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Prefacio
Las personas que promueven la mejora de las plantas cultivadas en todo el mundo son los
verdaderos héroes de nuestro tiempo. Gracias a su esfuerzo continuo la producción de ali-
mentos no se ha visto rebasada por el aumento masivo de la población mundial. Por otra
parte, los alimentos ofrecen hoy más garantías que en ninguna otra época de nuestra historia.
Estos logros se fundamentan en la continua modificación genética de las plantas cultivadas.
La mayoría de nosotros sabe muy poco sobre las prácticas agrícolas modernas o el proce-
samiento industrial de los productos vegetales. Lo que realmente nos importa es que éstos
tengan buen aspecto y que además sean sabrosos y nutrit ivos. Los oponentes a la biotec-
nología creen que la entrada de plantas transgénicas en nuestra cadena alimentaria conlleva
graves riesgos ecológicos y sanitarios. Los más alarmistas han introducido en el debate
expresiones impactantes,como"polución genética"o'tomida Frankenstein'jEl debate iniciado
en Europa se ha extendido también a los EE.UU. Se trata de un asunto muy complejo, con
fuertes intereses económicos y políticos en juego.
Como científ icos que trabajamos en instituciones públicas, creemos que la producción de
suficientes alimentos y la propia seguridad alimentaria son asuntos de extrema importancia.
En el debate no deben participar sólo las grandes compañías del sector agro-biotecnológico
y los grupos opuestos a estas innovaciones, apoyados a su vez por las empresas que comer-
cializan "productos orgánicos'i La opinión de los científ icos debe estar también presente en
el debate y este folleto representa una contribución en ese sentido.
El conocimiento científ ico está siempre supeditado a la evidencia. Se ha dicho que la mani-
pulación genética de las plantas provocará la aparición de bacterias y malezas más dañinas,
tox¡nas y alergenos desconocidos, además de posibles pérdidas en las cosechas y un deterio-
ro ecológico a gran escala; pero no hay ninguna evidencia hasta ahora. Lo que creemos los
científ icos es que la agricultura puede ser más sustentable y menos perjudicial para el ecosis-
tema, y que los cultivos transgénicos pueden desempeñar un papel positivo en todo ello.
También creemos que estos cultivos permitirán obtener alimentos más nutrit ivos que los
actuales y a menor costo.
Confiamos en que la lectura de este folleto le proporcione información úti l ante el debate
sobre los productos transgénicos. La gran mayoría de los investigadores y de las sociedades
científ icas apoya la introducción de estos productos en nuestra cadena alimentaria. Como
consumidor, usted tendrá siempre la últ ima palabra. Si los productos son de buena calidad,
transgénicos o no, decidirá comprarlos; si no lo son, no lo hará.
Maarten J. Chrispeels
Director
Centro para la Agricultura Molecular de San Diego (SDCMA)
mchrispeels@ucsd.edu
INDICE
La al imentación mundial
Los alimentos transgénicos
nos afectan
1 0.000 años modificando
9enes
20 años de ingeniería
genética
Agricultura orgánica
La seguridad de los
alimentos
El medio ambiente
Genes en mi plato
Etiquetado
Normativa
Cuestiones de fondo
Este folleto ha sido editado por el Centro para la Agricultura Molecular de San Diego (SDCMA, San Drego Center for Molecular Agriculture), una asociación de cientí-
ficos que desarrollan su labor en distintos centros públicos de investigación de San Diego, California. El SDCMA acepta pequeños donativos (3.000 a 10.000 5) de
¡nstituc¡ones públicas o entidades privadas destinados a financiar sus actividades. Si desea más información, conéctese a wwwsdcma.org. Para solicitar copias
adicionales de este folleto, envíe un correo electrónico a mchrispeels@ucsd.edu.
La American Society for Plant Biologists Foundation ha financiado la producción y edición de este folleto. Luis Gómez de España, Plinio Guzmán, Gabriela
Olmedo, Ariel Alvarez Morales, Laura Silva de México y Graciela Salerno de Argentina contribuyeron con la versión en español de este folleto.
CARTA AL LECTOR
Como toda nueva tecnología, la biotecnología ha generado inquietud en los diferentes sec'
tores de la sociedad que cuestionan eldesarrollo y aceptación de sus productos.
La bondad, seguridad, inocuidad y potenc¡ales ¡mpactos de la biotecnología y sus produc-
tos son los principales aspectos alrededor de los cuales se ha generado controversia. Por
un lado, las sociedades c¡entíf¡cas, agencias regulatorias internacionales, como FAO/OMS/
OECD, y entes reguladores consideran que esta es una herramienta valio$a que contribuirá
a prácticas agrícolas sostenibles y más amigables con el medio ambiente, permitirá optimizar
los sistemas tradicionales de mejoramiento de cultivos, así como la producción, la calidad y
el valor nutricional de los alimentos. Por otro lado, algunos grupos af¡rman que ésta tendrá
potenciales efectos negativos sobre la salud humana y los ecosistemas.
En medio de este debate se encuentra el consumidot actor final de la cadena alimenticia,
qu¡en como consecuencia, en algunos casos, del flujo de información confusa, s¡n base
científica, se encuentra confundido, mal informado y/o, desinformado.
Conscientes de la importancia de la biotecnología y de la creciente demanda de informa-
ción con rigor científico la Asociación de Biotecnología Vegetal Agrícola, Agro-Bio apoya
iniciativas que fomenten el conocimiento en biotecnología agrícola y que perm¡tan una mejor
comprens¡ón de esta tecnología, de las ventajas que puede presentar con respecto a los
productos convencionales, de sus pos¡bles usos o efectos, y de los mecanismos estableci-
dos por el gobierno para asegurar su aplicación en las cond¡ciones más beneficiosas para
la sociedad.
Esperamos que esta publicación, enrnarcada dentro de nuestra política de promoción y
difusión del conocimiento científico, contribuya a un mejor conocimiento de la sociedad en
general y s¡rva de base para que el consumidor en particular decida sobre su aceptación.
Agro-Bio es una asociación sin ánimo de lucro, que reúne organ¡zaciones colombianas
interesadas en la educación, fomento, investigación, desarrollo, producción y comerc¡al¡zación
de la biotecnología agrícola en Colombia.Tiene como función primordial respaldar, promo'
ver y difundir el desarrollo de la biotecnología agrícola y sus aplicaciones prácticas, baio
principios éticos y c¡entíficos, para benefic¡o de la sociedad colombiana.
Calle 90 N" 11A-34 oficina 409.Teléfono:57-l-6101029. Fax:57-l-6101247. Bogotá
Emai I : aarobio @ cable. net. co
Los cultivos transgénicos y la alimentación mundial
En el año 2050 habrá probablemente 9 mi l mi l lones de per-
sonas en e l p laneta, un 50 por c iento más que en la actual idad. La
mayor parte de este aumento demográfico se dará en las ciu-
dades de los países en vías de desarrollo, sobre todo asiáticos.5i
se mantiene el ritmo actual de crecimiento económico, la produc-
c ión mundia l de a l imentos tendrá que dupl icarse. Sólo una
pequeña parte de lo que coman esas personas provendrá de los
grandes graneros del planeta, el resto tendrá un origen local. El
problema de alimentar a tantos habitantes se verá agravado por
la d is t r ibución desigual del suelo agr ícola. China, por e jemplo,
posee un cuarto de la población mundial, pero sólo un 7 por
c iento del suelo cul t ivable del o laneta.
Durante e l ú l t imo per iodo en que la poblac ión mundia l se
dupl icó, de 3 mi l mi l lones en I960 a 6 mi l mi l lones en e l 2000, la
producción de a l imentos aumentó en parale lo. El lo fue posib le
por la optimización de las técnicas de cultivo, el uso de varie-
dades mejoradas genéticamente y diversas innovaciones en
los sistemas de riego y recolección.También se introdujeron
plaguicidas más eficaces y biodegradables, así como nuevos
ferti l izantes sintéticos y orgánicos para reponer los nutrientes
del suelo.
Las plantas transgénicas son sólo una parte
de la respuesta
Los cultivos transgénicos no representan la solución mágica
para alimentar a lahumanidad. Pero ciertamente ayudarán ya
que son parte integral del proceso continuo de búsqueda del
mejoramiento genético de los cultivos. No podemos permitirnos
rechazar esta tecnología, como pretenden algunos, aunque debe-
mos también mejorar otras. Necesitamos una resistencia más per-
durable a las enfermedades y plagas, sistemas de irrigación que
consuman menos agua o estrategias de cultivo que reduzcan la
erosión del suelo.Tenemos que optimizar el t ipo de laboreo, la
aplicación de ferti l izantes y la rotación de cultivos para producir
los mejores suelos posibles con los microorganismos más ade-
cuados. Aunque tenemos mucho que aprender todavía, los recur-
sos dedicados a la invest igación agr ícola han d isminuido paulat i -
namente en las dos ú l t imas décadas.
Los cultivos transgénicos no pueden eliminar por sí solos el
hambre o la pobreza, ya que sus causas están enraizadas en el
ámbito socio-polít ico. De hecho, aunque la producción de ali-
mentos es hoy suficiente para erradicar el hambre del planeta, no
disponemos aún de un sistema económico que promueva una
distribución más eouitativa de los mismos.
Las tecnologías no son nunca una panacea, especialmente
en su fase inicial. Los automóv¡les contaminan y muchas per-
sonas fallecen en accidentes de tráfico, pero casi nadie parece
dispuesto a prescindir de ellos. Las tecnologías agrícolas también
tienen efectos adversos y hará falta nuestra inventiva para per-
feccionarlas. El presidente estadounidense Jimmy Carter resumió
muy bien cuál es el verdadero problema: "La biotecnología
responsable no es e l enemigo, lo es e l hambre".
'"4¡o4,,r1 
Modificaeión genética: a menudo se utiliza
. .. 
' , 
como expresión sinónima de la anterior. Sin embargo
, .., , hay muchos tipos de modificaciones 
genéticas que no
Iriirfj:¡s requieren el uso de la ingeniería genética.
,1+iif:i;Éi+
¡!! jri Alimentos transgénicos¡ alimentos derivados
total o parcialmente de cultivos transgénicos, esto es, de
i plantas cultivadas que han sido modificadas mediante
\o+i*' n' ingeniería genética.
Ingeniería genética: modificación de la informa-
ción genética de un organismo mediante técnicas mole-
culares. Esto implica la transferencia de uno o más
genes procedentes de otros organismos.
Los alimentos transgénicos
influyen en nuestras vidas
Algunas cosas que debería saber...
Si le preocupa la seguridad alimentaria, le conviene saber que los alimentos transgénicos son
tan seguros como los demós,y que provienen de cultivos tratados con menos plaguicida que los
tradicionales.
Si padece usted alguna alergia, debería saber que la ingeniería genética puede eliminar los com-
puestos alergenicos de los alimentos. Ademós, las plantas transgénicas son sometidas a controles
rigurosos para evitar lo aparición de nuevas alergias.Ya se están obteniendo variedades vegetales
desprovistas de sus alérgenos más ¡mportantes.
Si f e intranquiliza el cáncer, le interesará saber que el 99.99 o/o de los compuestos cancerígenos pre-
sentes en los alimentos son productos químicos naturales que el ser humano ha estado ingiriendo
desde hace milenios. Además, la biotecnología permite aumentar los niveles de fitoestrógenos,
isoflavonas, carotenoides y otros antioxidantes que ayudan a prevenir esta enfermedad.
Si es mujer y siente especial interés por el hierro en su dieta, le gustaró sober que la manipulación
genética permite aumentar la cantidad de hierro asimilable que contienen los cereales, así como
eliminar algunos compuestos (como el ócido fítico) que impiden su absorción.
5i tiene dudas sobre legislación, debería saber que la introducción de un producto transgénico en el mercado viene
precedida por numerosos controles y un largo proceso legal. En la historia de la alimentación humana no ha existi-
do nunca un nivel de control tan estr¡cto como el actual.
5i siente inquietud por los problemas medioambienfales, Ie conviene saber que los cultivos transgénicos pueden
aminorar el impacto negat¡vo que tiene la agricultura sobre nuestro medio ambiente.
Si le preocupan las mariposas, tenga presente que los cultivos transgénicos son mucho menos dañinos para ellas
que los plaguicidas utilizados en la agricultura convencional.
¿Cómo se obtiene una planta transgénica?
Hay en la actualidad varios métodos alternativos para obtener plantas transgéni-
cas. El método más frecuente aprovecha un mecanismo natural uti l izado por algunas
bacterias del género Ag robacterium,capaces de transferir parte de su DNA a las células
vegetales infectadas por ellas. Este DNA de origen bacteriano es uti l izado por los
investigadores como un "vehículo" natural para transferir genes de interés a un
número creciente de especies vegetales. Otro método bastante común se basa en la
uti l ización de proyecti les microscópicos recubiertos de DNA, que penetran en algunas
células de la planta sin causarles daño.
Tras la transferencia génica es necesario un proceso de cultivo in vitro y selección,
que conducirá a la obtención de plantas transgénicas, o sea, de plantas portadoras del
gen de interés en todas sus células. Para que este proceso funcione, el segmento de
DNA que se transfiere contiene siempre junto al gen de interés un gen auxil iar para la
selección.5e consigue así que todas las células portadoras del primer gen lo sean tam-
bién del segundo. Con frecuencia el gen auxil iar confiere resistencia a un antibiótico
tóxico para las plantas, aunque hay otras posibil idades. El proceso de selección in vitro
resulta entonces muy sencil lo: en presencia del antibiótico sólo sobreviven las células
(o plantas) transgénicas.
Si el hecho de comer genes le preocupa,
debería saber que en un plato de comida
convencionol (un guiso de carne con papa5
cebolla,zanahoria y tomate, por eiemplo)
hay millones y millones de copias de mas de
doscientos cincuenta mil genes diferentes. Sí
algunos ingredientes fuesen transgénicos
usted comería unos pocos genes adicionales,
que serían degradados en su estómago tan
fácilmente como los demas.
Si le importan los países en vía de desarrollo,
debería tener presente que los mós destaca-
dos mejoradores de plantas de esos países
estón muy interesados en la tecnología
transgénica, con el fin de conseguir cultivos
mós productivos y de mejor cslidad nutritiva.
5i desconfía de los mensajes difundidos por
las compañías multinacional es, escuche
entonces a los científicos independientes, a
los que trabajan en universidades y centros
públicos de investigación. La inmensa
mayoría cree que los cultivos transgénicos
son seguros para los consumidores y para
el medio ambiente,y al mismo tiempo
necesarios para aumentar la productividad
agrícola.Pero también exigen una legis-
lación adecuada y controles rigurosos.
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¿Qué es un gen? Los genes son las unidades de la herencia
y fueron descubiertos a mediados del siglo XIX por Gregor
Mendel.Tras examinar miles de plantas de guisante (chícharo,
arveja), Mendel descubrió que las flores de algunas tenían un
color púrpura que sus descendientes heredaban.Ahora sabe-
mos que los genes están formados por DNA y se disponen en
largas cadenas, dando lugar a los cromosomas. Las bacterias
tienen unos 2.000 genes diferentes, las plantas superiores unos
25.000 y los seres humanos pueden llegar a tener 50.000. Hay
dos copias de cada gen en todas las células de un organismo.
Cada gen contiene a su ve2 la información necesaria para fabri-
car una proteína. De modo que el gen que especifica 
"flor púr-
pura" en una planta de guisante, en realidad especifica una pro-
teína que convierte en las flores una molécula incolora en otra
de color ptirpura. Cuando este gen sea transmitido a la descen-
dencia, también lo será la capacidad de producir el pigmento.
10.000 años modificando las plantascultivadas
A todos nos resulta familiar el aspecto radiante de una
mazorca cuando los granos están maduros. ¿Fueron las
mazorcas siempre así? Hace unos 8.000 años algunos indíge-
nas que habi taban en lo que hoy es México comenzaron e l
lento proceso de domesticación del teosinte, el antecesor
del maíz moderno. El teosinte, que todavía crece en México
como planta silvestre, produce unas mazorcas diminutas con
pocos granos. La propia planta no se parece al maíz actual,
que sólo t ¡ene un ta l lo , debido a la modi f icac ión genét ica
propiciada por la intervención humana. De los aproximada-
mente 25.000 genes que tiene el maí2, ignoramos cuántos
fueron eliminados, mutados, duplicados o modificados de
alguna forma por la mano del hombre. Pero esas modi f ica-
ciones genéticas son la causa de que el rendimiento por hec-
tárea del maíz actual sea mil veces superior al del teosinte.
Si viaja por las regiones rurales de México, EE.UU., Kenia
o ltalia-todos ellos países productores de maíz-observará
que no hay plantas creciendo espontáneamente fuera de los
campos de cul t ivo. El lo se debe a que e l maíz no es capaz de
sobreviv i r s in la in tervención humana. Es una p lanta natura l ,
¡pero no puede sobrevivir en la naturaleza!
Lo mismo ocurre con otras especies cultivadas. La modi-
ficación genética que han experimentado el trigo, el arroz,el
tomate o la soya impide ahora que sobrevivan por sus pro-
pios medios. La domesticación de las plantas, la transforma-
ción de especies silvestres en cultivadas, comenzó en Oriente
Medio y e l sur de China hace unos 10.000 años, y en Áfr ica
occidental y la parte central de México hace unos 8.000 años.
El siglo XX: la manipulación genética
se racionaliza
A comienzos del siglo XX, los agricultores y mejoradores vegetales
comenzaron a modificar las plantas cultivadas de un modo más sis-
temático. En un principio trabajaban en el campo, haciendo cruza-
m¡entos y obteniendo híbridos a partlr de plantas de la misma especie.
Hacia 1950 empezaron a cruzar especies diferentes, lo cual requería
métodos de laboratorio para rescatar a los diminutos embriones (si no,
éstos morían por provenir de especies distintas). Obtener una planta
cultivada de esta forma requiere obviamente muchas generaciones de
selección y mejora. Este procedimiento permitió obtener un cereal
nuevo e importante, l lamado trit icale, a partir de trigo y centeno.
Más tarde comenzó la mejora mediante radiación. Las semillas se
irradiaban con rayos gamma-que modifican el DNA-y las plantas
resultantes, con sus genes modificados, se cruzaban con plantas
sanas. La idea subyacente-que resultó correcta-era que algunos de
Ios cambios genéticos producidos serían beneficiosos para el agricul-
tor. Como en otros procedimientos de mejora, se puede eliminar el
DNA "malo" y mantener el DNA "bueno" mediante cruzamientos suce-
sivos (seis a diez generaciones).También se han uti l izado con este fin
a lgunos productos químicos mutagénicos. De hecho, centenares de
variedades cultivadas se han obtenido empleando estos métodos
de mejora. Los agricultores "orgánicos"o "biológicos"y los oponentes
a la ingeniería genética aceptan estas variedades como"naturales'j
Consideran s in embargo como "ant inatura l " e l uso de técnicas mo-
leculares, la siguiente innovación en el proceso continuo de mejora.
"No podemos dar marcha atrrís al reloj en el caso de la agricultura y utilizar sólo métodos que fueron desarrolla-
dos para alimentar a una población mucho más reducida. Hemos necesitado unos 10.000 años para alcanzar el
niuel actual de producción de alimentot cercnno a los 5 mi/ mil/ones de toneladas anudles. Hacia el año 2025
la producción dctual tendrá que haberse duplicado nueanmente. Este objetiuo no podrá cumplirse lt menos que
los agricubores d.e todo el mundo tengan dcceso a los métodos de cuhiuo de aho rendimiento Actuales, así como a
las innouaciones biotecnológicas que pueden aumentar todauia más el rendimiento, la disponíbilidad y la cali-
dad nutritiua de nuestros cuhiuos básicos. El sentido común tiene que imperar en el debate sobre ciencia y tec-
nología agrarias, ¡y curínto antes, mejor!"
Norman E. Borlaug
Premio Nobel de la Paz (1970)
años modificando las plantas
mediante biotecnología
Todas las moléculas de DNA tienen la misma estructura bási-
ca. Ello ha permitido que organismos de especies distintas inter-
cambien DNA de modo natural durante su evolución. Esto no es
frecuente, pero los biólogos moleculares uti l izan los mecanismos
naturales subyacentes para introducir genes nuevos en el geno-
ma (conjunto total de genes) de las plantas; este proceso recibe
el nombre de "ingeniería genética'l Los genes se transfieren hoy
individualmente, pero
en un futuro cercano
los investigadores
podrán transferir
varios a la vez. Los
cultivos obtenidos de
este modo se denomi-
nan'tult ivos trans-
génicos'iaunque ya
sabemos que su modi-
ficación genética viene
ocurriendo desde hace
milenios. Los científ i-
cos no saben con
exactitud en qué
lugar del genoma se
integrará el nuevo
gen, pero esto tiene
en general poca
importancia: los
propios genomas experimentan reordenamientos frecuentes de
modo natural. En todo caso, las plantas defectuosas que hubieran
podido generarse serán eliminadas durante el proceso de selec-
ción que sigue a una modificación de este tipo.
Cultivos transgénicos: presente y futuro
Estas técnicas ya se han uti l izado para obtener cultivos más
resistentes a las plagas, lo que ha reducido la necesidad de
plaguicidas.También se ha obtenido el"arrozdorado'iuna varie-
dad enriquecida con vitamina A que ayudará a prevenir la
ceguera entre los niños de los países más pobres. En el futuro los
científ icos podrán sustituir un gen por otro que funcione mejor.
También podrán uti l izar
nuevas técnicas que
hagan de la ingeniería
genética una meto-
dología más precisa.Tal
vez esa precisión permita
eliminar la necesidad
actual de obtener varias
generaciones sucesivas
tras la manipulac ión
genética de las plantas en
el laboratorio.
La ingeniería
genética no será la única
vía para mejorar las plan-
tas en el mañana. El estu-
dio de los genomas vege-
tales permitirá raciona-
lizar y perfeccionar
algunos métodos trad¡-
cionales de mejora. Por otra parte, a medida que los análisis
genéticos se vayan simplif icando y abaratando, seremos capaces
de extender esta nueva metodología a otras especies mucho
menos estudiadas, como la yuca o el café, de gran importancia
para muchos países en vías de desarrollo.
Hay genes con un gran potencial para mejorar nuestras
cond¡ciones de vida. Sus efectos se traduc¡rán en alimen-
tos más nutr¡tivos y abundantes, sin que sea necesario
incrementar la superficie de suelo cultivado. Los científi-
cos ident¡fican cada vez más genes de este tipo. ¿Cuánto
tiempo podrá desdeñar la humanidad los frutos de esta
tecnología única? ¿No sería preferible hacer un uso
racional de la misma en beneficio de todos?
La agricultura orgánica certif icada se define tanto o más por lo que no
acepta que por lo que acepta. Para las prácticas admitidas el reloj se ha
detenido en los años 50: no se ut i l iza casi n ingún p laguic ida (pero sí la
rotenona, que es bastante tóxica) y ningún herbicida; tampoco la mayoría de
ferti l izantes inorgánicos (químicos). La agricultura orgánica comercial prefiere
los ferti l izantes orgánicos (excrementos), la eliminación mecánica de las malas
hierbas (con tractores) y el control biológico de las plagas. Se aceptan todos
los métodos de mejora vegetal (incluso la irradiación de semillas con rayos
gamma) pero se rechaza la tecnología de transferencia genética que conduce
a los cultivos transgénicos. La agricultura orgánica podría alimentar tal vez a 3
mi l mi l lones de personas. Pero no a los 6 mi l mi l lones actuales, o a los 9 mi l de
un futuro próximo.
¿Por qué esa l imitación? El eminente profesorbritánico Tony Trewavas
nos señala algunas razones. En primer lugar, producir los excrementos que
necesitan esos cultivos requiere una cantidad considerable de terreno (para
las plantas que sirven de sustento a los animales). En segundo lugar,
la recolecta de las cosechas y su posterior transporte tendrá como
resultado una pérdida neta de los nutrientes del suelo cultivable,
que i rán a parar . . . ¡a los s is temas de a lcantar i l lado urbano! Reponer
estos nutrientes perdidos no es posible sólo con el fosfato que con-
tienen las rocas o mediante rotaciones con leguminosas.
Finalmente, el control biológico de plagas no es tan eficaz en
muchos casos como el control ouímico o el resultante de la
manipulación genética.Todos estos factores explican la menor efi-
ciencia de la agricultura orgánica y por qué sus productos certif ica-
dos son más caros que los obtenidos mediante prácticas agrícolas
convencionales.
Necesitamos uno ogricultura mas sustentable
A pesar de las consideraciones anteriores, la agricultura orgáni-
ca ofrece aspectos positivos que muchos agricultores ponen en
práctica. Algunos ejemplos de ello son la rotación de cultivos con legumi-
nosas, el uso de residuos vegetales para mejorar los suelos, el encalado de los
mismos para corregir su acidez o el control biológico de plagas cuando resulta
factible. Estas prácticas contribuyen a que la agricultura sea cada vez más
sustentable. El problema de la agricultura orgánica certif icada es que se fun-
damenta en criterios ideológicos, dejando de lado hallazgos científ icos y
tecnológicos relevantes. Sus partidarios rechazan por ello diversas innova-
ciones que otros agricultores sí uti l izan para conseguir una gestión más
sostenible y eficaz. Los científ icos que apoyan el uso de cultivos transgénicos
también defienden que la agricultura sea más sostenible, pero rechazan una
visión dominada oor cuestiones puramente ideolóoicas.
"Los nLtevas técnicas biotecnológicas obren
grandes posibilidades para mejorar Ia cant¡dad
de alimentos disponibles y su calidad.
Los productos obtenidos mediante el uso de
estas técnicos no son menos seguros que los
obtenidos con técnicas convenciona|es"
Organización Mundial de lo Salud (OMS)
¿Quién gana y quién pierde con
a , , . a ¡Ia agncultura organrca !
5i bien es una creencia generalizada, no hay evidencia científ ica
de que los productos orgánicos sean más sanos o nutrit ivos que los
convencionales. El sabor de los primeros puede resultar mejor a
veces, aunque e l lo suela deberse a que han estado a lmacenados
menos tiempo. Por un lado, en los productos orgánicos hay menos
residuos de p laguic ida; por ot ro, t ienen más contaminación micro-
biana. Ahora bien, si no representan un beneficio claro para los con-
sumidores, ¿quién sale ganando entonces? La respuesta se halla en
las cadenas que comercializan este tipo de productos, un lucrativo
negocio que afirma promover una alimentación "sana y natural'1 Estas
empresas apoyan económicamente las protestas anti-transgénicos,
en las que podemos ver a niños disfrazados de mariposas monarca.
Su objetivo es sembrar el miedo ante lo desconocido. En realidad
este apoyo a los grupos "verdes" no refleja más que una cuestión ele-
mental de competencia económica. Los productos transgénicos,
como los orgánicos, contienen menos plaguicidas, pero además son
más baratos. Si los consumidores tienen miedo de los productos
transgénicos, las ventas de productos orgánicos aumentan. La
cuestión de fondo, una vez más, es la cuota de mercado y el beneficio
económico.
¿Y quién pierde cuando las frutas y hortalizas se encarecen? Los
especialistas en nutrición nos recomiendan ingerir cinco o más
raciones diarias de estos productos frescos para prevenir el cáncer y
otras enfermedades.5i su precio es más elevado de lo necesario, resul-
tarán perjudicadas las personas con menos recursos económicos.
Más importante todavía es el hecho de que la ingeniería genética
tiene la posibil idad real de mejorar las cualidades nutrit ivas de los pro-
ductos cultivados.A la vuelta de la esquina nos esperan plantas con
más vitaminas, más antioxidantes o más minerales, y también con
menos alergenos. Los productos transgénicos, a diferencia de los
biológicos,ofrecen un beneficio claro para la salud.
Los productos orgánicos de nuestro mercado local no vienen de
una pequeña granja a las afueras de la ciudad, donde conviven en un
paisaje idíl ico una decena de vacas, un cerdo y veinticinco gall inas. En
los países ricos, una parte importante de los productos orgánicos que
están a la venta en tiendas especializadas y grandes almacenes
proviene de ciertas regiones pobres del planeta, desde donde son
transportados en aviones comerciales. Una legislación inexistente o
demasiado permisiva sobre conservación de la biodiversidad en estas
regiones, posibil i ta la destrucción de ecosistemas frágiles para satis-
facer a los consumidores de los países ricos. Esta es otra de las razones
que explican el precio más elevado de los productos orgánicos.
Tradición, cocina y biotecnología
Los hábitos gastronómicos constituyen una parte impor-
tante de la identidad cultural en cualquier lugar del mundo.
Algunas personas creen que la biotecnología es una amenaza
para dicha identidad y argumentan que los cultivos transgéni-
cos acabarán con la alimentación tradicional. con los sabores
"de siempre'l¿Qué hay de cierto en ello? Examinemos en primer
lugar lo que entendemos por'tocina tradicional' jAlgunos de
sus defensores parecen asumir que la situación presente es la
idónea y que todo cambio resultará perjudicial. Peor aún, pare-
cen desconocer que las raíces de la gastronomía actual no se
sitúan en tradiciones milenarias. sino en fechas mucho más
recientes y concretas. La popular poel/o española, de fama inter-
nacional, no existiría si no hubiese l legado a Europa el arroz, de
origen asiático. Las tradicionales empanados o empanadillas de
muchos países hispanoamericanos eran simplemente descono-
cidas antes de la l legada del trigo al continente americano.Y
hay otros muchos ejemplos análogos. ¿Concluiría alguien hoy
que la irrupción del tomate en Europa, proveniente de América,
supuso una catástrofe culinaría? No parece probable,vistos los
resultados.
El"Libro de guisados" (Libre delcoch)de Ruperto de Nola,
probablemente el mayor éxito editorial del siglo XVI español, es
un buen referente para constatar la gran diferencia entre la
gastronomía actual y la de aquella época. Nuestra dieta es hoy
mucho más rica y variada, sobre todo en el caso de los produc-
tos vegetales.Tenemos a nuestra disposición un número mayor
de ingredientes, sabores y posibil idades culinarias. Hoy conoce-
mos infinitamente más sobre nuestras necesidades nutrit ivas y
lo que nos aportan los diferentes alimentos.
La biotecnología nos permite mejorar las propiedades
nutrit ivas de los alimentos y también otras características de
interés, como su sabor, su digestibil idad o su aspecto. Es evi-
dente que las posibil idades gastronómicas y nutrit ivas aumen-
tan, en vez de disminuir. La cuestión, erróneamente planteada
por algunos, no es si debemos o no modificar genéticamente
nuestras plantas cultivadas, algo que hemos estado haciendo
desde hace milenios. La cuestión es cómo continuaremos
haciéndolo de ahora en adelante. ¿No preferiría que fuese de
una forma cada vez más racional, segura y eficazT
¿De dónde vienen los
productos orgánicos?
]ffii alimentos transgénicos ofrecen tanta
seguridad como los demás. . .
Es frecuente leer en la prensa noticias relacionadas con la
seguridad alimentaria. En 1999, por ejemplo, supimos que en
Bélgica se habían suministrado alimentos contaminados con
dioxinas a los pollos. Como resultado, se detectaron niveles
elevados de productos tóxicos
en la carne y en los huevos de
estos animales.Tuvieron que
transcurrir varios meses para
que se resolviera el problema.
Este escándalo alimentario,
comotantos otros,fue provo-
cado por personas sin escrúpulos que anteponen sus beneficios
a la legislación. Dejando aparte episodios aislados de este tipo, en
los hospitales estadounidenses ingresan cada año unas 800.000
personas por problemas alimentarios. La mayoría ha ingerido
alimentos contaminados con bacterias como Salmonella,
Campylobacter, Staphylococcus o Escherichia coli. Según datos
del Centro para el Control y Prevención de las Enfermedades de
EE.UU., unas 7.000 personas mueren cada año por problemas de
este tipo, causados en general por un manejo o un almacenado
incorrecto de los alimentos. En muchos casos la contaminación
microbiana tiene lugar antes de que los productos l leguen al
consumidor. Aunque nuestra comida es hoy más segura que
nunca, es evidente que aún hay problemas sin resolver. La conta-
minación bacteriana es el principal riesgo alimentario al que nos
enfrentamos hoy.
¿Y qué ocurre con los productos transgénicos, cuya seguri-
dad también se ha puesto en duda? No hay ninguna evidencia
de que sean menos seguros (ni tampoco más) que los productos
convencionales. Ello se debe a que los primeros son sometidos a
múltiples pruebas y controles antes de l legar al mercado. Más
controles, de hecho, que los alimentos tradicionales. En los EE.UU.
la regulación de los alimentos transgénicos corresponde a la FDA
(Oficina para la Alimentación y el Medicamento), la EPA (Agencia
de Protección Ambiental) y el USDA (Ministerio de Agricultura).
En Europa hay agencias y departamentos ministeriales análogos.
El proceso actual para legalizar un cultivo transgénico puede
durar hasta seis años. Los cultivos obtenidos por técnicas tradi-
cionales de mejora (incluida la irradiación) no tienen que superar
tantos controles.
Numerosos controles para los cultivos
transgénícos
Se realizan múltiples ensayos para comprobar que los cul-
tivos transgénicos contienen exactamente los mismos com-
puestos que las variedades convencionales. Esto se refiere no
sólo a los nutrientes, sino también a otros compuestos quími-
cos presentes en las plantas. Pero, ¿son beneficiosos todos
estos compuestos naturales? Cualquier planta contiene, por
ejemplo, un arsenal de compuestos defensivos para combatir
el ataque de insectos, hongos y bacterias. Aunque su consumo
en pequeñas cantidades no plantea problemas, algunas varie-
dades obtenidas por métodos tradicionafes tuvieron que ser
retiradas del mercado porque contenían niveles demasiado
elevados de compuestos defensivos, que resultaron ser tóxicos
o alergénicos. Estas variedades pudieron llegar al consumidor
porque las leyes son mucho más permisivas que en el caso de
los cultivos transgénicos.
Comparados con los cultivos convencionales, los trans-
génicos tienen algunos genes y proteínas de más.Todos ellos
son objeto de ensayos específicos para comprobar su poten-
cial alergénico y si se degradan rápidamente por la acción de
las enzimas digestivas. Las reglas son las mismas que para los
plaguicidas o los aditivos alimentarios: hay que demostrar que
la ingestión de los mismos no plantea riesgos para la salud ni
problemas de acumulación a largo plazo.
t 1 .
ulencla Duena v clencla mala
Los fitoestrógenos, descubiertos recientemente, son muy
abundantes en la soya y sus derivados. Estos compuestos disminu-
yen el riesgo de padecer determinados tipos de cáncer en
aquellas mujeres con niveles elevados de estrógeno en sangre.
Un grupo anti-transgénico ha medido recientemente los niveles
de fitoestrógenos en semillas de soya "tradicional" y transgénica,
l legando a la conclusión de que son mucho menores en el
segundo caso. Sin embargo, no midieron los niveles en la varie-
dad transgénica y su línea progenitora, cultivando una junto a
la otra en las mismas condiciones experimentales. Esto hubiera
sido lo correcto desde un punto de vista científ ico. ¿Por qué?
Porque los niveles de fitoestrógenos varían notablemente
dependiendo de las condiciones de cultivo (tipo de suelo, clima,
ferti l izantes, etc.). Al faltar los controles apropiados, no podemos
extraer una conclusión definit iva del experimento. Aún así, el
grupo difundió una extensa nota de prensa rechazando los cul-
tivos transgénicos.
¡Las aflatoxinas
no saben a nada!
Las aflatoxinas son potentes agentes cancerígenos
producidos por algunos hongos que se encuentran en las
semillas del maíz y del maní (cacahuate). Estos hongos se
multiplican durante el período de almacenado.Aunque
hay tratamientos para aminorar el problema, siempre se
pueden detectar aflatoxinas en los productos derivados de
estas semillas. La ingeniería genética ofrece la posibilidad
de eliminar la peligrosidad de las aflatoxinas, equipando a
las semillas con una proteína que causa su inactivación.
Los cultivos transgénicos y las
recomendaciones médicas
En su reunión anual del año 2000, la Asociación Médica
Americana (AMA) ha adoptado una serie de recomendaciones
relacionadas con los cultivos transgénicos y los alimentos deriva-
dos de ellos. La AMA considera que "no hay justif icación científ ica
para un etiquetado especial de los productos transgénicos"y
también que"el etiquetado voluntario carece de valor a no ser
que se realicen campañas educativas entre los consumidores'j La
AMA opina que "la vigilancia de la agricultura biotecnológica
debería estar basada en criterios científ icos que consideren las
características de la planta, su uti l ización y el ambiente en el que
va a ser introducida. No en la metodología uti l izada para su
obtención'j La AMA respalda "los esfuerzos para el control sis-
temático de los alimentos transgénicos" así como "el seguimiento
continuado del posible impacto ambiental de los cultivos trans-
génicos'l
¿Su bebé es alérgico a la soya?
Hay muchos bebés alérgicos a la soya. Una forma de
evitar el problema es eliminar las proteínas alergénicas
de este cultivo. Científicos del USDA (Ministerio de
Agricultura de los EE.UU.) han identificado recientemente
al principal alérgeno de la soya y han conseguido elimi-
narlo mediante ingenlería genética.Tendrán que pasar
cinco años, tal vez más, antes de que puedan comer-
cializarse productos derivados de este cultivo. Mientras
tanto, muchos fabricantes de comída infantil han expre-
sado su rechazo a la soya transgénica. Dentro de unos
años los consumidores podrán elegir entre soya "natural'j
pero alergénica, y soya transgénica que no produce aler-
gias. Ellos tendrán la última palabra.
11
¿Yel medio ambiente?
La agricultura ha ido modificando el paisaje desde hace unos
5.000 años. Se han talado bosques y se han arado praderas.
Aunque el resultado pueda resultar agradable en ocasiones-los
grandes viñedos, los olivares interminables, los arrozales-se ha
perdido la diversidad de plantas y animales que hubo en otra
época. Ello no se debe a los cultivos transgénicos, sino a la necesi-
dad de alimentar a una población cada vez más numerosa y a
nuestra incapacidad para que la productividad (el rendimiento
por hectárea) aumente lo bastante deprisa. Por ello la necesidad
de suelo cultivable crece sin cesar.
El resultado es que tenemos hoy suficientes alimentos para
una gran parte de la población-el 100 o/o si supiésemos dis-
tribuirlos de forma más equitativa-y una multitud de problemas,
como la pérdida de biodiversidad, la erosión del suelo o el aumen-
to de su salinidad. La agricultura intensiva también ha provocado
la dispersión de patógenos y malas hierbas, incluso entre conti-
nentes, así como la aparición de nuevas plagas. Ninguno de estos
problemas es atribuible a los cultivos transgénicos.
Tenemos la obligación de hacer mejor las cosas. Necesitamos
una agricultura más sustentable, para que al menos algunos de
estos problemas puedan ser resueltos. Conseguir una agricultura
más productiva y sustentable a la vez requerirá grandes dosis
de ingenio.
La conservación de la naturaleza necesita que
au me nte I a p rod uctivi d ad
Resulta paradójico que los defensores de lanaturaleza se
lamenten, con razón, de la pérdida de biodiversidad y no defien-
dan con firmeza las innovaciones tecnológicas encamínadas a
incrementar la productividad agrícola. De hecho hay una relación
directa entre productividad y conservación de la biodiversidad.
La agricultura actual hace uso de todo el suelo de buena cali-
dad disponible, e incluso de suelos marginales. Sólo quedan sin
cultivar los terrenos empobrecidos, los situados en pendientes
montañosas o los que soportan condiciones climáticas poco
favorables. Si la necesidad nos l levara a tener que ut¡l izarlos, el
daño ecológico sería enorme. Para conservar su biodiversidad,
tendremos que incrementar la productividad del suelo agrícola
actual. La biotecnología puede contribuir de forma importante al
logro de este objetivo. Los cultivos transgénicos necesitan menos
fumigaciones con plaguicidas y también menos laboreo del suelo,
lo que atenuará el problema de la erosión. Pero lo verdadera-
mente importante es incrementar la productividad agrícola. Si
duplicarla requiriera duplicar la superficie de suelo cultivable,
perderíamos entonces nuestros espacios naturales. Parece mucho
más sensato que unamos todos nuestros conocimientos y tec-
nologías-simples o sofisticadas-para conseguir una agricultura
a la vez más productiva y más respetuosa del medio ambiente.
En los cultivos Bt los insectos son más
numerosos y varlaoos
Bacillus thuringiensis (Bt) es una bacteria que produce una proteína denomina-
da toxina Bt. Esta proteína ocasiona orificios en el sistema digestivo de los insectos
que ingieren estas bacterias. La agricultura orgánica uti l iza este plaguicida natural
para controlar las poblaciones de algunos insectos. Los científ icos han aislado el
gen Bt y lo han transferido al algodón, al maízy a la papa, de modo que las células
de las plantas transgénicas resultantes puedan producir la toxina. Los insectos que
se alimentan normalmente de las raíces, hojas o semillas de esas especies culti-
vadas han sufrido un serio revés. Los propietarios agrícolas salen beneficiados
porque ya no tienen que comprar tanto plaguicida. La salud de los trabajadores del
campo y de los consumidores en general también sale beneficiada. Además, los
insectos que no se alimentan del cultivo-la inmensa mayoría-ya no resultan
eliminados por las fumigaciones. De hecho, en un cultivo Bt prosperan mejor que
en un cultivo convencional.Varios estudios recientes demuestran que en los cul-
tivos Bt los insectos son más numerosos y la diversidad de especies es mayor.
Papá, Lhay genes en mi plato de comida?
"Papá, 
¿hay genes en mi plato de comida?'i me preguntaba el otro día mi hija
de 14 años. ¿Qué le diría usted? Una encuesta reciente indica que elTQo/o de los ciu-
dadanos cree (erróneamente) que su comida no tiene genes, pero que los alimen-
tos transgénicos sí. En vez de explicarle a mi hija que cada bocado de comida con-
tiene miles de millones de genes. decidí contarle una histor¡a:
"En las montañas que dominan San Cristóbal de las Casas, en Chiapas, Luis
y Jimena cuidan su pequeño campo de maí2. Son agricultores orgánicos por
obligación, porque no tienen apenas dinero para comprar ferti l izantes o plaguici-
das. Después de la recolección, almacenan las mazorcas en la parte trasera de la
única habitación de su casa, donde también duermen sus hijos. Es el lugar más
seguro.Tras recoger la cosecha de este año, Luis fue a la ciudad a comprar insectici-
da para fumigar las mazorcas. En la casa las mazorcas están a salvo de la l luvia, los
roedores o posibles robos, pero no de los gorgojos. Si Luis y Jimena no fumigan, los
insectos se comerán su maíz y dentro de seis meses habrá mas gorgojos que gra-
nos. ¿Sabes por qué? Cada hembra pone unos 100 huevos. Las larvas resultantes
excavan túneles en las semillas y, pasados 35 días, cada una se convierte en un
adulto y comienza de nuevo el ciclo. La mitad de esos adultos son hembras, así
que mul t ip l ica 50 por 50 por 50 por 50 por 50 y d ime cuánto esí le d i je a mi h i ja .
"Más de cinco millones;me contestó,"¡y basta con una pareja de gorgojos para
oue todo comience!' l
?sí es. Ahora imagina que el maíz hubiese sido modificado genéticamente con
un gen Bt para eliminar a los gorgojos. Ni estos campesinos ni sus hijos tendrían
que dormir con tanto p laguic ida en la habi tac ión ' jañadí . "¿No crees que a esos
niños les resul ta benef ic ioso tener a lgunos genes de más en su p lato?"
El etiquetado de los productos
transgénicos
El etiquetado es uno de los temas más complejos en el debate
sobre este tipo de productos. La FDA estadounidense prescribe que
los productos transgénicos deben estar sometidos a las mismas nor-
mas de etiquetado que los demás. Lo más importante es la seguri-
dad alimentaria, no el proceso de obtención. Algunos alimentos que
hayan sido obtenidos mediante manipulación genética tendrán que
llevar una etiqueta, pero no a causa del proceso de obtención. Con
la legislación actual no se requiere en EE.UU. un etiquetado especial
si el nuevo producto es básicamente equivalente a otro conven-
cional, considerando su composición, su calidad nutrit iva o la seguri-
dad que implica su consumo. Así por ejemplo, determinados alimen-
tos enriquecidos con vitaminas mediante ingeniería genética ten-
drán que llevar una etiqueta que lo indique, pero sólo porque dicho
enriouecimiento tiene relevancia nutricional. Otras modalidades de
etiquetado serán optativas. Las empresas podrán indicar asimismo
en sus etiquetas que un determinado producto no contiene ingre-
dientes transgénicos. Esto permitirá que surjan en el mercado espa-
cios similares a los ocupados hoy por los productos orgánicos o la
comida "kosher'j
¿Podemos elegir mós gracías al etiquetadoT
Hay un argumento que siempre suena bien: los consumidores
tienen derecho a elegir. El etiquetado es obligatorio en Europa,
pero no ha supuesto más posibil idades de elección. La única dife-
rencia es que algunos supermercados, preocupados por las protes-
tas, han eliminado los productos transgénicos de sus estantes. La
mayoría de los consumidores interpreta estas etiquetas en térmi-
nos de "¡peligro!" y no como una información neutral. ¿Qué habría
ocurrido si todos los productos derivados de manipulaciones en
laboratorio hubiesen tenido que llevar una etiqueta indicándolo?
Probablemente nadie los hubiese adquirido.
Los consumidores expresan a menudo su deseo de saber si la
comida contiene ingredientes "naturales" o "artif iciales'i Los hongos
que producen aflatoxinas cancerígenas crecen de forma natural en
el maní. El virus Ébola es totalmente natural. Es obvio que"natural"
no siempre significa "bueno'l Muchos procesos que no ocurren en
la naturaleza nos han llevado a mejorar nuestros cultivos durante
los últ imos cincuenta años. ¿Todos los productos derivados de esos
cultivos tienen que ser etiquetados como "no naturales"?
El etiquetado tiene también uno dimensión
económ¡ca
Si los alimentos derivados de manipulaciones biotecnológicas
tuviesen que llevar una etiqueta especial,también habría que sepa-
rarlos de los alimentos convencionales. Esto supondría un mayor
costo para todos, productores y consumidores. Por el momento la
Unión Europea (UE) exige un etiquetado especial y, desde octubre
de 1998, no ha concedido ninguna licencia nueva para la
explotación comercial de cultivos transgénicos. Esta moratoria
finaliza en octubre de 2002, pero algunos países tratan de impulsar
una nueva directiva antes de esa fecha. Los agricultores extracomu-
nitarios se quejan de que la reglamentación europea sobre etique-
tado y evaluación de riesgos les perjudica económicamente y
supone una barrera al l ibre comercio.
Muchos productos derivados de cultivos transgénicos (por
ejemplo, los aceites de semillas) no contienen los genes introduci-
dos en el cultivo, ni las proteínas codificadas por ellos. ¿Son produc-
tos transgénicos? Escribir en la etiqueta "sí"o "no" es más difíci l de
lo que parece.
La obtención reciente del"arroz dorado" representa una de las
aplicaciones más brillantes de la biotecnología vegetal. Este arroz
contiene cantidades elevadas del precursor de la vitamina A, a
partir del cual producimos la propia vitamina en nuestro organis-
mo. Para ello se manipularon algunos genes (que causan el color
amarillo de la flor del narciso), con el fin de que fuesen activos en
el grano del arroz. Por esa razón el arroz"dorado"tiene una tonali-
dad amarillenta. Lá carencia de vitamina A es un problema muy
extendido entre los países del sudeste de Asia, Latinoamérica y
Africa. El arroz constituye un alimento primordial en esos países
para sectores muy amplios de la población; con frecuencia, es el
único alimento disponible para los más pobres. La FAO estima que
unos 124 millones de niños sufren una carencia de vitamina A, lo
que se traduce en 250.000 casos anuales de ceguera. Cuando el
arroz"dorado"se comercialice, llevará una etiqueta que diga clara-
mente "alimento enriquecido en vitamina A'i
¿Es apropiada la normativa sobre productos transgénicos?
La normativa en los EE.UU.
El USDA regula el cult¡vo,transporte y propagación de las plan-
tas en general. Los cultivos transgénicos están sometidos a una
regulación especial.Como en el caso europeo,tienen que superar
una serie de controles.Se da una importancia especial a la posibil i-
dad de que los genes introducidos en una especie cultivada pasen
a otra silvestre emparentada con ella (aunque esto no es necesaria-
mente perjudicial). El USDA supervisa también la información nutri-
cional que aparece en los envases de los productos alimenticios.
En el caso de productos químicos nuevos, especialmente si son
peligrosos, la regulación corresponde a la EPA. Hace algunos años
esta agencia decidió regular los"agentes"uti l izados por la ingeniería
genética para el control de las plagas, como la toxina Bt. Finalmente,
la regulación de los alimentos (y medicamentos) corresponde a la
FDA. El objetivo primario es la seguridad alimentaría. La FDA no
discrimina según el método de obtención, por lo que no considera
a los alimentos transgénicos distintos de los convencionales. Puesto
que algunos consumidores sí lo hacen, la FDA está estudiando el
problema del etiquetado. Sin embargo, no hay evidencias de que los
productos transgénicos sean más o menos seguros que los conven-
cionales. Los científ icos creen que la regulación es ¡mportante y que
debe estar basada en evidencias rigurosas, no en consideraciones
polít icas o ideológicas.
La normativa en Europa
En la Unión Europea (UE) no puede comercializarse ningún pro-
ducto transgénico sin que haya sido expresamente aprobado siguien-
do la normativa comunitaria. En los estados miembros hay además
leyes específicas de ámbito nacional. La legislación comunitaria
establece que, con carácter general, los productos transgénicos no
deben representar ningún riesgo para la salud de los consumidores.
Debe facilitarse además información sobre las características de los
organismos modificados, el proceso de obtención de los mismos
y los métodos de supervisión del cultivo. Los estudios con plantas
transgénicas en campo abierto deben seguir protocolos experi-
mentales validados por la UE.
Por otra parte, los permisos para introducir productos trans-
génicos en el mercado tienen una validez máxima de diez años,
teniendo que ser renovados tras ese periodo.Todos los permisos
deben ser aprobados a nivel nacional y comunitario. Cualquier
estado miembro de la UE puede formular objeciones a las solicitudes
presentadas. En tal caso, un comité de expertos en el que están
representados todos los países analizará el problema y tomará
una decisión mayoritaria.
La normativa en Argentina
La regulación para la introducción y l iberación de animales y
vegetales obtenidos mediante Ingeniería Genética en Argent¡na
está a cargo de la Secretaria de Agricultura, Ganadería, Pesca y
Alimentación (SAGPyA), para lo cual recibe el asesoramiento y
apoyo técnico de la Comisión Nacional Asesora de Biotecnología
Ag ropecuaria (CONABIA/.
La normativa argentina está basada en las características y ries-
gos identif icados en el producto biotecnológico y define las condi-
ciones que deben reunirse para permitir la l iberación al medlo del
material transgénico, las cuales son tenidas en cuenta al evaluar
cada solicitud presentada y el posterior monitoreo de las pruebas.
Las autorizaciones se dan bajo reserva de la aplicación de un
cierto número de medidas de precaución. La bioseguridad de las
liberaciones está determinada por: las características del organismo,
las características agroecológicas del sit io de la l iberación y el
empleo de condiciones experimentales adecuadas. El monitoreo
posterior de los ensayos pretende evaluar el real cumplimiento de
lo presentado en las solicitudes y, accionar, en caso de ser necesario,
para aplicar medidas que eviten efectos adversos sobre el ambien-
te. Así mismo se efectuan controles de los lotes, posteriores al
momento de cosecha, buscando limitar la posible transferencia
génica a otros organismos.
Una vez concedida una autorización para l iberación al medio
de un material transgénico, podrá solicitarse un permiso de "flexibi-
l ización'iel cual permite en futuras l iberaciones al medio sólo pre-
sentar información referida a la superficie sembrada, fecha de siem-
bra, localización de la l iberación y fecha de cosecha. Sólo se hacen
inspecciones de la cosecha y la disposición final del material.
Para obtener el permiso de comercialización correspondiente,
los materiales deben además cumplir con los requisitos en cuanto a
su evaluación para uso alimentario, humano y animal.
La normativa en México
El órgano regulador en México es la Comisión Intersecretarial
de Bioseguridad y Organismos Genéticamente Modificados (ClBlO-
GEM), integrada por los titulares de las Secretarias de Estado de:
Agricultura (SAGARPA), Medio Ambiente (SEMARNAT), Salud (SSA),
Economía (SE), Educación (SEP) y Hacienda (SHCP); además del
Consejo Nacional de Ciencia yTecnología (CONACYT).
La CIBIOGEM cuya función es el establecimiento de polít icas,
reglamentos, normas, leyes, actividades intersectorlales, etc., en
materia de bioseguridad cuenta con: (1). Un Consejo Consultivo de
Bioseguridad (CCB) que es un órgano de consulta obligatorio com-
puesto por doce expertos que da recomendaciones por solicitud
expresa de la CIBIOGEM. (2).Un comité técnico (CT) que aplica e
implementa las medidas y resoluciones tomadas por la CIBIOGEM,
integrado por los Directores Generales de las diversidas Secretarias
de Estado antes mencionadas; por ejemplo: Dirección General de
Sanidad Vegetal, Sanidad Animal, etc. (3). Los subcomités especiali-
zados (SEs) conformados por expertos en diferentes discíplinas
sobre el tema, analiza las solicitudes para la importación, movimien-
to interestatal y l iberación experimental de cualquier t ipo de OGMs.
Un ejemplo de un subcomíté es el de Agricultura (SEA).
Los criterios para el análisis de las solicítudes se apegan, en
términos generales, a recomendaciones internacionales de la OCDE,
la UE, el Protocolo de Cartagena y las regionales como el Tratado
de Líbre Comercio (TLC). Uno de los principales puntos de análisis
en México se refiere al uso de OGM's y su interacción (o impacto)
con sus parientes silvestres o las variedades'triollas"sexualmente
compatibles.
Cuestiones d.e fondo
1 . SEGURIDAD. Toda la evidencia disponible indica que los cult¡vos y los productos transgénicos son
tan seguros como los convencionales. En este sentido, los expertos en nutr¡ción y otros científicos no
han encontrado nuevos problemas que resolver.
2. NORMATIVA. Los cultivos y los productos transgénicos están sometidos a una normat¡va muy
rigurosa. Su aprobación requiere múltiples controles y plazos bastante largos. Los científ icos apoyan
la existencia de esta normativa.
3. MEDIO AMB¡ENTE. No hayninguna evidencia de que los cultivos transgénicos perjudiquen o puedan
perjud¡car a nuestro medio amb¡ente más que los cultivos tradicionales.
4. BENEFICIOS AMBIENTALES. Algunos cult¡vos transgénicos requieren menos plaguicidas y otros un
laboreo menos agres¡vo, reduciendo así la erosión del suelo.Todos ellos pueden desempeñar un papel
importante en el logro de una agricultura más sustentable.
5. NUTRIC¡ÓN. En un futuro próximo,los cultivos y los productos transgénicos contendrán más vitaminas,
minerales, nutr¡entes y otros compuestos de interés. Muchos alergenos habrán sido eliminados.
6. AGRICULTORES. La mayoría está a favor de los cultivos transgénicos, porque perm¡ten reducir los
costos de producción. Los cultivos que requ¡eren menos plaguicida suelen ser los preferidos por
los agricultores,lo que nos beneficia a todos.
7. OPONENTES. Los grupos que se oponen a los cultivos transgénicos por cuest¡ones ideológicas,
fi losóficas o económ¡cas, como Greenpeace, no han aportado pruebas científ icas de su hipotético
impacto negativo sobre la salud o el medio ambiente.
8. PAíSES EN VíAS DE DESARROLLO. Los agricultores de esos países quieren acceder a la tecnología
transgénica para mejorar sus cosechas.Todos sabemos que esto no resolverá el problema del hambre.
Se trata de una herramienta más para aumentar la productividad y acercarnos a ese objetivo.

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