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TEMA 9 Y 12

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TEMA 9 EL SEXENIO DEMOCRÁTICO Y LA RESTAURACIÓN (1868-1902) 
Período caracterizado por el tránsito del liberalismo moderado hacia un régimen progresista y democrático que no logra 
sustentarse de manera sólida. 
Durante el sexenio democrático se vivió en España una profunda inestabilidad en la que se ensayaron cuatro formas de 
gobierno: dos regencias, un gobierno provisional, una monarquía constitucional y una república. Un golpe de estado 
concluirá con esta y dará de nuevo paso a la monarquía de Alfonso XII. 
Período de la Restauración cimentará el turnismo, alternancia pacífica de los dos grandes partidos nacionales, el liberal y el 
conservador, como expresión conjunta del poder del caciquismo y la oligarquía. 
El sexenio democrático (1868-1874) 
Contexto convulso del final del reinado de Isabel II 
Prácticas dictatoriales del gobierno de Narváez (1866-68) y González Bravo (1868), críticas de intelectuales (Giner 
de los Ríos, Moret o Castelar) desde las universidades y ateneos y prensa escrita, crisis en la industria textil y en la 
construcción de FFCC que provocarán el hundimiento de las bolsas, quiebra de empresas y un grave problema 
hacendístico, malas cosechas y problemas de subsistencias. El descontento general estimuló a los grupos liberales 
como intelectuales, militares y clases populares hasta unirse para destronar a Isabel II. Se alcanza el acuerdo en el 
Pacto de Ostende (1866). 
La revolución de 1868 
El 17 de Septiembre de 1868 las tropas del almirante Topete se sublevan en Cádiz, a lo que siguen levantamientos 
en Cataluña, Andalucía y Valencia gracias a los llamamientos a la creación de Juntas revolucionarios de Sagasta, 
Ruiz Zorrilla y Prim. Las tropas sublevadas al mando del general Serrano se enfrentan a las tropas realistas de el 
general Pavía en la batalla de Alcolea (28/IX/1868) y las vencen. La reina Isabel II abandona España sin abdicar. 
Tras la huída de la reina se formó un gobierno provisional dirigido por el general Serrano en cualidad de regente y 
formado por progresistas y unionistas. El programa revolucionario incluía entre otras cosas la supresión de 
quintas, la eliminación del impuesto de los consumos (muy antipopular), libertad de prensa y juicios por jurados. 
Serrano promulga una ley electoral que establece el sufragio universal masculino, secreto y directo y convoca 
Cortes Constituyentes. 
La constitución de 1869 
Estaba imbuida de ideología liberal de carácter democrático, consagrando la soberanía popular, la monarquía 
parlamentaria como forma de Estado, aunque limitaba el poder del rey. El Legislativo asumía todas las 
atribuciones de creación de leyes. El Ejecutivo recaía en el Consejo de Ministros. El Legislativo era bicameral. Se 
establece inviolabilidad del correo, libertad de residencia, expresión, ideas, de imprenta, de enseñanza y de culto, 
el derecho de reunión y asociación pacífica. 
Las Cortes relegan a la monarquía a un papel secundario, y junto a las libertades impulsan el desarrollo del 
sindicalismo y la apertura del sistema político a nuevas corrientes ideológicas vinculadas al movimiento obrero 
(marxismo, anarquismo). 
 
 
Isabel II camino del exilio 
Alegoría de La Gloriosa 
La regencia de Serrano (1869-1871) 
A falta de monarca la Regencia la comenzó Serrano con Prim como jefe de gobierno. Ambos querían frenar el 
intervencionismo del Ejército mientras buscaban un rey para España. Esta búsqueda debilitó al nuevo régimen al 
que atacaron los carlistas que tenían su candidato, así como los alfonsinos y también los republicanos. Candidatos 
diversos: 
Duque de Montpensier, apoyado por los militares unionistas. 
Fernando de Coburgo, apoyado por progresistas y demócratas en pos de una Unión Ibérica con Portugal. 
Leopoldo de Hohenzollern, desencadenante de la guerra Franco-Prusiana de 1870. 
Amadeo de Saboya, hijo de Victor Manuel III rey de Italia, propuesto por Prim. 
Las Cortes se decidieron por Amadeo de Saboya. Cuando el rey desembarcó en Cartagena se enteró que su 
principal valedor había sido asesinado, el general Prim. 
La monarquía de Amadeo de Saboya (1871-1873) 
Demostró ser un rey respetuoso con la Constitución pero sufrió la pérdida progresiva de los apoyos con los que 
contaba y quiso apoyarse en los grupos más moderados, procurando unir a su causa a unionistas, progresistas y 
demócratas. 
El contexto no podía ser más desfavorable: los terratenientes que temían por sus privilegios, el alto clero, el bajo 
clero que apoyaba a los carlistas en pie durante la Tercera Guerra Carlista (1872-76), el problema de Cuba (Guerra 
Grande, 1868-78), el avance organizado del movimiento obrero y la división de sus partidarios tras la muerte de 
Prim. En apenas dos años hubo tres elecciones y seis gabinetes. Un problema con los oficiales de artillería le sirvió 
como excusa para abdicar (11/II/1873). Sin otra solución las Cortes se reunieron en Asamblea Nacional y se 
proclamó la 1ª República. 
La primera república (1873-1874) 
Las aspiraciones iniciales de la República eran altas: para los intelectuales debía de traer libertades y avance 
económico, para los campesinos reparto de tierras y para los trabajadores urbanos mejores salarios y condiciones 
de vida así como un cambio drástico en la sociedad. Su primer presidente electo fue Estanislao Figueras, se 
encontró con los mismos problemas que el rey anterior y que solo contó con el apoyo de los republicanos 
federales y radicales. En pocos días se alzaron movimientos de Juntas Revolucionarias en el país que proponían 
una articulación federal del País, se destituyeron ayuntamientos y las Diputaciones catalanas acordaron la creación 
del Estat Català. 
La necesidad de una constitución republicana instó a la convocatoria de elecciones generales en mayo de 1873. 
Estas otorgaron el poder a Francisco Pi y Margall en las nuevas cortes constituyentes que habían de dar a luz una 
nueva república federal. Las medidas previstas eran ambiciosas: 
Reforma agraria (expropiación de fincas sin cultivar) 
Reducción jornada laboral a las 9 horas y salario mínimo (6 reales) 
Prohibición de trabajo infantil en edad escolar y protección de las mujeres en los trabajos industriales 
Formación de jurados mixtos para conflictos laborales 
Amadeo I de España (1871-1873) 
Alegoría de la Primera República (1873) 
A la oposición de los terratenientes y las clases acomodadas, monárquicos alfonsinos y carlistas levantados en 
Catalunya, Maestrazgo y Navarro, País Vasco habrá que unir la enorme agitación social y una huelga general 
internacionalista y el inicio de un proceso acelerado de cantonalismo en Andalucía y Levante. El estallido se 
incrementó aún más a raíz de la caída del presidente el 18 de julio de 1873. Su sucesor, Nicolás Salmerón, dio por 
terminadas los buenos modos y recurrió al ejército. Pero ante su repulsa a firmar penas de muerte dimitió en 
Septiembre sucediéndole Emilio Castelar que dio un giro conservador a la República. Este era necesario porque la 
situación en Cuba, apoyado por EEUU, las tropas sublevadas hostigaban a los españoles recrudeciendo una guerra 
que durará hasta 1878. 
Nuevamente un militar, el general Pavía entró con sus tropas en el Congreso disolviéndolo (3/I/1874). Se creó un 
gobierno de emergencia dirigido por el general Serrano, que contará con el beneplácito de los republicanos 
unitarios y los conservadores. Suspensión de las garantías constitucionales, represión de los internacionalistas, 
cantonalistas y carlistas (levantamiento del cerco de Bilbao del pretendiente Carlos). Tras cinco años de 
inestabilidad impera el orden manu militari. 
Mientras tanto Antonio Cánovas del Castillo, jefe del partido monárquico Alfonsino conservador, movió los hilos 
para que el hijo de la reina Isabel II regresara a España con el fin de restaurar el orden a través de una monarquía 
constitucional. 
La Restauración (1875-1923) 
El programa político de La Restauración quedó recogido en el Manifiesto de Sandhurst. En diciembrede 1874 
desde la academia militar donde estaba, Alfonso de Borbón divulgó el manifiesto que le presentaba como un 
príncipe católico, español, constitucional, liberal, deseoso de servir a la nación y dispuesto a integrar a todos los 
partidos al margen de sus antecedentes. 
A finales de mes el general Martínez Campos (29/XII/1874) proclamaba a Alfonso de Borbón como rey Alfonso XII 
de España, siendo la ingdiferencia la que acompaño la llegada del nuevo régimen, sólo discutido brevemente por el 
propio general Serrano, que entonces luchaba en el norte contra los carlistas. La victoria militar de la Tercera 
Guerra Carlista fue el primer objetivo del gobierno monárquico de Cánovas, lográndose la toma de la Seu d’Urgell 
(VIII/1875) y Estella (II/1876) gracias al empuje de Martínez Campos y Primo de Rivera, respectivamente. La 
articulación de la Unión Católica como aglutinante conservador para la atracción de antiguos carlistas resultó 
igualmente decisiva en esta política de pacificación. El pretendiente Carlos VII, Don Carlos María de Borbón que 
fueran nieto de Carlos María de Borbón, ha de huir a Francia. 
La constitución de 1876 
Continuación del liberalismo moderado (Estatuto Real de 1834, Constitución de 1845) fue redactaba por una 
Asamblea de Notables presidida por Alonso Martínez 
Monarquía parlamentaria: el rey y el parlamento compartían soberanía, el monarca era la autoridad 
suprema del Ejército y depositaba su confianza en un político para formar gobierno mediante la 
prerrogativa regia que le permitía arbitrar el sistema de partidos y convocar elecciones. 
Estructura bicameral (Senado y Congreso de los Diputados) 
Estado confesional católico y libertad de culto en el ámbito privado 
La ley electoral de 1878 reimplanta el sufragio era censitario (hasta 1890 el sufragio no fue universal masculino). 
 
Caricatura. El 3 de enero de 1873 el general Pavía 
desaloja las cortes de la República y se inicia la 
“Dictadura” de Serrano 
Caricatura. El general Martínez Campos 
preparando la restauración borbónica, pintando 
el cuadro de Alfonso XII. 
El sistema político de La Restauración 
El principal problema decimonónico había sido la gobernabilidad del país, siendo Canovas del Castillo el artífice de 
un sistema que será duradero y que a partir de la Constitución de 1876 se sustentará en la dinámica del turnismo: 
pacto pacífico para turnarse en el poder entre los dos partidos más importantes, el conservador, del cual era líder, 
y el liberal encabezado por Sagasta. 
Así, dos grandes partidos integrarían a todos los grupos políticos de la etapa anterior, los conservadores a los 
carlistas y los liberales integraban desde progresistas a republicanos. Ambas formaciones estaban dominadas por 
una serie de notables y el control del sistema electoral en manos del Ministro de Gobernación y de los distintos 
jefes nacionales y provinciales de los partidos dinásticos, se garantizaba mediante: 
Encasillado: acuerdo negociado de reparto a priori de los distintos distritos y circunscripciones electorales 
Caciquismo: personaje ligado a las oligarquías locales que garantizaba los votos necesarios en el acuerdo 
Pucherazo: violencia y/o falsificación de actas si la ocasión lo requería 
Los 55 años de régimen de Restauración coincidirían con el afianzamiento del capitalismo y burguesía. Así, un 
neofeudalismo político contemporáneo (caciquismo) apenas permitiría la representación de una sociedad 
fundamentalmente rural y aún analfabeta. 
El reinado de Alfonso XII (1875-1885) 
Lo más importante fue el pacificar un país de las dos guerras con las cuales se desangraba desde 1868, la carlista y 
la de Cuba: 
Tras la entrada del rey en Pamplona los carlistas en 1876 se desactivará la insurgencia carlista que 
quedará como ideología política opositora. 
La paz de Zanjón de 1878 supone la permanencia de la isla como provincia española y la abolición total de 
la esclavitud. Aún así hubo quien continúo aún con la llamada Guerra Chiquita y otros, como José Martí, 
exiliado en EEUU, seguían alentando a la insurrección. 
Alfonso XII alcanzó una gran popularidad, aunque paradójicamente se recortaron algunos derechos como las 
libertades políticas, se limitaba el número de ciudadanos con derecho al voto, se limitaba por ley el derecho de 
reunión, se impedían las actividades de los movimientos obreros y la ley de imprenta sancionaba los delitos de 
prensa. Por el contrario, en su haber progresista hay que destacar la Ley de Enjuiciamiento Criminal y Civil o el 
Código de Comercio. 
Tras seis años de gobierno conservador, Sagasta llevó a los liberales al gobierno entre 1881 y 1884. Puso en 
marcha amnistías progresistas en relación a los delitos de prensa y derogó decretos conservadores que obligaban a 
ajustar los programas de enseñanza a las rígidas normas impuestas por la jerarquía eclesiástica (reintegración de 
cátedras a prestigiosos profesores vinculados a la Institución Libre de Enseñanza). Estos avances en el derecho de 
reunión y asociación, libertad de prensa y de enseñanza desagradaron profundamente a la Iglesia Católica. 
Cánovas, de nuevo en el poder desde I/1884 hace muestras de un magistral saber político y conduce el gobierno 
durante el invierno de 1885/86, cuando una epidemia de cólera invadió la península viéndose infectado el 
monarca en una visita a un hospital y falleciendo poco después (XI/1885). 
 
Cánovas y Segasta 
Personalizan el turnismo de finales del XIX 
Últimos momentos de Alfonso XII, según La Ilustración 
Española y Americana del 30 de noviembre de 1885 
La regencia de María Cristina de Habsburgo (1885-1902) 
La corona quedó en manos de su mujer, la reina María Cristina de Habsburgo, quien fue regente hasta la mayoría 
de edad de su hijo Alfonso, futuro Alfonso XIII. En este momento el turno alcanzó su mayor auge pues permitió la 
estabilidad del país durante un cuarto más de siglo, gracias al Pacto del Pardo (1885). 
Inicialmente fueron los liberales de Sagasta quienes ostentaron el poder a la muerte de Alfonso XII, iniciando una 
serie de profundas reformas de corte liberal: Sufragio universal masculino para mayores de 25, libertad de 
expresión y el derecho de asociación y código civil. Tras tres años de gobierno conservador de Cánovas (1890 y 
1892), vuelven los liberales en plena efervescencia anarquista, rabasaire, y se reactiva la insurrección cubana y los 
problemas en Marruecos. 
El último gobierno de Cánovas verá el nacimiento del Partido Nacionalista Vasco (1895) y el fortalecimiento del 
movimiento obrero en su vertiente más radical (anarquismo terrorista) o moderada mediante (PSOE, desde 1879 -
UGT desde 1888). Ante ello el catolicismo social intentó frenar el acercamiento de la clase obrera a la tesis 
anarquista o socialistas. Cánovas será asesinado en 1997 por un anarquista italiano mientras descansaba en un 
balneario en Mondragón (Guipúzcoa). 
Sagasta por dos veces más (1897 y 1901 respectivamente) y el conservador Silvela-Polavieja (1899-1900) 
condujeron los últimos gobiernos turnistas de la larga regencia de María Cristina de Habsburgo. 
La sociedad de la Restauración 
La renta per cápita era similar a la italiana, algo inferior a Francia y Alemania, superior a Portugal y la mitad de 
Gran Bretaña o EEUU. El crecimiento industrial era lento pero constante. Hubo un descenso de natalidad y de 
mortalidad. El incremento de tierras evitó las crisis de subsistencia, descendieron las importaciones aumentando 
las exportaciones y equilibraron la balanza de pagos. 
La construcción de 5500 kms de FFCC y la mejora de las carreteras auspiciaron la integración de las zonas rurales 
en el ámbito nacional facilitando la emigración interna. La siderurgia, construcciones navales y banca asentada en 
el País Vasco, la textil catalana y minera en Asturias crearán un espectro dinámico compuesto por una burguesía y 
un proletariado motores de las transformaciones económicas y sociales del país. En el resto del territorio la 
economía seguíasiendo agraria basada en la vid, el olivo, el cereal controlada por un pequeño grupo de oligarcas. 
La guerra de Cuba y la crisis de 1898 
Tras la paz de Zanjón, que suponía el indulto y el perdón para los rebeldes, los movimientos independentistas 
reclamaron más autonomía en la gestión de la isla. EEUU, con un claro interés imperialista exigía nuevos mercados 
exteriores. El clima fue emponzoñándose hasta ser el idóneo para que el líder nacionalista José Martí iniciara un 
levantamiento (Grito de Baire o de Oriente, 24/II/1895) 
Con la llegada de Sagasta al gobierno tras la muerte de Cánovas en 1897, ser retiró al General Weyler de la 
Capitanía General y se otorgó a la isla de una Autonomía que fue ignorada por completo por los independentistas 
cubanos. EEUU intervino y un buque de su armada, el Maine, explotó misteriosamente en el Habana declarando 
por ello el presidente McKinley la Guerra Hispanonorteamericana. Al mismo tiempo se sublevaron las Filipinas. 
Tras las derrotas navales de Cavite en Filipinas y del armirante Cervera, y tras la toma de Santiago de Cuba en el 
mes de julio el ejército español se rendía (Protocolo de Washington) y se firma el tratado de Paris (VIII/1898) con 
unas condiciones vergonzosas para España: EEUU tomaba la isla de Guam, Filipinas y las Antillas. 
 
María Cristina de Habsburgo y Alfonso XIII 
El grito de Oriente /24/II/1895) inicia el proceso de 
independencia de la Isla de Cuba 
El regeneracionismo 
La pérdida tuvo unas consecuencias difíciles de pronosticar. Inicialmente la opinión pública quedó postrada ante 
un clima de pesimisms y catastrofismo, pero también el Desastre del 98 actúo como revulsivo sobre la conciencia 
nacional. Rápidamente apareció otro sentimiento de renovación y reforma que recibió el nombre de 
Regeneracionismo. En Joaquín Costa tuvo su principal ideólogo, quien pretendía acabar con el hambre y la 
ignorancia de los españoles. Este movimiento rechazaba la España decimonónica y abogaba por la modernización 
del país. A la crítica se unieron planes económicos y legislativos para controlar la inflación provocada por el coste 
elevado de la guerra: se establecieron programas de estabilización y se crearon nuevos impuestos. A su vez, la 
pérdida de las colonias provocaría un giro proteccionista en la política económica. 
 
Conceptos: 
Anarquismo (6) 
Armisticio (7) 
Autoritarismo (8) 
Cantonalismo (13) 
Carlismo (15) 
Centralismo (16) 
Federalismo (39) 
Juntas (50) 
Oligarquía (69) 
Partido demócrata español (73) 
Partido progresista español (74) 
Pronunciamiento (78) 
Quintas (81) 
República (83) 
Revolución (84) 
Sindicatos (87) 
Sufragio censitario (95) 
Sufragio universal directo (96) 
Unión Liberal (97) 
 
Joaquín Costa 
Fotografiado por Manuel Company (ca. 1894) 
TEMA 12 EL REINADO DE ALFONSO XIII 
Durante el último cuarto del siglo XIX el sistema de restauración consiguió que España viviera un periodo de estabilidad 
alejando el fantasma de las insurrecciones militares. 
Sin embargo en el siglo XX se produjo un desajuste entre el bipartidismo del régimen y el pluripartidismo de la sociedad. 
Cada vez más y mayores fuerzas políticas reclamaban una reforma integral o una sustitución del sistema. 
La distancia entre la España real y el sistema de la Restauración se acrecienta década a década y se demuestra de manera 
evidente como una construcción artifical. 
Causas de la crisis del sistema de la Restauración 
El reinado de Alfonso XIII coincide con la crisis del sistema político vigente desde la Restauración y con la extensión 
entre la clase política e intelectual de un sentimiento de regeneracionismo. Son muchas las causas de esta crisis: 
Desastre colonial de 1898. 
Desprestigio del régimen gracias a obras como Oligarquía y caciquismo como forma actual de gobierno de 
España, de Joaquín Costa (1902). 
Desaparición de los dos líderes de los partidos, Cánovas (1897) y Sagasta (1903). 
Creciente fragmentación de ambos partidos dinásticos 
Los cambios de gobierno se suceden y va en aumento la inestabilidad política. 
Aumento del protagonismo del rey que se convierte en indiscutible árbitro del sistema, predominando su 
voluntad política frente a la del parlamento. 
El sistema electoral que otorgaba un peso mayor a la España rural no puede controlar un voto libre de 
urbano ciudades que otorga representación a fuerzas políticas emergentes y contrarias al turnismo. 
Desarrollo socioeconómico: industrialización, urbanismo, aumento de la clase media y de la cualificación 
de los trabajadores, extensión de las comunicaciones y del tráfico mercantil… 
Cataluña, paradigma de la crisis política 
Cataluña fue el más claro ejemplo de la crisis política del sistema canovista. Fuerzas políticas nuevas llegaron a la 
escena política: 
Por una parte la Lliga Regionalista que representaba al catalanismo de la burguesía empresarial. 
Por otra el republicanismo de Alejandro Lerroux, popular inicialmente entre las clases trabajadores si 
bien su carácter anticatalanista acabó por marginarle. 
El incidente del Cu-Cut! y la aprobación de la Ley de Jurisdicciones (1905) que juzgaba por la jurisdicción militar las 
ofensas contra el Ejército hechas a través de la prensa, puso en evidencia la injerencia militar en la vida civil y 
popularizó el catalanismo entre las clases populares. La creación en 1907 de Solidaritat Catalana como partido de 
integración catalanista que obtiene una aplastante victoria en las elecciones de 1907 supone el fin del turnismo en 
Catalunya. En Valencia triunfó el republicanismo de Blasco Ibañez y en Madrid fuerzas nuevas también opuestas al 
turnismo tuvieron cada vez más peso. 
 
Alfonso XIII 
Retrato vestido de gala 
El gobierno largo de Maura y la Semana Trágica 
Durante un tiempo, Antonio Maura, político brillante y gran orador, logró aglutinar en torno a sí al partido 
Conservador con un programa que consistía en la llamada revolución desde arriba. 
Durante los años 1907 a 1909 se intentó aplicar un amplio programa de reformas como la ley electoral de 1907, 
renovación de las administraciones locales, programa anticaciquil consiguió algún rechazo pero en cualquier caso 
pareció que lograba estabilidad. Pero a consecuencia de un reclutamiento forzoso en Cataluña para ir a defender 
unas minas cerca de Melilla de los ataques de las cabilas marroquíes se produjo un de los momentos de mayor 
crispación totalmente inesperado, conocido como Semana Trágica. El Gobierno sofocó con dureza la insurrección 
con penas de muerte. Los liberales que deseaban de nuevo el poder no tuvieron en cuenta las reglas del turnismo 
y jalearon la unión con los republicanos para derrocar a Maura. El rey retiró su confianza a Maura que se sintió 
traicionado al haberse roto el tradicional turno pacífico entre partidos. 
Los liberales. El gobierno de Canalejas 
En las filas liberales hubo una gran división interna con fracciones lideradas por Moret y Montero Ríos. La etapa 
más prolongada la protagonizó José Canalejas con un amplio programa de reformas fiscales, laborales y sociales y 
otras de carácter democratizador. También una nueva Ley de Reclutamiento que instauraba el soldado de cuota. 
Suprimió el Impuesto de consumo. La ley más antipopular fue la Ley del candado que paraba la expansión de las 
órdenes religiosas. Su asesinato supuso el fin de los intentos de renovación del sistema desde dentro. 
Nuevas fuerzas políticas complican el panorama político 
A partir de 1913 el panorama político se complicó. Los dos partidos dinásticos acabaron por descomponerse. Entre 
los liberales destacaron los grupos liderados por Romanones, García Prieto o Santiago Alba. Entre los 
conservadores frente a los seguidores de Eduardo Dato se situaron los mauristas. Más a la derecha estaban los 
carlistas o tradicionalistas. 
Otras fuerzas dejaron sentir su influencia. Además del catalanismo de La Lliga de Prat de la Riba y Francesc 
Cambó, el nacionalismo vasco representado por el Partido Nacionalista Vasco deSabino Arana en sus dos ramas, 
la moderada y la radical. 
Mención aparte merecen los partidos obreros representados por el socialismo y el anarquismo y también el 
republicanismo. Pero en España el movimiento obrero se caracterizó por la debilidad del socialismo frente al 
anarquismo. En 1910 se fundó la Confederación Nacional del Trabajo, CNT, rival principal de la UGT socialista. 
La muerte en atentado de Canalejas en 1912 puso fin al último intento de renovar el sistema de desde dentro. 
El impacto de la I Guerra Mundial 
El gobierno adoptó una posición neutral aunque la opinión pública estaba dividida entre germanófilos y aliadófilos. 
Las derechas, la Iglesia y ejército así como la nobleza estaban a favor de las potencias centrales, mientras que las 
izquierdas eran favorables a Francia e Inglaterra. 
España aprovechó su neutralidad para abastecer a los contendientes. Esto generó inmensos beneficios para la 
burguesía mientras que para la clase trabajadora veía descender su nivel de vida, escaseaban artículos porque se 
vendían en Europa donde se pagaban mejor. 
En 1916 los dos sindicatos obreros, UGT y CNT, instaron al gobierno a arreglar la situación con la amenaza de una 
huelga general. 
Antonio Maura 
(1853-1925) 
José Canalejas 
(1854-1912) 
Setmana Trágica de Barcelona 
(28/VII – 2/VIII de 1909) 
 
La crisis de 1917 
Los militares crearon unas Juntas de Defensa por su estado económico y social de clara orientación sindical 
desafiando la orden del gobierno de disolverse. 
Al desafío militar y obrero se unió la Lliga Regionalista de Cambó que convocó una Asamblea de Parlamentarios 
con el fin de emprender un cambio político de corte federal. 
Este desafío simultáneo en tres frentes supuso una grave amenaza para la estabilidad de la monarquía. El 
presidente del Consejo, Eduardo Dato, reaccionó dando parte de lo que querían a los militares por lo que cuando 
ordenó a estos que actuaran contra la huelga general lo hicieron con gran dureza. 
Cambó dio marcha atrás en su iniciativa de cambio y llamado por el rey aceptó formar parte de la élite gobernante 
incorporándose a un gobierno multipartidista donde los catalanistas tenían dos carteras. 
Nuevos factores de crisis. El problema de Marruecos y el desastre de Annual 
El viejo sistema canovista no respondía ya a la realidad del país. Todas las fuerzas políticas sufrieron escisiones y 
rivalidades internas que las debilitaron. El éxito de la revolución rusa aumentó en la clase obrera la expectativa de 
una pronta revolución y fue respondida por la patronal mediante cierres y despidos masivos (Lock-out) La 
reprensión huelguística no aminoró los conflictos. Hubo entre 1919 y 1921 tres años de agitación social y laboral 
ininterrumpida en Andalucía. La lucha sindical acabó en simple terrorismo donde murieron personajes como 
Eduardo Dato, Salvador Seguí el líder del sindicalismo moderado o el arzobispo de Zaragoza. La represión estatal 
impuso una política de terrorismo policial. 
A los problemas nacionalistas y obrero vino a sumarse un nuevo conflicto: Marruecos. La colonización de 
Marruecos se convirtió para España en un dolor de cabeza pues los costes en vidas humanas y dinero eran 
mayores que los beneficios económicos obtenidos. España mandó al general Silvestre al mando de las tropas para 
acabar con los insurrectos pero estos, debido a la precipitada conquista del Rif, contraatacaron en Annual 
provocando más de 12.000 bajas en el ejército español, entre ellos el propio general. Esto evidenció la falta de 
preparación, ineficacia y corrupción del ejército. La impopularidad de la guerra enfrentó también a las clases 
populares contra el sistema político. 
El último gobierno constitucional culminó la operación de rescate de los prisioneros previo pago de 4 millones de 
pesetas. El ejército consideró esto una afrenta a su honor. La presión de instituciones como el ejército o la Iglesia 
era demasiado fuertes y el gobierno muy débil para acometer la imprescindible tarea de transformar el sistema. 
 
Conceptos: 
Acción directa (3) 
Lucha de clases (54) 
Mano negra (56) 
Oligarquía (69) 
Partido político (72) 
Protectotorado (80) 
 
Julio de 1921 – Desastre de Annual 
Retroceso a la frontera colonial de 1909 
12.921 soldados españoles muertos ante las 
tropas rifeñas de Abdelkrim

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