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Profecías que se autocumplen Watzlawick Una profecía que se autocumple es una suposición o predicción que, por la sola razón de haberse hecho, convierte en realidad el suceso supuesto, esperado, profetizado y de esta manera confirma su propia exactitud (Ejemplo: si alguien piensa que la gente lo desprecia se comportará de un modo desconfiado, insoportable lo cual generará en los demás el desprecio del que él estaba convencido). Se diferencia del pensamiento causal tradicional en tanto éste se trata de una causalidad lineal donde B sigue a A en un curso temporal. En la profecía que se autocumple un hecho todavía no producido (futuro) determina efectos en el presente, efectos que, a su vez, hicieron que cobrara realidad el hecho pronosticado. Así el futuro es el que determina el presente. Un acto que es resultado de una profecía que se autocumple crea primero las condiciones para que se de el suceso esperado y en este sentido crea una realidad que no se habría dado sin aquél. Dicho acto no es ni verdadero ni falso; sólo crea una situación y con ella su propia “verdad”: la profecía de un suceso hace que se cumpla el suceso profetizado. Esta inversión de causa y efecto es visible en los conflictos interpersonales. Se trata de la llamada puntuación de la secuencia de hechos (Ejemplo: el marido se aparta de la mujer y ella se queja: él dice que se aleja porque ella se queja y ella dice que se queja porque él se aleja). Sólo cuando se cree en una profecía, es decir, sólo cuando se la ve como un hecho que ya ha entrado en el futuro puede la profecía influir en el presente y así cumplirse. Cuando falta este elemento de la creencia o de la convicción, falta también el efecto. Ejemplos del efecto autocumplidor: 1. Diagnósticos psiquiátricos: se cree en que todo lo que tiene un nombre debe por eso existir realmente y la significación de manifestaciones patológicas llegan a veces a ser profecías que se autocumplen. 2. Muerte vudú: es característico del hombre primitivo, supersticioso que se basa en fantasías ilimitadas. 3. Cáncer: se considera que hay factores psíquicos en el tratamiento del cáncer donde juegan factores importantes como las expectativas y creencias del paciente, las de la familia del paciente y las del medico que trata el mal. Cada una de estas expectativas puede convertirse en una profecía que se autocumple. 4. Placebos: son preparados químicamente neutros que imitan la forma, el gusto y color de determinado medicamento pero que no tienen ningún efecto farmacológico. El paciente ante la seguridad que le da el medico del efecto del placebo cree en la efectividad del mismo y eso puede servir para la cura del paciente. Las profecías que se autocumplen son fenómenos que no sólo sacuden las bases de nuestra concepción personal de la realidad, sino que hasta pueden poner en tela de juicio la imagen del mundo de la ciencia. Todos comparten la capacidad evidente de crear una realidad y suscitar determinada creencia en el “ser así” de la cosas, una creencia que puede ser tanto una superstición como una teoría científica aparentemente rigurosa derivada de la observación objetiva. La realidad inventada llega a ser realidad “verdadera” solo cuando se cree en el invento. Cuando falta el elemento de la creencia, dicha realidad es ineficaz. La profecía de la cual sabemos que es una profecía ya no puede autocumplirse. Siempre esta presente la posibilidad de elegir otra cosa y de infringirla. Profecías que se autocumplen Watzlawick Una profecía que se autocumple es una suposición o predicción que, por la sola razón de haberse hecho, convierte en realidad el suceso supuesto, esperado, profetizado y de esta manera confirma su propia exactitud (Ejemplo: si alguien piensa que la gente lo desprecia se comportará de un modo desconfiado, insoportable lo cual generará en los demás el desprecio del que él estaba convencido). Se diferencia del pensamiento causal tradicional en tanto éste se trata de una causalidad lineal donde B sigue a A en un curso temporal. En la profecía que se autocumple un hecho todavía no producido (futuro) determina efectos en el presente, efectos que, a su vez, hicieron que cobrara realidad el hecho pronosticado. Así el futuro es el que determina el presente. Un acto que es resultado de una profecía que se autocumple crea primero las condiciones para que se de el suceso esperado y en este sentido crea una realidad que no se habría dado sin aquél. Dicho acto no es ni verdadero ni falso; sólo crea una situación y con ella su propia “verdad”: la profecía de un suceso hace que se cumpla el suceso profetizado. Esta inversión de causa y efecto es visible en los conflictos interpersonales. Se trata de la llamada puntuación de la secuencia de hechos (Ejemplo: el marido se aparta de la mujer y ella se queja: él dice que se aleja porque ella se queja y ella dice que se queja porque él se aleja). Sólo cuando se cree en una profecía, es decir, sólo cuando se la ve como un hecho que ya ha entrado en el futuro puede la profecía influir en el presente y así cumplirse. Cuando falta este elemento de la creencia o de la convicción, falta también el efecto. Ejemplos del efecto autocumplidor: 1. Diagnósticos psiquiátricos: se cree en que todo lo que tiene un nombre debe por eso existir realmente, y la significación de manifestaciones patológicas llegan a veces a ser profecías que se autocumplen. 2. Muerte vudú: es característico del hombre primitivo, supersticioso que se basa en fantasías ilimitadas. 3. Cáncer: se considera que hay factores psíquicos en el tratamiento del cáncer donde juegan factores importantes como las expectativas y creencias del paciente, las de la familia del paciente y las del medico que trata el mal. Cada una de estas expectativas puede convertirse en una profecía que se autocumple. 4. Placebos: son preparados químicamente neutros que imitan la forma, el gusto y color de determinado medicamento pero que no tienen ningún efecto farmacológico. El paciente ante la seguridad que le da el medico del efecto del placebo cree en la efectividad del mismo y eso puede servir para la cura del paciente. Las profecías que se autocumplen son fenómenos que no sólo sacuden las bases de nuestra concepción personal de la realidad, sino que hasta pueden poner en tela de juicio la imagen del mundo de la ciencia. Todos comparten la capacidad evidente de crear una realidad y suscitar determinada creencia en el “ser así” de la cosas, una creencia que puede ser tanto una superstición como una teoría científica aparentemente rigurosa derivada de la observación objetiva. La realidad inventada llega a ser realidad “verdadera” solo cuando se cree en el invento. Cuando falta el elemento de la creencia, dicha realidad es ineficaz. La profecía de la cual sabemos que es una profecía ya no puede autocumplirse. Siempre esta presente la posibilidad de elegir otra cosa y de infringirla.
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