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787Cáncer cervicouterino CA P ÍTU LO 3 0 Etapa IVB Las pacientes con enfermedad en etapa IVB tienen un mal pro- nóstico y el tratamiento tiene intención paliativa. Se administra radiación pélvica para controlar la hemorragia vaginal y el dolor. La quimioterapia sistémica se ofrece para disminuir los síntomas y prolongar más la supervivencia. Los regímenes quimioterapéuticos usados en este grupo de mujeres son similares a los utilizados en caso de cáncer recurrente. ■ Vigilancia Después de radioterapia Las mujeres que reciben radioterapia deben vigilarse de cerca para valorar su respuesta. Puede esperarse que los tumores regresen hasta por tres meses después del tratamiento. A través del examen pélvico, estudio radiológico o ambos, se documenta la reducción progresiva de la masa cervicouterina. Debe realizarse un examen rectovaginal para detectar nodularidad en los ligamentos y para- metrios. Si hay avance local de la enfermedad después de este intervalo, se considera la cirugía. Está indicada la exenteración pél- vica en tales situaciones clínicas. En cada consulta, además de una exploración pélvica, se buscan en forma manual ganglios linfáticos que comprenden los del cuello, supraclaviculares, infraclaviculares, axilares e inguinales. Puede obtenerse una radiografía torácica cada año. Es preciso realizar frotis de Papanicolaou del cuello uterino o del muñón vaginal cada tres meses por dos años, luego cada seis meses por tres años. Los hallazgos de lesión intraepitelial escamosa de baja o alta malignidad obligan a una valoración colposcópica. Si se encuentra una lesión de alta malignidad o cáncer en la biop- sia cervicouterina, está indicada la CT para valorar la recurrencia neoplásica. Una vez que concluye la radioterapia, las pacientes deben utili- zar un dilatador vaginal o tener coito vaginal tres veces por semana. Esto ayuda a mantener la vagina permeable, ayuda a la exploración pélvica, a la toma de las citologías vaginales futuras y asegura que la paciente conserve su actividad sexual si lo desea. Por el contrario, la radiación puede ocasionar fi brosis vaginal que tiene como resul- tado una vagina corta y no funcional. Se recomienda que utilicen algún lubricante a base de agua. Después de la intervención quirúrgica El 80% de las recurrencias se detecta en los dos años siguientes a una histerectomía radical. Durante la vigilancia, la identificación de una tumoración pélvica anormal o hallazgos anormales en el examen pélvico, por ejemplo, lesión cervical o vaginal o nodula- ridad rectovaginal; dolor que se irradia por la cara posterior del muslo y el edema nuevo en la extremidad inferior obligan a realizar una CT del abdomen y pelvis. Si las recurrencias pélvicas después de histerectomía radical se diagnostican pronto, pueden tratarse con radioterapia. Se recomienda un programa de consultas y cito- logías vaginales similar al que se describió para la vigilancia después de la radioterapia. Sustitución hormonal después de la radioterapia o cirugía El cáncer cervicouterino no constituye contraindicación para la terapia hormonal de remplazo. En las mujeres que han padecido cáncer cervicouterino se puede utilizar hormonoterapia para el tra- tamiento de los síntomas de la menopausia, tomando en considera- tienen mal pronóstico y los índices de supervivencia a cinco años son inferiores a 50%; estos tumores representan una proporción importante de cánceres cervicouterinos invasores tratados, según la región geográfica que se estudie. Sin tratamiento, estos tumores progresan con rapidez. Radioterapia. Esta modalidad es la piedra angular para el trata- miento del cáncer cervicouterino en etapa avanzada. Por lo general, se aplican tanto radiación de haz externo como braquiterapia (cap. 28, pág. 720). De éstas, la radiación externa casi siempre precede a la intracavitaria, que es una forma de braquiterapia. La radiación de haz externo a menudo se aplica en 25 fracciones durante cinco semanas (40 a 50 Gy). Si en la evaluación se encuentran metástasis ganglionares paraaórticas durante la estadificación, puede agregarse radiación de campo extendido para tratar estos ganglios linfáticos afectados. Durante la braquiterapia, para limitar las dosis vesicales y recta- les, el intestino y la vejiga se mantienen lejos de la fuente intraca- vitaria mediante empacamiento durante la inserción del tándem, por vía vaginal. Por lo general el tratamiento se recomienda hasta el punto A, que es un punto situado a 2 cm laterales y 2 cm supe- riores al orifi cio cervical externo y el punto B, un punto situado a 3 cm laterales al punto A. Después de la radioterapia a menudo se observan efectos secundarios y en el capítulo 28 se describen éstos y su tratamiento potencial (pág. 725). Quimiorradiación. La evidencia más actualizada indica que la quimioterapia que se administra al mismo tiempo que la radiotera- pia mejora considerablemente la supervivencia tanto global como libre de enfermedad de las mujeres con carcinoma cervicouterino. La quimioterapia además se asocia con una mejor supervivencia que la radioterapia pélvica y la radiación de la región paraaórtica de campo extendido en solitario (Morris, 1999). Después de la publicación de cinco estudios clínicos en los que se demostró una mejor supervivencia, el National Cancer Institute publicó un alerta clínica en el año 1999 recomendando considerar la posibilidad de administrar quimioterapia a base de cisplatino a las mujeres some- tidas a radioterapia por cáncer cervicouterino (Keys, 1999; Morris, 1999; Peters, 2000; Rose, 1999; Whitney, 1999). De los fármacos utilizados para quimioterapia, los regímenes a base de cisplatino son los que se han asociado con mejores índices de supervivencia (Rose, 1999; Whitney, 1999). Las características de esta sustancia se describen en el capítulo 27 (pág. 705) y en la fi gura 28-12 (pág. 724) se describe su acción tumoricida. Los regí- menes que carecen de cisplatino también poseen actividad pero no se han comparado directamente con los que sí lo contienen (Vale, 2008). En el hospital de los autores se administra cisplatino sema- nalmente durante cinco semanas. Al mismo tiempo se administra radioterapia externa y braquiterapia. Exenteración pélvica para enfermedad primaria. Esta ope- ración ultrarradical incluye la resección de la vejiga, recto, útero, trompa de Falopio y ovarios (si los hay), vagina y tejidos circun- dantes (véase Sección 44-5, pág. 1276). La exenteración primaria puede considerarse en casos de mujeres con cáncer en etapa IVA, o sea con invasión tumoral directa de la vejiga y/o intestino, sin diseminación distante. Sin embargo, rara vez se practica para esta indicación. Aun así, para mujeres con cáncer cervicouterino en etapa IVA y extensión sólo a la vejiga, el índice de supervivencia puede ser de 30% (Million, 1972; Upadhyay, 1988). 30_Chapter_30_Hoffman_4R.indd 78730_Chapter_30_Hoffman_4R.indd 787 06/09/13 21:5306/09/13 21:53 GINECOLOGÍA������������������������������������������������� SECCIÓN 4 ONCOLOGÍA GINECOLÓGICA���������������������������������������������������������������������������������������������������������������� 30. CÁNCER CERVICOUTERINO������������������������������������������������������������������������������������������� TRATAMIENTO������������������������������������������������� VIGILANCIA����������������������������������������������
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