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Facultad de Psicología y Psicopedagogía
Universidad del Salvador
 
 
 
 
 
 
● Monografía de Investigación Teórica: Violencia hacía el género y el sexo 
femenino en Argentina
 
● Titular de Cátedra: Lic. y Dra. Silvia Marchioli
 
● Integrantes: Basile Noelia Magali, Lorenzo Agustina Mailen, Pérez 
Elisabeth Soledad, Robestein Iara, Winitzky María Laura
● Año Académico:4°
 
● Comisión: DN
 
● Fecha de Entrega: 30 de Agosto de 2018
 
 
 
 
 
 
 
Introducción 
En el siguiente trabajo monográfico se propone una recolección de discursos y
trabajos de diferentes autores, especialistas en distintos campos, sobre la violencia hacia el
género y el sexo femenino, problemática tan creciente en nuestro país. La hipótesis que
trabajaremos será: “¿La sociedad y las instituciones (públicas y privadas) influyen con sus
discursos en la violencia hacia género y sexo femenino?”
Elegimos este tema dado el aumento en la visibilidad y reconocimiento actual de los
hechos de violencia hacia el género y sexo femenino que estamos sufriendo en la sociedad
Argentina. Empezaremos situándonos en el rol social que se brinda a lo largo de la historia al
sexo femenino, luego comentaremos las diferencias entre género y sexo, seguido del análisis
de un artículo periodístico que busca la explicación al porqué se genera la violencia del
hombre hacia la mujer, evaluaremos un caso real de violencia de género desde la mirada
psicoanalítica, recorreremos las leyes que buscan la protección a la mujer bajo casos de
violencia acompañando esta sección de algunas estadísticas y, finalmente, brindaremos
nuestra conclusión grupal en la que intentaremos esbozar la corroboración o refutación de
nuestra hipótesis inicial. Adicionamos conclusiones personales que esperamos sirvan para
enriquecer la visión sobre esta problemática social y actual de quien/es lean nuestro trabajo.
 
 
 
 
 
 
 
 
Un poco de Historia
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Podemos pensar en el patriarcado como un sistema histórico-político-social, que es
una construcción cultural, no tiene ningún fundamento biológico. El mismo se instaló con la
familia monogámica autoritaria y patriarcal donde la figura principal era el pater familia. Se
edificó sobre dos pilares: las relaciones jerárquicas de poder y la dominación del género
masculino sobre el femenino. Históricamente su papel social era ser intercambiadas en
transacciones matrimoniales, siendo el género masculino quien definía los términos del
intercambio (derrota histórica del sexo femenino). Por lo cual, la mujer se convierte en
mercancía y se las cosifica, y al ser tratadas como objetos no poseen derechos. Esto está
relacionado con la subordinación. Se debe aclarar que los atributos sexuales son una cuestión
biológica, pero el lugar que se le da al género femenino es producto de un proceso histórico.
La autora Élida E. Fernández, en su libro “Algo es posible” recopila una serie de
ensayos propios a la clínica psicoanalítica de locuras y psicosis, si bien el estudio de la
estructura psicótica se aleja totalmente al contenido de nuestro trabajo tiene un capítulo que
deseamos traer a colación, que nos parece extremadamente importante, en el que hace
referencia a un hecho (comentado por Freud en las cartas 56 y 57 enviadas a Fliess): Durante
el año 1486 aparece en Europa un tratado llamado MalleusMaleficarum donde se especificaba
qué era la brujería, cómo se desparramaba y cómo encontrar y castigar a las brujas. Aquí
utilizaban determinadas torturas como los métodos primordiales para lograr la confesión de la
práctica de brujería.
Citando a Élida: “La bruja era definida como una persona usualmente del sexo
femenino que por su propio deseo abjuraba de Dios y hacía pactos con el diablo. Quiero
subrayar aquí que ya desde antiguo hay un pacto entre la mujer que va a ser poseída y aquello
o aquel que va a poseerla y este pacto era posible por el deseo de ella. Este pacto era deseado
por lo que este otro/Otro podía proveer. Las brujas tenían el poder de volar, hacer magia,
hechizar y transformarse en animales. La Iglesia, siglo XV, empieza a poner atención en el
tema y a verlas como un peligro para la fe y para los feligreses. Como la confesión podía ser
una forma de evitar la pena final, que era morir en la hoguera, muchos con gran mayoría de
mujeres se declaraban culpables” (Pág. 38)
Consideramos rico el planteo que hace la autora, donde verbaliza el deseo de la mujer
hacía quién la posee y las consecuencias que este le trae, la muerte en el peor de los casos.
Podemos identificar como el deseo femenino tratando de salirse de las “normas establecidas”
(desear ser poseída por el Diablo) inquieta a una institución, que en este caso sería la Iglesia,
2
y esta comienza a verlas como un peligro para la fe generando un discurso social donde las
supuestas “brujas” eran perseguidas.
Mucho más adelante en la historia surgen algunas figuras femeninas que, integradas a
los movimientos obreros, reclaman participación social y económica igualitaria y sostienen el
derecho a la educación igualitaria para ambos sexos. Surgen mujeres que tienen peso y
visibilidad en el mundo cultural, en la literatura y las ciencias. También fue adquiriendo peso
el movimiento sufragista.
La Segunda Guerra Mundial impulsa los movimientos de las mujeres, y crea
coyunturas favorables contra la discriminación por razones de raza, religión o sexo. Se
extiende el derecho femenino al voto a los países occidentales que aún no lo habían
conseguido.
Hacia mediados de los años ´60 surgen nuevos movimientos, los hippies, el de lucha
contra la discriminación racial, y el de las feministas.
Hacia los años ´70 algunos sectores feministas radicalizados sostienen que las
mujeres son un grupo social que padece condiciones significativas de opresión en la sociedad
patriarcal.
En los años ´80 comienza a perfilarse una corriente más abarcadora e incluyente que
busca nuevas formas de construcciones de sentido, tratando de avanzar en las relaciones entre
mujeres y varones, con lo cual surgen los Estudios de Género. Los Estudios de Género
aspiran a ofrecer nuevas construcciones de sentido para que hombres y mujeres perciban a su
masculinidad y su feminidad, y reconstruyan los vínculos entre ambos términos que no sean
los tradicionales opresivos y discriminatorios, todo ello basado en que el análisis de los
conflictos de los nuevos vínculos entre los géneros contribuirá a establecer condiciones de
vida más justas y equitativas para ambos.
Actualmente, cabe destacar los movimientos feministas de NiUnaMenos y 8M. El
primero, se define a sí mismo como “Ni Una Menos es un grito colectivo contra la violencia
machista. Surgió de la necesidad de decir “basta de femicidios”, porque en Argentina cada 30
horas asesinan a una mujer sólo por ser mujer. La convocatoria nació de un grupo de
periodistas, activistas, artistas, pero creció cuando la sociedad la hizo suya y la convirtió en
una campaña colectiva. A Ni Una Menos se sumaron a miles de personas, cientos de
organizaciones en todo el país, escuelas, militantes de todos los partidos políticos. Porque el
pedido es urgente y el cambio es posible, Ni Una Menos se instaló en la agenda pública y
política. El 3 de junio de 2015, en la Plaza del Congreso, en Buenos Aires y en cientos de
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plazas de toda Argentina una multitud de voces, identidades y banderas demostraron que Ni
Una Menos no es el fin de nada sino el comienzo de un camino nuevo.”.
Con respecto a la fecha del 8M, conocida como el Día Internacional de la Mujer, se
origina en el 8 de marzo de 1857, donde cientos de mujeres de una fábrica de textiles de
Nueva York organizaron una marcha en contra de los bajos salarios (los salarios que recibían
las mujeres eran inferioresen un 60 o 70 % a lo que percibe el hombre) y las condiciones
inhumanas de trabajo. Desde ese momento, tal fecha fue reconocida en virtud de la lucha de
las mujeres por el reconocimiento en un mundo de hombres. Posteriormente, en Nueva York
el año 1908, en la fábrica Cotton Textile Factory, las mujeres realizaron una huelga en
reclamo de tener el mismo salario que los hombres, derecho a la lactancia y reducción de la
jornada laboral. Ante esta situación, la reacción del dueño de la fábrica fue cerrar sus puertas
y prenderla fuego, lo que provocó el fallecimiento de 129 mujeres.
Tomando esta fecha tan significativa, el paro internacional de mujeres (8M) es una
movilización de tal magnitud que recorre el mundo para que el reclamo feminista sea
escuchado desde diversas partes. El grito refiere a la lucha contra el patriarcado, en defensas
de sus vidas, sus derechos y sus trabajos. Abarcando también la temática del aborto legal,
seguro y gratuito, femicidios, discriminación y violencia hacia el grupo lgbt.
¿Qué es el género? ¿Qué es el sexo?
 
Siguiendo a Burin y Meler, la idea general mediante la que se diferencia “sexo” de
“género” es que el sexo queda determinado por la diferencia sexual inscrita en el cuerpo (lo
biológico) mientras que el género se relaciona con los significados que cada sociedad le
atribuye. El género se define como la red de creencias, rasgos de personalidad, actitudes,
valores, conductas y actividades que diferencian a mujeres y a hombres. Tal diferenciación es
producto de un largo proceso histórico de construcción social, que produce diferencias entre
los géneros femenino y masculino, a la vez que estas diferencias implican desigualdades y
jerarquías entre ambos.
Los principios ahistóricos niegan que a lo largo de la historia los géneros hayan
padecido notables cambios, especialmente el femenino, en sí posición social, política,
económica, e implicado profundas transformaciones en su subjetividad. Suponen la existencia
de un “eterno femenino” inmutable a través del tiempo.
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Los criterios individualistas aíslan a las mujeres del contexto social, y suponen que
cada mujer, por separado y según su propia historia individual, puede responder acerca de la
construcción de su subjetividad.
Ya había enunciados de Platón y Aristóteles cerca de la “inferioridad” femenina en
contraposición a la “superioridad” masculina, pero fue a partir de la Revolución Francesa y la
Ilustración cuando surgieron los valores de la modernidad explicativos en los términos
“igualdad, libertad, fraternidad”, que las mujeres comenzaron a reclamar sus derechos como
ciudadanas.
La discriminación en las Mujeres
La convención de la Mujer (CEDAW) define la discriminación contra la mujer en su
artículo 1 como “toda distinción, exclusión o restricción basada en el sexo que tenga por
objeto o por resultado menoscabar o anular el reconocimiento, goce o ejercicio por la mujer,
independientemente de su estado civil, sobre la base de la igualdad del hombre y la mujer, de
los derechos humanos y las libertades fundamentales en las esferas política, económica,
social, cultural y civil o en cualquier otra esfera”. La discriminación por ser mujeres es
llamada discriminación por razón de género o sexismo.
La “Convención Interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la violencia
contra la mujer” define la violencia contra la mujer a cualquier acción o conducta, basada en
su género, que cause muerte, daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico tanto en el
ámbito público como en el privado.
La violencia contra la mujer constituye una violación de los derechos humanos y las
libertades fundamentales y limita total o parcialmente a la mujer el reconocimiento, goce y
ejercicio de tales derechos y libertades. La violencia a la mujer es una ofensa a la dignidad
humana y una manifestación de las relaciones de poder históricamente desiguales entre
mujeres y hombres.
La eliminación de la violencia contra la mujer es condición indispensable para su desarrollo
individual y social y su plena e igualitaria participación en todas las esferas de la vida.
 
La mujer y el trabajo
La división sexual del trabajo y la distribución de roles productivos para los varones y
reproductivos para las mujeres conlleva implicancias directas en la participación femenina en
la vida laboral, en todos los aspectos: el desempeño, la retribución, los ascensos, etc. Esto
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genera una situación de desigualdad de oportunidades respecto de los varones en el mundo
del trabajo. Si bien la participación de las mujeres se ha incrementado notoriamente en las
últimas décadas (el 50,8% participa en el mercado laboral) todavía lo hacen en menor medida
que los varones y en condiciones desventajosas.
En cuanto a los salarios, la diferencia entre las remuneraciones de varones y mujeres
por iguales tareas, responsabilidades y formación constituye aún una práctica laboral que se
sostiene y provoca profundas desigualdades por motivos de género en el ámbito laboral.
Algunos estudios demuestran que la discriminación y segregación ocupacional del mercado
de trabajo es un fenómeno relacionado con un trato material y físico solo por sus
características de género observables.
Hacia una redistribución igualitaria de las tareas compartidas
Es de público conocimiento cuáles son las diferencias entre las licencias por maternidad para
las mujeres y cuáles las de los hombres. En virtud de esto se proponen las siguientes medidas:
- Ampliación de las licencias parentales para varones de manera que puedan asumir
mayores responsabilidades en los primeros tiempos de crianza de los niños y
niñas.
- Prórroga de las licencias por maternidad o excedencias para el cuidado de los
hijos/as menores durante un periodo pactado entre la empresa y el/la trabajador/a.
- Incorporación de tiempo parcial, con o sin reducción proporcional del salario.
- Programas especiales para personas que vuelven al empleo luego de una licencia
por maternidad; esto puede incluir reincorporaciones graduales al puesto de
trabajo, arreglos de trabajo flexible, licencias personales de emergencia, etc.
- Días libres por razones personales: la empresa puede proporcionar a los
empleados y empleadas la opción de tomarse periodos libres de tiempo,
remunerados o no, para atender obligaciones familiares o compromisos
personales.
Estas medidas favorecen la división de tareas de los cuidados de la descendencia en
forma igualitaria, tanto para hombres como para mujeres.
Un artículo periodístico y un poco de literatura
La periodista Marta Dillon, referente de la creación del Ni Una Menos, observa e
interroga en un artículo del diario Página 12 “¿Por qué los hombres maltratan a las mujeres?”
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en el artículo sostiene que en la mayoría de los casos ese maltrato se da porque las mujeres no
hacen todo lo que los hombres disponen o estos no pueden poseerlas de forma completa.
Con respecto a esta idea, podemos agregar que la dificultad de reconocer a la mujer como un
sujeto autónomo -ya que es un objeto del cual el hombre se apropia-, inhibe el lenguaje, que
aparece como innecesario. Si el objeto está dentro no hace falta articular palabra para que
atienda, ya que el lenguaje se utiliza para una comunicación entre una persona y otra. Pero el
objeto está afuera, y la frustración que genera este hecho por la imposibilidad de “dominarlo”
totalmente, trae como efecto el acto: la violencia. Como no hay reconocimiento de un sujeto,
hay un intento de dominación de un objeto. 
Ella se pregunta y nosotras, también, le preguntamos a este artículo ¿Cómo “poseer a
la mujer”, por qué se llegó y llega a eso? La periodista aquí se vale de una explicación desde
su visión, donde afirma que son siglos de trabajo abnegado de un sistema de opresiónllamado
patriarcado –literalmente, “gobierno de los padres”– que se reproduce a sí mismo por la
seducción o por la fuerza. Sostiene además que hay una cultura social que tiende, desde todas
las instituciones, a creer en el matrimonio como el final feliz de toda historia humana. Salirse
de ese final, correrse, disfrutar desde otro lado que no sea el “establecido” generaría
violencia, verbal, psicológica y física. Salirse de las responsabilidades de los roles pautados
para poder cumplir con el objetivo genera violencia, que afirma la autora, en el 70% de los
casos la sufre el género femenino. Y el romantizar esta idea de matrimonio feliz también
genera frustración y aceptación hacia la violencia para cumplir el objetivo dado que se tiende
a pensar que esa violencia ejercida esta bien “porque me aman, porque tenemos una familia,
porque me eligió a mí” eso establecido culturalmente, esos discursos esparcidos desde las
instituciones generan una ceguera ante la violencia ejercida.
El planteo de Marta Dillon nos convoca desde un discurso psicoanalítico, casi podría
formar parte de un nuevo capítulo de “Psicología de las masas y análisis del yo”ya que en
Argentina nos vemos atravesados por la mirada social muy fuerte, la cual nos “marca” de
forma simbólica y real los caminos que nos fueron establecidos.
Vemos que el discurso mediático se constituye como un operador destituyente del
dispositivo pedagógico, y, en general, de las figuras e instituciones que tradicionalmente
"poseían" el saber y la autoridad. 
En la literatura tenemos varias autoras que han tratado los temas en cuanto al rol de la
mujer en la sociedad, de ellas seleccionamos a Vivian Gornick (periodista y escritora
feminista) donde en su novela “Apegos Feroces” narra, mientras camina con su madre por su
antiguo barrio, partes de las memorias su infancia en un edificio del Bronx (Estados Unidos).
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Allí convivió con mujeres de toda nacionalidad y mayormente de religión judía pero hubo
una mujer que junto con su madre marcaron su vida, Netti -una joven vecina madre de un
niño pequeño- quién a Vivian le despertaba deseo y a su madre (reciente viuda), según ella
percibió, una relación de amor/odio por verla disfrutar de su cuerpo y de su sexualidad en más
de una ocasión. 
Gornick (2017) narra así. “... Pero todo el mundo, y mamá la primera, pensaba que se
lo buscaba. La consideraban provocativa, sugerente y tentadora. Si pedias más detalles, les
costaba dártelos. Las frentes se arrugaban, los párpados se entrecerraban y las bocas se
fruncian. Nadie sabía decirte qué tenía de malo. Por otro lado, nadie se desdecía. No es lo que
lleva puesto, comentaba una vecina, es cómo lo lleva. No es lo que dice, sino cómo lo dice.
No es la cara que pone, es la cara que tiene. ¿Entiendes a lo que me refiero? No sabría
exactamente qué es, pero yo sé a lo que me refiero. Yo asentía. También sabía a lo que se
referían. Recorría la manzana de modo que me hacía sentir incómoda desde que cumplí diez
años. 
Ninguna de las mujeres del barrio caminaba como ella. Los andares de una mujer
pueden ser enérgicos o perezosos, pero los de ellas inevitablemente llevaban el ritmo de un
ama de casa que ha salido a hacer recados; sus piernas estaban unidasa su torso con el mero
propósito de posibilitar un desplazamiento práctico, no caminaban para sentir su cuerpo en
movimiento o para que los demás se fijasen o reaccionasen ante él. Pero Nettie sí. Se movía a
pasos largos y muy estudiados. Movía primero una pierna y luego la otra, cimbreando las
caderas. Todo el mundo sabía que esta mujer no iba a ningún lado, que caminaba por
caminar, para sentir el efecto que causaba en la calle. Sus andares acentuaban las carnes
ocultas bajo la ropa. Iba declarando: <Este cuerpo tiene el poder de despertar tu deseo>. No
había nadie como ella en mil kilómetros a la redonda. Los hombres y las mujeres la ansiaban
por igual. Era horrible. Yo percibía cómo iba despertando pasiones, pero estas pasiones
parecían vinculadas al castigo, no al privilegio. La manera en que la gente la miraba -la
crueldad de los hombres, la rabia de las mujeres- me daba miedo. Sentía que se hallaba en
peligro. Nettie caminando por la acera se entretejió con la tela de mis primeras
angustias.”(p.98-99)
Si bien las memorias de Vivian transcurren en un país con una cultura y en una
sociedad que no son las nuestras, es interesante poder observar como una niña de 10 años
toma conciencia de la mirada de la sociedad que la rodea tiene sobre Netti y sobre cómo
Nettie (de sexo y género femenino) disfruta de su cuerpo, hasta percibiendo como los
sentimientos que Nettie despertaba a esta sociedad que las rodeaban estaban mucho más
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ligados al castigo que a una clase de elogio o privilegio, como bien describió, y que estos
venían de parte de hombres y también mujeres. ¿Cuánto hay de real, hoy, en esto. En aquellas
memorias de Vivian? Nos preguntamos como grupo; donde el juzgamiento a la mujer que
goza de su sexo, género y que puede ir por la vía pública esparciendo su libertad en su andar,
en su ropa o en sus ademanes es duramente mirada, criticada, insultada, irrespetada, violada.
¿Cuantas personas hoy tomarán consciencia como vivían de esto? 
Desde la visión Psicoanalítica
Partiendo de “Estudios de género” de las autoras Burin y Meler vemos que por los
años 60 se dan movimientos sociales anti bélicos, de lucha contra la discriminación,
pacifistas, de lucha contra la discriminación por religiones y movimientos feministas en
varios países del mundo. Varias mujeres comparten determinadas ideas arraigadas a estos
movimientos mientras que otras tantas aún se dedicaban, sólo al cuidado del hogar, aceptando
el lugar que le designe la sociedad patriarcal del momento.
Lola López Mondejar (psicoanalista española), ante el enigma de por qué permanece
en una relación una mujer que es víctima de violencia de género por parte de su pareja,
menciona que “en estas mujeres hay una especie de vacío interior, una precariedad de
contenidos psíquicos que responde a una historia donde su "experiencia subjetiva" ha sido
sistemáticamente negada para adaptarse a las demandas de otro (madre/padre, posteriormente
el marido), como viene preestablecido en las expectativas de género asumidas. Este vacío le
resulta más intolerable que la dependencia de un hombre cuyo maltrato, también debido a su
propia historia familiar previa, ella interpreta como un acto de amor y de dependencia. La
mujer percibe la debilidad del otro y se coloca frente a él como una prótesis, un sostén, un
refugio, y en ese acto satisface los íntimos anhelos de su feminidad.” 1 
Por otro lado, con respecto a las consecuencias psíquicas de un maltrato persistente, la
autora menciona la baja autoestima, desvalorización y agresión vuelta sobre sí misma,
desamparo, impotencia, indefensión. A su vez, propone ciertos cuestiones que pueden
favorecer la permanencia con la pareja que la maltrata, tales como: falta de alternativas y
preocupación por la pérdida del hogar (vinculado con una situación económica desfavorable
1 López Mondejar, Lola: “Una patología del vínculo amoroso: el maltrato a la mujer” 
http://scielo.isciii.es/pdf/neuropsiq/n77/n77a02.pdf Pag 14.
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en comparación al género masculino), temor a la desaprobación familiar por su fracaso en la
relación de pareja, miedo a las represalias de su pareja.
Visión ecológica del desarrollo humano
Podemos considerar que el desarrollo de los individuos, se ve influenciado por la
sociedad en la que vive y por las corrientes de pensamiento que la caracterizan y componen.
A partir de las argumentaciones planteadas inferimos en los siguientes aspectos: los
comportamientos violentos contra el género son influenciados por las creencias a nivel social
(tomando la distribucióndel trabajo para hombres y mujeres, división sexual del poder), a
nivel comunitario (citando la integración de las relaciones sociales diferenciadas por género
integradas en escuelas, lugar de trabajo, instituciones sociales, etc.), a nivel interpersonal
(como las creencias de ambos miembros de la pareja sobre cómo debe ser la relación), y a
nivel individual; en lo que piensa el individuo sobre qué es lo “adecuado” o no en una
relación. 
A menudo podemos ver, que la mayoría de los comportamientos que incumplan las
expectativas asumidas en la sociedad en función del género femenino, aumentarán las
probabilidades de conductas violentas hacia el género y utilizarán dichas creencias
socialmente asumidas para justificar el uso de esta violencia.
Tomamos dicho autor para poder dar explicación de cómo el individuo es
influenciado mediante los diferentes ambientes en que se desenvuelve. Influyen de manera
directa en el desarrollo cognitivo, moral y relacional. 
El modelo determina una serie de estructuras en diferente niveles en los que se
desenvuelve el ser humano . Estas estructuras entran en contacto con las personas desde el
momento que nacen y acompañándola a lo largo de su vida.
Urie Bronfenbrenner, integra ideas de la teoría del Kurt Lewin y de Jean Piaget para
formular un modelo teórico. De Kurt Lewin integró la idea de que el comportamiento de las
personas está influenciado por el significado que atribuyen a los contextos en los que
interactúa . De jean Piaget de que el ser humano construye la realidad e incluso la remodela
para adaptarla a sus capacidades y deseos.
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Para Bronfenbrenner el desarrollo humano se define como todo cambio perdurable en
el modo en el que una persona percibe su ambiente y se relaciona con el.
La ecología del desarrollo humano sería el estudio científico de la progresiva
acomodación mutua entre un ser activo, en desarrollo y las propiedades cambiantes de los
entornos inmediatos en los que vive la persona en desarrollo en este desarrollo se ve afectado
por un lado por las relaciones que se establecen entre los entornos cercanos y por los
contextos sociales más grandes en los que este se incluyen.
El ambiente ecológico, se concibe, como una disposición seriada de estructuras
concéntricas formada por diferentes sociales, los niveles están contenido por el siguiente nivel
y mantiene una relación de interdependencia.
Bronfenbrenner, denomina a estas estructuras microsistema, mesosistema, exosistema y
macrosistema. Aplicado en el ciclo vital del individuo y su efecto en el desarrollo del mismo.
Las ideas fundamentales que podemos tomar: la persona en desarrollo es una entidad
dinámica, que se adentra progresivamente y, a la vez, reestructura el medio en el que vive. La
interacción de la persona con el ambiente es bidireccional y se caracteriza por su
reciprocidad. Y el ambiente se extiende para incluir las interconexiones entre estos entornos y
las influencias externas que emanan de los entorno más amplios.
Para poder entender los niveles del ambiente ecológico haremos una definición de ellos.
Microsistema: Patrón de actividades, roles y relaciones interpersonales que la persona en
desarrollo experimenta en un entorno determinado con características físicas y materiales
particulares.
Sería el nivel más cercano al individuo (familia, trabajo, amigos, escuela) , hace
referencia a las diferentes interrelaciones, el tipo de relación del individuo con las que
comparte ese contexto inmediatos y las influencias en el desarrollo. Según Bronfenbrenner ,
el desarrollo de la persona se basa en la creación de otros microsistema de esa manera ir
interactuando . permitiendo asumir nuevos roles . establecer relaciones interpersonales y
realizar nuevas actividades. En el caso que se produzcan procesos destructivos en algunos de
estos macrosistemas, los demás pueden servir de apoyo para el desarrollo.
Mesosistema: interrelaciones de dos o más entornos en los que la persona participa
activamente. ( familia- escuela, familia-escuela-amigos,trabajo-familia)
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La principal función que cumple para el autor en la relación que se da entre lo microsistemas
es la no intencional. Se plantea que cuando más fuertes son , positivas, y diversas sean las
relaciones, el mesosistema será más sólido y beneficioso para el desarrollo del individuo. Esto
potencia el desarrollo y la capacidad de adaptación a otros entornos.
Exosistema : uno o más personas entornos que no incluyen a la persona en desarrollo como
participante activo, pero en los cuales se producen hechos que afectan a lo que ocurren en el
entorno que comprende a la persona en desarrollo, o que se ven afectado por lo que ocurre en
ese entorno . Hace un tipo de influencia indirecta sobre el desarrollo del individuo. Optimizan
el desarrollo cuando permiten a las personas significativas para el aumento de calidad de vida.
Microsistema: Constituye la ideología y el sistema de creencias de la sociedad en la que se
inserta la persona en desarrollo e influye.
Configura las reglas acerca de cómo debe producirse el desarrollo , la naturaleza y estructura
apropiada de los micro, meso y exosistemas. De esta manera podemos explicar la gran
influencia que produce el macrosistema sobre los sistemas anteriores. La clase social , el
grupo étnico, costumbres sociales y las normas socio-culturales determinan, de cierta
manera, el desarrollo individual de cada persona y la cualidad de sus relaciones.
Podemos hacer referencia a las políticas gubernamentales, cada región posee una serie
de leyes y políticas que dictaminan qué comportamiento se permiten y cuales se penalizan.
De esta manera el individuo se encuentra limitado por estas mismas.
Normas socioculturales permitiendo la socialización entre individuos y la convivencia
entre ellos. Variando en cada cultura.
Valoraciones sociales, más allá de dichas normas, hay una variedad de reglas de
funcionamiento que la dictamina la valoración social de los integrantes del entorno.
Datos estadísticos sobre violencia en Argentina
 Según el INDEC, en Registro Único de Casos de Violencia contra las Mujeres, presenta
un registro de un total acumulado de 260.156 casos de violencia contra las mujeres,
registrados por diversos organismos públicos e informados al INDEC, correspondientes al
período entre el 1 de enero de 2013 y el 31 de diciembre de 2017.
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 Desde un marco legal
 
Según el Art. Nº4 de la ley 26.485, se entiende por violencia contra las mujeres “toda
conducta, acción u omisión, que de manera directa o indirecta, tanto en el ámbito público
como en el privado, basada en una relación desigual de poder, afecte su vida, libertad,
dignidad, integridad física, psicológica, sexual, económica o patrimonial, como así también
su seguridad personal. Quedan comprendidas las perpetradas desde el Estado o por sus
agentes. Se considera violencia indirecta, a los efectos de la presente ley, toda conducta,
acción omisión, disposición, criterio o práctica discriminatoria que ponga a la mujer en
desventaja con respecto al varón”. A su vez, se incluye el número telefónico 144 como una
línea gratuita que ofrece información, orientación, asesoramiento y contención para las
mujeres en situación de violencia de todo el país, los 365 días del año y las 24 horas.
Asociada a la violencia contra las mujeres, podemos encontrar el término
“Feminicidio”. Esta palabra proviene del vocablo inglés “Femicide” y se refiere al asesinato
de mujeres por razones de género. El término femicide fue utilizado por primera vez en 1976
ante el Tribunal Internacional sobre los Crímenes contra la Mujer en Bruselas, para definir las
formas deviolencia extrema contra la mujer. Diana Russell y Jane Caputi redefinieron este
concepto en 1990 como “el asesinato de mujeres por hombres motivado por el odio,
desprecio, placer o sentido de posesión hacia las mujeres”. Su aporte fue visualizar que los
motivos por los que históricamente se han asesinado personas son los mismos por los que se
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asesina a las mujeres, entre otros por motivos de raza, nacionalidad, religión, origen étnico u
orientación sexual, enmarcando por lo tanto el “femicide" como un crimen de odio.
El 14 de noviembre de 2012 el Congreso sancionó la ley 26.791 creando el delito de
feminicidio como causal autónoma del homicidio agravado, tipificándolo como el homicidio
realizado contra "una mujer cuando el hecho sea perpetrado por un hombre y mediante
violencia de género". Pero no fue reglamentada, por lo que el 3 de junio de 2015 hubo una
masiva protesta frente al Congreso de la Nación que se llamó “Ni Una Menos”, marcha donde
en concreto, fueron reclamados 5 puntos:
 
1. Implementar con todos los recursos necesarios y monitorear el Plan Nacional de
Acción para la Prevención, la Asistencia y la Erradicación de la violencia contra las mujeres,
tal como lo establece la ley 26.485.
2. Garantizar que las víctimas puedan acceder a la Justicia. En cada fiscalía y cada
comisaría debe haber personal capacitado e idóneo para recibir las denuncias. Las causas de
los fueros civil y penal deben unificarse; las víctimas deben tener acceso a patrocinio jurídico
gratuito durante todo el proceso judicial.
3. Elaborar el Registro Oficial Único de víctimas de violencia contra las mujeres.
Realizar estadísticas oficiales y actualizadas sobre femicidios. Sólo dimensionar lo que
sucede permitirá el diseño de políticas públicas efectivas.
4. Garantizar y profundizar la Educación Sexual Integral en todos los niveles educativos,
para formar en la igualdad y para una vida libre de discriminación y violencia machista.
Sensibilizar y capacitar a docentes y directivos.
5. Garantizar la protección de las víctimas de violencia. Implementar el monitoreo
electrónico de los victimarios para asegurar que no violen las restricciones de acercamiento
que les impone la Justicia.
 
Retomando a la problemática señalada más arriba por Marta Dillon, el Art. N°9
sección B de la ley 23.179, sancionada en 2006 y promulgada en el mismo año, plantea
promover la comprensión y el acompañamiento en la maduración afectiva del niño, niña y
adolescente ayudándolo a formar su sexualidad y preparándolo para entablar relaciones
interpersonales positivas. En este punto consideramos que las instituciones educativas
(públicas y privadas) tienen la tarea de generar espacios de formación para padres y/o
responsables que promuevan el acompañamiento de la maduración del niño, niña y
adolescente para que puedan para prevenir los noviazgos violentos, desarmar los mitos del
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amor romántico, los amores tóxicos, posesivos, que cosifican al otro/a. Y sembrar, desde el
grupo primario, secundario y terciario, una cultura que realmente priorice las relaciones
interpersonales positivas para cada sujeto.
 
Asimismo, consideramos que cabe aclarar los obstáculos en el acceso a la justicia a los
que se enfrentan las mujeres víctimas de violencia de género. Romina Pzellinsky (Directora
de Dirección de Políticas de Género de la Procuración General de la Nación) y María Luisa
Piqué (abogada especializada en derecho penal y procesal, e integrante de la Dirección de
Políticas de Género de la Procuración General de la Nación) afirman que , la multiplicidad de
fueros que intervienen en casos de denuncias de mujeres contra sus parejas o ex parejas
aumenta la revictimización, descontextualiza los hechos y dificulta la respuesta integral.
Ejemplifican que: “...un caso de violencia de género que involucre hechos que configuran
distintos tipos penales (por ejemplo, daños, lesiones leves y privación de la libertad
agravada), podría recaer en tres fueros distintos -en la justicia de la ciudad de Buenos Aires
(los daños), en la justicia nacional en lo correccional (las lesiones leves) y en la justicia
nacional en lo criminal (la privación de la libertad agravada). A esto se suma la actuación del
fuero civil de familia donde suelen tramitar las medidas de protección reguladas en la Ley N°
26.485 de Protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las
mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones interpersonales.”2 Aclaran que,
según la Ley, los tres hechos deberían investigarse conjuntamente, pero ocurre un
desdoblamiento de las causas. Entonces, los casos de violencia pasan a ser investigados por
separados, y los hechos pierden su continuidad, la cual es realmente significativa por la
diferencia notable entre un hecho aislado y hechos que mantienen su conexión. A su vez,
sobrecarga a la víctima del hecho, ya que debe narra las situaciones repetidas veces ante
distintas personas, por lo cual revive constantemente la victimización, invierte tiempo y
dinero en viajes, con la presente ansiedad de que su agresor aparezca en estos momentos.
Vale la pena detenerse a aclarar que la revictimización refiere a tratos inadecuados como, por
ejemplo, someter a la persona a demoras, derivaciones, declaraciones reiteradas, entre otros.
Las autoras también puntualizan sobre la denominación de “conflictos de pareja” o
“incidentes puntuales” a situaciones de violencia de género, o minimizandolo a violencias
físicas, invisibilizando así las violencias psíquicas, sexuales y económicas, y fragmentando en
2 Piqué, M. L. y Pzellinsky, R.: “Obstáculos en el acceso a la justicia de las mujeres víctimas de violencia de género (09/07/2018): 
https://www.palermo.edu/derecho/revista_juridica/pub-14/Revista_Juridica_Ano14-N2_10.pdf Pag 2
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parcialidades la violencia habitual. Donde solo una pequeña parte de toda esta violencia
tendrá sanción penal.
Por otro lado, también la presencia de estereotipos y prejuicios en los/as operadores/ as del
sistema obstaculizan el efectivo acceso a la justicia de las mujeres que sufren violencia y
deciden denunciar. Por ejemplo, el de ser madres obedientes. Vale la pena aclarar que
cualquier jerarquía de género y categorizaciones peyorativas o desvalorizaciones son
discriminatorias. Algunas consecuencias de esta discriminación suelen ser “...la reducción
del análisis a detalles morbosos, la emisión de juicios sesgados y discriminatorios, la
minimización del hecho y su calificación como “pasional”, la desconfianza en la versión de la
víctima, y en actitudes abiertamente hostiles y discriminatorias que culpabilicen a la víctima y
su familia, en razón de su estilo de vida, la ropa que usa, o las horas en las que está en la
calle, o por sus relaciones sentimentales anteriores, etc. Este clima puede conducir a que la
víctima abandone el proceso o se niegue a cooperar con la acusación. Y puede sellar la suerte
del caso ya que, al trasladar la culpa de lo acontecido a la víctima, cuestionar su credibilidad y
minimizar el significado de los hechos llevan a la inacción de las autoridades ante denuncias
de hechos violentos –por ejemplo, a la clausura de ciertas líneas posibles de investigación
sobre las circunstancias del caso e identificación de los autores–.”3 Esta discriminación es
revictimizante, viola el derecho de acceso a la justicia y aumenta la desconfianza de las
víctimas sobre un Estado que las proteja de la violencia, lo cual influye en violar el derecho a
la integridad física. 
Existen prejuicios y estereotipos de género y sesgos discriminatorios que impiden, restringen
o niegan el acceso de las mujeres a la justicia. Todas estas limitacioneshacen que las mujeres
no dispongan de las mismas herramientas que los varones para enfrentar la pobreza, ya que
cuentan con una carga de tareas de reproducción social que limita seriamente sus
posibilidades de generar ingresos propios, a lo que se suman las discriminaciones que
enfrentan en el mercado del trabajo, que se potencian aún más si tienen determinados
orígenes étnicos y cuando viven en áreas rurales.
Caso - Wanda Taddei 
Wanda Taddei (Buenos Aires, 24 de abril de 1980 - Buenos Aires, 21 de febrero de
2010) fue una mujer asesinada por su esposo el músico Eduardo Vázquez, quien luego de
3 Piqué, M. L. y Pzellinsky, R.: “Obstáculos en el acceso a la justicia de las mujeres víctimas
de violencia de género (09/07/2018): https://www.palermo.edu/derecho/revista_juridica/pub-
14/Revista_Juridica_Ano14-N2_10.pdf Pag 6
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rociarla con alcohol sobre el cuerpo, le prendió fuego con un encendedor, causándole
gravísimas quemaduras. Inmediatamente después Vázquez apagó con una manta el fuego
sobre Wanda y la llevó al Hospital Santojanni de Buenos Aires, donde recibió los primeros
auxilios. Horas más tarde fue derivada al Hospital de Quemados donde fue inducida a un
como farmacológico y falleció once días después, a causa de las quemaduras sufridas.
En un primer momento Vázquez quedó detenido como presunto responsable pero
posteriormente fue liberado por falta de mérito. Durante 8 meses el mensaje que dio la
justicia frente a un femicidio con fuego fue la impunidad. 
Luego el hombre fue condenado el 13 de junio de 2012 por el Tribunal Oral en lo
Criminal N° 20 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires a 18 años de prisión por el delito de
“homicidio calificado por el vínculo atenuado por su comisión en estado de emoción
violenta”. Le atenuaron la pena porque consideraron que al ocurrir el ataque el músico tenía
sus facultades alteradas por el recuerdo de la tragedia de Cromañon, como consecuencia de
que la mujer, enojada porque él había vuelto muy tarde a la casa, le había cortado la luz y se
había quedado a oscuras como cuando ocurrió el incendio en el boliche, este fallo fue
considerado una de las peores decisiones judiciales en el mundo durante 2012. Finalmente, la
Cámara de Casación modificó el fallo condenándolo a cadena perpetua en el fallo definitivo.
El caso de Wanda Taddei puso de relieve la violencia de género y la gravedad del feminicidio
en Argentina, así como las implicancias negativas de figuras atenuantes como la emoción
violenta y la preterintención, que abren camino a la impunidad. 
Tras la muerte de Wanda en 2010 hasta 2013, 132 mujeres fueron quemadas por
hombres en Argentina, de las cuales la mitad murieron. La cifra contrasta con el número de
casos identificados en los dos años anteriores de ataques similares, por ello algunos
especialistas hablaron del "efecto Wanda Taddei" asegurando que se estaba produciendo un
"efecto de imitación". A su vez, Victoria Obregón, directora de Igualdad de Oportunidades de
la Provincia de Buenos Aires, responsable del Programa de Asistencia a Mujeres Víctimas de
Violencia, cuenta que "empezaron a hacerse frecuentes, entre las amenazas, el «te voy a
quemar como a Wanda»".
La activista de género Florencia Cremona explica del siguiente modo las implicancias
del "efecto Wanda Taddei": El caso de Wanda fue un disparador para que otros hombres
violentos imitaran el accionar de Eduardo Vázquez al mantener una pelea con sus parejas, en
la idea del “crimen perfecto” esto es “de quemar para borrar las huellas”. Como Vásquez
estuvo libre al principio, en algunos hombres violentos quedó la sensación de impunidad.
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Ada Rico la presidenta de La Casa del Encuentro sostuvo que el caso de Wanda
Taddei se convirtió en un emblema de esa modalidad de femicidio y que si bien ya existían
antecedentes, la noticia tuvo una amplia difusión e impacto por el carácter mediático de
Eduardo Vázquez. Denunció sin embargo que si bien "hay un Efecto Wanda", también "hay
un Efecto Impunidad por la falta respuestas de la Justicia"
Instituciones
A partir de la investigación sobre material bibliográfico nos encontramos con el
Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA), una organización sin fines de lucro que
nació en 2003 en CABA motivada por un grupo de individuos que buscaron alcanzar la
equidad de género a partir de acciones de incidencia, trabajo en redes y el desarrollo de
capacidades de actores políticos y sociales, con el fin de mejorar la situación social, política y
económica de las mujeres. 
Algunos de los temas que abarcan los podemos ver en el inicio de su página web: 
También nos acercamos al INADI (Instituto Nacional contra la Discriminación, la
Xenofobia y el Racismo donde pudimos realizar una entrevista a un médico llamado Julio
Eslejer. En la institución se encarga del análisis de textos y publicaciones que se difunden
desde el agente público mencionado. 
Durante la entrevista él nos comentó que en la institución ya no se encargan de tomar las
denuncias, pero sí hay un grupo de psicólogos y asistentes sociales que contienen a las
mujeres que llegan a consecuencia de violencia de género. Anteriormente la Comisaría de la
Mujer era un lugar donde se ejercía mucho machismo y eran las mismas policías las que les
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hacían preguntas tales como “¿y vos no hiciste nada para que te pegue?”. A partir de esto el
INADI considera a la violencia de género como discriminación y se hace cargo de la
contención de las víctimas desde el ente. Actualmente la Comisaría de la Mujer, según le
cuentan allegados al entrevistado, está mejor en este aspecto y hay mayor responsabilidad y
respeto a la hora de las denuncias. Además todas las comisarías deben tomar las denuncias
como obligación legal. Se hace un seguimiento de los casos desde estos lugares. 
Otra de las cuestiones que más nos llamaron la atención fue que Julio se refirió a las tareas de
cuidado entre hombres y mujeres a las que nos hemos referido anteriormente y el hecho de
que son las mujeres más luchan y defienden sus derechos. Por eso hablamos de abuelas o
madres de Plaza de Mayo y no de abuelos ni padres de Plaza de Mayo. 
Conclusión General
 
Antes de pasar a la conclusión nos gustaría comentar que nos pareció muy rico el
material de trabajo, tanto los textos aportados por la cátedra como la problemática que
seleccionamos, al cual nos convoca a todas las integrantes del grupo.
Pasando a la conclusión creemos que ha sido evidente, durante el camino recorrido,
que efectivamente el discurso de las instituciones (públicas y privadas) sí influye en la
generación de violencia hacía el sexo y el género femenino. Las visiones y discursos de
romanticismo extremo, dictadas desde la niñez hasta la adultez influye en la construcción de
la subjetividad de los individuos, salirse de esa norma no debería ser motivo de violencia de
ningún tipo. Erradicar la violencia y brindar las herramientas para combatirlas tarea de la
sociedad, establecer una educación de respeto es tarea de las instituciones.
Los mensajes transmitidos de generación en generación adoptados como única vía nos
han causado, y lamentablemente nos causan, retrocesos en Derechos Humanos ligados a
problemáticas sufridas por el género y el sexo femenino.
 
Conclusión personal, Basile Noelia Magali
 Creo que tomar en consideración del contexto que nos atraviesa como sociedad y
sobre todo que marca la vida de las personas de género y sexo femenino nos permite
empoderarnos de nuestro rol como miembros activos de esta sociedad. Poder evaluar y
repensar nuestra posición y nuestros juicios individuales atravesados por nuestras
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subjetividades y también por los discursos que nos preceden y acontecen es una herramienta
que, considero,sería una lástima perder. Pensar el rol que ocupan las personas de sexo y de
género femenino hoy, su posibilidad de elección y como la sociedad, ver cómo el Estado y las
instituciones (públicas y privadas) juzgan este rol,o las acciones, y someten desde el discurso
a un estancamiento las libertades individuales a las personas de género y sexo femenino es
sumamente importante para conducirnos a un futuro social sin violencia y con respeto de las
libertades individuales.
 
Conclusión personal, Lorenzo Agustina Mailen
 En mi caso particular, la temática es de gran interés personal por lo emotivo y cercano
del caso. Se puede observar la gran importancia de las instituciones como influyentes en la
manera de pensar y actuar constante y, tendiendo en cuenta la preponderancia del machismo
tan inscripto en la sociedad actual ¿qué podemos esperar? Como bien se sabe, ante un
conflicto central, surgen conflictos secundarios. Considero que la violencia de género es uno
de los conflictos secundarios que surgen del machismo. Por lo cual, al erradicar hasta las más
pequeñas actitudes machistas cambia la visión completamente. Gracias a que los tiempos
cambian (aunque falta un largo trecho por delante), podemos observar la lucha diaria en pos
de evitar la vulneración de los derechos del género femenino que, en realidad, son derechos
universales pero, al parecer, restan importancia en este género en particular ya que es
considerado como “inferior”. En estos momentos se puede comprobar que un femicidio no es
“otra muerte más”, sino que genera dolor y conmoción, lo que colabora a evitar la
naturalización del hecho, que suele darse por su constante repetición. Asimismo se reconoce
el nombre propio de las víctimas (subjetivación), en vez de su anonimato (des-subjetivación),
por ello hoy en día nos resuenan los nombres e historias de Ángeles Rawson, Melina Romero,
Lola Chomnalez, entre, lamentablemente, muchas otras. Esto favorece a contrarrestar la des-
subjetivación que se fue generando históricamente con el género femenino al ser considerado
un objeto para satisfacer al hombre.
 Con respecto a la pregunta hecha anteriormente “¿qué podemos esperar?”. La respuesta que
yo encuentro es: nada. Hay que luchar por los derechos vulnerados, empoderarse, reflexionar
y modificar los pensamientos y actos machistas que tenemos tan arraigados. Nada va a
cambiar si se espera pasivamente sin actuar. Se debe sembrar la semilla feminista para que
germine un cambio poderoso, tanto en uno mismo como en los demás y así expandir este
movimiento para contrarrestar las injusticias del día a día.
24
 
Conclusión personal, Pérez Elisabeth Soledad
A partir de la monografía realizada, me detengo a pensar y teniendo en cuenta que la
violencia hacia el género femenino existe desde hace décadas . Hoy en día nos encontramos
en una sociedad donde una gran parte toma conciencia por esta problemática que duele dia a
dia, y que antes aunque estuviese presente a los ojos de la sociedad no se manifestaba a libres
voz o acto de dicho problema..
Estamos cuestionando y cambiando nuestro comportamiento social Hay que poder,
concientizar a nuestras familias, amigos y compañeros de trabajo sobre el gran fracaso que es
que exista tal desigualdad entre hombres y mujeres. Los Gobiernos y las instituciones, deben
garantizar que sus políticas aborden y no alimenten estas prejuicios que arrastramos de
normas sociales.
Sin embargo, sabemos que falta mucho por hacer, quiero pensar de forma positiva y sentir
que todo esto va a ir cambiando para mejor. Por una sociedad que sepa actuar en el momento
necesario para que no ocurran más injusticias. Que se pueda preparar y dar recomendaciones
sobre cómo prevenir la violencia en todas las sociedades, para que ante una situación tengan
las herramientas para poder actuar con rapidez.
Hoy en dia siento que estamos formando una sociedad igualitaria , es la sociedad que nos
debemos y merecemos todos. Estamos haciendo historia . Es una lucha que se genero y que
tiene mucho por delante.
Conclusión personal, Robestein Iara
Realizar este trabajo con su respectiva investigación me ha resultado muy
enriquecedor para mi vida. Yo me hacìa una idea de la respuesta a nuestra hipótesis por mi
propia experiencia (las que tenemos todas las mujeres), las experiencias de las que me rodean
y mi investigación personal , sobre todo en redes sociales; pero ahora cuento con todo un
complemento teórico, estadístico y psicoanalìtico, que me resulta muy interesante. 
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Por otro lado me parece importante destacar el momento actual que estamos viviendo
no solo en el mundo sino en el país donde el tema está en auge y va tomando cada vez más
protagonismo. Si bien todavía falta, muchas cosas que antes estaban naturalizadas ya no lo
están, muchas cosas que antes de decían libremente sin filtro, sobre todo en los medios de
comunicación hoy son repudiadas al instante. Gracias a las redes sociales las mujeres pueden
acceder a información, dar a conocer sus casos, recibir apoyo, consejos y muchas cosas más,
que antes eran impensadas.
Todos nacimos en una sociedad machista, por lo que deshacernos de ciertos mandatos
es difícil, pero las mujeres no sólo no estamos deconstruyendo, sino que estamos
deconstruyendo a la sociedad. Y creo que esto recién empieza.
Conclusión personal, Winitzky María Laura
Considero que estamos en un momento social en el que las mujere hemos
concientizado mucho acerca de los “mandamientos” sociales que recaen sobre nosotras desde
muy pequeñas, seguramente desde la infancia de la mayoría. Desde la elección de los juguetes
de cocina, de bebés, de belleza, hasta lo que hoy son hasta las elecciones de objeto donde la
mujer muchas veces busca “aquello que no tiene” o que la completa. 
Creo que es trabajo de los jóvenes, y bien nos ocupamos, del difundir, estudiar,
desestigmatizar y explorar el feminismo. No hablo de femicidio como el conocido “feminazi”
ni como algo contrario al machismo, sino favoreciendo a la paridad de géneros, lo que
favorecería a una mejor convivencia social. 
Estamos haciendo historia, estamos luchando por nuestros derechos, estamos siendo
escuchadas. Y que todo esto surja no es porque sí, sino porque durante años el rol de la mujer
se relegó y nosotras mismas fuimos quienes lo consintieron. Hoy somos madres del
feminismo y deseamos profundamente un futuro donde las chicas puedan salir a la calle sin
miedo, donde puedan vestirse como quieran y que nadie les diga nada ni en la calle, ni en su
casa, donde las mujeres puedan sentirse identificadas entre ellas y no haya tanta competencia
con una vara machista. Creo que esto es fundamental, ya que muchas veces somos nosotras
también las que consentimos el maltrato entre nosotras. Sin embargo en los últimos tiempos
hubo una unión que hace a las mujeres un grupo fuerte, notorio y con voz muy alta. 
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Bibliografía
Bronfenbrenner, U. (1971). La ecología del desarrollo humano. Barcelona, Paidós
 
Burin, M &Meler, I. (1998) “Género y Familia” Cap. 1 “Estudios de Género” Buenos Aires.
Ed. Paidós.
Carabajal, Mariana (2014) “Maltratadas” Cap8 “Al informar sobre femicidios, los medios de
comunicación, siempre contribuyen a prevenir la violencia de género” Buenos Aires. Ed.:
Aguilar
Fernandez, E. (2014) “Algo es Posible” Cap. II , Buenos Aires. Ed. Letra Viva. 
Gornick, V. (200) “Apegos Feroces”, Barcelona. Ed. Sexto Piso.
 
INDEC: Registro Único de Casos de Violencia contra las Mujeres (RUCVM). Resultados
estadísticos 2013-2017.
Marchioli, S. “La familia: enfoque histórico, antropológico y sociocultural”. (Ficha de
cátedra)
Ley N° 26.485(CABA, Provincial y Nacional) Ley de Protección Integral a las Mujeres.
 
Ley N° 26.791 (CABA, Provincial y Nacional) – Reforma del año 2012 – Código Penal de la
Nacion Argentina.Ley N° Ley 26.150 (CABA, Provincial y Nacional) Programa Nacional de Educación Sexual
Integral”
 
Ley N° Ley 23.179 (CABA, Provincial y Nacional) Ratificación de la Convención sobre la
Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer.
 
Links
 
Dillon M. (2018) https://www.pagina12.com.ar/120058-maquinas-de-violencia
 
27
López Mondéjar, Lola : “Una patología del vínculo amoroso: el maltrato a la mujer”
http://scielo.isciii.es/pdf/neuropsiq/n77/n77a02.pdf
http://www.niunamenos.com.ar/
http://www.resumenlatinoamericano.org/2017/03/09/argentina-el-documento-completo-del-8-
m-por-que-paramos/
Piqué, M. L. y Pzellinsky, R.: “Obstáculos en el acceso a la justicia de las mujeres víctimas 
de violencia de género : 
https://www.palermo.edu/derecho/revista_juridica/pub-14/Revista_Juridica_Ano14-
N2_10.pdf
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