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857Cáncer ovárico epitelial
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entusiasmo, pero se necesitan estudios rigurosos de comprobación 
para establecer la utilidad clínica de estas pruebas.
Un ejemplo notable, basado en un estudio preliminar publicado 
en el año 2002, sugiere que el campo naciente de la proteómica 
era una tecnología nueva prometedora para detectar cáncer ovárico 
incipiente (Petricoin, 2002). Al obtener las características de los 
patrones de miles de proteínas con un alto grado de sensibilidad y 
especifi cidad, se esperaba que una prueba precisa, como OvaChek, 
permitiera distinguir con precisión entre las mujeres con un cáncer 
ovárico incipiente y las mujeres sanas. 
Otra prueba más reciente, el estudio hematológico OvaSure, 
también generó entusiasmo. Con base en la valoración simultá-
nea de seis analitos (leptina, osteopontina, factor de crecimiento 
similar a insulina II, factor inhibidor de macrófagos y CA-125), se 
encontró sensibilidad y especifi cidad elevadas para detectar cáncer 
ovárico (Mor, 2005; Visintin, 2008).
Es necesario diseñar diversos estudios clínicos prospectivos 
antes de poder ofrecer estos análisis diagnósticos nuevos fuera de 
la investigación. Por desgracia, ni la proteómica ni otras estrategias 
de detección están cerca de implementarse en la práctica médica 
diaria.
 ■ Exploración física
Para el futuro próximo, la única recomendación para prevenir 
el cáncer ovárico en mujeres asintomáticas es la exploración pél-
vica anual. No hay técnicas adicionales con efi cacia demostrada 
para la detección habitual (American College of Obstetricians and 
Gynecologists, 2011). En general, la exploración pélvica permite 
detectar el cáncer ovárico sólo en ocasiones, casi siempre cuando la 
enfermedad ya está en etapa avanzada.
 ■ Quimioprofilaxis
El uso de anticonceptivos orales se relaciona con descenso de 
50% en el riesgo de cáncer ovárico. Sin embargo, para asesorar a 
las pacientes es importante tomar en consideración el riesgo ele-
vado a corto plazo de padecer cáncer mamario y cervicouterino 
(International Collaboration of Epidemiological Studies of Cervical 
Cancer, 2006, 2007; National Cancer Institute, 2011b).
 ■ Cirugía profiláctica
El único método comprobado para prevenir directamente el cán-
cer ovárico es la ooforectomía quirúrgica. También es importante 
eliminar las salpinges puesto que constituyen otro sitio posible de 
cáncer entre las pacientes de alto riesgo (Levine, 2003). En las por-
tadoras de BRCA1 o BRCA2, se puede realizar una salpingooforec-
tomía bilateral (BSO, bilateral salpingo-oophorectomy) profi láctica 
al fi nal de la vida reproductiva o a los 35 años (American College of 
Obstetricians and Gynecologists, 1999). En estas pacientes, la efi ca-
cia del procedimiento para prevenir el cáncer ovárico epitelial es de 
cerca de 90% (Kauff , 2002; Rebbeck, 2002). En las mujeres con 
HNPCC, la reducción del riesgo es cercana a 100% (Schmeler, 
2006).
El término profi láctico signifi ca que los ovarios son normales 
en el momento de su extirpación. Sin embargo, cerca de 5% de 
las portadoras de la mutación BRCA sometidas a una BSO profi -
láctica tendrán otro cáncer que no se detecta, a menudo micros-
cópico, en el momento de la intervención quirúrgica (Lu, 2000). 
De hecho, el sitio principal donde se originan los cánceres ocultos 
que se detectan durante la intervención quirúrgica para reducir 
el riesgo es el tercio distal de las trompas (Callahan, 2007). Por 
esta razón, durante la intervención quirúrgica, vale la pena llevar 
a cabo lavados citológicos, biopsias peritoneales y obtener mues-
tras de epiplón. Al someter la muestra quirúrgica fi nal, el informe 
histopatológico debe establecer con claridad que se efectuó una 
BSO por una indicación profi láctica. En esos casos, los ovarios y 
salpinges se analizan con mayor detalle y se fraccionan de forma 
seriada para identifi car un cáncer oculto. Si se utiliza un protocolo 
quirúrgico y patológico riguroso, es posible incrementar de modo 
considerable la detección de los cánceres ocultos de trompas y ova-
rios en las portadoras de la mutación BRCA (Powell, 2005). Por lo 
general, la escisión, los lavados y las biopsias pueden completarse 
con intervención quirúrgica laparoscópica con penetración corpo-
ral mínima.
La BSO profi láctica en mujeres jóvenes produce menopausia 
prematura y se acompaña de síntomas vasomotores y urogenitales 
consecuentes, descenso del interés sexual y osteoporosis (National 
Cancer Institute, 2011b). A menudo se usa el tratamiento de sus-
titución estrogénica para aliviar tales síntomas, pero quizá sea 
menos efi caz de lo que a menudo se asume (cap. 22, pág. 585) 
(Madalinska, 2006). En general, sobre todo por el efecto favorable 
para disminuir la preocupación por el cáncer, la BSO profi láctica 
no afecta la calidad de vida (Madalinska, 2005).
Además de prevenir el cáncer ovárico, la BSO profi láctica reduce 
el riesgo de aparición de cáncer mamario en 50% (Rebbeck, 2002). 
Es posible pronosticar que el efecto protector es mayor entre pre-
menopáusicas (Kramer, 2005).
La histerectomía es obligatoria en mujeres con síndrome de 
HNPCC cuando se realiza BSO profi láctica por los riesgos de cán-
cer endometrial coexistente. En portadoras de la mutación BRCA, 
no es necesario. En teoría, la permanencia del útero deja algo de 
tejido residual de los anexos que tal vez originen cáncer “ovárico”. 
En la práctica, no se ha demostrado algún motivo para tal preocu-
pación. Hay pocos informes que sugieran una relación entre las 
mutaciones en BRCA y un mayor riesgo de cáncer endometrial. 
Por lo general, éste surge en pacientes que toman tamoxifeno 
como tratamiento de cáncer mamario o quimioprofi laxis de este 
trastorno (Beiner, 2007).
TUMORES DE BAJO POTENCIAL MALIGNO
Cerca de 10 a 15% de los cánceres ováricos epiteliales tiene rasgos 
histológicos y biológicos intermedios entre los quistes benignos y 
los carcinomas invasores evidentes. En general, tales tumores de 
bajo potencial maligno (LMP, low-malignant-potential), también 
llamados limítrofes, se relacionan con factores de riesgo similares 
a los del cáncer ovárico epitelial (Huusom, 2006). Casi nunca se 
consideran parte de ningún síndrome hereditario de cáncer mama-
rio u ovárico. Los tumores con LMP aparecen a cualquier edad, 
pero predominan alrededor de los 40 años, lo cual es 15 años antes 
que en las mujeres con carcinoma ovárico invasor. Por diversas 
razones, su diagnóstico y tratamiento óptimos a menudo son pro-
blemáticos.
 ■ Histopatología
En el estudio histológico, los tumores con LMP se distinguen de 
los quistes benignos porque tienen al menos dos de las caracte-
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	SECCIÓN 4 ONCOLOGÍA GINECOLÓGICA����������������������������������������������������������������������������������������������������������������
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