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871Cáncer ovárico epitelial CA P ÍTU LO 3 5 pronosticar la supervivencia global fue la resección completa del cáncer macroscópico, ya sea como tratamiento primario o después de tres ciclos de quimioterapia (Vergote, 2010). Por consiguiente, las pacientes que obtienen más benefi cios de la reducción del volumen de intervalo son aquellas con cáncer avanzado y no resecable o las que al principio no se sometieron al máximo esfuerzo quirúrgico del ginecólogo oncólogo (Rose, 2004; Tangjitgamol, 2009; van der Burg, 1995). Quimioterapia adyuvante El cáncer avanzado de ovario se considera relativamente sensible a los citotóxicos. En gran parte gracias a los avances recientes en la identifi cación de fármacos activos, la supervivencia entre las pacientes se ha alargado en los últimos dos decenios. Pese a estas mejorías, menos de 20% de las mujeres que necesitan quimiote- rapia se cura. La razón es en gran parte la presencia de células tumorales quimiorresistentes y residuales que permanecen ocultas desde el punto de vista clínico. Quimioterapia intravenosa. La base del tratamiento por vía sistémica de la mayor parte de los cánceres ováricos epiteliales es la quimioterapia a base de platino, pero hoy día se están estudiando otros regímenes para los carcinomas mucinoso y de células claras por su resistencia conocida. En dos grandes estudios en colabora- ción grupal (protocolo #158 del GOG y el protocolo OVAR-3 de Arbeitsgemeinschaft Gynäkologische Onkologie [AGO]), la combina- ción de carboplatino y paclitaxel fue más fácil de administrar, tuvo efi cacia similar y fue menos tóxica (du Bois, 2003; Ozols, 2003). Como resultado, el régimen intravenoso (IV) más usual en Estados Unidos es con seis ciclos de carboplatino y paclitaxel. Si se necesi- tan ciclos adicionales para alcanzar la remisión clínica, esto sugiere resistencia relativa del tumor a la quimioterapia y casi siempre con- duce a una recurrencia temprana. En Europa, a menudo se utiliza el carboplatino como fármaco único. Esta preferencia se basa en dos estudios clínicos grandes de fase III del International Collaborative Ovarian Neoplasm (ICON) Group, en el cual no se observaron ven- tajas en cuanto a la supervivencia con la quimioterapia combinada (Th e ICON Collaborators, 1998; Th e ICON Group, 2002). La combinación de carboplatino y paclitaxel indudablemente es efi caz, pero se han estudiado otras modifi caciones. Por ejemplo, la adición de un tercer citotóxico se propuso como posibilidad para mejorar el resultado. Por desgracia, con ninguno de los regímenes experimentales se demostró que la combinación fuera mejor a la del grupo testigo (Bookman, 2009). Recientemente se ha obser- vado que la adición de la sustancia biológica bevacizumab durante la quimioterapia primaria, seguida de tratamiento de sostén, ofrece una ligera mejoría en la supervivencia sin avance (protocolo #218 del GOG e ICON-7). Por último, la administración de paclitaxel siguiendo un régimen semanal con dosis densa, ofrece algunas ven- tajas, pero con más efectos secundarios (Katsumata, 2009). Hoy día, el GOG está realizando un estudio clínico defi nitivo en fase III al comparar paclitaxel en dosis densa con carboplatino frente a paclitaxel y carboplatino cada tres semanas. Además, en quienes no se reduce de forma óptima el volumen del tumor, en ambos grupos reciben bevacizumab opcional (protocolo #262). Quimioterapia intraperitoneal. En enero de 2006, el National Cancer Institute publicó un raro anuncio clínico que fomentaba el uso de quimioterapia intraperitoneal (IP). Esto coincidió con la publicación de los resultados de un estudio fase III del GOG sario para abarcar todo el cáncer. De esta manera, se obtiene un corte congelado para confi rmar el diagnóstico de presunción de cáncer ovárico epitelial. Posteriormente se explora la pelvis. Casi siempre basta con una histerectomía abdominal extrafascial tipo I y BSO. Sin embargo, cuando el tumor es confl uente o invade el recto sigmoide, se lleva a cabo una resección en bloque, una resección anterior baja o exenteración pélvica posterior modifi cada. Estos y otros procedimientos mencionados aquí se describen e ilus- tran en el capítulo 44 (pág. 1259). Las pacientes con ganglios abdominales que miden menos de 2 cm (aparentemente en estadio IIIB) han de ser objeto de una biopsia de ganglios pélvicos y paraaórticos bilaterales para obtener la estadifi cación quirúrgica más precisa. En las pacientes con cáncer en estadio IV y en aquéllas con ganglios abdominales que miden por lo menos 2 cm (cáncer en estadio IIIC) no es necesario llevar a cabo una disección ganglionar (Whitney, 2011). Sin embargo, si no se realiza esta intervención quirúrgica, un porcentaje impor- tante de pacientes permanece con cáncer ganglionar macroscópico no diagnosticado (Eisenkop, 2001). Por tanto, la linfadenectomía sistemática en el cáncer ovárico avanzado benefi cia principalmente a las pacientes en las que se reduce el volumen intraperitoneal (du Bois, 2010; Panici, 2005). Otras veces, para una citorreducción quirúrgica óptima se nece- sitan otras técnicas radicales incluida la esplenectomía, la limpieza y la resección del diafragma y la extirpación del intestino delgado o grueso (Aletti, 2006; McCann, 2011). En los centros donde se rea- lizan intervenciones quirúrgicas agudas, la tasa de cáncer residual mínimo es mayor, lo cual genera un mejor resultado (Aletti, 2009; Chi, 2009a; Wimberger, 2007). Para fi nes de diagnóstico y puesto que constituye un sitio frecuente de cáncer, también se incluye de manera habitual una apendicectomía (Timofeev, 2010). Quimioterapia neoadyuvante y citorreducción quirúrgica de intervalo Muchas pacientes no se someten a la reducción quirúrgica de volumen óptima (Everett, 2006). En algunos casos, los estudios de imagen sugieren que la enfermedad es imposible de extirpar. Otras enfermas pueden estar en muy malas condiciones médicas, no fueron atendidas al principio por un ginecólogo oncólogo o tienen enfer- medad residual “subóptima” de gran volumen a pesar del intento de reducción de éste. En estas circunstancias, se administran tres o cuatro ciclos de quimioterapia para reducir el tamaño del tumor antes de intentar una citorreducción quirúrgica “en intervalos”. La quimioterapia neoadyuvante combinada con un procedi- miento quirúrgico de intervalo tiene una morbilidad periopera- toria menor, mayor tasa de citorreducción óptima y supervivencia similar, pero no se había comparado de manera directa con la reducción primaria del volumen (Hou, 2007; Kang, 2009). Sin embargo, recientemente Vergote et al. (2010) publicaron sus resul- tados de un estudio clínico con asignación al azar en fase III de 634 pacientes con cáncer ovárico epitelial en estadio IIIC o IV, muchas de las cuales tenían un tumor grande en la parte superior del abdo- men. En este estudio, la quimioterapia neoadyuvante seguida de una reducción de volumen de intervalo no resultó ser inferior a la citorreducción quirúrgica primaria. Menos de 50% de las pacien- tes sometidas a un procedimiento quirúrgico primario se sometió a una técnica óptima para reducir el volumen, de manera que la supervivencia fue similar a la de las pacientes en otros estudios clínicos de quimioterapia con cáncer residual voluminoso (Ozols, 2003). Es interesante señalar que la variable más poderosa para 35_Chapter_35_Hoffman_4R.indd 87135_Chapter_35_Hoffman_4R.indd 871 06/09/13 22:0106/09/13 22:01
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