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Edad del Cobre

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Edad del Cobre
Contenido
Edad del cobre	3
Inicio de la Edad del Cobre	3
Características de la Edad del Cobre	4
Economía de la Edad del Cobre	4
Organización social de la Edad del Cobre	5
Fin de la Edad de Cobre	5
Edad del cobre
La Edad del Cobre, Eneolítico o Calcolítico es el período de la prehistoria que sirvió de transición entre el período Neolítico (c. 8.000 – c. 3.500 a. C.) y la Edad del Bronce. Marca el inicio de la Edad de los Metales (c. 5.000 – c. 1.000 a. C.). Como su nombre lo indica, fue una etapa caracterizada por la aparición del primer metal manejado por el ser humano: el cobre.
Los márgenes temporales de estos períodos son sólo aproximaciones, ya que el progreso tecnológico de cada etapa prehistórica no fue homogéneo en todo el planeta. Así, la Edad del Cobre está asociada al descubrimiento del cobre nativo por parte de la humanidad, que desconocía los procesos de fundición y procedía a manipularlo mediante el martillado y el batido el frío.
Sin embargo, a medida que avanza este período, nuevos procedimientos aparecieron de la mano de las cerámicas y el horneado, dando pie al inicio de la metalurgia y de la posibilidad de conseguir aleaciones. De esa manera que la humanidad descubrió posteriormente el bronce, y se adentró en la segunda etapa de la Edad de los Metales: la Edad del Bronce.
Inicio de la Edad del Cobre
Antes del inicio formal de la Edad del Cobre, este metal se manejaba ya en algunas regiones del sur de Turquía y norte de Irak mediante el trabajo en frío o levemente calentado. Evidencia de ello son los colgantes de cobre hallados en las cuevas de Shanidar en los Montes Zagros, cuya fabricación se estima alrededor del 9.500 a. C., es decir, de las primeras etapas del Neolítico.
Pero las primeras evidencias propiamente dichas del manejo del cobre fueron halladas en Anatolia y el sur del Kurdistán, regiones ricas en este mineral. Consistían en escorias de cobre, es decir, residuos de su tratamiento, provenientes de algún momento cercano al año 6.000 a. C.
Los pueblos de esta región o de otras vecinas obviamente valoraron el metal y aprendieron prontamente a fundirlo, como lo evidencian los hallazgos de alrededor del 4.000 a. C. en los territorios actuales de Pakistán, India, Israel y Jordania. Durante ese milenio la producción de cobre se masificó en Eurasia y los Balcanes, llegando a la Antigua Grecia y de allí a otras regiones de Europa.
Por su parte, en el continente americano se hace evidente el uso del cobre mucho más tarde, alrededor del 1.000 a. C. Su uso se difundió especialmente en los altiplanos boliviano y peruano.
Posteriormente se utilizó bajo la forma de aleaciones con plata y oro en el 500 a. C., en las actuales regiones de Colombia y Perú. Pero las culturas autóctonas no vieron en el metal su potencial para fabricar utensilios o herramientas, y prefirieron emplearlo a modo decorativo o ritual.
Características de la Edad del Cobre
Desde luego que la utilización masiva y artesanal del cobre es el rasgo más típico y característico de esta etapa, tanto así que le confiere su nombre. Inicialmente se lo empleó en estado puro, lo cual no lo hacía mejor que otros utensilios de sílex u obsidiana.
Pero además de ello, este período se caracterizó por:
· Un aumento e intensificación de la producción humana, como consecuencia de la incorporación de nuevas herramientas de cobre y de nuevas técnicas agrícolas.
· Una mayor estratificación social, debido a una mayor especialización de la producción, sobre todo en los oficios artesanales.
· Un notorio incremento en los intercambios y el comercio entre las culturas prehistóricas vecinas.
· La aparición de nuevos modos de ocupación del territorio por parte de las civilizaciones antiguas, que constituyeron una economía menos doméstica y más integrada, bajo el mandato de jefes locales que se quedaban con el excedente producido.
· Las sociedades prehistóricas alcanzaron niveles proto-urbanos, especialmente en el Mediterráneo, y por ello se consideran hoy como pre-estatales, pues luego dieron pie a la aparición del Estado.
Economía de la Edad del Cobre
La aparición del cobre trajo consigo nuevas posibilidades económicas, no sólo productivas. Por un lado permitió la fabricación de nuevas herramientas, y por otro lado aumentó el intercambio, ya que la cerámica se desarrolló enormemente en este período.
Vasijas, adornos, colgantes y armas fueron fabricadas y comerciadas a medida que se ganaba un mayor dominio sobre el metal. Hacia el 3.000 a. C. comenzó a masificarse la fundición del cobre y, por ende, surgieron sus principales aleaciones, con arsénico y con otros metales.
Por otro lado, en esta etapa se introdujeron nuevas técnicas agrícolas como el arado, el regadío. Se domesticaron la vid y el olivo, lo cual, junto a la aparición de la carreta o carro, condujo en la ganadería a la llamada Revolución de los productos derivados, gracias al aprovechamiento de la leche y la fuerza bruta del ganado, y la lana de las ovejas y camélidos.
Todo ello significó un paso adelante en la constitución de economías locales entrelazadas, superando así los modos domésticos del Neolítico.
Organización social de la Edad del Cobre
La edad del cobre fue un período en el que la humanidad ganó en complejidad social, como consecuencia de los cambios en la diversidad y magnitud de la producción. Nuevos modelos de jefatura, una estratificación más fuerte de las sociedades y un notorio aumento en los intercambios económicos, sociales y culturales, fueron características de este período.
Esto trajo consigo un evidente aumento demográfico, que expandió, nuclearizó y estabilizó a muchas poblaciones. Así comenzó el camino que posteriormente condujo a la aparición de los primeros Estados.
Por otro lado, la metalurgia trajo nuevas ideas en torno a los materiales y su transformación. Su impacto en el imaginario civilizatorio pudo dar pie al surgimiento de nuevas deidades vinculadas con la fragua y los metales, así como deidades guerreras masculinas, desplazando a las tradicionales diosas-madre del Neolítico, típicas de una sociedad agrícola o proto-agrícola.
Fin de la Edad de Cobre
El dominio del cobre y sus nuevas posibilidades de aleación, una vez descubierta la metalurgia más básica, condujeron a la obtención de nuevos materiales. Se crearon formas más resistentes del cobre y aleaciones novedosas que hoy en día conocemos como bronce (cobre aleado con estaño).
Este evento marca el fin de la Edad del Cobre y el inicio de la Edad del Bronce. Se estima que ocurrió alrededor del año 4.000 a. C. en Oriente Medio y a lo largo del año 3.000 a. C. en Asia y Europa.

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