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TEMA 5 REINADO ISABEL II

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TEMA 5 EL REINADO DE ISABEL II (1833-1868) 
La regencia de María Cristina de Nápoles (1833-1840) 
Al iniciar su regencia tenía dos grandes problemas: hacer frente a la primera guerra carlista e institucionalizar el 
nuevo régimen liberal. Poco después de morir su hermano, el infante Don Carlos reivindica su derecho al trono 
rechazando la Pragmática Sanción. A continuación comienza la primera guerra carlista: carlistas (antiguos realistas 
absolutistas, foralistas, campesinos depauperados por las reformas comunaeles) contra isabelinos (liberales). 
Fases de la Primera Guerra Carlista (1833-1840) 
1) En los primeros dos años los carlistas actuaban en partidas de forma desordenada 
principalmente en el País Vasco y Navarra, también Aragón, Valencia, Cataluña y las dos 
Castillas. Finalmente el general Zumalacárregui logró formar un ejército carlista regular. 
2) Tras la muerte de Zumalacárregui en el sitio de Bilbao (1835), los carlistas fracasaron en la 
toma de Madrid, en cuyo asedio destacó el general Espartero. Las expediciones carlistas que 
pretenden extender la sublevación fracasan e Isabel firma con Portugal, Francia e Inglaterra 
la Cuádruple Alianza que le reporta valiosa ayuda militar. 
3) Las victorias liberales dividieron a los carlistas en dos bandos. Uno de ellos comandado por el 
general Maroto firmó con Espartero la Paz de Vergara conocida como el Abrazo de Vergara 
en 1839. La otra parte siguió combatiendo por la zona del maestrazgo al mando del general 
Cabrera hasta julio de 1840, cuando hubo de huir a Francia. 
La institucionalización plena del régimen liberal 
Desde el principio la regente demostró falta de convicción con las ideas liberales. Tenía como primer ministro a 
Cea Bermúdez representante del absolutismo ilustrado, que dirigió un Gobierno reformista en pos de los intereses 
del liberalismo sin llevar a cabo más cambios políticos que los administrativos (división provincial y gobernadores 
civiles). 
La guerra puso a la regente en manos de los liberales moderados y antiguos exaltados exiliados, quienes querían 
una nueva constitución e hicieron dimitir al primer ministro tomando su puesto Martínez de la Rosa, liberal 
moderado. Además de la amnistía, se aprueba el Estatuto Real (IV/1834), carta otorgada, que tenía como 
características: 
Las Cortes la forman dos Cámaras (Próceres y la de Procuradores) y habían de aprobar presupuestos. 
No recogía principios políticos de soberanía nacional ni derechos individuales. 
Favorecía a las clases más privilegias (burguesía, nobleza, terratenientes, altos funcionarios y militares). 
El descontento de los liberales exaltados (progresistas), hambrunas y epidemias (cólera), asaltos a conventos y las 
vicisitudes de la guerra fuerzan la renovación ministerial siendo nombrado el Conde de Toreno, quien no pudo con 
apaciguar las revueltas y la convocatoria de juntas que pedían la convocatoria de Cortes, una nueva ley electoral y 
la libertad de imprenta. 
Así, en 1835 y por escasos siete meses llega al gobierno al progresista Juan Álvarez Mendizábal: desamortización 
de una parte de los bienes de la Iglesia que fueron incautados y vendidos en pública subasta y supresión de 
órdenes religiosas. El objetivo era proporcionar recursos a la Hacienda Pública y crear una clase de propietarios 
Tomás de 
Zumalacárregui y 
de Imaz 
(1788-1835) 
Abrazo de Vergara 
29/VIII/1839 
Maroto y Espartero 
Juan Álvarez 
Mendizábal 
(1790-1853). 
María Cristina de 
Borbón Dos Sicilias 
(1806-1878) 
que apoyaran al liberalismo. Sin embargo la desamortización perjudicó a los más pobres (concentración 
latifundista). 
El nuevo ministro será Javier Istúriz de tendencia moderada, quien sucumbió ante la rebelión de Sargentos de la 
Granja (VIII/1836) que extorsionaron a la Regente para que proclamara momentáneamente la Constitución de 
1812. 
El enésimo primer ministro, Calatrava hizo aprobar una nueva Constitución en 1837, que estaba a medio camino 
entre la Constitución de 1812 y el Estatuto Real. Así 
Adopción de dos cámaras: Congreso y Senado. 
Soberanía compartida entre el Rey y las Cortes: monarquía como poder moderador. 
Milicia Nacional, declaración de derechos (imprenta) y confesionalidad católica moderada. 
Entre 1837 y 1840 se suceden diversos gobiernos progresistas y moderados con frecuente participación de 
militares y se ahonda la división entre moderados y progresistas. 
En 1840 los moderados quisieron implantar una ley de Ayuntamientos para nombrar a los alcaldes que hasta ese 
momento lo hacían los vecinos: esto provocó una disputa hasta tal punto que la Regente abdicó y se exilió a París. 
La regencia de Espartero (1840-1843) 
Las Cortes nombraron Ministro de Regencia a Baldomero Espartero, militar de supuesta querencia progresista y 
formas autoritarias, popular por su destacada participación en la reciente guerra carlista. 
El mandato del general fue accidentado, por cuanto sufrió presiones desde todas las facciones liberales 
(moderadas y progresistas), también de los incipientes sectores republicanistas. Sus medidas librecambistas 
encontraron fuerte oposición en Barcelona. La sublevación instigada por la burguesía textil catalana acabó con el 
bombardeo de 1842. 
Por otro lado, la formación política de Isabel como futura reina fue nefasta. Tanto ella como su hermana la Infanta 
Luisa Fernanda fueron aisladas de las personas que hasta ese momento habían sido sus tutoras, y solo las atendían 
personalidades escogidas del sector progresista. Pronto la camarilla cortesana variará y serán presa de redes de 
influencia de signo reaccionario dentro del liberalismo moderado. 
Finalmente, tras el triunfo del levantamiento del general Narváez, que entró victorioso en Madrid en julio de 1843, 
Espartero tuvo que exiliarse a Londres. 
El Reinado de Isabel II (1843-1868) 
La década moderada (1844-1854) 
Después del vacío creado por la marcha de Espartero, Isabel II con tan solo 13 años fue proclamada mayor de 
edad. Su madre María Cristina de Nápoles volvió estableciéndose en Madrid. Así, la nobleza y la burguesía alta y 
media dieron respaldo al gobierno moderado durante la siguiente década, que sentó las bases de una alternancia 
formal y una continuidad estructural dentro del joven Estado Liberal español. El político de más prestigio en 
aquellos días fue el general Narváez, siendo su principal obra la Constitución de 1845: 
Soberanía compartida entre el Pueblo y el Rey 
Bicameralidad: Senado de designación real y carácter vitalicio 
Constitución de 
1837 
Bombardeo de Barcelona por Espartero, 1842 
Espartero y la joven reina Isabel II en 1843 
 
Articulación de un Estado centralista, censitario y oligárquico de inspiración francesa, totalmente identificado con 
la estructura administrativa. Cabe destacar: 
Sufragio censitario muy restrictivo, pequeñas demarcaciones electorales controladas por notables 
Control centralista de las municipalidades y del orden público (Guardia civil militarizada) 
Configuración del Tribunal Supremo de Justicia, de Código Civil y restrictiva legislación sobre imprenta. 
Reforma de la Hacienda (contribución territorial directa e impuestos indirectos de consumos), 
instauración de la peseta como moneda patrón (subdivida en cuatro Reales) e instauración del sistema 
decimal de pesos y medidas. 
Unificación del Plan de Estudios de Bachillerato y dependencia administrativa de las Universidades 
Mejora de las infraestructuras: carreteras, puertos y ferrocarriles (línea Barcelona-Mataró, 1848) 
Concordato con la Santa Sede (1851): reconociendo el Estado la confesionalidad del mismo pero permitía 
a la Iglesia el poder seguir enseñando, comprometiéndose a mantener el clero. 
Atracción de inversiones extranjeras y grandes casos de especulación que pusieron en tela de juicio al 
Gobierno (pelotazo bursátil del Marqués de Salamanca) 
En 1846 Isabel II se casa con Francisco de Asís María Fernando de Borbón y Borbón-Dos Sicilias e inician una 
matrimonio desgraciado,entre rumores de ninfomanía, homosexualidad e intrigas palaciegas y que genera la 
Segunda Guerra Carlista (Guerra dels matiners, 1846-49) 
La revolución de 1848 en Europa a causa del liberalismo no encontró mucho empuje. Narváez reprimió las 
manifestaciones, disolvió las Cortes gobernando por Decreto. A consecuencia de esto se escindió el partido 
progresista naciendo uno nuevo llamado partido democrático que reivindicaba sufragio universal, derecho a la 
huelga además de otros derechos sociales e individuales. 
El bienio progresista (1854-1856) 
El favoritismo de la reina hacia los moderados provocó malestar intenso incluso entre ellos mismo se articula así 
un nuevo pronunciamiento apoyado por progresistas, demócratas y moderados “puritanos”: tensiones sociales por 
el alza de los granos y la persecución de la prensa ante la politización de la vida íntima de la corte fueron el 
contexto de la Vicalvarada (VI/1854), que dio fama al general O’Donnell e hizo reaparecer a Espartero. 
Un joven Canovas del Castillo aprovechó el momento para dar a conocer el Manifiesto de Manzanares donde 
había reivindicaciones sociales y políticas: “conservación del trono sin camarilla que lo deshonre” y se prometía la 
rebaja de los impuestos y el restablecimiento de la Milicia Nacional. 
La reina Isabel propuso como jefe de gobierno a Espartero del sector progresista y a O’Donnell como ministro de 
de la Guerra. Los progresistas desarrollaron una política económica de corte liberal: 
La Ley de Sociedades Anónimas suprimió el control del Estado y concedió facilidades para que se 
fundaran sociedades industriales, comerciales y financieras. 
Se promulgó la Ley de Ferrocarriles que hacía concesiones por 99 años. 
La Ley de Sociedades Anónimas de Crédito que impulsó la banca moderna en España. 
Revolución de 1854 “Más pan y menos consumos” 
El ministro de Hacienda Pascual Madoz volvió a decretar otra desamortización civil y eclesiástica que fue muy 
impopular y además provocó la ruptura con la Santa Sede. 
La situación económica era mala y abonaba el terreno para desórdenes: entre ellos la primera huelga general de 
España que fue en Barcelona en 1855 y movilizó a 50.000 obreros. 
La unión liberal (1858-1863) 
La crisis agraria de 1855-56, las revueltas y la mano dura de Espartero provocaron nuevamente su caída dejando el 
camino expedito para el gobierno de largo de la Unión Liberal liderada por O´Donnell a partir de 1858, a modo de 
recomposición política entre moderados de Narváez y progresistas de Espartero. El nuevo gobierno tuvo un 
carácter práctico, flexible y tolerante: 
Impulsó el desarrollo de sectores como la minería, FFCC, obras públicas y el sistema financiero: 
aprobación de leyes de notariado e hipotecas, desamortización dialogada con el Vaticano. 
Búsqueda de prestigio internacional: toma de Tetuán durante la guerra de Marruecos (1859-60), y 
expedición de Prim durante la guerra anglo-francesa en México (pago de la deuda). 
Esta política no logró resultados costando muchas vidas, esto junto con el desgaste de los políticos e 
incumplimiento de promesas le obligaron a presentar la dimisión en 1863. 
Los últimos años de reinado 
Lustro que se caracteriza por un retorno a la inestabilidad política y la rápida rotación de gobiernos poco estables 
una vez que se acelera la descomposición de la Unión Liberal. El inmovilismo y las actitudes reaccionarias casi 
dictatoriales generaron el auge de tendencias insurreccionales dentro del progresismo y la primera difusión de 
ideales democráticos que cuestionan el status quo de la monarquía y del sistema político. La politización del 
ámbito universitario es expresión de esta nueva tendencia y se evidenciará en los incidentes de la noche de San 
Daniel, cuando profesores y estudiantes demuestran la proliferación del ideario republicano y el rechazo de la 
depuración política iniciada por el Gobierno. 
En los últimos años una nueva generación de políticos irrumpió en la escena nacional, Prim, Sagasta, Ruiz Zorrilla, 
Serrano, Castelar que jugarán un papel fundamental en el sexenio progresista. 
Balance del reinado de Isabel II 
Fue positivo en la medida que cayeron las estructuras del Antiguo Régimen construyéndose el Estado Liberal. 
Se inicia el capitalismo y modernización social. Primeros pasos a la industrialización 
Implantación de un sistema nacional de educación a tres niveles 
La cultura se extendió a mayor número de españoles 
La prensa se convirtió en un gran negocio (nacimiento de la opinión pública) 
En cuanto a aspectos negativos: 
La reina no supo equilibrar los distintos sectores políticos, proliferó la corrupción y el caciquismo 
Las transformaciones sociales crearon muchas situaciones de pobreza y se inició la lucha por derechos 
sociales. 
El General Prim en la Guerra de África 
Noche de San Daniel, Madrid 
(10/IV/1865) 
Conceptos: 
Camarilla (12) 
Carlismo (15) 
Centralismo (16) 
División provincial de Javier de Burgos (35) 
Concordato Santa Sede (24) 
Desamortización (30) 
Liberalismo (52) 
Librecambismo (53) 
Partido Demócrata Español (73) 
Partido Progresista Español (74) 
Sufragio censitario (95) 
Unión Liberal (97) 
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