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Guía 
de Evaluación 
Económica en 
Promoción de 
la Salud
525 Twenty-third Street, NW
Washington, DC 20037
www.paho.org
Guía 
de Evaluación
Económica en
Promoción de
la Salud
AUTORES
Ligia de Salazar
Suzanne Jackson
Allan Shiell
Marilyn Rice
Biblioteca Sede OPS - Catalogación en la fuente
Organización Panamericana de la Salud
Guía de evaluación económica en promoción de la salud.
Washington, D.C: OPS, © 2007.
ISBN 978 92 7 532832 3
I.Título1. ECONOMÍA DE LA SALUD 
2. PROMOCIÓN DE LA SALUD
3. PREVENCIÓN DE ENFERMEDADES
4. PLANES Y PROGRAMAS DE SALUD
5. EVALUACIÓN DE PROGRAMAS Y PROYECTOS DE SALUD
NLM W 74
La Organización Panamericana de la Salud (OPS/OMS) dará consideración muy favorable a las solicitudes
de autorización para reproducir o traducir, íntegramente o en parte, alguna de sus publicaciones. Las soli-
citudes y las peticiones de información deberán dirigirse al Área de Desarrollo Sostenible y Salud Ambiental,
que tendrá sumo gusto en proporcionar la información más reciente sobre cambios en la obra, planes de
reedición, y reimpresiones y traducciones ya disponibles.
Las publicaciones de la Organización Panamericana de la Salud están acogidas a la protección prevista por
las disposiciones sobre reproducción de originales del Protocolo 2 de la Convención Universal sobre
Derecho de Autor. Reservados todos los derechos.
Organización Panamericana de la Salud
525 Twenty-third Street, N.W.
Washington, D.C 20037, EE.UU.
Las denominaciones empleadas en esta publicación y la forma en que aparecen presentados los datos que
contiene no implican, por parte de la Secretaría de la Organización Panamericana de la Salud, juicio alguno
sobre la condición jurídica de países, territorios, ciudades, zonas, o de sus autoridades, ni respecto del tra-
zado de sus fronteras o límites.
La mención de determinadas sociedades mercantiles o de nombres comerciales de ciertos productos no
implica que la Organización Panamericana de la Salud los apruebe o recomiende con preferencia a otros
análogos. Salvo error u omisión, las denominaciones de productos patentados llevan en las publicaciones
de la OPS letra inicial mayúscula.
Prefacio
�
En un mundo donde las exigencias para abordar los factores determinantes de la
salud están imponiéndose en múltiples sistemas, se vuelve más importante que
nunca para los encargados de tomar decisiones saber cuál es la mejor manera de
invertir su tiempo, sus recursos y sus energías. Cuando se trata de la promoción de
la salud y no solo de atender las enfermedades y dolencias, las decisiones que se
deben tomar van mucho más allá de las que afectan a quién vive y quién muere.
El resultado de estas decisiones tendrá repercusiones directas e indirectas sobre la
calidad y la duración de la vida de las actuales y futuras generaciones.
Se reconoce ampliamente que, para mejorar las condiciones de salud en este com-
plejo mundo actual, se necesita la colaboración de múltiples socios, sectores e inte-
reses.Teniendo en cuenta estos asuntos en forma conjunta, las soluciones potenciales
y los recursos disponibles pueden requerir un replanteamiento de cómo se desa-
rrollan los programas y las iniciativas a nivel local, nacional e internacional. Sin
embargo, hay pocos mecanismos a disposición que proporcionen un contexto para
este tipo de replanteamiento y colaboración creativa.
Para hacer una evaluación económica realista de las opciones de promoción de la
salud, uno debe tener un pensamiento visionario del futuro y abrirse a las diferen-
tes formas de enfoque que permitan llegar al mismo resultado. Mediante la aplica-
ción de esta innovadora Guía de Evaluación Económica en Promoción de la Salud,
se espera que las personas en todos los niveles de la toma de decisiones estén en
una mejor posición para sopesar las opciones disponibles y tomar decisiones infor-
madas que promuevan la salud y el bienestar de sus poblaciones hoy y durante
muchos años por venir.
Mirta Roses Periago
Directora
p1p1
Agradecimientos
�
Deseamos expresar nuestra más sincera gratitud a todas las personas e instituciones
que contribuyeron en la investigación, redacción, edición y producción de esta
publicación.
Este documento es el producto de un proyecto conjunto de diversas instituciones,
académicos y responsables de la toma de decisiones. Los lineamientos generales y
la coordinación estuvieron a cargo de Ligia de Salazar de CEDETES (Centro para
el Desarrollo y Evaluación de Políticas y Tecnología en Salud Pública) de la
Universidad del Valle en Cali, Colombia; Suzanne Jackson del Centro para
Promoción de la Salud (Centre for Health Promotion) de la Universidad de
Toronto, Canadá y Alan Shiell de la Universidad de Calgary, Canadá. Marilyn Rice
de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), fue la responsable de brindar
orientación y aportes técnicos en promoción de la salud; los componentes econó-
micos estuvieron a cargo de las economistas Ana María Gálvez de la Escuela
Nacional de Salud Pública de Cuba; Matilde Pinto de la OPS; y Alejandra María
Cabrera Martínez del CEDETES. Karen McIntosh del Population Health
Intervention Research Centre perteneciente a la Universidad de Calgary, colaboró
con la investigación.
Deseamos agradecer especialmente a David McQueen y Ángel Roca de los Centros
para el Control y la Prevención de Enfermedades (Centres for Disease Control
and Prevention, CDC) de Atlanta y a Marilyn Rice de la OPS de Washington por
su apoyo tanto técnico como financiero. Alan Shiell agradece especialmente la
ayuda salarial que recibe de la fundación Alberta Heritage Foundation for Medical
Research.
p5
Índice
Introducción ........................................................................................................................... 7
Estructura de la Guía............................................................................................................. 9
¿Para quién es útil esta Guía? ................................................................................................ 9
Introducción a la evaluación económica ............................................................................... 11
¿Qué es la evaluación económica? ......................................................................................... 11
¿Por qué la evaluación económica es importante en la promoción de la salud? ...................... 11
¿Cómo se realiza una evaluación económica? ........................................................................ 12
La búsqueda de la eficiencia .................................................................................................. 12
No sólo eficiencia sino también equidad ............................................................................... 13
¿Por qué hay tantas formas de evaluación económica? ........................................................... 13
¿Es suficiente la evaluación económica? ................................................................................. 13
Tabla 1/ Resumen de las características fundamentales de los diversos métodos de 
evaluación económica ................................................................................................................. 14
La evaluación económica de programas sencillos de promoción de la salud 
o prevención de enfermedades
Introducción ........................................................................................................................... 15
Paso 1/ Describir el contexto de las decisiones .................................................. 16
Elección de la perspectiva........................................................................................ 16
¿Qué perspectiva debería adoptarse? ........................................................................ 17
Ejemplo/ No siempre se necesita una perspectiva social............................................... 17
Consideraciones especiales para la promoción de la salud ........................................ 17
Ejemplo/ Balance de los costos y beneficiossociales ................................................... 18
Paso 2/ Especificar el interrogante que se aborda............................................... 19
Consideraciones especiales para la promoción de la salud ........................................ 19
Paso 3/ Identificar y describir las opciones ....................................................... 20
Consideraciones especiales para la promoción de la salud ........................................ 20
Paso 4/ Identificar, medir y valorar los costos.................................................... 21
Identificar los recursos requeridos para cada opción................................................. 21
Nota técnica/ Costo económico (de oportunidad)........................................................... 23
Medir la cantidad de recursos requeridos para cada opción...................................... 23
Valorar los recursos requeridos para cada opción ..................................................... 24
Nota técnica/ Costos financieros versus costos económicos ......................................... 24
Implicancias para el equipo de evaluación................................................................ 25
Consideraciones especiales para la promoción de la salud ........................................ 25
3.
2.
1.
p6
Paso 5/ Identificar, medir y valorar las consecuencias......................................... 26
Identificación de todas las consecuencias importantes .............................................. 26
Medición de las consecuencias ................................................................................ 26
Valoración de las consecuencias ............................................................................... 27
Nota técnica/ Valoración de los estados de salud: Años de vida ajustados por calidad.... 27
Nota técnica/ Asignación de valores monetarios a los resultados: 
métodos de valoración contingente.............................................................................. 28
Consideraciones especiales para la promoción de la salud ........................................ 29
Paso 6/ Ajustar en función de los tiempos diferenciales de los costos 
y las consecuencias.............................................................................. 30
Nota técnica/ Actualización ............................................................................................. 31
Consideraciones especiales para la promoción de la salud ........................................ 31
Ejemplo/ Actualización y años de vida ............................................................................ 32
Paso 7/ Abordar la incertidumbre: análisis de sensibilidad .................................. 32
Ejemplo/ Análisis de sensibilidad en la práctica.............................................................. 33
Consideraciones especiales para la promoción de la salud ........................................ 34
Nota técnica/ Análisis de sensibilidad avanzado ............................................................... 35
Paso 8/ Interpretar los resultados de la evaluación económica............................. 35
Formulación de las reglas para las decisiones............................................................ 36
Costo-utilidad y comparación de dos opciones........................................................ 36
Figura 1/ Costo-efectividad ........................................................................................... 36
Estar atentos a la relación costo-efectividad incremental. ......................................... 37
Interpretación de los resultados del análisis de sensibilidad ....................................... 37
Tratamiento de las intervenciones complejas ..................................................................................... 41
Introducción ......................................................................................................................... 41
¿Puede la economía de la salud abordar intervenciones multisectoriales?................................ 43
¿Qué sucede con las intervenciones que abarcan múltiples componentes o niveles? ............... 44
¿Influye en algo que los componentes sean parte de una estrategia integrada?........................ 44
Tratamiento de la equidad ..................................................................................................... 44
La integración puede generar efectos sinérgicos o de interacción........................................... 45
La intervención tiene resultados múltiples: ¿tiene alguna importancia? ................................... 45
La importancia del contexto.................................................................................................. 47
Análisis sumario y conclusiones ............................................................................................. 48
La utilización de los resultados................................................................................................................ 51
¿Cómo se lleva a cabo?.......................................................................................................... 51
Evaluación y decisiones ......................................................................................................... 54
Características especiales para la promoción de la salud .......................................................... 55
REFERENCIAS............................................................................................................................... 57
APÉNDICES ........................................................................................................................................................... 61
Apéndice 1 Glosario ................................................................................................................. 61
Apéndice 2 Evaluación de las intervenciones de promoción de la salud ..................................... 65
Apéndice 3 Caso práctico 1 La Evaluación Económica del Sistema de Vigilancia de los 
Factores de Riesgo del Comportamiento en Adolescentes (SIVEA)........................ 77
Apéndice 4 El Plan Estratégico de Promoción de la Salud en la Población de Saskatchewan ..... 94
Apéndice 5 Lista de verificación para la apreciación crítica de las evaluaciones económicas ....... 99
5.
4.
El objetivo de la evaluación económica es
brindar información útil para administradores y
responsables de la toma de decisiones, que
deban definir la mejor manera de asignar los
escasos recursos de la sociedad. 
La evaluación económica ayuda a responder a la pregunta general: ¿vale la pena
para la sociedad que se asignen recursos financieros, humanos y de otra índole a
una intervención en particular? En el sector sanitario, la evaluación económica
se ha concentrado en medir las relaciones costo-efectividad y costo-beneficio de
las intervenciones preventivas y clínicas, como la vacunación, los medicamentos
que disminuyen el colesterol, la cirugía de reemplazo de cadera y la cirugía car-
diaca. En la mayoría de estos casos, es suficiente evaluar la efectividad de las inter-
venciones en función de la mejora que podrían generar en el estado de salud.
De esta manera, los resultados de la intervención sanitaria se pueden identificar
fácilmente y, gracias a los adelantos en los métodos económicos de hoy en día,
se pueden medir y valorar ágilmente. Por el contrario, la promoción de la salud,
al menos como se la concibe en este documento, generalmente tiene múltiples
objetivos además de la ganancia de salud.También implica la participación de
muchos asociados y funciona en diferentes niveles de la sociedad. Ninguna de
estas consideraciones resta importancia a la evaluación económica de la promo-
ción de la salud, pero sí complican potencialmente su ejercicio.
Nuestra interpretación de promoción de la salud concuerda con la definición
que hace la Organización Mundial de la Salud, OMS, es decir “...como un pro-
ceso que facilitaa las personas aumentar el control de su salud y mejorarla”
(OMS, 1998). Un aspecto clave de esta definición es el empoderamiento de per-
sonas, organizaciones y comunidades, de manera tal, que cada una de ellas esté
mejor preparada para promover y mantener su salud. Esto es importante, pri-
1INTRODUCCIÓN
p7
La noción de salud, que es
la clave de esta definición de
promoción de la salud, es
mucho más amplia que la
prevención de la enfermedad.
mordialmente para ayudar a sostener la efectividad de los programas, luego de transcurrido un
tiempo considerable desde su finalización, la inversión inicial en su desarrollo e implementación.
El desarrollo de esta capacidad es, por ende, un importante objetivo de la promoción de la salud.
Para ayudar a lograrlo, la práctica de la promoción de la salud normalmente es de naturaleza parti-
cipativa.
La noción de salud, que es la clave de esta definición de promoción de la salud, es mucho más
amplia que la prevención de la enfermedad. Se entiende como “un concepto positivo que enfatiza
los recursos sociales y personales, así como las capacidades físicas”. . De hecho, trasciende la pro-
moción de los estilos de vida saludables para dar mayor importancia a las mejoras en el bienestar
social, que incluye los esfuerzos por reducir las inequidades y por proteger el derecho a la salud de
las personas. Una característica fundamental de la promoción de la salud es la atención que pone
en los determinantes de salud generales; y, dado que muchos de éstos se extienden fuera del sec-
tor de la atención de la salud, también lo hace la responsabilidad por la promoción de la salud.
Al reconocer que los determinantes generales de la salud también interactúan entre sí, al tiempo
que con “factores micro” —como las elecciones de estilo de vida— surge la convicción de que las
estrategias efectivas para la promoción de la salud deben incluir componentes múltiples, cada uno
diseñado para complementarse. De este modo, el enfoque de la OMS sugiere que los programas
de promoción de la salud deberían incluir una política pública saludable, fortalecer la acción comu-
nitaria, desarrollar las habilidades personales y crear las condiciones que favorezcan a la salud. Dichas
estrategias operan en varios niveles, entre ellos, la persona, la familia, la comunidad y la sociedad en
general. Los programas de múltiples niveles y múltiples estrategias plantean desafíos específicos para
la evaluación de la efectividad de los programas en general y para la evaluación económica en par-
ticular.
En resumen, la promoción de la salud tiene un carácter inevitablemente social y político. Por otra
parte, su focalización en la equidad y los determinantes sociales significa que la evaluación de polí-
ticas y programas de promoción de la salud debe basarse en información, no sólo sobre cambios
en las condiciones de salud y sus riesgos, sino también sobre la capacidad de la promoción de la
salud para desarrollar los medios de acción individuales, colectivos e institucionales para participar
en las decisiones que afectan la salud y el bienestar (De Salazar et al., 2002).
En la actualidad, existen varias guías que orientan sobre la aplicación de métodos económicos a
evaluaciones llevadas a cabo en contextos clínicos y de atención de la salud (Drummond et al.,
2005; Gold et al., 1996).También existen guías para el uso de la evaluación económica en la pro-
moción de la salud (Tolley, 1993; Hale, 2000). Si bien estos últimos recursos presentan una visión
amplia de lo que constituye la promoción de la salud, en los ejemplos prácticos que utilizan para
ilustrar la aplicación de técnicas económicas, tienden a concentrarse en intervenciones relativa-
mente simples: normalmente de un solo organismo que hace uso de estrategias individuales para
mejorar la salud. Fuera de la literatura académica, no hay nada que trate las cuestiones prácticas
asociadas con la evaluación económica de intervenciones más complejas en promoción de la salud.
Para cerrar esta brecha, un grupo de expertos en promoción de la salud, economía de la salud y
evaluación económica, asumieron la tarea de preparar la presente guía para realizar evaluaciones
económicas de intervenciones de promoción de la salud.
.
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Guía de Evaluación Económica en Promoción de la Saludp8
Estructura de la Guía
La Guía consta de cuatro secciones principales, además de esta introducción. En la sección 2, se
analiza qué es la evaluación económica y por qué es importante en la promoción de la salud.
También se describen brevemente los pasos que supone una evaluación. Cada uno de estos pasos
está descrito en más detalle en la sección 3. Se explica la importancia de cada paso y se describe
qué se hará en cada etapa de una evaluación. Para ilustrar las ideas que queremos transmitir, se ha
incluido una serie de casos prácticos extraídos de la bibliografía de investigación disponible. En las
“Notas técnicas” se ofrece material técnico adicional y se explican en mayor profundidad algunos
de los aspectos debatibles de la práctica económica sanitaria. Como referencia general, se incluye
un glosario de términos frecuentes utilizados en la evaluación económica (Apéndice 1).
Los casos prácticos presentados en la sección 3, por lo general, son ejemplos de intervenciones o
evaluaciones sencillas (estrategias o resultados individuales, por ejemplo). En la sección 4, se tratan
algunos de los problemas que se encontrarán cuando la intervención por evaluar es más compleja;
es decir, una intervención que comprende diversos sectores, con componentes y objetivos múlti-
ples (Campbell et al., 2000). En la quinta y última sección, se abordan temas relativos al uso de la
evaluación económica, esto es, la manera en que se deberían interpretar y usar los resultados arro-
jados por una evaluación, desde el punto de vista de sus fortalezas y sus limitaciones.
También se han incluido dos casos prácticos de mayor extensión como apéndices a este informe.
En el Apéndice 3, se analiza la evaluación económica de una intervención para el desarrollo de
capacidad en escuelas de Colombia (SIVEA). En el Apéndice 4, se analiza una evaluación hipoté-
tica del costo-efectividad de una estrategia sanitaria poblacional para promover la salud en
Saskatchewan, una provincia de Canadá. El Apéndice 2 ahonda en temas asociados con la evalua-
ción de la efectividad, mientras que el Apéndice 5 presenta una lista de verificación como ayuda
para la apreciación crítica de evaluaciones económicas publicadas.
¿Para quién es útil esta Guía?
Esta Guía está dirigida especialmente a los profesionales de la promoción de la salud y a los dise-
ñadores de políticas. No supone conocimientos previos en economía de la salud. En cambio, se da
por sentado que un equipo multidisciplinario, que incluirá un economista, llevará a cabo la evalua-
ción. En este caso, podemos contar con que el economista aporte la pericia técnica necesaria, pero
depende de aquellos con experiencia profesional en promoción de la salud y conocimiento de los
programas que se evalúen para asegurar que la evaluación capture los costos y beneficios impor-
tantes, y que también lo haga con los valores consecuentes con el objetivo de la intervención. En
consecuencia, la guía pretende ofrecer más que una mera introducción y explicación de la tarea
que asumirá el economista. Se espera que la guía también proporcione a los integrantes del equipo
que no sean economistas, parte de la terminología que necesitarán, así como la seguridad y las ideas
requeridas para interrogar al economista y garantizar la fidelidad de la evaluación.
Al ofrecer acceso a la bibliografía empírica sobre evaluación económica, esta guía también será
beneficiosa para los responsables de la financiación, implementación y evaluación de intervencio-
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Organización Panamericana de la Salud p9
nes de promoción de la salud o aquellos interesados en la promoción de sus estrategias. Por último,
se espera que la Guía también pueda usarsecomo herramienta de docencia en salud pública.
Dado el carácter político, social y técnico de la evaluación económica en promoción de la salud,
resulta fundamental contar con el aporte de un equipo interdisciplinario formado por representan-
tes de organismos de financiación, grupos interesados y usuarios potenciales de la información,
preferentemente durante todo el proceso de planificación de la evaluación. Mediante la participa-
ción de los usuarios de la información, se podrán aprovechar mejor los resultados.
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Guía de Evaluación Económica en Promoción de la Saludp10
¿Qué es la evaluación económica?
La evaluación económica se define como el “análisis compara-
tivo de líneas alternativas de acción en función tanto de sus
costos como de sus consecuencias” (Drummond et al., 1997).
Dos aspectos de esta definición son importantes. En primer lugar, es un análisis
comparativo. La evaluación económica se orienta a fundamentar una elección y,
por esto, es necesario que haya dos o más opciones para comparar y elegir. En
segundo lugar, la evaluación incluye costos y consecuencias. La crítica que indica
que la economía hace demasiado hincapié en los costos y hace caso omiso de
los beneficios de lo que se intenta lograr es, por ende, equivocada.
¿Por qué la evaluación económica es importante en la promoción de la
salud?
Lamentablemente, es más lo que puede hacerse para promover la salud que los
recursos disponibles para sustentar estos esfuerzos.“Recursos” en este caso hace
referencia a las personas, su tiempo y sus conocimientos prácticos, y la infraes-
tructura y el equipo necesarios para generar programas efectivos de promoción
de la salud. No hace referencia al dinero. En la economía, se considera que los
recursos son escasos en relación con lo que puede hacerse con ellos y, por esto,
es necesario decidir cuál es la mejor forma de invertirlos. Si se invierten en pro-
gramas que son menos efectivos que otros, se pierde la oportunidad de mejorar
la salud y el bienestar. Esta situación es tan válida en promoción como en la
atención de la salud. Las buenas intenciones no bastan. Es fundamental conocer
2Introducción a
la evaluación
económica
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Guía de Evaluación Económica en Promoción de la Saludp12
si los programas que reciben apoyo en verdad logran el mejor aprovechamiento de los recursos
limitados que tienen a su disposición.
Éste es el objetivo de la evaluación económica. Los resultados deberían ayudarnos a elegir entre
líneas alternativas de acción y hacerlo de un modo que tenga en cuenta las restricciones presupues-
tarias existentes; un factor que puede limitar la capacidad para producir los resultados deseados.
¿Cómo se realiza una evaluación económica?
La evaluación económica es un ejercicio muy estructurado. Si bien diferentes autores describen la estruc-
tura de distintas maneras, en cualquier evaluación se pueden observar las ocho acciones siguientes.
• Una descripción del contexto de decisión y la perspectiva desde la cual se hará el análisis.
• Especificación del interrogante por abordar.
• Descripción de las alternativas (las opciones) que se considerarán.
• Identificación, medición y valoración de los costos de cada alternativa.
• Identificación, medición y valoración de las consecuencias de cada alternativa.
• Un paso técnico, llamado actualización, por el cual los costos y las consecuencias se ajustan para
tener en cuenta los distintos puntos del tiempo en que tienen lugar.
• Un extenso análisis de sensibilidad para evaluar la importancia de las incertidumbres que se ori-
ginan, entre otros factores, por la falta de información.
• Interpretación de los resultados de la evaluación y la presentación de recomendaciones.
El proceso asociado a cada uno de estos pasos se describe en la sección 3, y su aplicación se ilustra con
una serie de casos prácticos extraídos de la bibliografía de investigación.Antes de eso, se consideran algu-
nas otras cuestiones que se plantean acerca de la evaluación económica.
La búsqueda de la eficiencia
La evaluación económica trata principalmente de evaluar la eficiencia. Existen muchas nociones dife-
rentes de eficiencia, aunque todas aluden, de una forma u otra, a la relación entre lo que se invierte
en una intervención (recursos, insumos o costos) y lo que se obtiene por medio de la consecuencia
(beneficios, productos o resultados). Dos tipos de eficiencia revisten especial importancia: la eficiencia
técnica y la eficiencia de asignación.A esta última se la llama, en algunos casos, eficiencia social.
Eficiencia técnica: se refiere a evitar el derroche. En sentido estricto, la noción de eficiencia técnica
se refiere a lograr el máximo producto de una determinada cantidad física del insumo, o bien, usar
el mínimo nivel de insumos requeridos para lograr un nivel determinado de producto.
Eficiencia de asignación: la noción de eficiencia de asignación se refiere a la combinación y la distri-
bución correctas de programas o servicios. Es decir, ¿es correcto el equilibrio entre las diferentes for-
mas de promoción de la salud? y ¿es correcto el equilibrio entre atención de la salud y promoción
de la salud? o ¿podríamos obtener mejores resultados haciendo más de una cosa y menos de otra?
Básicamente, mientras que la eficiencia técnica se relaciona con el proceso de producción —es
decir, cómo obtener la mayor cantidad de producto a partir de un conjunto determinado de recur-
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Organización Panamericana de la Salud p13
sos—, la eficiencia de asignación hace referencia a la distribución más conveniente de dichos pro-
ductos entre las personas —es decir, cómo obtener el mejor valor posible asegurándose de que los
servicios se asignen a las personas que más se beneficiarán con ellos—.
No sólo eficiencia sino también equidad
Ya se ha destacado que la promoción de la salud no sólo tiene que ver con promover la salud, sino
también con reducir las desigualdades en este campo (por ejemplo, entre hombres y mujeres, o
entre clases sociales u otros grupos sociales). De esta manera, nos interesa no sólo la eficiencia sino
también la equidad. Equidad hace referencia a justicia. La preocupación no es únicamente cuánto
se produce a qué costo, sino también cómo se distribuyen estos costos y beneficios de modo que
se pueda apreciar si lo que se está haciendo reduce o no las desigualdades.
La opción eficiente no siempre es la más equitativa, porque las intervenciones que benefician a los
grupos marginados pueden no ser tan efectivas o pueden ser más costosas para implementar.
¿Por qué hay tantas formas de evaluación económica?
Existen cinco formas distintas que la evaluación económica puede asumir:
• Análisis de minimización de costos
• Análisis de costo-efectividad
• Análisis de costo-consecuencia
• Análisis de costo-utilidad
• Análisis de costo-beneficio
Lo único que diferencia a estas formas de evaluación es el método que se utiliza para medir e incor-
porar en el análisis los beneficios de las intervenciones evaluadas (Tabla 1).
Esto es importante, sin embargo, porque determina el tipo de pregunta que la evaluación puede
responder. En esencia, el análisis de minimización de costos, el análisis de costo-efectividad y el
análisis de costo-consecuencia atañen a preguntas de eficiencia técnica. El análisis de costo-benefi-
cio es la única técnica económica que puede abordar interrogantes de eficiencia de asignación (y,
por esto, también puede responder interrogantes sobre eficiencia técnica). El análisis de costo-utili-
dad se encuentra en algún punto entre estos dos extremos. Puede responder a preguntas referidas a
la asignación, pero sólo cuando lo único que cuenta son los resultados de salud.
¿Es suficiente la evaluación económica?
Además del costo y el efecto, la eficiencia y la equidad, también es necesario considerar la factibili-
dad de la intervención. Esto incluye su factibilidadtécnica (¿se cuenta con las aptitudes humanas y
otras posibilidades de recursos para implementar la intervención?); su factibilidad financiera (¿se puede
costear la intervención?); y su factibilidad social (¿la intervención es aceptable para la población obje-
tivo, y sus costos y beneficios se distribuyen conforme a las prioridades sociales?).
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Guía de Evaluación Económica en Promoción de la Saludp14
Tipo de análisis
Análisis de
costo-
beneficio
(ACB)
Análisis de
costo-
efectividad
(ACE)
Análisis de
costo-utilidad
(ACU)
Análisis de
costo-conse-
cuencia
Análisis de
minimización
de costos
(AMC)
Evaluación de 
costos
Unidades
monetarias
Unidades
monetarias
Unidades
monetarias
Unidades
monetarias
Unidades
monetarias
Evaluación de
beneficios
Unidades
monetarias
Unidades natu-
rales de salud
AVAC (Años
de Vida
Ajustados por
Calidad)
Unidades natu-
rales (como en
ACE) pero no
limitadas a un
resultado único
Ninguna; se
asume que los
resultados son
los mismos.
Característica
Método diseñado para valorar
y comparar todos los costos
(C) y beneficios (B) de las
intervenciones en términos
monetarios equivalentes.
Constituye un indicador
absoluto de la “bondad” de la
intervención.
Una intervención debería
implementar sólo si B-C>0 o
si B/C>1
Este método valora los
costos (C) en términos
monetarios, mientras que los
beneficios se expresan en
unidades naturales de salud o
resultado de efectividad (E).
Permite realizar
comparaciones entre
opciones con el mismo
indicador de efectividad.
Una intervención con una
relación C/E más baja
generalmente es preferible a
una con una relación C/E más
alta.
Este método estima los
costos en términos
monetarios y los beneficios
se expresan en AVAC
(unidades que incorporan la
duración de la vida y la
calidad de vida).
Es una modificación del ACE.
Establece un perfil de todos
los cambios importantes para
que no se omita ninguno.
El AMC simplemente mide
los costos relativos de una
intervención, tomando como
supuesto que los resultados
son iguales.
Puntos fuertes
Permite comparar
programas que generan
diferentes tipos de
resultados, tanto dentro
del sector salud como
fuera de él.
La comparación de
resultados de salud es
útil para los
responsables de la toma
de decisiones en temas
de salud.
Se pueden comparar
intervenciones del
mismo tipo que
necesitan los mismos
recursos.
Puede comparar
intervenciones con
amplias gamas de
resultados y de
diferentes sectores.
Proporciona una medida
de resultado en común
para que puedan
compararse
intervenciones
diferentes. 
Puede comparar
programas nuevos con
otros programas que se
evaluaron con este
método.
Asegura de que se
reconozcan todos los
resultados de
importancia.
Es la forma más sencilla
de evaluación
económica.
Desafíos
Resulta difícil asignar un
valor monetario a los
resultados de la
intervención. 
El equipo de evaluación
debe resolver las
cuestiones éticas
relacionadas con la
asignación de un valor
monetario a las mejoras
logradas en el bienestar
de las personas.
Sólo se pueden
comparar intervenciones
que tengan resultados en
la misma unidad de
medición.
Se limita a una única
dimensión de efectividad,
por lo que no puede
capturar los resultados
multidimensionales de la
mayoría de los
programas de promoción
de la salud.
No existe un consenso
respecto de cuál es el
mejor método para
evaluar la calidad de vida.
Muchas intervenciones
de promoción de la salud
ofrecen beneficios
adicionales más allá de la
ganancia de salud.
Los AVAC pueden no
ser susceptibles a
cambios pequeños en el
nivel individual, aun
cuando estos cambios
puedan ser sustanciales
en lo que respecta a la
población.
Puede ser difícil
determinar si una
intervención es efectiva
en caso de que algunos
resultados mejoren
mientras que otros
empeoran.
Son muy poco
frecuentes los casos en
que los resultados son
equivalentes. 
TABLA 1/ Resumen de las características fundamentales de los diversos métodos 
de evaluación económica
3La evaluación
económica 
de programas sencillos
de promoción de la
salud o prevención de
enfermedades
Introducción
El proceso para realizar una evaluación económica es muy estructurado.
Diferentes autores pueden describir los pasos en formas algo distintas, pero la
esencia es la misma. En general, existe un consenso entre economistas acerca de
lo que se necesita hacer. Por ejemplo, la mayoría concuerdan en la necesidad de
ajustar el valor de costos y beneficios que ocurren en diferentes momentos, para
hacerlos comparables, pero podrían discrepar respecto de la tasa a la cual los futu-
ros costos y beneficios deberían actualizarse y si para los beneficios debería usarse
la misma tasa que para los costos. Los pasos generales se describen aquí. Las áreas
donde podría existir cierto desacuerdo y las áreas de índole más técnica que
requieren de una explicación más detallada se incluyen aparte en una serie de
notas técnicas. Pueden pasarse por alto sin demasiadas consecuencias.
Para ayudar a los lectores que recién se inician en la evaluación económica a
entender mejor los pasos y su importancia, se ilustran algunos de los puntos tra-
tados mediante una serie de ejemplos extraídos de la bibliografía de investiga-
ción. Sin embargo, la evidencia económica existente relativa a la promoción de
la salud tiene un alcance extremadamente limitado. De los aproximadamente 500
estudios que se han publicado en inglés, más del 45% se relaciona con interven-
ciones clínicas, como la vacunación, y otro 40% se relaciona con intervenciones
en el estilo de vida que abordan los factores en el plano individual (Rush et al.,
p15
2004). La distribución de la evidencia publicada en español sigue un patrón similar (CEDETES,
2003).
Donde fue posible, se han elegido casos prácticos que reflejan la naturaleza multidimensional y
multisectorial de la promoción de la salud, pero en algunas instancias son las intervenciones senci-
llas las que mejor ilustran los puntos tratados. Los problemas que pueden presentarse al intentar
aplicar estos pasos en intervenciones más complejas se analizan en la sección 4.
Paso 1/ Describir el contexto de las decisiones 
El primer paso en el proceso de evaluación es describir el contexto en el cual se llevará a cabo y
en el cual se usarán los resultados. Este paso comprende la descripción del contexto, las personas y
sus características socioeconómicas y culturales, la capacidad local para la promoción de la salud, la
disponibilidad de idoneidad profesional, la infraestructura local, etcétera. Esto es, todo lo que ayude
a determinar el éxito o el fracaso de la intervención y que sea necesario para aquellos que leerán
los resultados con miras a exportar un programa exitoso a su propia comunidad.
El contexto de decisión también incluye cierta información sobre los responsables de la toma de
decisiones: quiénes son, cuáles son sus objetivos y cuál es el marco temporal. En esta etapa, tam-
bién deberían especificarse claramente el problema que se aborda y las metas (o resultados espera-
dos) de la intervención.
Otro punto por definir es el alcance de la evaluación y, en especial, la perspectiva que se adoptará.
La perspectiva del análisis es el punto de vista desde el cual se analizarán los costos y beneficios de
la intervención (Gold et al., 1996). El análisis puede llevarse a cabo desde diversas perspectivas, entre
ellas, la del organismo responsable de financiar la intervención, del sector público en general, o en
un sentido más amplio, una perspectiva de la sociedad en la que se incluyan todos los costos y bene-
ficios, independientemente de quién pague los primeros o quién disfrute de los últimos.
Seguidamente se analiza la elección de la perspectiva.
Por último, una descripción del contexto de decisión, probablemente también necesite tener en
cuenta otros programas de promoción de la salud vigentes o implementados anteriormente, si se
considera que alguno de ellos podría repercutir en la efectividad del programa nuevoque se eva-
luará.
Elección de la perspectiva
La implementación de cualquier intervención impondrá costos a una variedad de actores.También
puede haber muchos tipos diferentes de beneficiarios. Generalmente, la promoción de la salud invo-
lucra a muchos sectores de la sociedad; por ende, es posible que la adopción de la perspectiva de
un organismo individual conduzca a una evaluación parcial que puede excluir importantes costos
y beneficios, simplemente porque pertenecen a otros sectores. Los programas de desarrollo infantil
temprano, por ejemplo, generan costos para los ministerios de educación y beneficios para los sec-
tores de salud y de justicia penal. Una intervención que parece poco rentable desde la perspectiva
de un organismo individual puede, de hecho, ser muy valiosa cuando se consideran todos los bene-
ficios. De igual modo, una intervención que parece ser ventajosa para un organismo, en términos
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de costos, puede no ser tan recomendable desde una perspectiva social cuando se consideran los
costos que recaen en otros organismos y personas. Para verificar esta posibilidad, es útil exponer
toda la información de costos y beneficios a través de un balance.
¿Qué perspectiva debería adoptarse?
Lo recomendable es tratar por todos los medios de adoptar una perspectiva social, a menos que haya
fundamentos para no hacerlo. En general, las intervenciones de promoción de la salud requieren la utili-
zación de recursos de la sociedad y, por ello, se justifica que la evaluación económica sopese todas las
consecuencias en cuanto a los costos y beneficios de las opciones que se consideran. Una perspectiva
social también evita los posibles sesgos en la evaluación, ocasionados por desatender los costos en que
incurren organismos o grupos aparte del organismo principal de financiación, o por ignorar los benefi-
cios que pueden no considerarse como resultados de salud por sí mismos (p. ej., empoderamiento o
mayor capacidad comunitaria).
¿Por qué no adoptar una perspectiva social en todos los casos? Una razón es que no siempre es necesa-
ria. La recolección de datos normalmente es más costosa cuando se usa una perspectiva social, pero
puede no agregar nada significativo a una evaluación que se lleve a cabo desde una perspectiva institu-
cional o de organismo en particular. Una perspectiva social brinda una descripción completa de los cos-
tos y beneficios, incluida su distribución, pero esto podría no modificar las conclusiones del ejercicio. La
información adicional quizá sea un lujo de alto precio.
Consideraciones especiales para la promoción de la salud
Si bien la perspectiva de la sociedad es la ideal, el equipo de evaluación tiene que decidir acerca de
la perspectiva y, en algunas circunstancias, una más estrecha podría ser aceptable.
EJEMPLO/ No siempre se necesita una perspectiva social
El programa del detector de humo en Oklahoma ofrece un buen ejemplo de por qué una perspectiva social
no siempre es necesaria. El programa distribuyó detectores de humo a viviendas de la ciudad, para reducir
las lesiones producidas por incendios domésticos. 
Los costos del programa incluían aquellos inherentes a las alarmas, su mantenimiento y las baterías de
repuesto, un costo sustituto del tiempo que los voluntarios donaron para distribuir la alarma (sobre la base
de los salarios que habrían recibido de otro modo), los costos asociados con el daño causado por el incen-
dio, los costos de atención de la salud. Los resultados eran lesiones fatales y no fatales ocasionadas por
incendios así como cambios en la producción causados por la reducción de lesiones.
La evaluación adoptó tanto una perspectiva social como una más estrecha de la atención sanitaria.
El costo del programa para el organismo de salud fue$498.000 (de EE. UU.). La reducción en las lesiones
produjo “ahorros” en el uso de atención sanitaria valuada en casi $15 millones y, así, la intervención fue
efectiva y generó ahorros por un valor mayor que sus costos.
Los costos para la sociedad en su conjunto fueron ligeramente superiores, de $530.000, debido a los volun-
tarios; pero el “rendimiento” social fue considerablemente mayor, debido a la mayor producción derivada de
la reducción en la mortalidad y morbilidad relacionadas con el ausentismo, valuada en $15 millones. 
De esta manera, en este caso, no se ganó nada sustancial mediante la adopción de la perspectiva social.
La conclusión que se puede extraer —que la distribución de detectores de humo en forma gratuita en los
hogares representa una buena inversión— es la misma en ambos casos.
—Haddix AC, Mallonee S, Waxweiller R, Douglas MR. Cost effectiveness of a smoke alarm giveaway program in Oklahoma City,
Oklahoma. Injury Prevention, 2001: 7: 276-281 
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Si se adopta una perspectiva más acotada, entonces corresponde al equipo de evaluación asegurarse
de que no se ignoren costos o beneficios importantes. Una perspectiva social será fundamental si la
intervención es verdaderamente multisectorial, ya que entonces los costos afectarían a diversos orga-
nismos. Una intervención puede ser económicamente eficiente desde la perspectiva de la sociedad
EJEMPLO/ Balance de los costos y beneficios sociales
Si se adopta una perspectiva social, podría ser útil considerar la posibilidad de usar un balance para tabular
los costos y beneficios. El balance garantiza que las transferencias de recursos de un organismo a otro se
contabilicen correctamente o no se cuenten por duplicado.
La Tabla que se muestra a continuación se extrajo de la evaluación del Peri Preschool Program en los EE.UU.
(Barnet 1985). Si bien ya tiene varios años y no es estrictamente una intervención de promoción de la salud
(aunque probablemente tenga efectos de salud), la evaluación tiene muchas características en común con
una buena evaluación de promoción de la salud. El programa era una intervención de educación temprana
para niños de familias de escasos recursos. En la tabla se resumen algunos de los costos y beneficios (finan-
cieros), y se muestra el efecto neto sobre el conjunto de la sociedad y un desglose del efecto neto para los
participantes del programa y los contribuyentes que aportaron los fondos.
Costos y beneficios del Perry Preschool Program
Costos y beneficios (dólares de EE. UU. de 1988)
Sociedad Participantes Contribuyentes
Programa preescolar -12.570 0 -12.570
Cuidado infantil asistencial 770 770 0
Ahorros en los costos escolares 5.500 0 5.500
Reducción del delito 1.260 0 1.260
Aumento en las ganancias 620 470 150
Reducción de la asistencia social 50 -500 550
Subtotal a los 19 años de edad -4.370 740 -5.110
Costos de educación superior -670 0 -670
Reducción del delito 1.500 0 1.500
Aumento en las ganancias 15.590 12.590 3.000
Reducción de la asistencia social 1.070 -10.740 11.820
Subtotal from age 19 on 17.500 1.830 15.650
BENEFICIOS NETOS TOTALES 13.130 2.570 10.540
Los costos se muestran como negativos. El costo del programa fue de $12.570, monto que se presenta
aquí como un costo para los contribuyentes y para la sociedad en general. Sin embargo, este costo se com-
pensó en cierto grado por un ahorro en los costos de escolaridad después del programa (de $5.500) y aho-
rros para otros sectores (a través de reducción del delito, por ejemplo).
El mayor beneficio se obtuvo en la forma de mayores ganancias que los “graduados” del programa podrían
recibir, unbeneficio que era compartido entre los participantes ($12.590) y el contribuyente ($3.000).
Este ejemplo también muestra la importancia del marco temporal. Para la edad de 19 años, el programa
seguía siendo un costo neto para la sociedad. Sólo cuando se consideran los beneficios que se extendieron
más allá del cumpleaños número 19 del niño, se observa que el programa genera beneficios por un mayor
valor que sus costos (cabe aclarar que la tabla excluye los beneficios intangibles provenientes de la reduc-
ción del delito, la mejor educación y empleo).
—Barnet WS. Benefit-cost analysis of the Perry Preschool program and its policy implications. 
Educational Evaluation and Policy Analysis 1985; 7: 333-342 
en su conjunto, pero puede resultar difícil generar apoyo para su implementación si, por ejemplo,
la mayoría de los costos recaen en un organismo mientras que otro aprovecha los beneficios. Para
las intervenciones multisectoriales y multiniveles de promoción de la salud, será necesario entender
la distribución y equidad de los costos y beneficios, en especial si la intervención está diseñada para
llegar a las poblaciones más marginales. Los interrogantes que los promotores de salud y el econo-
mista tienen que preguntarse en este paso son:
Si se recomienda una perspectiva más acotada (que la social), ¿hay costos y beneficios sig-
nificativos que inciden en otros organismos que se omitirán y modificarán la conclusión?
¿La perspectiva que se adopta nos permite cuantificar los efectos distribucionales?
¿La perspectiva que se adopta nos permite abordar la equidad?
Paso 2/ Especificar el interrogante que se aborda
La evaluación económica tiene que brindar información que ayude a los responsables de la toma
de decisiones a elegir entre usos alternativos de los recursos. Es crucial que el interrogante plante-
ado se especifique adecuadamente de modo tal que la evaluación suministre las clases correctas de
información. Es, por ende, bastante probable que el economista dedique una gran cantidad de
tiempo al comienzo de una evaluación debatiendo con el equipo para asegurarse de que la pre-
gunta sea apropiada. Entre los interrogantes adecuados para la evaluación económica se incluyen:
¿Cuál de dos o más opciones logra un objetivo determinado al menor costo?
Para un presupuesto determinado, ¿cuál de dos o más opciones logra la mayor mejoría de
los resultados?
¿Sería mejor reducir el gasto en el programa A y reasignar los recursos al programa B?
Si se aumentó la inversión en un programa de promoción de la salud, ¿los beneficios
extras conseguidos justificarían los costos adicionales?
¿Es el programa vigente, a su escala actual, meritorio desde el punto de vista económico?
La pregunta planteada para la evaluación también debe poder responderse dentro de las limitacio-
nes impuestas por el contexto de decisión. Una característica de cada una de las preguntas enume-
radas es su especificidad. Una pregunta como “¿es la promoción de la salud más efectiva en función
del costo que el tratamiento?” puede ser de gran interés para los decidores, pero no se puede con-
testar. ¿Qué formas de promoción de la salud se tratan aquí? ¿Con qué tipos de tratamiento se
compararán? ¿Qué aspectos de la efectividad son de interés?, y ¿son estos aspectos comparables con
la prevención y la cura?
Así mismo, una pregunta como “¿cuál es el costo de este programa?” no es una pregunta econó-
mica. En esta instancia, no hay comparación ni consideración de los resultados.
La especificación correcta del interrogante es importante por otro motivo. Determina el enfoque a
la evaluación económica (es decir, el método) que debe adoptarse. Las primeras tres preguntas enu-
meradas pueden responderse con análisis de costo-efectividad, costo-consecuencia o costo-utilidad
(la naturaleza de los resultados de cada programa determinará cuál de los métodos es más conve-
niente). Las preguntas (4) y (5) requieren un análisis de costo-beneficio en el que los valores del
público se incorporen directamente en la evaluación. Más adelante se mostrará cómo hacerlo.
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Con frecuencia, la pregunta que la evaluación debe responder es formulada por quienes planean
usar sus resultados, ya sean responsables de la toma de decisiones, investigadores o partes interesadas
en la promoción de un programa o intervención determinada. Lo ideal es que en esta etapa parti-
cipe el economista, ya que es quien mejor sabe qué tipos de preguntas puede responder una eva-
luación económica. Un debate entre partes interesadas, ejecutores y el equipo de evaluación acerca
de los objetivos, los resultados, el alcance y los indicadores de éxito de la intervención ayudará a
perfeccionar la pregunta o el plan de evaluación.
Consideraciones especiales para la promoción de la salud
El conocimiento de la intervención de promoción de la salud, y especialmente sus objetivos, pro-
ductos, alcance deseado y los indicadores que podrían usarse para vigilar la efectividad, permite
identificar qué tipos de preguntas económicas son más pertinentes y qué preguntas sean probable-
mente respondidas dentro de las limitaciones de la evaluación.
En el plano de una intervención individual, las preguntas para la evaluación económica en promo-
ción de la salud pueden comparar inversiones dentro de los programas (por ejemplo, una forma de
programa de actividad física en comparación con otra) o entre programas si el resultado de interés
es el mismo (por ejemplo, actividad física en comparación con el abandono del hábito de fumar,
cuando los resultados se midan en función de las mejoras en los Años de Vida Ajustados por Calidad).
De hecho, si la salud es el único resultado de interés, también se pueden comparar programas entre
sectores (educación de seguridad vial en comparación con imposición de los límites de velocidad,
por ejemplo). En el caso de intervenciones multisectoriales y multiniveles de promoción de la salud,
hay algunas preguntas que el promotor de salud y el economista en salud deben preguntarse en
este paso:
¿La pregunta planteada cumple los objetivos que se han establecido los promotores de salud
o los responsables de la toma de decisiones?
¿La pregunta planteada cumple todos los objetivos de interés o refleja adecuadamente la
intención de la intervención?
¿Cuál es el modelo lógico para la intervención? ¿Qué objetivos pueden medirse? ¿Cuáles
son los límites de evidencia disponible para los productos, procesos o resultados de la inter-
vención? ¿Qué conocimientos (provenientes de la bibliografía) se tienen acerca de las cone-
xiones entre los elementos del modelo lógico correspondiente a esta intervención? ¿De qué
manera afecta esto el tipo de pregunta planteada?
En la sección 4, se describen otras consideraciones especiales para la promoción de la salud en este
paso, cuando se torna más complejo.
Paso 3/ Identificar y describir las opciones
Luego de especificar el problema y la pregunta que se deben abordar, el siguiente paso consiste en
identificar las medidas por tomar para resolver el problema. Cada una de estas opciones es un can-
didato en potencia para la evaluación.
En algunos casos, se argumentará que no existe ninguna alternativa al programa que se evaluará. Si
esto fuera cierto, no sería necesaria la evaluación económica. Si no hay alternativa, no hay eleccio-
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nes para hacer y, por ende, no hay necesidad de evaluar nada. Sin embargo, en realidad casi siempre
hay una opción. No necesariamente tiene que ser entre dos programas de promoción de la salud.
A veces, la opción es entre prevención y tratamiento (las primeras evaluaciones a la vacunación
infantiladoptaron esta forma). En otros casos, la pregunta se referirá a la incorporación de un nuevo
programa en el conjunto existente de actividades; en cuyo caso, la opción es la cartera existente de
programas frente a la cartera mejorada. En otras instancias, la opciones podrían incluir aumentar o
reducir el programa sujeto a evaluación (por ejemplo, ¿deberíamos extender un programa de acti-
vidad física a otras partes de la municipalidad o a otros grupos de la población?).
De hecho, la gama de posibles opciones es enorme, en especial cuando se reconoce el papel que
desempeñan los factores sociales como determinantes de la salud. Esto abre una puerta a una gran
variedad de opciones, que incluye intervenciones en otros sectores: escuelas, vivienda, políticas de
empleo, etc. Así, el desafío para el equipo de evaluación radica en contener la gama de opciones
para poder dirigir la evaluación sin distorsionar los resultados (por ejemplo, mediante la exclusión
de intervenciones, porque podría ser difícil estimar su valor).
La elección del comparador es de vital importancia. Si se elige un comparador que representa una
escasa ventaja en función de su costo, obviamente la nueva intervención parecerá más favorable.
No obstante, no es recomendable buscar comparadores de escaso valor.
La identificación de las opciones está a cargo del equipo de evaluación, en especial de aquéllos que
cuentan con el conocimiento técnico sobre las maneras de abordar el problema en cuestión. Una
de las opciones que deberían considerarse es la “práctica actual”. De esta forma, si se está conside-
rando la posibilidad de implementar o no una política integrada de Escuelas Saludables, el compa-
rador podría ser “qué sucede actualmente en las escuelas sin la nueva política”. Se deberían incluir
todas aquellas estrategias no integradas, vigentes en las escuelas de la comparación.
En algunos casos, se describe la práctica actual como el statu quo o la opción “no hacer nada”, pero
probablemente la descripción más acertada sea la opción “no hacer nada diferente”. Rara vez sucede
que el mejor comparador es literalmente no hacer nada. Aun cuando no existan otras formas de
prevenir el problema de salud que se está examinando, el tratamiento de sus consecuencias siempre
será una alternativa.
Consideraciones especiales para la promoción de la salud
En el campo de la promoción de la salud, la gama de opciones de comparadores para considerar
puede ser más amplia que la intervención de promoción de la salud en sí; por ejemplo, quizá se
quiera comparar un programa de desarrollo económico comunitario para apoyar los ingresos o
programas de empleo que también aborden los mismos factores determinantes de la salud. Puede
resultar difícil encontrar una comparación única porque la intervención es multinivel y compleja,
con múltiples objetivos y podría ser poco probable encontrar otra intervención con los mismos
objetivos. En este caso, es más probable que sean convenientes los enfoques de costo-beneficio o
costo-consecuencia.
Es difícil comparar intervenciones en comunidades distintas, porque los contextos son diferentes y
es posible que las intervenciones también deban serlo. La intervención A en un contexto puede
tener diferentes resultados que la intervención B en otro contexto, y los costos también pueden
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Organización Panamericana de la Salud p21
variar. Estas cuestiones se tratan en mayor profundidad en la sección 4. Las preguntas que el pro-
motor de salud y el economista en salud deben formularse en este paso son:
¿Son las opciones de comparación que se están considerando apropiadas a los contextos?
¿Hay claridad acerca de cómo se ha puesto en práctica la intervención y se han identifi-
cado las principales influencias contextuales tanto para la intervención como para el com-
parador?
Paso 4/ Identificar, medir y valorar los costos 
Este es el paso de una evaluación económica que es igual para todos los diferentes métodos dentro
de este tipo de evaluaciones. La evaluación de costos (como en el caso de los beneficios) tiene una
subestructura propia y un economista idóneo guiará al equipo de evaluación por tres minipasos,
para asegurarse que todos los costos se capturen correctamente: (a) identificar todos los recursos
requeridos para cada opción; (b) medir los recursos requeridos para cada opción; y (c) valorar,
cuando sea posible, las cantidades de recursos. Hemos adoptado la misma estructura para ilustrar lo
que sucederá en cada etapa.
Identificar los recursos requeridos para cada opción
En cualquier intento de calcular los costos de un programa, la primera etapa exige que el equipo
de evaluación identifique lo más exhaustivamente posible todos los recursos requeridos para cada
una de las opciones. En esencia, esta etapa equivale a enumerar todos los ingredientes necesarios
para hacer una comida. Los recursos incluyen tiempo del personal, oficinas, transporte, costos de
bienes consumibles y recursos que tienen que ver con informar a los participantes del programa.
En esta etapa, lo mejor es identificar todos los recursos requeridos para un programa o interven-
ción. Quizás no sea posible medir o valorar todo lo que se identifica de esta manera, pero la enu-
meración de todo garantiza que nada importante se pase por alto. Esto es especialmente importante
si se ha adoptado una perspectiva social, puesto que se requiere que todos los recursos estén inclui-
dos independientemente de qué organismo o persona sea responsable de suministrarlos. Por ejem-
plo, el tiempo que los miembros de la comunidad dedican a participar en un programa constituirá
un importante recurso en algunas intervenciones.
También es importante listar todos los recursos sin tener en cuenta si se incurre en un costo finan-
ciero o no. En economía, el costo se relaciona con el uso de recursos y no necesariamente con el
gasto (consultar Nota técnica: Costo económico -de oportunidad-). El tiempo del personal que se
redirige de una actividad a otra debe estar documentado, aun cuando los costos salariales de dicha
persona hayan sido pagados por alguien más. De igual manera, en muchos casos los recursos serán
donados a una intervención, especialmente si ésta supone cierto grado de participación de la comu-
nidad. Por ejemplo, la biblioteca local podría proporcionar espacio en forma gratuita para que se
reúna una asociación comunitaria; los miembros de la comunidad pueden ofrecer su tiempo en
forma voluntaria para participar en las actividades; o un organismo de la comunidad puede permi-
tir que los trabajadores de campo responsables de prestar una intervención usen su fotocopiadora.
En cada una de estas instancias, se usa un recurso y así se incurre en un costo económico, incluso
cuando no haya una transacción monetaria. Dado que el objetivo es el mejor aprovechamiento de
los recursos de la sociedad, en esta etapa lo que debe documentarse es el flujo de los recursos.
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Medir la cantidad de recursos requeridos para cada opción
Luego de enumerar los “ingredientes” requeridos para cada intervención, la siguiente etapa es espe-
cificar la cantidad que se necesita de cada recurso; por ejemplo, cuánto espacio adicional de ofici-
nas se requiere y por cuánto tiempo; cuántas horas más del tiempo del personal son necesarias; y
qué nivel de idoneidad y especialización necesita cada una de las opciones, y así sucesivamente.
En la práctica, la identificación y la medición de los recursos se llevan a cabo en forma conjunta.
Sin embargo, resulta útil especificarlos como pasos separados para resaltar la importancia de una
buena medición. Para poder asignar costos (es decir, valores) a los ítems de uso de recursos,el eco-
nomista del equipo necesitará saber qué cantidad de cada recurso es necesaria.
Por lo general, el paso de la medición será el que más tiempo le tome al personal del programa, ya
que éstos son los únicos que conocen cuánto han dedicado a administrar un programa o a buscar
apoyo de partes interesadas clave. Este esfuerzo es crucial si el economista del equipo desea compi-
lar un panorama preciso de los recursos requeridos para sostener un programa exitoso.
La medición también debería considerarse una oportunidad para especificar qué insumos adiciona-
les se necesitan para cada opción. Por ejemplo, se puede hacer uso del espacio existente, o quizás el
programa necesite nuevas dependencias una vez que alcance un cierto tamaño.
Por último, la buena práctica en la presentación de informes de una evaluación económica requiere
detalles sobre la cantidad de recursos, que han de mantenerse aparte de su valor económico de
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Nota técnica: Costo económico (de oportunidad)
Por lo general, se piensa en el costo como el precio que debemos pagar por algo. En economía, el costo
no hace referencia al precio directamente sino al sacrificio. En economía, se incurre en un costo cuando,
al usar un recurso en una forma, se renuncia (o se sacrifica) la posibilidad de usar el mismo recurso en
otra forma. El tiempo que pasamos leyendo esta guía tiene un costo económico, porque al leer esto, no
podemos hacer otra cosa como, por ejemplo, responder el correo electrónico. El costo económico del
tiempo de una persona se mide en el valor que ésta asigna a cualquier otra actividad que podría estar
haciendo en lugar de leer esta guía.
Las dos nociones de costo (financiero y económico) a menudo están unidas, porque el precio que uno
paga por algo con frecuencia refleja su valor en otra parte. Por esto, normalmente el costo económico
del personal recientemente contratado para una intervención se refleja en sus salarios. No obstante, esta
situación no siempre se cumple. ¿Qué sucede si el personal es contratado por otro organismo y éste lo
reasigna para trabajar en la intervención? Por ejemplo, maestros de escuelas pueden tomarse un tiempo
de sus actividades habituales para trabajar en la elaboración de un nuevo programa de estudios de pro-
moción de la salud. Sus salarios son pagados por otro organismo. No hay un costo financiero para la
intervención de promoción de la salud y aun así se incurre en un costo económico porque los docentes
no pueden dedicar tanto tiempo a la supervisión de actividades deportivas o a la calificación de las tareas
de sus alumnos, por ejemplo.
Lo mismo ocurre en el caso de la participación voluntaria de la comunidad en las intervenciones de pro-
moción de la salud. Aun cuando el tiempo dedicado al proyecto representa una donación, los voluntarios
podrían estar haciendo otra actividad. El costo económico de su participación en la intervención se revela
en el valor de la actividad alternativa.
Por este motivo, el economista del equipo de evaluación dedicará un tiempo a identificar los recursos
requeridos para cada proyecto, independientemente de si existe algún costo financiero asociado e inde-
pendientemente de quién paga ese costo, si es que lo hay. Esto explica por qué las estimaciones del
costo económico (necesarias en una evaluación económica) muchas veces difieren notablemente de las
estimaciones del costo financiero o contables de un proyecto.
manera que los lectores de otras jurisdicciones puedan evaluar mejor qué recursos podrían necesi-
tar y en qué costos incurrirán en la esfera local para implementar la intervención, en caso de que
demostrara ser costo-efectiva.
Valorar los recursos requeridos para cada opción
La etapa de valoración en este momento asigna valores monetarios a cada uno de los recursos identifi-
cados y cuantificados en las etapas anteriores. Con frecuencia, el economista se valerá de información
extraída de las cuentas de los principales organismos implicados para calcular el costo de los recursos
que cada uno de ellos suministre. De esta forma, la erogación en salarios a menudo se usará para asig-
nar valores a los insumos en personal. Generalmente, el gasto documentado en rubros como los gastos
de oficina (teléfono y fotocopiadora, por ejemplo) también puede utilizarse para asignar valores a estos
insumos.
En ocasiones, el economista tendrá la necesidad de ajustar los gastos registrados en las cuentas de una
organización para reflejar con mayor precisión el valor económico de los recursos. Esto se hará en
aquellos casos en que el precio que se paga por un recurso incluye impuestos o subsidios considerables
(técnicamente, los impuestos y los subsidios son medios de reasignar costos de un grupo de la sociedad
a otro; por sí solos, no son costos para la sociedad en general).También puede ser necesario ajustar las
cuentas para que reflejen con más exactitud la porción del costo que debería atribuirse legítimamente
a la opción que se evalúa (cuando, por ejemplo, los costos fijos se reparten en centros de costos en for-
mas que no están basados en la actividad).
En otras ocasiones, el economista imputará un valor por recursos que no tienen un gasto financiero
obvio asociado con ellos (el cuarto en la biblioteca, el tiempo voluntario y el préstamo de equipos
mencionado anteriormente). En estas circunstancias, el economista buscará un sustituto adecuado que
capture el valor del recurso. Por ejemplo, se podría tomar el alquiler que de otro modo se habría pagado
por usar el cuarto en la biblioteca o el salario que se habría pagado a las personas que donan su tiempo.
Para determinar el mejor valor que se debe usar en dichas circunstancias, el economista recabará infor-
mación del equipo de evaluación o de los responsables de la toma de decisiones sobre qué sucedería si
el recurso ofrecido en forma voluntaria no estuviera disponible. En el caso del tiempo de una persona,
la alternativa a usar un voluntario podría ser emplear a una persona en forma ocasional. Entonces es
posible comparar las aptitudes y los conocimientos requeridos con puestos de trabajo equivalentes den-
tro de la organización, a fin de encontrar un salario apropiado que pueda usarse para asignar un valor
al tiempo del voluntario.
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Guía de Evaluación Económica en Promoción de la Saludp24
Nota técnica: Costos financieros versus costos económicos
En la nota técnica anterior se hizo una distinción entre los costos financieros (aquellos asociados con algún
intercambio de dinero) y los costos económicos (cuando se emplean recursos como, por ejemplo, el tiempo
del personal). 
Para determinar la eficiencia económica de una intervención, es necesario saber si sus beneficios exceden
el valor de los recursos que requiere. Es decir, hay que conocer su costo económico. 
Para determinar si la intervención es costeable, también es necesario conocer su costo financiero y la manera
en que este costo recae sobre los diferentes organismos que intervienen. Así, una evaluación económica
aceptable, es decir, una que resulte útil para los diseñadores de políticas, documentará tanto los costos
financieros como los económicos.
Implicancias para el equipo de evaluación
La valoración exitosa de los costos de un programa depende de un modo crucial de las etapas ante-
riores: la identificación y la medición de los recursos. La identificación de los recursos demanda un
esfuerzo en equipo. El economista puede especificar las categorías generales de recursos que podrían
requerirse (costos de capital, costos de personal, etc.), pero la mayor responsabilidad recae en los
profesionales y los responsables de la toma de decisiones que integran el equipo de evaluación, paraasegurarse que la lista de ingredientes sea lo más exhaustiva posible.
La medición del uso de recursos también es una tarea que habitualmente corresponderá a las per-
sonas responsables de implementar la intervención. En algunos casos, puede ser el equipo de eva-
luación, en particular cuando la intervención y su evaluación son financiadas como parte de un
proyecto de investigación. Si el personal de campo es responsable de recabar información sobre la
cantidad de uso de recursos, al equipo de evaluación, mediante una estrecha colaboración con los
trabajadores de campo, le corresponde diseñar los métodos de recolección de datos que repercutan
lo menos posible en las formas habituales de interacción del personal con la comunidad (Hawe et
al., 2004, Riley et al., 2005).
Finalmente, el equipo de evaluación necesitará examinar de dónde el economista obtiene la infor-
mación que necesita para asignar un valor monetario a los recursos utilizados.Ya se ha mencio-
nado que el primer lugar para buscar serán las cuentas publicadas de los organismos que suministran
los recursos en cuestión. Esto se debe a que, implícito en el enfoque del economista, se encuentra
el supuesto que los valores de mercado son mejores. En la mayoría de los casos es verdad, pero este
supuesto necesita supervisión.Algunas tasas salariales que se pagan a las mujeres todavía están reza-
gadas respecto de las que se pagan a los hombres. Si bien hay economistas que afirman que esta
situación constituye un fiel reflejo de las diferencias en la productividad y que, por ende, no es un
problema, otros economistas consideran esta diferencia como prueba de la discriminación en el
mercado laboral y no como un fiel reflejo de las diferencias en el valor o el costo de oportunidad.
Consideraciones especiales para la promoción de la salud
El uso de tiempo voluntario y recursos en especie de la comunidad será una característica en común
de las intervenciones de promoción de la salud, debido a la importancia atribuida a la participa-
ción y la colaboración. El equipo de evaluación deberá asegurarse de considerar y enumerar estos
recursos, y analizar cómo aparecen en los cálculos de costos.
También es necesario ser claros en la terminología. Muchas veces sucederá que un proyecto exi-
toso de desarrollo comunitario vea cómo se derivan recursos adicionales a la intervención a medida
que los trabajadores de campo entablan asociaciones de colaboración con otros organismos u orga-
nizaciones (Gold et al., en imprenta). El economista considerará estos recursos adicionales como un
costo, mientras que los trabajadores comunitarios los percibirán como evidencia del acierto de sus
actividades. En realidad, los recursos atraídos a una intervención a través de la acción comunitaria
exitosa representan tanto un costo como un resultado. Son un resultado del desarrollo comunitario
exitoso pero se convierten en un insumo (y por tanto, un costo) que se destinan a actividades pos-
teriores diseñadas para promover la salud. Los interrogantes que los promotores de salud y los eco-
nomistas de salud tienen que preguntarse en este paso son:
¿Se han incluido todos los recursos en especie relevantes?
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Organización Panamericana de la Salud p25
¿Se han distinguido claramente los resultados (beneficios) y los costos asociados con el
éxito del desarrollo comunitario o las intervenciones de colaboración?
Paso 5/ Identificar, medir y valorar las consecuencias
Como en el caso de los costos, la evaluación de las consecuencias se desglosa en tres subpasos.
Identificación de todas las consecuencias importantes
La finalidad en este punto es listar todos los logros esperados de la intervención. La lista no debería
limitarse a los resultados finales.También deberían identificarse los cambios intermedios que podrían
mostrar si la intervención funcionara según lo planificado. No obstante, puede resultar útil que el
equipo distinga todas las consecuencias que se encuentren en la vía causal que no sean resultados
finales en sí mismos de aquellas consecuencias que, en última instancia, determinarán si una inter-
vención es efectiva o no.Algunas consecuencias pueden considerarse tanto una variable intermedia
como un resultado final. El empoderamiento, por ejemplo, podría considerarse como un fin en sí
mismo y también como un determinante de la salud (Wallerstein, 1992).
Al igual que sucede con los costos, se debería apuntar a ser lo más exhaustivo posible en esta etapa,
mediante la identificación de todos los resultados relevantes aun cuando no siempre es posible
medir o valorarlos a todos. De esta manera, se podrá garantizar que no se pase por alto ningún ele-
mento importante.
Medición de las consecuencias
Los posibles métodos para medir los resultados de la promoción de la salud se tratan en el Apéndice
2. Lo importante en esta instancia es asegurarse que la elección del indicador de resultado sea ade-
cuado para la pregunta económica que se intenta responder.
Las medidas de resultados finales no siempre son necesarias. Si la intención de la intervención que
se analiza es reducir el uso del tabaco, las tasas de abandono o los cambios en la cantidad de tabaco
consumido representan buenas medidas de éxito. Estos cambios no necesitan traducirse en una
mejora de la salud o el bienestar para decidir qué intervención es más efectiva para el objetivo que
se considera.
Por ese motivo, si el objetivo de la intervención es promover la capacidad en organizaciones de
base comunitaria, por ejemplo, entonces cualquier opción que tenga la probabilidad de lograr dicho
objetivo puede compararse con otra en un análisis de costo-efectividad con una medida de capaci-
dad como el indicador de “resultado”.
Por otro lado, para determinar si un enfoque de desarrollo de capacidad dentro de una interven-
ción es más eficaz para promover la salud que los enfoques que no incluyen el desarrollo de capa-
cidad como objetivo, es evidente que se necesita contar con una medida de mejora de la salud.
Una medida de mayor capacidad por sí sola no ayuda a elegir entre estas opciones.
Así mismo, si la reducción de la inequidad es un objetivo primordial de los programas de promo-
ción de la salud, entonces cualquier evaluación de la efectividad de un programa debe documentar
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el efecto que este último ejerce en diferentes grupos sociales. Lamentablemente, pocas evaluaciones
informan este tipo de evidencia (Macintyre, 2003).
Como sucede con los costos, el objetivo aquí debería ser medir los cambios en el resultado que se
producen debido al programa.
Valoración de las consecuencias
En el análisis de minimización de costos, el análisis de costo-efectividad y el análisis de costo-con-
secuencia, los beneficios de la intervención se expresan en unidades naturales, es decir, tal cual
como se midieron. Por lo tanto, en esta etapa no se requiere valoración explícita alguna. Igualmente
el responsable de la toma de decisiones debe realizar un juicio de valor a la hora de decidir si los
beneficios de la intervención justifican los costos asociados (consultar el paso 8).
La valoración es, por ende, un aspecto del análisis de costo-utilidad y del análisis de costo-benefi-
cio únicamente.
En el análisis de costo-utilidad, la medida de resultado es el año de vida ajustado por calidad, que
en términos claros equivale a un año de vida adaptado según su calidad. Un año en buena salud
recibe una puntuación de un año de vida ajustado por calidad. Un año en un estado de salud con-
siderado equivalente a estar muerto recibe una puntuación de cero. Los estados intermedios, es
decir, aquéllos que se consideran mejores que estar muerto pero que no llegan

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