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886 Oncología ginecológica SECCIÓ N 4 antes de poder considerarlos como tratamiento estándar (Williams, 2004). En pacientes con resección tumoral incompleta, hoy en día se recomiendan al menos cuatro ciclos de BEP (Williams, 1991). Radiación La quimioterapia sustituyó a la radiación como tratamiento adyu- vante preferido para todos los tipos de tumores ováricos malignos de células germinales. Esta transición se impulsó sobre todo por la marcada sensibilidad de tales neoplasias a cualquiera de las dos modalidades, pero con mayor probabilidad de conservar la fun- ción ovárica con la quimioterapia (Mitchell, 1991). Aún existen situaciones ocasionales en las que debe considerarse la radioterapia, pero la función principal actual es paliativa en caso de un tumor de células germinales con resistencia demostrada a la quimioterapia. Recaída La quimioterapia con BEP es la alternativa preferible para los tumores ováricos de células germinales recurrentes en mujeres que sólo se trataron con cirugía al inicio. Quienes alcanzaron una remi- sión clínica sostenida mayor de seis meses después de completar el régimen de BEP, u otro esquema de quimioterapia basada en platino, pueden tratarse de nuevo con BEP. Dichos tumores casi siempre tienen más capacidad de respuesta, por tanto, las pacientes sensibles al platino tienen un pronóstico mejor. Sin embargo, las mujeres que no logran la remisión con quimioterapia con BEP o que recaen unos cuantos meses después (menos de seis) se consi- deran “resistentes al platino” y sus opciones terapéuticas son limi- tadas. Los casos de disgerminoma o teratoma inmaduro resistentes a la quimioterapia parecen tener un mejor pronóstico que otros subtipos; algunas pacientes podrían benefi ciarse con el salvamento quirúrgico dirigido a eliminar cualquier enfermedad residual (Li, 2007). Otra opción para este grupo es el régimen con vincristina, dactinomicina y ciclofosfamida (VAC) (Gershenson, 1985). Otros fármacos con posible actividad incluyen al paclitaxel, a la gemci- tabina y al oxaliplatino (Hinton, 2002; Kollmannsberger, 2006). La laparotomía de revisión con reducción quirúrgica de volu- men tiene una función limitada por la sensibilidad inherente de los tumores recurrentes a la quimioterapia. Los teratomas maduros resistentes a la quimioterapia son excepciones notables (Munkarah, 1994). El crecimiento o la persistencia de una neoplasia después de tratamiento con quimioterapia no siempre implica progresión de la enfermedad maligna, pero es preciso extirpar dicha tumoración (Geisler, 1994). ■ Pronóstico Los tumores ováricos malignos de células germinales tienen un pronóstico excelente (cuadro 36-3) (Chan, 2008; Smith, 2006). Además, el número de casos con enfermedad distante y no estadi- fi cada ha tenido un descenso drástico, lo cual sugiere que los tumo- res de células germinales se diagnostican más temprano. Además, las tasas de supervivencia han mejorado mucho para todos los subtipos, sobre todo con la efi cacia demostrada de los regímenes combinados basados en platino (Smith, 2006). El tipo celular his- tológico, el incremento de los marcadores séricos, la etapa quirúr- gica y la cantidad de tumor residual en la operación inicial son las variables que más infl uyen en el pronóstico (Murugaesu, 2006; Smith, 2006). Por lo general, los disgerminomas puros recurren antes de dos años y son muy susceptibles al tratamiento (Vicus, 2010). Sin embargo, para los tumores no disgerminomatosos, el Muchas mujeres se refi eren al ginecólogo oncólogo después de una USO por un tumor confi nado al ovario extirpado, según crite- rios clínicos. En estas pacientes, si la estadifi cación quirúrgica inicial fue incompleta, las opciones incluyen una segunda operación para estadifi cación primaria, vigilancia regular o quimioterapia adyu- vante. Por desgracia, hay pocos datos que apoyen una estrategia como preferible. Por sus cualidades de mínima invasión, la lapa- roscopia es una alternativa muy atractiva para la estadifi cación qui- rúrgica tardía luego de la resección primaria y está demostrado que permite la detección precisa de las mujeres que necesitan quimio- terapia (Leblanc, 2004). Sin embargo la estadifi cación quirúrgica después de esta resección es menos importante para situaciones en las que se aplicará quimioterapia, cualesquiera que sean los datos quirúrgicos, como en el caso de tumores del saco vitelino en etapa I y de teratomas inmaduros en etapa I de alta malignidad (Stier, 1996). En tales pacientes, la tranquilidad de que no hay hallazgos anormales en las imágenes por CT a menudo es sufi ciente antes de proceder con la quimioterapia adyuvante (Gershenson, 2007a). Vigilancia Las pacientes con tumores ováricos malignos de células germinales deben vigilarse con cuidadosas valoraciones clínicas, radiológicas y serológicas cada tres meses durante los primeros dos años después de completar el tratamiento (Dark, 1997). El 90% de las recurren- cias aparece en este intervalo (Messing, 1992). No es necesaria la laparotomía de revisión al fi nal del tratamiento en casos en que se extirpó el tumor completo ni en aquellos con tumor avanzado que no contiene teratoma. No obstante, el teratoma inmaduro extirpado incompleto es una circunstancia entre todos los tipos de cáncer ovárico en que las pacientes obtienen benefi cio defi nitivo con dicha laparotomía y con resección de un tumor resistente a la quimioterapia (Culine, 1996; Rezk, 2005; Williams, 1994b). Quimioterapia Los disgerminomas en etapa IA y los teratomas inmaduros de grado 1 en etapa IA no requieren quimioterapia adicional. Por otro lado, la enfermedad más avanzada y todos los demás tipos histológicos de tumores ováricos malignos de células germinales requieren quimioterapia combinada (Suita, 2002; Tewari, 2000). Sin embargo, existe una marcada tendencia hacia la exploración de la factibilidad de la cirugía seguida de vigilancia estrecha en un grupo mucho más amplio de pacientes (Gershenson, 2007a). Como la quimioterapia conserva su efectividad cuando se usa en una recidiva, algunos investigadores intentan identifi car subgru- pos en etapa temprana y con bajo riesgo que puedan mantenerse en observación posoperatoria y así evitar la toxicidad que causa el tratamiento (Bonazzi, 1994; Cushing, 1999; Dark, 1997). Sin embargo, antes de poder incorporar esta estrategia en la práctica general, se necesitan más estudios extensos. El régimen estándar es un ciclo de cinco días de bleomicina, etopósido y cisplatino (BEP) administrado durante 3 semanas (Gershenson, 1990; Williams, 1987). En estudios piloto recientes también se demostró que las combinaciones de BEP modifi cadas de dos o tres días son seguras y efi caces, pero en la práctica no se usan de manera sistemática (Dimopoulos, 2004; Tay, 2000). En mujeres con estadifi cación precisa y resección completa de tumores ováricos de células germinales, puede prevenirse la recurrencia con tres ciclos de BEP (Williams, 1994a). El carboplatino y el etopó- sido, administrados en tres ciclos, parecen una alternativa promete- dora para algunas pacientes, pero es necesario realizar más estudios 36_Chapter_36_Hoffman_4R.indd 88636_Chapter_36_Hoffman_4R.indd 886 06/09/13 22:0306/09/13 22:03 GINECOLOGÍA������������������������������������������������� SECCIÓN 4 ONCOLOGÍA GINECOLÓGICA���������������������������������������������������������������������������������������������������������������� 36. TUMORES OVÁRICOS DE CÉLULAS GERMINALES (...)���������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������� TUMORES OVÁRICOS MALIGNOS DE CÉLULAS GERMINALES������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������� PRONÓSTICO����������������������������������������������
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