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Neuropsicología de la Memoria - Lobulo Insular

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UNIVERSIDAD CENTROCCIDENTAL LISANDRO ALVARADO
DECANATO EXPERIMENTAL DE HUMANIDADES Y ARTES
PROGRAMA DE LICENCIATURA EN PSICOLOGÍA
NEUROPSICOLOGÍA DE LA MEMORIA
Integrantes:
Marchán, Sucet C.I 27.411.177
Peña, Katherinee C.I. 26.669.027
Quintero, Omar C.I. 26.943.380
Rivero, Amanda. C. I. 26.120.567
Vielma, Kerlys C.I 26.779.299
Grupo: Lóbulo Insular
Barquisimeto, 12 de mayo de 2023
Neuropsicología de la Memoria
· Memoria Sensorial:
Los registros sensoriales son la primera etapa de las estructuras de la memoria. Se encarga de una gran capacidad de almacenamiento, de duración breve y limitada, sobre la información sensorial que llega por medio de los sentidos, y vinculada a la percepción. Dicha información es retenida por menos de un segundo. El estudio de la memoria sensorial ha priorizado la codificación de los datos visuales y auditivos, también conocidos como memoria icónica y ecoica, respectivamente (Ballesteros, 1999)
Por otro lado, Portellano (2005) también concuerda que la información es registrada en mi primer lugar por los receptores sensoriales periféricos, por medio de los diferentes estímulos que ingresan al cerebro a través de los sentidos. Se menciona que existen dos procesos en el registro, primero se elabora una fotografía instantánea del estímulo presentado, y posteriormente, se mantiene una huella sensorial del mismo durante milisegundos, esta información debe transferirse a otros procesamientos de la memoria para poder ser almacenada. Es importante destacar que esta memoria se encuentra formada por un conjunto de sistemas correspondientes a cada canal sensorial que se estimule: visual, auditivo, táctil, olfativo y gustativo.
· Memoria a Corto Plazo: 
La memoria a corto plazo se encarga del almacenamiento limitado de información, normalmente menos de una docena de dígitos, dentro de un corto periodo de tiempo. En pocas palabras, se le considera una memoria inmediata para los estímulos que son percibidos, como por ejemplo, cuando se requiere retener durante un corto tiempo un número telefónico que se necesite marcar. Además, esta memoria se basa en la actividad eléctrica o molecular, en las redes neuronales que procesan la información (Morgado Bernal, 2005)
Se considera que es el proceso de retención inicial de la información, cuyo periodo de tiempo puede variar entre pocos segundos a varios minutos, sin embargo, diferentes autores concuerdan que el límite temporal podría ubicarse en 30 segundos. No obstante, para llevar a cabo el proceso perceptivo de la información, primero debe realizarse una codificación sensorial de los estímulos que serán memorizados, seguidamente este análisis y archivo sensorial se engloba en áreas cerebrales específicas donde se ven implicadas neuronas corticales o bucles córtico-talámicos. Este desarrollo se localiza en la circunvolución angular y el área supramarginal del lóbulo parietal (Portellano, 2005)
El lóbulo parietal se encuentra involucrado en la memoria a corto plazo, con la implicación de una disociación hemisférica, dado a qué lado izquierdo del lóbulo mencionado se encarga de la memoria verbal en un corto plazo, mientras que el lado derecho influye en la memoria no verbal, como por ejemplo, el recuerdo inmediato de imágenes. Por lo tanto, una lesión en el lóbulo parietal puede ocasionar deficiencias en esta modalidad de la memoria, viéndose todavía preservada la memoria a largo plazo. Es relevante mencionar, que en esta lóbulo también se encuentra el procesamiento espacial y somestésico; localizados en la corteza parietal posterior, y en la corteza somestésico asociativa, respectivamente (Portellano, 2005)
	
· Memoria Operativa o de Trabajo:
 Este tipo de memoria es una modalidad de la memoria a corto plazo, considerándose como un sistema activo que posee un rol destacable en el procesamiento cognitivo, puesto que se encarga manejar información de manera simultánea, permitiendo el cumplimiento de diferentes procesos cognitivos a la vez, como pueden ser el razonamiento y la resolución de problemas. Sin embargo, la capacidad de almacenamiento de la información es limitada, es por ello que se considera parte de la memoria de corto plazo (Portellano, 2005).
En este orden de ideas, autores como López (2011) explican que se trata de mecanismos específicos que se encargan del almacenamiento provisional de información específica, por lo que solo operan cuando es necesario almacenar dicha información. Es así como puede considerarse como un almacenamiento activo de información. De igual manera, la memoria de trabajo forma un vínculo con la percepción y atención para luego pasar a la ejecución (López, 2011). 
Por otra parte, Portellano (2005) plantea que para lograr esto se establece que la memoria de trabajo comprende tres módulos interdependientes, los cuales son el Lazo articulatorio o Bucle fonológico, el cual almacena toda la información verbal y, por tanto, del lenguaje, además de que se encarga de un proceso articulatorio. De esta forma funciona con operaciones de repaso y/o la transformación de información visual a información verbal. Este bucle es ubicado en el Área de Wernicke y la información del lazo articulatorio en el área de Broca.
Asimismo, el segundo módulo es la Agenda visoespacial la cual recibe el acceso así como manipula la información referente a las imágenes visuales, por lo que luego se encarga de la codificación de dicha información para situar y recuperar imágenes de la memoria a largo plazo. Este módulo se ubica en las áreas parietooccipitales del hemisferio derecho (Portellano, 2005).
En concordancia con lo anterior, López (2011) establece que “este subsistema de la memoria de trabajo tiene la función de integración espacial, de la información visual y cinestésica en una representación unificada que puede ser temporalmente almacenada y manipulada” (p.34). Además, establece la constante relación entre las estructuras encargadas del procesamiento de la información visual y la integración espacial, por lo que el funcionamiento de este subsistema parece no ser tan automático como el anterior.
Finalmente, el tercer módulo de la memoria de trabajo es el Ejecutivo Central, el cual se encarga del correcto funcionamiento de los otros dos módulos, es decir, este planifica, organiza, procesa y ejecuta las tareas necesarias para llevar a cabo una función cognitiva según la información verbal y visoespacial procesada y almacenada en el bucle fonológico y la agenda visoespacial (Portellano, 2005; López, 2011). Funciona como un supervisor atencional de la memoria de trabajo para así lograr planificar y coordinar las tareas a realizar.
Así Baddeley en su teoría lo denomina Sistema Atencional Supervisor (SAS) tomado del modelo de Norman y Shallice, además su localización son las áreas dorsolaterales del lóbulo frontal (Portellano, 2005).En este sentido, según Portellano (2005), la base anatómica de este tipo de memoria es el "área prefrontal (áreas dorsales y cinguladas), en colaboración con el área de Broca, el área  de Wernicke y las áreas parietooccipitales de asociación" (p.229). A su vez, López (2011) indica que según diversos estudios, dado el proceso de maduración de la corteza prefrontal, la reducción de la densidad sináptica y neuronal, el aumento de materia gris y blanca, así como el crecimiento de las dendritas, se sugiere que la memoria de trabajo surge alrededor de los 4 años de edad y madura aproximadamente entre los 5 y 7 años de edad.
Cabe destacar que al estar ubicada en la corteza prefrontal, su correcto funcionamiento no depende solo del adecuado desarrollo de esta, sino que la memoria de trabajo se ve afectada por el desarrollo cognitivo, el cual a su vez se ha demostrado que depende fundamentalmente de la maduración de las conexiones sinápticas que posibilitan la mielinización, la cual produce un incremento de la velocidad de conducción de los impulsos nerviosos (López, 2011).
· Memoria a Largo Plazo: 
Es la capacidad para retener la información durante periodos más prolongados de tiempo o de manerapermanente. La MLP también se refiere a la capacidad para evocar la información después de un intervalo de tiempo en el que el sujeto ha centrado su atención en otra tarea (Portellano, 2005). Y esta se divide en memoria declarativa y memoria no declarativa, así como en memoria anterógrada y retrógrada. 
· Memoria Anterógrada y Retrógrada: 
Dentro de la clínica y las divisiones de la memoria a largo plazo, se encuentra una clasificación que se utiliza frecuentemente cuando se hace referencia a cuadros amnésicos provocados por enfermedades vasculares o traumatismos craneoencefálicos, y es el de memoria anterógrada y memoria retrógrada (Portellano, 2005; Puente, 2001). La memoria anterógrada se concibe como la capacidad para almacenar nueva información, así como de registrar acontecimientos sucedidos a partir de un determinado hecho, la alteración de la misma se conoce como amnesia anterógrada y se entiende entonces como la incapacidad para retener nuevo material mnémico a partir del momento en que se produce una lesión cerebral (Portellano, 2005).
La memoria anterógrada se encuentra estrechamente vinculada al hipocampo y el circuito de Papez, que como se debe recordar se encuentran ubicados en la cara medial del lóbulo temporal, el cual es una estructura con un papel importante en el proceso de archivo del material mnémico. Las lesiones en el circuito de Papez incapacitan el aprendizaje y además producen trastornos de la memoria, lo cual produce olvido progresivo y la pérdida de los recuerdos más recientes. Debido a la alta interconexión neuroanatómica de los componentes de la estructura hipocampica, esto proporciona a este sistema una posición ideal para la construcción de recuerdos que integren la información visual, auditiva y somatosensorial, por lo que la alteración de la memoria anterógrada afecta a una amplia gama de nuevos aprendizajes (Fombuena, 2008; Portellano, 2005; Puente, 2001).
Por otra parte, se encuentra la memoria retrógrada, la cual se encuentra mayormente vinculada a las caras externas del lóbulo temporal, y que se entiende como la facultad para recuperar información que ha sido almacenada o aprendida con  anticipadamente, su alteración se conoce como amnesia retrógrada y supone la pérdida del material mnémico adquirido previo a un determinado momento o antecedido a una lesión cerebral. A diferencia de la amnesia anterógrada, esta suele ser menos frecuente, pero su presencia es un indicativo de un mayor grado de deterioro cognitivo (Portellano, 2005).
· Memoria Declarativa:
También llamada memoria explícita o racional, es la encargada de traer a la conciencia de manera voluntaria aquellas situaciones de nuestra vida, muchas veces de manera asociativa con otras situaciones, es decir, que si recordamos un lugar al que fuimos también recordaremos quizás un olor que nos quedó grabado de allí, con quien fuimos y que comimos (Lifeder, 2022). Y existen 3 modalidades de la memoria declarativa: semántica, episódica y autobiográfica.  
Muchos afirman que no existe un límite claro del número de recuerdos declarativos que el encéfalo puede almacenar, pero que puede haber gran diversidad en la facilidad y velocidad con que se adquiere nueva información (Solís y López-Hernández, 2009). Este tipo de memoria se encuentra situada en las estructuras y conexiones del lóbulo temporal y una lesión en estas áreas pueden ocasionar las siguientes patologías: Amnesia anterógrada, retrógrada, lacunar y disociativa o psicógena.
· Memoria Semántica:
Memoria encargada de los conocimientos generales al respecto de las adquisiciones de tipo cultural, como la historia del país, las capitales de los estados o la Tabla de multiplicar. La memoria semántica es una dimensión de Memoria Largo Plazo de tipo declarativo que también se denomina memoria libre de contexto, debido a que no tiene ninguna conexión con el contexto espacio-temporal, sino que hace referencia a los conocimientos culturales del sujeto. Es un tipo de memoria conceptual dirigido al conocimiento general de símbolos y conceptos, así como de las reglas para su manipulación (Portellano, 2005).
Su ubicación anatómica se encuentra en el lóbulo frontal izquierdo que es el responsable en la recuperación de recuerdos semánticos (Portellano, 2005).
· Memoria Episódica:
Se refiere a una variación de la memoria declarativa a largo plazo que señala los hechos que han sucedido. Está asociada a un determinado situación, debido a que almacena información sobre sucesos o episodios fechados espacial o temporalmente. Este tipo de memoria responde a las preguntas ¿qué sucedió?, ¿cuándo sucedió? y ¿dónde sucedió? La memoria episódica permite recordar acontecimientos de la vida personal, familiar y social, por lo que se ve más afectada por el olvido, debido a la exigencia de referencias espaciales y temporales concretas para recuperar un determinado acontecimiento (Portellano, 2005).
Sus ubicaciones anatómicas van de Lóbulo frontal derecho, Lóbulo temporal, Hipocampo., Corteza entorrinal (Portellano, 2005).
· Memoria Temporal: 
Es una fracción de la memoria episódica que hace referencia exclusiva a los acontecimientos que se produjeron a lo largo de la biografía del sujeto, como la fecha o el lugar de nacimiento o el nombre de sus progenitores (Portellano, 2005).
Sus ubicaciones anatómicas se encuentran situadas en el Diencéfalo participando en la codificación y consolidación de la información, siendo responsables de la secuenciación temporal de los recuerdos y el Lóbulo Frontal (Portellano, 2005).
· Memoria no Declarativa: 
La memoria no declarativa o implícita es aquella que no puede examinarse de una manera consciente, ni puede expresarse o medirse mediante un sistema simbólico. Esta nos permite adaptarnos al medio ambiente, ya que constantemente estamos en un proceso de aprendizaje de cosas que no somos conscientes, pero que necesitamos aprender para luego usarlas de la misma manera, inconscientemente (Portellano, 2005). La información que se guarda en esta memoria se construye lentamente a través de la repetición de muchos ensayos.
Es importante hacer énfasis que este tipo de memoria no depende de un sistema cerebral simple o específico, sino de múltiples sistemas como lo son: el hipocampo, el núcleo estriado, los ganglios basales y el cerebelo (Lifeder, 2022). Al igual que la memoria declarativa, esta incluye 3 modalidades diferentes: memoria de procedimiento, priming y condicionamiento simple (Portellano, 2005).
· Priming: También conocido como memoria incidental, “está relacionado al modo como un estímulo inicial puede afectar las respuestas de un individuo a estímulos subsiguientes, sin que exista consciencia del mismo sobre tal influencia” (Pacheco Junior et al., 2015, p. 285). Se entiende además que a través del priming se puede alcanzar una mejora en el rendimiento ante un material previamente presentado, y que tiene funcionalidad tanto en personas sin alteraciones en la memoria, como en amnésicos, este puede ser de tipo semántico o perceptivo dependiendo del material que se utilice. 
Partiendo de la no consciencia del aprendizaje adquirido ante un material expuesto, es que se considera a la memoria incidental como parte de una nueva modalidad de memoria implícita, en función de que puede ejecutarse sin una intención consciente, con poca atención y concentración, así como una escasa capacidad del procesamiento de la información. Aunque este tipo de memoria contiene escasos estudios, diversas investigaciones han encontrado estrecha relación de la misma con el lóbulo frontal y más específicamente con el neocortex, el cual constituye el área más avanzada del manto neuronal (Deus Yela, 1996). 
· Memoria Prospectiva: 
Respecto a este tipo de memoria, se establece que es la referente a actividades que están por ejecutarse en un futuro, entendiéndose como tiempos de corto, mediano y largo plazo. Este proceso es más complejo, puesto que el sistema atencional se divide entre recuperar el recuerdo de la tarea a realizar y ubicarlo en el presente y futuro. De estaforma se monitorizan asociaciones temporales y espaciales aunadas a un contexto semántico (Portellano, 2005).
De este modo, Arana Martínez et al (2010) concuerdan con que la memoria prospectiva es la evocación de un recuerdo referente a ejecutar una acción programada para un determinado momento futuro. Proponen una frase corta que funciona para distinguirla como "acordarse de recordar" (p. 41).  Así, los autores establecen cuatro fases del funcionamiento de esta memoria, las cuales son codificación de la intención y planificación de la acción, almacenamiento del plan por un intervalo de tiempo, recuperación de la intención, y finalmente la realización de la acción y su recuerdo.
De acuerdo a Portellano (2005) la base anatómica de este tipo de memoria es el lóbulo frontal, concretamente el área prefrontal. Su vinculación se denota claramente por la intervención o funcionamiento de distintos procesos cognitivos como razonamiento y planificación.
Referencias Bibliográficas
Arana Martínez, J. M., Gordillo León, F., Mestas Fernández, L., & Meilán, J. J. G. (2010). Efecto de la emoción sobre la memoria prospectiva: un nuevo enfoque basado en procedimientos operantes. Escritos de Psicología, 3(4), 40-47.
Ballesteros, S. (1999). Memoria humana: investigación y teoría. Psicothema, 11(4), 705-723. https://www.redalyc.org/pdf/727/72711401.pdf
Deus Yela, J. (1996). Sistema fronto-basal y aprendizaje incidental. [Tesis Doctoral, Universidad de Barcelona].
Fombuena, N. G. (2008). Normalización y validación de un test de memoria en envejecimiento normal, deterioro cognitivo leve y enfermedad de Alzheimer [Tesis Doctoral, Universidad Ramon Llull]
Lifeder (8 de septiembre de 2022) Memoria declarativa. https://www.lifeder.com/memoria-declarativa/
Lifeder (5 de septiembre de 2022) Memoria a largo plazo. https://www.lifeder.com/memoria-largo-plazo/.
López, M. (2011). Memoria de trabajo y aprendizaje: aportes de la neuropsicología. Cuad. Neuropsicol., 5(1), 25-47
Morgado Bernal, I. (2005). Psicobiología del aprendizaje y la memoria. CIC. Cuadernos de Información y Comunicación, 10, 221-233. 
Pacheco Junior, J,. Damacena, C., y Bronzatti, R. (2015). Pré-ativação: o efeito priming nos estudos sobre o comportamento do consumidor. Estudos e Pesquisas em Psicologia, 15 (1), 284-309
 Portellano, J. A. (2005). Introducción a la Neuropsicología. Madrid: McGraw-Hill.
Puente, A. (2001). 2015). La Memoria: una compleja entidad difícil de evaluar. Terremotos y Soñadores. Revista de la Asociación TDAH, 2(3). 
Solís, H., y López-Hernández, E. (2009). Neuroanatomía funcional de la memoria. Archivos de neurociencias, 14(3), 176-187

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