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El texto pertenece a Maquiavelo, filósofo del s. XV-XVI, a la obra “El Príncipe”, que junto a “Discursos sobre la primera década de Tito Livio” fueron sus dos grandes obras. Situamos a Maquiavelo en la época del renacimiento, momento de transición entre la E. Media y la E. Moderna. En este momento ocurre un giro antropocéntrico después del oscurantismo de la E. Media. La ciencia y las matemáticas se encontraban en auge, demostrando verdades basadas en lo empírico y racional, al contrario de la filosofía que, hasta ese momento, aceptaba verdades sin ser demostradas. El pensamiento de la sociedad cambia y todo empieza a centrarse en el ser humano y su libertad. Maquiavelo centro su filosofía en la política, fue el primero en hacer de la política una ciencia. En este momento, Italia, lugar de su nacimiento, esta construida por pequeñas repúblicas independientes y vio como en el resto de Europa existían reinos, como el de Los Reyes Católicos (España), que crecían gracias a su estado bien organizado y su visión siempre por el bien del reino. Platón y Aristóteles decían que el buen gobernante debía ser virtuoso y gobernar con buenas acciones en favor del pueblo. Maquiavelo, al contrario, opinaba que el ser humano se rige por sus pasiones, hay que desechar las condiciones morales y defender el realismo en favor del estado, el bien del colectivo. El fin justifica los medios y el buen gobernante tiene que hacer lo que considere oportuno por el bien del estado, aunque implique realizar malas acciones. En la primera parte del texto Maquiavelo viene a decir que el buen gobernante tiene que hacerse temer, dando igual si no llega a ser amado por su pueblo, pero evitar ante todo que te odien, pues puede ser compatible ser temido y no ser odiado. Para ello hay que evitar tocar sus posesiones, pues el ser humano es egoísta por naturaleza y olvida antes la pérdida de un ser querido que la expropiación de sus bienes. También dice que hay que tener mano dura, pero justificada, incluso llegar a ejecutar algún ciudadano por el bien del estado y su orden. El ser humano siempre aspira a más y tocar sus posesiones podría hacer que el pueblo acabara odiando al gobernante por su egoísmo. Maquiavelo decía que, para recuperar un estado débil y en decadencia, tendría que gobernar un príncipe en una monarquía absoluta, pero su ideal de gobierno perfecto es la república romana, pues la estudio a fondo y en ella veía todo organizado de tal manera que todo giraba en torno a la grandeza de Roma.
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