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Dialnet-MetodologiaYAmbitosDelTrabajoSocialComunitarioPara-5029369

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143Emancipação, Ponta Grossa, 13(1): 143-158, 2013. Disponível em <http://www.revistas2.uepg.br/index.php/emancipacao> 143143143
Doi: 10.5212/Emancipacao.v.13i1.0010
Metodología y ámbitos del Trabajo Social 
comunitario para impulsar cambios sociales 
sostenibles y autónomos en el complejo universo 
relacional en España en el siglo XXI
Methodology and scope of community Social 
Work to promote sustainable social change in the 
complex autonomous relational universe in Spain in 
the XXI century
Enrique Pastor Seller* 
Resumen: La intervención comunitaria desde el Trabajo Social debe ofrecer 
respuestas a las necesidades, problemas y aspiraciones de manera integral con 
sus dificultades y oportunidades y, desde un enfoque estratégico y participativo, 
en concordancia con un marco teórico-conceptual y metodológico coherente. El 
artículo presenta el proceso metodológico vinculado con un trabajo social con 
comunidades, centrado en el modelo de desarrollo local estratégico, integral y 
sostenible, estructurado en torno a los procesos de caracterización y enlace con 
comunidad, análisis estratégico, formulación de intervención, implementación 
de propuesta de intervención y evaluación y/o reformulación del modelo de 
intervención. En cada una de los procesos se detalla metodología, objetivos, 
técnicas y competencias y habilidades profesionales requeridas. Para finalizar, se 
describen los ámbitos del trabajo social comunitario atendiendo a los sistemas de 
protección social, destacando objetivos, equipamientos y actuaciones a emprender 
en el trabajo social con comunidades en España.
Palabras clave: Trabajo social con comunidades. Cambio social. Empowerment 
comunitario.
Abstract: The community intervention from Social Work to provide answers 
to the needs, problems and aspirations throughout with its challenges and 
opportunities, and from a strategic and participatory approach in accordance 
with a theoretical-conceptual and methodological consistent. The article presents 
the methodological process linked to social work with communities focused on 
local development model strategic, comprehensive and sustainable structured 
around processes characterization and liaison with community strategic analysis, 
formulation of intervention, intervention implementation and evaluation proposal 
and / or reformulation of the intervention model. In each of the processes detailed 
methodology, objectives, techniques and professional skills and competencies 
required. To end describes the fields of community social work response to social 
* Doutor e licenciado em Sociologia pela Universidad de Murcia. Graduado em Serviço Social pela Universidade de Alicante. Professor 
titular da Universidad de Murcia. Diretor da Facultad de Trabajo Social da Universidad de Murcia. Líder do grupo de investigação “Trabajo 
Social y Servicios Sociales”. Múrcia, Múrcia, Espanha. E-mail: epastor@um.es
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Enrique Pastor SELLER
Fundamentos teóricos que sustentan y 
orientan el proceso metodológico: “la 
brújula”
Precisar las bases sobre las que se 
interviene favorece la construcción y validación 
de modelos teóricos desde la misma práctica, 
aspecto fundamental en la construcción de 
toda disciplina, desde una perspectiva crítica y 
dialéctica con la realidad institucional y política 
(REID, 2003, PASTOR, 2010a). Se considera 
necesario que el proceso metodológico integre 
los diferentes enfoques teóricos y metodológicos, 
adaptando estos a la idiosincrasia del contexto, 
momentos/procesos de análisis/intervención 
y sentido/resultados de la acción profesional. 
En este sentido, la teoría ecosistémica (teoría 
de sistemas, ecológica y redes sociales), la 
integración de las aportaciones del enfoque de 
potenciación, defensa, influencia social y poder 
nos proporcionan un marco conceptual de primer 
orden.
Actualmente se están desarrollando 
fundamentalmente dos perspectivas como base 
teórica para el trabajo social con comunidades. 
La primera, basada en los sistemas sociales, 
trata sobre las interacciones funcionales 
de las organizaciones, las burocracias y 
las comunidades, con especial énfasis en 
las distintas funciones de los sistemas – la 
adaptación y el crecimiento, el logro de objetivos, 
el mantenimiento del sistema y la integración/
cohesión. El segundo enfoque se basa en una 
perspectiva ecológica que nos permite una visión 
holística e integradora de la comunidad.
Vinculado a esta última, la teoría de 
redes sociales nos proporciona el marco 
apropiado para realizar un análisis e intervención 
comunitaria integradora de los diferentes 
elementos y relaciones, existentes o potenciales, 
existentes en una comunidad. Esta teoría es un 
encuadre ecosistémico que nos introduce en la 
estrategia de intervención comunitaria en redes 
sociales, basado en su identificación, análisis e 
intervención dinámica en red en el ámbito local.
Vinculados a este marco teórico más 
amplio, destacamos un marco teórico-
conceptual operativo de corto alcance que 
permite enmarcar la intervención comunitaria, 
concretamente la teoría no directiva (BATTEN, 
1969; ROGERS, 1989; TWELVETRES, 1976, 
1988, 1996; ROBERTIS; PASCAL, 1994; 
FREIRE, 1972, 1997a, 1997 b) etc.), la teoría 
de la motivación, necesidades (HELLER, 1996) 
y capacidades (SEN, 1987, 2000; MAX-NEEF, 
1994; NUSSBAUM, 2002, 2012), desarrollo 
humano sostenible (MAX-NEFF, 2007, CLARK, 
2000, PASTOR, 2011a, CITOLIN; ALFONSO, 
2012), la dinámica de grupos y el conflicto 
como elemento clave del cambio (GALTUNG, 
1995, GALTUNG; JACOBSEN, 2000; PASTOR, 
2012, entre otros). La teoría no directiva y de 
las capacidades humanas permite concebir a 
los grupos y organizaciones con capacidades y 
habilidades, precisando descubrirlas para que 
éstos sean sujetos activos de su propia realidad, 
es decir, sean competentes para construir 
ciudades y políticas competentes. Desde esta 
perspectiva, la intervención se orienta a generar 
contextos adecuados que permitan a los grupos 
y organizaciones disponer de oportunidades para 
(re)descubrir y desarrollar esas capacidades y 
habilidades.
La intervención comunitaria basada desde 
estos fundamentos teóricos se orienta a satisfacer 
las necesidades sentidas, convirtiéndose éstas 
en verdaderos “motores” de la sensibilización/
concienciación individual, grupal y comunitaria 
y su transferencia a una acción colectiva. Un 
trabajo social con comunidades centrado en 
los procesos y en las tareas de los grupos y las 
organizaciones comunitarias se oreinta en dos 
direcciones:
a) consecución de una adecuada cohesión 
interna (proceso), contribuyendo a que los 
grupos y las organizaciones encuentren cauces 
de conciliación entre objetivos y necesidades 
individuales y grupales, mediante estrategias 
protection systems, describing objectives, equipment and actions to be taken in 
social work with communities in Spain.
Keywords: Social work communities. Social change. Community empowerment.3
Recebido em: 01/05/2013. Aceito em: 24/05/2013.
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Metodología y ámbitos des Trabajo Social Comunitario para impulsar cambios sociales...
de dinámica de grupos – intragrupales –, por 
tanto, orientado a la construcción de contextos 
competentes, a recuperar confianzas, desarrollar 
la innovación, crear solidaridades, generar 
capacidades y liderazgos endógenos – una red 
de desarrollo local;
b) realización de acciones dentro de un 
marco temporal determinado, orientado a la 
consecución de objetivos (tareas), apoyando 
a los grupos y organizaciones para conseguir 
una productiva proyección externa, mediante 
estrategias intergrupales y de influencia en 
procesos políticos tangibles (PASTOR, 2010a, 
2010b).
La planificación se basa en un marco 
teórico conceptual que proporciona un modelo 
de intervención comunitariaorientado a transferir 
los conocimientos formales a las personas, 
grupos y organizaciones comunitarias para que 
éstas adquieran las capacidades y habilidades 
necesarias para:
- identificar las causas del malestar o 
hechos detonantes; 
- definir las necesidades, atribuyendo 
significado a las causas de las dificultades;
- buscar soluciones a sus problemas; 
- valorar y elegir la más adecuada; 
- determinar cómo se organizará la acción; 
- ejecutar lo planeado; 
- evaluar el grado de satisfacción respecto 
a los objetivos alcanzados, e 
- innovar acciones futuras desde el 
aprendizaje deliberativo de lo realizado.
El empowerment comunitario
Se propone una metodología que 
apuesta por el cambio social sostenible a 
través de la investigación-acción participativa 
de los actores implicados, en particular, y de 
la ciudadanía, en general. Metodológicamente 
la acción participativa es un proceso circular y 
complejo en el que de forma espiral y continua, 
en cada una de las fases, se desarrolla un 
proceso secuencial, deliberativo y circular de 
planificación/acción/obtención de información 
sobre la acción desarrollada. La comunidad, 
grupos y organizaciones pasan a ser sujetos 
activos y reflexivos-creativos de la investigación, 
planificación y acción social.
Para el adecuado desarrollo de este 
proceso es necesario partir del estudio de 
las necesidades sentidas por los miembros 
de la comunidad y de una continúa y sincera 
comunicación entre/con y para los sujetos 
(ciudadanos y sus representaciones). El estudio 
requiere enfatizar prácticas y técnicas cualitativas 
que permitan el conocimiento de la realidad 
social y su transformación, poniendo el acento en 
la participación en todo el proceso y en el estilo 
del profesional en su quehacer cotidiano, de una 
manera sustantiva para provocar un desarrollo 
verdadero, humano y sostenible. El concepto 
operativo del empowerment resume y, a la vez, 
complejiza un modelo de intervención comunitaria 
basado en los procesos de capacitación y 
transferencia de conocimientos, capacidades y 
habilidades a la población, desde una perspectiva 
crítica (FALEIROS, 2003) y dialéctica. 
El proceso de intervención comunitaria 
recurre a una voluntad y compromiso de 
concertación y a la creación y fortalecimiento de 
partenariados y redes sólidas y sostenibles. Para 
ello, es fundamental adoptar posiciones claras y 
positivas del conflicto y de la negociación para su 
inclusión transversal. El tratamiento adecuado de 
los conflictos comunitarios con las autoridades 
permite el desarrollo y crecimiento de las redes 
comunitarias. La práctica comunitaria requiere 
comprender que no todas las relaciones se 
basan en un objetivo e interés compartido. 
Con frecuencia y normalidad, los grupos tienen 
objetivos opuestos o distintos y no responderán, 
únicamente, mediante destrezas, tales como 
la empatía. El/la trabajador/a social en la 
intervención colectiva adopta múltiples roles 
para adaptarse a los ritmos y rostros: defensor, 
mediador, coordinador, planificador, motivador 
etc. Todo ello representa la versatilidad necesaria 
para interactuar con una comunidad compleja, 
en la que el trabajo social debe “equiparse” 
de un discurso integrado e integrador de las 
características y dinámicas de la población, 
grupos y momentos, de manera que, con 
técnicas y habilidades innovadoras, puedan 
contribuir a construir caminos que, con la lógica 
participativa, se encuentran sin prescribir (¿qué?) 
y que requieren de sus actores ser competentes 
en el caos del complejo universo relacional.
La práctica comunitaria es un modelo 
de intervención orientado a transferir los 
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Enrique Pastor SELLER
conocimientos formales a las personas, grupos 
y organizaciones comunitarias para que estas 
adquieran las capacidades y habilidades 
necesarias para: identificar las causas del 
malestar o hechos detonantes, definir las 
necesidades, es decir atribuir significado a las 
causas de las dificultades, buscar soluciones a 
sus problemas, valorar y elegir la más adecuada, 
determinar cómo se organizará la acción, 
ejecutar lo planeado y evaluar el grado de 
satisfacción respecto a los objetivos alcanzados 
e innovar acciones futuras. 
En este proceso el sujeto desarrolla 
el pensamiento lógico, “af lorando” sus 
capacidades, a la vez que proporciona al 
profesional el conocimiento informal que éste 
precisa. Esta retroalimentación circular e infinita 
entre profesional-sujetos con los que realizamos 
el “juego democrático” del cambio social, 
conduce a un auténtico análisis e intervención 
comunitaria, en el que las relaciones entre trabajo 
social y grupos/organizaciones comunitarias 
se caracterizan por la interdependencia y 
cooperación, promoviendo sujetos activos de 
su propia realidad que saben lo que desean y 
se sienten capaces de hacerlo, ya que el sujeto 
social “dispone de relaciones que son fuerzas 
para tornarse protagonista, con la elaboración 
y articulación de sus relaciones en el cotidiano, 
articuladas al soporte social, al cuidado en tanto 
derecho” (FALEIROS, 2011, p.125).
Una metodología para impulsar cambios 
sociales sostenibles y autónomos en el 
complejo universo relacional
El proceso metodológico se plantea a 
partir de objetivos centrados en la tarea y en el 
proceso. Los primeros están orientados hacia la 
consecución de tareas con resultados tangibles y 
los segundos se vinculan a la creación e impulso 
de estructuras y dinámicas comunitarias que 
permitan su autodeterminación. En este caso 
le hemos denominado “grupo/red motor del 
desarrollo local” – en el que el/a trabajador/a 
social está siempre detrás de la cabeza del grupo 
o equipo de organización comunitaria.
Caracterización y enlace con la comunidad
Se propone un proceso de investigación-
acción sistemático, creativo/innovador y 
reflexivo/deliberativo que incorpora las diversas 
perspectivas que configuran la realidad social, 
relacional e institucional de una determinada 
comunidad y proporciona los elementos 
suficientes para analizar e interpretar la realidad 
(diagnóstico), además de facilitar la toma 
de decisiones para el posterior diseño de la 
intervención (líneas posibles de intervención).
Se diseñan unas líneas estratégicas 
progresivas y flexibles de acercamiento a la 
realidad comunitaria en íntima relación con los 
actores sociales que interactúan y construyen 
la comunidad que deseamos conocer. Es un 
estudio basado en un conocimiento cuantitativo 
y cualitativo de la realidad de la comunidad, 
sus interrelaciones, tendencias, centros de 
interés, recursos existentes y potenciales, 
potencialidades y dificultades etc. El reto se 
centra en el diseño de estrategias que permitan la 
máxima diversidad en la audición, incorporando 
al proceso, la compleja red de actores e 
interrelaciones que coexisten en la comunidad.
El proceso de aproximación a las 
realidades comunitarias conlleva básicamente 
dos estrategias simultáneas:
a) exploración y descripción de la comunidad 
a través de un procedimiento indirecto de 
recogida de información e 
b) identificación de las necesidades sentidas 
y de las redes relacionales existentes en el 
territorio, articuladas mediante un proceso 
concreto centrado en las manifestaciones de 
sus actores respecto de ésta.
En un primer momento, se elaborará un perfil 
de la comunidad en torno a la información más 
externa (procedimiento indirecto), objetiva (haré) 
cuantificable y cuantificada. Para ello se utilizarán 
técnicas de conocimiento como la observación y 
el análisis documental, tanto de fuentes internas 
de los servicios (informes, demandas registradas, 
evaluación, programas y proyectos realizados) 
como externas. Simultáneamente, se desarrollan 
las entrevistas informales o contactos, lo que 
favorecerá la progresiva aproximación a la 
información subjetiva (sofá), basada en el 
discurso de profesionales,personas clave, 
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Metodología y ámbitos des Trabajo Social Comunitario para impulsar cambios sociales...
líderes y ciudadanos, mediante técnicas más 
cualitativas. Ambas actuaciones se enriquecen/
retroalimentan mutuamente, dado que el primero 
nos permite identificar a actores y redes sociales; 
a la vez el contacto con éstos nos permitirá 
identificar las necesidades sentidas y focalizar 
progresivamente la investigación-acción.
Impulsar un trabajo social en perspectiva 
comunitaria supone organizar el servicio y el 
trabajo cotidiano de manera muy diferente 
al “tradicional”. En muchas ocasiones, nos 
encontraremos con obstáculos institucionales 
y poblaciones para estructurar el servicio y 
la actividad profesional con una perspectiva 
comunitaria. Los responsables institucionales, 
los grupos, las organizaciones y las personas 
han adquirido, de manera general, una imagen 
del servicio y de nuestra actividad profesional 
más cercana a lo individual, a lo paliativo, a 
lo asistencial etc. Con el paso del tiempo se 
ha construido una representación social de 
nuestro rol, cometidos y objetivos no acordes, 
en la mayoría de las ocasiones, a un trabajo 
con dimensión comunitaria y, por ello, cuando 
pretendemos dar un giro a este estilo profesional 
debemos de re-construir de “nuevo” esta imagen, 
estas expectativas etc., desde la “palabra”, pero 
también desde la “acción”.
Se persigue identificar los centros de 
interés, oportunidades y situaciones de dificultad 
que puedan convertirse en punto de partida de 
análisis e intervención comunitaria. Para ello es 
necesario que sean percibidas/sentidas como 
importantes y vitales por los propios interesados, 
en un doble sentido: 
a) provocar insatisfacción o malestar en la 
población (personas, grupos y organizaciones) y 
b) ser capaces de movilizar a personas y 
grupos a encontrar soluciones colectivas y 
provocar cambios en la realidad comunitaria. 
La investigación-acción se inicia con un 
proceso constante de contacto con el territorio 
y sus habitantes, en un doble sentido: objetivo 
e intersubjetivo que conoceremos mediante la 
aproximación directa a los espacios públicos y 
privados. De esta manera podemos identificar 
dos objetivos generales, por una parte, los de 
conocimiento (tarea) y, por otra, los de proceso. 
Respecto de los primeros nos interesa conocer: 
las necesidades sentidas de la población, 
cómo las prioriza ella misma, las soluciones 
que considera para resolver las necesidades, 
a quienes responsabiliza de las soluciones 
y a qué se compromete para resolver esos 
problemas. En relación a los objetivos de proceso 
nos referimos a: iniciar la toma de conciencia 
individual y colectiva acerca de las necesidades 
identificadas y compartidas, incorporar a las 
personas al proceso de participación, desarrollar 
capacidades y habilidades para que definan y 
prioricen necesidades y, ofrecer nuevos patrones 
de interrelación colectiva.
En la estrategia de aproximación, es 
necesario cuidar el proceso de captación y 
acercamiento de/a los informantes, siendo 
recomendable realizarlo a través de las propias 
redes sociales que configuran su contexto 
natural, dado que favorecerá la interacción 
conversacional y la “semilla” para crear el grupo/
red de desarrollo local, que asumirá el proceso.
Este grupo/red de desarrollo local supone un 
reconocimiento y un compromiso de todos aquellos 
que pueden y desean contribuir eficazmente 
al proyecto de acción y transformación de la 
comunidad. Un grupo/red diverso (incorpora 
personas, grupos y entidades dispuestas a 
colaborar en diferente grado), inclusivo (abierto a 
la incorporación de nuevos actores en el proceso), 
sostenible (autogestionada por la misma red), 
flexible y abierto (estructurada en torno a una red 
vinculada entre si, utilizando el grupo representativo 
y su conexión a las organizaciones y grupos). 
Este grupo/red motor (Consejo Ciudadano y 
Comités de Tarea) se iniciará con su presentación 
institucional y pública – que reconozca la labor a 
desarrollar por las personas y entidades integrantes 
y el compromiso de las autoridades locales para 
su impulso y apoyo. Se constituirá el Consejo 
Ciudadano, u otro mecanismo de participación 
que permita la organización coordinada de la 
comunidad para la acción colectiva, sobre la 
articulación en torno a comités-comisiones en 
función de intereses y necesidades. La comunidad 
debe sentir que es ella y no los profesionales, quien 
asume las responsabilidades.
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Enrique Pastor SELLER
Análisis Estratégico
Supone un proceso que implica identificar 
y conceptualizar las necesidades sentidas por 
la comunidad, sus causas y evolución a lo largo 
del tiempo, así como los factores condicionantes 
y de riesgo, sus tendencias previsibles y las 
potencialidades de desarrollo. Es un proceso que 
permite la jerarquización de las necesidades y el 
establecimiento de prioridades y estrategias de 
intervención, de manera que pueda determinarse 
con anterioridad a la elaboración de planes, 
programas y proyectos, los grados de viabilidad 
y factibilidad de los mismos, atendiendo a los 
medios disponibles, las fuerzas y actores sociales 
involucrados, así como los obstáculos previsibles 
con los que nos podemos encontrar en el camino. 
Ello requiere dos estrategias concatenadas: 
la primera, orientada a la jerarquización de 
los problemas que nos permita focalizar y 
construir los escenarios de intervención y, la 
segunda, destinada a analizar la viabilidad de 
las alternativas de intervención antes de la 
programación. 
Analizar la viabilidad de las estrategias 
con el grupo/red motor, supone revisar si las 
alternativas seleccionadas son viables en la 
práctica, valorar la efectividad de que una idea 
sea llevada a la práctica, considerando los 
obstáculos presentes y potenciales. En definitiva, 
supone un proceso participativo de análisis, 
reflexión, discusión y toma de decisiones.
Pero esta “fase” tiene como objetivo 
de proceso el consolidar el grupo motor, de 
manera que favorezca la emergencia de lideres 
endógenos, permita que los miembros “airen” 
sus diferencias y reconozcan el papel de 
protagonistas, creen comités o redes específicas 
que fomenten el compromiso, mantengan 
el interés, establezcan marcos temporales y 
aporten retroalimentación etc. Es el momento 
de la “fusión” entre el grupo motor y el resto de 
grupos e instituciones locales.
Formulación y formalización de la 
intervención
El objetivo es diseñar y formalizar con el 
grupo/red motor el Plan, Programas y/o Proyectos 
de gestión e intervención comunitaria integrados 
en clave estratégica. Se trata de articular y 
acordar los fines y objetivos a los que se dirige 
la intervención en un proceso en el cual se 
“seleccionan, ordenan y diseñan las acciones que 
deben realizarse para el logro de determinados 
propósitos, procurando una utilización racional de 
los recursos disponibles” (SUAREZ; DIÉGUEZ, 
2002, p.84). El/a trabajador/a social formalizará 
conjuntamente con los sujetos sociales la 
intervención a realizar, a partir de la operatividad 
del grupo/red.
Las condiciones para elaborar una 
adecuada planificación podemos sintetizarlos en: 
a) objetivos posibles, medibles, específicos, 
concretados en acciones, temporalizados y 
con responsables de ejecución; 
b) medios y recursos disponibles y eficaces; 
c) acciones integrales y transversales; 
d) precisión en el sistema de evaluación e 
indicadores que permitan retroalimentar la 
investigación-acción y adoptar decisiones; 
e) favorecimiento de la participación; y 
f) mejoraramiento del bienestar y los procesos 
de desarrollo local.
Es fundamental que el diseño de la 
planificación sea formalizada por el grupo/red, 
mediante compromisos y acuerdos programáticosque establecen mecanismos de seguimiento y 
evaluación de responsabilidades compartidas, 
acciones previstas y realizadas, así como de los 
resultados obtenidos. Pero la programación, más 
allá del objetivo centrado en la tarea, persigue 
capacitar a los lideres, grupos y organizaciones 
locales para que puedan promover cambios 
de forma autónoma y resolver por si mismos 
las situaciones que surjan. El grupo motor 
debe percibir que no se trata de establecer 
un “contrato” con el profesional o con una 
determinada institución, sino con ella misma y 
la comunidad a la que pretende servir. Se trata, 
por tanto, de “compromisos-contratos-acuerdos” 
entre los grupos y redes locales, donde el 
profesional se sitúa en un rol de asesoramiento 
técnico cuando este es preciso. 
En este sentido, es fundamental que el 
grupo/red de desarrollo se estructure y organice 
en torno a redes centradas en la tarea, siendo 
liderados por miembros pertenecientes al propio 
grupo motor (liderazgo endógeno). El grupo/
red de desarrollo debe liderar la presentación 
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Metodología y ámbitos des Trabajo Social Comunitario para impulsar cambios sociales...
pública de los proyectos a emprender, con 
una doble finalidad, legitimar y protagonizar al 
propio grupo/red y a los subgrupos, y a la vez 
comprometer a sus miembros ante la comunidad. 
Por su parte, la comunidad, se convierte en 
sujeto de intervención al conocer de antemano 
las acciones a emprender y disponer de canales 
de participación en las mismas. No se trata de 
“preparar a la comunidad”, como usualmente se 
señala, sino de involucrarla en el proceso. 
Implementación de la propuesta de 
intervención comunitaria
El objetivo es impulsar, fortalecer y consolidar 
procesos y cauces de participación ciudadana, 
organización comunitaria, coordinación 
interinstitucional y gestión e intervención colectiva 
de las situaciones de dificultad. Se trata de 
poner en marcha las estrategias, los programas 
y/o proyectos planteados con sus “gentes”, 
fortalecer la identidad y sentido colectivo de la 
comunidad, consolidar el grupo/red de desarrollo 
organizando y consolidando grupos productivos 
y lideres endógenos mediante procesos de 
autocapacitación. La intervención comunitaria 
debe caracterizarse, a su vez, por influir en 
los procesos y en las políticas, de manera a 
promocionar un modelo de desarrollo sostenido 
y duradero, orientado a introducir cambios en 
los procesos sociales, desde un punto de vista 
tanto preventivo como de inserción social, y 
a la vez influir en decisiones institucionales y 
políticas mediante acciones de organización 
de la comunidad y coordinación de esfuerzos y 
recursos.
Es un nivel de “acompañamiento” – 
supervisión y coordinación de grupos y procesos, 
evitando duplicidades, activismos, prácticas 
puntuales e inconexas etc. Las actividades a 
emprender en esta fase serán tan diversas como 
sean los proyectos que se vayan a implantar. El 
profesional social trabajará con los subgrupos 
y redes, así como con el grupo/red motor, 
proporcionandoles el apoyo técnico para asegurar 
el componente técnico-científico del trabajo que 
se realiza respecto a organización, planificación y 
evaluación. Desempeñará múltiples actuaciones, 
entre ellas: entrevistas, encuentros, asambleas 
comunitarias – sectoriales o zonales –, talleres 
comunitarios de sensibilización, movilización y 
solidaridad; acturá en la formación de lideres, 
mediación comunitaria e intercultural, en la 
organización y dinamización de las formas 
organizativas colectivas (comisiones, comités, 
redes temáticas etc.) y en la creación de grupos 
de ayuda mutua y autoayuda (poner en contacto 
las personas entre si, ayudar a los que ayudan, 
generar contactos etc.). Además, gestionará 
la concertación y administración de recursos, 
sensibilización y divulgación en medios de 
comunicación local, seguimiento y supervisión 
de grupos y redes, evaluación de las formas 
organizativas y sus resultados, formalización y 
consolidación grupos productivos etc.
Evaluación, validación y/o reformulación 
del modelo de intervención
El objetivo es evaluar la intervención 
comunitaria y elaborar un modelo de gestión e 
intervención comunitaria sostenible y duradero, 
a partir del escenario inicial y el logrado. La 
evaluación de la práctica comunitaria es un 
proceso continuo que se encuentra presente 
en todo el proceso – al finalizarla evaluamos 
el proceso y resultados obtenidos con el fin de 
aprender de la práctica y transferir, nuevamente, 
ese conocimiento a la comunidad local y científica.
La evaluación tiene que ser: útil, práctica, 
realista, participativa, creativa y objetiva. Los 
indicadores tienen que presentar constantes 
tales como: 
- pertinencia, es decir reflejar la situación 
o el fenómeno que van a mediar; 
- adaptabilidad – utilización diversa de 
datos y fuentes y 
- sencillez – comprensible para todos los 
actores con independencia de su cualificación. 
Por tanto, el proceso de evaluación debe 
ser lo más sencillo, flexible y ligero posible, 
evitando las operaciones que sólo sirven para 
medir los procedimientos y los programas y dejan 
en segundo plano los objetivos de proceso, ya 
que la evaluación tiene objetivos de resultados 
(tareas) y de proceso.
Es importante realizar una evaluación de 
las transacciones del grupo/red de desarrollo 
entre si y con el entorno. Se evaluará la evolución 
y cambios de los objetivos de los grupos 
productivos, la naturaleza de los lazos creados 
por la red entre cada una de las instituciones 
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Enrique Pastor SELLER
entre si y con otras, las alianzas y las redes de 
cooperación y solidaridad que han emergido con 
la intervención comunitaria etc.
En el proceso de intervención aparecen 
obstáculos que pueden dificultar el logro de los 
cambios previstos en el entorno. Es importante 
revisar completamente los objetivos y las 
actuaciones, una vez que se evaluará por qué 
las actividades no han alcanzado los propósitos 
planteados. El cuestionamiento debe contribuir 
a que el grupo/red valore fracasos y éxitos y 
aprenda de ellos.
Podemos distinguir dos tipos de evaluación: 
interna y externa. En la interna es imprescindible 
que participen los actores sociales involucrados 
en el proceso, dado que de esta manera 
atenderemos a objetivos de tarea (evaluar 
las acciones emprendidas por cada grupo y 
red productiva y por el mismo grupo motor) 
y de proceso (reconocer las posibilidades de 
cambio local, liderar nuevos procesos etc.). 
Es aconsejable, en ocasiones, realizar una 
evaluación externa, tanto desde la opinión 
de expertos ajenos al proceso como de los 
ciudadanos locales. La evaluación interna y 
externa no deben reflejarse en meros “Informes 
Evaluadores”, sino en la configuración de un 
proceso socioeducativo de retroalimentación de 
ambas evaluaciones y entre actores, por medio 
de reflexión y debate/deliberación grupal sobre lo 
realizado y las acciones siguientes y la validación 
de un modelo de intervención construido a partir 
de prácticas comunitarias (auto-evaluación).
Es fundamental, de nuevo, reconocer y 
recompensar los esfuerzos y las actuaciones 
emprendidas por las personas y entidades 
involucradas, fortaleciendo así el sentimiento 
de la comunidad e incentivando la emergencia 
de nuevos proyectos y líderes. El éxito logrado, 
por pequeño que sea, proporciona un sentido de 
realización, una nueva percepción del problema 
y una confianza renovada en su capacidad para 
manejar problemas futuros. El reconocimiento 
tiene el propósito de producir sentimientos 
positivos de logro. El grupo/red motor de 
desarrollo local protagonizará, de nuevo, la 
presentación del “producto” del proceso: el 
Informe Final de Resultados. 
Ámbitos de intervención comunitaria en 
TrabajoSocial en España
Los ámbitos profesionales son los espacios 
delimitados por la organización institucional de 
los servicios en los que opera el trabajador social 
y por el marco programático y operativo en el 
que se concreta y desarrolla su labor (ANECA, 
2005). En su elaboración se han considerado las 
diferentes normativas vinculadas a los sistemas: 
el Libro Blanco del Titulo de Grado en Trabajo 
Social (ANECA, 2005), el Código Deontológico 
de Trabajo Social (CONSEJO GENERAL DE 
TRABAJO SOCIAL, 2012), prácticas comunitarias 
en distintas comunidades autónomas y autores 
(SAAVEDRA, 2004; RUIDIAZ, 2004; NATÓ et. al., 
2005; MALAGÓN, 2008; PUYOL, 2009; COLOM, 
2010; FERNÁNDEZ; LÓPEZ, 2008; HOLGADO; 
MAYA, 2012; LÓPEZ, 2012; PASTOR, 2012, 
PASTOR; HUERAS, 2012, entre otros).
El trabajo social con comunidades en el 
sistema de servicios sociales
Es el ámbito más habitual y donde se 
concentran la mayoría de las experiencias 
de intervención comunitaria consideradas 
“puras”, tanto desde la atención primaria como 
especializada. La atención primaria, general, 
comunitaria o de base constituye el cauce 
normal de acceso al sistema de servicios sociales 
y prestan una atención integrada y polivalente 
en el ámbito más próximo al ciudadano y a su 
entorno familiar y social, teniendo su justificación 
última precisamente en la atención comunitaria. 
En este sentido, entre sus objetivos principales 
se encuentran el reforzamiento de la comunidad 
local y la potenciación del apoyo social del 
individuo/familia/comunidad. Por otra parte, los 
servicios sociales especializados se dirigen a 
aquellas personas o colectivos que, por sus 
condiciones de edad, sexo, discapacidad, u otras 
circunstancias, precisan de especial protección 
social por medio de recursos o programas 
específicos. En este último nivel, la intervención 
comunitaria se centra más en fomentar al 
asociacionismo y el tejido social y se interviene 
principalmente a través del denominado “tercer 
sector”.
Partimos de considerar que el objetivo 
general del Trabajo Social con comunidades en 
151Emancipação, Ponta Grossa, 13(1): 143-158, 2013. Disponível em <http://www.revistas2.uepg.br/index.php/emancipacao>
Metodología y ámbitos des Trabajo Social Comunitario para impulsar cambios sociales...
el sistema de servicios sociales es el impulso de 
la acción colectiva para satisfacer necesidades/
problemas identificadas y detectadas por ellos 
mismos. Las principales actuaciones que 
desarrolla el/la trabajador/a social son: 
- Realización de investigaciones básicas 
de aspectos epistemológicos de la disciplina y 
divulgación científica de las experiencias.
- Formulación de planes, proyectos, y 
programas dirigidos a solucionar una carencia 
detectada en el diagnóstico comunitario 
participativo.
- Prevención y detección de situaciones 
emergentes que puedan incidir negativamente 
en un territorio y por ende en su comunidad 
teniendo como finalidad una actuación precoz 
sobre las causas. 
- Evaluación de resultados en relación 
a objetivos identificados, teniendo en cuenta 
técnicas, medios y tiempo empleado y como 
finalidad, la viabilidad de las intervenciones 
comunitarias.
- Capacitación a la comunidad para 
actuar de manera organizada, constituyendo 
una comunidad de intereses y de acción, para 
que sea ella misma capaz de responder a las 
necesidades que presentan con la utilización de 
sus recursos propios existentes y potenciales. 
- Promoción y dinamización de la 
participación comunitaria, el asociacionismo, 
la ayuda mutua etc, en definitiva, impulsa la 
implicación de la ciudadanía en la puesta en 
marcha de iniciativas comunitarias fortaleciendo 
la cohesión social. 
- Mediación en conflictos con el fin de unir 
las partes implicadas y posibilitar que sean los 
propios interesados quienes logren la resolución 
del problema, dentro de la comunidad, o entre 
éste y agentes o instituciones externos. 
- Participación y apoyo en la incorporación 
de las políticas sociales de forma transversal en 
las actuaciones generales de la administración 
correspondiente, abogando por servicios, 
perspectivas y políticas sociales justas que den 
respuestas a situaciones de desigualdad social. 
- Articulación del trabajo en red y en 
coordinación interinstitucional e intrainstitucional 
de cara a dar respuestas integrales a las 
necesidades complejas.
En cuanto a los equipamientos donde se 
desarrolla el Trabajo Social con comunidades, 
se puede identificar como fundamentales los 
Centros de Servicios Sociales (Centros de Acción 
Social, Centros Sociales Polivalente) y Centros 
de Acción Comunitaria (Centros municipales de 
barrios, o de base, o sociales o comunitarios). 
Los primeros son equipamientos generalistas/
polivalentes que ofrecen servicios y recursos 
destinados a toda la población. Respecto a los 
Centros de Acción Comunitaria, se tratan de 
equipamientos específicos en la intervención 
comunitaria u espacios de participación y 
colaboración social del y para el barrio, donde 
se ofrece una atención a los colectivos desde su 
propio entorno convivencial.
Además de los equipamientos enunciados 
anteriormente es posible desarrollar acciones 
comunitarias en un nivel especializado en 
albergues, centros de estancias diurnas, centros 
de conciliación de la vida familiar y laboral, 
centros de acogida etc.
Para el desarrollo de la intervención 
comunitaria dentro del sistema resulta 
imprescindible desarrollar un trabajo sistemático 
de colaboración y coordinación de las diversas 
instituciones y entidades de los ámbitos escolar, 
familiar, social, político etc. Se trata, por lo tanto, 
de utilizar y beneficiarse de todos los recursos 
y equipamientos sociales existentes (centros 
sociales y culturales, equipamientos deportivos, 
educativos y religiosos, asociaciones y grupos 
informales, centros privados que presten 
servicios sociales etc.) para intervenir de manera 
conjunta e integral abarcando la solución a 
necesidades globales que se plantean en el 
Trabajo Social con comunidades. Esto conlleva 
una articulación comunitaria horizontal, en red y 
por medio de mecanismos y protocolos estables 
de colaboración entre los diferentes ámbitos de 
atención.
El trabajo social con comunidades en el 
sistema de salud
Básicamente la línea de intervención que 
define el Trabajo Social en este ámbito es la 
prevención, educación y promoción de la salud, 
sin olvidar el fomento de la red social de apoyo. 
De ahí, que las principales actuaciones de 
intervención del trabajo social con comunidades 
en este ámbito se centren en:
152 Emancipação, Ponta Grossa, 13(1): 143-158, 2013. Disponível em <http://www.revistas2.uepg.br/index.php/emancipacao>
Enrique Pastor SELLER
- Estudio de los factores psicosociales con 
incidencia en la salud y que favorecen o dificultan 
la implementación de los programas de salud; 
análisis de los procesos sociales emergentes y 
sus posibles consecuencias respecto de la salud 
de la población; actitudes y comportamientos 
de los grupos sociales respecto de la salud y la 
enfermedad (demanda y utilización real de los 
servicios sanitarios; niveles de adecuación de 
los servicios existentes, según los principios de 
eficacia, eficiencia y calidad etc.).
- Diseño e implementación de programas 
preventivos orientados a identificar de manera 
precoz la población de riesgo de necesitar 
apoyos y ayuda.
- Creación de grupos de ayuda mutua, 
voluntariado, asociaciones de familiares con 
diagnósticos médicos específicos (diabetes, 
insuficiencia renal etc.), teniendo en cuenta las 
necesidades de la población de la Zona Básica 
de Salud y apoyando junto al resto del equipo en 
aquellas actividades que necesiten la actuación 
de profesionales de la salud (charlas, educación 
sanitaria etc.). 
- Promoción de redes de colaboración 
entre los Equipos de Atención Primaria y el tejido 
social de la Zona Básica de Salud.
- Mediación en los conflictos del paciente 
con su entorno y en relación al proceso(relación 
con el sistema sanitario, acuerdos familiares, 
organización de cuidados etc.).
- Fomento de una cultura de educación 
de la salud comunitaria con la participación de 
pacientes, familiares y personal sanitario.
Los profesionales del trabajo social se 
adscriben a equipamientos sanitarios públicos 
(centros de salud, hospitales, centros de 
rehabilitación psicosocial y laboral, centro de 
atención a drogodependientes, centros de salud 
mental etc.), centros residenciales, asociaciones, 
mutuas y empresas privadas que presten 
servicios de sanidad.
La diversidad de disciplinas profesionales 
en el ámbito sanitario (médicos, psicólogos, 
enfermeros y trabajadores sociales) favorece 
una intervención integral pero también aporta 
una mayor complejidad, lo que puede afectar 
su funcionamiento. Por ello, es necesaria una 
distribución adecuada de los roles, de manera 
que permita la complementariedad de funciones 
junto al intercambio de recursos (HOLGADO; 
MAYA; PALACIO, 2012). En este sentido, cobra 
mayor fuerza la necesidad de coordinación tanto 
intrainstitucional con otros servicios del sistema 
(Salud Mental, Salud Laboral, Inspección etc.) 
como interinstitucional y entre profesionales.
El trabajo social con comunidades en el 
sistema educativo
El trabajo social comunitario encuentra 
su justificación en la propia Ley Orgánica de 
Educación nº 2, de 3 de Mayo de 2006, al señalar 
como uno de sus principios fundamentales la 
calidad y la equidad y al destacar la atención 
a la diversidad como un principio no sólo como 
una medida.
En la actualidad la figura del trabajo social 
ejerce sus funciones tanto en la educación formal 
(Equipos de Orientación Psicopedagógica, 
Departamentos de Orientación, educación 
especial) como no formal (actividades formativas 
para determinados sectores de población). 
Sus acciones, fundamentalmente, se dirigen 
a intervenir “dentro” de los centros escolares, 
aunque cada vez es mayor la necesidad de incidir 
en las relaciones de los centros educativos con 
las redes y recursos sociales de la zona donde 
se ubica (apoyo social, asociaciones, servicios 
sociales, sanidad etc.), para de esta forma 
ofrecer respuestas integrales a las necesidades/
demandas actuales que requieren el sistema 
educativo, las personas usuarias y la propia 
comunidad.
En líneas generales el trabajador social 
con comunidades en el ámbito educativo tiene 
como funciones principales la prevención y 
asistencia en temas como el absentismo y el 
fracaso educativo, la integración de inmigrantes y 
colectivos desfavorecidos, la detección de malos 
tratos y abusos sexuales, la mejora del clima 
de convivencia, la atención ante el fenómeno 
de la violencia, o la estimulación de la mejora 
pedagógica o la participación de todos en la 
buena práctica de los procesos (HERNANDEZ; 
GONZÁLEZ; CIVICOS; PEREZ, 2006). Las 
actuaciones de la intervención del trabajo social 
comunitario en el sistema educativo son: 
- Estudio sobre la influencia de los factores 
en el propio sistema educativo y del impacto 
de este último sobre el sistema social, además 
de investigar causas del absentismo y fracaso 
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Metodología y ámbitos des Trabajo Social Comunitario para impulsar cambios sociales...
escolar, integración de inmigrantes y colectivos 
desfavorecidos, mejora del clima de convivencia 
escolar etc., en colaboración con otros servicios 
externos e institucionales. 
- Participación en la elaboración y desarrollo 
de programas de prevención y detección de 
situaciones-problemas dirigidos a la comunidad 
educativa, teniendo como fin evitar procesos 
de inadaptación escolar, absentismo, fracaso 
escolar etc.
- P rog ramac ión de ac tuac iones 
comunitarias en colaboración con instituciones, 
asociaciones, agentes sociales de la zona etc. 
- Fomento y apoyo del asociacionismo en el 
ámbito escolar como proceso de aprendizaje para 
inculcar valores de participación e implicación en 
la resolución de las problemáticas comunitarias. 
- Establecer relaciones de cooperación con 
otros profesionales para el diseño y ejecución de 
las políticas sociales en materia de educación de 
acuerdo con las características sociológicas y de 
las necesidades del entorno.
Respecto a los equipamientos donde se 
llevan a cabo estos objetivos podemos mencionar 
los Centros de Atención Infantil y Primaria (CEIP), 
Centros de Educación Segundaria (IES), Centros 
de Educación Especial, Centro de Educación 
de Adultos, entre otros. La coordinación es un 
aspecto fundamental de su trabajo manteniendo 
líneas de coordinación y cooperación tanto con 
profesionales de otros ámbitos públicos y privados 
(servicios sociales, sanidad, asociaciones etc.) 
como con los profesionales del ámbito educativo 
(profesores, director/a, jefe/a de estudios etc.).
El trabajo social con comunidades en el 
ámbito de la justicia
El ámbito judicial-penitenciario es un campo 
en el cual el Trabajo Social con comunidades 
está relacionado, principalmente, con la gestión 
de las penas alternativas de arresto de fin de 
semana y trabajo en beneficio de la comunidad, 
así como la participación en las medidas de 
seguridad privativas de libertad y el seguimiento 
de las penas referidas y de las medidas que 
procede por parte de los servicios sociales 
penitenciarios. La posibilidad de llevar a cabo 
intervenciones comunitarias desde el Trabajo 
Social es muy limitada, siendo indispensable 
realizarlas desde la comunidad “antes” del 
delito, llevándose a cabo desde una perspectiva 
de prevención. Las prácticas comunitarias se 
orientan, fundamentalmente, a la prevención 
terciaria desde una perspectiva psicosocial. Las 
principales actuaciones del trabajador social son:
- Investigación para la elaboración de 
programas de seguimiento de medidas en medio 
abierto, alternativas a prisión, inserción socio-
laboral, programas de prevención etc. 
- Colaboración, cuando se le requiera, en 
el Consejo Social Penitenciario, teniendo entre 
sus objetivos dar mayor protagonismo a las 
organizaciones del tercer sector y sensibilizar a 
la sociedad en los ámbitos de inserción laboral.
- Fomento de la participación de asociaciones 
y personas voluntarias en la dinámica de la 
programación de los talleres y actividades que se 
llevan a cabo en los centros penitenciarios. 
- Potenciación de la labor externa de los 
servicios sociales favoreciendo el acceso de las 
personas usuarias externas de estos servicios 
fuera del centro penitenciario, dando así respuesta 
a los nuevos cometidos del Código Penal en 
materia de penas alternativas y medidas.
- Promoción de proyectos de mediación.
- Impulso de proyectos de trabajo en 
beneficio de la comunidad como una medida 
alternativa al ingreso en prisión fomentando la 
reeducación. 
- Colaboración y participación con entidades 
para conseguir la reinserción y reeducación de 
las personas condenadas.
- Difusión de buenas prácticas con la 
participación del tercer sector que destaquen por 
su eficacia y originalidad y que sean susceptibles 
de generalizarse en otros establecimientos 
reconocer el alto grado de compromiso.
En el ambito judicial, el profesional social 
interactua con los siguientes equipamientos: 
Centros penitenciarios, CIS, Juzgados, Unidades 
de madres, comunidades terapéut icas 
extra-penitenciaria, unidades dependientes, 
módulos de respeto, asociaciones destinadas 
con el ámbito de justicia, justicia juvenil 
etc., aunque principalmente se desarrolla la 
intervención comunitaria desde los Servicios 
Penitenciarios Externos.
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Enrique Pastor SELLER
El trabajo social con comunidades en el 
ámbito de la vivienda-hábitat
La vivienda es más que un espacio físico, 
es donde se cimientan muchos de los procesos 
de socialización. Actualmente nos encontramoscon una situación plagada de necesidades/
problemas siendo la más significativa el aumento 
de los desahucios por el impago de las hipotecas 
debido a la situación económica del país. Por 
este motivo nuestro fin último es contribuir a 
la construcción de un discurso social sobre la 
vivienda y la lucha por un alojamiento digno. 
En relación a las actuaciones señalamos como 
fundamentales:
- Estudios sobre chabolismo, infravivienda, 
accesibilidad etc., para que los condicionamientos 
sociales sean una parte fundamental de las 
políticas de vivienda y para que se lleven a 
cabo intervenciones globales que incidan en los 
factores causales.
- Desarrollo de programas de dinamización 
comunitaria de barrios de nueva construcción o 
en proceso de remodelación, mejora del hábitat, 
de la vivienda, del barrio, planificación urbana 
etc. 
- Part ic ipación en la formulación 
e implementación de los proyectos de 
reasentamientos poblacionales, procesos de 
promoción de vivienda con protección pública, 
planes de emancipación juvenil etc.
- Mediación vecinal cuando existan 
dificultades para llegar a acuerdos o conflictos, 
relaciones de convivencia muy deteriorados en 
el tiempo, comunidades multiculturales y de 
diversidad económica etc. 
- Formación y capacitación de las personas 
que acceden a una vivienda normalizada, si 
muestran indicadores de vulnerabilidad o riesgo 
sobre el mantenimiento de viviendas y su encaje 
con el entorno peri doméstico y comunitario.
- Actuaciones de formación y capacitación 
para la adquisición de pautas de convivencia 
adecuadas, trabajando la participación, 
aceptación y compromiso en los procesos de 
realojo ya que, en determinadas comunidades, 
la adquisición de una vivienda no es el fin del 
proceso sino el principio, una vez que sus 
miembros están inmersos en unos procesos 
de exclusión transversal que no les permite 
el mantenimiento del hábitat en condiciones 
adecuadas. Debe existir una intervención con 
la comunidad antes, durante y después de los 
realojos en este sentido.
- Impl icac ión en las p la ta formas 
reivindicativas de apoyo a las personas y familias 
en procesos de desahucio, influyendo en las 
políticas públicas.
En lo re fe ren te a las l íneas de 
coordinación, cooperación, complementariedad 
resultan fundamentales la colaboración entre 
la Administración y las entidades sociales, 
no sólo porque los objetivos sociales sean 
los mismos, sino porque la coordinación, la 
complementariedad y la cooperación entre 
los agentes privados y públicos permiten 
aprovechar sinergias, compartir recursos y evitar 
la duplicidad de esfuerzos y recursos. La mejora 
del alcance y la eficacia de las intervenciones 
en materia de vivienda requiere la coexistencia 
coordinada de programas destinados a colectivos 
y realidades diferentes, impulsados tanto desde 
las Administraciones Públicas como desde las 
entidades sociales, de manera conjunta. 
La mediación comunitaria como ámbito de 
intervención
Los dos grandes objetivos que se 
persiguen desde un servicio de mediación 
comunitaria son el fomento de la convivencia 
y la participación ciudadana. El horizonte de la 
acción mediadora es promover la convivencia, 
un vivir cotidiano entre personas que presentan 
distintos bagajes culturales en los cuales 
interaccionan entre sí, a partir de relaciones 
sociales e intercambios que desembocan en la 
construcción de una nueva cultura compartida, 
sin que esto implique la eliminación de las 
identidades de origen, aunque no se niegue su 
transformación y enriquecimiento. Desde el punto 
de vista comunitario, la convivencia persigue 
la prevención del conflicto y, en definitiva, la 
construcción de una sociedad participativa. Un 
elemento clave de la convivencia intercultural son 
las relaciones sociales e intercambios que tienen 
lugar de manera cotidiana en los barrios donde 
todos vivimos. Desde el servicio de mediación se 
colabora, junto a otros profesionales y entidades, 
para incentivar y potenciar ese tejido, ya que es 
uno de los canales por excelencia a través de los 
cuales tienen lugar esas relaciones sociales. Por 
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Metodología y ámbitos des Trabajo Social Comunitario para impulsar cambios sociales...
una parte, son un canal idóneo para conseguir 
que la población se involucre y se identifique 
con la vida social del distrito. Pero además, es 
desde el tejido asociativo que el barrio, el distrito, 
la comunidad de propietarios, las asociaciones 
de padres, los colegios, las organizaciones no 
gubernamentales etc., se abren a los nuevos 
vecinos.
Otro objetivo del servicio de mediación 
comunitaria se refiere al fomento de la 
participación social. La participación persigue 
favorecer, potenciar e incrementar la presencia 
de la población en los espacios sociales e 
institucionales del ámbito local. Con ello se 
contribuye a la construcción de una sociedad en 
que, a través de la participación, tiene lugar el 
establecimiento de nuevas relaciones sociales 
que facilitan la identidad grupal, la comunicación 
y crean cauces de prevención y manejo 
de los conflictos comunitarios. Las vías de 
participación pueden ser individuales o grupales. 
La participación individual consiste en la oferta 
de canales existentes para la integración de la 
persona en consejos escolares, asociaciones 
de vecinos, organizaciones no gubernamentales 
etc. La participación colectiva consiste en la 
promoción de la vida comunitaria local tanto 
de las asociaciones como de los grupos de 
personas que actúen como interlocutores y 
agentes sociales, desarrollando las relaciones 
y fomentando la creación de la comunidad 
y la potenciación de redes de ayuda mutua 
(PASTOR, 2009, 2012).
Los ámbitos de actuación del trabajo social 
en el contexto de la mediación comunitaria se 
agrupan en dos niveles de actuación: prevención-
sensibilización y gestión de los conflictos. 
En cuanto a los programas de prevención 
y sensibilización, deben estar integrados en 
espacios de encuentro de todos los profesionales 
implicados en una temática concreta. El objetivo 
de los trabajadores sociales-mediadores 
es coordinarse con las actuaciones de los 
distintos profesionales a través de una acción 
integral para evitar duplicidad de funciones y 
solapamientos de esfuerzos de la población. Por 
la propia naturaleza del ámbito comunitario, los 
mediadores necesariamente han de trabajar en 
conexión con los demás profesionales a través 
del trabajo en red, así como con el resto de 
los profesionales que componen los Servicios 
Públicos Locales y los de otras entidades 
públicas y no gubernamentales. Anticipar las 
necesidades y demandas de toda la población y 
sus problemáticas ayuda el mediador comunitario 
a detectar y prever los conflictos que puedan 
surgir y a conocer las oportunidades que pueden 
apoyar su resolución.
Respecto al programa de gestión de 
conflictos, el propósito básico de la acción 
gestora es el de actuar en una controversia entre 
personas o grupos de la comunidad. Se pretende, 
de esta forma, que ciertos tipos de controversias 
se resuelvan sin tener que llegar a un tribunal, 
así como que se fomente la participación de las 
personas en la solución de sus problemas. En 
el proceso de gestión de conflictos comunitarios 
pueden estar involucrados dos (bilateral) o mas 
partes (multiparte), de modo que una de las 
acciones iniciales del proceso de mediación 
comunitaria consiste en el reconocimiento y 
legitimación de las partes que van a negociar, 
así como su competencia. 
Los servicios de mediación pueden 
apoyar la (re)construcción social potenciando 
el empoderamiento de los grupos, la discusión 
constructiva entre ellos y la superación de sus 
diferencias para la consecución de una mejor 
convivencia y, en definitiva, de una mayor 
bienestar social, finalidad última del trabajo 
social. 
Conclusión
El proceso metodológico descritose vincula 
con un trabajo social con comunidades, centrado 
en el modelo de desarrollo local estratégico, 
integral y sostenible mediante la integración de 
diferentes enfoques teóricos. Un trabajo social 
con comunidades centrado en los procesos y 
en las tareas de los grupos y las organizaciones 
comunitarias se senta en una doble dirección: 
está orientado a la construcción de contextos 
competentes (procesos), a recuperar confianzas, 
a desarrollar la innovación, a crear solidaridades, 
a generar capacidades y liderazgos endógenos, 
por tanto, una red de desarrollo local, y a la 
consecución de objetivos (tareas).
Con ello se tiene un enfoque holístico, 
integrador, multidisciplinar, que entrelaza 
estrategias y enfatiza la participación ciudadana. 
Por medio de la investigación-acción participativa 
156 Emancipação, Ponta Grossa, 13(1): 143-158, 2013. Disponível em <http://www.revistas2.uepg.br/index.php/emancipacao>
Enrique Pastor SELLER
de los actores implicados, en particular, y de 
la ciudadanía, en general, la metodología que 
apuesta por el cambio social sostenible parte de 
las necesidades sentidas. Como señala Vicente 
de Paula
El desafío epistemológico crítico del 
trabajo social en esa estructura de poder y 
concentración de riquezas, es el de descifrar 
esas condiciones generales de producción de 
la relación entre acumulación y política para 
mirar su institucionalidad concreta bajo la 
forma de políticas sociales, considerando las 
fuerzas en presencia en las arenas de poder 
y de la distribución (FALEIROS, 2011, p.123).
El/la trabajador/a social en la intervención 
colectiva adopta múltiples roles para adaptarse 
a los ritmos y rostros: defensor, mediador, 
coordinador, planificador, motivador etc. 
Todo ello representa la versatilidad necesaria 
para el profesional social interactuar con una 
comunidad compleja, donde el trabajo social 
debe “equiparse” de un discurso integrado e 
integrador de las características y dinámicas de 
la población, grupos y momentos. A la vez, con 
técnicas y habilidades innovadoras, y con con 
la lógica participativa, este profesional puede 
contribuir a la construcción de caminos que se 
encuentran sin prescribir retos infalibles, pero 
requieren de sus actores ser competentes en el 
caos del complejo universo relacional.
En resumen, el enfoque holíst ico, 
integrador, multidisciplinar, entrelazando 
estrategias y enfatizando la participación 
ciudadana, “encierra” los mejores rasgos del 
desarrollo de la comunidad, de la acción y de 
la planificación social. De los dos primeros se 
destaca la utilización de la organización de 
los ciudadanos locales para que se impliquen 
en la resolución de las necesidades que les 
afecta desde sus oportunidades y centros de 
interés. Y del último se sobresale el uso de los 
expertos y de las tareas técnicas que favorecen 
la investigación y coordinación de servicios/
actuaciones profesionales.
Ciertamente no podemos obviar el marco 
institucional del que solemos depender los 
trabajadores sociales, así como la percepción 
y expectativas que sobre nuestro trabajo 
tienen tanto las instituciones, los grupos y los 
ciudadanos, individualmente considerados. En 
este sentido, por una parte, nos encontramos con 
instituciones que enfatizan el trabajo asistencial, 
centrado en las personas y en las familias, en el 
mejor de los supuestos. Los Servicios Sociales, 
especialmente los de Atención Primaria, han 
sido, tradicionalmente, el Sistema de Protección 
Social desde donde se han propuesto líneas de 
intervención comunitaria, aunque no debemos 
“caer” en la tentación de considerar este ámbito 
ni el único ni tampoco como el mejor o el principal 
impulsor. Constatamos experiencias en el ámbito 
de la salud, de la educación, de la vivienda, del 
empleo-formación etc., o bien, de la integración 
de ellas, de enorme validez. 
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