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Sujeto viviente y ética del bien comúnel pensamiento éticoTesis doctoral

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UNIVERSIDAD CENTROAMERICANA 
“JOSÉ SIMEÓN CAÑAS” 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
SUJETO VIVIENTE Y ÉTICA DEL BIEN COMÚN 
EL PENSAMIENTO ÉTICO DE FRANZ J. HINKELAMMERT 
 
 
 
 
 
 
TRABAJO DE GRADUACIÓN PREPARADO PARA LA 
 FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES Y HUMANIDADES 
 
 
 
 
 
 
PARA OPTAR AL GRADO DE 
DOCTOR EN FILOSOFÍA 
 
 
 
 
 
POR 
CARLOS ERNESTO MOLINA VELÁSQUEZ 
 
 
 
 
 
 
 
 
MARZO 2006 
SAN SALVADOR, EL SALVADOR, CENTROAMÉRICA 
 
 
 
2 
 
UNIVERSIDAD CENTROAMERICANA 
“JOSÉ SIMEÓN CAÑAS” 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
RECTOR 
LIC. JOSÉ MARÍA TOJEIRA, S.J. 
 
 
 
 
 
 
 
 
SECRETARIO GENERAL 
LIC. RENÉ ALBERTO ZELAYA 
 
 
 
 
 
 
 
 
DECANA DE LA FACULTAD DE 
CIENCIAS SOCIALES Y HUMANIDADES 
MS. SILVIA ELINOR AZUCENA DE FERNÁNDEZ 
 
 
 
 
 
 
 
 
DIRECTOR DEL TRABAJO 
DR. FRANZ JOSEF HINKELAMMERT 
 
 
 
 
3 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
A Franz Hinkelammert 
 
A mi esposa, a mi hijo, a mi madre 
 
 
 
4 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Creo que el mundo es bello, 
que la poesía es como el pan, 
de todos. 
 
Y que mis venas no terminan en mí, 
sino en la sangre unánime 
de los que luchan por la vida, 
el amor, 
las cosas, 
el paisaje y el pan, 
la poesía de todos. 
 
Roque Dalton. 
 
 
 
 
 
 
 
5 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Quiero agradecer a quienes hicieron posible la realización de esta tesis. En primer lugar, a Franz 
Hinkelammert, quien no sólo estuvo bien dispuesto a permitirme incursionar a fondo en su obra, mediante 
entrevistas, cursos y discusiones, sino que, además, me dio todas las facilidades para participar en el 
Seminario de Investigadores y Formadores (SIF), del Departamento Ecuménico de Investigaciones (DEI), 
durante los meses de agosto a noviembre de 2005. Las personas que laboran en el DEI me hicieron muy 
agradable la estancia en ese lugar y crearon el ambiente propicio para la realización de mi investigación, 
especialmente Anne Stickel, Norman Solórzano y Carlos Aguilar, coordinadores del SIF. Junto a ellos, el 
resto de investigadores y el personal administrativo del DEI se constituyeron en apoyo inestimable. 
Asimismo, quiero dar las gracias a los demás participantes en el SIF, mis compañeros durante esos 
cuatro meses, los cuales aportaron felizmente a este trabajo, aún sin proponérselo. Además, mi estancia 
en el DEI no hubiera sido posible sin el apoyo de la Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas” 
(UCA), lugar donde realizo mi tarea académica e investigadora. Agradezco especialmente al rector, padre 
José María Tojeira S.J., al vicerrector académico, padre Rodolfo Cardenal S.J., y al jefe del Departamento 
de Filosofía, Héctor Samour. Con su atención y ayuda solícita me proporcionaron el tiempo necesario y el 
apoyo institucional para la realización de mi investigación. Por su parte, Antonio González, Jordi 
Corominas y Héctor Samour, quienes han fungido como directores del programa de Doctorado en 
Filosofía Iberoamericana, me acompañaron durante este proceso, desde que iniciara los cursos en 1998. 
También agradezco a mis colegas del Departamento de Filosofía, especialmente a quienes, bajo la 
dirección de Juan Antonio Nicolás, participaron conmigo en el seminario de doctorandos, desde agosto de 
2004 hasta julio de 2005. La oportuna iniciativa de Juan Antonio, así como los intercambios y discusiones 
con los demás participantes, fueron esenciales para la configuración del proyecto. Esta experiencia 
enriquecedora la tuve también con otros interesados en el pensamiento de Hinkelammert, entre los cuales 
estaban mis compañeros, alumnos y amigos. Fue fundamental el intercambio con Estela Fernández 
Nadal, Carlos Beorlegui, Jesús Conill, Mario Montesino, Enzo Solari, Anne Stickel, Wim Dierckxsens, 
Henry Mora, Gunter Prueller-Jagenteufel, Maryse Brisson, Ulrich Duchrow, Ricardo Ribera Sala y José 
Manuel Romero. También agradezco la lectura concienzuda y crítica que realizó este último, junto a 
Héctor Samour y Dean Brackley, miembros del tribunal examinador, los cuales soportaron con estoicismo 
tal empresa. En medio de tanto esfuerzo, fue gratificante contar con el apoyo de familiares y amigos. 
Agradezco especialmente la hospitalidad de mi padre y su familia; gracias a ellos, mi estancia en Costa 
Rica fue de lo más agradable. Desde la distancia, mi hermana, su esposo y los hermanos de mi esposa 
estuvieron pendientes de mis progresos. Muchos otros amigos y parientes me brindaron palabras de 
aliento. A todos ellos quiero expresar mi gratitud. Pero, sobre todo, un trabajo de esta envergadura no 
hubiera podido realizarse sin la suficiente inspiración y ésta me la proporcionaron mi esposa, mi hijo y mi 
madre, con quienes comparto el día a día, los sueños, la esperanza y, sobre todo, el amor. 
 
 
 
6 
ÍNDICE 
 
SIGLAS UTILIZADAS..................................................................................................................... 8 
 
INTRODUCCIÓN. La actividad teórica de Franz J. Hinkelammert y sus aportes a la ética........... 10 
1. Planteamiento del problema........................................................................................... 12 
2. Objetivos......................................................................................................................... 13 
 3. Hipótesis......................................................................................................................... 14 
 4. Metodología.................................................................................................................... 14 
 5. Estructura del escrito...................................................................................................... 15 
 6. Otras consideraciones introductorias............................................................................. 17 
 
PRIMERA PARTE. Categorías para una crítica del sujeto trascendental....................................... 18 
 
CAPÍTULO I. El sujeto incorpóreo................................................................................................... 24 
1. La crítica a las concepciones a priori de “naturaleza humana”...................................... 27 
1.1. Las proyecciones teológicas: Vida humana y “vida verdadera”...................... 33 
2. La crítica al despotismo de la ley.................................................................................... 43 
2.1. Fundamentalismos y “fundamentalismo del mercado”................................... 59 
3. Crítica al formalismo antropológico occidental............................................................... 69 
3.1. “Individualismo posesivo” e “inversión de los derechos humanos”................. 72 
 
CAPÍTULO II. Racionalidad instrumental y valores abstractos........................................................ 85 
1. Economía y ética: Valor económico y valores éticos...................................................... 90 
1.1. Valor de uso y valor de cambio........................................................................ 95 
2. Cálculo de utilidad y racionalidad reproductiva............................................................... 96 
2.1. Los efectos no intencionales de la acción racional y la 
“irracionalidad de lo racionalizado”............................................................ 102 
2.2. Los límites de la utilidad: El “discernimiento sobre el cálculo”........................ 122 
3. La crítica a la metodología de las ciencias empíricas..................................................... 129 
3.1. Preferibilidad y juicio sobre las necesidades................................................... 140 
3.2. “Ciencia empírico-crítica” y discernimiento en función de las necesidades.... 144 
 
CAPÍTULO III.Crítica de la razón utópica y subjetividad trascendental........................................... 150 
1. Las utopías como proyecciones históricas: Aproximación “asintótica” a los ideales....... 154 
1.1. Condición humana e imposibilidad: El “principio de factibilidad”...................... 170 
2. La utopía como idea regulativa: Aproximación “práctica y transversal”........................... 180 
3. La crítica de la utopía en la postmodernidad: El antiutopismo contemporáneo............... 191 
 
SEGUNDA PARTE. Sujeto viviente y ética del bien común.............................................................. 205 
 
CAPÍTULO IV. Para un “sujeto trascendental”.................................................................................. 208 
1. El sujeto viviente desde una teoría de la acción racional: Sujeto y actor......................... 210 
1.1. Racionalidad reproductiva y “sujeto viviente”: El sujeto es criterio................... 222 
2. Sujeto, “corporalidad” y comunidad.................................................................................. 230 
2.1. Del individuo al sujeto-en-comunidad: Acción social y “subjetualidad”............. 242 
3. La hermenéutica del sujeto viviente y las construcciones “trascendentales”................... 251 
3.1. A la búsqueda de una nueva trascendentalidad............................................... 261 
 
CAPÍTULO V. Postulado de la razón práctica y ética del bien común.............................................. 268 
1. Los límites de la razón comunicativa: El escéptico, el suicida y el cínico........................ 276 
2. “Asesinato es suicidio”: La interpelación desde la corporalidad del sujeto viviente......... 287 
2.1. La condición a posteriori del postulado: Sujeto humano y globalización......... 292 
2.2. Acerca de los juicios de hecho que no implican un cálculo de utilidad............ 297 
2.2.1. Enfrentando la “falacia naturalista”: Los juicios 
“empírico-concretos”..................................................................... 307 
 
 
 
7 
 
 3. Utilidad, beneficio y bien común......................................................................................... 311 
3.1. Los valores de la “banda de ladrones” y los valores solidarios.......................... 315 
4. Bien común y “ética de la responsabilidad solidaria”.......................................................... 323 
4.1. La interpelación ética desde el sujeto que grita: La obligatoriedad 
de su reconocimiento................................................................................... 325 
4.2. Postulado de la razón práctica y principio de factibilidad: El proyecto 
“centrado en los sujetos”.............................................................................. 328 
4.3. Una ética que es, a la vez, necesaria y no necesaria........................................ 332 
 
CONCLUSIONES. Un nuevo “horizonte” para la ética en el mundo contemporáneo: 
Por una sociedad en la que quepan todos............................................................................. 336 
 
BIBLIOGRAFÍA.................................................................................................................................... 343 
1. Obra de Franz J. Hinkelammert......................................................................................... 343 
1.1. Libros.................................................................................................................. 343 
1.2. Artículos, entrevistas y otros trabajos publicados.............................................. 343 
1.3. Inéditos............................................................................................................... 345 
1.4. Otros................................................................................................................... 345 
2. Sobre el pensamiento de Franz J. Hinkelammert.............................................................. 345 
3. Bibliografía complementaria............................................................................................... 347 
 
 
 
 
 
8 
SIGLAS UTILIZADAS 
 
AIM: Las armas ideológicas de la muerte, San José, Departamento Ecuménico de Investigaciones (DEI), 
1981. 
 
APM: El asalto al poder mundial y la violencia sagrada del imperio, San José, DEI, 2003. 
 
AVH: “El Apocalipsis como visión de la historia occidental”, Pasos (DEI) 111 (2004) 3-12. 
 
CES: Cultura de la esperanza y sociedad sin exclusión, San José, DEI, 1995. 
 
CPC: “Entrevista a Franz J. Hinkelammert: claves de un pensamiento crítico”, en Herrera Flores, Joaquín 
(Ed.); El vuelo de Anteo. Derechos humanos y crítica de la razón liberal, Bilbao, Desclée de 
Brouwer, 2000, p. 267-303. 
 
CRU: Crítica de la razón utópica, Bilbao, Desclée de Brouwer, 2002. 
 
CST: Coordinación social del trabajo, mercado y reproducción de la vida humana (con Henry Mora 
Jiménez), San José, DEI, 2001. 
 
DDD: Dialéctica del desarrollo desigual, San José, EDUCA, 1983. 
 
DDH: “Democracia y derechos humanos”, Pasos (DEI) 1 (1985) 13-15. 
 
DEA: La deuda externa de América Latina. El automatismo de la deuda, San José, DEI, 1988. 
 
DHD: “Derechos humanos como distorsiones del mercado que hay que eliminar”, 2000, en 
http://www.una.ac.cr/ambi/revista/81/Hinkelammert.htm. 
 
DM: “El Dios mortal: Lucifer y la Bestia. La legitimación de la dominación en la tradición cristiana”, en 
Tamez, Elsa y Trinidad, Saúl (eds.); Capitalismo: violencia y anti-vida, tomo I, San José, DEI-
EDUCA, 1978, p. 199-313. 
 
DOP: “Desarrollo, opción preferencial por los pobres y pecado estructural. Reflexiones a partir de la 
encíclica ‘Sollicitudo Rei Socialis’”, en A.A.V.V.; El pensamiento social de Juan Pablo II. 
Documentos y comentarios, San José, DEI, 1988, p. 163-178. 
 
DT: Democracia y totalitarismo, San José, DEI, 1987. 
 
FAE: La fe de Abraham y el Edipo occidental, San José, DEI, 1988. 
 
GDH: “Globalización y derechos humanos frente al Estado de bienestar”, conferencia pronunciada el 18 
de abril de 2001, en la Universidad Nacional, Heredia, inédita. 
 
GS: El grito del sujeto. Del teatro mundo del evangelio de Juan al perro mundo de la globalización, San 
José, DEI, 1998. 
 
HEV: Hacia una economía para la vida (con Henry Mora Jiménez), San José, DEI, 2005. 
 
IDH: Ideologías del desarrollo y dialéctica de la historia, Buenos Aires-Santiago, Paidós-Editorial 
Universidad Católica, 1970. 
 
IRC: Itinerarios de la razón crítica: Homenaje a Franz Hinkelammert en sus setenta años (editado por José 
Duque y Germán Gutiérrez), San José, DEI, 2001. 
 
 
 
 
9 
IS: Ideología de sometimiento. La Iglesia Católica chilena frente al golpe: 1973-1974, San José, 
EDUCA, 1977. 
 
ME: El mapa del emperador, San José, DEI, 1996. 
 
ND: El nihilismo al desnudo. Los tiempos de la globalización, Santiago, LOM Ediciones, 2001. 
 
NSF: “La negación del sujeto en los fundamentalismos y la raíz subjetiva de la interculturalidad”, Síntesis 
del Encuentro de Cientistas Sociales y Teólogos (celebrado en el DEI, San José, del 5 al 9 de 
diciembre de 2002), Pasos (DEI) 106 (2003) 4-72. 
 
PDD: “Prometeo, el discernimiento de los dioses y la ética del sujeto. Reflexiones a partir de un libro”, 
Pasos (DEI) 118 (2005) 7-24. 
 
PSG: “La problemática del sujeto en el contexto de la globalización”, Síntesis del Encuentro de Cientistas 
Sociales y Teólogos/as (celebrado en el DEI, San José, del 6 al 9 de diciembre de 1999), Pasos 
(DEI) 87 (2000) 1-38. 
 
RDE: “Reflexiones sobre la deuda externa de América Latina”, Pasos (DEI) 14 (1987) 16-21. 
 
SHS: Sacrificios humanos y sociedad occidental: Lucifer y la bestia, San José, DEI, 1991. 
 
SL: El sujeto y la ley, Heredia, EUNA, 2003. 
 
SSC: Solidaridado suicidio colectivo, Heredia, Ambientico Ediciones, 2003. 
 
TED: “La transformación del estado de derecho bajo el impacto de la estrategia de Globalización”, Pasos 
(DEI) 117 (2005) 4-11. 
 
TI: “La teología del imperio”, Pasos (DEI) 15 (1988) 21-28. 
 
UPA: “Utopía, proyecto alternativo y recuperación del estado de derecho. Mediaciones necesarias para 
una sociedad en la cual quepan todos” (con Henry Mora Jiménez), Es una versión ampliada del 
capítulo XIV del libro Hacia una economía para la vida (HEV), presentada por Henry Mora en el 
DEI, durante el Seminario de Investigadores y Formadores, en Noviembre de 2005, y en función 
del proyecto de la segunda edición de este libro. 
 
VC: La vida o el capital. Alternativas a la dictadura global de la propiedad (con Ulrich Duchrow), San José, 
DEI, 2003. 
 
VMC: “La vida es más que el capital. La democracia de ciudadanos y el proyecto de la sociedad en la que 
quepan todos los seres humanos”, Pasos (DEI) 113 (2004) 12-16. 
 
 
 
 
 
 
 
10 
INTRODUCCIÓN 
La actividad teórica de Franz J. Hinkelammert y sus aportes a la ética 
 
Desde la década de los sesenta, Franz Josef Hinkelammert (nacido en 1931) ha reflexionado 
sobre los problemas de Latinoamérica. Asimismo, desde sus primeros estudios económicos, hasta su 
interés en la cultura contemporánea y el lugar que tendría en ella una ética “fundada” en el sujeto viviente, 
los que se han ocupado de sus reflexiones las clasifican como “economía”, “ciencia social” o “teología”. 
Sin negar la validez de tales categorías a la hora de enfrentar parcialmente su trabajo, sugeriremos una 
lectura integradora, a partir de un enfoque filosófico, especialmente antropológico y ético. En este trabajo, 
queremos mostrar que podemos profundizar en su pensamiento si lo analizamos en dicha clave. 
 
En sus ideas encontramos las bases para una crítica de las ideologías, así como un análisis de la 
manera como se originan, articulan y utilizan diversas formulaciones conceptuales y valores, en el 
contexto de los pretendidos discursos “científicos” del sistema y de las clases dominantes, especialmente 
en América Latina. Para nuestro autor, el pensamiento dominante no se puede comprender si no es a 
partir del análisis de las relaciones entre los “conceptos”, las “creencias” y las “condiciones materiales e 
históricas” que constituyen la heterogénea realidad de América Latina, lo que viene a explicar, en parte, el 
que su obra tenga un carácter variado y plural, combinando el análisis socioeconómico y la reflexión 
filosófica, así como la hermenéutica bíblica. En cierta forma, Hinkelammert es uno de los pioneros en 
América Latina, en lo que se refiere a la discusión interdisciplinaria de los problemas que aquejan a las 
sociedades contemporáneas, así también por lo que respecta al abordaje riguroso de temas teóricos de 
mucha importancia en otras esferas intelectuales. Como bien lo señala Jorge Vergara: 
 
“Este autor fue uno de los primeros, en nuestro continente, en ligar la discusión sobre el marxismo 
y la dialéctica con los temas del liberalismo y el positivismo. Su análisis dialéctico de la 
metodología positivista apareció al mismo tiempo que se publicó, en 1969, el debate sobre el 
positivismo en la sociología alemana, donde participaron Adorno, Horkheimer, Popper y 
Habermas”1. 
 
A problemas complejos, múltiples perspectivas de análisis. Pareciera que esta ha sido la bandera 
de este pensador alemán arraigado en Latinoamérica. Pero el que sus reflexiones estén profundamente 
determinadas por la realidad latinoamericana no quiere decir que eluda tratar los problemas planteados en 
el resto del “mundo occidental”, especialmente los temas que pertenecen a la tradición europea del 
pensamiento. Sus investigaciones tienen un carácter universal, como lo mostraremos en nuestra 
investigación. Sus interlocutores son filósofos de primer orden en la escena mundial, tanto pasados 
(Hume, Kant, Marx…) como presentes (Habermas, Apel…), y lo mismo sucede en su diálogo con 
científicos sociales, humanistas y teólogos de diverso cuño. Por eso es que a la interdisciplinariedad y la 
“ubicación” latinoamericana deberíamos agregar el rigor teórico y la convicción de que es preciso dialogar 
con las grandes corrientes de pensamiento, especialmente las filosóficas. 
 
Como ya lo decíamos arriba, en la obra de Hinkelammert encontramos ideas bastante 
sugerentes, por ejemplo, para el análisis de las construcciones ideológicas contemporáneas —cuyo rasgo 
fundamental es precisamente su pretensión de no ser ideológicas—; los fenómenos culturales de masas 
en la postmodernidad (“evasión” en la cibercultura, la “subcultura” de las drogas y su fascinación con la 
muerte, etc.); y las dificultades e incongruencias de los proyectos, tan en boga en los países 
latinoamericanos, de “rescate de valores”, los cuales realmente los “des-ubican” y sacan de contexto, 
convirtiéndolos en extrañas —e inútiles— hipóstasis. Hoy más que nunca es preciso insistir en que no se 
 
1 Vergara, Jorge; “Crítica latinoamericana al neoliberalismo: acción comunicativa y desarrollo del 
pensamiento crítico en América Latina”, p. 112, citado en Acosta, Yamandú; “Pensamiento crítico en 
América Latina: La constitución del “sujeto” como alternativa en los noventa. Observaciones a un 
paradigma en construcción”, Pasos (DEI) 44, (1992) 25, nota 30. El “análisis dialéctico” al que se refiere 
Vergara es el que se despliega en el libro Ideologías del desarrollo y dialéctica de la historia (IDH; ver el 
listado de siglas al inicio). Según Yamandú Acosta, Vergara “lo menciona [a Hinkelammert]… en una 
docena de ocasiones, con sus aportes al debate del neoliberalismo, en Modernidad y universalismo, p. 
101-123”. 
 
 
 
11 
puede superar cierta dejadez investigativa o comodidad teórica con fórmulas dogmáticas y 
unidimensionales. Para superar el eclecticismo interesado y vulgar es preciso desarrollar investigaciones 
que no tengan temor de incursionar en distintas áreas del pensamiento, no obstante eso implique grandes 
esfuerzos o pocas concesiones a la “homogeneidad” en la presentación, así como a la fidelidad a las 
“escuelas”. 
 
Pero esta originalidad en las investigaciones de Franz Hinkelammert no es en absoluto una mera 
pose o un deseo pedante de poner distancia entre él y otros investigadores en la región. Al contrario, su 
trabajo no es el del “lobo estepario”, sino que se encuentra en sintonía con las reflexiones de una gama 
variopinta de teóricos latinoamericanos, entre los que podríamos ubicar a filósofos latinoamericanos y 
teólogos de la liberación como Helio Gallardo, Dorothee Sölle o Ignacio Ellacuría. Sobre todo, sus críticas 
a las formulaciones ideologizadas de los Derechos Humanos, así como las alternativas al sistema 
económico mundial, son muy cercanas a las ideas de este último sobre la “historización de los conceptos” 
y la “civilización de la pobreza”. Por otra parte, otros representantes de la teología de la liberación no sólo 
han reflexionado sobre temas similares sino que lo han hecho junto a él, en innumerables trabajos, 
seminarios y demás esfuerzos conjuntos, como es el caso de Hugo Assmann. 
 
En esta línea hay que señalar el carácter fuertemente interdisciplinario del que goza el 
Departamento Ecuménico de Investigación (DEI), del cual Hinkelammert es uno de los fundadores y, en la 
actualidad, miembro de su equipo de investigadores. Teólogos y escrituristas de la talla de Pablo Richard 
y Elsa Tamez forman parte del equipo del DEI o son asiduos colaboradores. Además, filósofos como Raúl 
Fornet-Betancourt y Enrique Dussel no sólo han mantenido una abierta colaboración con los proyectos del 
Departamento y los del propio Hinkelammert, sino que se puede hablar de lazos de amistad de muchos 
años entre ellos, acompañados, como es de esperarse, por el compartir teórico. Volvemos entonces 
sobre este rasgo fundamental del pensamiento de nuestro autor:su carácter latinoamericano. No sólo en 
lo que tiene de punto de partida contextual para sus elaboraciones teóricas, sino en cuanto se trata de la 
región del mundo que se encuentra entre sus preocupaciones fundamentales, América Latina es 
considerada por él como “lugar privilegiado”, desde donde se puede pensar la realidad actual. En este 
sentido, el situs cobra una importancia similar a lo que ocurre en los representantes de la teología de la 
liberación, por lo que no es raro que se le considere como uno de ellos o como un “filósofo 
latinoamericano”. Claro está, como ya lo habíamos señalado, esto no debe entenderse como una postura 
cerrada a lo que se piensa y hace en otras latitudes. 
 
 Como lo apuntaba Vergara, los análisis de Hinkelammert no adolecen de un abordaje superficial, 
sino que se procede con rigor y esfuerzo por penetrar el núcleo de las ideologías, de las teorías y de los 
métodos de las ciencias, en aras de comprender mejor la realidad. Claro, la época y sus problemas 
específicos también ponen algo en todo esto y entonces es preciso ver el trabajo de nuestro autor desde 
una perspectiva que es, a la vez, latinoamericana y global. Como bien señala Carlos Beorlegui: 
 
“El pensamiento de F. Hinkelammert es un ejemplo concreto de cómo un pensar en profundidad 
sobre la realidad, objeto fundamental de la filosofía, conlleva tanto una mirada universalizadora, 
globalizadora, como la atención a la propia circunstancia, a la situación de Latinoamérica en el 
proceso de globalización neocapitalista en el que nos hallamos insertados. Por eso es que una 
filosofía latinoamericana no puede construirse más que en connivencia con el fenómeno de la 
globalización y de los problemas concretos en los que estamos inmersos”2. 
 
 El que se ponga el énfasis en el análisis a partir de una situación histórica muy precisa no le resta 
profundidad; al contrario, se constituye en señal de que los retos de quien pretende hacer investigación 
social y reflexión crítica le exigen la mirada amplia a la vez que la distinción de lo local. En todo caso, 
 
2 Beorlegui, Carlos; “El pensamiento filosófico-teológico de Franz Joseph Hinkelammert”, en Historia del 
pensamiento filosófico latinoamericano. Una búsqueda incesante de la identidad, Bilbao, Universidad de 
Deusto, 2004, p. 778. Cursivas nuestras. El autor nos refiere al artículo de Estela Fernández Nadal, “El 
pensamiento de Franz Hinkelammert desde la perspectiva de una filosofía latinoamericana”, publicado en 
Pasos (DEI) 96 (2001) 19-27 y en Utopía y Praxis Latinoamericana (Universidad del Zulia, Venezuela), 
Año 6, Nº 12 (2001) 50-63. 
 
 
 
12 
nada más lejos de la obra de Hinkelammert que la ausencia de orden o de un mínimo de 
sistematización. Él utiliza sus categorías a lo largo de épocas distintas, pero no sin el necesario replanteo 
crítico sobre su idoneidad, ni negándose a transformarlas a medida que las realidades van cambiando a 
su vez: 
 
“La obra de Hinkelammert se distingue por su sistematicidad. Los temas y problemas son 
abordados y desarrollados de modo coherente, en sus libros y artículos, en un proceso continuo de 
complejización, enriquecimiento y de explicitación de nuevas conexiones. Quizá el mejor ejemplo 
sea su crítica al neoliberalismo, que se inicia en los setenta y que ha realizado durante tres 
décadas, a través de sus obras. Puede decirse que esto es excepcional en América Latina, pues lo 
frecuente es que los cientistas sociales aborden a través del tiempo temas diversos, con escasa 
conexión entre sí; o bien, se mantienen trabajando en las mismas temáticas, pero mediante 
rupturas y cambios teóricos, los cuales no son explicados al lector”3. 
 
Ahora bien, nuestra investigación se ocupará de un énfasis fundamental del pensamiento de 
Franz Hinkelammert: la crítica del pensamiento occidental, desde una óptica antropológica y ética. Pero 
debemos decir que sus ideas sobre el tema no se agotan en una “mera” crítica a las “estructuras de 
valores”, sino que van acompañadas de la propuesta de una ética y de las condiciones de posibilidad de 
la misma. Acá, entonces, hay que situar su interés en las “construcciones éticas” en boga, tales como el 
pensamiento neoliberal de Hayek y Friedman4 o la ética del discurso de Habermas y Apel, sin olvidar por 
supuesto a los grandes clásicos como Marx y Weber, los cuales no siempre son considerados en los 
foros usuales de discusión ética. Justo en esto último reside la originalidad de Hinkelammert, el cual no le 
rehuye al ya mencionado carácter interdisciplinario de la investigación, el cual es exigido asimismo por 
una realidad cada vez más compleja y plural. 
 
 
1. Planteamiento del problema 
 
Franz Hinkelammert ha desarrollado su idea de una ética del sujeto viviente y el bien común, la 
cual no se construye de espaldas a la discusión ética contemporánea, sino en diálogo con algunos de sus 
principales exponentes, como sucede con Karl-Otto Apel. Pero, retomando lo que decíamos arriba, 
tampoco se trata de una ruptura con su pensamiento anterior, sino de una radicalización filosófica de las 
intuiciones y razonamientos originales sobre la materialidad de los valores, el problema de la factibilidad, 
la cultura occidental y su carácter sacrificial, así como las reflexiones sobre el nihilismo postmoderno. Es 
más, veremos adelante que la alusión al sujeto concreto y viviente se encuentra ya en sus escritos de los 
años setenta, en su análisis de la ideología burguesa latinoamericana, así como en su crítica al papel que 
ha jugado en esto la Iglesia Católica, al sustentar dicha ideología mediante sus construcciones teológicas 
“legitimadoras de la dominación”. 
 
Además, Hinkelammert toma distancia crítica frente a la idea de que estamos asistiendo a la 
“construcción de un solo mundo”, algo así como unas mismas reglas y condiciones de vida para todos los 
seres humanos. Lo que él ve es el hecho de “un solo mundo” (un globo) en el cual se quieren imponer 
unos proyectos que son a la vez homogeneizadores, particularistas y excluyentes. Hay en la actualidad un 
poder hegemónico mundial, que es el que coordina la dinámica globalizante, que tiende a fragmentarizar 
la incipiente globalidad que se ha venido constituyendo a lo largo de los siglos XX y XXI. En este sentido, 
él nos pone en guardia frente a esa especie de fascinación por la “globalización”, la cual no es más que 
un espejismo que nos impide ver las diferencias y los mundos paralelos, “realidad virtual” de los mercados 
financieros globales y de la arquitectura de las sociedades en el “tardocapitalismo”, pero que para la gran 
mayoría de los seres humanos se traduce en cuestión de vida o muerte. La ética del bien común y la 
primariedad del sujeto viviente son un intento de poner sobre los pies esta inversión de valores que 
 
3
 Vergara Estévez, Jorge; “Franz Hinkelammert, El nihilismo al desnudo. Los tiempos de la globalización, 
Ed. LOM, Santiago, 2001”, en www.revistapolis.cl/4/resver.doc, p. 4-5. 
 
4
 El cual es considerado por nuestro autor como una parte constitutiva de la ética funcional del mercado 
capitalista. Cfr. Gutiérrez, Germán; “Ética funcional y ética de la vida”, Pasos (DEI) 74 (1997) 15-25. 
 
 
 
13 
convierte en real y verdadero lo que es ideológico, y que reduce a mera “virtualidad” lo que es la vida 
misma de los seres humanos. 
 
La progresiva constitución del sujeto viviente como “enemigo en la lucha a muerte” (Cfr. GS, p. 
199ss), algo que parece buscar la lógica de nuestra cultura contemporánea, le lleva a plantear la 
necesidad de una ética del bien común: si queremos seguir viviendo y entonces discutir sobre las mejores 
formas de hacerlo, no podemos despreocuparnos de que los demás sujetos humanos no puedan a su vez 
seguir viviendo. Esto es así, porque nuestra existencia se desarrolla en un mundo global, en el que 
nuestros actos ocasionan efectosno intencionales con consecuencias de vida y muerte que, en el largo 
plazo, nos alcanzarán a todos. En otras palabras, el que no llega a percibir la conexión vital entre todos los 
seres humanos, y entre estos y la naturaleza, “corta la rama sobre la que está sentado”: asesinato es 
suicidio. La base de todo, dirá Hinkelammert, se encuentra en la obligación de reproducir la vida humana, 
pues esto es lo que posibilita el diálogo con “el otro” —el excluido, el que sufre—, justamente en cuanto 
no se hace a éste a un lado. Y sólo entonces podremos entrar a discutir sobre los ethos, los diversos 
modos en que los humanos preferiríamos vivir. 
 
 Esta propuesta de una ética desde la perspectiva del sujeto y del bien común, así como sus 
posibilidades, dificultades y proyecciones, es lo que desarrollaremos en este trabajo. La dificultad 
adicional que enfrentamos es el hecho de que Franz Hinkelammert continúa produciendo 
abundantemente artículos y libros, en los que su pensamiento sigue evolucionando. Pero, en todo caso, lo 
investigado hasta ahora —y lo que hemos discutido con el autor— nos permite plantear las siguientes 
preguntas de investigación: 
 
Primera pregunta: ¿Qué quiere decir Franz Hinkelammert con la categoría “sujeto viviente”? 
 
Segunda pregunta: ¿En qué consiste el “postulado de la razón práctica” que propone 
Hinkelammert? 
 
Tercera pregunta: ¿Cómo se formula el “imperativo categórico” de su ética del bien común? 
 
Cuarta pregunta: ¿Qué categorías filosóficas se ven interpeladas por las propuestas de Franz 
Hinkelammert y en qué medida? 
 
 
2. Objetivos 
 
Ahora bien, nuestro interés es el de mostrar cómo se articulan filosóficamente estas ideas de 
Hinkelammert y en qué medida pueden sostenerse frente a algunos planteamientos filosóficos 
contemporáneos. Esto será posible si el “discurso” de nuestro autor presenta originalidad, rigurosidad y 
pertinencia teórica, que es lo que pretendemos mostrar. Por lo tanto, nuestros objetivos serán: 
 
Objetivo general: Presentar un marco general de las ideas de Franz Hinkelammert, en lo que 
respecta a su antropología y ética, mostrando su articulación teórica y fundamentación 
filosófica. 
 
Primer objetivo específico: Realizar un modelo de interpretación integrador del 
pensamiento ético de Hinkelammert, a partir de sus principales categorías 
antropológicas y éticas. 
 
Segundo objetivo específico: Analizar las categorías teóricas que indican el carácter 
filosófico de la propuesta explícita de su pensamiento, fundamentalmente su 
concepción de “sujeto viviente” y la relación de éste con la “ética del bien común”. 
 
Tercer objetivo específico: Indicar las implicaciones teóricas de sus ideas dentro de las 
discusiones contemporáneas sobre la fundamentación de la ética. 
 
 
 
 
14 
 
3. Hipótesis 
 
De esta manera, nuestra investigación pretende comprobar, fundamentalmente, cuatro hipótesis: 
 
Primera hipótesis: La primariedad del sujeto viviente consiste en la afirmación de que sólo el 
“reconocimiento” de éste como condición necesaria (trascendental), podría volver 
efectivos los esfuerzos por construir una ética, en el marco actual de la globalización. Sin 
una referencia al sujeto viviente, no es posible ningún tipo de ética que responda a las 
urgencias de nuestros tiempos. 
 
Segunda hipótesis: Tal reconocimiento del sujeto viviente no alcanzaría la condición de propuesta 
racional, si no es formulado según las exigencias de un postulado de la razón práctica 
(“Asesinato es suicidio”), que estaría a la base de los juicios éticos, sean “empíricos”, 
valorativos o normativos. 
 
Tercera hipótesis: La ética del bien común es, justamente, la ética que se fundamenta en el 
imperativo categórico (obligación) de reproducir las condiciones necesarias para la vida 
del sujeto humano, partiendo de la postulación de la realidad como subjetividad 
trascendental. 
 
Cuarta hipótesis: El postulado de la razón práctica y el criterio ético trascendental, propuestos por 
el autor, obligan a la transformación de las nociones de trascendentalidad, obligatoriedad 
moral y necesidad, mediante la reformulación de categorías filosóficas como factibilidad, 
inevitabilidad e indispensabilidad. 
 
 
4. Metodología 
 
Es evidente que esta investigación no pretende esquematizar o periodizar la obra completa de 
Hinkelammert, dadas las condiciones de inconclusión de la misma y por el mero hecho de que no es 
condición ineludible para los objetivos que ya hemos señalado. No obstante, sí es necesario apuntar que 
ya se han hecho intentos por elaborar un esquema interpretativo de la evolución de su pensamiento. Tal 
es el caso de Alejandra Ciriza, quien tomó como criterio de periodización el tipo específico de crítica que 
Hinkelammert realiza a las instituciones sociales y económicas, a lo largo de unas tres décadas de trabajo 
teórico. De esa manera, según la autora, los análisis de Hinkelammert podrían ser ubicados dentro de 
alguna de las siguientes “etapas”: (1) crítica al desarrollismo (a la idea de desarrollo), en los setenta; (2) 
crítica al neoliberalismo y neoconservadurismo (a la idea de democracia), en los ochenta; y (3) crítica a 
las estrategias de globalización (a la idea de progreso, basada en la otra del “capitalismo sin fricciones”), 
en los noventa5. Como ya lo señalamos arriba, es más una cuestión del analista el juzgar si estamos ante 
etapas con intereses distintos o fases de un mismo “proyecto” de investigación. Nosotros hemos puesto 
nuestro énfasis en esta última vertiente, pues no sólo nos parece que ayuda al tema que nos interesa, 
sino que justo este tema, el de la ética del bien común, cuyo énfasis ha acentuado Hinkelammert en sus 
últimos trabajos, muestra en su despliegue su intención de presentar el desarrollo de su tarea crítica como 
algo unificado. 
 
 Tampoco buscamos elaborar una especie de “mapa categorial”, en el que se dé cuenta de las 
categorías usadas por Hinkelammert en la totalidad de su obra, mucho menos exhaustivamente. Por otra 
parte, la obra de nuestro autor no ha concluido al momento de la redacción de estas consideraciones que 
hacemos... y, felizmente, todo indica que continuará desarrollándose. No obstante, sí reconocemos que 
otros han sugerido algunas categorías que mostrarían cierta unidad teórica en su obra, como es el caso 
 
5 Cfr. Ciriza, Alejandra; "Franz Joseph Hinkelammert (1931)", en Jalif de Bertranou, Clara A. (comp.); 
Semillas en el tiempo. El latinoamericanismo filosófico contemporáneo, Mendoza, EDIUNC, 2002, p. 117-
132. Un resumen de estas ideas se encuentra en Beorlegui, Carlos; “El pensamiento filosófico-teológico 
de Franz Joseph Hinkelammert”, op. cit., p. 767-778. 
 
 
 
15 
de Yamandú Acosta, quien propone las categorías de “racionalidad”, “totalidad”, “sujeto”, 
“universalismo ético” y “utopía”6. Y, aunque de aquí bien podría salir “otra” interpretación de su obra, que 
seguramente nos llevaría por caminos diferentes al nuestro, estas categorías que propone Acosta serán 
tomadas en cuenta, aunque sin que la “estructura” final coincida necesariamente con la clave 
interpretativa que él propone. 
 
Nuestro proyecto se sostiene sobre la consideración de que, a lo largo de los años, el 
pensamiento de Franz Hinkelammert ha mantenido una cierta “homogeneidad”. Ahora, en el siglo XXI, 
pueden leerse textos suyos de los años setenta del siglo pasado como si los hubiera escrito hoy mismo, 
ya que no se ven desfasados —en su núcleo— con respecto de lo que escribe en la actualidad, o 
inclusive cuando observamos temas y problemas que trabaja en sus escritos más recientes y que poseen 
cierta “novedad”. La misma Alejandra Ciriza proporciona algunas anotaciones sobre las ideas contenidas 
en Ideologías del desarrollo y dialéctica de la historia (1970), las cuales no se leen como algo anacrónico 
respecto de sus análisis actuales, lo que resulta fundamental para comprender la consistencia de losplanteamientos de Hinkelammert, a lo largo de más de tres décadas. 
 
Por otra parte, y como lo hemos señalado ya, hay que recalcar que nuestro estudio de las ideas 
de Franz Hinkelammert no pretende mostrar solamente sus planteamientos sino colocarlos frente a las 
dificultades que representa el diálogo con otros prensadores, sobre todo filósofos y cientistas sociales, los 
cuales incursionan en las problemáticas que trabaja nuestro autor. La mayoría de las veces nos 
encontraremos con interlocutores que el mismo Hinkelammert toma en cuenta en su reflexión; en otras 
ocasiones, se trata de nombres propuestos por nosotros, debido a que no hay referencia explícita hacia 
ellos por parte de nuestro autor o viceversa. Nuestros análisis incluyen ambos tipos de fuentes 
“complementarias”. Pero, en lo que respecta a Hinkelammert, nos limitaremos al análisis de su obra, sin 
darle demasiada importancia a si se trata de una obra reciente o no. Nuestra lectura de sus libros y 
artículos busca sus categorías filosóficas fundamentales, las cuales apoyarían las hipótesis de esta 
investigación. Pero, como lo hemos sugerido ya, no sólo nos hemos basado en la lectura de su obra, sino 
que hemos conversado ampliamente con él, a manera de encontrar mejores caminos para esta 
investigación. Así, las conclusiones a las que llegaremos no sólo pretenden ser fieles a lo que ya se 
encuentra “sobre el papel”, sino, también, a los nuevos derroteros por los que se encamina este 
verdadero work in progress que es la reflexión teórica de Franz Hinkelammert. 
 
 
5. Estructura del escrito 
 
Hemos dividido nuestro escrito final en dos partes, constando la primera de tres capítulos y la 
segunda de dos. En la primera parte nos ocuparemos de las categorías teóricas que utiliza nuestro autor 
para su crítica de las nociones antropológicas occidentales. En la segunda parte, nos ocuparemos de la 
formulación de su propuesta antropológica y ética. 
 
Iniciaremos con las críticas de nuestro autor a la concepción del sujeto incorpóreo. Aspectos 
fundamentales en este primer capítulo serán desarrollados a partir de la crítica de Hinkelammert a las 
“estructuras teológicas —trascendentes— de dominación”. Esto no debe entenderse, necesariamente, 
como exclusivo de las tradiciones confesionales cristianas, ya que el autor considera que las podemos 
encontrar en los discursos hegemónicos pretendidamente seculares. Las formulaciones ideológicas que 
proponen un sujeto descorporeizado, la conversión de los valores mediante el mecanismo de inversión de 
la realidad y la sustitución de la vida por “la ley en tanto mero cumplimiento”, son algunas de las 
cuestiones que abordaremos. La crítica de Hinkelammert desemboca en el desenmascaramiento de las 
construcciones ideológicas que hacen abstracción de las condiciones materiales de la vida humana y de 
los fenómenos sociales de exclusión, mientras se presentan con pretensión de legitimidad universalista e 
inclusiva. Un lugar fundamental lo ocupa su crítica a las usuales formulaciones de los derechos humanos, 
a partir de sus raíces burguesas y liberales. Mostraremos cómo, según nuestro autor, mediante una 
concepción en extremo “formalista” de éstos se justifica la exclusión de la mayor parte de la humanidad, al 
 
6 Cfr. Acosta, Yamandú; “Tareas de reconstrucción para la filosofía latinoamericana”, Pasos (DEI) 69 
(1997) 14-20. 
 
 
 
16 
mismo tiempo que se fundamentan sobre una concepción abstracta del sujeto humano, la cual debe 
mucho a la reducción de dicho sujeto a ser mero “individuo posesivo y autónomo”, tal como aparece en 
las tradiciones liberales y en los apologistas del mercado capitalista. 
 
 El segundo capítulo corresponderá a la crítica filosófica que apunta a la relación entre categorías 
económicas y axiológicas. Es la crítica a la reducción de la razón a mera racionalidad instrumental y a la 
expulsión de los valores de sus consideraciones. Buena parte de la obra de Hinkelammert está dedicada a 
demostrar la estrecha relación entre las formulaciones sobre los valores, sus especificaciones y jerarquías 
(axiología), y la elaboración económica de la ley del valor, no sólo en tanto instrumento de análisis sino, 
también, como ethos presente en las sociedades capitalistas. Nos ocuparemos en este capítulo de revisar 
las críticas que hace nuestro autor a la estructura de valores, prescripciones y normas, presente en el 
aparato científico y epistemológico que acompaña las teorías económicas y sociales legitimadoras del 
capitalismo, sobre todo en su formulación neoliberal. Hinkelammert señala que, si bien las teorías éticas 
son menospreciadas por muchos de los que se dedican a las ciencias económicas y sociales, el que las 
normas y valores sean relegados al “terreno de la moral”, excluyéndolos de la ciencia, no es en absoluto 
algo inocente. Se trata del procedimiento mediante el cual se construyen las bases para una ética funcional 
del sistema, en donde lo que cuentan son los “valores funcionales” (abstractos) y las “normas 
procedimentales”, dejando por fuera los fines concretos y materiales de los seres humanos involucrados. 
Es esta ética absoluta el blanco de su crítica y frente a ella es que planteará su propuesta de una ética del 
bien común. 
 
 El capítulo tercero corresponde a su crítica de la razón utópica. Por una parte, nos ocuparemos en 
este lugar de la crítica de Hinkelammert a algunas de las utopías fundamentales de nuestros tiempos: 
neoliberalismo, neoconservadurismo, el pensamiento soviético —que, como se explicará en su momento, 
no equivale sin más al “socialismo”— y el anarquismo. Pero lo esencial para nuestra investigación es que, 
más allá de estas específicas críticas y su problematicidad, podremos penetrar en algunas de sus 
principales reflexiones sobre categorías esenciales para la comprensión de su filosofía, como sucede con 
su idea de “aproximación asintótica a los ideales” o lo que concibe como “imaginación trascendental”. 
Fundamental será su “principio de factibilidad”, categoría básica en la construcción de su propuesta ética. 
Según Hinkelammert, dicho principio es categoría —y a la vez “criterio”— que muchas veces se olvida a la 
hora de formular la ética. Veremos cómo nuestro autor nos muestra las condiciones en las que puede ser 
válido “pensar” propuestas de índole valorativo o normativo, que no puedan ser realizables dentro de la 
conditio humana. No obstante, su crítica a las construcciones utópicas occidentales le lleva a asumir el 
supuesto de que los proyectos deberán satisfacer la condición de realización histórica, manteniendo como 
criterio el principio de la reproducción de la vida humana. 
 
 Una vez planteadas las categorías de su pensamiento, que serán utilizadas como punto de partida 
para la formulación de su propuesta antropológica y ética, en la segunda parte elaboraremos la propuesta 
de una estructura que explicite estas ideas de Franz J. Hinkelammert, en diálogo con otras reflexiones 
filosóficas, tanto clásicas como contemporáneas, pero sin pretender ser exhaustivos. Hay que apuntar que 
las elaboraciones de Hinkelammert están, es cierto, en una fase de madurez de su pensamiento; no 
obstante, esto no debe interpretarse como que estas ideas se encuentran suficientemente discutidas o 
depuradas frente a las críticas de la comunidad filosófica, científica o teológica pertinente. Más bien, 
queremos plantear que se trata de ideas cuyo despliegue apenas ha comenzado, por lo que se vuelve 
urgente su esclarecimiento y desarrollo, dentro de la discusión con otras disciplinas, tradiciones y 
corrientes de pensamiento. 
 
 En el capítulo cuarto presentaremos la propuesta de Hinkelammert para una antropológica 
filosófica, así como su relación con una específica noción de la ética. Es el tema de la formulación 
filosófica del sujeto, el “viviente humano”, personal y comunitario, el cual proyecta formas de vida que 
deberán someterse a diversos criterios,y las cuales deberán presuponer su factibilidad. Este sujeto 
viviente será formulado como sujeto trascendental, lo cual nos llevará a enfrentar tanto a las filosofías de 
la “muerte del sujeto”, como a las que pretenden pensar al sujeto desde una nueva “radicalidad filosófica”. 
Por eso es que deberemos abordar el tema del sujeto sin hacer demasiadas concesiones postmodernas a 
su “desaparición”, pero tampoco dando la espalda a los peligrosos resbalones “sustancialistas” que 
 
 
 
17 
podrían desviarnos de las condiciones de la discusión contemporánea en este terreno, llevándonos 
hacia una figura teórica alejada del verdadero interés del mismo Hinkelammert. 
 
Finalmente, en el quinto capítulo, nos ocuparemos del postulado de la razón práctica propuesto 
por Hinkelammert y su conexión con su ética del bien común. Veremos cómo el fundamento antropológico 
de esta ética —la postulación de la realidad como realidad humana— es condición de posibilidad para la 
elaboración de juicios valorativos. Pero, sobre todo, dicho postulado permitirá plantear un criterio ético 
“trascendental”: todo ser humano debe en sus actos contribuir (y no entorpecer) a la reproducción de la 
vida humana. Es decir, existe una normatividad universal y necesaria, pero que deriva de hechos, no de 
valores. Esta necesidad no viene dada a priori ni se impone como una derivación lógica, sino que siempre 
se trata de una consideración a posteriori, a partir de la experiencia del análisis que señala lo factible —e 
incluso “inevitable”— que es la destrucción de la vida humana sobre la tierra y la obligación de oponernos 
a ello —su “indispensabilidad”. Analizaremos las reflexiones de Hinkelammert, que lo llevan a afirmar que 
no es posible una acción ética que ignore la normatividad que se deriva de ciertos juicios empíricos7, que, 
si bien no son a priori, sí son indispensables para la vida del sujeto. Y es sólo derivándolos de estos 
juicios empíricos que Hinkelammert considera posible fundar trascendentalmente los ulteriores juicios 
valorativos y normativos. Por otra parte, el “fundamento”, entendido como condición de posibilidad, no es 
equivalente a una cierta “seguridad” sobre el rumbo que han de seguir las acciones humanas, ya que 
siempre queda abierta la posibilidad de optar por el suicidio colectivo (Cfr. CRU, p. 46). En este sentido, 
necesidad es indispensabilidad, no determinismo. 
 
Una vez finalizado este último capítulo, en las “conclusiones” explicitaremos nuestras tesis 
fundamentales y diremos unas breves palabras finales, con las cuales queremos cerrar nuestra 
exposición. 
 
 
6. Otras consideraciones introductorias 
 
 Luego de haber indicado las inquietudes desde las que partimos (preguntas de investigación), lo 
que pretendemos lograr (objetivos), nuestras propuestas iniciales (hipótesis), la manera como 
realizaremos nuestra investigación (metodología) y los diversos momentos de nuestra exposición 
(capítulos), sólo nos falta hacer algunas precisiones en torno a los aspectos formales de la estructura 
planteada. 
 
Para las referencias a los escritos de Hinkelammert —o alguna obra sobre él— utilizamos las 
siglas listadas al inicio, las cuales hemos “creado” ex professo para nuestra investigación. La obra de 
Hinkelammert que no hemos citado o a la que no nos hemos referido directamente en el escrito, pero que 
sí hemos consultado, la colocamos en la bibliografía, al final. 
 
Nos hemos limitado a lo absolutamente necesario en cuanto a citar otros autores, tratando de no 
multiplicar innecesariamente referencias o citas textuales. Las referencias las indicamos en notas a pie de 
página y, en algún caso, hemos colocado la obra principal de algunos de los autores mencionados con 
frecuencia, al final, en la bibliografía. Esta bibliografía contiene, además, toda la obra que hemos 
consultado, aún la que no aparece citada directamente. 
 
Las citas textuales, referencias o notas que pone Hinkelammert en sus textos —o que aparecen 
en otros autores citados por nosotros—, las indicamos mediante la forma “N. del A.”. Y, a no ser que se 
diga lo contrario, lo que se encuentra entre corchetes lo hemos colocado nosotros. 
 
7
 Nos referimos a la afirmación —empírica— que dice que, a falta de condiciones mínimas necesarias, el 
ser humano deja de existir. Hinkelammert considera que estos juicios empíricos, si bien es cierto refieren 
a condiciones concretas y particulares —aunque compartidas por todos—, son la base de la normativa 
fundamental que obliga a producir y reproducir la vida humana. 
 
 
 
18 
PRIMERA PARTE 
Categorías para una crítica del sujeto trascendental 
 
 La antropología y la ética de Franz Josef Hinkelammert podrán plantearse con un mínimo de 
claridad una vez hagamos una exposición de su crítica del sujeto trascendental, tal y como lo 
encontramos en la mayor parte de construcciones filosóficas y teológicas occidentales, así como en la 
misma epistemología de las ciencias empíricas. Estas últimas utilizan principios de fundamentación que 
tienen un carácter trascendental, mientras lo niegan explícitamente, y luego convierten sus “postulados” 
en herramienta “crítica” de los discursos con evidentes pretensiones utópicas, señalándolos de “a-
científicos”, de ser mistificaciones. Hinkelammert ha dedicado muchos años de investigación a la 
denuncia de esta inconsistencia radical en las ciencias empíricas, especialmente las sociales. Este 
ejercicio crítico alcanzará su punto medular —en 1984— en su Crítica de la razón utópica1, a nuestro 
juicio su obra más importante, en la que expone con detalle el eje fundamental desde el que se puede 
someter a crítica los diversos formalismos construidos en occidente, vertidos en otras tantas teorías de la 
sociedad y del funcionamiento de la historia. Por debajo de dicho formalismo se halla el discurso sobre el 
sujeto humano, el cual es “descorporeizado”, “individualizado” y convertido en un “a priori de la razón”. 
 
 En esto último juegan un importante papel la teología medieval, sobre todo la construida alrededor 
del siglo XI, y el pensamiento económico que se origina con Adam Smith y que desemboca en las 
corrientes neoclásicas. Hinkelammert ve una unión, en absoluto contingente, entre el discurso neoliberal y 
la “teología de la opresión”. Esta la podemos encontrar en la Doctrina Social de la Iglesia del último siglo, 
pero ancla sus postulados en Anselmo de Canterbury y Bernardo de Claraval. Además, hay un nexo entre 
esta ideología de sometimiento y el desarrollo de las teorías del capitalismo, que echa mano de 
construcciones teóricas fundadas en ideas utópicas, pero que no son reconocidas como tales. 
 
 Para poder desarrollar estas cuestiones en esta primera parte, la hemos dividido en los siguientes 
capítulos: 
 
Capítulo I. El sujeto incorpóreo 
 
Capítulo II. Racionalidad instrumental y valores abstractos 
 
Capítulo III. Crítica de la razón utópica y subjetividad trascendental 
 
Debemos señalar que, desde hace poco más de 30 años, Franz Hinkelammert ha venido 
formulando una antropología del sujeto viviente. Es por eso que, inicialmente, señalaremos algunas ideas 
generales sobre su crítica a diversas concepciones del sujeto, que podemos encontrar en la teología, la 
filosofía y las ciencias sociales, y las cuales son utilizadas ideológicamente. Luego, presentaremos las 
ideas fundamentales de su propia construcción teórica sobre el sujeto, la cual pretende oponer a las ideas 
antropológicas dominantes. Esto quiere decir que estamos ante una crítica de las ideas sobre el sujeto en 
las formulaciones teóricas occidentales, pero sin que el interés en los conceptos dominantes sobre el 
sujeto sea algo meramente “académico” o el resultado de una mera búsqueda erudita, enfocada sobre 
fenómenos separados de los intereses y motivaciones de los individuos y los grupos sociales 
contemporáneos. Para Hinkelammert, la construcción de modelos trascendentales acercadel sujeto va de 
la mano de la implementación de aparatos de dominación. Las ideologías dominantes —el cristianismo 
imperial, el liberalismo de Locke o las teorías económicas neoclásicas—, suponen un determinado sujeto 
humano, y hasta es posible encontrar alguna conexión entre su específica formulación y los fines para los 
cuales se invoca la ideología en cuestión. Nos interesa, entonces, mostrar algunas de estas 
formulaciones antropológicas y su crítica correspondiente. 
 
 
1
 En el 2002, en la nueva edición de este libro, Hinkelammert corregía su título original: Crítica a la razón 
utópica, pues consideraba que de esta manera era más fiel a la idea inicial de hacer una crítica de la 
razón occidental, siguiendo a Kant, en cierto modo. Nosotros utilizamos la última edición, en nuestras 
citas. 
 
 
 
19 
Pero antes es fundamental hacer algunas aclaraciones acerca del método a seguir, cuestión que 
se relaciona a su vez con el mismo método en las investigaciones de Hinkelammert. La primera cuestión 
fundamental es la de señalar que su teoría surge dentro de un contexto de reflexión interdisciplinar, en el 
cual la filosofía, la teología y la economía van de la mano. Por un lado, su trabajo de investigador lo ha 
realizado desde los años setenta en el “Departamenteo Ecuménico de Investigaciones” (DEI), en Costa 
Rica, algo que ya lo va marcando con la discusión entre investigadores que se dedican a la ética (Roy 
May, Germán Gutiérrez), la teología (Pablo Richard, Elsa Tamez, Hugo Assmann) y la economía (Henry 
Mora, Wim Dierckxsens). Aunque sus estudios académicos son en economía, su reflexión posee un eje 
fundamentalmente ético, combinando por supuesto la filosofía, la teología y la economía, e integrando 
todos estos campos en un conjunto teórico muy coherente y no sólo como mera amalgama de saberes. 
 
Hinkelammert no es teólogo2. A nuestro juicio, el uso que hace Hinkelammert de la Biblia y los 
aportes de la teología son, más bien, análisis críticos del hecho religioso —teoría del fetichismo, la 
teología de la ley—, que buscan establecer la relación que existe entre las doctrinas y las prácticas de fe, 
y los aparatos de poder y su legitimación; o también se trata de recursos histórico-literarios (culturales), 
que son utilizados en una hermenéutica del pensamiento occidental, que pretende ser una “recuperación 
superadora” del mismo, al tiempo que se enmarca dentro de una crítica de la modernidad. Utiliza la 
teología para elaborar una crítica a las construcciones ideológicas que apoyan la estructura económica 
capitalista excluyente. De tal manera es esto, que no pretende fundamentar una ética sobre una especie 
de “mandato” o “precepto”; nunca a partir de alguna revelación. El evangelio y los textos bíblicos que 
“acompañan” una visión del sujeto emancipado y emancipador apoyan “hermenéuticamente”, a modo de 
una interpretación cultural de los valores de la vida humana. Pero no se consideran “razón suficiente”. 
Tampoco es un discurso dirigido en exclusiva o principalmente a los creyentes, sino una interpelación a 
todo ser humano para que reconozca su condición “natural” y la de las otros. 
 
Además, no es sino hasta hace poco que Hinkelammert hace una reflexión que podría 
interpretarse en el orden de la filosofía de la religión, en el sentido de que le interesa una fenomenología 
del hecho religioso o el análisis del lenguaje religioso y su validez; pero siempre subordinando estas 
investigaciones a la necesidad de fundamentar una ética autónoma (Cfr. PDD). En todo caso, y como ya 
hemos señalado, pueden sacarse algunas conclusiones acerca de su concepción del fenómeno religioso 
y su papel en la sociedad contemporánea, a partir de la crítica al fetichismo, como en Marx. Lo que 
sucede es que él considera fundamental la crítica de categorías teológicas que se encuentran “ocultas” en 
los discursos hegemónicos occidentales. Eso incluso en contra de quienes miran en esto un ejercicio inútil 
o tendencioso. En su obra de mediados de los ochenta, Democracia y totalitarismo, nos dice: 
 
“El pensamiento secularizado de la modernidad, jamás se ha preocupado de la problemática 
teológica, considerándola fuera del lenguaje científico sobre la realidad. Pero cuanto más nos 
damos cuenta del hecho de que el pensamiento secularizado se basa en mitos secularizados y no 
en la ausencia de mitos, más podemos considerar la discusión teológica como un pensamiento 
más realista del mundo mítico de lo que ha sido el pensamiento secularizado. Eso especialmente 
cuando los mitos centrales del pensamiento secularizado —en especial el mito del progreso— se 
quebrantan. Lo último parece ser la verdadera razón por la que hoy vuelven a aparecer las 
teologías políticas, que durante tanto tiempo se pensaban superadas. En el grado en que la crítica 
social y los pensamientos de legitimidad se vuelven críticos frente a la modernidad misma, este 
resultado no debe sorprendernos. La modernidad y su pensamiento racionalista sustituyó el 
pensamiento teológico por sus mitos secularizados. Al perder estos su vigencia, el propio 
replanteo de la razón lleva igualmente a un replanteo de la razón teológica” (DT, XV). 
 
 Vemos que para nuestro autor es importante ubicarse —todo lo críticamente que se quiera— 
dentro de la modernidad, a la vez que señala la paradoja resultante del esfuerzo de secularización que la 
ha caracterizado. Por supuesto, puede leerse esta crítica del pensamiento moderno secularizado como 
 
2 Una idea diferente es la de Alejandra Ciriza, en “Franz Hinkelammert. De las relaciones entre el cielo y la 
tierra. Teología de la liberación y marxismo”, en Fernández Nadal, Estela (comp.); Itinerarios socialistas 
en América Latina, Córdoba, Alción Editora, 2001, p. 195-205. 
 
 
 
 
20 
una toma de postura “teológica”, pero esto es así sólo si concebimos esto teológico a partir de la toma de 
conciencia de la existencia de mitos en el pensamiento moderno y su crítica, algo que consideramos no 
es razón suficiente para pensar en un “trabajo teológico”, en el usual sentido de la expresión. Ahora bien, 
sí se podría argumentar que la “razón teológica” es analizada desde la perspectiva de la teología de la 
liberación, que se ve a sí misma como una reflexión de la ortopraxis, y en la cual el problema de la 
creencias en un Dios o la prescripción de ritos y normas de vida ceden el paso a problemas que son 
considerados más fundamentales para la misma labor del teólogo: la vida de los seres humanos, nuestra 
manera de comportarnos con la naturaleza, etc., todo esto desde un planteamiento fundamental, a saber, 
el problema del significado de la fe cristiana en el mundo de hoy. 
 
No obstante, no es este problema de la fe, ni siquiera desde la ortopraxis, lo que más interesa a 
Hinkelammert. Nosotros compartimos, en ese sentido, la visión sobre el problema que tiene el filósofo 
uruguayo Yamandú Acosta, cuando señala que se encuentra una veta fructífera en las ideas de la 
teología de la liberación, para comprender mejor la estructura teórica de algunas propuestas económico 
sociales, pero que eso no quiere decir que al tomar estas categorías estaremos haciendo necesariamente 
teología: 
 
“Presentemos la argumentación que fundamenta que la opción preferencial por los pobres, la 
misma que se corresponde con la tesis que enuncia que el criterio de verdad es la víctima, es, 
según pretendemos sostener, una orientación de estricta racionalidad y, por lo tanto, no obedece 
a un mero decisionismo ni supone una orientación con arreglo a valores. Esta argumentación ha 
sido desarrollada especialmente por la teología de la liberación y, para una perspectiva filosófica 
como la que aquí se pretende asumir, resulta particularmente pertinente, la planteada por Franz J. 
Hinkelammert en su perspectiva de análisis que explicita la relación economía–teología. Ni 
economía ni teología,la perspectiva de la filosofía por su vocación de totalidad, hace posible una 
aproximación razonable a dicha relación que se presenta como fuertemente significativa desde 
los análisis teórico críticos de Marx, en los que tempranamente señalaba: ‘Es a una filosofía al 
servicio de la historia a quien corresponde en primera línea la tarea de desenmascarar la 
enajenación de sí mismo en sus formas profanas, después que ha sido desenmascarada la figura 
santificada de la enajenación del hombre por sí mismo. La crítica del cielo se transforma así en 
crítica de la tierra, la crítica de la religión en crítica del Derecho, la crítica de la teología en crítica 
de la política’3”4. 
 
 Como ya veremos más adelante, en Franz Hinkelammert encontramos no sólo el recurso a tesis 
también utilizadas en la teología de la liberación (opción por los pobres, víctima, praxis de liberación…), 
sino también un esfuerzo sostenido por dar razón de una estructura antropológica y ética que pueda ser 
perfectamente razonable aún desde fuera de ese discurso, sin la necesidad de apelar a una esfera 
fenomenológica, sociológica o discursiva en la que la fe cristiana y sus exigencias se encuentran ya 
“incrustadas”, aún a espaldas de los actores, actuando y llamando a la conversión a unas creencias, por lo 
menos en el sentido en que se ha entendido en el cristianismo hasta ahora. 
 
Hasta qué punto esta visión de “lo teológico” le aleja o acerca a las posiciones de muchos teólogos 
de la liberación es una cuestión que puede discutirse ampliamente y por separado, pero preferimos que tal 
problema vaya siendo dilucidado a medida que desarrollamos los diversos aspectos de su pensamiento. 
Pero, por ahora, queremos señalar la importancia del análisis que realiza Hinkelammert de las 
construcciones teológicas y el papel que éstas han desempeñado en la constitución de las ideologías 
dominantes en occidente. Esto es fundamental para nuestra interpretación de su pensamiento, ya que 
queremos proponer que justo éste será el punto de partida desde el cual desarrollará, primero, una crítica a 
las ideologías de la subordinación de la vida al “imperio de la ley”, restableciendo luego la relación entre 
estas ideologías y el desarrollo del formalismo antropológico occidental. 
 
 
3
 Marx, Karl; Crítica a la filosofía del derecho (1843), en id. La cuestión judía (y otros escritos), Barcelona, 
Planeta-Agostini, 1994, p. 69. N. del A. 
4
 Acosta, Yamandú; “Solidaridad y racionalidad”, en 
http://www.fhuce.edu.uy/public/actio/num3/YamanduAcosta.pdf, 2003, p. 106-107. 
 
 
 
21 
Al observar cómo dichas “proyecciones teológicas” han sido usadas para emitir juicios sobre la 
vida del ser humano, sobre la ley que mata, la necesidad de sacrificios, etc., se descubre el carácter 
encubridor de los esfuerzos por presentar el problema de la subjetividad en términos meramente formales. 
Esto parece que sucede en antropologías y éticas de corte kantiano. No se puede construir una teoría 
acerca del ser humano sin recurrir a concepciones acerca de la vida y de la ley sobre la vida. Los discursos 
de dominación realizan entonces un giro en su argumentación, en torno a algo tan fundamental como lo es 
el cálculo de vidas. Sólo que este cálculo presupone un ser humano descorporeizado y cuya vida ha sido 
vaciada y convertida en meros intereses del sujeto discursivo (Apel) o preferencias del elector racional 
(Weber). De las justificaciones que realizan la escolástica y los discursos conservadores sobre la 
calculabilidad de la vida, a partir de las interpretaciones de la ley natural o la ley divina, se pasa a la 
“neutralidad valórica” y al formalismo de los derechos humanos que hacen abstracción de la vida de los 
sujetos. Lo que Hinkelammert sostendría es que tal “vaciamiento” no se puede realizar más que 
sustituyendo las categorías teológicas por categorías que pueden también ser consideradas 
“trascendentales”, en tanto reflexiones sobre el absoluto o discursos totalizantes acerca del mismo sujeto 
humano. 
 
Porque las construcciones ideológicas necesitan legitimarse trascendentalmente, por eso resulta 
tan importante la “proyección teológica”. En este sentido es que Hinkelammert señala la necesidad de 
“escribir una historia de Dios”, de las imágenes creadas sobre Él. Además, lo teológico es fundamental 
para el análisis crítico de las imaginaciones trascendentales presentes en las mismas ciencias empíricas, 
así como en las mediaciones sociales (instituciones, proyectos colectivos) y su funcionamiento. Puede 
que lo teológico esté formando parte de las ciencias, con lo cual el problema de los objetos de 
investigación de éstas —sobre todo en el caso de las ciencias sociales—, así como el de su mayor o 
menor capacidad efectiva para mostrarnos con claridad la realidad, se convierte en un problema de 
hermenéutica de los discursos científicos. La pregunta que indique el camino del discernimiento entre los 
diversos discursos científicos no puede responderse dentro de alguna “neutralidad valórica”, sino que 
debería proponerse como toma de postura frente a discursos con pretensión de trascendentalidad. 
Entonces, la pregunta se formularía de la siguiente manera: ¿cómo discernir entre “teologías” (ciencias)? 
 
Otro asunto fundamental desde el punto de vista de la metodología es aclarar qué entendemos 
por pensamiento crítico y por qué nos parece que Franz Hinkelammert se ubica entre los pensadores que 
podríamos considerar como tales. Pues la crítica no sólo se basa en que se asuman los discursos 
señalando sus insuficiencias o indicando las razones por las que éstos no son buena guía entre los 
problemas. Ya Hinkelammert ha señalado que su crítica no es destructiva, demoledora, que no deja nada 
donde pasa, sino que se inscribe más en la tradición kantiana de una crítica que asume lo criticado, 
dando razones para ello5. 
 
Pero, es que, cuando hablamos acá de criticidad, nos estaríamos refiriendo, además, a la 
conciencia de la negatividad. Parte nuestro autor de la constatación de la negatividad, expresada no sólo 
en el humano sufriente o despreciado, sino que es llevado el asunto mucho más allá, al incursionar en la 
crítica de la presencia de reflexiones trascendentales en la constitución misma de las teorías que explican 
lo humano y en las que pretenden también su humanización. Los discursos dominantes en la sociedad 
occidental son funcionales, en el sentido de que pretenden legitimar el sistema social establecido, la 
estructura de su funcionamiento o los instrumentos teóricos para su análisis. Pero, a su vez, puede 
observarse que hacen uso de conceptos trascendentales, mediante los cuales expresan negativamente la 
 
5 Hinkelammert dice en CPC, p. 278: “Quiero comenzar aclarando el sentido que yo le doy al pensamiento 
crítico, y a la crítica misma como instrumento del desarrollo científico (en una tradición muy kantiana). Y 
es que creo que en este tema Popper ha tenido una influencia fatal, al asumir el sentido de la crítica 
declarando lo criticado como algo desechable. Una visión de todo el pasado del pensamiento humano 
como desechable, estando todo por hacer. No habrían pensamientos criticables que mantengan validez, 
sobre todo en el campo de las ciencias sociales, y muy especialmente es esta su visión sobre Marx, una 
obra desechable, inservible. No creo que en esto consista el verdadero poder de la crítica. Crítica es 
recuperación de lo criticado, es determinar el marco de validez del pensamiento criticado. Un 
pensamiento que no tiene ninguna validez tampoco tiene importancia, no aparece…”. 
 
 
 
 
22 
condición humana limitada, vulnerable, que proyecta sus fines pero sin poder alcanzarlos en su totalidad. 
La negatividad aparece, entonces, como limitación, finitud. Y las ciencias empíricas, así como las 
construcciones ideológicas de lo social, no son la excepción. El mismo Hinkelammertnos dice que la 
metodología que emplea para el análisis de las ideologías y los discursos científicos podría considerarse 
como dialéctica trascendental: 
 
“Partimos… de una crítica de la metodología positivista y de una formulación de una metodología 
dialéctica en las ciencias sociales. A eso se sigue un intento de formular una dialéctica de la 
historia que desemboca de nuevo en un análisis de las ideologías de la sociedad industrial (…) Se 
presentan estas ideologías modernas como punto de llegada de una dialéctica de la historia que a 
la vez trasciende la vigencia de estas ideologías. En este movimiento de trascender, la dialéctica 
de la historia se demuestra como lo que es realmente, es decir, una dialéctica trascendental (…) 
La crítica de las ideologías llega a tener su coherencia definitiva sólo si lleva a la concepción de la 
dialéctica como dialéctica trascendental. Esta dialéctica trascendental se presenta entonces como 
la única alternativa del pensamiento que permite evitar a la vez el fetichismo de estructuras 
sociales formadas y una concepción idealista de la historia que nunca puede ser más que la otra 
cara del fetichismo de las estructuras” (IDH, p. 12). 
 
 La negatividad es ya constitutiva de la conditio humana, con lo que la “dialéctica de la historia” no 
se vería más como lo que apunta a la destrucción de la negatividad de las estructuras o procesos 
deshumanizantes, mientras “logra” reconstruir la historia humana en un proyecto racional, coherente y 
terminado. Su carácter trascendental es el que le impide seguir sosteniendo que es posible alcanzar el 
estadio histórico en el que superaremos toda esa negatividad. 
 
 Lo que Hinkelammert escribe en los años setenta acerca del marxismo soviético se ubica dentro 
de la reflexión sobre la viabilidad del socialismo, dado que éste habría pretendido construir una sociedad 
perfecta (societas perfecta). Pero no sólo se trata del socialismo soviético o del socialismo sin más —si 
fuera posible algo así—, sino de toda construcción teórica que quiere explicar y controlar la vida humana, 
mediante la construcción de instituciones con carácter de infalibilidad. Es por eso que se insiste en la 
crítica de la razón utópica, en tanto señalamiento razonado de la estructura intrínsecamente tautológica 
de unos modelos de sociedad o de investigación de la misma, que se legitiman mediante la construcción 
de metas que contradicen la conditio humana, pero que, por eso mismo, por ser esta meta imposible, 
recurren a argumentos que podemos reconocer como imposibles de falsificar, porque son imposibles de 
demostrar (tautológicos). 
 
 Más recientemente, podemos obervar cómo la reflexión de Hinkelammert se dirige principalmente 
a una crítica de la razón mítica, algo que ya podía verse en parte de su obra de antes de los años 
noventa, aunque no con el énfasis de la actualidad. Los análisis de los mitos acerca de Lucifer, o las 
referencias a la Bestia en los textos del Apocalipsis ya formaban parte importante de su crítica, por lo 
menos desde mediados de los setenta (Cfr. DM). Pero es a partir de finales de los ochenta que su interés 
en el tema se acentúa, y analiza la relación vida-muerte en los “mitos constitutivos de occidente” (Ifigenia, 
Edipo), oponiendo a su vez otros mitos que considera son parte esencial en su crítica (Cfr. FAE, SHS, GS, 
APM, AVH y PDD). Un lugar relevante lo ocupa el mito del sacrificio de Isaac —en oposición a los de 
Ifigenia y Edipo. Esto coloca la crítica de Hinkelammert dentro de la tradición del pensamiento que realiza 
una hermenéutica dirigida a los textos culturales (literatura, arte, religión, etc.), que son considerados 
esenciales en determinados contextos. En este sentido sus reflexiones se acercan al método de un 
Gadamer o un Ricoeur, o al de Nietzsche y Rorty. Claro, y como veremos adelante, esto no quiere decir 
que las ideas de estos autores sean tomadas en cuenta (Gadamer) o sean asumidas explícitamente 
(Ricoeur). En el caso de Nietzsche y Rorty se trata de un problema aún más serio, pues no sólo es que 
haya diferencia en algunos puntos trabajados por estos, sino que el lugar desde el que éstos hacen su 
hermenéutica es desde ya, para Hinkelammert, inaceptable. Nos referimos a su manifiesto 
antiuniversalismo ético, algo que Hinkelammert se dedica a combatir desde el principio al fin de su obra 
 
 Resumiendo. Dos rasgos fundamentales hemos encontrado en el método de Hinkelammert: su 
carácter interdisciplinar —con un fuerte acento en lo teológico— y su carácter crítico. Nuestra reflexión 
pretende, asimismo, realizar un análisis de las categorías que utiliza, sin despreciar el recurso a diversas 
 
 
 
23 
fuentes teóricas, provenientes de la filosofía, la teología, la exégesis o la economía, fundamentalmente. A 
lo largo de este estudio, tratamos de analizar la reflexión que realiza Hinkelammert, la cual es consciente 
de la negatividad que atraviesa toda la historia. Y pretendemos mantener esa misma claridad, en el 
sentido de que esta crítica no sólo pretende señalar insuficiencias, inversiones, inconsistencias y 
enmascaramientos, sino, además, enfrentar los criterios que utiliza nuestro autor, para descubrirlos en la 
misma realidad de los seres humanos. 
 
 
 
 
 
 
24 
CAPÍTULO I 
El sujeto incorpóreo 
 
Una de las primeras conceptualizaciones antropológicas, que se construyen con el objetivo de 
servir de justificación teórica de los procesos de dominación, es la transformación del ser humano en 
sujeto incorpóreo, algo que se instaura, sobre todo, a partir del cristianismo imperial. Esta espiritualización 
del ser humano desembocaría, a su vez, en lo que Hinkelammert llama el formalismo antropológico 
occidental, presente en teorías sobre los derechos humanos, pero que surge de la misma constitución del 
sujeto, a partir de la defensa a ultranza de la propiedad privada y de los valores mercantiles. 
 
 Para muchos lectores de Hinkelammert, sobre todo quienes le leen “en clave teológica”, su crítica 
fundamental es la que se dirige en contra de las concepciones del sujeto humano como “espíritu sin 
cuerpo”. Nosotros consideramos que, más bien, esta crítica debe hacerse desde una lectura filosófica de 
sus ideas sobre el ser humano. Tres cuestiones son importantes: (1) la espiritualización, que implica un 
desprecio del cuerpo humano en tanto orgánico; (2) el legalismo, que desemboca en el desprecio del ser 
humano corporal en tanto libre espontaneidad; y (3) el formalismo individualista, que se opone a una 
concepción comunitaria de lo corporal. Es por ello que este capítulo lo dividiremos en los siguientes 
apartados: 
 
1. La crítica a las concepciones a priori de “naturaleza humana” 
1.1. Las proyecciones teológicas: Vida humana y “vida verdadera” 
2. La crítica al despotismo de la ley 
2.1. Fundamentalismos y “fundamentalismo del mercado” 
3. Crítica al formalismo antropológico occidental 
3.1. “Individualismo posesivo” e “inversión de los derechos humanos” 
 
Antes de pasar al desarrollo de cada uno de estos puntos, debemos detenernos en la clarificación 
del objetivo fundamental de estas reflexiones, es decir, hay que abordar el significado que le adjudicamos 
a ciertas categorías con las que el pensamiento occidental ha intentado hablar del ser humano. Una de 
ellas es la de sustancia, que nos refiere a la idea de que lo constitutivo del ser humano es algo que 
funciona como el sustento de otras cosas, todas éstas secundarias y, hasta cierto punto, contingentes. El 
sustancialismo vendría a ser esa visión de lo humano como una esencia cerrada, que subsiste por debajo 
de los cambios y las acciones. 
 
Esta precisión con respecto a la sustancia es clave para nosotros, pues el sujeto también podría 
ser interpretado de esa manera. Entonces, parte de nuestros objetivos es mostrar cómo en el 
pensamiento de Hinkelammert tal cosa no es así. Al sujeto como sustancia ha correspondido toda una 
larga tradición de construcciones “de lo humano”, a las cuales

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