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FILOSOFÍA Y MATEMÁTICA EN EL SIGLO XVII: UN ACERCAMIENTO AL PROYECTO DE LA MODERNIDAD CARLOS ANDRÉS RODRÍGUEZ CORTÉS MONOGRAFÍA DE GRADO PROFESOR CARLOS B. GUTIÉRREZ DIRECTOR DE MONOGRAFÍA UNIVERSIDAD DE LOS ANDES FACULTAD DE HUMANIDADES DEPARTAMENTO DE FILOSOFÍA BOGOTÁ. D. C. 2004 FILOSOFÍA Y MATEMÁTICA EN EL SIGLO XVII: UN ACERCAMIENTO AL PROYECTO DE LA MODERNIDAD CARLOS ANDRÉS RODRÍGUEZ CORTES UNIVERSIDAD DE LOS ANDES FACULTAD DE HUMANIDADES DEPARTAMENTO DE FILOSOFÍA BOGOTÁ 2004 TABLA DE CONTENIDO INTRODUCCIÓN 1 1. LA CRISIS DE LA ESCOLÁSTICA 7 1.1 La escolástica como método 8 1.2 Aristóteles y Platón 13 1.3 La lógica aristotélica – el conocimiento silogístico 21 1.4 Antecedentes particulares de la época moderna 24 1.4.1 El pensamiento renacentista 24 1.4.2 La iglesia: autoridad o autoritarismo- La Reforma Protestante 29 1.4.3 El desarrollo de la astronomía y su influencia en la transformación de la conciencia medieval 32 2. LA AURORA DE LA MODERNIDAD 40 2.1 La crisis de la especulación medieval y la necesidad de un nuevo método 40 2.2 Un ambiente de cambio: el impulso de los modernos 43 2.2.1 Del Organon al Novum Organum 46 3. FUNDAMENTACIÓN DE LAS LEYES DEL MOVIMIENTO 53 3.1 La física aristotélica y la física moderna 53 TABLA DE CONTENIDO 4. DEL LENTE DE GALILEO A LAS COORDENADAS CARTESIANAS 68 4.1 El surgimiento de la modernidad a partir de la concepción cartesiana de la ciencia y el método 68 4.2 En matemática ha llegado todo lo lejos que puede ir la mente humana 80 BIBLIOGRAFÍA 95 LISTA DE FIGURAS Figura 1 Sistema aristotélico – ptolemaico 32 Figura 2 Descripción ptolemaica del movimiento de los planetas 34 Figura 3 Sistema copernicano 37 Figura 4 Apreciación geométrica de las leyes del movimiento en el siglo XVI 54 Figura 5 Apreciación geométrica de las leyes del movimiento en el siglo XVI 56 Figura 6 Geometrización de las operaciones matemáticas: multiplicación y división 81 Figura 7 Geometrización de las operaciones matemáticas: raíz cuadrada 82 Figura 8 Segmentos de curvas de la mismo longitud y diferente forma 87 Figura 9 Representación en el plano cartesiano de la curva: Y = 2X 88 Figura 10 Representación en el plano cartesiano de la curva: Y = X4 – 8X2 + 10 90 1 INTRODUCCIÓN La historia del pensamiento occidental ha presenciado el nacimiento de muchas corrientes filosóficas diferentes, que intentan explicar el universo que rodea al hombre. Cada una de ellas constituye un intento por entender la naturaleza, predecir sus fenómenos y expandir las fronteras del conocimiento. En busca del beneficio y del dominio de los fenómenos naturales, el hombre acogió en el siglo XVII una nueva forma de conocer el mundo provocando una aparente ruptura1 en el campo de la filosofía y de la ciencia que actualmente se conoce como modernidad. Esta empresa tuvo como eje central uno de los procesos más representativos en la historia de la filosofía; a saber, la adecuación del modelo matemático para el conocimiento de la naturaleza, lo cual trajo consigo un cambio radical en cuanto a la manera como se fundamentaba antiguamente la ciencia. Para los intelectuales del momento, ciencia y filosofía no podían seguir siendo un esfuerzo presuntuoso por explicar los misterios del mundo a partir de una intuición suprahumana o de una habilidad divina y extraordinaria, tal como sucedía en la escolástica,2 sino que 1 Permítaseme utilizar el término ruptura no en su sentido más radical, sino para dif erenciar distintos estadios de ref lexión f ilosóf ica. Renuncio a la idea de que la modernidad constituy a una nuev a época generada casi de la nada sin la inf luencia de ref lexiones y doctrinas pasadas. HABERMAS, Jurgen. Ensayos Políticos La Modernidad: Un proyecto inacabado. Madrid: Editorial Alianza, 1977. p. 266. “la modernidad expresa siempre la conciencia de una época, con contenidos cambiantes que se pone en relación con la antigüedad para concebirse a sí misma como el resultado de una transición de lo antiguo a lo nuev o”. 2 Durante los siglos XI y XII los teólogos cristianos enfocaron su mirada en las pautas intelectuales aristotélicas y aceptaron sus cánones como principios, lo cual condujo, además del origen de algunas 2 para ellos la filosofía debía encontrar su motivación en una explicación netamente racional acerca de los problemas de la vida humana. Desde el siglo XIII, la metafísica aristotélica se había convertido en el modelo de la ciencia de la edad media. Tal vez, porque Aristóteles fue el único filósofo griego de quien se conocían sus obras gracias a sus traducciones al árabe y posteriormente al latín. La obra de Platón no tuvo ese privilegio y por tal motivo no fue tan conocida. La obra de Aristóteles, en su conjunto, constituía una verdadera enciclopedia del conocimiento humano y era posible encontrar en ella, con excepción de matemáticas y medicina, múltiples aproximaciones a los saberes que constituían los intereses de la ciencia medieval; lógica, física, astronomía, metafísica, ética, psicología y política. El legado aristotélico había entrado al ámbito de las escuelas, de manera tal, que no sorprende el hecho de que en poco tiempo se haya adecuado al sistema de las escuelas y se haya arraigado en ellas inmediatamente. A ese respecto Koyré, dice: ...no es asombroso que para la segunda mitad de la edad media deslumbrada y aplastada por esta masa de saber, subyugada por esta inteligencia verdaderamente fuera de lo común, Aristóteles se convirtiera en representante de la verdad, la cima y perfección de la naturaleza humana, el príncipe di color univ ersidades como Paris y Papua, al lev antamiento de una corriente f ilosófica llamada escolástica. Durante este periodo se argumentó el origen del conocimiento sobre bases cristianas y la ciencia adoptó la lógica aristotélica como manual de uso. El impulso aristotélico f ue inmenso desde la Edad Media; posteriormente desde el Humanismo, y después en la f ilosofía de Descartes en el siglo XVII hay una reacción anti- escolástica que envuelv e a Aristóteles 3 che sano, como diría Dante. El príncipe de los que saben. Y, sobre todo, el profesor. Aristóteles enseña y se enseña, se discute y se comenta.3 La lógica de Aristóteles proponía un método de conocimiento basado en silogismos que sirvió de cimiento a la ciencia de la época escolástica.. La lógica aristotélica, que explicaba el método silogístico y pretendía dar cuenta de las cosas y de los hechos que acontecian en el mundo, partia del supuesto de que las formas de pensamiento reproducen lo que ocurre en la realidad. Durante mucho tiempo este sistema se mantuvo como modelo en el campo de la ciencia, pero posteriormente se hicieron muchas críticas las cuales afirmaban que dicho método era básicamente un método descriptivo y que su criterio de verdad solo se encontraba en la relación entre una cosa y su enunciado, razón por la cual se puso en tela de juicio su productividad y su aportación en el adquisición de nuevos conocimientos. El pensamiento de los escépticos en cuanto al conocimiento silogístico señalaba la imposibilidad de certeza en el enunciado, ya que la única verdad capaz de proporcionar, era una verdad aparente y en otros casos, simplemente inexistente.La certeza basada sólamente en el objeto no representaba un verdadero método para descubrir nuevos conocimientos, lo que desentonaba con el ascenso paulatino de la investigación científica. Durante el siglo XV se produjo entonces una enérgica crítica en contra de las escuelas y se fomentó una actitud de cambio y un aumento en la conciencia sobre las falencias que el sistema silogístico presentaba. 3 KOYRÉ, A. Estudios de historia del pensamiento científ ico. Madrid: Editorial Siglo XXI, 1978. p. 21- 22. 4 La principal necesidad que concurría en la mente de los filósofos, era encontrar un criterio de verdad más humano y menos divino, garantizado, no por la voluntad de Dios, ni por el conocimiento silogístico, sino por la razón y el intelecto humano. Era necesario dejar de contemplar el cielo de la teología medieval y dedicarse a deificar la naturaleza. Posteriormente, los modernos seducidos por Galileo se convirtieron: del dogma eclesiástico a las leyes de la geometría, transformándose en amantes de la rigidez y exactitud de la ciencia física. La reclamación de estos filósofos fue el fruto además de la conjunción de algunos hechos importantes, gestores de la <<nova aetas>>.4 Por una parte, la reforma protestante con Lutero a la cabeza y más adelante con Calvino, sentaron principios cuyo alcance superó el ámbito de lo propiamente teológico. Proclamando el principio de <<libre examen>> restaron autoridad a la iglesia en materia de fe y de moral, dejando a la conciencia autónoma del individuo, toda decisión en cuanto a creencias y tradiciones. Esta concepción luterana no sólo invadió el campo de la fe, sino que transformó también el ambiente intelectual y fomentó el deseo de cambio y renovación del ambiente medieval. Día a día la imagen de Dios era desdibujada y ya no era lo que por mucho tiempo, (en épocas más clericales, que habían encontrado misterioso y oscuro el mundo y recurrido a la fe para explicar lo que por vías netamente racionales parecía imposible) había parecido ser. Conforme se replanteaba la figura de Dios y el 4CASSIRER, E. Filosofía de la ilustración. Bogotá: Fondo de Cultura Económica.,1994. p. 17 “ en el siglo XV se inicia el movimiento literario espiritual del renacimiento; en el XVIl lega a su ápice la ref orma religiosa; en el XVII el triunf o de la f ilosofía cartesiana cambia por completo toda la imagen del mundo” 5 papel de la iglesia, se fortalecía la seguridad y la confianza en el individuo y en su capacidad de raciocinio. Por otra parte, a nivel científico, convergieron muchas renovaciones y cambios de perspectivas que revolucionaron la imagen que se tenía del mundo. Con la aparición de la revolución astronómica, se fusionaron la observación del universo y las matemáticas. En 1543 el astrónomo polaco Nicolás Copérnico publicó un libro en el que explicaba los cálculos necesarios para predecir la posición de los planetas suponiendo que la Tierra giraba alrededor del Sol, junto con Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno. En 1609 otro sabio italiano, Galileo Galilei, se enteró que en Holanda había sido inventado un tubo con lentes a cada extremo que permitía acercar y ampliar los objetos; empezó a experimentar y en poco tiempo tenía lo que conocemos como telescopio. Galilei hizo con él algo nuevo y atrevido que auguraba el nacimiento de la era moderna: lo apuntó hacia el cielo y previó los grandes progresos del futuro5. Por primera vez alguien estudiaba el cielo con algo mejor que la simple vista. Galilei observó los cráteres de la Luna, el destellante reflejo de las inéditas manchas en el Sol y pensó por un momento que era capaz de atrapar la sabiduría del cosmos y de la ciencia. El telescopio de Galileo reforzó inmensamente la concepción copernicana del sistema solar, destronó a Ptolomeo y a su sistema de la tierra como centro del universo y proclamó a su creador precursor de la ciencia y del progreso moderno. 5 Ibid. p. 17. Desde el siglo XVI los descubrimiento a niv el científico se incrementaron permitiendo un desarrollo cada v ez may or de la ciencia que a f inales del siglo XVII y comienzos del XVIII así se percibía: “La ciencia de la naturaleza adquiere día por día nuevas riquezas, la geometría ensancha sus fronteras y lleva su antorcha a los dominios de la física, que le son más cercanos; se conoce por fin, el verdadero sistema del mundo, desarrollado y perfeccionado. La ciencia de la naturaleza amplía su visión desde la Tierra a Saturno, desde la historia de los cielos hasta la de los insectos. Y con ella todas las demás ciencias cobran una nueva forma. 6 De esta manera, los grandes logros alcanzados por la ciencia y también la reforma luterana, amenazaron y posteriormente derribaron los cimientos del conocimiento silogístico-escolástico confluyendo en un periodo de cambio en la conciencia general y en un ambiente intelectual muy complejo conocido como modernidad, resultado de grandes cambios y no generado espontáneamente de manera abrupta como a menudo, de pronto en la condición de modernos, se tiende a suponer6. Uno de los protagonistas de la empresa moderna fue, sin lugar a dudas, Descartes quien aportó desde la filosofía un nuevo método que a la postre sirvió de base a todo el edificio de la ciencia desde el siglo XVII y que se mantiene aún en nuestros días. Por esta razón la tradición ha hecho justamente de Descartes el fundador de la filosofía moderna. Toda la anterior exposición de temas se hizo con el fin de llegar a este último filósofo para señalar que el propósito central de este trabajo es el de argumentar ¿Por qué su filosofía y sus conocimientos matemáticos respondieron a las exigencias de los científicos y filósofos modernos? ¿Por qué surgió la necesidad de un nuevo método científico? ¿Por qué ese método fue precisamente el de las Matemáticas? y sobre todo ¿Qué papel juega la filosofía de Descartes en todo este proceso? Todos estos son los interrogantes que se resuelven a continuación. 6 KOYRÉ, A. Op. Cit. p.9. “La historia no obra por saltos bruscos; y las netas div isiones en periodos y épocas no existen más que en los manuales escolares. ” 7 1. LA CRISIS DE LA ESCOLÁSTICA "El cami no hacia la verdad está lleno de obs táculos y sembrado de errores, y los fracasos son en él más frecuentes que los éxitos. Por ello nos equivocaríamos al olvidar el estudio de los errores : a través de ellos progresa el espíritu hacia l a verdad. " 7. A. Koyré Comunmente se ha llamado escolástica al periodo comprendido entre el siglo XI y el siglo XV y se suele dividir en escolástica temprana (1100-1200), alta escolástica (1200-1300) y escolástica tardía (1300-1450). El término escolástica se hace complejo en cuanto encierra primordialmente un aspecto metódico formal que determina un elemento característico de la ciencia medieval y designa de manera general, la forma de la ciencia de aquella época. Sin embargo, en múltiples ocasiones se ha atribuido el término escolástica simplemente a la filosofía y a la teología del medioevo, lo cual es, (a juicio propio) una visión simplista e injusta en cuanto al sentido general y la complejidad que encierra el pensamiento medieval. Si se atribuyera exclusivamente este carácter teológico-filosófico a la esencia de la escolástica, se cometería el error de pensar en la simple desavenencia entre una época y otra y, en la clasificación radicalmente diferente entre las dos. Pero no se trata aquí de ver el surgimiento de la modernidad como generación espontánea, 7 La may oría de máximas La may oría de máximas que encabezan algunos títulosde este trabajo f ueron tomadas de: ARANGO, Iván Darío. La Reconstrucción Clásica del Saber: Copérnico – Galileo – Descartes, Medellín: Editorial Universidad de Antioquia, 1993. 8 como si fuera un trazo horizontal que llegando a un punto particular cambia de dirección a gusto del dibujante y se convierte en otro vertical, pues ni el trazo horizontal representa la escolástica, ni el punto a Descartes, ni el vertical a los tiempos modernos. Sino que se trata de analizar un periodo de transición y cambio en el que hay un paulatino abandono de las tradiciones y planteamientos filosóficos existentes hasta el siglo XVI, para ser sustituídas por unas nuevas, que a su vez conllevan a la construcción de un nuevo método de conocimiento del mundo y de los objetos. Lo anterior sea dicho para diferenciar por un lado entre ruptura y cambio y de paso también, para evitar que el lector distraído piense, que (en una primera lectura de los textos filosóficos) se tiende a interpretar como simple ruptura y no como una transición. Para ilustrar mejor este proceso de cambio, es importante hacer una breve reseña de lo que fue la escolástica como método de conocimiento sin dejar de mencionar los principales aspectos que generaron su propia crisis. 1.1 LA ESCOLÁSTICA COMO MÉTODO Descartes es uno de los filósofos que propone un abandono total de las tradiciones y planteamientos filosóficos sostenidos hasta el siglo XVII generando un sentido de rechazo hacia cualquier opinión y reflexión filosófica precedente. Así, lo da a entender en la segunda parte del Discurso del Método en donde rechaza las opiniones que hasta entonces había dado crédito y decide sustituirlas por otras mejores o por las mismas, una vez las hubiese ajustado al nivel de la 9 razón "... habiendo considerado finalmente que la pluralidad de votos no vale en absoluto para decidir sobre la verdad de cuestiones controvertibles, pues más verosímil es que solo un hombre las descubra que todo un pueblo, no podía escoger persona alguna cuyas opiniones me pareciesen que debían ser preferidas a las de otra y me encontraba por todo ello obligado a emprender por mi mismo la tarea de conducirme. “8. Y en la tercera parte de su discurso dice: "… En los nueva años siguientes no hice potra cosa sino viajar de aquí para allá por el mundo, tratando más de ser espectador que actor en todas las comedias que en él se presentan a diario; y, haciendo una particular reflexión en cada materia sobre aquello que podía hacerla dudosa y dar ocasión para equivocarnos, erradicaba de mi espíritu todos los errores que podían haberse deslizado en él con anterioridad. En esto no imitaba a los escépticos, que no dudan sino por dudar y fingen permanecer siempre irresolutos; por el contrario, mi único deseo era liberarme de la inquietud y rechazar la tierra movediza y la arena con el fin de hallar la roca viva o la arcilla.“9. Aquí hay, en efecto, una ruptura hacia la tradición y las opiniones del pasado; sin embargo habrá que pensar en la siguiente posibilidad: si lo que se cambió, como veremos más adelante, fue el método de conocer, los contenidos o mejor, los problemas de los cuales se ocupaba la filosofía en la edad media, seguían siendo 8 DESCARTES, R. Discurso del Método, Dióptrica, Meteoros y geometría. Madrid: Ediciones Alf aguara S.A., 1981. p. 14. 9 Ibid p 22 10 los mismos, al menos en gran parte, y habían aparecido ya en pensadores medievales. y en esa medida es probable cierto grado de perennidad. Según esto, Koyré afirma que: "...a pesar de las apariencias, hay una verdadera – y profunda- continudad entre la filosofía medieval y la filosofía moderna. Descartes y Malebranche, Spinoza y leibniz, muy a menudo no hacen más que continuar la obra de sus predecesores medievales“10. Por otro lado, frente al ambiente de la teología, la literatura de finales del medioevo sugiere una reacción de descontento y repulsión hacia toda la tradición escolástica de manera lapidaria, especialmente hacia la autoridad de la iglesia. Soto lo manifiesta diciendo: "La edad media es ese túnel vacío, es ese punto medio que ni siquiera sirve de transición entre la antigüedad y la modernidad. Por eso, presos de esta racionalidad, podemos pensar en el grito de Juan Meslier, cuyo “Mi Testamento” publica Voltaire en forma póstuma y que literalmente dice: Es necesario estrangular al último rey con los intestinos del último sacerdote“11. 10 KOYRÉ, A. Op. Cit.p. 16. 11 SOTO POSADA, Gonzalo. La Nuev a Edad Media: Una Aproximación Posmoderna al Medioev o. En El Trabajo Filosóf ico de Hoy en el Continente. Bogotá: Editorial ABC Ltda., 1995. p.340. También Soto Posada cita a Meslier describiendo el Mundo Mediev al de la siguiente manera: “En lo alto, una muchedumbre de bellacos hipócritas y f astuosos, cubiertos de seda y piel, quitaban a los pueblos, un poco por la f uerza y un poco por el engaño, bienes, paz, libertad y v ida. El hampa jactanciosa coronada o mitrada encadenaba a las gentes y querían que todos pensasen y hablasen y obrasen según agradaba a su capricho o servía a su v entaja; se v eía por todos los caminos millares de inocentes atribulados, perseguidos, desmochados, descuartizados por orden de Su Majestad el Rey cristianismo. Y los sacerdotes, para percibir el salario de la traición y tener asiento en el banquete y parte en el botín, predicaban a los pobres la renuncia a la riqueza, a los esclav os la virtud de la obediencia, a los débiles la obediencia a los poderosos. Los bisbiseadores de gabán negro no eran menos que los f anf arrones de casaca argentada. El pueblo acobardado padecía y callaba y el rey entre tanto cubría de oro y de babas a sus amantes, y los prelados así mismo tenían báculo y extendían el saco, un ojo en la sacristía y el otro en el burdel. Detrás del rey v enía el hacha del verdugo, detrás del sacerdote el tenedor de los diablos, uno y otro oprimían con ay uda de temor y se aprovechan del terror casi universal para quitar a todos lo que Dios a todos les había prometido”. 11 En este sentido, se piensa en la emancipación respecto a otros tiempos, a causa del desprecio hacia el pasado, como la primera causa de la época moderna. Esto puede ser verdad; sin embargo, el énfasis que propone este acápite titulado la crisis de la escolástica se encuentra en la opinión general por aquel tiempo predominante, de que el método de la ciencia imperante en la escolástica, frustraba el conocimiento humano y encerraba al hombre en un mundo predestinado por los designios divinos a comportarse según las normas de la iglesia. El conocimiento de la naturaleza y de sus fenómenos en la edad media era limitado, y no permitía conocer a fondo el funcionamiento de las cosas ni tampoco las causas o principios de los fenómenos naturales. El conocimiento cualitativo o descriptivo de la realidad que proporcionaba el método silogístico, el único posible en ese entonces, limitaba el desempeño científico por brindar sólamente descripciones de los objetos. La escolástica entendida como método, tiene íntima relación con el papel de la iglesia, pero va más allá del simple vínculo entre lo filosófico y lo cristiano. Los escolastas procuraban fundamentar teóricamente la concepción religiosa del mundo y por eso al entender la escolástica como método científico, se materializa una exigencia propia de la especulación medieval; a saber, la importancia que se debe conceder a la tradición y la autoridad. A ese respecto Heidegger dice: "....debido al cristianismo, la auténtica posesión de la verdad ha sido trasladada a la fe, a la consideración de las escrituras y a la doctrina de la iglesia como verdaderas. El supremo conocimiento y doctrina es la teología, 12en tanto que interpretación de las divinas palabras de la revelación plasmada en las escrituras y proclamada por la iglesia. Aquí conocer no es investigar sino comprender correctamente la palabra que establece la norma y la palabra de las autoridades que la proclaman. Es por ese motivo por lo que, durante la Edad Media, en la adquisición de conocimiento adquiere la supremacía la explicación de las palabras y las opiniones doctrinales de las distintas autoridades 12. En el medioevo la escolástica llegó a su apogeo en virtud de postergar la sabiduría de la ciencia y del conocimiento científico, destinado al campo de lo mundano y lo pagano. El desarrollo científico del hombre ocupaba, en relación con la sabiduría de la revelación de las escrituras y la divina voluntad de Dios, un lugar inferior. Durante la escolástica quien pretendía ejercer la ciencia, debía antes que nada, apropiarse del conocimiento teórico que ofrecían los textos del pasado, como por ejemplo los de Aristóteles, lo cual se entendía como una conexión hacia el pasado. Dicho vínculo estaba influido por las decisiónes de la iglesia sobre cuáles deberian ser los textos a seguir y cuáles no, puesto que las doctrinas practicadas por los “científicos medievales” no podían ir en contra de los principios cristianos ni estar por fuera de la cosmovisión de la iglesia. Por tal motivo, la teoría que contó con el aval de la iglesia fue la aristotélica que se acomodaba en gran medida a los requerimientos de la misma. Hasta las primeras décadas del año 1100 tan solo se conocían de Aristóteles el escrito de las categorías y De interpretatione, además de los comentarios hechos 12 HEIDEGGER M. La época de la imagen del mundo. Buenos Aires: Editorial Caminos de Bosque, 1968. p.68. 13 por Boecio. Después de 1130 se agregó la lógica nova a la llamada lógica vetus gracias a las traducciones hechas por Jacobo de Venecia. De esta manera se completó lo que se conoció como el Organon completo. Hacia finales del siglo XII se establecieron estos escritos de lógica bajo el nombre de logica antiqua. La obra completa de Aristóteles se dio a conocer en el mundo medieval entre la segunda mitad del siglo XII y la primera del siglo XIII y se sumaron al conocido Organon los escritos sobre metafísica, física, sicología y ética. Con todo el compendio de la obra de Aristóteles listo para ser estudiado, la recepción en las universidades de la lógica Aristotélica se produjo rápidamente (especialmente en la de París), y en poco tiempo el pensamiento de Aristóteles pasó a ser el modelo de la ciencia, la filosofía y la ética. 1.2 ARISTÓTELES Y PLATÓN La lógica de Aristóteles resulta inseparable de su actitud crítica frente a su maestro Platón y de una concepción de la realidad basada en el mundo y clasificada de realista. Mientras que Platón separaba las ideas de la realidad confiriéndoles un estatuto autónomo en un mundo perfecto y divino diferente al mundo del movimiento en que vivimos, Aristóteles afirmaba que si bien las ideas existen en el pensamiento humano, tienen un fundamento en la realidad sensible. La filosofía de Platón se fundamentó en la refutación de dos corrientes de pensamiento. Por un lado el idealismo de los eleatas, recibido de Parménides y por el otro, el realismo Jónico que provenía del principio de Tales, que encontraba en el agua el origen de todas las cosas. 14 Los eleatas sostenían la unidad del ser negando los fenómenos y el movimiento. Por su parte los Jónicos admitían la pluralidad de fenómenos, a los cuales oponían la unidad del principio. Tal unidad podía ser el agua como lo aseguraba Tales de Mileto, o el fuego según Heráclito. Platón refutaba ambas teorías; si todo cambia, tal y como lo sostenían los eleatas, la ciencia es imposible debido a que no hay ciencia de lo mudable13. Para Platón la ciencia debe siempre fundamentarse sobre bases permanentes. La reflexión filosófica de Platón parte de su rechazo hacia la opinión común (doxa) como valor cognoscitivo, puesto que sus juicios pueden ser verdaderos o falsos ya que se basan en los datos de la percepción sensible, la cual puede ser cambiante o mutable. Un conocimiento cambiante no es un verdadero conocimiento y por lo tanto un conocimiento verdadero, para ser tal, implica que sea necesario y universal aprehendido mediante la razón14. El proyecto filosófico de Platón es por tanto, encontrar un fundamento ontológico para los juicios que se constituyen en un conocimiento verdadero. Detrás de las apariencias cambiantes, Platón buscaba realidades necesarias, absolutas e inteligibles, un mundo perfecto de ideas, que fueran la base de la objetividad y de la necesidad lógica del saber. En el Parménides se desarrolla claramente la tesis de la existencia necesaria del mundo de las ideas: “…sin embargo, Sócrates –continúo Parménides-, si, por las anteriores dificultades y otras similares, alguien no admitiese la existencia de las Ideas de 13 ONIEVA, A. Platón, Estudio y Antología, Madrid: Editorial Compañía Bibliográf ica Española S.A., 1964 p. 73 14 J. PRUNES, A. Realidad, ideas y verdad en Platón. En: El problema de la v erdad, Buenos Aires: Editorial Biblos, 1998 p 59 15 las cosas o no distinguiese una Idea determinada en cada coso, no tendría hacia dónde dirigir su pensamiento, ya que no admite que la Idea de cada cosa permanezca siempre la misma. Con lo que se destruirá enteramente el poder de la dialéctica.”15 Para Platón el conocimiento depende de la existencia del mundo de las ideas donde se encuentran todas las verdades a las que se accede por medio del pensamiento. Un verdadero conocimiento era para Platón aquel capaz de dar razón acerca de algo y de justificar las razones por las cuales se entiende que algo es verdadero. A partir de estos planteamientos Platón encuentra realidades absolutas en un mundo de ideas inteligibles revelando así, un realismo ontológico, pues no es la subjetividad la que constituye la ciencia sino un saber a priori e independiente al mundo de los fenómenos y la realidad sensible: una racionalidad objetiva que justifica este saber16. En busca del conocimiento verdadero Platón expone la necesidad de un método llamado dialéctica, por medio del cual, el pensamiento puede acceder al mundo de las ideas17 en forma de diálogo de manera que permite, en el proceso de pensar, hacer presente la realidad pensada. 15 PLATÓN Parménides. Madrid: Editorial Alianza S.A. 1987. 135c p. 69 16 Ibid. p. 60 17 “ más para ello es preciso, primero pasar del mundo sensible al inteligible y, en este, el alma –nous- contempla las ideas y sus relaciones”. Ibid. p. 62. Con respecto al método dialéctico y su necesidad: “Tal se nos muestra –dije-. Y has de saber Glaucón, que a mi parecer, con métodos tales como los que ahora v enimos empleando en nuestra discusión no v amos a alcanzar nunca lo que nos proponemos, pues el camino que a ello llev a es otro más largo y complicado; aunque éste quizá no desmerezca de nuestras pláticas e inv estigaciones anteriores.” PLATÓN, República, Barcelona: Editorial. Altaya S.A., 1993 p. 193 IV 435d. Y también: “Decíamos (con respecto a la anterior cita), creo y o, que para conocer con la mayor exactitud posible éstas cualidades había que dar un largo rodeo al término del cual serían vistas con toda claridad; pero existía una demostración, afín a lo que se había dicho anteriormente, que podía ser enlazada con ello. Vosotros dijisteis que os bastaba y entonces se expuso algo que, en mi opinión, carecía de exactitud; pero si os agradó, eso sois vosotros los quienes lo habéis de decir.” p. 307 VI 504b 16 Tal como se afirma en la república: “ …cuando se ha discutido en discusionesgenerosas entre interlocutores en los que ni las preguntas ni las respuestas son inspiradas por la mala fe estalla sobre el objeto dado, la luz de la sabiduría y la inteligencia con la máxima intensidad que soportan las fuerzas humanas” 18 Platón entendía la dialéctica como un método que consiste en conversar con otros, pero también consigo mismo, hasta que, sobre cada uno de los puntos de la materia discutida, se halla llegado con pasos muy ordenados a un consentimiento efectivo entre sí y consigo mismo acerca de lo que se investiga19. Este consentimiento permitía avanzar y progresar entre acuerdos similares para llegar finalmente a la verdad. Al respecto Platón expone lo siguiente: “… pues bien, aprende ahora que situó en el segundo segmento de la región inteligible aquello a que alcanza por sí misma la razón valiéndose del poder dialéctico y considerando las hipótesis no como principios, sino como verdaderas hipótesis, es decir, como peldaños y trampolines que la eleven hasta lo no hipotético, hasta el principio de todo; y una vez halla llegado a éste, ira pasando de una a otra de las deducciones que de él dependen hasta que de ese modo descienda a la conclusión sin recurrir en absoluto a nada 18 Carta VII, 344b. Tomado de: Op. Cit. Realidad, ideas y v erdad en Platón p. 62 19 la Dialéctica respondía según Platón a la posibilidad de encontrar v erdades indudables, pero más allá de un proceso simple y accesible a todas las personas constituía una tarea ardua y complicada que requería del ejercicio y el perfeccionamiento continuo. Así se puede apreciar en el Parménides: Op. Cit Parménides 136c p. 71 “…habrá que examinar las consecuencias que se siguen con respecto a sí mismo y con respecto a cada una de las otras cosas que hayas elegido, luego con respecto a muchas y f inalmente a todas; y también a los otros con respecto a sí mismos y con respecto a otro que ocasionalmente hayas elegido, tanto en el caso de que, puestos a suponer, se suponga que es, como que no es, si realmente tienes intención de conocer lo v erdadero. Es una tarea interminable, Parménides –dijo Sócrates-, y7 no sé si la entiendo bien …” 17 sensible, antes bien, usando solamente de las ideas tomadas en sí mismas, pasando de una a otra y terminando en las ideas”20. El mundo sensible es, de acuerdo con Platón, el conjunto de entidades y realidades particulares cambiantes y múltiples, que se ofrecen a los sentidos, mientras que el mundo de las ideas esta conformado por entidades universales, eternas e inmutables que están más allá del tiempo y del espacio, y que se conoce mediante la parte más excelente del alma: la racional. Aristóteles, por su parte, sostiene que la teoría de las ideas se origina de la necesidad de definir la esencia de las cosas. Al definir una esencia, se contiene el concepto general o universal de ésta. Los platónicos le otorgaron a las esencias el status de “Ideas” admitiendo como tales todo lo que se afirma universalmente. Aristóteles no admite el carácter separado de las esencias puesto que si las Ideas son esencias que existen separadamente de las cosas, entonces tendrían existencia independiente. Según Aristóteles si las esencias de las cosas están separadas de éstas, entonces no son propiamente sus esencias: “ …Además parece imposible que la substancia esté separada de aquello de lo que es substancia; por consiguiente , ¿cómo podrían las ideas siendo substancias de las cosas, estar separadas de ellas?” 21 Aristóteles no rechaza toda la teoría de las Ideas de Platón, sino la existencia separada de éstas. Por lo demás, es fiel a la línea de pensamiento platónico de 20 Op. Cit. , República VI p. 511b p. 320 21 ARISTÓTELES. Metafísica, edición trilingüe Madrid: Editorial. Gredos S.A. p. 70 99 1 b 18 que la ciencia verdadera es aquella que se centra en lo general y lo universal en la búsqueda de la esencia común. Para Aristóteles, la esencia se encuentra en las cosas mismas y no separada de ellas. Tanto para Aristóteles como para Platón, la ciencia conoce formas o esencias (eidos). Pero para Aristóteles, el reconocimiento de esas esencias como ideas, entes inteligibles trascendentes, que existen separadas de las cosas y los objetos, constituía un problema insuperable22. Según Aristóteles la teoría de las ideas duplica innecesariamente las cosas a explicar: “… En cuanto a los que ponen las ideas como causas, buscando en primer lugar comprender las causas de los entes que nos rodean, adujeron otros iguales en número a éstos, como si uno, al querer contar, creyera no poder hacerlo siendo pocas cosa, y contara después de hacerlas más numerosas “ 23 También Aristóteles sostenía que la hipótesis de las ideas no constituye una verdadera explicación de las cosas sensibles pues “afirmar que las especies son paradigmas y que participan de ellas las demás cosas son palabras vacías y metáforas poéticas“ 24 Por otro lado , Aristóteles contradice a Platón cuando en el Fedón afirma que las ideas son causas del ser y el devenir de las cosas sensibles. Precisamente las ideas por ser estáticas e inmutables no pueden explicar el cambio: “… pero en el Fedón se dice que tanto del ser como el devenir son causas las espacies; sin 22 MERLO. A. Realismo y verdad en Aristóteles. En Op. Cit El problema de la verdad p. 69 23 Op. Cit Metafísica p. 64, 99 O b 24 Ibid P 68, 99 1 a 19 embargo, aunque existan las especies, no se producen las cosas participantes si no existe lo que será motor (la causa motriz o eficiente)” 25 De esta manera los problemas que sobresalen en la crítica de Aristóteles a la filosofía de quien por mucho tiempo fuera su maestro, se producen al considerar los fundamentos de inteligibilidad de las cosas, debido a la separación entre lo sensible y lo inteligible. Aristóteles propone una alternativa para dar solución a las falencias que representaba la filosofía platónica. Dicha alternativa consiste en remplazar los entes inteligibles por un principio de inteligibilidad y de ser inmanente a las cosas26. La cosas que percibimos a través de los sentidos están compuestas de materia y de forma, aseguraba Aristóteles27. La materia, es aquello de lo que esta hecho el objeto, por ejemplo, el bronce constituye la materia de un busto, de la misma manera que la madera constituye la materia de una mesa (por supuesto una mesa de madera). Por su parte la forma es la determinación esencial de la cosa, o en otras palabras, lo que hace que el objeto sea ese objeto; en este caso un busto o una mesa. 25 Ibid p. 70, 99 1 b 3. También se encuentra alusión a este tema en 99 2 a 25: “en suma, siendo así que la sabiduría busca la causa de las cosas manif iestas, hemos descuidado esta causa (pues nada decimos acerca de la causa de donde procede el principio de cambio), y, crey endo decir la substancia de ellas (de las cosas manif iestas), af irmamos que hay ot6ras substancias; pero, al querer explicar cómo pueden éstas ser substancias de aquéllas, decimos f rases v acías”. 26 Parte de la argumentación fue tomada de: Op. Cit El problema de la v erdad p. 70 27 Un principio de inteligibilidad puesto en las cosas mismas y que percibimos a través de los sentidos es lo que f undamenta en últimas el porque de la af irmación de que el método silogístico solo brindaba un conocimiento descriptiv o o cualitativ o de la f orma y la materia de las cosas. 20 Si llegáramos a fundir el busto para hacer con su materia; es decir con el bronce, un escudo, podríamos sostener de acuerdo con Aristóteles, que la materia (el bronce) permanece y que lo que cambia es su forma. Si antes observábamos un busto ahora observamos un escudo.Lo que hacia ser busto al busto no era su materia sino su forma, puesto que la misma materia la tenemos ahora bajo otra forma. En este sentido la materia es indeterminada e incognoscible y la forma es el principio determinante que brinda a un objeto su propio ser y en esa medida también su unidad; puesto que hace que el bronce sea una cosa en particular. Esto constituía para Aristóteles el principio de inteligibilidad anteriormente mencionado el cual podría resumirse de la siguiente manera: conocer una cosa es conocer su forma y definirla es presentar el enunciado de su forma. Conocer algo es conocerlo en tanto es algo, en tanto posee una forma28 Materia y forma no eran reconocidas por Aristóteles como cosas ni tampoco como clases de cosas; estas representaban principios ontológicos de los entes sensibles que no podían existir por separado puesto que todo ente es un compuesto de materia y forma y a su vez, las formas de los entes sensibles solo son en la medida en que se realizan en una cierta materia. Por supuesto, esto es en resumen una de las cosas que contraponen la filosofía de Aristóteles con la de Platón29, pero representa en todo caso una revaloración filosófica acerca de lo que se puede conocer y la manera como se pueden llegar a conocer los entes sensibles. Por tal motivo, la visión de Aristóteles en cuanto al 28 Ibid p. 70 29 El objetivo en esta parte no es elaborar un análisis detallado del contenido de la f ilosofía de Aristóteles. Solo se muestra una manera de entender una refutación de la teoría del mundo de las ideas de Platón por parte de Aristóteles. 21 conocimiento de los entes, es una visión que se determina a partir de la manera como se presentan en la realidad sin necesidad de recurrir a un mundo complejo de ideas tal como lo mantenía la doctrina platónica. 1.3 LA LÓGICA ARISTOTÉLICA – EL CONOCIMIENTO SILOGÍSTICO La física en la época de la escolástica estaba constituida por dos grandes obras de Aristóteles: El tratado del cielo y la Física. Esta última fue escrita entre el 335 y el 332, mientras Aristóteles se encontraba en Atenas. Sin embargo en la Lógica ya se enunciaba el contenido de la Física. El voluminoso trabajo de Aristóteles tiene ante todo un gran valor histórico, pues en él, se refleja la experiencia científica de toda una época, ansiosa de encontrar en esta materia una explicación definitiva. La ciencia aristotélica busca el conocimiento absoluto. A partir de definiciones y de principios deduce una serie de proposiciones rigurosamente encadenadas para desembocar en la construcción de un edificio perfectamente lógico30. La aprobación de tan maravilloso compendio teórico en el estudio de la cultura medieval suponía la aprobación de la autoridad eclesiástica, pero tal aval no se consiguió sino después de un largo proceso; sólo después de revalorar, reinterpretar y, en algunos casos de corregir algunos de sus escritos. 30 Esta es una referencia a los silogismos. 22 En las instituciones científicas medievales los docentes eran clérigos y estaban atados a su fe y a la doctrina de la iglesia, lo cual condujo a que los textos de Aristóteles fueran prohibidos durante un largo periodo de tiempo, debido a que sus interpretaciones fueron consideradas en algunos casos, como contradictorias frente a la ortodoxia cristiana en lo referente a la doctrina de la creación a partir de la nada, la inmortalidad del alma y la doctrina de la divina providencia. Fue así como se prohibió en 1210 impartir lecciones sobre los libri de naturali philosophia de Aristóteles y posteriormente en 1215 se prohibió también su metafísica. En 1231 Gregorio IX, el Papa actual, confirmó la prohibición pero con la siguiente aclaración: “hasta que sean corregidos”. Los postulados de la filosofía aristotélica y todas sus obras conocidas, fueron cuestionados hasta que una nueva interpretación de los mismos permitió que se incorporaran al plan oficial de estudios. Tomás de Aquino tomó la concepción aristotélica y la asoció estrechamente a la revelación judeocristiana. Gran parte del mérito en esta nueva interpretación se debe al trabajo de este personaje, quien logró que la filosofía adquiriera autonomía y, a la vez, que ocupase necesariamente un sitio preferente en el edificio de la teología. El estudio de los escritos de Aristóteles pasó del estadio de lo prohibido al de la obligación una vez reformulados y reorientados los principios de su teoría. Luego de su corrección, Aristóteles se convirtió en el representante por excelencia de los filósofos y su doctrina en emblema de la ciencia. El conocimiento que procuraba el aristotelismo constituyó una ciencia capaz de responder preguntas acerca de la naturaleza y de proveer una interpretación del mundo bajo la perspectiva de la teología pero con un carácter cientificista. 23 Para Aristóteles la realidad podía entenderse y predicarse a partir de un sistema lógico de deducción llamado silogístico que consistía en determinar cuáles son las condiciones generales en que, de unos juicios que afirman si el predicado es o no inherente al sujeto y que se presentan en calidad de premisas de una conclusión, se sigue o no, necesariamente a una consecuencia determinada. El conocimiento que proporcionaba este sistema consistía básicamente en una descripción en tanto que solo proporcionaba inferencias cualitativas acerca de las cosas materiales que existen en la realidad. Este carácter descriptivo se convirtió en la principal crítica a la ciencia medieval; dicha crítica estaba dirigida a señalar cómo a través de los silogismos no se producía ningún avance en el campo del conocimiento científico. En ese sentido el conocimiento adquirido mediante la aplicación de los silogismos era solo un conocimiento supuesto y aparente. Lo que representaba este sistema lógico, era la comprobación de algo que de antemano ya se tenía como cierto y no, una verdadera herramienta útil de conocimiento sobre la naturaleza. Por todas estas cosas, la opinión generalizada y compartida por algunos filósofos, como Descartes, a puertas de la modernidad, era precisamente la ineficacia de este sistema al no alimentar con contenidos siempre útiles y nuevos, el inquieto espíritu científico del hombre moderno. De esta manera lo expresa Bacon: “… Pues en la lógica vulgar casi todo el esfuerzo se consume en el silogismo. Mas los dialécticos no parece que hayan pensado seriamente apenas acerca de la inducción; transmitiéndola con una leve mención y acordando apresuradamente las fórmulas de la disputa. Yo, en cambio, rechaso la demostración por el 24 silogismo porque procede un tanto confusamente y saca la naturaleza de las manos (…) el silogismo consta de proposiciones, y las preposiciones son palabras y las palabras son signos y señas de las nociones. Así pues, si las nociones mismas de la mente (que son como el alma de las palabras, y base de toda su estructura y fábrica), estan extraídas mal y a la ligera de las cosas, y son vagas y no b ien definidas, y limitadas; y finalmente, viciosas de múltiples maneras, todo cae por el suelo. Así, pues rechaso el silogísmo.“ 31 En suma, el conocimiento silogístico fue caracterizado por mostrar interés en la apariencia de las cosas y en sus cualidades sensibles, más no por procurar un análisis profundo de las mismas que permitiera su conocimiento a cabalidad. El pensamiento de los filósofos contradictores del Aristotelismo, era que una vez obtenido este conocimiento abarcante de las cosas, sería fácil dar el siguiente paso: poner al hombre por encima de todas las cosas, al único ser que tiene la capacidad de transformarlas a su antojo y de sacar el máximo beneficio de la naturaleza. De hecho, se debe tener encuenta que el objetivo de Descartes no era pasar a la historia como el primer filósofo moderno, sino convertirse en el descubridor de un método científico capaz de facilitar el conocimiento del hombre y de la naturaleza. Él pensaba que existían dos tipos de conocimientos privilegiados: el de la medicina, capaz de lograr el bienestar del hombre al vivir con salud y así disfrutar la vida, y el del conocimiento tecnológico que permitiría reducir la carga de trabajo. Con estos objetivos en mente, siguió Descartes sus reflexiones convencido de la nacesidad de un nuevo método y de la importancia que tendría el modelo de proceder de las mátemáticas en su incorporación. 31 BACON. F. Novum Organum, Buenos Aires: Editorial Lozada, S.A., 1961. pp. 53, 54 25 1.4 ANTECEDENTES PARTICULARES DE LA ÉPOCA MODERNA 1.4.1 El pensamiento renacentista. Con el Renacimiento se inicia un proceso de secularización que va creando las condiciones para el deterioro del papel predominante que durante siglos mantuvo la Religión en la manera de actuar y de pensar de los seres humanos. Desde entonces y de forma creciente, el hombre no solo se enfrenta con nuevas fuerzas a los problemas “naturales” que antes asumía como voluntad de Dios, sino que asume su cuerpo y el mundo que lo rodea como algo más que un Valle de Lágrimas32. El enorme empuje creativo del Renacimiento pronto logró un impulso cada vez más acelerado que resultó volcando el interés de las personas en la curiosidad científica. Entre los grandes financieros y comerciantes surgieron tutores que patrocinaron estudios al margen de los realizados en los centros escolásticos. La teología que había sido la disciplina representativa de la edad media dió paso al humanismo. Mientras que aquella hacía de Dios el objeto primordial de sus estudios, el humanismo fijó el centro de atracción en el hombre y, por extensión, en toda la naturaleza. Intentaba implementar el respeto por la dignidad humana y se preocupaba por el bien de los hombres, por su desarrollo multilateral y por crear condiciones de vida sociales favorables para el individuo. Es así como el humanismo ocupó en el siglo XV un lugar muy destacado en la ideología de las clases burguesas que luchaban contra el feudalismo y las concepciones teológicas del medioevo. Proclamaba la libertad del ser humano y 32 En la edad media era común pensar la v ida en la tierra como un paso obligado en el camino hacia la salv ación en el cielo, lleno de suf rimientos y padecimientos debido a la sumisión ante los dogmas de la iglesia. 26 combatía el ascetismo religioso. Se manifestaba en defensa del derecho del hombre al placer y a la satisfacción de las necesidades terrenas. Este movimiento inscrito en el contexto renacentista llevó a una época diferente, en la cual el hombre parecía poseído de una actitud positiva y de un ánimo juvenil que lo impulsaba a realizar nuevas experiencias en busca de lo nuevo y lo desconocido por todos los rumbos. Durante el renacimiento los hombres se sentían inquietos, perplejos e indecisos ante la prodigiosa abundancia de hechos que llegaban y se recogían de todas partes. Con intrépida curiosidad ojeaban los libros de la antiguedad y se sentían motivados por cuestionarlos y aprender de ellos. También durante los viajes y las observaciones hechas en ellos en busca de lo nuevo y lo raro; de plantas exóticas, costumbres extrañas y religiones diferentes, se incrementó el apetito renacentista por el conocimiento de lo desconocido y por una nueva comprensión del mundo. De esta manera, la vida pausada y la sumisión por lo establecido durante la edad media, fue paulatinamente reemplazada por una agitación tumultuosa y un anhelo de innovación. Entre otras cosas, el renacimiento descubre la imprenta que trae como consecuencia el rompimiento del lazo de rígida subordinación del alumno al maestro en cuanto intérprete del texto, permitiendo un diálogo a solas con los libros que, multiplicado por miles de copias, ponía nuevas ideas en circulación descubriendo finalmente la infinitud y la homogeneidad del universo. Haciendo referencia a lo anterior, Romero afirma que: “…El nuevo sentido de la individualidad se convierte automáticamente en una intensificación de las fuerzas del individuo, en una ampliación de su horizonte 27 en el conocimiento y en la acción. Se inicia, aunque no muy definida todavía, la concepción de la historia como un proceso creador, y el hombre empieza a sentirse dueño y responsable del mundo “ 33. De ahí que, el dirigir la mirada hacia autores antiguos, daba el sentimiento de haber hallado una cultura jamás imaginada en occidente. El descubrimiento del nuevo mundo, de la pólvora y del cañón además de la confianza en las santas escrituras, enorgullecían a Europa y la hacían sentir triunfante. El renacimiento es sin lugar a dudas, una época crucial e importante para comprender el desarrollo del pensamiento moderno. La importancia del humanismo, el descubrimiento de la imprenta, el desbordado interés hacia el estudio de la naturaleza y las inquietudes que despertó la reforma protestante junto con el paulatino debilitamiento del sistema feudal, hacen del Renacimiento una época enciclopédica y fecunda para la preparación de los espíritus hacia el encuentro de nuevas explicaciones y nuevas respuestas acerca de los grandes enigmas del universo. Los hombres sabios del Renacimiento siempre estaban dispuestos a partir en busca de nuevas experiencias y nuevos conocimientos. Por tal motivo por toda Europa se multiplicaron los centros de vida intelectual abiertos a los nuevos espíritus. A los príncipes les encantaba rodearse de personas sabias y eruditas que alimentaran su conocimieto, les financiaban la publicación de sus libros, 33 ROMERO, Francisco. Historia de la filosofía moderna. México: Editorial Fondo de Cultura Económica, 1959. p. 10. 28 apoyaban económicamente los proyectos de fabricación de instrumentos científicos y en otros casos, organizaban y ordenaban la implementación de bibliotecas. Las universidades también fueron receptoras de esta innovación intelectual descubridora. Se crearon cátedras especiales, colecciones de historia natural y de jardines botánicos. En fin, se crea un espacio adecuado para que florezcan las nuevas ideas en una plataforma de cambio y mejora contínua. La ciencia renacentista nace en contra del intelectualismo aristotélico buscando en la antiguedad la manera de corregir o contradecir a Aristóteles. Ptolomeo, que no era aristotélico, nunca fue tan educado y preparado como Copérnico, quien se dedicó a refutarlo en nombre de los astrónomos pitagóricos. Los textos de Pitágoras al igual que Platón y los neoplatónicos, fueron masivamente traducidos hacia la segunda mitad del siglo XV y estudiados con gran atención. No obstante, esta revolución antiaristotélica se desarrolló en el seno de una sociedad que tenía categorías de pensamiento basadas en contenidos aristotélicos, por lo cual el cambio se originó en medio de contrariedades. Irónicamente muchos de los aristotélicos consagrados y fieles a su maestro van progresivamente derrumbando la coherencia de su pensamiento, el cual se hacía muy difícil de comprender. Estos sabios renacentistas nunca perdieron la preocupación por lo útil y por la acción. El gusto por lo concreto y comprobable contribuyó al rechazo del sistema Ptolemaico. Su interés por la acción práctica e inmediata dirigió la actividad de algunos hombres que ya no se preocupaban por Aristóteles y sí por la mecánica que les resultaba más benéfica y eficaz. 29 El principal objetivo renacentista en el campo de la ciencia era sustituir la antigua racionalidadaristotélica por otra completamente opuesta. Mientras que los aspectos místicos y dogmáticos anteriores condujeron a una mirada irracional sobre la naturaleza, los planteamientos renacentistas trataron de ser cada vez más exactos y precisos. Pero después de haber contribuido a la destrucción del orden antiguo y dotado a la ciencia con valiosos conocimientos, el Renacimiento resultó incapaz de concretar y crear un nuevo orden lo cual condujo a Europa a una de sus mayores crisis intelectuales. El proyecto renacentista centró su interés en los planteamientos de Galileo quien desarrolló ese nuevo sentido necesario para la construcción de paradigmas verdaderos de conocimiento, basados en la idea de la naturaleza escrita en lenguaje matemático. Este nuevo sentido es el que tendría connotaciones realmente revolucionarias, puesto que es esa nueva concepción matemática la que iría a permitir reemplazar la antigua concepción de una naturaleza de substancias y cualidades por una integrada de fenómenos observables, manipulables y cuantificables. 1.4.2 La iglesia: “ Autoridad o Autoritarismo” – La reforma protestante. Hasta aquí se han expuesto brevemente, algunos de los factores que convergen en la generación y el desarrollo de una nueva filosofía con contenidos siempre útiles que demostrarían el alcance del espíritu humano y sus verdaderas capacidades. Pero propiamente en el campo de la filosofía los cambios no se produjeron estrictamente a partir del cuestionamiento de esta, sino que lo que se conoce como modernidad filosófica tuvo grandes antecedentes en varios ámbitos de la 30 vida pública como el teológico y el científico,34 que repercutieron enormemente en el florecimiento de los nuevos tiempos. En el ámbito teológico, la iglesia marcó una diferencia notable en el campo de la ciencia y en torno a ella se conduce gran parte del análisis en el presente trabajo. Por un lado su imposición en la sociedad sometió a las personas a contemplar de manera descriptiva las grandezas de la voluntad divina de Dios plasmada en la naturaleza; y por otro, limitó el intelecto humano oponiéndose a ir más allá en el estudio de esas grandezas y maravillas naturales35. Pero como quiera que fuera, con la aprobación de la Iglesia o sin ella, el hombre de la Edad Media centró su interés en explorar y describir el orden natural y las cosas que le rodeaban, sin importarle el cambio o la novedad que sus investigaciones pudieran ocasionar para la historia. Sin embargo, los cambios se produjeron, e incluso alcanzaron a la propia iglesia, a su estructura y a sus dogmas. Es así como se produjo la disolución de la unidad de la cristiandad occidental o la rebelión universal, espiritual y por lo tanto social, que se conoce comúnmente como La reforma. Esta duró desde su surgimiento, aproximadamente doscientos años y se generó en el seno mismo de la escolástica 34 Además, claro esta, del ámbito artístico y el político, que no son en sentido estricto análisis detallados en este trabajo. 35 Hago ref erencia a esta característica de la teología y la ciencia medieval, no sin antes señalar que tal v ez las motiv aciones enmarcadas dentro de contextos de épocas distintas obedecían a intereses sustancialmente dif erentes. Por ejemplo si la motiv ación principal del hombre moderno es el ideal de progreso y conocimiento, no signif ica que sea la misma expectativa la que motiv ó al hombre de la edad media. Este punto sirv e para hacer énf asis en la oposición del concepto de ruptura entre épocas, pues solo se puede hablar de ruptura allí donde algo se considera igual. 31 medieval. Dicha inclinación, que tuvo como principal exponente a Martín Lutero36 a principios del siglo XVI, separó de la iglesia católica romana a una gran parte de Europa dando como resultado la consolidación de comunidades protestantes. La principal causa que motivó a Lutero a emprender dicha revolución fue la corrupción que imperaba en el ambiente de la iglesia. Los altos cargos eclesiásticos ocupados a menudo por personas interesadas más por sus actividades políticas y económicas que por predicar la fe y obrar de manera acorde con la benevolencia que supone la defensa de la religión, dejaban al descubierto la gran contradicción entre la teoría y la práctica. Pues mientras los clérigos predicaban el ideal de humildad y pobreza, aprovechaban su condición jerárquica para amasar grandes fortunas y disfrutar de una escandalosa riqueza. Con la aparición del humanismo se trató de encontrar el verdadero sentido del cristianismo en el análisis directo de los textos sagrados, poniendo en entredicho la interpretación que de los mismos había hecho la iglesia. De manera que ya no se veía a ésta como la guía infalible de los creyentes. Pero a pesar de los ánimos de renovación y revaloración, (ideales de la reforma), por gran parte del sector cristiano, los Papas trataron de mantener la estructura medieval de la iglesia y continuaron gravando la economía de los fieles con elevadas contribuciones encaminadas a salvaguardar el lujo de la corte vaticana37., las cuales justificaban bajo el supuesto de que la salvación se obtenía a través de dichas contribuciones. 36 (1483-1546) Teólogo alemán nacido en una modesta familia de Sajonia. Estudió derecho en la univ ersidad de Erf urt en 1501 y en 1512 f ue nombrado prof esor de teología en la universidad de Wittenberg. 37 De hecho, el incidente que desencadenó la ref orma sucedió en 1513 cuando el papa León X procuró algunas condescendencias a los f ieles que contribuyeran con el f inanciamiento de la Basílica de San Pedro del Vaticano. Este incidente se conoce con el nombre de la bula de las indulgencias. 32 De ahí que la nueva doctrina que predicaba Lutero consistía en explicar el camino hacia la salvación en virtud exclusivamente de la fe y no de las acciones que según él, eran consecuencias directas de ella. La justificación por las obras, propias de todo católico, representaba para Lutero una artimaña de la iglesia para manipular utilitariamente a sus fieles. Lo que libraba al hombre de la condenación y del pecado, era para Lutero, la fe que proporcionaba la adecuada lectura e interpretación de la Biblia, y basándose en este argumento acusó a la iglesia de haberse atribuido el derecho exclusivo a interpretarla a su voluntad y provecho. Sea cual sea la evolución de la reforma luterana, ésta significaba claramente un detrimento de la religión, y de la influencia de la iglesia católica en la sociedad medieval. De esta manera, la autoridad eclesiástica interpretada por los reformistas como autoritarismo, fue cuestionada y reestructurada como fuente de una nueva atmósfera del pensamiento; una manera distinta de obrar basada en la autonomía del individuo en cuestiones de fe, que representaba un claro desprendimiento de las coerciones de la iglesia durante tantos años. 1.4.3 El desarrollo de la astronomía y su influencia en la transformación de la conciencia medieval. De acuerdo con Koyré se puede afirmar que: "La física moderna no debe su origen a la tierra solamente. Lo debe igualmente a los cielos. Y es en los cielos donde encuentra su perfección y su fin” 38. Este planteamiento tiene que ver con el gran avance de la astronomía durante la Edad Media, lo cual influyó a su vez para el desarrollo de la física moderna. Y por añadidura, sobre la transformación de la conciencia medieval. 38 KOYRÉ, A.. Op. Cit. Estudios de historia del pensamiento científico pp. 180-181 33 En primera instancia, el sistema geocentrista incorporado por Ptolomeo había sido universalmente admitido durante 1400 años. Figura 1. Sistema aristotélico-ptolemaico.FUENTE: Este sistema fue creación de Aristóteles, pero en el siglo II después de Cristo Ptolemeo brindó una interpretación matemática que permitió explicar los movimientos del sol, la luna y de los planetas, a partir del postulado del movimiento circular uniforme al que se pensaba debían ajustarse todos los cuerpos celestes. Fundamentalmente este psotulado explicó el aparente movimiento de los cuerpos celestes mediante dos sistemas alternativos: el de las excéntricas trayectorias circulares, cuyo centro aunque próximo a la tierra, no coincide con esta y, el de los deferentes y epiciclos en donde la trayectoria de los planetas es el resultado de su movimiento circular uniforme alrededor de un centro, que a su vez, se traslada con 34 movimiento circular uniforme en torno a la tierra, dando así explicación a aparentes anomalías como la del retroceso periódico de los planetas. Además, el sistema de Ptolomeo introdujo unos puntos excéntricos llamados ecuantes, respecto a los cuales el movimiento del planeta era uniforme, con lo que en realidad, la velocidad del planeta en su trayectoria era variable. A partir del sistema ptolomeico, se hicieron observaciones por casi dieciséis siglos. 35 Figura 2. Descripción ptolomeica del movimiento de los planetas. FUENTE El anterior esquema comparativo muestra los recursos geométricos empleados por Ptolomeo para explicar y predecir los movimientos aparentes de los planetas. En primer lugar, un esquema del movimiento de un planeta en un epiciclo alrededor de un centro que a su vez gira en un deferente en torno a la tierra; en segundo lugar, un esquema del movimiento del planeta en una excéntrica, circunferencia cuyo centro no coincide con el de la tierra. En tercer lugar, un punto excéntrico respecto al cual la velocidad angular del planeta es constante, aunque ésta varíe realmente. Finalmente, en cuarto lugar, una combinación de epiciclo, excéntrica y deferente. 36 Fue precisamente este aspecto del sistema ptolemaico, el de los ecuantes, el más criticado posteriormente en el siglo XVI por Copérnico. Este criticaba la astronomía ptolemaica por el carácter fragmentario de sus soluciones, pero ante todo por haber abandonado el principio platónico de la uniformidad de los planetas, al introducir entre sus artificios el punto ecuante. Es decir, a partir de la presuposición errónea de que los movimientos circulares y uniformes constituyen la clave de la armonía con el universo. A pesar de su complejidad el sistema ptolemaico permitía explicar y predecir las posiciones del sol, la luna y las estrellas con una precisión considerable por lo que fue universalmente adoptado por los astrónomos musulmanes y cristianos posteriores. Sin embargo, a principios del siglo XVI el sistema de Ptolomeo era constantemente modificado y por consiguiente, difícil de entender e imposible de explicar y mantener. Se había vuelto tan complicado que era necesaria una nueva interpretación más sencilla acerca de la concepción del universo y de los movimientos interplanetarios. Los problemas mecánicos planteados por la nueva astronomía no podían ser resueltos por la mecánica imperante de la época; es decir, por la mecánica de Aristóteles39 y sirvió para que los teólogos y aristotélicos 39 Ibíd. p. 187. “ El mov imiento para los aristotélicos es un proceso que af ecta al móvil, que tiene lugar “en” el cuerpo en mov imiento. Un cuerpo se mueve de A a B, de un cierto lugar situado encima de la tierra hacia ésta, o, más exactamente, hacia su centro. Sigue la línea recta que une estos dos puntos. Si durante este mov imiento la tierra gira alrededor de su eje, describe con relación a esta línea (la línea que v a de A hacia el centro de la tierra) un mov imiento en el que no toman parte ni esa línea ni el cuerpo que está separado de ella. El hecho de que la tierra se mueva por debajo de él no puede afectar a su tray ectoria. El cuerpo no puede correr tras la tierra, prosigue su camino como si nada pasara, pues, en efecto, a él nada le ocurre. Incluso el hecho de que el punto A (lo alto de la torre) no permanezca inmóvil, sino que participe en el movimiento de la tierra, no tiene 37 reaccionaran ante este hecho con una argumentación que no duraría por mucho tiempo, ya que posteriormente Galileo y Newton demolieron sus objeciones con una mecánica y una astronomía sistemática y ordenada. En resumen, la teoría geocéntrica del universo desarrollada por Ptolomeo, aseguraba que la tierra era el centro del universo y carecía de movimiento. En cambio, la teoría heliocéntrica, desarrollada por Copérnico, explicaba cómo la tierra y los planetas giraban alrededor del sol. La primera formulación moderna de la teoría heliocéntrica del universo se le debe a Nicolás Copérnico, quien desde 1496, durante sus continuos viajes se reunía con algunos de los astrónomos y matemáticos más importantes de la época. una importancia para su movimiento: lo que se produce en el punto de partida del cuerpo (después de abandonarlo) no tiene la menor influencia en su comportamiento.” 38 Figura 3. Sistema copernicano. FUENTE El sietma copernicano sustenta la existencia del sol como centro del universo y a su vez, la de los planetas girando alrededor del sol, en órbitas independientes. La originalidad expuesta por Copérnico reside en el método que utiliza para su razonamiento. Los astrónomos que situaban a la tierra en el centro del universo tenían que recurrir a complejísimos sistemas de círculos que giraban en otros círculos para poder explicar los movimientos de los planetas. Basta con atender a las explicaciones ofrecidas anteriormente y al cuadro expuesto en páginas anteriores para darse cuenta de la confusa teoría de Ptolomeo. 39 La astronomía ptolemaica se ocupaba solo de observar, medir, suponer, calcular y predecir las posiciones de los planetas sin introducir explicaciones causales de ninguna clase. El sistema que propone Copérnico cuenta con la ventaja de poder explicar todos los movimientos de la luna, de los planetas y del sol de una manera muy simple, lo cual no sólo representaba una mayor acogida en la gente, sino mayor utilidad en cuanto al conocimiento que a partir de allí se podía inferir. Esto hizo eco en una gran parte de la población intelectual, influenciada ya por las constantes transformaciones inspiradoras de la época y sirvió de marco para incorporar otra concepción del hombre y del mundo que lo rodeaba, permitiendo a nivel científico una revaloración de los métodos utilizados para explicar la naturaleza y sus fenómenos. Una vez más la perspectiva general de la época cambiaba en torno al lugar y la función del hombre en el mundo. Transformando la manera de pensar de las personas y preparando el terreno para la llegada, un siglo después, de la filosofía cartesiana con la cual toma fuerza la idea y el concepto del método moderno. 40 2. LA AURORA DE LA MODERNIDAD "Demasiado vano es el pensamiento de quien cree introducir una nueva filosofía por el hacho de reprobar a este o aquel autor; primero es necesario aprender a rehacer los cerebros de los hombres y a hacerlos capaces de distinguir lo verdadero de lo falso...” Galileo Como se decía en páginas anteriores, los cambios en la historia no se producen abruptamente, sino que implican periodos de transición. De manera que el paso hacia la modernidad estuvo precedido por el renacimiento, el cual se caracterizó por el florecimiento de las nuevas ideas y sobre todo por la confianza del hombre en sus capacidades para explorar el mundo y sus fenómenos, quelo conduce al descubrimiento de un nuevo método científico. 2.1 LA CRISIS DE LA ESPECULACIÓN MEDIEVAL Y LA NECESIDAD DE UN NUEVO MÉTODO La crisis de la Edad Media se dibujaba más claramente a medida que se consolidaban los procesos de transformación intelectual desde el siglo XV. Con el advenimiento del Renacimiento desplegado por las diferentes corrientes Humanistas, el deterioro de la autoridad de la iglesia como consecuencia de la reforma, y los nuevos avances en el campo de la astronomía, se augura la 41 transformación de un horizonte de pensamiento, que ha de convertirse en el fruto de la modernidad. El perfil de la iglesia y de la sociedad medieval torna nuevos visos y enfoca su interés ahora en cosas nuevas y experiencias fructíferas. Por tanto, la mencionada crisis de la escolástica alude principalmente al panorama de este cambio y se refiere puntualmente a la opinión unánime compartida por los filósofos modernos acerca de los problemas y límites del pensamiento tradicional y, en consecuencia, a la necesidad de incorporar un nuevo método de conocimiento y pensamiento benéficamente productivo en pro del desarrollo humano. Como se verá más adelante, (en el desarrollo de este trabajo) este método cobró forma en el modelo de las matemáticas y de su incorporación por parte de Descartes (aunque no fue el único), al campo de la investigación. El pensamiento trdicional, encabezado por Aristóteles y su sistema de silogismos fue remplazado paulatinamente por el modelo de conocimiento propio de las matemáticas. En 1612 Galileo publica un discurso acerca de las cosas que flotan en el agua. Allí40 se muestran claramente dos maneras de entender la razón por la cual un objeto como el hielo no se hunde en el agua. La primera de ellas la proporciona Delle Colombe, y constituye una postura escolástica característica de la filosofía de Aristóteles y de corte silogístico. La segunda la hace Galileo e intenta explicar el fenómeno desde bases mas sólidas y científicas. Esta disputa 40 Tomado de MARY, J.P, Galileo, mensajero de las estrellas, Editorial. Aguilar Universal-ciencias, Madrid 1990, pp. 98,99. En: ZULUAGA , C.M. Spinoza y Descartes: Dos v ariantes del método en los inicios de la modernidad, Tesis de grado. Universidad De Los Andes, Bogotá 1992 42 entre estos dos personajes sirve de ejemplo para demostrar el interés de algunos por sustituir el antiguo método escolástico. La opinión que dio Delle Colombe fue la siguiente: “…si el hielo flota sobre el agua es debido a que tiene forma de placa; esta forma particular del hielo es la que la impide hundirse en el agua. Sin esta resistencia formal, el hielo caería al fondo, ya que forma parte de los cuerpos pesados”. Delle Colombe propone una explicación de sesgo aristotélico al deducir que la forma, en este caso una cualidad del hielo, es la que impide su hundimiento y no pensaba en la posibilidad de que existiera una relación entre el hielo y el agua que fuera la causa de que se presentara el fenómeno; es decir, consideraba completamente distintos a los dos cuerpos. Por su parte Galileo sostenía que debía existir una relación entre los dos cuerpos que hacia imposible el hundimiento del hielo, y afirmaba: “…En principio cabe resaltar que una placa de hielo a la que a la fuerza se la inmerge hasta el fondo del agua, remonta a la superficie tan pronto como se la suelta; pese a que en este caso la resistencia del agua debería empujarla hacia abajo. No, no es una cuestión de resistencia ni de forma: una bola de hielo flotaría lo mismo que una placa. Se trata simplemente de que el hielo es más ligero que el agua. Hay que renunciar a la posición estab lecida por Aristóteles entre cuerpos pesados y cuerpos ligeros. Las palabras ligero y pesado no existen más que en relación la una con la otra. No están por una lado las cosas pesadas y las cosas ligeras. Simplemente sucede que una cosa es más pesada que otra“. De esta manera Galileo cuestionó una explicación basada en la cualidad de la cosa y respondió al fenómeno mediante relaciones establecidas por el intelecto entre una y otra cosa, logrando inferir que si se considera de manera a priori que un cuerpo es más liviano que el hielo, éste debe flotar necesariamente en el agua. Un criterio de 43 verdad como éste, puesto en el sujeto que conoce a través de relaciones que conceptualmente se forman en su entendimiento y que desarrolla lógicamente partiendo de la teoría para mostrar su aplicabilidad en la experiencia, permitía establecer un tipo de conocimiento normativo y no descriptivo como el proporcionado por el silogístico, que solo consideraba la posibilidad de adecuación entre el enunciado y la cosa (por ejemplo en el caso anterior en donde al hielo se le atribuía su capacidad de flotar de acuerdo a la deducción que se hace a partir de su forma). Un método de conocimiento como el puesto en práctica por Galileo, basado en relaciones entre una cosa y otra, permitía inferir premisas con las cuales se podían deducir y predecir los fenómenos, lo cual servia mucho para el ideal de avanzar en el conocimiento. 2.2 UN AMBIENTE DE CAMBIO: EL IMPULSO DE LOS MODERNOS El único medio para acabar con el antiguo método escolástico era ofrecer caminos alternos frente a las posibilidades de conocimiento tradicional, sustituyendo las creencias por demostraciones y a la contemplación por verdades indefectibles. Pero esto resultaba una tarea difícil para el inquieto hombre envuelto en el tardío período escolástico; de ahí que la nueva mentalidad positiva que trajo el siglo XV, produjo el impulso que se necesitaba para cuestionar su propio mundo y su propia existencia. El renacimiento es pues, la aurora de la modernidad. No de repente ni desde sus inicios, sino gracias a sus causas y más aún a sus consecuencias; a ese 44 manantial de ideas desbordantes que reclaman al hombre como centro y maravilla de toda la creación; gracias a todo un ambiente de cambio. El hombre, aburrido del rumbo medieval, prepara un largo viaje en busca de nuevas experiencias y lugares inexplorados. Alentado por su optimismo y la confianza en la investigación, que promete ser la puerta a todo lo desconocido, se llena de confianza y decisión. Confía en su capacidad de razonar, de pensar y analizar, abandona el dogma de la iglesia y la tradición. En su equipaje renuncia a portar la Biblia y, aunque todavía cree en Dios, cuestiona el hecho de que la verdad acerca de los portentos de la naturaleza se encuentre allí. Decide remplazarlo por un libro que a partir de ahora tendrá que ser reescrito, reexaminado y reorientado; el libro de la naturaleza redactado en gráficos, números y perfectamente accesible gracias a la geometría y a la mecánica moderna. Emprende su camino llevando a cuestas siglos de penumbre y apaciguamiento espiritual. Se le ve ahora animado, tranquilo y confiado. Motivado cada vez más por el legado de sus compañeros de viaje: Bacon, Galileo y Descartes quienes le brindan una nueva manera de conocer el mundo que lo rodea. Así pues, la principal empresa que produjo el ánimo renacentista fue la creación de una nueva ciencia que serviría a la postre de fundamento para el mundo de los modernos, cuyo nacimiento se sitúa en la renovación de las pautas aristotélicas y en el examen atento y sistemático de los fenómenos de la naturaleza. 45 El rasgo fundamental que enmarca este inédito conocimiento es la interpretación racional de los hechos determinados y comprobados bajo el rigor de las capacidades mentales. Un nuevo método; es decir una nueva ciencia, era la esperanza de los modernos de avanzar en el conocimiento, y a la vez el intento por fundarla debería contener algunas ventajas del antiguo método silogístico y eliminar al máximo
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