Logo Studenta

TEMA II- LA LARGA HISTORIA DEL CULTO CRISTIANO

¡Este material tiene más páginas!

Vista previa del material en texto

1 
HISTORIA DEL ARTE. ACCESO 
TEMA II- LA LARGA HISTORIA DEL CULTO CRISTIANO 
 
 
 
2021 
 
1. La arquitectura del Renacimiento y el Barroco en Italia (I) 
 
2020 
 
1. El tiempo de las grandes catedrales en occidente: arquitectura en el 
románico y el gótico 
2. La arquitectura del renacimiento en Italia: la recuperación de la 
grandeza de Roma. (II) 
 
2018 
 
1. La transformación del espacio sagrado de las iglesias cristianas, 
desde las primeras basílicas hasta las catedrales góticas. (I) 
 
2016 
 
1. San Pedro del Vaticano (II) 
 
2014 
 
1. La arquitectura Bizantina (II) 
 
2012 
 
1. La arquitectura románica 
 2 
2021 
 
1. La arquitectura del Renacimiento y el Barroco en Italia (I) 
 
El período renacentista para el Arte comenzó en el 1400 en Toscana, entre 
Florencia y Siena Italia. Este período es uno de los más importantes en la historia de 
Europa, ya que marca la transición de época medieval a la edad moderna. El Barroco 
se desarrolló en el siglo XVII, cuando la iglesia comenzó a dividirse entre protestantes 
y católicos. 
 
Contexto histórico Renacimiento Antes del surgimiento del Renacimiento se dieron 
unos hechos históricos clave, como la conquista turca de Constantinopla en 1453. En 
1418 se había descubierto la imprenta y Copérnico en 1543 descubrió el sistema 
heliocéntrico. En 1492 Cristóbal Colón descubrió América. Los desafíos del hombre 
parecían ilimitados, siempre de la mano de la razón y el pensamiento lógico. 
 
Arquitectura Renacentista El período renacentista se caracterizó por la falta de 
emocionalidad y predominio de la razón, siempre presente en los cálculos 
matemáticos y de geometría de las construcciones. La arquitectura renacentista 
es rigurosamente simétrica y proporcionada donde predomina la horizontalidad 
frente a la verticalidad. Muchos artistas modernos y conocedores del arte, así como 
gente común, están familiarizados con muchos de los artistas del Renacimiento como 
Miguel Ángel y Leonardo Da Vinci. Los arquitectos del Renacimiento prefirieron el 
clasicismo plano; superficies planas enchapadas en elementos clásicos. 
La arquitectura busca inspiración en la arquitectura clásica. Los elementos distintivos 
son: el arco de medio punto, la bóveda cañón, el frontis triangular y la cúpula 
semiesférica. La Catedral de Florencia y el Palacio Pitti de Brunelleschi, la Iglesia 
Santa María Novella de Alberti son clarísimos ejemplos de la arquitectura renacentista. 
	
Contexto histórico del barroco El barroco surgió después de la crisis manierista en 
1527 y después de que la expulsión de los moros que a esto se sumaron hambrunas, 
peste y mortalidad hacia 1609. En este período Descartes impulsó el racionalismo en 
filosofía y se aceptaron las teorías copernicanas. Y la reforma luterana creó un cisma 
en la Iglesia que repelió la herejía con la Contrarreforma. La religiosidad, la fe y los 
sentimientos que transmitían los edificios barrocos eran para mitigar los efectos de los 
herejes que querían imponer una visión atea y pagana de la fe. 
 
Arquitectura barroca A través de la arquitectura, el barroco apelaba a las emociones, 
la dramatización de los mensajes a través de sus obras y ponía la razón al servicio de 
Dios. Los maestros del período barroco permanecieron en el anonimato. Se destacó la 
obra por encima del constructor. La característica fundamental del arte barroco es el 
dinamismo (una sensación de movimiento). Las curvas fuertes, la rica decoración 
y la complejidad general son características del arte barroco y las superficies 
ricamente esculpidas. los arquitectos barrocos moldearon libremente las superficies 
para lograr el clasicismo esculpido tridimensional. 
 
 
 
 3 
2020 
 
 
1. El tiempo de las grandes catedrales en occidente: arquitectura en el 
románico y el gótico 
El arte Gótico resulta la evolución del arte románico, sin embargo, se observan 
actitudes opuestas en dicho arte. Si el Románico es recogimiento, oscuridad, 
solidez; en el gótico hay luz, color y elevación a lo divino. Este cambio de 
actitud es la clave fundamental para distinguir ambos periodos arquitectónicos. 
1. Tanto en el románico como en el gótico, la religión es la fuente de 
inspiración del arte. El monasterio, la máxima expresión de la 
arquitectura románica y la catedral, símbolo de la arquitectura gótica 
reflejan el carácter religioso de ambas épocas y por ende la fe 
cristiana en la época medieval. 
2. El románico es un arte eminentemente rural, desarrollándose en una 
sociedad conformada por guerreros, campesinos y monjes; una 
sociedad tripartita y una trinidad religiosa. En las catedrales del 
románico existe una horizontalidad, una oscuridad, se construye 
el muro sobre el vano. El arco de medio punto es su arco, y la 
bóveda de cañón, tiene una simplicidad en su planta de cruz latina. 
Utiliza los contrafuertes. Sus principales templos son San Martin 
de Tours en Fromista, la basílica de San Martin de Mondoñedo, la 
catedral de Arles, Módena, Lisboa, Santiago de Compostela. 
3. El gótico se desarrolla principalmente en las ciudades y está 
marcado por el nacimiento de una nueva clase social, la burguesía. 
El gótico es verticalidad, luminosidad, construye vano sobre 
muro, utiliza el arco apuntado, los arbotantes y la bóveda de 
crucería. La planta de cruz latina es más grande y tiene un mayor 
numero de naves. Sus principales catedrales son la de Burgos, León, 
Notre Dame de París, Canterbury, Milán. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 4 
2. La arquitectura del renacimiento en Italia: la recuperación de la 
grandeza de Roma. (II) 
 
La arquitectura renacentista nace en Italia durante el Quattrocento. Sus características 
son:	
• Deseo de realizar edificios perfectos desde el punto de vista de "perfección 
técnica", basándose en cálculos matemáticos y geométricos, para obtener la 
máxima armonía y proporción.	
• Para ello toman como módulos el radio y el diámetro de una columna. 	
• El efecto ascensional del gótico es trocado por la horizontalidad.	
• Tiene preferencia el espacio unitario. Es decir, se busca que desde el interior 
se pueda tener una visión total del edificio, sin importar el punto de vista del 
observador.	
• Se busca la belleza formal.	
 
Elementos constructivos de la Arquitectura renacentista italiana. 
La principal influencia, es el mundo clásico, muy especialmente de la arquitectura 
romana.	
Elementos sustentantes:	
Sustentante continuo: el muro recupera su valor como sustentante. Es frecuente que 
estén articulados con pilastras, líneas de imposta, etc.	
Sustentantes discontinuos: se utilizan los órdenes clásicos, con preferencia por el 
corintio. También se usan entablamentos y frontones.	
Elementos sostenidos	
El arco que se emplea es el arco de medio punto.	
Como cubiertas, se emplean las planas con casetones o bóvedas (de cañón o de 
arista). La cúpula adquiere un especial protagonismo y va a ser una constante 
preocupación técnica de los arquitectos renacentistas.	
Elementos decorativos 
Se utilizan: 
• Elementos constructivos para decorar: pilastras, entablamentos... 
• Medallones o tondos (círculos con relieves en el centro). 
• Sillares almohadillados 
• Guirnaldas. 
• Columnas abalaustradas. 
• Conchas. 
• Grutescos (seres fantásticos mezcla de humanos, animales y vegetales). 
• Es frecuente que la decoración se disponga a candelieri (con un eje central en 
torno al que surgen los elementos ornamentales) 
 5 
Tipos de edificios en que se aplica la nueva arquitectura renacentista 
italiana 
• Los tipos de edificios son muy variados. Predominan los religiosos, con planta 
longitudinal (cruz latina o basilical), pero abundan también los de planta central 
(cruz griega o circular). San Pietro in Montorio-Roma, Basílica S. Lorenzo-
Florencia, Templo Malatestiano de Rímini, Basílica de S. Andrés-Mantua 
• Entre los edificios civiles destaca muy especialmente los palacios, aunque 
también, la nueva arquitectura se aplica a otras construcciones civiles comohospitales, bibliotecas, etc. Castello Sforza-Milán, Palazzo Piccolomini-Pienza, 
Arco de Alfonso V, Castel Nuovo-Nápoles 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 6 
2018 
 
1. La transformación del espacio sagrado de las iglesias cristianas, 
desde las primeras basílicas hasta las catedrales góticas. (I) 
 
A partir de la instauración de la libertad de cultos en el Imperio Romano, promulgado 
por el Emperador Constantino, comienza el desarrollo de una arquitectura europea 
condicionada por la religión, con una diferencia fundamental entre la ritualidad pagana 
y la nueva religión cristiana, la "interioridad" de la liturgia. 
La planta tipo de una basílica consta de una nave central rodeada de columnas y de 
altura superior a las naves laterales que la circundan, lo que permite que por sobre el 
techo de esas naves laterales se abran ventanas para iluminar el espacio central. Los 
accesos a estas basílicas romanas estaban casi siempre sobre uno o ambos lados 
más largos; en los lados más cortos generalmente había ábsides donde se ubicaba el 
tribunal judicial que resolvía los pleitos entre particulares. 
Desde un principio los constructores cristianos adoptaron algunas relaciones 
espaciales simbólicas; el "recorrido", símbolo de la intención del hombre de llegar a 
Dios; y la "luz" que viniendo desde lo alto, representaba la luz divina iluminando el 
espacio sacro. Para el logro de estos objetivos simbólicos, la planta basilical romana 
se adaptaba perfectamente con apenas algunos cambios: trasladar el acceso a uno 
de los lados menores, reemplazando el ábside por un pórtico y, en el lado 
opuesto, ubicar delante del otro ábside, el altar mayor. 
Las iglesias cristianas primitivas (período Paleocristiano) están concebidas como 
mundos interiores, como lugares que representan la eterna "ciudad de Dios". El 
tratamiento exterior era sencillo, sin ornamentos, generalmente ladrillo o piedra a la 
vista, sin revocar, y el interior más lujoso, realizado y decorado con los materiales más 
valiosos, mármoles de distintos colores, objetos de oro y plata, cielorrasos dorados. La 
luz proveniente de lo alto, la direccionalidad hacia el altar, el majestuoso espacio 
interior, todo contribuye a subrayar su fuerte carácter simbólico. 
Con el paso de los siglos, la planta basilical sufre diversos agregados que le añaden 
nuevos símbolos y/o la adaptan a nuevas necesidades litúrgicas. Uno de estos 
elementos es el transepto: una nave, de igual altura que la central, que atraviesa a 
90º las tres o cinco naves de la iglesia. La intersección de la nave central y el 
transepto, llamada "crucero", hacia el siglo IX, comienza a ser destacada ubicando 
una torre sobre él. En un principio el transepto se ubicaba inmediatamente delante del 
ábside; siglos después y acompañando la evolución de la liturgia, se irán prolongando 
las naves principales por detrás del transepto para ubicar el coro y el presbiterio 
delante del altar (originalmente ubicados en el crucero), confiriendo a toda la planta su 
forma de cruz latina característica. 
El período Románico un nuevo elemento es agregado a la configuración de las 
iglesias. Construidas siempre que sea posible, en sentido Este-Oeste, con la entrada 
al Oeste, se comienza a construir este acceso Oeste con un vestíbulo, 
llamado "nartex" como espacio de transición entre el espacio exterior (mundano) y las 
naves interiores (el espacio sacro). Este vestíbulo conteniendo la o las puertas de 
entrada, está flanqueado por dos torres componiendo una estructura tripartita de 
puerta y torres llamada, por mirar al Oeste, "macizo occidental". 
 7 
Esta estructura parece haber sido tomada de las puertas de entrada a las ciudades, 
ubicadas en las murallas que rodeaban a las mismas. Estas puertas con torres a sus 
lados adquirieron ya en la antigüedad, un significado simbólico de protección, de 
acceso a un recinto, de algún modo, sagrado. Su incorporación en la fachada de las 
iglesias medievales unifica los símbolos de protección divina y de aspiración al cielo 
dado por la direccionalidad vertical de las altas torres laterales. 
El arte gótico se caracteriza por la verticalidad y la luz, que es el reflejo de la 
divinidad. Su expresión más típica es la catedral, edificio urbano, en la que 
encontramos todos los elementos del arte gótico. 
En estas construcciones predominan las plantas de cruz latina en las que se 
distingue: la cabecera, el crucero y las naves, de tres a cinco. La cabecera tiene girola 
y capillas radiales y la nave central y el crucero son más anchos y altos que las 
laterales. Las capillas, los ábsides y las girolas dejan de ser semicirculares para 
hacerse poligonales. 
La decoración también cambia radicalmente. Se produce una mayor independencia 
funcional y material de la arquitectura. La ornamentación geométrica del románico da 
paso a los elementos vegetales. El naturalismo decorativo se impone, comenzando 
por los pináculos, las cresterías, y las populares gárgolas. Los capiteles pierden 
importancia y se simplifican, reduciéndose a hojas de acanto o molduras. La presencia 
del rosetón en los muros de los tres principales accesos. Junto con esas decoraciones 
pétreas denominadas tracerías que acabarán constituyendo el perfil identitario del 
gótico. 
 
El espacio catedralicio estaba concebido para provocar una embriaguez de los 
sentidos, para arrebatar a los fieles hacia el ámbito celeste. El esquema basilical de 
su planta hacía que el espacio-camino cobrase relevancia, subrayando la meta a la 
que se dirigía el impulso espacial. Las paredes perforadas por las vidrieras limitaban el 
espacio y, al mismo tiempo, lo ponían en contacto con el espacio cósmico. Por otra 
parte, el elemento exterior con mayor carácter era la fachada, que parecía 
independizarse de la disposición interior. 
 
El recinto catedralicio era imagen de la Jerusalén Celestial. No es que la estilización 
de las catedrales las hiciera tender hacia el Cielo, más bien es que ellas mismas 
pretendían ser el Cielo, o al menos el lugar donde se unía Cielo y tierra. 
 
Si en el románico había un claro predominio del macizo sobre el vano, ahora sucederá 
a la inversa, y esa libertad estructural permitirá una articulación más dinámica de las 
edificaciones. Pero no te confundas, el valor que adquieren los vanos no supone una 
negación del muro, sino la conversión del vano en el muro mismo. Un paramento 
convertido en un cerramiento traslúcido y lleno de color que sumerge el espacio en 
una luz no natural que invita a la trascendencia. 
Utiliza también un nuevo tipo de arco ojival, apuntado. Gracias a su verticalidad, 
permite elevar la altura del edificio. Con estos tres elementos los arquitectos góticos 
revolucionan la construcción. Lograron muros diáfanos que se recubren con vidrieras. 
Los rosetones son el marco privilegiado de las vidrieras de colores. Las vidrieras se 
organizan en tracerías. Cada vidriera posee un armazón de hierro y un emplomado. 
Al existir mayor espacio libre de piedra, las ventanas adquieren gran importancia y en 
el interior de los vanos se aprecian tracerías caladas que se rellenan con vidrieras 
policromadas. 
 8 
La portada se revaloriza. En ella se colocan las torres y las puertas. La fachada típica 
tiene forma de H. Está formada por dos torres cuadradas, rematadas con un elemento 
piramidal. Poseen tres niveles: la portada de entrada, los ventanales y el rosetón. Las 
puertas de acceso al templo suelen colocarse en los brazos y pies de la cruz, 
continuando con el abocinamiento románico solo que ahora los arcos son apuntados. 
Los tímpanos continúan siendo decorados, pero ahora se distribuyen las figuras en 
zonas horizontales mientras las figuras de las arquivoltas se disponen en el sentido de 
la curva. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 9 
2016 
 
1. San Pedro del Vaticano (II) 
La Basílica de San Pedro del Vaticano se levanta sobre la tumba del Apóstol, 
ubicada enuna necrópolis del s. I. La primera basílica vaticana fue construida 
por Constantino en el s. IV, y estuvo en pie durante 1.000 años, hasta que los Papas 
del Renacimiento la derribaron para poder levantar una nueva basílica sobre la tumba 
de San Pedro. 
 
La Basílica de San Pedro es el principal edificio del Vaticano y constituye el mayor 
templo de la cristiandad. Presenta unas dimensiones de 212m de largo, 140m de 
ancho y 133 m de altura en su cúpula, pudiendo afirmar que no existe otro templo que 
la iguale en extensión. 
 
En su interior encontramos una planta de cruz latina longitudinal en la que predomina 
la cúpula de Miguel Ángel como elemento dominante y organizador del espacio. La 
cúpula presenta un diámetro interno de 42,56 metros y una altura hasta la extremidad 
superior de la cruz, de 136,57 metros; la claraboya mide 17 m. de altura. De 
aspecto renacentista, la cúpula tiene ventanales cuadrados en forma de pórtico 
greco-romano (igual que los del Partenón) que se alternan con ventanales cuadrados 
con dintel de media circunferencia encima. 
 
Inspirada en la de Brunelleschi, superó algunos de sus fallos. Desarrolló en la 
nervatura y en los casquetes una curva que solucionaba el problema del 
abombamiento de la de Brunelleschi. A diferencia de ésta, su cúpula es más pesada y 
maciza, pero mantiene su esbeltez. Miguel Ángel siguió el esquema de Brunelleschi de 
dos cúpulas concéntricas, una al interior y otra al exterior, unidas entre sí por tirantes 
que contrapesan los empujes. En su parte interior se destaca una luz surgida de las 
ventanas del tambor que dan una sensación de ingravidez, a pesar de su 
monumentalidad. La del interior es más esférica, y contribuye a la sensación de altura, 
su división en especie de gallones pintados en franjas que guardan una perfecta 
simetría con bandas horizontales concéntricas, con un fondo dorado que culmina en 
la gran apertura de luz situada en la clave u óculo. 
 
El interior de la basílica es un espacio inmenso en el que destaca la gran bóveda de 
cañón que recorre la nave central y que está decorada, al igual que la basílica, con 
gran cantidad de estucos, mosaicos y estatuas de estilo renacentista y barroco. 
 
Destacar en el crucero de la basílica el baldaquino realizado por Bernini de 1633, 
sobre la tumba de San Pedro, el cual está formado por cuatro colosales 
columnas salomónicas en espiral con estrías, ramas de olivo y laurel, rematadas por 
capiteles corintios: la cubierta, con volutas y estatuas angulares de extraordinaria 
elegancia culminan en una esfera de bronce dorado aportando al espacio una gran 
magnificencia. 
 
Terminada S. Pedro a mediados del s. XVII, pleno Barroco, la basílica convertida en 
planta longitudinal por Maderno quien realizó la fachada, el Papa Alejandro VII, trata 
de utilizar la arquitectura como exaltación y poder del pontífice, y encarga a Bernini la 
realización de la plaza, que proyecta una plaza con dos brazos laterales, una de planta 
trapezoidal y otra elíptica, cuyos brazos constan de una columnata (184), y pilastras 
(88) toscanas que forman tres calles. La columnata sostiene un entablamento jónico y 
encima una balaustrada y las estatuas de santos realizadas por discípulos de Bernini, 
sobre 1657. 
 10 
2011 
 
 
1. Arquitectura en el gótico 
 
El arte gótico se caracteriza por la verticalidad y la luz, que es el reflejo de la divinidad. 
Su expresión más típica es la catedral, edificio urbano, en la que encontramos todos 
los elementos del arte gótico. 
En estas construcciones predominan las plantas de cruz latina en las que se 
distingue: la cabecera, el crucero y las naves, de tres a cinco. La cabecera tiene girola 
y capillas radiales y la nave central y el crucero son más anchos y altos que las 
laterales. Las capillas, los ábsides y las girolas dejan de ser semicirculares para 
hacerse poligonales. 
Los cambios constructivos más importantes se manifiestan en la bóveda de crucería 
y el arbotante. La bóveda de crucería, derivada de la de arista, consigue localizar sus 
empujes sobre cuatro puntos de arranque lo que permite cubrir todo tipo de espacios. 
El arbotante por su parte es una especie de puente que transmite las presiones desde 
el arranque de las bóvedas altas hasta los ligeros contrafuertes del exterior, 
permitiendo así abrir mayores vanos en la fábrica del edificio. 
Utiliza también un nuevo tipo de arco ojival, apuntado. Gracias a su verticalidad, 
permite elevar la altura del edificio. Con estos tres elementos los arquitectos góticos 
revolucionan la construcción. Lograron muros diáfanos que se recubren con vidrieras. 
Los rosetones son el marco privilegiado de las vidrieras de colores. Las vidrieras se 
organizan en tracerías. Cada vidriera posee un armazón de hierro y un emplomado. 
Al existir mayor espacio libre de piedra, las ventanas adquieren gran importancia y en 
el interior de los vanos se aprecian tracerías caladas que se rellenan con vidrieras 
policromadas. 
Aparece el pilar fasciculado, que tiene el fuste formado por varias columnillas 
delgadas, también llamadas baquetones. 
La portada se revaloriza. En ella se colocan las torres y las puertas. La fachada típica 
tiene forma de H. Está formada por dos torres cuadradas, rematadas con un elemento 
piramidal. Poseen tres niveles: la portada de entrada, los ventanales y el rosetón. Las 
puertas de acceso al templo suelen colocarse en los brazos y pies de la cruz, 
continuando con el abocinamiento románico solo que ahora los arcos son apuntados. 
Los tímpanos continúan siendo decorados, pero ahora se distribuyen las figuras en 
zonas horizontales mientras las figuras de las arquivoltas se disponen en el sentido de 
la curva. 
La forma apuntada de la portada suele completarse con el gablete o moldura angular 
que la corona. Sobre la portada encontramos el rosetón que aporta iluminación y 
cromatismo al interior del templo. 
En el alzado de la catedral se distinguen tres partes: la arquería, el triforio y el 
claristorio o ventanales. 
Francia es la cuna del gótico. En la fase protogótica nos encontramos edificios 
cistercienses como la abadía de San Denis, y Notre-Dame de París. En el período 
 11 
clásico destacan las catedrales reales, Reims, Amiens y Chartres. Y en el período 
manierista destaca la Santa Capilla de París y la catedral de Rouen. 
En Inglaterra el gótico presenta tres etapas: el estilo primitivo, con catedral de 
Canterbury, el estilo decorativo, con la catedral de York y el estilo perpendicular, con 
catedral de Westminster. 
En Italia lo característico fue la arquitectura civil. Destacan el Ayuntamiento de Perusa, 
la cartuja de Pavía y el Palacio Ducal Casa del Oro en Venecia. 
En España el gótico tiene dos ámbitos fundamentales, el camino de Santiago y las 
ciudades comerciales de la Corona de Aragón. 
Se comienzan a construir las catedrales de Zamora, Salamanca, Tarragona y 
Lérida. 
En su segunda etapa, en el siglo XII, las catedrales más importantes son las de 
León, Burgos y Toledo. Es la etapa del gótico pleno. 
La tercera etapa, en el siglo XIV. Se acaban las catedrales de Palma de Mallorca, 
Santa María del Mar (Barcelona) y Gerona. Son templos más austeros, la nave 
central es más ancha y las laterales son más altas. 
En el s. XV aparece el gótico flamígero, que en Castilla se denomina Isabelino. En 
castilla aparecen dos escuelas: Toledo y Burgos. En esta época la decoración se 
desborda, las plantas tienden a ser cuadradas de una sola nave y los soportes mas 
delgados. El coro se desplaza a los pies y en alto. Destacamos las lonjas de Palma y 
Valencia. 
En Portugal el gótico llega a través de España. Convento de Batalha y el monasterio 
de Alcobaca. En los siglos XV y XVI se desarrolla el original estilo Manuelino con el 
monasterio de Belem 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 12 
2012 
 
1. La arquitectura románica 
 
La arquitectura románica es básicamente religiosa y crea un tipo de templo 
abovedado, bastante uniforme, de interioresoscuros que mueven al recogimiento. No 
se aprovechan elementos constructivos ni decorativos de monumentos anteriores y la 
proporción clásica desaparece por completo. 
 
Los principales edificios fueron: Iglesias, Catedrales y Monasterios de poca altura, 
aunque también construyeron edificios civiles como castillos y fortalezas. 
Entre sus principales características, destacamos: 
1. Aspecto sólido y severo. 
2. Los arcos de medio punto sobre las columnas son los que unen las naves. 
3. Las bóvedas más utilizadas son las de cañón. 
4. Su planta basilical o de cruz latina está dividida en un número impar de naves, 
normalmente en 3. 
La planta preferida es la de cruz latina, con una o varias naves longitudinales que 
finalizan en una cabecera con ábsides. Una nave transversal, también llamada 
crucero, atraviesa las naves longitudinales mientras que si las naves laterales rodean 
la capilla mayor nos encontramos con la girola o deambulatorio, elemento típico de la 
iglesia de peregrinación cuyo objetivo es que los peregrinos contemplen las reliquias 
allí guardadas. 
La nave central es más elevada. En ella se sitúan las ventanas que dan luminosidad al 
templo. Sobre las naves laterales se sitúa un segundo piso que sirve habitualmente 
para alojar a los peregrinos. 
La nave de crucero y las laterales suelen estar rematadas con capillas, habitualmente 
entre los contrafuertes, elementos externos que sirven para distribuir las presiones. 
El crucero suele estar cubierto con una bóveda más elevada o cimborrio. El 
campanario se ubica en diferentes lugares siendo el más habitual en la fachada 
principal. El punto central de la iglesia es el altar que está situado en el lugar de 
mayor visibilidad y encuadrado por pinturas murales. 
Los muros exteriores son gruesos y están reforzados por contrafuertes 
exteriores, con ventanas de tamaño reducido que sostienen el peso de las bóvedas. 
Estos muros pueden ir decorados con relieves geométricos, arquerías ciegas, bandas 
verticales, etc. 
En la entrada una o dos torres, de planta cuadrada y con huecos de arco de 
medio punto, rematan el edificio. Si existe decoración en el exterior se concentra 
en el pórtico. 
 
 
 
 13 
2014 
 
1. La arquitectura Bizantina (II) 
 
El término arquitectura bizantina se deriva de ser el resultado de la civilización 
perteneciente a la antigua ciudad de Bizancio, más tarde refundada por Constantino 
en el año 330 y llamada Constantinopla. Con la transferencia de la capital de Roma a 
Bizancio y, luego, con la subdivisión del imperio romano en el Imperio de Oriente y el 
Imperio de Occidente. Hacia 395 nació el Imperio Bizantino que durará hasta 1453, 
cuando Constantinopla caerá debido al asedio de los turcos. 
 
Además de las influencias helenísticas, el lenguaje arquitectónico bizantino incluirá 
caracteres sirios, persas y egipcios, en relación con las vastas áreas donde se 
extendió esta civilización. A pesar de las diferencias obvias que surgen de los 
contactos en las diversas áreas geográficas, la arquitectura bizantina mantuvo con el 
tiempo características distintivas básicas comunes. Tenía una naturaleza 
esencialmente religiosa, destinada a asegurar la salvación del espíritu para el hombre. 
 
La utilización de material en la arquitectura bizantina fue pobre (piedra y ladrillo 
solamente) en el exterior, pero en el interior las catedrales estaban recubiertas con 
materiales lujosos como mosaicos con teselas, mármoles, cerámica vidriada y láminas 
de oro y plata que le dieron a los templos una influencia oriental. 
 
Se destacó el uso de cúpula sobre pechinas, es decir, triángulos esféricos que 
facilitan el paso de la planta cuadrada a la circular de la cúpula, que simbólicamente es 
una imagen del cielo. También del mundo romano y paleocristiano, los arquitectos 
bizantinos tomaron el uso del arco de medio punto y la columna con un capitel 
troncocónico muy decorado, generalmente con motivos vegetales o geométricos, 
labrado a trépano y encima del cual hay un cimacio, pieza de forma trapezoidal. 
Hay una gran variedad de plantas en las construcciones bizantinas. La arquitectura 
bizantina muestra preferencia por la planta central pero también hay edificios de 
planta basilical y de cruz griega (con los brazos iguales). El arte bizantino presenta 3 
influencias: el cristianismo incipiente, el racionalismo griego y el Islam. Durante este 
período surge el movimiento iconoclasta en el s. VIII porque un sector del clero se 
alarma porque los fieles adoran imágenes y deciden destruirlas. 
 
La arquitectura bizantina está dividida en tres períodos: 
 
1. I edad de oro En el s. VI-VII se realizaron muchas obras en Constantinopla. El 
emperador Justiniano hizo construir Santa Sofía, obra maestra del arte 
bizantino. Otro lugar donde se aprecia la arquitectura de esta época es 
Ravena. En Egipto, se construyó el Monasterio de Santa Catalina. En estos 
dos primeros siglos podemos hablar de la primera edad de oro, en el que el 
emperador Justiniano fue su principal impulsor. 
2. II Edad de oro Pobre en monumentos este período comienza en el 850 y 
perdura hasta 1204 cuando Constantinopla es conquistada por los cruzados. 
Etapa donde se consolidan los aspectos formales y espirituales del arte 
bizantino, verdadera etapa creadora y definitoria. 
3. III Edad de oro Abarca el período entre s. XIII-XV coincidiendo con las 
dinastías de los Comnenos y los paleólogos. Predominaban plantas de iglesias 
cubiertas con cúpulas abulbadas sobre tambores circulares o poligonales.

Continuar navegando