JÚBILO

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JÚBILO
El vocablo latino iubĭlum llegó al castellano como júbilo. Así se denomina a una alegría intensa, sobre todo aquella que se exterioriza a través del lenguaje y de los gestos.
Por ejemplo: “La gente aguarda con júbilo la llegada del papa a la plaza”, “El júbilo en la escuela era evidente: todos estaban exultantes por el regreso de la directora”, “El cantante manifestó su júbilo en las redes sociales luego del concierto”.
El júbilo, en definitiva, es una emoción o un estado de ánimo vinculado a la satisfacción y al gozo. Ante una buena noticia, las personas sienten júbilo y lo expresan con gritos, saltos y otras acciones que muchas veces son impulsivas.
Supongamos que un joven aprueba su último examen en la universidad y consigue graduarse. Al llegar a su casa, se encuentra con una fiesta sorpresa que le organizaron sus familiares y amigos. En la vivienda el ambiente es de júbilo: el muchacho que se graduó está muy contento por su logro, mientras que sus seres queridos también están felices por él y disfrutan de la posibilidad de compartir ese momento. En este marco abundan las risas y las muestras de afecto.
Cuando un equipo de fútbol se consagra campeón de un torneo, pueden apreciarse las muestras de júbilo. Los jugadores gritan, aplauden, cantan y se abrazan, extasiados por haber cumplido su objetivo. De igual forma, los simpatizantes del club también celebran y se suman al festejo.
Es importante mencionar que, con otras acentuaciones, el término adquiere un significado diferente relacionado al verbo jubilar: “En octubre me jubilo ya que cumplo 65 años”, “El contador de la empresa se jubiló, así que están buscando reemplazante”.