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Resumen de Investigación sobre Terapias para Trastornos del Sueño en Adultos Mayores Introducción: Los trastornos del sueño en adultos mayores son comunes y tienen implicaciones significativas para la salud y el bienestar general. Esta investigación se enfoca en examinar diversas terapias para abordar estos trastornos y mejorar la calidad del sueño en esta población. Métodos Se llevó a cabo una revisión exhaustiva de la literatura científica mediante búsquedas en bases de datos médicas, revisión de artículos y análisis crítico de ensayos clínicos y estudios observacionales relacionados con terapias para trastornos del sueño en adultos mayores. Resultados: 1. **Terapia Cognitivo-Conductual para el Insomnio (TCC-I):** Se encontró que la TCC-I es una terapia eficaz para mejorar la calidad del sueño en adultos mayores, abordando pensamientos negativos y comportamientos asociados al insomnio. 2. Terapias Farmacológicas:** Aunque algunos medicamentos pueden ser eficaces a corto plazo, se observa una mayor prevalencia de efectos secundarios en adultos mayores, lo que sugiere que deben usarse con precaución y bajo supervisión médica. 3. Estimulación Luminosa:** La exposición a la luz, especialmente en la mañana, se identificó como una intervención prometedora para regular los ritmos circadianos y mejorar la calidad del sueño en adultos mayores. 4. Ejercicio Físico: Se evidenció que el ejercicio regular, especialmente el aeróbico, está asociado con mejoras significativas en la calidad del sueño en adultos mayores. Conclusiones: Las terapias cognitivo-conductuales, la gestión de la exposición a la luz y la inclusión de ejercicio físico en la rutina diaria se presentan como estrategias efectivas y de bajo riesgo para mejorar los trastornos del sueño en adultos mayores. Se destaca la importancia de abordar estos problemas de manera integral, considerando factores cognitivos, conductuales y ambientales para optimizar los resultados. Limitaciones y Futuras Investigaciones: Aunque se ha avanzado en la comprensión de las terapias para trastornos del sueño en adultos mayores, se necesitan más estudios a largo plazo y con muestras más grandes para validar la eficacia a largo plazo y comprender mejor los mecanismos subyacentes de estas intervenciones. Además, es esencial abordar la diversidad de la población geriátrica y considerar las comorbilidades que puedan influir en la efectividad de las terapias.
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