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GINECOLOGIA (796)

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775Cáncer cervicouterino
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tamiento de los sarcomas cervicouterinos son limitadas. La mayor 
parte de los casos se trata con múltiples modalidades. Los melano-
mas a menudo se presentan como ganglios ulcerados de color azul 
o negro. Estos tumores tienen un pronóstico pobre. 
DIAGNÓSTICO
 ■ Síntomas
Algunas mujeres con diagnóstico de cáncer cervicouterino son 
asintomáticas. Sin embargo, para aquellas con síntomas, el cán-
cer cervicouterino en etapa temprana puede causar secreción vagi-
nal acuosa teñida con sangre. También puede haber hemorragia 
vaginal intermitente después del coito o duchas. Conforme crece 
el tumor maligno, la hemorragia casi siempre se intensifica y en 
ocasiones la paciente se presenta a la sala de urgencias con hemo-
rragia incontrolable en el lecho tumoral. Si una mujer acude con 
hemorragia abundante por cáncer cervicouterino, la hemorragia 
se contiene con una combinación de solución de Monsel y tapo-
namiento vaginal. También se puede utilizar acetona tópica para 
obtener la hemostasia, principalmente en los casos que son rebeldes 
a la solución de Monsel (Patsner, 1993). Se introduce una sonda 
de Foley para vaciar la vejiga puesto que el taponamiento interfi ere 
con la micción normal y además permite vigilar con precisión el 
gasto urinario. Si la hemorragia persiste, se suministra radioterapia 
de urgencia. Otra opción es la embolización o ligadura de la arteria 
hipogástrica ante una hemorragia rebelde. Sin embargo, se debe 
tener cautela puesto que la oxigenación del tumor disminuye si se 
obstruyen estos vasos sangíneos. Como se mencionó en el capítulo 
28 (pág. 724), la radioterapia es más efectiva en un ambiente oxi-
genado. En un estudio se observó una supervivencia específi ca para 
la enfermedad más corta en los pacientes sometidos a embolización 
antes de una quimiorradioterapia defi nitiva (Kapp, 2005). En las 
pacientes con hemorragia abundante, el apoyo hemodinámico de 
la paciente debe seguir las normas descritas en el capítulo 40 (pág. 
1006).
Con la invasión parametrial y la extensión a la pared lateral de 
la pelvis, el tumor comprime órganos adyacentes y causa síntomas. 
Por ejemplo, el edema en las extremidades inferiores y dolor lum-
 ■ Carcinomas cervicales mixtos
Estas neoplasias cervicouterinas malignas son raras. Los adenocarci-
nomas adenoescamosos no difieren mucho de los del cuello uterino. 
El componente escamoso está poco diferenciado y poco quera-
tinizado. El carcinoma de células vidriosas describe una forma de 
carcinoma adenoescamoso poco diferenciado en el que las células 
tienen citoplasma con apariencia de vidrio molido y un núcleo 
prominente con nucléolos redondeados.
 ■ Tumores neuroendocrinos del cuello uterino
Estas neoplasias malignas raras incluyen tumores de células grandes 
y células pequeñas del cuello uterino. Los tumores neuroendocri-
nos son muy agresivos e incluso los cánceres en etapa temprana 
tienen un índice relativamente bajo de supervivencia libre de enfer-
medad a pesar del tratamiento con histerectomía radical y quimio-
terapia adyuvante (Albores-Saavedra, 1997; Viswanathan, 2004). 
Los tumores neuroendocrinos de células grandes forman hojas tra-
beculadas o sólidas y las células miden entre tres y cinco veces más 
que los eritrocitos. Por el contrario, el carcinoma neuroendocrino 
de células pequeñas contiene una población uniforme de células 
chicas con un alto índice núcleo:citoplasma y se parece al carci-
noma de células pequeñas del pulmón. Con frecuencia se utilizan 
los marcadores neuroendocrinos como cromogranina, sinaptofi -
sina y CD56 para confi rmar el diagnóstico. En pocas ocasiones, 
los tumores endocrinos y paraendocrinos se relacionan con estas 
neoplasias neuroendocrinas.
 ■ Otros tumores malignos
Raras veces, el cuello uterino es el sitio donde se desarrollan sar-
comas, linfomas malignos y melanomas. La mayor parte de estos 
tumores se presenta como una masa cervicouterina hemorrágica. 
Al principio, la diferenciación de los sarcomas cervicouterinos de 
un sarcoma uterino primario requiere un estudio patológico cui-
dadoso y localización de la masa principal del tumor. Los leiomio-
sarcomas cervicouterinos y los sarcomas estromales cervicouterinos 
tienen un pronóstico muy malo, parecido al de los sarcomas uteri-
nos. Como estos tumores son raros, las declaraciones sobre el tra-
G
A B
FIGURA 30-8. Adenocarcinoma cervicouterino. A. Fotografía de un cáncer cervicouterino invasor que se origina a partir del endocérvix. (Fotografía 
proporcionada por el Dr. David Miller.) B. Microfotografía de un adenocarcinoma cervicouterino. Obsérvese el crecimiento superficial del adenocar-
cinoma (flecha) en relación con una glándula endocervical normal (G). (Fotografía proporcionada por la Dra. Raheela Ashfaq.)
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	SECCIÓN 4 ONCOLOGÍA GINECOLÓGICA����������������������������������������������������������������������������������������������������������������
	30. CÁNCER CERVICOUTERINO�������������������������������������������������������������������������������������������
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