónde viene y hacia dónde va el AVE 38 Del AVE al arca de Noé 40 El futuro es magnético 42 Civilización ferroviaria 48 3D y la cuarta revolución industrial 58 Londres con amor y algún prejuicio 16 32 52 7 TARIFA OPTIMA: POSIBILIDAD DE ADELANTAR EL VUELO EN EL DÍA, MALETA FACTURADA, ELECCIÓN DE ASIENTO Y PUNTOS VUELING Y AVIOS. RESERVA EN VUELING.COM Para más información sobre precios, reservas y resto de condiciones consulta nuestra web www.vueling.com, nuestra app móvil, llama al centro de servicios o acércate a tu agencia de viajes. ¡Vuela! LAURA, ¿YA NO HAY REUNIÓN PERO SÍ CENA ROMÁNTICA? ADELANTA TU VUELO CON LA TARIFA OPTIMA. 10 Un nuevo siglo para África por Juan Rossell 12 El ‘e-learning’ acelera su desarrollo en África por Julia Maas 16 Tigres asiáticos y leones africanos por Hilke Fischer 18 África en cifras 20 Chinaen la era del dragón africano por Xavier Aldekoa 22 ¿Puede la tecnología solucionar algunos de los problemas educativos de África? por Chiponda Chimbelu 26 Donde la distancia se mide por el tiempo y no por los kilómetros por Javier Reverte —El África subsahariana ha entrado en una nueva dinámica de afirmación económica después de haber sido relegada durante largo tiempo como continente perdido. Es un nuevo siglo para África. Y sus economías nacionales emergentes configuran una competitiva actividad en gran parte por el teléfono móvil y el ordenador portátil, y por la confianza del inversor extranjero, con China en un destacado primer lugar. Siguen existiendo regímenes despóticos y cleptocracia, hambre y desigualdades extremas, pero los indicios son de un siglo XXI en el que África sacará mejor provecho de sus recursos naturales y del capital humano de sus nuevas élites. Un nuevo siglo para África UN NUEVO SIGLO PARA ÁFRICA El desconocimiento de la realidad africana y de sus posibilidades de negocio explican la escasa presencia empresarial española en un continente que, según los expertos políticos y económicos más prestigiosos, ejercerá un papel destacado en la economía global del siglo XXI —— África sigue siendo para nosotros el gran continente olvidado, a pesar de su cercanía geográfica. La tardía in- ternacionalización de la empresa española, iniciada hace más de veinte años en Latinoamérica y después en la Unión Europea, Estados Unidos y Australia, pero, sobre todo, nuestro gran desconocimiento de la realidad afri- cana y de sus posibilidades de negocio explican la escasa presencia empresarial española en un continente que, según los think tanks políticos y económicos más pres- tigiosos, va a ejercer un papel destacado en la economía global del siglo XXI. África crece económicamente y su incorporación a los circuitos globalizados de las nuevas tecnología ya tiene impactos muy indicativos. Pero África actualmente representa tan solo un 7% de nuestras exportaciones y algo más de un 1% —4.078 millones de euros— de inversión exterior acumulada en el exterior, que es de 390.585 millones de euros. Por eso, nuestras empresas debieran situarse a tiempo en este mercado para aprovechar su enorme potencial de crecimiento, sobre todo si tenemos en cuenta que el 90% del crecimiento económico mundial, previsto para los próximos veinte años, se ubicará fuera de los países desarrollados. A mi modo de ver, una de las razones de nuestra escasa presencia en África es el desconocimien- to de la diversidad africana. Destacan varios factores. De entrada, por lo que se refiere al clima de negocios, países como Sudáfrica, Botswana, Ruanda, Namibia o Ghana se distinguen por su seguridad jurídica y sus reformas económicas, lo que las sitúa por delante de muchas economías europeas o latinoamericanas. Al mismo tiempo, observamos que la economía africana registró en el periodo 2005-2013 un crecimiento anual medio en torno al 5% del PIB y demostró una gran solidez frente al choque de la crisis económica mundial de 2009. Así, en el periodo 2010-2013, los cincuenta y cuatro países de esta región registraron un crecimiento notable y superaron el 4,7% del PIB. Si nos centramos en el ámbito subregional, son notables los fuertes crecimientos de África occidental y oriental, que han registrado en el periodo 2010-2013 un crecimiento anual medio del PIB cercano al 6% y 7%, respectivamente. África austral registró un crecimiento medio anual más bajo que las otras dos subregiones debido al crecimiento más moderado registrado por la economía sudafricana. Sin embargo, si excluyéramos a este país del cálculo, el resto de la subregión, en la que debemos destacar Angola y Mozambique, también registró en dicho periodo un crecimiento superior al 6% del PIB. Esta evolución positiva de la economía africana seguirá en 2014 y 2015, con un crecimiento del 4,8% y el 5,7% del PIB, respectivamente. El factor demográfico es sustancial. Según los pronósticos de Naciones Unidas, el 50% del crecimiento demográfico mundial hasta 2050 recaerá en el conti- nente africano, que pasará de los actuales 1.100 millones de habitantes a 2.200 millones de habitantes en 2050. Nigeria, cuya población habrá rebasado en 2050 los 440 millones de habitantes, superará la población de Estados Unidos. Otros países, como la RD del Congo y Etiopía, alcanzarán en dicho año más de 155 millones y 187 millo- nes de habitantes, respectivamente. En otro orden, son fundamentales los procesos de integración económica en África subsahariana, los acuerdos de asociación eco- nómica recientemente suscritos por la Unión Europea con África occidental y el pasado mes de julio con África austral, así como las negociaciones en curso con las regiones de África central y oriental. En su conjunto es una realidad que requiere de nuevas estrategias para reforzar la presencia empresarial de España en África porque la actividad de nuestras empresas, tanto inversora como comercial, sigue siendo muy limitada, tanto según la información estadística del Ministerio de Economía y Competiti- vidad como de la Comisión Europea. Es decir, las em- presas españolas exportaron en 2013 bienes por valor de 16.487,2 millones de euros, lo que supone un 10,66% sobre el valor total exportado por las empresas de la Unión Europea, que en dicho periodo ascendió a 154.612 millones de euros. Además de nuestra escasa presencia en África, las cifras también revelan el gran desequilibrio existente entre nuestras exportaciones a África del norte y el res- to de África. Sobre el total de exportaciones registradas el año 2013 hacia nuestro continente vecino, solo el por Juan Rossell 10 PREFACIO Juan Rossell es presidente de la CEOE 28,4% —tan solo 4.690,9 millones de euros— tuvieron como destino final los países de África subsahariana, cifra que, a modo de ejemplo, se situó por debajo de nuestras exportaciones a Marruecos, que en el año 2013 se situaron en 5.508,7 millones de euros. Al comparar nuestras exportaciones a África subsahariana con el total de valor de las mercancías de la Unión Europea que en 2013 tuvieron como destino el subcontinente africano, solo representaron un 5,7% mientras que total europeo supuso 80.926 millones de euros, es decir, un 52,3% del valor total de las expor- taciones de las empresas de la Unión Europea hacia África. Ciertamente, estas cifras reflejan una imagen estática mientras que la evolución económica de África es continua y progresiva. Por ejemplo, las exportaciones españolas hacia el continente africano han pasado de 10.437,1 millones de euros en 2010 a 16.487 millones de euros en 2013, lo que supone un incremento especta- cular del 36,7%. A esta tendencia positiva no solo ha contribuido la buena evolución de las exportaciones hacia Marruecos y Argelia, que en el periodo 2010-2013 aumentaron un 36,7% y un 47,1%, respectivamente, sino de manera muy especial las exportaciones hacia Sudá- frica, que en dicho periodo ascendió un 38,8%, de 859,7 millones en 2010 a 1.406 millones de euros en 2013. Esta tendencia ascendente de nuestras exportaciones se ha replicado con respecto a todos los países de África. Esta evolución positiva de los últimos años debe consolidarse y reforzarse mediante una estrategia que implique a todos los actores públicos y privados, para reforzar la presencia empresarial en el continen- te africano. Por eo urge intensificar las actividades institucionales y promocionales en el continente y de manera muy especial en los países PIDM (Plan Integral de Desarrollo de Mercados), que en la actua- lidad son Marruecos, Argelia y Sudáfrica. Es necesario potenciar las oficinas económicas y comerciales en algunos países de África subsahariana, con una mejora de información sobre esos mercados en auge. En fin, se trata también de dar mayor dimensión al conoci- miento sectorial de los mercados africanos. Asimismo,la cooperación técnica puede mejorar la gobernanza económica de los países, como complemento de las actuaciones del Banco Mundial, el Banco Africano de Desarrollo y los fondos europeos. Completará el nuevo horizonte ampliar —por ejemplo, África austral— o incorporar nuevos planes integrales de desarrollo de mercados —África oriental o Nigeria— , con el objeto de concentrar los esfuerzos en un número concreto de países que ofrecen un potencial significativo de creci- miento y oportunidades para las empresas españolas. En definitiva, la contribución de la iniciativa empresa- rial de España al nuevo siglo de África tan solo acaba de comenzar. 11 —— Más de 1.000 participantes de 68 países se citaron en la capital de Ugan- da, Kampala, para debatir sobre las oportunidades y los retos que supone el uso de los medios electrónicos con las tecnologías de la información y de la comunicación (ICT) , o lo que es lo mis- mo, el e-learning o aprendizaje online. África se beneficia considerable- mente del e-learning. Eso, en pocas palabras, fue el mensaje de Harold Ellet- son, experto británico que presentó en Kampala el último informe, para el que fueron consultados más de 1.400 espe- cialistas. “El aprendizaje online está marcan- do una enorme diferencia en muchos sentidos, no sólo en el campo de la educación, sino también en otros secto- res industriales. Es un factor clave en el crecimiento económico de África y tam- bién en el potencial de ese crecimien- to”, declaró Elletson en aquella cita. Muchos gran- jeros usan hoy sus móviles para obtener información sobre los precios del mer- cado y poder así ajustar sus propios precios en consecuencia y asegurar en sus ventas el máximo beneficio. El ‘e-learning’ acelera su desarrollo en África HACE UNOS MESES SE CELEBRÓ EN LA CAPITAL DE UGANDA, KAMPALA, UNA CONFERENCIA INTERNACIONAL TITULADA “ABRIENDO FRONTERAS AL FUTURO”, SOBRE APRENDIZAJE ‘ONLINE’, UNA TECNOLOGÍA QUE YA ESTÁ APORTANDO SIGNIFICATIVOS BENEFICIOS A ÁFRICA por Julia Maas Derecha, un grupo de niños de Nairobi muestran contentos su dispositivo móvil [Foto de Omar Nabulsi , Wikipedia Zero Project] 12 NUEVO CICLO DE ÁFRICA 13 14 Elletson afirmó que la rama turística también puede aprender del e-learning porque el personal puede ser formado de manera fácil y eficaz a través del mó- vil. La radio es aún uno de los provee- dores más importantes de información en África. Según Elletson: “El potencial de la telefonía móvil va a crecer con la generalización del uso del smartphone, pero hoy ya existe un uso enorme de la telefonía móvil básica en diferentes iniciativas educativas”. TELÉFONOS MÓVILES BÁSICOS ADECUADOS PARA ‘E-LEARNING’ Los teléfonos funcionales son móviles relativamente simples que no tienen la misma cantidad de utilidades que un smartphone. La mayoría tienen acceso a internet. Una plataforma que utiliza este tipo de teléfono básico es Facebook. En 2010, se lanzó Facebook Zero, una ver- sión reducida de la web que puede ser usada por teléfonos funcionales. La apli- cación fue muy bien recibida en África y el número de usuarios se disparó en los primeros 18 meses. Aunque Facebook se utiliza prin- cipalmente para mantener contactos privados, según el últimos Informe de e-learning en África, el 66% de los en- cuestados también utilizan las redes sociales con objetivos educativos, e incrementa hasta el 82% su nivel en los ránkings de popularidad. Facebook está hoy por delante tanto de Skype como de LinkedIn. ASESORAMIENTO LEGAL GRATUITO A TRAVÉS DE LAS REDES SOCIALES En Uganda, Facebook es también la principal red social y el abogado Gerald Abila la utiliza para ofrecer asesora- miento legal gratuito. En el país, el 97% de los abogados trabajan en Kampala, por lo que a las personas que viven fuera de la capital les resulta difícil encontrar uno. En este sentido, Abila considera Facebook un foro adecuado para rectificar ese desequilibrio. Fa- cebook llega a muchas personas y hace posible enfrentarse a problemas individuales de manera rápida y comprensible. Lo que comenzó con un smartphone y una cuenta en la red social es hoy la organización sin ánimo de lucro Barefoot Law (barefootlaw.org). Los voluntarios que trabajan en ella se enfrentan a una amplia variedad de asuntos legales. Abila recuerda el caso de una mujer cuyo marido había muer- to. Este fue su consejo para la familia del fallecido. “Era una mujer cuyo ma- rido no había dejado testamento, así que ella tenía derecho a una parte de la herencia y no podían negarle el acceso a la propiedad de su marido. Si iban a juicio, para ellos sería una pérdida de tiempo”, cuenta Abila, y añade que la disputa pudo solucionarse online. Ahora, Abila y sus compañeros han incorporado otros métodos para man- tener el contacto con sus usuarios y encontrar clientes potenciales. Aquellos que busquen consejo pueden contac- tarlos por correo electrónico o hablar con el equipo de Barefoot Law en se- siones consultivas que se celebran dos veces a la semana vía Skype. También hay un servicio de SMS y la organiza- ción trabaja en áreas rurales con socios locales y emisoras de radio. Para hacer que su web sea accesible a personas que no hablan inglés, se ha sido tradu- cida a tres lenguas de África oriental. Según cuenta Abila, la respuesta hasta el momento ha sido muy positiva. “Actualmente es el portal online sobre temas legales más activo de Áfri- ca oriental. ¿Un foro legal en Uganda que tenga más de 13.000 likes en Face- book? Eso demuestra la necesidad que existe, pero también que se trata de un modelo que funciona. Ese es el poder de las redes sociales”. Según el último informe de ‘e-learning’ en África, el 66% de los encuestados también utilizan las redes sociales con objetivos educativos Julia Maas © DEUTSCHE WELLE Izquierda. Los datos sobre las poblaciones de mosquitos se introducen en el sistema de GPS en el área de Kisumu de Kenia [Foto: Karen Kasmauski , Getty Images] 15 NUEVO CICLO DE ÁFRICA —— Las economías de África subsahariana están en auge. El Foro Económico Mundial estima el índice de crecimiento económico de la región en más del 5% en 2014. Además, se espera que el crecimiento en algunos países como Nigeria y Ghana sea aún mayor. Nigeria es hoy la mayor economía africana. Clases más altas, prósperas y orientadas en el consumo, han emergido en muchas grandes ciudades, donde torres de oficinas acristaladas salpican el paisaje. Hace tiempo que se afianzó el término “leones africanos”, similar al de “economías de los tigres asiáticos”, referido a países como Taiwán, Corea del Sur y Singapur, economías que se transformaron a sí mismas de “en desarrollo” a “industrializadas” en pocas décadas. Pero según David Owiro, economista en el Instituto de Asuntos Económicos de Kenia, no es conveniente comparar “tigres asiáticos” y “leones africanos”. “El crecimiento económico de África en los últimos diez o quince años no tiene nada en común con el desarrollo en Asia”, dice Owiro, apuntando que las economías asiáticas tuvieron éxito debido a las estrictas políticas económicas de sus gobiernos. Por ejemplo, “en Corea del Sur se crearon grandes empresas estatales que ocuparon posiciones dominantes en el mercado”, explica Owiro. El experto, sin embargo, añade que estas estructuras centralizadas están mal consideradas en Europa y, como resultado, los estados occidentales insisten en conceptos como democratización, buena gobernanza y economía de libre mercado en sus políticas de desarrollo para África. DEPENDENCIA DE LAS EXPORTACIONES DE MATERIA PRIMA. En muchos de los “leones africanos” el crecimiento económico se basa sobre todo en la exportación de recursos naturales como el petróleo y tierras raras. Un dato: el crudo supone el 95% de las exportaciones de Nigeria y los beneficios que genera son considerables. Pero ese dinero ha fracasado en elobjetivo de llevar prosperidad a la población de los países ricos en crudo. Tigres asiáticos y leones africanos LOS ESTADOS AFRICANOS SUEÑAN CON EMULAR A LOS “TIGRES ASIÁTICOS” Y CONVERTIRSE EN NACIONES INDUSTRIALIZADAS LO MÁS PRONTO POSIBLE, PERO LOS EXPERTOS AFIRMAN QUE LOS LLAMADOS “LEONES AFRICANOS” NECESITAN MÁS QUE UN ALTO CRECIMIENTO PARA CONSEGUIR SU OBJETIVO por Hilke Fischer 16 NUEVO CICLO DE ÁFRICA El PIB del país es quince veces más bajo que el de Alema- nia, y establecer una sólida clase media —poder adquisitivo y estabilidad social— es un prerrequisito para conseguir un desa- rrollo económico sostenible similar al de las naciones asiáticas. Pero este desarrollo es aún muy débil en los estados de los “leones africanos”. “Si África no consigue librarse de su dependencia de las ex- portaciones de materias primas, esa clase media simplemente no se creará y eso tendrá implicaciones de larga duración para el crecimiento económico del continente”, dice Judith Helf- mann Hundack, de la Asociación Empresarial Afroalemana. El economista Owiro comparte también la idea de que “el crecimiento debe tener un impacto en el empleo”. Opina que se necesita un mayor grado de industrialización para crear puestos de trabajo y que en lugar de exportar algodón e importar bienes, los textiles se podrían producir directamente en África. De la misma manera, en vez de importar zumo de piña de Brasil, podrían construirse fábricas en África y con ello generar más trabajo. FALTA DE CONFIANZA. Muchos africanos muy bien cualificados emigran a Europa o EE UU por la falta de oportunidades de trabajo en sus países de origen. Además, las élites africanas tienen poca confianza en sus gobiernos. “En vez de invertir en sus propios países, la gente ahorra dinero en cuentas bancarias de Europa o América del Norte”, dice el parlamentario alemán Volkmar Klein, que ha estado implicado en varios planes de desarrollo. En Asia, sin embargo, la confianza de la población en las estructuras gubernamentales de sus países está “mucho más afianzada”, añade. El escritor alemán Ilija Trojanow, que creció en Kenia y es especialista en asuntos africanos, dice que la peculiaridad del modelo asiático es que “muchos intelectuales recuperan sus propias tradiciones con una alta autoestima pero, al mismo tiempo, hacen uso del pensamiento y la actividad occidentales”. Esta combinación ha permitido a las naciones asiáticas ser competitivas y desarrollar su propia identidad, explica Trojanow, y añade que las élites africanas carecen de esta mentalidad y aún piensan en términos coloniales. Trojanow cree que los “leones africanos” aún tienen un largo camino que recorrer antes de que puedan emular el éxito de los “tigres asiáticos”. Hundack también resta importancia a la actual euforia que rodea a las economías africanas, una tendencia que resultó evidente en la última cumbre del Foro Económico Mundial sobre África, que se celebró en Abuja, capital de Nigeria. “Europa necesitó cien años para convertirse en un poder industrializado y en Asia el proceso llevó unas décadas. Ahora, en África, es necesario un salto completamente diferente”, afirma Hundack. Hilke Fischer © DEUTSCHE WELLE 17 África en cifras LOS GRANDES CAMBIOS EN EL CONTINENTE AFRICANO QUEDAN REFLEJADOS EN LOS SIGUIENTES GRÁFICOS, QUE DESGRANAN EL PROGRESO EN ALGUNAS ZONAS AL TIEMPO QUE QUEDA CLARO EL RETRASO QUE SUFREN EN OTRAS LOS 10 PRINCIPALES PAÍSES DE INTERNET EN ÁFRICA Nigeria 55,5 60 50 40 30 20 10 0 PROGRESO DE LOS PAÍSES EN LA LUCHA CONTRA EL HAMBRE, ÁFRICA -80 -70 -60 -50 -40 -30 -20 -10 0 10 20 30 40 -68% Ghana 15% Burundi 38% Suazilandia 40% Comoras -52% Angola -51% Malaui -50% Ruanda -46% Mali -44% Níger -42% Mauritania -42% Yibuti -41% Benín -41% Nigeria LOS PAÍSES AFRICANOS CON LA MAYOR POBLACIÓN SIN ACCESO A LA ELECTRICIDAD Nigeria 84,5 República Democrática del Congo 61,7 Tanzania 39,3 Kenia 33,6 Uganda 29,7 Sudán 24,7 Mozambique 19,1 Madagascar 18,4 Malaui 14,2 Etiopía 65 1992Año de creación Comunidades económicas regionales Establecido Previsto No previsto Comunidad de Desarrollo de África Austral Comunidad de África Oriental Comunidad Económica de Estados de África Occidental (ECOWAS) Mercado Común para África Oriental y Meridional Comunidad Económica de los Estados de África Central Unión del Magreb Árabe Comunidad de Estados Sahelo- saharianos Autoridad Inter- gubernamental de Desarrollo 1975 1983 19982000 1994 1989 1986 PROGRESO DE ÁFRICA EN LA INTEGRACIÓN REGIONAL Zona de libre comercio Unión aduanera Unión monetaria Mercado común In fo gr af ía : S am ue l C ip ré s Egipto 35,6 Sudáfrica 21,5 Marruecos 17,9 Kenia 13,9 Sudán 7,8 Argelia 5,9 Uganda 5,3 Túnez 4,5 Ghana 4,3 18 NUEVO CICLO DE ÁFRICA Rabat Argel Trípoli Tamanrasset El Cairo Túnez Nuakchot Dakar Conakri Freetown Monrovia Abiyán Accra Uagadugú Niamey Abuja Lagos Yaundé Libreville Bamako Kano Yamena Yibuti Agadez Bangui Luanda Windhoek Pretoria Harare Lusaka Gaborone Ciudad del Cabo Maputo Antananarivo Dodoma Nairobi Mogadiscio Adis Abeba Asmara Jartum Kinshasa Brazzaville PAÍSES CON UNA PREVISIÓN DE CRECIMIENTO SUPERIOR AL 6,5% EN 2014 Gambia 7,5% Burkina Faso 7,1% Nigeria 6,9% Chad 7,2% Eritrea 6,6% Sierra Leona 11,2% Liberia 7,3% Costa de Marfil 7,2% Ghana 8,6% Ruanda 7,6% RD Congo 8,7% Tanzania 7,3% Angola 6,9% Mozambique 7,3% Zambia 7,9% Juba ARGELIA MARRUECOS MAURITANIA MALI SENEGAL GAMBIA GUINEA- BISÁU GUINEA SIERRA LEONA LIBERIA TOGO BENÍN COSTA DE MARFIL GHANA BURKINA FASO LIBIA NÍGER CHAD CAMERÚN NIGERIA REPÚBLICA CENTROAFRICANA REPÚBLICA DEMOCRÁTICA DEL CONGO SUDÁN SUDÁN DEL SUR SOMALIA KENIA TANZANIA MALAUI ZAMBIA ZIMBABUE ANGOLA NAMIBIA BOTSUANA SUDÁFRICA SUAZILANDIA MADAGASCAR GABÓN CONGO MOZAMBIQUE ETIOPÍA ERITREA EGIPTO GUINEA ECUATORIAL BURUNDI RUANDA UGANDA TÚNEZ Proyecto de gasoducto trans-sahariano entre Argelia y Nigeria Cable de fibra óptica a través del Sáhara entre Argelia y Nigeria Proyecto multimodal (carretera-tren) entre Dakar y Yibuti Red de fibra óptica de los Grandes Lagos Puente de ferrocarril sobre el río Congo entre Brazzaville y Kinshasa Corredor multimodal norte-sur entre El Cairo y Ciudad del Cabo SÁHARA OCCIDENTAL JORF LASFAR/ EL YADIDA 16,7 MT* CASABLANCA 23 MT* TÁNGER-MED 27 MT BUGÍA 13,6 MT SKIKDA 26,6 MT ALEJANDRÍA EL DEKHEILA 45,3 MT DAMIETTE 27 MT PORT SAID 39 MT MOMBASA 19,9 MT MOZAMBIQUE 19 MT RICHARDS BAY 89,2 MT DURBAN 80,7 MTCIUDAD DEL CABO 16,8 MT SALDANHA BAY 59,6 MT NIGERIA 82,7 MT ABIYÁN 16,6 MT 19 China en la era del dragón africano EL SALTO EN LA RELACIÓN COMERCIAL ENTRE CHINA Y ÁFRICA DE LOS ÚLTIMOS DIEZ AÑOS ANUNCIA UN NUEVO ORDEN MUNDIAL —— Louis Fenaux siente pasión por el mar. Belga de raíz flamenca, hace una década abandonó la Vieja Europa para instalarse en Hentiesbaai, un pueblo en el corazón de la Costa de los Esquele- tos, la meca de la pesca en Namibia. Allí regenta un pequeño hostal y sale cada mañana temprano con su caña a pescar tiburones o steenbras desde la playa. Cuando aún está oscuro, y si el día se levanta despejado, puede adivinar en el horizonte las luces de los pesqueros españoles, estadounidenses o chinos que faenan en las frías aguas internacionales frente al litoral. A Fenaux le preocupan los pesqueros chinos y, mientras su mujer Anneke nos cocina un delicioso pescado rojo y salsa de zanahoria, se le suelta la lengua. “Los chinos, ¿eh? Ya están por todas partes en el país”, dice. En la fron- tera con Angola en el norte, es habitual ver comercios chinos en cualquier pe- queña localidad, y en el aeropuerto de Windhoek, la presencia de ejecutivos de ojos rasgados ya es una rutina. A Fenaux no le hace demasiadagracia. “Unos ami- gos del norte están preocupados porque una compañía china quiere construir una mina de uranio en las afueras de su ciu- dad. Si lo hacen, traerán a sus empleados chinos, sus supermercados, productos y restaurantes chinos y toda la ciudad, tal y como es ahora, desaparecerá y los nami- bios perderán su trabajo”, dice. Pero el temor de Fenaux y sus co- legas es infundado. Aunque la mayoría de las 2.500 compañías chinas que ac- tualmente operan en África traen a sus propios trabajadores chinos y sólo em- plean a locales en las tareas más duras, no absorben ni cambian la fisonomía de localidades enteras. El impacto no es lo- cal, es continental. Con 3.000 kilómetros de carreteras y 2.000 de línea de ferro- carril construidas, además de puentes, presas, oleoductos y puertos, China está cambiando la cara de todo el continen- te africano. Las relaciones comerciales sinoafricanas acaban de cerrar la década de mayor esplendor de la historia. Si en el año 2000 los intercambios económicos entre ambos no alcanzaban los 10.000 millones de dólares, el año pasado supe- raron los 215.000 millones. La escalada es imparable y está dejando atrás a los competidores: desde 2009, China es el primer socio comercial del continente, por delante de Estados Unidos. Cuando llegan los cafés, Fenaux apunta uno de los factores que han pro- piciado ese despegue. “Al principio los productos o carreteras de los chinos eran de mala calidad; pero ya no es así; esos tipos saben hacer las cosas bien cuando quieren, vaya si saben...”. Para entender la presencia de China en el continente negro es imprescindible una lectura bidi- reccional. No es China en África. Es China y África. Aunque es indiscutible que los recursos naturales africanos son el car- burante que el gigante asiático necesita para funcionar —aproximadamente el 80% de sus importaciones desde África son petróleo y minerales—, China supo ver antes que nadie que el continente no es sólo una gran extensión de tierras fértiles y un rico subsuelo, sino también una oportunidad de mercado. Según el economista y experto en desarrollo Vijay Mahajan, la ausencia de prejuicios respecto a una sociedad africana no tan empobrecida e inmóvil como pudiera parecer ha dado ventaja al gigante asiático. “China ha advertido —dice Mahajan— que hay en África una clase consumidora de unos 400 millones de personas ávida de productos y servi- cios. Baratos, sí, pero es que el mercado es enorme”. El Banco de Desarrollo Africano (BDA) sitúa en 350 millones el número de africanos con capacidad para disponer de entre 2 y 20 dólares diarios. Aunque el 60% de esa incipiente clase media africana sólo gasta entre 2 y 4 dólares diarios, China ha abrazado ese humilde margen de compra que va más allá del gasto en alimentos para la super- vivencia: sus principales importaciones son vehículos, ropa, maquinaria, calzado y materiales plásticos. De Angola a Sene- gal, pasando por Mozambique o Sudán del Sur, el “Made in China” de camisetas de fútbol falsificadas y zapatos o las letras chinas en furgonetas, motocicletas o todoterrenos son una constante. La mejor noticia para China es que se trata del mercado que más va a crecer del mundo. La revolución demográfica en África apenas ha empezado: si el con- tinente acaba de superar los mil millones de habitantes, Naciones Unidas estima que esa cifra se habrá duplicado en el año 2050. Y la bomba demográfica no se detendrá: a final de siglo habrá 3.000 millones de africanos, más que la pobla- ción actual de China e India juntas. Entre esos números puede estar la siguiente jugada maestra de Pekín. Si a la explosión demográfica añadimos el factor de la juventud —casi la mitad por Xavier Aldekoa 20 NUEVO CICLO DE ÁFRICA de los africanos tiene hoy menos de 15 años—, se avecina un futuro con cientos de millones de jóvenes en edad de traba- jar. Para el economista británico y profe- sor en Oxford Paul Collier, China, podría dirigir hacia ellos sus miras de expansión económica. “Si a las grandes oportunida- des de negocio en África añadimos unos costes de producción en China cada vez más elevados, creo que, antes de diez años, China recolocará algunas de sus empresas en el continente para reducir costes. Si esto ocurre, el cambio será espectacular”, sostiene. Pero no hace falta viajar al futuro. El skyline de Luanda, capital de Angola, aguijonado por varias decenas de grúas señala que los negocios sinoafricanos van viento en popa. Angola es el para- digma del tono de las relaciones comer- ciales: China importa más petróleo de Angola, su primer socio africano, que de ningún otro país del mundo y, a cambio, se mantiene al margen de cuestiones políticas internas, navega cómodo en un mar de contratos opacos y peones chi- nos que cambian la cara del país a golpe de rascacielos y lenguas de alquitrán. Otro de los grandes socios chinos, Sudán del Sur, un país del tamaño de Francia con sólo 90 kilómetros de carreteras asfaltadas y llena de petróleo, es quizás el mayor ejemplo de la necesidad de infraestructuras del continente. El presidente sudafricano Jacob Zuma puso cifras el año pasado a las oportunidades de negocio de África y se ofreció a ejercer de puerta de entrada al continente, como hiciera Singapur en las déca- das de los setenta y ochen- ta en Asia. Lo dijo en una cumbre de los BRIC, grupo formado por las principales economías emergentes, Bra- sil, Rusia, India, China, además de Sudáfrica. “En los diez próximos años, África necesitará 480 mil millones de dólares para desarrollo de infraestruc- turas, lo que debería interesar al BRIC”. Desde Brasilia, Moscú, Nueva Delhi y Pekín tomaron buena nota. China, que representa el 65% del total de importa- ciones africanas entre los BRIC, seguirá liderando el grupo. No hay nada impro- Xavier Aldekoa es corresponsal en África de ‘La Vanguardia’, miembro de la pro- ductora social e independente Muzungu y autor del libro ‘Océano África’ visado en la presencia china en África. La creación de veintiún zonas económicas especiales (ZEE) en países africanos son una apuesta firme por estrechar lazos comerciales y contribuir a la industriali- zación del continente. En las zonas ZEE, con infraestructuras de clase mundial, se ofrecen facilidades administrativas e incentivos fiscales para que empresas chinas den salida a sus productos y sean competitivas en suelo africano. Y está por ver cuál será el resultado del último efecto colateral de la era del dragón africano: el humano. La década de mayor expansión comercial entre China y África ha hecho que más de un millón de chinos se instale en suelo afri- cano. La mayoría regresa a casa cuando terminan sus contratos, pero miles han decidido quedarse e invertir sus ahorros en una nueva vida en África. Y como algunos tendrán éxito, es probable que se produzca un efecto llamada. Si ocurre, estaremos a las puertas de la primera gran generación de chinos nacidos en África. Hace unas semanas, la muerte del presidente de Zambia, Michael Sata, llevó al poder provisional al vicepresidente, nacido en Livingstone pero de padre escocés, y que se convirtió en el primer presidente blanco en un país africano desde la independencia, con permiso de Madagascar. Quizás ya queda menos para ver a un presidente africano de tez pálida y ojos rasgados. 21 ¿Puede la tecnología solucionar algunos de los problemas educativos de África? LA SEMANA DEL APRENDIZAJE MÓVIL DE LA UNESCO, QUE YA PREPARA SU TERCERA EDICIÓN, RESULTA UN MARCO MUY APROPIADO PARA ANALIZAR CÓMO SE UTILIZA LA TECNOLOGÍA EN PAÍSES AFRICANOS Y QUÉ PUEDE HACERSE PARA SACAR PARTIDO A LA CONECTIVIDAD MÓVIL DE ÁFRICA por Chiponda Chimbelu —— Kapenda Ndimuwanakupa, de 19 años, ha completado recien- temente su educación secundaria en Windhoek, Namibia. También ha realizado hace poco unas prácticas en un medio de comunica- ción de Alemania, estancia que financióparcialmente mediante crowdfunding gracias a un vídeo que colgó en YouTube. Kapenda, experto en medios, es el resultado directo de la revolución digital que el continente africano ha vivido en los últimos años. “A todos nos enseñan cómo usar un ordenador y […] las redes de información, como por ejemplo Google, para encontrar datos que puedes utilizar en clase y para hacer los proyectos”, comenta. Kapenda estudió en un colegio estatal de Windhoek y dice que su escuela no es única en cuanto a educación informática. EXPERIMENTOS ESCOLARES CON TECNOLOGÍA A pesar de que Namibia es uno de los países más ricos de África subsahariana, la experiencia educativa de Kapenda cada vez se considera menos una excepción con respecto a otras ciudades de África. Desde hace cuatro años, las autoridades educativas expe- rimentan con laboratorios de medios en más de 60 colegios de secundaria de Abuja, Nigeria, según Iyke Chukwu, un profesor de NUEVO CICLO DE ÁFRICA 22 Mujeres tuaregs de tribus nómadas tomando fotos de globos aerostáticos con sus teléfonos móviles en el desierto de Ghadames, Libia occidental [Foto de Ammar Abd Rabbo , Getty Images] 23 NUEVO CICLO DE ÁFRICA aprendizaje digital de la Junta de Edu- cación Secundaria de la Capital Federal. Pero la mayoría de los profesores no es- tán tan entusiasmados con la tecnología, dice. “Cuando propones estas ideas, la reacción inicial es de resistencia porque miran los costes”, añade Chukwu. Los profesores tienen que comprarse los ordenadores que van a usar en el trabajo. Y con sus bajos salarios, pagar por un portátil les llevaría unos cuantos años. Empresas como HP han interveni- do ofreciendo programas especiales que permiten a los maestros pagar a plazos. EXPLOTAR LA CONECTIVIDAD MÓVIL Mientras que los profesores pueden tener acceso a la tecnología mediante programas de compra especiales, hay otro reto que no puede solucionarse tan fácilmente. “Ellos [el Gobierno] quieren empezar la casa por el tejado. Antes de poder hablar de tecnología en el aula, hay que hablar de electricidad”, dice Chukwu. Pero pueden existir soluciones. Por ejemplo, la organización Ushahidi, en Kenia, está desarrollando un dispositivo parecido a un módem que supuestamen- te cambia a la señal de internet del móvil cuando hay un corte de energía, porque su batería dura hasta ocho horas. El dispo- sitivo se llama BRCK, pronunciado brick. Mientras, el gigante Microsoft está avivando internet en Kenia mediante fre- cuencias de televisión que no se utilizan, y así también ayudan a reducir la depen- dencia eléctrica. Google también desa- rrolla un proyecto similar en Sudáfrica. TELÉFONOS PERMITIDOS EN EL AULA “Es difícil obtener un valor objetivo de los resultados de las iniciativas fundadas por empresas tecnológicas porque estas pueden tener sus propios motivos para llevarlas a cabo”, dice Catherine Jere, in- vestigadora del Informe de Seguimiento de la Educación para Todos en el Mundo de la Unesco. “Obtener la última tecnolo- gía no siempre supone el uso más efecti- vo de los fondos”, añade. Con una media de 43 alumnos por profesor, África tiene el peor índice del mundo, según el Informe de 2013-14. Y estos datos no reflejan la realidad de algunos países, donde hay hasta 200 alumnos por clase (menos del 50% de Chiponda Chimbelu © DEUTSCHE WELLE smartphone y se espera que en cuatro años el mercado de estos aparatos se doble en África, según la empresa esta- dounidense de estudios de mercado IDC. Y, además, los smartphones son cada vez más baratos. La compañía sudafricana de telecomunicaciones MTN lanzó re- cientemente uno Android por 50 dólares, posiblemente el más barato del merca- do. Smartphones y dispositivos móviles pueden algún día resolver el problema de acceso a los libros de texto en África, por- que la gente podrá descargarlos online por un precio más bajo o incluso gratis. los niños de África completan la educa- ción primaria). Muchas de las iniciativas, como la de Namibia, o la de Abuja, en Nigeria, no se centran en explotar la tecnología a la que tienen acceso millones de afri- canos. “Por ahora, usar los teléfonos en el colegio es tabú, así que cuando un profesor ve a un alumno con un móvil, lo siguiente es quitárselo, y puede has- ta destruirlo”, dice el profesor nigeriano Iyke Chukwu. “Es triste que no hayamos podido aún ver el increíble potencial que tiene el uso de los teléfonos mó- viles como herramienta educativa en nuestros colegios”. En el futuro próxi- mo, cada vez más personas tendrán un Menos de 25 De 25 a 49 De 50 a 74 De 75 a 99 De 100 a 149 150 y más Sin datos TELÉFONOS MÓVILES POR CADA 100 HABITANTES Líneas de teléfonos móviles en África MARRUECOS MAURITANIA SENEGAL GUINEA SIERRA LEONA LIBERIA COSTA DE MARFIL BURKINA FASO GHANA CONGO BENÍN NIGERIA CAMERÚN GABÓN CHAD NÍGER MALI ARGELIA LIBIA TÚNEZ EGIPTO SUDÁN SUDÁN DEL SURREPÚBLICA CENTROAFRICANA SUDÁFRICA NAMIBIA BOTSWANA ZAMBIA ANGOLA REPÚBLICA DEMOCRÁTICA DEL CONGO MALAUI SWAZILANDIA LESOTHO MOZAMBIQUE ZIMBAUE TANZANIA KENIA SOMALIA ERITREA ETIOPÍA 24 Dos colegialas usando un teléfono móvil en el patio del colegio, KwaZulu Natal, Sudáfrica [Foto de Stuart Fox , Getty Images] 25 —— Viajar por África, a pesar de que se hayan abierto en fechas recientes algunas modernas autopistas y de que avancen los planes para comenzar a construir líneas de alta velocidad en algunos de sus países, sigue ofreciendo el sabor de aventura que tuvo durante las pa- sadas décadas y, en algunos lugares, durante siglos. Pero referirse a África a estas alturas, utilizando el singular, es algo muy arriesgado e incorrecto. Como señalaba el desaparecido Kapuscinsky, uno de los periodistas euro- peos que mejor escribió sobre los territorios vecinos del sur, no puede hablarse de forma global del continente, sino que es preferible hablar de Áfricas. Tenía razón: ¿en qué se pa- recen Argelia y Burkina Faso?, ¿o Sudáfrica y Somalia?, ¿o Namibia y Yibuti? Y en cuanto a medios de transporte, ¿cómo podemos comparar las líneas aéreas kenianas con las sudanesas?, ¿o el tren que une la costa de la República del Congo, en Matadi, con la capital, Kinshasa?, ¿y en qué se parece una estación de autobuses en la etíope ciudad de Gondar con otra de la sudafricana Pretoria? En cierto modo, no ha perdido actualidad lo que escri- bía el catalán Domingo Badía, alias Alí Bey, refiriéndose al paso del estrecho de Gibraltar, que realizó en junio de 1803 y que relata en su libro de viajes por el norte de África y Arabia. “La sensación que experimenta el hombre que por primera vez hace esta corta travesía —dice— , no puede compararse sino al efecto de un sueño. Pasando en tan corto espacio de tiempo a un mundo absolutamente nuevo, y sin más remota semejanza con el que acaba de dejar, se halla realmente como transporta- do a otro planeta”. El principal medio de transporte africano sigue siendo hoy en día el mismo que hace siglos: los pies. Caminar es la condición del pobre desde que el mundo es mundo y hay una expresión, en muchos países de África, para referirse a esa suerte de vagabundos que deambulan por África: los llaman bayeyes. Son gentes que no poseen otra cosa que lo que llevan encima, a menudo nada más que la ropa, y que carecen de dinero para pagarse una plaza en un transporte público, por mise- rable que este sea. Los bayeyes viajan sin otro objetivo que encontrar un lugar donde instalarse para po- der asegurarse la supervivencia y se desplazan del campo a las grandes ciudades en emigra- ciones interminables. Son ellos también quie- nes han comenzado a saltar en barcas rumbo a Europa para burlar el hambre. En cualquier carretera africana y en las anchas avenidas de las metrópolis, los bayeyes se mueven como la hilera de un interminable hormiguero a la búsqueda de comida. Son como los cientos de miles de antílopes que, en las extensassabanas del Oriente africano, siguen los ciclos de la lluvia tras los pastos. Las cajas de los camiones son un popular medio de transporte en muchos países del continente y, en muchos puestos fronterizos, hay colas de estos vehículos en los que se ofre- ce plaza a cambio de pequeñas cantidades de dinero. Si bien ahorran sufrimientos a los pies, son una tortura para la rabadilla, ya que care- cen de asientos y la gente se acomoda como puede sobre el suelo y, con algo de suerte, unos pocos se sientan en las ruedas de repues- to. La duración de estos viajes es imprevisible, ya que se enfrentan a carreteras destrozadas, súbitas lluvias, frecuentes pinchazos, averías múltiples... Estos camiones son, por lo general, vehículos que han transportado a viajeros de dos o tres generaciones y a menudo desfalle- cen para siempre en uno de estos infames re- Donde la distancia se mide por el tiempo y no por los kilómetros EL PRINCIPAL MEDIO DE TRANSPORTE AFRICANO SIGUE SIENDO HOY EN DÍA EL MISMO QUE HACE SIGLOS: LOS PIES. EN LOS CAMIONES Y LOS TRENES LA AVENTURA ES MAYOR EN CADA TRAYECTO. MIENTRAS, EL AVIÓN SIGUE ATEMORIZANDO A LA POBLACIÓN por Javier Reverte 26 NUEVO CICLO DE ÁFRICA Burkina Faso, las mujeres africanas recorren largas distancias por la selva con pesadas cargas sobre la cabeza [Foto de Gilles Paire / Getty Images] 27 corridos. Si uno quiere comprobar el milagro que supone despla- zarse en uno de estos vetustos cacharros, no tiene más que abrir el capó y asomarse al motor: contemplará una selva de cuerdas, alambres y esparadra- pos sujetando a duras penas las piezas oxi- dadas de la máquina, porque el ingenio africano no conoce límites. Como señalaba un popular dicho de los blancos en los días de los imperios coloniales: “No hay nada que construya un europeo que no pueda destruir un africano y no hay nada que estropee un europeo que no pueda reparar un africano”. La alternativa al camión es, na- turalmente, el autocar de línea. Pero resulta un nombre demasiado pom- poso para los decrépitos vehículos que realizan recorridos a través de caminos arruinados a mordiscos por los desmanes de la naturaleza, que se detienen en decenas de poblados miserables, que se averían a menudo y van cargados hasta reventar, pues en África donde caben sesenta per- sonas llegan a viajar al menos ciento veinte. Las distancias, además, nun- ca son precisas y los africanos las miden por tiempo de viaje, no por kilómetros o millas. Si alguien te dice que estás a diez kilómetros de un lugar, en realidad estarás a unos cua- renta o cincuenta. Y si afirman que te encuentras a dos horas de tu des- tino, en realidad serán seis o siete. Las estaciones de autobuses parecen fortalezas construidas contra ataques de ejércitos enemigos y algo de eso hay. En cierta ocasión, en la Arriba, un buen número de gente se desplaza a diario por las carreteras de África, de pueblo en pueblo o de país en país etíope ciudad de Gondar, un policía, antes de abrir las puertas a los pasa- jeros, nos advirtió a los que esperá- bamos sobre el riesgo que había de que nos robaran una vez dentro. Le pregunté a un pasajero si había mu- chos ladrones y me señaló a un grupo de hombres sentados en un rincón. “¿Y por qué no los detienen?”, pre- gunté. “Todavía no han robado —dijo el otro— ahora sería ilegal hacerlo”. Una vez en el interior del vehículo, pasaron dos funcionarios del servicio municipal de sanidad que, armados con sendos fumigadores, nos rociaron a los pasajeros con generosos chorros de desinfectante. Los niños lloraban, los viejos tosían, todos pensábamos que íbamos a morir envenenados. En ese momento me hubiera cambiado por cualquier bayeye. Viajar en avión por el continente ha experimentado una importante 28 parece recomendable viajar en el ferrocarril congoleño Kibola-bola, que une Kinshasa con Matadi. Sus vagones carecen de bancos y ven- tanillas y los excusados son simples agujeros abiertos en el suelo. Y, por último, los ferrys que cru- zan los lagos, los ríos del interior y las costas del continente tienen algo en común con los trenes: son una manera de vivir, no sólo de despla- zarse. Atracan en todos los puertos del viaje y cargan y descargan via- jeros, animales domésticos (vacas y cabras) y mercancías, además de convertirse en mercados de com- praventa durante el tiempo que per- manecen en los embarcaderos. Son buques muy viejos, cargan siempre más del doble de los pasajeros per- mitidos por el reglamento y no es raro que, de cuando en cuando, se hundan y la tragedia se salde con cientos de muertos, como sucedió con el Bukova en el lago Victoria, en el año 1999. Hay barcos de este jaez, entre otros muchos, en el lago Tanganica, el Liemba —botado en 1814—, en el etíope Tana, el Tanana; en la presa Nasser de Egipto, el Sinaí (he oído que se ha hundido hace poco), que hace la travesía entre la población sudanesa de Wadi Halfa y la egipcia de Assuan; en el lago Malawi, el transbordador Ilala; en el río Congo el Acongo- Mahela... y decenas más. Estas formas de recorrer África están condenadas a desaparecer, naturalmente. ¿Pero cuándo? Un continente subdesarrollado, comido por las enfermedades y el hambre, carente casi por completo de in- fraestructuras, tardará mucho aún en entrar en la modernidad. Y un verda- dero viaje africano seguirá siendo, en cierta manera, un viaje al pasado. Javier Reverte es escritor Quien quiera conocer África deberá subir a un tren tanzano, keniano, congoleño, mozambiqueño... Es el África en estado puro mejora en algunos países durante los últimos años. Pero hay compañías que arrastran un todavía más que dudoso crédito entre los pasajeros. Y eso se refleja en el nombre con que se denomina popularmente a algunas de ellas. Air Tanzania es co- nocida entre los tanzanos como “Air May Be” (Air Puede Ser), dado su particular “rigor” en el cumplimiento de los horarios. Lo mismo sucede con Congo Airways, llamada “Air Peut-Être”, mientras que el nombre que se aplica a Sudan Airways es “Insha’Allah Airways” (Airways Si Dios Quiere). Una vez, viajando en las líneas tanzanas en la línea desde Entebbe (Uganda), con billete para Dar es Salaam (Tanzania), me di cuenta por la posición del sol, a poco de despegar, de que el avión tomaba la dirección contraria. Se lo advertí a la azafata. Y respondió: “Es que la mayoría de los pasajeros quien ir a Burundi y nuestra compañía está al servicio de los pasajeros. Pero no se preocupe, mañana volará a Dar”. Los trenes africanos son una forma de subsistir, no de viajar. Se detienen en todas las estaciones de sus recorridos y los pasajeros y los locales que se acercan a las pa- radas compran y venden todo tipo de productos. Cada estación es un estallido de vida y quien quiera co- nocer África deberá subir a un tren tanzano, keniano, congoleño, mo- zambiqueño... Es el África en estado puro, el África de siglos atrás, el África que no figura en los catálo- gos de las agencias de turismo. Los retrasos son imponentes y, a veces, cuando atraviesa un parque natural o una reserva cinegética, el tren se detiene para dar paso a una mana- da de elefantes o a un rinoceronte desorientado. En todo caso, no me Arriba, uno de los trenes tanzanos, el que recorre la ruta entre las costas del Índico, en la capital Dar es Salaam, y los grandes lagos del centro de África. La foto muestra el tren llegando a la estación de Kigoma, junto al lago Tanganica 29 NUEVO CICLO DE ÁFRICA sitúate para competir Polígono de la Zona Franca La mejor ubicación industrial y logística para la empresa En Barcelona ciudad Las mejores conexiones internacionales Desde 4.500 m2 a 100.000 m2 Condiciones de alquiler flexibles comercial@el-consorci.com www.elconsorci.net entidad formada por: C M Y CM MY CY CMY K Foment_Treball_210x260_Cast.pdf 1 31/10/14 13:13 Futuros del Corredor Mediterráneo—El desarrollo de los trenes de alta velocidad está propiciando la consolidación de macroregiones de crecimiento económico y movilidad social. Como segmento sustancial del gran eje ferroviario que va de Estocolmo a Algeciras, el Corredor Mediterráneo constituye una urgencia inaplazable, tanto en calidad de nueva logística de mercancías como de transporte rápido que va sustituyendo, por ejemplo, los vuelos de duración inferior a las dos horas. Gracias a la tecnología de nueva velocidad, casi de repente, el tren recupera el protagonismo que tuvo en el siglo XIX, cuando la red mundial de líneas ferroviarias fue una de las aventuras de la humanidad. 32 De dónde viene y hacia dónde va el AVE por Ramon Aymerich 38 Del AVE al arca de Noé por Valentí Puig 40 El futuro es magnético por redacción F 42 Civilización ferroviaria por Jordi Amat DE DÓNDE VIENE Y HACIA DÓNDE VA EL AVE Años atrás, el Corredor Mediterráneo era el camino natural de salida al exterior de una economía periférica que quería integrarse en Europa. Hoy, su significado es mucho más amplio y es el receptor natural de las mercancías que llegan del este lejano —— El 14 de enero de 1967 el Consejo de Ministros, presidido por el general Francisco Franco, resolvía el concurso convocado para la construcción, con- servación y explotación de las primeras autopistas de peaje españolas, las correspondientes al tramo Montgat-Mataró y el tramo Barcelona-La Jonquera. Ganó el concurso la candidatura que promovían dos jóvenes bancos catalanes, Bankunión y el Banco Atlántico, que tenían el apoyo, entre otros, del Chase Manhattan, de la familia Garrigues Walker y de la empresa italiana Condotte de Acqua, constructora del túnel de Mont Blanc. La candidatura encabezada por el Banco Español de Crédito, entonces el gigante bancario de la época, perdió; y con este, el resto de la gran banca española La decisión rompía con los equilibrios de poder de un régimen en cuya cúpula ya se movían corrien- tes de signo e intereses diferentes. Por ello, la deci- sión fue muy comentada en el mundo de los negocios y de la parapolítica. Como ha explicado el historiador Francesc Cabana, la gran banca apuntó directamente a Laureano López Rodó, comisario del Plan de De- sarrollo y hombre fuerte del Gobierno, como último responsable de la decisión por su proximidad a los miembros más influyentes de la candidatura gana- dora, José Ferrer Bonsoms y Casimir Molins. Pero lo que hay que recordar de ese evento es que se trataba de una de las pocas veces en muchos años en que un gobierno español rompía con la política radial en materia de infraestructuras en la Península. por Ramon Aymerich 32 32 EL CORREDOR MEDITERRÁNEO Autopistas concesionarias Españolas (Acesa) culminó la obra a principios de los años setenta. Pero unos planteamientos financieros demasiado optimistas y atrevidos, y la repentina primera crisis del petróleo, provocaron el naufragio del banco in- dustrial más implicado en el proyecto, Bankunión. Al final, la compañía fue a parar al Fondo de Garantía de Depósitos. Poco tiempo después, Acesa terminó en las aguas más tranquilas y estables de la Caixa de Pensions de Josep Vilarasau, que con los años sería la gran beneficiada de los réditos de esa obra. Pero, por una vez, la lógica del mercado se había impuesto a la inercia de la burocracia ministerial, muy aferrada a un modelo radial que hacía converger en Madrid todas las grandes vías de comunicación y que actuaba como guía de la política de los gobiernos españoles. En realidad, no era la primera vez que en el Consejo de Ministros se hablaba de autopistas, ni tampoco de autopistas de peaje. En 1928, con otro militar al frente, Miguel Primo de Rivera, el Gobier- no aprobaba la construcción de autopistas de peaje en los trayectos Madrid-Valencia, Madrid-Irún y Oviedo-Gijón. La decisión estaba muy influida por lo que ocurría en Italia, donde el fascista Benito Mus- solini desarrollaba una ambiciosa política de obras, cuya principal novedad era una formidable red de autopistas. Pero el poco tráfico que existía en dichos trayectos y el mal estado de la red de carreteras que debían nutrir las autopistas hicieron inviable el pro- yecto y se descartó. ¿Qué había cambiado en aquellos cuarenta años para que un gobierno español aprobara las primeras autopistas en concesión en una zona como el litoral mediterráneo? Nada, excepto que la economía es- pañola se estaba abriendo al exterior después de un largo periodo de autarquía. Esta dinámica aperturis- ta surgió con fuerza en 1959 con el Plan de Estabili- zación, una auténtica iniciativa de ajuste inspirada por el economista Joan Sardà Dexeus y aplicada por los ministros Mariano Navarro Rubio y Alberto Ullastres. En ese contexto fue determinante la visita a Madrid de una delegación del Banco Mundial. Era la primera vez que una institución internacional dedicaba su atención a los papeles del Gobierno tras la Guerra Civil. La inspección, por llamarlo de alguna modo, era una condición obligada si el gobierno del general Franco aspiraba a recibir el apoyo del Banco Mundial con créditos para transformar la economía. Las cosas no fueron nada fáciles. El informe debía estar listo en septiembre de 1961 pero no se finalizó hasta en agosto de 1962. Eso sí, después de que Ma- drid y Washington intercambiaran correspondencia y el redactado final fuera considerado aceptable por parte de las autoridades españolas. En el informe, la institución con sede en Washington hacía una sola recomendación: había que construir una autopista “en la costa del Levante” que pudiera conectar Ali- cante con El Pertús. 3333 El Banco Mundial justificaba esta recomenda- ción en tres factores. Uno, que el trazado de la nueva vía recorría las zonas de mayor densidad de tráfico de todo el Estado, un condicionante económico que las políticas de transporte estatales habían obviado hasta entonces. Dos, que era el camino más habitual para las exportaciones agrícolas valencianas y de la industria catalana hacia Europa, en aquellos momen- tos los principales y casi únicos mercados exteriores. De hecho, en el mismo informe el Banco Mundial detectaba la existencia de un tejido industrial obso- leto y muy necesitado de bienes de equipo modernos que había que importar. Y tres, se justificaba la obra porque El Pertús era el gran punto de entrada del turismo extranjero en la Península a la búsqueda de las luminosas playas del Mediterráneo. España no había abierto las fronteras hasta 1948. Diez años más tarde, el éxito había sido tal que el escritor Josep Pla ya hablaba el semanario barcelonés Destino del “tu- rismo como fenómeno de masas”. Los hombres del banco constataron que esa actividad sería clave en el modelo de desarrollo económico español. Por todo ello, “el trayecto de Barcelona a la frontera francesa —La Jonquera— tiene, evidentemente, la máxima prioridad”, concluía el informe. De hecho, los redactores del informe eran con- secuentes con lo que la historia mostraba sobre la estrecha conexión entre los territorios del este pe- ninsular desde la antigüedad. La ruta, que subiendo por el este de Andalucía se dirigía a Valencia y llegaba a Francia a través del litoral catalán, era la que habían recorrido las líneas marítimas de cabotaje de los fenicios primero y los griegos más tarde. Era también el punto a través del cual las vías romanas abastecían el centro del imperio con el trigo y el aceite de His- pania. La edad media no había cambiado el patrón. Todo lo contrario, lo había acentuado. La apertura hacia el mar de la Corona catalano-aragonesa había favorecido un tráfico constante de hombres, mer- cancías e ideas con las ciudades mercantiles del norte de Italia y había facilitado intercambios más o menos intermitentes con Oriente. El comercio entre ciudades era el factor clave que explicaba la conso- lidación de la civilización mediterránea, una red de conexiones que ibade la entonces próspera Valencia a las ciudades estado del norte de Italia, pasando por los puertos del sur de Francia, y que ya trascendía las fronteras de los estados que cruzaba. En resumen, la institución con sede en Washington no hacía otra cosa que constatar una realidad: que lo que ahora se conoce como Corredor Mediterráneo —otros prefie- ren utilizar el concepto “Eje Mediterráneo”, que es equivalente—, era la zona del Estado con más intensi- dad de flujos económicos, de mercancías, de agua, de energía, de toda la Península. En los años en que el Banco Mundial visitó Ma- EL CORREDOR MEDITERRÁNEO drid, el Corredor Mediterráneo era la vía natural de salida al exterior de una economía periférica que quería integrarse en Europa. La forma más fácil de sortear el muro de los Pirineos. Hoy, el significado del Corredor Mediterráneo es mucho más amplio. En el cambio de siglo XXI, el avance de la globalización y la intensificación de la división internacional del trabajo han convertido China en la gran fábrica del mundo. Esto ha disparado los flujos comerciales entre Oriente y Occidente. El camino más corto entre la Asia manu- facturera y la Europa que consume estos productos es el Mediterráneo, del canal de Suez al estrecho de Gibraltar. Los puertos de la costa mediterránea —de Algeciras a Génova, de Valencia y Sagunto a Barcelona y Tarragona— son el receptor natural de las mercan- cías que llegan del este lejano. Sin embargo, la mayor parte de grandes operadores internacionales de mer- cancías prefieren descargar en los puertos de la costa norte-atlántica, Amberes y Rotterdam, que vertebran una de las zonas logísticas más importantes del mun- do, aunque les represente prolongar el trayecto de los barcos unos días más. Esta paradoja se explica por la baja calidad de las infraestructuras del Corredor Mediterráneo, en particular de las infraestructuras ferroviarias, mucho más competitivas y eficientes, y menos contaminan- tes, que las autopistas. El Corredor Mediterráneo debe soportar el lastre de no disponer de una vía fe- rroviaria de ancho internacional que vertebre la eco- nomía productiva de los territorios que cruza y que permita conectar los nudos logísticos, sus puertos y aeropuertos, con el centro y norte de Europa. El Co- rredor Mediterráneo, tal como lo define hoy el propio Ministerio de Fomento, que es el principal responsa- ble de la política de infraestructuras en España, pasa por cuatro comunidades autónomas —Andalucía, Murcia, Valencia y Catalunya— que representan el 20% de la superficie del Estado. Un territorio donde vive el 48% de la población, que aporta el 45% del PIB español y por donde circula el 50% del tráfico terrestre de mercancías. De modo más preciso: solo Catalunya y Valencia juntas suman casi el 40% de las exportaciones españolas en el mundo y el 60% de las exportaciones que tienen Europa como destino. Sin embargo, una mercancía que llegue hoy por mar al puerto de Barcelona no puede ser facturada de forma inmediata y directa hacia Francia porque no dispone de la conexión de ferrocarril de ancho europeo nece- saria para ello. Uno de los principales valedores del Corredor Mediterráneo ha sido Ferrmed, una asociación sin ánimo de lucro que fue creada por el sector privado en Bruselas en agosto de 2004. Forman esta asocia- ción, que actúa como un grupo de presión ante las instituciones, grandes empresas —de la automoción al textil y la logística—, puertos, universidades, 35 administraciones locales y regionales, cámaras de comercio y asociaciones empresariales. Tiene como objetivo mejorar el transporte de mercancías por ferrocarril de forma que permita aumentar la compe- titividad de la industria europea. Por ello reclama un gran corredor ferroviario que, de norte a sur, conecte Estocolmo, en la península escandinava, con el norte de África vía Algeciras atravesando los grandes valles del Rin y el Ródano y el Mediterráneo occidental. En conjunto, Ferrmed propone 3.500 kilómetros de vía férrea en su eje troncal norte-sur dotadas de unos mínimos criterios de homologación que signifiquen una mejora para toda la cadena logística y que permi- tan reducir las emisiones de CO2, a las que el trans- porte por carretera contribuye de forma notable. La propuesta de Ferrmed incluye líneas convencionales de doble vía con dedicación exclusiva o preferente para el tráfico de mercancías y líneas paralelas de alta prestación para el uso exclusivo o preferente del transporte de pasajeros. Cuando Ferrmed inició sus trabajos, la Comisión Europea no consideraba el Corredor Mediterráneo como un proyecto prioritario entre las redes transeu- ropeas de transporte, calificación que se traduce en financiación comunitaria extraordinaria. La Comi- sión Europea es el altavoz de los Estados que la inte- gran. Y la visión de los sucesivos gobiernos españoles en relación con la política de infraestructuras en la Península no ha cambiado demasiado. Todavía tiene como prioridad las conexiones radiales en detri- mento de otras opciones y, en algunos ámbitos, esta política se ha reforzado. Una de las explicaciones de dicha evolución es la transformación de Madrid. En la década de los setenta del siglo XX, Madrid era una de las pocas excepciones en el conjunto de capitales europeas. Tenía la capitalidad política, pero compartía su capitalidad económica con otras ciu- dades, fundamentalmente con Barcelona. Además, su situación geográfica, en el centro de la Península, la mantenía alejada de los corredores naturales de transporte. La democracia ha cambiado radicalmen- te esta anomalía histórica. Como ha manifestado el economista José Luis García Delgado, la política de infraestructuras adoptada en los últimos treinta años ha convertido Madrid en el gran centro logístico pe- ninsular, perceptible en su especialización económica. Debe apuntarse, como ejemplo, que Barajas es hoy “la empresa” que más empleo crea en la Comunidad de Madrid. No es de extrañar, pues, si en algunos ministe- rios se trabaja con la creencia de que las infraestructu- ras se construyen para “crear” la actividad económica y no tanto para reforzarla y potenciar una actividad preexistente. En estos últimos treinta años, en materia ferro- viaria, España se ha comportado de modo sustancial- mente diferente de otras economías avanzadas. En la década de 2000, el transporte de mercancías por ferrocarril ha visto retroceder su cuota de mercado, una circunstancia casi insólita y que se mantiene a pesar de las demandas empresariales. En mayor parte porque el tren de alta velocidad, la Alta Velocidad Española (AVE), ha consumido todos los recursos disponibles. El economista Germà Bel ha contado muy bien en su libro Espanya, capital París, cómo el AVE se ha concebido como un factor de modernización de la sociedad española —un rasgo característico del paso de las grandes ciudades al siglo XXI— y ha dejado en un segundo plano cualquier consideración de carácter económico. En el momento justo en que España asu- mía, pues, que la asignatura pendiente era acabar con la “isla ferroviaria peninsular”—sustituir el ancho de vía ibérico por el ancho internacional—, los sucesivos gobiernos han optado por crear la más extensa red del mundo, y la más cara, en transporte para pasajeros. Una determinación que no ha cambiado a pesar de los últimos años de crisis y de los recortes presupuesta- rios. La historia ferroviaria de los últimos años ha sido, pues, la de la pugna entre los intereses de la economía productiva y exportadora y un modo de funcionar que concibe la política de transportes como un mecanis- mo de justicia histórica y de equilibrio territorial. El reconocimiento definitivo del Corredor Mediterráneo por parte de Europa llegó tarde. Hubo un primer reconocimiento en 2011 y uno definitivo el 30 de mayo de 2013. La Comisión Europea le dio carácter priori- tario junto con el Corredor Atlántico, que conecta los grandes puertosportugueses con Madrid e Irún. El Corredor Mediterráneo aprobado por Europa no solo contempla la construcción del trayecto literal clásico, sino también la de un segundo ramal que conecta Madrid con Tarragona a través de Zaragoza —bau- tizado como “Madriterrani” por Germà Bel—, como resultado de las demandas del Gobierno que entonces La ruta, que subiendo por el este de Andalucía se dirigía a Valencia y llegaba a Francia a través del litoral catalán, era la que habían recorrido las líneas marítimas de cabotaje de los fenicios primero y los griegos más tarde 36 EL CORREDOR MEDITERRÁNEO dirigía el PSOE. Sin embargo, a pesar de las reiteradas negativas europeas, el Gobierno español ha mantenido la necesidad de dar prioridad a un tercer corredor, el Corredor Central, que, partiendo de Madrid, debería cruzar el Pirineo de Huesca a través de un túnel de 40 kilómetros de longitud. Un proyecto terriblemente costoso y ecológicamente ambiguo que la Comisión Europea nunca ha visto nada claro, pero que goza de absoluto consenso en la política española. Hace me- nos de un año, los eurodiputados del PP y del PSOE votaron favor de esta propuesta en el Parlamento de Estrasburgo. En este contexto, la materialización del Corredor Mediterráneo, no considerado como una línea de alta velocidad para pasajeros, sino como un corredor de mercancías de ancho europeo, se ha convertido en una carrera de obstáculos que amenaza con retrasar la obra más allá de lo razonable. Lejos de seguir los criterios de Ferrmed, como sería construir una vía tan solo para mercancías, el Ministerio de Fomento ha optado por el denominado “tercer carril” —triple carril o tercer hilo—, que implica el aprovechamiento de las vías ya existentes para que puedan circular trenes de ancho in- ternacional. La clave consiste en colocar en el carril de ancho ibérico un tercer carril —o hilo— gracias al cual pueden circular trenes de ancho internacional. Este proyecto es, evidentemente, mucho menos costoso que la construcción de una vía nueva. El Ministerio de Fomento lo valoró en 2012 en una inversión de 1.300 millones de euros, frente a la previsión de entre 27.000 y 50.000 millones de euros necesarios para una nueva vía. El proyecto, sin embargo, ya ha sufrido importan- tes retrasos y presenta importantes problemas téc- nicos. Uno de dichos problemas, las dificultades para hacer circular por la misma plataforma tres velocida- des, tres pesos y tres frecuencias diferentes. Tan compleja es la cuestión, que desde Ferrmed se advierte de que la calidad de la vía puede ser tan baja que provoque serios problemas de explotación. Ahora mismo, hay tramos que son verdaderos cuellos de botella, como el que discurre entre Vandellòs y Tarra- gona, y que están completamente paralizados. Tam- bién se advierte de los problemas de congestión que dicha obra puede provocar en las áreas de cercanías de Barcelona y Valencia. Por último, el tercer carril solo podrá utilizarse de noche, ya que la explotación del sistema dará prioridad a los trenes de pasajeros. Las últimas noticias en materia de financiación presupuestaria tampoco son alentadoras. Hasta el punto que, a veces, se pone en duda la voluntad del Ministerio de Fomento de desarrollar el Corredor Mediterráneo. Según el último informe de la Cámara de Comercio de Barcelona, que actúa como monitor de los trabajos y las inversiones del Estado en el Corredor Mediterráneo, en los presupuestos correspondientes a 2015 el 43% de la inversión en infraestructuras se destinará a los proyectos de alta velocidad —ninguno de ellos en la costa mediterránea—. El Corredor Atlán- tico recibirá, en este mismo año, más inversión que el Corredor Mediterráneo. Y lo que es peor, algunas de las inversiones que el ministerio presenta como si se destinaran al Corredor Mediterráneo en realidad son conexiones complementarias radiales del AVE. Asimismo, el Ministerio de Fomento tiene previsto empezar la primera semana de diciembre las obras para construir los accesos viarios definitivos al puerto de Barcelona. Lo confirmó el pasado 18 de noviembre la propia ministra de Fomento, Ana Pastor, ante tres grúas gigantes instaladas en el puerto por Hutchison, grupo de Hong Kong con importantes intereses en el puerto. Sin embargo, de las conexiones ferroviarias no dijo nada. ¿Puede un gobierno acostumbrado a realizar actuaciones en trayectos de baja densidad y escasa demanda ajenas a la lógica de los mercados hacer avan- zar el Corredor Mediterráneo? Este es el interrogante al que hay que responder en los próximos meses. Ramon Aymerich es periodista Perpiñán Montpelier Aviñón Lyon Dijon Metz Bruselas Londres Coblenza Friburgo Milán Génova Duisburgo Hamburgo Copenhague Hällsberg Estocolmo Helsinki Algeciras Málaga Madrid Irún Ginebra Berna Motril Almería Cartagena Murcia Alicante Valencia Castellón Tarragona Barcelona Sant Petersburgo Corredor Mediterráneo Red FERRMED Conexión por ferry 37 DEL AVE AL ARCA DE NOÉ Los grandes corredores van rehaciendo el mapa demográfico, social, económico y político hasta el punto que configuran megaregiones que ya son una sinergia sustancial del nuevo siglo —— Acaban las vacaciones, Harry Potter se dirige a la estación de King’s Cross y, desde el invisible andén Nueve y Tres Cuartos, parte en el expreso de Hogwarts de propulsión mágica hacia el fabuloso colegio de ma- gia y hechicería, donde ocurren tantas cosas que han asombrado a millones de lectores. Es un convoy que se articula como una larga serpiente roja. Es de suponer que se desplaza a la velocidad de los sueños. Para la imaginación de nuestro tiempo, el andén Nueve y Tres Cuartos no es menos real que el andén de la también londinense estación de St. Pancras, de la que parte la línea de tren Eurostar que llega a la terminal Paris Nord en 2 horas y 20 minutos, con 50 kilómetros de trayecto bajo el canal de la Mancha. Son los múltiples andenes escenario del declive francés, según algunos viajeros, y con el copyright de la Europa de la alta velocidad. Con el tren de alta velocidad y su perfeccionamien- to tecnológico casi on time, el mundo global está recon- virtiendo las distancias en proximidades, con lo que abarata los costes de transporte, ofrece seguridad a los viajeros, garantiza una mejor movilidad social, reafir- ma ejes comerciales y conecta zonas hasta hoy remo- tas. Los vuelos supersónicos y el tren de alta velocidad transforman el tiempo y la lejanía a la vez que el para- digma digital acaba con la idea de pasado y solo existe el presente. Los grandes corredores van rehaciendo el mapa demográfico, social, económico y político hasta el punto que configuran megaregiones que ya son una sinergia sustancial del nuevo siglo. Ocurre en Estados Unidos, en la Unión Europea y, espectacularmente, en China. Según Richard Florida en El gran reset, el corre- dor Boston-Nueva York-Washington contiene 50 mi- llones de habitantes y su producción económica rebasa los 2 billones de dólares. Nuevas velocidades, nuevos arraigos, nuevas comunidades. Esa es la concepción estratégica del gran eje ferro- viario de mercancías desde Estocolmo hasta Algeciras, como parte fundamental de un trazado de ramales que discurre por toda Europa, conecta sus centros portua- rios, sus valles fluviales, interconecta ejes este-oeste, acorta el tiempo, genera logística comercial y hace que la Unión Europea sea algo más que un diseño de insti- tuciones en abstracto. Es parte del shock del presente en comparación con el shock del futuro. Los trenes de alta velocidad superan al automóvil y escenifican un nuevo modo de desplazamiento que para el pasajero puede ser de signo productivo. En Shanghái, el tren de levitación magnética que llega hasta el aeropuerto logra una velocidad de 400 kilómetros por hora. En Japón, los trenes voladores abrirán una nueva era en la historia de la velocidad. ¿Podemos suponer que esta revertebración
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