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Eliminación establecida por el ser humano Decíamos líneas arriba que, en última instancia, la delimitación de una región siempre depende del ser humano. No existe una frontera exacta natural o geográfica que permita diferenciar entre dos regiones. Por ejemplo, una región de llanura puede situarse junto a una región de colina. Entre ambas existe una determinada superficie, en la cual el terreno comienza a elevarse, que podría ser calificada como llana o de colina y cuya determinación depende de criterios convencionales. Dicha transición es uno de los rasgos de la naturaleza, que parece desenvolverse de manera espontánea y fluida ante nosotros pero, a la vez, acabada y, según el punto de vista, perfecta, imposible de reproducir. Sin embargo, nuestro acercamiento al planeta y a la vida en general se caracteriza por la búsqueda de estructuras, por la imposición de límites y reglas que amolden nuestro entorno a necesidades que poco tienen que ver con nuestra esencia, y por esa razón solemos pasar por el mundo causando daños irreparables.