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Historia de los medios: de Diderot a Internet Un mundo en red (1950-1995) CAPITULO I: La edad clásica de la televisión La maduración técnica de la televisión durante el período de entre-guerras es sin embargo relativamente lenta, y es en los años 1950 que ella emerge como nuevo medio de masas. Su tecnología aprovecha la aceleración de las investigaciones ligadas a las operaciones militares y de la necesaria reconversión de las industrias bélicas. La televisión, que se desarrolla en primer lugar como un espectáculo familiar nocturno, tiende a competir con la radio en sus formas de uso hasta el comienzo de los años 1980. Los productores de programas utilizan los conocimientos prácticos de la radio y del cine. La televisión reproduce los dos principales modelos desarrollados por la radio antes de la guerra. Se organiza, en los Estados Unidos, en grandes redes privadas financiadas por la publicidad y que buscan la mayor audiencia posible. En Europa, televisiones públicas, controladas por los gobiernos y que buscan producir una síntesis entre cultura culta y cultura popular, se desarrollan hasta el comienzo de los años 1980. Durante esos cuarenta años, los cambios sociales ligados a la televisión, son tales que suscitan de nuevo a una reflexión profunda sobre los medios de masas y sobre la cultura popular. Una lenta maduración técnica Evocando el devenir de una posible transmisión a distancia de la imagen animada, Arthur Korn identifica los problemas que deben ser resueltos, a saber, la velocidad de análisis y de restitución de la imagen, y la capacidad de transmisión. Entre el registro de la decisiva patente de Vladimir Zworykin, en 1923, y la apertura de programas regulares para un público relativamente importante, en 1945, transcurren más de veinte años. Ningún procedimiento Electromecánico se revela capaz de tratar de modo suficientemente rápido la cantidad de información necesaria para la transmisión de una imagen animada. Es necesario esperar hasta que la tecnología de los tubos electrónicos, utilizados especialmente por la radio, esté suficientemente desarrollada, para que pueda ser adaptada al análisis de la imagen. En 1923, Vladimir Zworykin, obtiene una patente sobre el “iconoscopio”, primer tubo realmente utilizable para el análisis y la restitución de la imagen animada. En todos los países industriales, las investigaciones se reorientan en ésta dirección. Es en Inglaterra donde las búsquedas se organizan más temprano; James Baird hace una demostración de su televisor en 1925. Se pone de acuerdo con la Oficina de Correos Británica para la determinación de un modelo estándar de televisor publicado y registrado en 1929: se funda la Baird Televisión Company, destinada a vender los aparatos. Todos los progresos de los quince años siguientes consistirán en mejorar la definición de la imagen. En Francia, la Compañía de Mediciones de Montrouge crea un departamento de televisión tras haber asistido a las demostraciones de Baird. En 1936 se crea la Compañía Francesa de Televisión. En 1937, el ministerio hace abrir al conservatorio de artes y oficios, una cátedra de “telefonovisión” para disponer de técnicos competentes, y sobre todo para no depender de los técnicos alemanes. Éstos últimos controlan, las técnicas del cine sonoro. En la exposición de Paris de 1937, se organizan demostraciones de televisión. A falta de programas grabados y para volver atractiva la demostración, la televisión se presenta bajo la forma de una suerte de teléfono como imagen, “juguete infantil”: dos personas, de dos cabinas telefónicas separadas por una docena de metros, se telefonean y cada una ve, en una pantalla de una dimensión de aprox 18 x 24 cm, la imagen de su interlocutor. En 1939, en Nueva York, las grandes redes de radio americanas están evidentemente interesadas en la televisión. Lo esencial de las investigaciones es llevado adelante por la NBC, con el apoyo técnico de la RCA. Se programan emisiones regulares nocturnas destinadas a un pequeño número de aficionados que pueden procurarse sus aparatos receptores en el comercio. No se ha llegado a una conciliación entre una difusión de imágenes por vía hertziana o por cable. La guerra cambia los datos del problema. El acontecimiento decisivo es el dominio de las técnicas de transmisión por ondas ultracortas (haces hertzianos). Los primeros haces hertzianos se instalaron en 1934 entre dos aeropuertos, uno en Inglaterra y otro en Francia. Sector vital para la supervivencia de Inglaterra. Los Estados Unidos toman enseguida el relevo. Obligadas a mantener comunicaciones con los ejércitos repartidos por el mundo entero en frentes muy alejados, las fuerzas armadas americanas desarrollan sistemas de haces hertzianos muy eficientes. Es necesario instaurar una norma común para que los industriales puedan invertir con una seguridad razonable y para que los compradores tengan certeza de poder recibir los programas. Todo se juega alrededor de las normas adoptadas por los receptores (procedimiento, número de líneas en la pantalla), para la difusión (qué canales hertzianos, qué frecuencias) e incluso para la alimentación eléctrica. Éstas decisiones dependen de instancias reguladoras. Instaurada originalmente para organizar el uso del espectro de frecuencias, sin misión precisa de intervenir de responsabilidades económicas e industriales importantes. Imponer, una norma o un procedimiento, es favorecer a un industrial. La RCA, intenta imponer sus normas en 1940, pero, en 1941, un comité de técnicos, el National Television System Committee (NTSC) se decide por un estándar de 525 líneas, diferente de la proposición de la RCA. La CBS, propone, un procedimiento de televisión a color, que tiene los defectos de ser costoso, poco a punto e incompatible con la red existente, pero que funciona. Sin embargo, en 1953, se toma la decisión de adoptar un estándar blanco y negro. En Europa, la elección de las normas, toma la doble dimensión de compromiso entre compañías y de protección de la industria nacional, e incluso de protección del espacio público de información en cada país. Finalmente, todos los países europeos se alimentaran de 625 líneas al comienzo de los años 1960. El pasaje al color es otra ocasión para elegir normas “estratégicas”. En 1653, los Estados Unidos, seguidos por el Japón, adoptan para el color el sistema NTSC. Los franceses eligen el sistema Secam, como también, Soviéticos, los países del Este y los países francófonos de África. Otros países de Europa mantienen el sistema alemán PAL. Los países protegen también sus modelos culturales y sus opiniones públicas. Así, se configuran en relación con la televisión dos modelos radicalmente diferentes: en los Estados Unidos, redes de radiodifusión son las que invierten en la televisión sus capitales y sus conocimientos técnicos; en Europa, se retoma de entrada el modelo de las radios de Estado. En América: un nuevo espacio público De la tecnología de la radio a la de la televisión La industria cinematográfica no mantiene sino relaciones episódicas con la radio y participa muy débilmente en el desarrollo de la televisión. Hollywood intenta entonces invertir en formas de televisión que no compitan directamente con las grandes networks de radio: la difusión en salas y los canales pagos. La compañía Telemeter, dominada en un 50% por la gran compañía de cine Paramount. Telemeter instala, en 1953, una antena colectiva en Palm Spring, en California, y emite programas, excepcionales en el domicilio de sus clientes, quienes deben pagar un abono. Experiencia sin futuro. Son pues las redes de radio (ABC, CBS, NBC, pero también RKO y Capital City Communication) las que desarrollan la televisión en los Estados Unidos. Una gran parte de las nuevas estaciones son directamente creadas por las redes de radio. Las características de la producción de programas para la televisión, obligan a los profesionales de la radio a apelar al conocimiento técnico de los hombres del cine y a rever las estructuras de producción. En nuevo medio vaa requerir una gran cantidad de programas. Entre las soluciones examinadas, esta la posibilidad de establecer acuerdos de cooperación con Hollywood, donde sería posible reclutar talentos. Dos industrias funcionan en escalas de precios radicalmente diferentes. El recurso a los estudios de Hollywood para producir programas de televisión parece una solución irrealista. Deciden entonces, construir sus propios estudios, en Hollywood, para aprovechar la presencia de profesionales de la imagen, pero con dispositivos propios de la tradición de la radio. Por ejemplo, salas que permitan la presencia del público, o que hagan posible cambios frecuentes del decorado. Los mas celebres shows de radio son entonces reinvertidos en la televisión. La producción también debe ser reorganizada. Son las agencias de publicidad las que producen las emisiones de radio. A comienzos de los años 1950, la producción de las emisiones de televisión es muy cara para las agencias de publicidad. Las redes toman entonces directamente en sus manos lo esencial de la producción. Lo que la compañía desea, son shows comerciales que puedan ser puestos directamente en el aire, y luego vendidos a los anunciadores. El primer drama patrocinado, producido de este modo por la CBS es el drama policial, Suspense, difundido a partir de Nueva York. Los procedimientos de medición de la audiencia El conjunto de los programas es financiado por la publicidad según procedimientos también probados, especialmente el de las emisiones patrocinadas. La televisión retoma los procedimientos de evaluación previa de los programas por las audiencias que han sido experimentados por la radio. Un cómputo de espectadores ofrece a la red resultados de audiencia preliminares, la noche siguiente a la emisión. Otros datos provienen de un “diario” sostenido por los miembros de más de dos mil hogares que poseen televisión, repartidos en todo el país, teniendo en cuenta la composición por edad y por sexo de la familia, e identificando cuáles son los miembros que miran realmente una emisión en un momento dado. Estas informaciones combinadas, permiten determinar cuál es el porcentaje de hogares que miran un programa o una red, así como el número de telespectadores. Las redes y los anunciadores buscan ante todo, conocer los comportamientos de los telespectadores de gran poder adquisitivo. Todos los datos recogidos son reunidos en libretas de bolsillo publicadas dos veces por semana, las “Nielsen”. Relaciones dialécticas con el gran público Entre 1950 y 1960 la televisión se convierte en un medio de masas en los Estados Unidos. No se dirige, durante sus primeros veinte años de existencia, a públicos precisos e identificados, sino que busca la máxima audiencia, por razones que hacen a sus equilibrios económicos. Se trata de mantener una relación compleja con un público que se trata a la vez de conocer, de seducir, de convencer, y de seguir. Para conseguir la fidelidad de sus audiencias, la televisión asocia así los ingresos de las series de la radio de preguerra y el star system tomado del cine. John Wayne, rechaza la oferta, propone un actor anónimo. La serie durara doce años. Cuando la cadena intente suprimirla, la presión de los espectadores obligará a reprogramarla. Los entretenimientos forman otro punto fuerte de la televisión de los años sesenta. La organización de un entretenimiento como “La pregunta de los 64.000 dólares”. Los juegos comienzan a ser considerados como un sector de actividad definido, y las cadenas empiezan a multiplicar su presencia en el cine. Los contemporáneos miden al mismo tiempo la extraordinaria capacidad de los entretenimientos para movilizar la opinión, y el hecho de que, bajo apariencias lúdicas y banales, son los valores y las representaciones que comparte la nación los que son puestos en escena. Poco a poco, el nuevo medio se ha convertido, en el lugar donde se teje el lazo social y donde se expresan tanto los valores como las tensiones de una sociedad. Capaz a la vez de reflejar, de expresar y de organizar una gran parte de las fuertes tensiones que desgarran a la América de los años cincuenta y sesenta: macartismo, guerra de Vietnam, emergencia de una cultura llamada “contracultura” en la costa oeste. La guerra de Vietnam puede ser discutida en una emisión de variedades tanto como el curso de un informativo. Por otro lado, el espacio de representación y de discusión abierta por los programas no es un espacio neutral. Es administrado por una empresa atenta a conservar todo el tiempo la mayor cantidad de espectadores posibles. La CBS y el senador En ocasión de la campaña llevada a cabo adelante por el senador McCarthy contra miembros de la sociedad americana acusados de haber mantenido relaciones con el Partido Comunista americano o con la izquierda radical, la posición de la CBS es al comienzo más que prudente. Pero, en 1953, la emisión “See it now” marca un giro. El conjunto del proceso que opone a Murrow –animador de la misión- al senador McCarthy, ilustra el modo en que se instalan, con la televisión, procesos nuevos de formación de la opinión, de toma de poder en el campo político, de definición de lo que es político, bajo una forma distinta de la del juego tradicional de los partidos, aunque al mismo tiempo conectada a él. Se ven emerger nuevas formas de la vida política, en un espacio público redefinido. Todo comienza cuando la emisión See it now, que era originalmente una emisión documental, se ocupa del caso de un joven militar expulsado por el ejército solo porque su padre y su madre leen “malos” periódicos. Lo que se juega, en ese primer momento, es la definición de lo que es justo y bueno en la relación entre el individuo y el Estado. El anunciador, sufre entonces ataques sistemáticos por parte de la prensa y de las estaciones de televisión controladas por el magnate de la prensa Hearst, muy comprometido del lado de McCarthy. Éste periodista realiza enseguida una emisión muy crítica sobre el propio senador. Murrow es despedido por la CBS. Sin embargo será nombrado jefe del servicio de información de los Estados Unidos por el presidente Kennedy, algunos años más tarde, y puede estimarse que el episodio marca el comienzo de la caída de la empresa maccartista. La polémica, haya podido desarrollarse íntegramente, se debe por otro lado, quizás, al hecho de que las clases americanas llegan a convencerse, a través de ella, de que la agitación del senador comienza a ser perturbadora. En todo caso, la televisión, es el curso de éste episodio, muestra que se ha convertido en un elemento central del espacio público. Es el lugar donde se forma la opinión, pero es también, al mismo tiempo un espacio frágil, porque está sometido a restricciones comerciales que hacen que tolere mal la ausencia de consenso. Vietnam y las variedades La guerra de Vietnam constituye otra ocasión para observar la complejidad de los procesos por los que se elabora la opinión en el seno de los géneros de la televisión. La CBS se ve así enfrentada, a fines de los años 1960, a la necesidad de renovar su estrategia. Cuando en 1969 dos jóvenes productores de la costa oeste programan a unos nuevos Cantaros folk, bastante opacos frente a un folletín bien conocido como Bonanza, los resultados en términos de audiencia son sorprendentes. Los analistas descubren que existe todo un mercado entre los jóvenes, de sensibilidad pacifista, hostiles a la policía y a la administración de Washington. El animador, que se burla en el aire del senador Wallace y hace cantar a Pete Seeger contra la guerra de Vietnam, es censurado por los responsables de la red, pero las criticas positivas de la prensa obligan a la cadena a hacer volver al cantor y a permitirle cantar íntegramente su texto. En unos cuantos años, es todo el sector de variedades el que evoluciona. Durante la guerra de Vietnam, el presidente Nixon intenta intimidar a los editorialistas. Los dirigentes de la CBS se debaten entre el deseo de sostener a sus periodistas estrellas, que les aseguran fuertes audiencias, peroque son a menudo críticos ante la guerra; y los propietarios de estaciones afiliadas, que son favorables a la intervención armada y tienen miedo de que la administración Nixon les retire sus licencias. El conflicto se cristaliza por ejemplo alrededor de una pieza teatral televisada: Sticks and Bones, es una obra de teatro dedicada a un veterano que se queda ciego y lleno de amargura tras la guerra de Vietnam. Su padre, exasperado, le da una navaja para que se suicide. El día de la difusión suena como una provocación, ya que coincide con la liberación de prisioneros de guerra, en marzo. El debate se envenena y las publicidades son muy poco numerosas. Estos pocos ejemplos, subrayan la complejidad de los compromisos que presiden la constitución de un discurso en la televisión. Estamos lejos del modelo teórico que vincula un “emisor” en posición de autoridad, un “medio” con características propias capaces de deformar el mensaje, y un conjunto de “receptores” pasivos y dispuestos a ser convencidos. Por la dictadura de las mediciones de audiencia, el sistema de la televisión comercial tiende a uniformar la oferta y a estandarizar las mercaderías culturales; renueva permanentemente sus contenidos, hasta el punto de volverse, en ciertos casos particulares, el vector de una impugnación. La construcción de los modelos nacionales Una oferta técnica en Europa, a comienzos de los años 1980, sostenidos sobre forma de vía pública y política diferentes. Las estaciones de radiodifusión privadas existentes al comienzo de hostilidades, fueron nacionalizadas, lo que les impide convertirse en acores eficaces de la construcción de nuevas televisiones. La penetración de la televisión es mucho más lenta en Europa que en los Estados Unidos, aun cuando Inglaterra ocupa un lugar de pionera. En 1956, cuando 450 estaciones cubren ya casi la totalidad de los Estados Unidos, solo el 41% de los franceses pueden recibir la televisión, contra el 80% de los británicos. En 1968, un hogar sobre dos, en Francia, no tiene aún televisor. Cuando cantidad de cadenas se disputan de entrada los telespectadores americanos, la oferta sigue siendo durante mucho tiempo limitada a una, y luego a dos cadenas, en blanco y negro, en los principales países europeos. En Francia, la segunda cadena no aparece hasta 1964 y el color en 1967. Es en 1967, que se sitúa el punto de inflexión, compras de renovación, especialmente de televisores a color. Los países urbanizados, donde existe una población obrera antiguamente socializada, se dotaron de aparatos receptores más rápidamente que los países con fuerte población rural. Sin embargo, el equipamiento en televisión sigue una curva un poco diferente de la que caracteriza ordinariamente los productos de lujo. Los grupos socioprofecionales más acomodados fueron, los primeros en comprar sus televisores, pero, inmediatamente después, la demanda vino de los medios obreros y rurales. Desde el comienzo, la televisión construirá sus programas para el público popular y nacional. En Francia, la televisión de la época de De Gaulle La historia de los programas de la televisión francesa, ilustra bastante bien los que puede ser la construcción de un modelo diferente al de la televisión comercial. El equipamiento del país es acelerado a pedido expreso del general De Gaulle, que ve en ello un formidable instrumento de comunicación política con el país. La fabricación de programas y la gestión de la programación están aseguradas, hasta 1968, por un organismo del Estado llamado oficina de Radiodifusión Televisión Francesa. El financiamiento está asegurado por una tasa sobre los aparatos y, hasta 1968, no hay oficialmente publicidad en las pantallas francesas, y por lo tanto ninguna medición de audiencia. Las relaciones con los oyentes pasan por el análisis de las cartas que éstos envían y por la lectura de laos criticas de prensa. En 1964, la llegada de la segunda cadena instaura una rivalidad, entre las dos cadenas públicas, y encuestas específicas son encargadas a organismos exteriores, tales como el Instituto Francés de opinión pública. A partir de 1967, el servicio de los estudios de la ORTF produce, a partir de un muestreo estadístico, datos diarios sobre la audiencia. Las posibilidades técnicas son, durante los primeros diez años, muy pobres, e impones restricciones muy fuertes a la creación. Lo esencial de la creación teatral se hace en directo, así como la grabación de la mayor parte de las emisiones. Por lo demás, es necesario recurrir al telecine, que consiste en proyectar un film ante una cámara de retrasmisión. Todas estas limitaciones contribuyen a producir un “estilo” de televisión bastante solemne, estereotipado, que corresponde a los valores de una Francia todavía bastante tradicional. La televisión francesa de los años 1960, es una televisión de “citas”. La noción de programación aparece en 1962-1963. Las emisiones cubren poco a poco la tarde comenzando cada vez más temprano. La programación orienta las emisiones teniendo en cuenta a los públicos y organizando el tiempo: los niños los jueves, las mujeres en el hogar por la tarde, por la noche emisiones que continúan de semana a semana o de mes en mes, construyen otras tantas citas: La gran película del domingo por la noche, el teatro filmado, los entretenimientos del sábado, el análisis de la actualidad, la información médica, el programa del domingo por la tarde. En el curso de los años cincuenta aparecieron las series escritas especialmente para la televisión: los enigmas de la historia (1956) entre otros. La televisión sabe también representar el duelo colectivo. En ocasión de la muerte de Sir Winston Churchill, las emisiones del domingo son reemplazadas por un programa de música clásica y por la proyección de la película “El puente sobre el rio Kwai”, himno al coraje militar ingles que aparece adecuado a la circunstancia. Temas tomados en préstamo de la literatura clásica francesa y del gran repertorio de la cultura francesa legítima y escolar, son regularmente traducidos para la televisión en realizaciones de prestigio. Lo que hace posible este tipo de emisión es una alianza a priori poco probable entro los altos funcionarios gaullistas que controlan la televisión y un grupo de realizadores venidos del medio cinematográfico y motivados por una visión militante de la cultura popular. Los directores de la televisión francesa salen entonces, de la gran escuela del cine nacional, pero ocupan una posición profesional desvalorizada: resulta menos prestigioso hacer televisión que cine; están cercanos al Partido Comunista; comparten una concepción de la cultura popular. La idea es que se puede, y se debe, ofrecer al pueblo los grandes clásicos del teatro y de la literatura en formas accesibles pero sin embargo exigentes. Una política de producción semejante, es posible sino en un sistema sociotécnico muy particular; el costo de la red de trasmisión, las consideraciones políticas, implican que no haya más que una cadena, controlada por el estado. La televisión de los años sesenta desarrolla, además géneros inspirados en las recetas del la radio de la preguerra y que están cerca de las formas sociales de un país todavía ampliamente rural. El deporte se organiza alrededor de campeonatos nacionales de fútbol. De rugby y de los grandes acontecimientos deportivos mediatizados desde hace tiempo, como el tour de Francia. La televisión por último, difunde un enorme stock de película del cine francés y americano, a menudo viejo. Una parte de sus folletines se inscribe en la estética, clásica y popular a la vez, evocada más arriba, lleno de referencias formales al surrealismo. La televisión mantiene un discurso de autoridad, bien recibido y aceptado en tanto se inscriba en los límites estéticos y culturales que tienen consenso. La programación permite también jugar sobre la diferenciación de los públicos y de las normas culturales. A última hora se encuentra, en teoría, un público más joven, más cultivado, más urbano, que acepta y reclama otra cosa que el públicode la tarde o de la noche. La televisión, no es todavía el espectáculo del mundo. Es difícil obtener imágenes de los acontecimientos. Las cámaras portátiles no existen. Para rodar en exteriores, en lugar del formato superocho que tiene la desventaja, a sus ojos, de der usados por aficionados, “los carros de control”, voluminosos y caros, son utilizados de manera clásica. Las informaciones televisadas ofrecen mucho lugar al comentario. Tienen el formato corto impuesto por la tradición de la radio pero todavía pocas imágenes. Por otro lado, están totalmente controladas por el gobierno. Éste modelo clásico de la televisión no da pruebas de gran flexibilidad. Carece de los resortes necesarios para transformarse y adaptarse. Entre 1968 y los años 1980, el modelo clásico de la televisión para el gran público es cuestionado tanto en Estados Unidos como en Europa. Cambio técnico, evoluciones políticas y modificaciones reglamentarias se conjugan para transformar las formas de la televisión. CAPITULO Il: La televisión, ¿un medio Fascinante? La trasformación del modelo clásico de la televisión comienza en los estados Unidos después de 1975. Son esencialmente decisiones reglamentarias las que permiten que se desarrollen las nuevas formas de la televisión. El cable contra las networks americanas Hasta 1975 las redes de cables americanas soportan una reglamentación restrictiva que favorece las redes de radiodifusión. La industria de la televisión estableció un sistema de comercialización análogo al que había favorecido al cine en los años treinta, basado sobre la difusión en red (networking), así como un mercado de ocasión y del “trueque” organizado según procedimientos complicados para las televisiones independientes, y ve con malos ojos cualquier dispositivo diferente. Algunos intentos de retransmisión para hacer una televisión paga (pay TV) suscitan contraataques inmediatos. Cuatro años más tarde, la FCC fija sin embargo el primer conjunto de reglas para las redes de cable. Son muy restrictivas, pero ese cuadro permite, no obstante, la puesta en marcha de operadores en los mercados suburbanos y urbanos. El nivel de equipamiento domestico ha evolucionado. Se cuentan entonces en los Estados Unidos 300 sistemas de cables que ofrecen una docena de programas a cinco millones de abonados. El avance hacia las redes de cables está ligado, en efecto, no a la innovación técnica o social, sino a las transformaciones de la reglamentación que hacen emerger nuevos mercados para los productos clásicos de la industria audiovisual, y que permiten el reciclaje de producciones del cine y de los grandes canales. La administración Nixon, considerado que la televisión está en manos de los demócratas en el asunto de Watergate, va a favorecer el cable. La tendencia, avanza en el sentido de la desreglamentación en el seno de la administración americana. El alquiler de un canal de satélite se vuelve posible. El programa Showtime, difundido también por satélite, es organizado en 1978. A partir de 1979, el movimiento se acelera, se ve aparecer el canal deportivo ESPN, que será la cadena mas mirada diez años mas tarde. Desde 1984, todas las enmiendas van en el sentido de una mayor libertad para las compañías de cables. Intentan ajustar su estatuto al de la prensa más que al de la televisión. Al final del año 1980, las redes de cable se han convertido en un actor esencial de la industria audiovisual en los Estados Unidos. El cable se ha trasformado en unos de pilares de una industria, caracterizada por su integración vertical. La desestabilización de los modelos europeos El ejemplo de las redes de cable americanas hace soñar a todos lo que, en Europa, desean hacer revolucionar el modelo clásico de las televisiones públicas. Entre 1975 y 1989, el número de canales de televisión privados comienzan a competir relativamente con los canales públicos instalados. Ésta proliferación está ligada al mismo cambio técnico que en los Estados Unidos: la instalación de redes de cable de difusión de imágenes en ciertas zonas urbanas, y la posibilidad de difundir programas por satélite. Los primeros satélites que distribuyen imágenes televisadas son concebidos esencialmente para alimentar las redes de cable, pero su poder de emisión aumenta rápidamente y se vuelve posible recibirlos en pequeñas antenas parabólicas vendidas en el comercio a precios accesibles a los particulares. Aún si estos cambios técnicos son reales, no son los únicos de ésta transformación. La multiplicación de cadenas privadas se produce según una lógica a la vez política y comercial. Por otra Parte, las agencias de publicidad, han adquirido un lugar importante. De modo más general, la televisión de los años 1960, tanto en Francia como en Italia y Alemania, descansaba sobre una alianza implícita entre los poderes políticos, en el control de información, y un medio de “profesionales” del entretenimiento, vinculados a formas de educación popular. El mercado de la publicidad, había sido bloqueado, en Francia y en Italia. Ese modelo, que incluye la mercantilización de los, programas, pierde su prestigio a fines de los años 1970. La intervención de la empresa en el dominio cultural adquiere, una nueva legitimidad. Se constata una tendencia uniforme hacia la multiplicación de canales comerciales construidos según el modelo americano. Los mismos canales públicos se transforman bajo la presión de la competencia. Los programas evolucionan hacia una televisión diferente, de flujos, menos rígida del contenido, y por la desaparición de la noción de “cita”. Todo ello corresponde a prácticas de consumo nuevas para los espectadores, construyendo un espacio público no exento de ambigüedades y de perversiones. La política del cable en Inglaterra, o la dificultad de crear un buen mercado Inglaterra juega un rol pionero en Europa en materia de televisión privada, ya que desde 1954 el gobierno conservador da una autorización para emitir a una red de estaciones locales financiadas por la publicidad, llamada ITV. La BBC ocupa, lo esencial del paisaje audiovisual, modelo tradicional, que desarrolla una política de calidad tendiente a la educación del público. En 1964 pasa a dos canales. Tras la vuelta del poder del gobierno conservador, al comienzo de 1980, la organización de la televisión en Inglaterra se caracteriza por una política voluntarista de los poderes públicos que quieren hacer emerger polos de televisión privada, abrir el mercado de la publicidad y crear capacidades de producción independientes. La autoridad es reemplazada por una nueva institución, la Independant Bcasting Authority. La IBA construye y mantiene emisoras y repetidoras que alimentan las redes de cable, y hace respetar reglas estrictas en materia de publicidad. Se solicita expresamente a las sociedades no difundir programas que provoquen el pudor, ofendan el buen gusto y menos aun que inciten al desorden público o a la delincuencia. En la práctica, las redes de cables no representan un mercado lo suficientemente atractivo como para hacer emerger potentes polos de televisión privada. El gobierno interviene para que surjan sociedades privadas de producción de programas, obligando a los canales públicos a comprar un número mínimo de emisiones a los productores independientes. La privatización de la televisión inglesa no encuentra su dinámica en el desarrollo del cable sino en el del satélite, y sus acores principales son los magnates de la prensa y del negocio editorial; la constitución de grandes grupos que buscan sinergias entre producción y difusión en mercados completamente internacionalizados. Alemania, un cambio tardío y controlado En Alemania, la evolución hacia una televisión más diversificada se produce más tardíamente, según procedimientos mejor controlados, y en un ambiente poco conflictivo. La prensa alemana está en corazón de ésta transformación. La televisión privada alemana hace su aparición en 1984, apoyándose del cable, que tiene entonces cuatro millones de abonados. La instalación de los primeros operadoresprivados se hace en las redes del cable, la difusión por satélite interviene enseguida y no se piensa en la multiplicación de los haces hertzianos. La televisión alemana, al comienzo de 1980, está todavía organizada según el modelo que los americanos impusieron al terminar la guerra. Existen dos canales públicos. Las decisiones sobre la organización de la televisión deben ser tomadas por el tribunal constitucional. Prohíbe al sector privado interesarse en la televisión. En 1981, todo cambia. El tribunal autoriza la televisión privada y sustituya la noción de pluralismo político interno por la de pluralismo político externo. En 1986, garantiza la existencia de cadenas políticas atribuyéndoles misiones precisas en materia de cultura, de educación, y de expresión de las minorías, y asigna a la televisión privada, al mismo tiempo, una vocación prioritaria por los entretenimientos. El contenido de los nuevos canales privados es difícil de producir, ya que existen pocos productores independientes, porque los canales públicos llevan veinte años preparando sus propios programas. Ocurre entonces un reacomodamiento de los accionistas. Cada unos de los socios principales adopta una estrategia diferente. En 1986, sobresalen los, folletines, los telefilm, las películas y algunos dibujos animados y juegos, a los que deben agregarse los informativos diarios, los programas de interés general, las cotizaciones de la bolsa y las informaciones meteorológicas. Las nuevas cadenas tienen poca producción propia, pero los resultados de esta política son, en términos de audiencia, bastante buenos. Mas experimentado en materia de televisión, el proyecto de la competencia, RTL Plus, también se propone evitar incurrir en gastos excesivos para un mercado que es todavía bastante restringido, limitado como esta a los abanados al cable. La programación está organizada según horarios estables, principalmente de informativos y de juegos, que ocupan una parte esencial. Las emisiones así producidas son en su mayoría programas de interés general, talk-showa, juegos y algunas ficciones. Los resultados de esta poca ambiciosa política son brillantes. La creación de estos canales privados, obliga a los canales públicos a transformar su propia oferta, a través de dos estrategias: elaborar una nueva oferta apoyándose en las nuevas tecnologías, y transformar el contenido. Interviene en primer lugar en las nuevas tecnologías. Transformando sus programaciones, aprovechando para ello su competencia profesional y multiplicando las reservas de películas y de eventos deportivos. Se desencadena una “guerra del futbol”; llegando a un acuerdo: las grandes cadenas retrasmiten, por turno, los eventos centrales del campeonato alemán. Los canales nacionales toman conciencia de sus conocimientos especializados en la elaboración de ficciones acordes a la sensibilidad del país. Ellas producen así emisiones de variedades costosas, por encima de las posibilidades de los canales privados, y mejoran el tratamiento de la actualidad. Las revoluciones de la televisión italiana Las transformaciones del espacio televisivo italiano se producen de manera radicalmente diferente. Italia juega un rol pionero en la desregulación de la televisión en Europa, desde comienzos de 1970. Emerge, con la Finivest de Silvio Berlusconi, un polo capitalista poderoso, capaz de intervenir incluso fuera de las fronteras italianas, ya que posee una parte en los canales alemanes de televisión, y en un tiempo, en la Cinq francesa. El primer canal, RAI Uno, esta abiertamente controlado por la democracia cristiana entonces en el poder. En 1969, la crisis política, que entraña la impugnación del monopolio de la RAI, desemboca en un doble fenómeno: los partidos políticos proceden al reparto de la influencia política en el seno de los canales políticos y por otra parte, en el vacío jurídico proliferan (entre 1980 y 1985) pequeñas emisoras de televisión que son progresivamente reunidas, en las manos del grupo Berlusconi, cercano al PSI. Está dividido en dos grandes sectores: Los medios y las actividades financieras. En el corazón del equilibrio económico de las cadenas italianas se encuentra la publicidad. El grupo de Silvio Berlusconi es el primero en poner en práctica el sistema de regalías. De manera simbólica, el centro de gravedad de la industria de la televisión se desplaza de Roma a Milán, sede de la Finivest y capital industrial y financiera del país. El estilo de la neo-televisión Las transformaciones de la televisión de los años 19800, se definen en primer lugar como el pasaje de un modelo fuertemente organizado y preciso, a un modelo mucho más fluido, a veces caótico. El primer modelo se definía alrededor de tres grandes funciones _distraer, informa, educar_ que determinaban las divisiones de la programación. El segundo modelo, parece organizado, al contrario, como un flujo comunicativo. Los elementos específicos de ésta neo-televisión, representan una ruptura sistemática con las principales características de la “vieja” televisión. La noción de programación se diluye ante la noción del flujo. La oferta de programas esta en adelante compuesta de proposiciones diversificadas ante las cuales el consumidor esta cada vez mas autónomo. El “consumo” de televisión es dividido como una práctica cotidiana. Los espectadores efectúan trayectos personales mas individualizados, mientras que la multiplicación de televisores permite una escucha individual, y no ya colectiva. El emisor debe tomar recaudos para captar permanentemente el interés del espectador. Se ven nacer dispositivos específicos para conservar la audiencia. En el curso de las dos últimas décadas, la desaparición de los grandes ritos tales como las reuniones religiosas o encuentros políticos, y por un nuevo valor otorgado a las relaciones interindividualistas. La nueva televisión tiene esto en cuenta. Se ocupa prioritariamente de reproducir los ritos de la vida cotidiana. Los animadores de los talk-show reciben a sus visitas en salones que se parecen a los de sus espectadores, adoptan el tono de las conversaciones familiares con sus invitados, apelan a la aprobación del público a través de llamados telefónicos, o incluso muestran sobre la pantalla los niveles de audiencia. Globalmente, el volumen de las emisiones en directo aumenta. Los cambios desordenados de la televisión francesa La televisión francesa sufre cambios importantes, en el curso de los años 1980. Sus transformaciones representan parentescos son la evolución de la televisión italiana, hacia un modelo comercial de la neo-televisión. La evolución de la televisión francesa mantiene complicadas relaciones con el cambio técnico en los dominios del cable y del satélite. Pero la liberación coleta no está a la orden del día. La llegada de un nuevo gobierno de izquierda en 1981 cambia enteramente la situación. El nuevo presidente de la republica prometió la liberalización de la televisión y se propone llevarla adelante permitiendo los canales privados, cualquiera sea su soporte técnico. Se muestran muy desconfiados frente a los satélites de transmisión de programas, acusados de difundir una “cultura Coca-Cola”. La misma desconfianza prevalece en relación con las redes de videotransmisión en cable coaxil. 1981: las contradicciones del plan cable Francia emprende en 1981, un programa muy original de cableado en fibras ópticas. El proyecto técnico se inscribe dentro de un proyecto social y político. El social, apunta a desarrollar formas de comunicación que rompan con el modelo de la distribución a ciudadanos pasivos de productos audiovisuales industrializados y se pone como objetivo desarrollar, a través de redes interactivas, practicas de comunicación nuevas que darían la iniciativa de la producción de programas, o partes de estos, a ciudadanos o a grupos de ciudadanos. Las redes de fibras ópticas se muestran inadecuadas para la comunicación interactiva, y poco eficaces para las funciones más clásicas de distribución de imágenes. Por otro lado, la arquitecturajurídica que emana las redes locales es muy compleja y tiene como efecto enfrentar a los diferentes socios entre si. La Dirección de Telecomunicaciones, que debe financiar un programa de equipamiento de las ciudades de Francia, intenta transformar el programa y sustituir la opción costosa de las fibras ópticas por una más clásica de cables coaxil, que tendría además la ventaja de limitar los peligros de la competencia. La transformación tiene lugar cuando un gobierno conservador vuelve al poder en 19684. Telecom 1, fue lanzado con el propósito de favorecer el tráfico telefónico y sobre todo el transporte de datos. El mercado del transporte de datos se revela excepcionalmente, pero la instalación de nuevos canales privados hace aparecer una nueva demanda de transporte de imágenes hacia as repetidoras locales de la red hertziana tradicional. Telecom 1, se convierte en transmisor de imágenes por los nuevos canales autorizados por el gobierno. Todos estos desarrollos se han producido sin el soporte técnico de las redes de cables, cuya tasa de penetración sigue siendo muy débil y que constituyen un enorme problema financiero. No comienzan a representar un medio significativo de distribuir programas sino a mediados de 1990. Entretanto, las cadenas transmitidas por satélite sobre Europa se han multiplicado. La potencia de emisión de los satélites ha aumentado y los particulares pueden recibir las imágenes sin intermediario gracias a pequeñas antenas parabólicas disponibles en el comercio. En 1995, la situación está a punto de cambiar: los canales de televisión numérica permiten prever una caída considerable del costo de trasmisión, lo que posibilita a nuevos actores intervenir sobre ese mercado en dirección a públicos más específicos. ¿Cuál es el contenido de la nueva televisión en Francia? A medida que se produce la diversificación tecnológica, el contenido de los programas y las formas de las emisiones evolucionan. La innovación decisiva es la aparición de canales temáticos para los jóvenes, aficionados a los deportes, a la música, fans del cine o nostálgicos de viejas series. Uno de los obstáculos para la expansión de canales especializados, es la lengua y culturas nacionales. Los europeos no miran con gusto un canal extranjero, y la misma publicidad tiene problemas para elaborar productos transnacionales. Los canales no especializados continúan dominando el mercado. Los programas, obligados a adaptarse a una situación de competencia, ha evolucionado profundamente. Los otros canales, cuentan con medios menos perfeccionados, pero el audiómetro individual se ha vuelto el instrumento de base de mediciones permanentes. En el conjunto, los canales franceses evolucionan, como en Italia, de una televisión de encuentros a una televisión de flujos. El uso del tele comando ha facilitado la práctica del “zapping”. La generalización de una nueva televisión, más cercana a los modelos comerciales americano o italiano, así como las transformaciones de los programas, replantean el debate sobre los efectos sociales de la televisión y sobre sus características tanto que medio. El consumo no empezara a detenerse sino hasta 1994. Se lanzan por ejemplo, programas de estudio para determinar si la multiplicación de actos de violencia en la pantalla favorece la violencia en la juventud. La sensación dominante es que los jóvenes espectadores diferencian nítidamente entre representación y realidad, y que la violencia la televisión puede tener una función de catarsis y contribuir a alejar la violencia real. Se constata, sin embargo, que es entre los jóvenes mas despojados social y culturalmente, más permeables a las representaciones brutales. Otros análisis se dirigen hacia la cuestión de la representación de las mujeres, de los negros o de las minorías. Estas interrogaciones vienen a coincidir, con otra tradición de análisis de la televisión, que se expresa esencialmente a través de juicios de valor sobre el nuevo medio y que, son pretexto de criticar a la televisión, retoma, de hecho, los temas tradicionales de la crítica de la cultura popular. Hay siempre buenas y malas elecciones, se tiene ahora más confianza en que el espectador haga las buenas. Desde esa perspectiva, la crítica a la televisión es en primer lugar la cultura de masas. Instrumento indiferenciado, la televisión es acusada de dirigirse a los individuos aislados. Este análisis desconoce las prácticas reales de la televisión; las emisiones, miradas individualmente o en familia, son también el objeto de juicios y de evaluaciones que reconstruyen, la experiencia aportada por la imagen. Desde hace diez años, el análisis de los “efectos” de la televisión, así como la crítica de la cultura de masas, se han visto complementados por estudios sobre las prácticas sociales y culturales propias del nuevo medio. No retendremos más que algunos temas: el anclaje decidido de la televisión en el tiempo de ocio, las implicaciones de los reality shows y de la televisión-espejo, y los desplazamientos de la información hacia una economía del espectáculo. El modelo del descanso 1980. la confirmación del anclaje perdurable de la televisión en las prácticas vinculadas al reposo y la distracción. Se observa que los telespectadores persisten en buscar ante todo un espacio de distención. Este anclaje en el tiempo del descanso explica sin duda el éxito durable de las series, del deporte y de los entretenimiento, y el persistente fracaso de las emisiones consagradas al mundo del trabajo y de la televisión escolar, o de las emisiones ”científicas populares”; Una explicación a la dificultad que encuentran para imponerse los esquemas de televisión interactiva. No excluye, el desarrollo de prácticas de participación que se inscriben en las transformaciones de las formas de la vida pública. Los reality shows o la televisión-espejo La televisión en Francia, a comienzos de 19901, donde emerge la transformación, de los reality shows, en los canales comerciales y públicos. Permite superar las categorías tradicionales de juicio sobre el espectáculo televisivo para desmontarlo y poderlo apreciar, tanto en sus resortes íntimos como los lazos que mantiene con la evolución global de la sociedad. Lo público y lo privado, lo político y lo personal, lo importante y lo intranscendente, se vieron confundidos en el seno de las nuevas emisiones. Los personajes principales de la nueva televisión son los representadores (mitad animadores, mitad periodistas). La categoría de lo serio y de lo insignificante se han mezclado. El ascenso de los reality shows ilustra y simboliza esta evolución. Los héroes son personajes comunes, elegidos entre la masa de los espectadores. Lo que se pone en escena es su historia privada. Se alimenta la participación de los otros espectadores presentes en el estudio, por teléfono, ellos deben expresar sus sentimientos, aconsejar, juzgar o ayudar. Éstos nuevos programas tienen éxito porque ofrecen instrumentos pertinentes para pensar y su propia situación, como hacia el cine en los años treinta. Los reality no aparecen por azar en la sociedad francesa de los años 1980. Integran a la vez los cambios de la televisión y los de la sociedad. La televisión se vuelve un medio de participación, puesta al servicio de retener la atención del flotante de un espectador, al que el telecomando ofrece la posibilidad de huir en cualquier momento. La estructura de las series, se construye en función de la fluidez de la audiencia, su lentitud y el primado del sonido hace que sean comprensibles sin que la mirada deba estar todo el tiempo comprometida. El espectador pasivo ha cedido su lugar a una televisión de participación. En el curso de los mismos años, las formas de vida pública también evolucionan. El Estado se vuelve menos capaz de tomar a su cargo los destinos individuales, la reputación de los hombres políticos se ve reducida, la confianza de los ciudadanos en la capacidad de las instituciones disminuye, las categorías morales diluyen, los individuos se encuentran aislados en una sociedadfragmentada. Las instituciones tradicionales (iglesias, escuela, sindicato, partidos, familia) dejan de constituir referencias estables universalmente aceptadas. La televisión se convierte en un lugar donde los individuos pueden aprender cómo comportarse, a partir de situaciones vividas y discutidas colectivamente. Es en este terreno que se ocupa el reality shows. La información-espectáculo El segundo lugar donde se transforman las formas de la vida pública en relación a la televisión, son las emisoras destinadas a la información. Los medios de tratamiento de la información evolucionan en el curso de los años 1990. El sitio de las imágenes en los informativos se transforma. La regla es no tratar un tema sobre el cual se dispone de imágenes. Cada informa, situado en un lugar y un tiempo preciso, mostraba las relaciones de individuos o comunidades en el medio, o con los otros, o incluso consigo mismos, bajo la forma del drama. Las nuevas imágenes del noticiero están menos ancladas en una situación particular. Ellas se desplazan de una emisión a otra, simbolizan el hambre, la guerra, el accidente. En la guerra del golfo, 1993. En ocasión al conflicto, el ejército americano da el monopolio de la cobertura de las operaciones a la cadena privada de información americana CNN. Lo esencial de las imágenes difundidas, proviene del centro de Houston que las comercializa, con o sin comentarios. Es indispensable tener acceso a las conexiones satelitales y el tiempo de utilización de un repetidor, es un bien escaso, pocos satélites tienen una órbita que les permita cubrir las regiones del Golfo Pérsico. En Francia, los poderes públicos intervienen para organizar una “ronda de palabra” de los corresponsales de los canales nacionales en la banda de frecuencia del satélite. Manipulaciones de la imagen, o incompletas o mal datadas, temas emitidos, han acompañado del deseo de los gobiernos de convencer a las opiniones públicas. Lo que es nuevo es un desplazamiento insensible desde el control de la información hasta su puesta en escena. En el curso de los años siguientes, en ocasión de operaciones menos importantes, puramente militar, donde el acuerdo de la opinión publica es esencial, las operaciones son también construidas en función del sistema de información. La televisión no se contenta con representar falsamente la realidad, sino que contribuye a transformarla-. Para adquirirla, los actores de la vía publican, social o internacional, transforman su actividad de modo que tenga un sentido en el sistema de información. El triunfo de la informac-espectaculo modifica el funcionamiento de las situaciones y del Estado, en sus formas clásicas. El estado, se ocupa de producir acontecimientos fáciles de comunicar. La realidad del trabajo de administrar y reformar se diluye ante la necesidad de producir una imagen fácilmente comunicable. Lo importante, es resolver el problema, lo que puede provocar, sino crear una comisión o nombrar un encargado de informar al gobierno, en lo posible conocido. El acontecimiento que contribuye el momento del nombramiento, o de entrega del informe, es en efecto fácil de convertir en una noticia televisiva. La transformación es más nítida todavía, en una nueva relación que se establece entre gobernantes y gobernados. Juzgados a través de los acontecimientos televisivos, los responsables políticos tienden a controlar su imagen. La información y el espectáculo del mundo Ya ningún canal, incluso entre los más ambiciosos, produce emisiones dedicadas al análisis y con el espacio para los expertos. Los problemas del medio ambiente son presentados a través de acontecimientos y los comentarios privilegian los hechos humanos, análisis subjetivos, y expresión de sentimientos. Lo que propone el discurso del medio es la reposición del viejísimo esquema que ve al hombre luchando sin descanso contra una naturaleza hostil. Critica de las teorías de la comunicación El análisis de la televisión se inscribe en la evolución de un pensamiento mas general sobre la comunicación que se configuras baja una forma modera en los años 1960. Su representante más brillante es el canadiense Marshall McLuhan. La prosa brillante de Marshall McLuhan Propone una redefinición extensiva del término “medio”. Los diferentes aportes de la tecnología, deben ser considerados, como medios, es decir, como extensiones de nuestra corporalidad que han enajenado reestructuraciones de nuestra sensibilidad y de este modo han condicionado nuestra visión del mundo. La consecuencia, es que el contenido del mensaje no tiene importancia: es la tecnología que lo que transite lo que tiene sentido. Los contenidos y los usos de los medios son diversos y carecen de efecto sobre la naturaleza de las relaciones humanas. Porque transforman las relaciones entre los hombres, su actividad intelectual, y sus percepciones del mundo, los medios tienen consecuencias directas sobre el devenir de las sociedades y estas pueden ser clasificadas en función del medio dominante. La imprenta será un medio caliente, como la prensa y el cine, porque apela a un solo sentido, porque tiene un alto poder de definición y porque satura al receptor de informaciones precisas, de el más que un único sentido. Al contrario, los medios fríos proveen informaciones poco definidas, obligando al receptor a llenar los vacios, con lo que comprometen todos los sentidos y las facultades; el espectador participa bajo la forma de una alucinación global que lo moviliza enteramente. La tecnología electrónica, ha reemplazado al mismo sistema nervioso central, ha superado las divergencias ideológicas... al mismo tiempo, la televisión, destruyo el universo lineal de la civilización mecánica, reconstruyendo una suerte de aldea global primitiva. La mariología Regis Debray retoma en su ensayo sobre la mariología una reflexión en esa línea., las formas técnicas y sociales, clasifica a las sociedades según su medio dominante y caracteriza a estos últimos según la forma de comunicación que favorecen; indicial, icónica, simbólica. La comunicación indicial, confunde el mensaje y su vehículo (olor - sabor) superpone el contenido y la relación (función física de la comunicación amorosa) e identifica al emisor y al receptor (rumores – modas – publicidades). La comunicación icónica, emite mal la evocación del pasado, del futuro, de lo irreal, y privilegia el presente, no expresar la negación, no acepta lo universal, no articula proposiciones complejas. La comunicación simbólica, se presta a las articulaciones complejas de la escritura o de la matemática. La comunicación indicial, está representada en nuestras sociedades por lo que ocurre en los acontecimientos deportivos o en los conciertos de rock. Ellas suelda los grupos, transmite sentimientos de reconocimiento y de identidad colectiva. La comunicación icónica, (la imagen) caracteriza por ejemplo a la televisión, pero también a la publicidad. Ella explica su modo de funcionamiento, sus simplificaciones, sus dificultades para transmitir mensajes complejos para favorecer la reflexión. La comunicación simbólica, estará representada por la imprenta, el periódico, objetos considerados como propicios a la exposición de hechos complejos, de razonamientos difíciles. Las ideas no tienen una eficacia en sí mismas. Dependen siempre de sus condiciones sociales, económicas y técnicas de elaboración, y de difusión. Es necesario pues interesarse en el conjunto de medios técnica y socialmente determinados por los que se transmite el pensamiento, como la imprenta y las técnicas radioeléctricas (radio – televisión), pero también la imagen, la predicación religiosa o la asamblea obrera. El resultado de la reflexión es la división de la historia humana en tres “mediasferas”. Estas representaban conjuntos históricamente coherentes en los que a la utilización mayoritaria de una técnica de comunicación corresponden a una configuración sociopolítica y una cohesión simbólica o religiosa de la sociedad. La época de la palabra y de la escritura manuscrita (la logosfera),remite a la realeza, la iglesia, la fe, la predicación oral; a la mediasfera de la imprenta (la grafosfera), corresponden la republica de los ciudadanos, el laicismo, la filosofía, lo impreso, la elección de un jefe; a la mediasfera de lo audiovisual (la videosfera) corresponden a la democracia “católica” la seducción del acontecimiento, el primado, en política, del sentimiento sobre la razón, la televisión como medio dominante, el individuo como base de la sociedad, la justificación por la eficacia y no por la razón.
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