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Falangismo

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Falangismo
Falange Española (FE) fue un partido político español de ideología fascista​​ fundado el 29 de octubre de 1933 por Alfonso García Valdecasas, Julio Ruiz de Alda y José Antonio Primo de Rivera,​ primogénito del fallecido dictador Miguel Primo de Rivera.
El falangismo o nacionalsindicalismo es una teoría económica y política fascista, nacida en la España de 1931, tomando en préstamo algunos segmentos de la ideología de la Italia de Mussolini y adaptándolos a las particularidades españolas, como el catolicismo.
Su máximo exponente y fundador fue José Antonio Primo de Rivera, hijo del dictador Miguel Primo de Rivera.
Es una ideología antiparlamentaria, contraria a los partidos políticos, que promovía un Estado totalitario y un modelo corporativista de sindicato único y vertical, que organizaba a los empresarios y trabajadores al servicio de los intereses de la nación.
Origen falangista
El falangismo se inicia en España inmerso en la corriente de la época, que presenciaba el auge del nazismo alemán y el fascismo italiano. Su primer organización fueron las JONS: Juntas de Ofensiva Nacional-Sindicalista, lideradas por Ramiro de Ledesma y organizadas en torno al diario La conquista del Estado, versión local del periódico homónimo italiano. También existieron las Juntas Castellanas de Actuación Hispánica, de Onésimo Redondo.
En 1933, tras la aparición del periódico El fascio, tiene lugar la fundación de la Falange Española, encabezada por Primo de Rivera y aglutinando bajo su discurso ultranacionalista a diversos sectores derechistas. Este es el inicio de un camino hacia el franquismo que surgirá luego de la Guerra Civil Española.
Doctrina falangista
La doctrina nacionalsindicalista propone la creación de un Estado sindical fuerte, de vocación totalitaria, que organizara a los sectores productivos en un eje vertical de sindicatos nacionales regidos por el partido en pro de los intereses de la Nación.
El camino elegido para conseguir estos fines es el revolucionario, mediante la confrontación directa y, como bien lo establecía el primer periódico fascista publicado en España, la conquista del Estado.
Ideología falangista
El falangismo se propone superar la lucha de clases, así como las distinciones entre derecha e izquierda, entre socialistas, comunistas y anarquistas, y capitalistas liberales o conservadores, mediante una tercera vía opuesta a toda forma de disidencia o convivencia democrática.
El nacionalismo extremo, acompañado de ultracatolicismo y panhispánico, que añadía al marcado rasgo imperial de los fascismos de la época un deseo de reunificación de los pueblos de habla hispana.
Fundación del partido falangista
La fundación de la Falange Española tuvo lugar durante la Segunda República española, producto de los intereses de Alberto Primo de Rivera en el fascismo italiano y en su colaboración con Julio Ruiz de Alda y Alfonso GarciaValdecasas, quienes fundan el Movimiento Español Sindicalista, subtitulado “Fascismo Español (FE)”.
Su unión el derechismo vasco encabezado por José María de Areilza, conducirá en 1933 a la proclamación de la Falange, partido que encabezará, con apoyo financiero del sector empresarial, todas las tendencias anticomunistas de España.
Fusión con las JONS
Un momento importante en la historia del falangismo lo consistió la fusión entre Falange Española, partido líder en el sector antimarxista y derechista, y las llamadas JONS, quienes dejaron de recibir el apoyo financiero de sus sectores y fueron forzadas a la fusión con la Falange. Como resultado de ello nace la Falange Española de las JONS, fortalecida en sus ideales y métodos extremos.
Influencias extranjeras del falangismo
La estética del partido y de sus militantes obedecía, también, a la de los partidos fascistas europeos, y de hecho las visitas de Primo de Rivera a la Italia de Mussolini le granjearon el favor del “Duce” y la subvención de su partido con 50.000 liras mensuales cortesía del gobierno italiano.
Rol durante la Segunda República
Las acciones del falangismo fueron siempre radicales, inflexibles y, a menudo, violentas. Sus filas reclutaron jóvenes que recibieron entrenamiento paramilitar y canalizando su rebeldía con fines políticos.
Se fomentó el uso de armas de fuego, se entregaban cachiporras flexibles forradas de metal, y eventualmente se bautizó a estas milicias como Falange de la Sangre, aunque luego pasaron a ser la Primera Línea, dirigidas por el militar retirado Luis Arredondo.
Estas tropas de choque desarrollaron una doctrina de terror contra los partidos de izquierda, que sería clave en su radicalización y en el establecimiento del clima de confrontación y odio necesario para la posterior Guerra Civil.
Sus acciones de conspiración y desestabilización política debilitaron la República y propiciaron el advenimiento de las hostilidades.
Oficialización durante el franquismo
La Dictadura de Francisco Franco que prosiguió a la Guerra Civil tuvo sus enfrentamientos con la Falange Española, a nivel verbal y teórico, pero incluso los más radicales falangistas fueron asimilados perfectamente en el nuevo régimen, convirtiéndose así en el brazo político de la dictadura y partido único en el país entre 1939 y 1975.
Si no se pertenecía a la Falange, rebautizada Movimiento Nacional, era imposible acceder a cargos públicos y se corría el riesgo de ser acusado de comunista.
Rol de la mujer durante el falangismo
Durante el Franquismo, la Falange creó movimientos para jóvenes (Frente de Juventudes) y la famosa Sección Femenina, para la mujer.
En esta última se las adoctrinaba en la ideología de la superioridad masculina, así como el rol sumiso y fiel que debían ocupar en el nuevo orden, como costureras, conservadoras de las tradiciones y bailes españoles, y sobre todo paridoras de hijos para la Patria.
Actualidad del falangismo
Luego de muerte de Francisco Franco en 1975, la sociedad española emprendió un período de Transición, durante el cual la Falange recurrió a métodos similares a los de los años 30, pero con el fin de desestabilizar la llegada de la democracia y preservar al régimen en el poder, recurriendo a la violencia callejera y aliándose a otros grupos neofascistas.
No obstante, el triunfo de la democracia les dejó virtualmente fuera del ejercicio político, aunque muchos de ellos perduren hasta hoy, con una escuetísima representación política electoral (0,05% de los votos válidos en 2008). Además, se ha dividido en las siguientes agrupaciones políticas:
· Falange Española de las JONS (FE-JONS).
· Falange Auténtica (FA).
· FE/La Falange (FE).
· Movimiento Falangista de España (MFE).

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