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EL TEATRO DESDE 1936 A 1975 PANORAMA TEATRAL DESDE 1936 En la España de 1936 el teatro seguía siendo la actividad cultural y artística principal. Su desarrollo tuvo una evolución distinta. Los empresarios eran poco proclives a arriesgarse con obras innovadoras de dudoso éxito y ponían en cartelera las que eran del gusto del público burgués y las renovaciones no fueron conocidas por un amplio sector del público. Cuando estalla la Guerra Civil. El repertorio en cartelera estaba integrado por melodramas, sainetes, comedias ligeras, astracanes, zarzuelas... Entre los republicanos se representaban obras de carácter convencional, pero pronto surgieron otras que fijaban la atención en el progreso que la sociedad estaba alcanzando desde la proclamación de la II República. La compañías de teatro como Las Misiones Pedagógicas, La Barraca, El Búho, Teatro de Guiñol, representaron teatro de guerra en el frente y lo popularizaron. Con el fin de la guerra en 1939, el verdadero teatro español estará fuera del país. Tras el asesinato de Lorca, la muerte de Valle-Inclán y Unamuno y el exilio de algunos dramaturgos, el teatro se convierte en instrumento de propaganda al servicio de los vencedores. 1.1 El teatro bajo la dictadura. La década de los cuarenta. A partir de la victoria de Franco, desaparece de la escena todo intento de renovación y se desarrolla un teatro oficial, a menudo deleznable. Se crea una normativa específica de censura para el teatro, la prensa y radio y la censura se va a encargar de que el teatro desarrolle determinados temas y que refuerce los ideales que inspira el Movimiento Nacional. Se estrenan obras que discurren entre la evasión y la tradición. Se trata de melodramas, teatro de humor, zarzuelas, de la prolongación del teatro nacional de guerra compuesto por la comedia burguesa de Jacinto Benavente y sus seguidores el teatro en verso de Eduardo Marquina, la comedia costumbrista y el sainete de los Quintero. Se crea un teatro que mira al pasado, que defiende las ideas patrióticas, católicas y tradicionalistas. Son piezas sin pretensiones. Por tanto, el teatro de mayor aceptación corresponde a obras de ínfima calidad literaria: alta comedia y folletines. 1.2 Dramaturgos de los años cincuenta Tras una larga década de letargo se pone en escena Historia de una escalera de Antonio Buero Vallejo, que supone el resurgir de nuestra literatura dramática. La seguirán obras como El baile , Tres sombreros de copa o Escuadra hacia la muerte. Los críticos suelen dividir a los dramaturgos de esta época en dos grupos: los cultivadores de la tradición( continuadores del teatro burgués de alta comedia) y los innovadores. Junto a los herederos de la tradición, hay un grupo de dramaturgos innovadores, destacan Edgar Neville, José Lopez Rubio entre otros. Se trata de un teatro que se preocupa por la obra bien hecha. Hay un grupo de dramaturgos innovadores que son los mas interesantes de los 50. Reinician una tendencia de humor basada en la ocurrencia descabellada y absurda. Es un humor disparatado que rompe las pautas del realismo y la verosimilitud y no pretende adoctrinar. Enrique Poncela cultiva un humor procedente del, teatro del absurdo creó un humor inteligente hecho de imaginación. Pero el gran autor del teatro de humor de posguerra es Miguel Mihura. Crea un humor nuevo hecho de ruptura de esquemas lógicos. Mihura inicia su carrera con Tres sombreros de copa que no fue comprendida y no pudo estrenar hasta pasados veinte años. Confesaría más tarde con amargura que decidió hacer un teatro comercial o de consumo. Es evidente que a partir de Tres sombreros de copa, sus obras pierden calidad siendo un teatro más convencional al que no le falta humor disparatado y genial del autor. Destacamos Maribel y la extraña familia y Ninette y un señor de Murcia que pese a sus limitaciones, muestran géneros como la comedia de enredo o el vaudeville . 1.3 El realismo existencial y social A partir del estreno en 1949 de Historia de una escalera de Antonio Buero Vallejo, y hasta los años cincuenta, la corriente realista va a ser la predominante. Es un teatro de oposición, de protesta y denuncia, comprometido con la lucha antifranquista. Los personajes son símbolos de conflictos que presenta la sociedad. Los dramaturgos pioneros de esta tendencia son Antonio Buero Vallejo, Alfonso Sastre y José María de Quinto. 1.3.1 Antonio Buero Vallejo. Trayectoria dramática Antonio Buero Vallejo (1916-2000) nación en Guadalajara y estudió Bellas Artes , pero tras la guerra se despertó en él la vocación teatral. En 1949 concurre al premio Lope de Vega con dos obras, En la ardiente oscuridad e Historia de una escalera, que obtendrá el galardón. El teatro de Buero gira en torno a los deseos de realización del hombre y a sus dolorosas limitaciones, sus dramas se cargan de significados simbólicos; un símbolo fundamental es la ceguera y otras taras físicas y psíquicas -que, como el autor explica- representa las limitaciones de la condición humana. Se pueden señalar tres etapas en la obra de Buero: • La primera hasta 1955 se condensa en dos obras fundamentales. La primera, Historia de una escalera, es un drama existencial y social. Es la historia de tres generaciones de vecinos modestos que ven como el tiempo va destruyendo sus ilusiones. En la segunda, En la ardiente oscuridad, unos personajes ciegos se plantean dos posturas existenciales: o enmascaran la realidad o son conscientes del dolor, lo asumen y se rebelan. • En la segunda etapa Buero escribe algunos dramas históricos. Obras como Un soñador para un pueblo, Las Meninas o El tragaluz que presenta una ficción científica. • La última etapa la componen obras como La fundación, en la que varios presos políticos reflexionan sobre el ideal de libertad. La doble historia del doctor Valmy cuyo tema es la tortura fue estrenada en Inglaterra cuatro años más tarde. La detonación, sobre la tragedia y el suicidio de Larra. Por último, después de la Transición política destacamos Música cercana. Buero fue el autor más respetado por el público. 1.4 Dramaturgos posteriores a 1960. Ultima etapa del teatro bajo el franquismo La consolidación del realismo social en el teatro es tardía en relación a los demás géneros . Aparece un grupo de dramaturgos. Son nombres relevantes de esta etapa Laura Olmo, Recuerda, Muñiz entre otros. Les une la voluntad de reflejar en sus dramas la sociedad de su tiempo, de denunciar las condiciones de vida de los españoles, la injusticia. Muchos de los dramas de los realistas nunca llegaron a los escenarios; la censura no podía admitir la protesta contra el régimen. Obras significativas de este periodo son El tintero, La madriguera o Los inocentes de Moncloa. Pero esta corriente realista no es la única en esta década de los sesenta, nace el realismo convencional. Además continúa el teatro comercial con la presencia de Alfonso Paso, con su comedia asainetada. Hay que añadir algunas nuevas fórmulas como el teatro de humor disparatado de José Millán en la línea de Mihura. 1.5 El Nuevo Teatro español Aunque en los años sesenta algunos sectores teatrales defienden que el teatro realista es el único que responde a las circunstancias del país, hay un intento de superarlo y dar cabida a una nueva concepción dramática. Entre los autores que abogan por la innovación distinguimos: • los coetáneos de los realistas, destacan Bellido, Nieva y Arrabal entre otros. • Los más jóvenes, entre los que señalamos a Jerónimo Mozo entre otros. Reunidos por la crítica bajo la corriente que se llamó Nuevo Teatro o Nuevo Teatro Español, estos autores rompen con la estética del realismo. Con nuevas formas de expresión y sin renunciar a la crítica social y política, asumen las formas de las vanguardias extranjeras; el drama es parábola, los personajes son símbolos, los elementos alucinantes, el lenguaje poético y los abundantes recursos extraverbales suponen una intensa renovación dramática. Fue una corriente soterrada.En primer lugar, porque la censura les impedía llegar a escena, pero también porque estos espectáculos requerían complicadas y costosas puestas en escena y los empresarios no estaban dispuestos a arriesgarse. Aun así llegaron a producirse éxitos como Castañuela 70 y el grupo Tábano entre otros. 1.5.1 Francisco Nieva: transgresión y experimentación Francisco Nieva nació en Ciudad Real en 1927. Es sin duda uno de los grandes nombres del Nuevo Teatro Español y un hombre de teatro total. Sus primeros éxitos como escenógrafo le llegan en 1964, pero no llevará a escena una obra suya hasta la democracia. Nieva crea un teatro subversivo, sus raíces se encuentran en Quevedo, el esperpento de Valle-Inclán y en autores europeos, de ahí su inclinación al absurdo. Se consagra como autor en 1976 con el estreno de La carroza de plomo candente. En ella muestra al público la crueldad de un rey, de una venus y una cabra encamados en el mismo lecho, bajo la mirada del barbero de la comedia. El propio Nieva ha clasificado este teatro de furioso. Otras obras, como Delirio del amor hostil, El rayo colgado y Coronada y el toro, que califica de farsa y calamidad, continúan su línea de transgresión, bajo la sombra de Valle-Inclán.
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