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FILOSOFÍA Y MATEMÁTICA EN EL SIGLO XVII: 
UN ACERCAMIENTO AL PROYECTO 
DE LA MODERNIDAD 
 
 
 
 
CARLOS ANDRÉS RODRÍGUEZ CORTÉS 
 
 
MONOGRAFÍA DE GRADO 
 
 
 
PROFESOR CARLOS B. GUTIÉRREZ 
DIRECTOR DE MONOGRAFÍA 
 
 
 
 
UNIVERSIDAD DE LOS ANDES 
FACULTAD DE HUMANIDADES 
DEPARTAMENTO DE FILOSOFÍA 
BOGOTÁ. D. C. 
2004 
 
 
 
 
 
 
 
FILOSOFÍA Y MATEMÁTICA EN EL SIGLO XVII: 
UN ACERCAMIENTO AL PROYECTO 
DE LA MODERNIDAD 
 
 
 
 
 
 
CARLOS ANDRÉS RODRÍGUEZ CORTES 
 
 
 
 
 
 
 UNIVERSIDAD DE LOS ANDES 
FACULTAD DE HUMANIDADES 
DEPARTAMENTO DE FILOSOFÍA 
BOGOTÁ 
2004 
TABLA DE CONTENIDO 
INTRODUCCIÓN 1 
 
1. LA CRISIS DE LA ESCOLÁSTICA 7 
 
 1.1 La escolástica como método 8 
 
 1.2 Aristóteles y Platón 13 
 
 1.3 La lógica aristotélica – el conocimiento silogístico 21 
 
 1.4 Antecedentes particulares de la época moderna 24 
 
 1.4.1 El pensamiento renacentista 24 
 
 1.4.2 La iglesia: autoridad o autoritarismo- La Reforma 
 Protestante 
29 
 
 1.4.3 El desarrollo de la astronomía y su influencia en la 
 transformación de la conciencia medieval 
32 
 
2. LA AURORA DE LA MODERNIDAD 40 
 
 2.1 La crisis de la especulación medieval y la necesidad de 
 un nuevo método 
40 
 
 2.2 Un ambiente de cambio: el impulso de los modernos 43 
 
 2.2.1 Del Organon al Novum Organum 46 
 
3. FUNDAMENTACIÓN DE LAS LEYES DEL MOVIMIENTO 53 
 
 3.1 La física aristotélica y la física moderna 53 
 
 
 
 
TABLA DE CONTENIDO 
 
 
4. DEL LENTE DE GALILEO A LAS COORDENADAS 
CARTESIANAS 
68 
 
 4.1 El surgimiento de la modernidad a partir de la 
concepción cartesiana de la ciencia y el método 
68 
 
 4.2 En matemática ha llegado todo lo lejos que puede ir la 
mente humana 
 
80 
BIBLIOGRAFÍA 95 
 
 LISTA DE FIGURAS 
 
 
Figura 1 Sistema aristotélico – ptolemaico 
 
32 
Figura 2 Descripción ptolemaica del movimiento de los 
planetas 
 
34 
Figura 3 Sistema copernicano 
 
37 
Figura 4 Apreciación geométrica de las leyes del movimiento 
en el siglo XVI 
 
54 
Figura 5 Apreciación geométrica de las leyes del movimiento 
en el siglo XVI 
 
56 
Figura 6 Geometrización de las operaciones matemáticas: 
multiplicación y división 
 
81 
Figura 7 Geometrización de las operaciones matemáticas: raíz 
cuadrada 
 
82 
Figura 8 Segmentos de curvas de la mismo longitud y 
diferente forma 
 
87 
Figura 9 Representación en el plano cartesiano de la curva: 
Y = 2X 
 
88 
Figura 10 Representación en el plano cartesiano de la curva: 
Y = X4 – 8X2 + 10 
90 
 1
 
 
INTRODUCCIÓN 
 
La historia del pensamiento occidental ha presenciado el nacimiento de muchas 
corrientes filosóficas diferentes, que intentan explicar el universo que rodea al 
hombre. Cada una de ellas constituye un intento por entender la naturaleza, 
predecir sus fenómenos y expandir las fronteras del conocimiento. En busca del 
beneficio y del dominio de los fenómenos naturales, el hombre acogió en el siglo 
XVII una nueva forma de conocer el mundo provocando una aparente ruptura1 en 
el campo de la filosofía y de la ciencia que actualmente se conoce como 
modernidad. 
 
Esta empresa tuvo como eje central uno de los procesos más representativos en 
la historia de la filosofía; a saber, la adecuación del modelo matemático para el 
conocimiento de la naturaleza, lo cual trajo consigo un cambio radical en cuanto a 
la manera como se fundamentaba antiguamente la ciencia. Para los intelectuales 
del momento, ciencia y filosofía no podían seguir siendo un esfuerzo presuntuoso 
por explicar los misterios del mundo a partir de una intuición suprahumana o de 
una habilidad divina y extraordinaria, tal como sucedía en la escolástica,2 sino que 
 
1 Permítaseme utilizar el término ruptura no en su sentido más radical, sino para dif erenciar distintos estadios 
de ref lexión f ilosóf ica. Renuncio a la idea de que la modernidad constituy a una nuev a época generada casi de 
la nada sin la inf luencia de ref lexiones y doctrinas pasadas. HABERMAS, Jurgen. Ensayos Políticos La 
Modernidad: Un proyecto inacabado. Madrid: Editorial Alianza, 1977. p. 266. 
“la modernidad expresa siempre la conciencia de una época, con contenidos cambiantes que se pone en 
relación con la antigüedad para concebirse a sí misma como el resultado de una transición de lo antiguo a lo 
nuev o”. 
2 Durante los siglos XI y XII los teólogos cristianos enfocaron su mirada en las pautas intelectuales 
aristotélicas y aceptaron sus cánones como principios, lo cual condujo, además del origen de algunas 
 2
para ellos la filosofía debía encontrar su motivación en una explicación netamente 
racional acerca de los problemas de la vida humana. 
 
Desde el siglo XIII, la metafísica aristotélica se había convertido en el modelo de la 
ciencia de la edad media. Tal vez, porque Aristóteles fue el único filósofo griego de 
quien se conocían sus obras gracias a sus traducciones al árabe y posteriormente 
al latín. La obra de Platón no tuvo ese privilegio y por tal motivo no fue tan 
conocida. 
 
La obra de Aristóteles, en su conjunto, constituía una verdadera enciclopedia del 
conocimiento humano y era posible encontrar en ella, con excepción de 
matemáticas y medicina, múltiples aproximaciones a los saberes que constituían 
los intereses de la ciencia medieval; lógica, física, astronomía, metafísica, ética, 
psicología y política. El legado aristotélico había entrado al ámbito de las escuelas, 
de manera tal, que no sorprende el hecho de que en poco tiempo se haya 
adecuado al sistema de las escuelas y se haya arraigado en ellas inmediatamente. 
 
A ese respecto Koyré, dice: 
...no es asombroso que para la segunda mitad de la edad media deslumbrada 
y aplastada por esta masa de saber, subyugada por esta inteligencia 
verdaderamente fuera de lo común, Aristóteles se convirtiera en representante 
de la verdad, la cima y perfección de la naturaleza humana, el príncipe di color 
 
univ ersidades como Paris y Papua, al lev antamiento de una corriente f ilosófica llamada escolástica. Durante 
este periodo se argumentó el origen del conocimiento sobre bases cristianas y la ciencia adoptó la lógica 
aristotélica como manual de uso. El impulso aristotélico f ue inmenso desde la Edad Media; posteriormente 
desde el Humanismo, y después en la f ilosofía de Descartes en el siglo XVII hay una reacción anti-
escolástica que envuelv e a Aristóteles 
 3
che sano, como diría Dante. El príncipe de los que saben. Y, sobre todo, el 
profesor. Aristóteles enseña y se enseña, se discute y se comenta.3 
 
La lógica de Aristóteles proponía un método de conocimiento basado en 
silogismos que sirvió de cimiento a la ciencia de la época escolástica.. La lógica 
aristotélica, que explicaba el método silogístico y pretendía dar cuenta de las 
cosas y de los hechos que acontecian en el mundo, partia del supuesto de que las 
formas de pensamiento reproducen lo que ocurre en la realidad. Durante mucho 
tiempo este sistema se mantuvo como modelo en el campo de la ciencia, pero 
posteriormente se hicieron muchas críticas las cuales afirmaban que dicho método 
era básicamente un método descriptivo y que su criterio de verdad solo se 
encontraba en la relación entre una cosa y su enunciado, razón por la cual se 
puso en tela de juicio su productividad y su aportación en el adquisición de nuevos 
conocimientos. El pensamiento de los escépticos en cuanto al conocimiento 
silogístico señalaba la imposibilidad de certeza en el enunciado, ya que la única 
verdad capaz de proporcionar, era una verdad aparente y en otros casos, 
simplemente inexistente.La certeza basada sólamente en el objeto no representaba un verdadero método 
para descubrir nuevos conocimientos, lo que desentonaba con el ascenso 
paulatino de la investigación científica. Durante el siglo XV se produjo entonces 
una enérgica crítica en contra de las escuelas y se fomentó una actitud de cambio 
y un aumento en la conciencia sobre las falencias que el sistema silogístico 
presentaba. 
 
 
3 KOYRÉ, A. Estudios de historia del pensamiento científ ico. Madrid: Editorial Siglo XXI, 1978. p. 21- 22. 
 4
La principal necesidad que concurría en la mente de los filósofos, era encontrar un 
criterio de verdad más humano y menos divino, garantizado, no por la voluntad de 
Dios, ni por el conocimiento silogístico, sino por la razón y el intelecto humano. 
Era necesario dejar de contemplar el cielo de la teología medieval y dedicarse a 
deificar la naturaleza. Posteriormente, los modernos seducidos por Galileo se 
convirtieron: del dogma eclesiástico a las leyes de la geometría, transformándose 
en amantes de la rigidez y exactitud de la ciencia física. 
 
La reclamación de estos filósofos fue el fruto además de la conjunción de algunos 
hechos importantes, gestores de la <<nova aetas>>.4 Por una parte, la reforma 
protestante con Lutero a la cabeza y más adelante con Calvino, sentaron 
principios cuyo alcance superó el ámbito de lo propiamente teológico. 
Proclamando el principio de <<libre examen>> restaron autoridad a la iglesia en 
materia de fe y de moral, dejando a la conciencia autónoma del individuo, toda 
decisión en cuanto a creencias y tradiciones. Esta concepción luterana no sólo 
invadió el campo de la fe, sino que transformó también el ambiente intelectual y 
fomentó el deseo de cambio y renovación del ambiente medieval. 
 
Día a día la imagen de Dios era desdibujada y ya no era lo que por mucho tiempo, 
(en épocas más clericales, que habían encontrado misterioso y oscuro el mundo y 
recurrido a la fe para explicar lo que por vías netamente racionales parecía 
imposible) había parecido ser. Conforme se replanteaba la figura de Dios y el 
 
4CASSIRER, E. Filosofía de la ilustración. Bogotá: Fondo de Cultura Económica.,1994. p. 17 
 “ en el siglo XV se inicia el movimiento literario espiritual del renacimiento; en el XVIl lega a su ápice la 
ref orma religiosa; en el XVII el triunf o de la f ilosofía cartesiana cambia por completo toda la imagen del 
mundo” 
 5
papel de la iglesia, se fortalecía la seguridad y la confianza en el individuo y en su 
capacidad de raciocinio. 
 
Por otra parte, a nivel científico, convergieron muchas renovaciones y cambios de 
perspectivas que revolucionaron la imagen que se tenía del mundo. Con la 
aparición de la revolución astronómica, se fusionaron la observación del universo y 
las matemáticas. En 1543 el astrónomo polaco Nicolás Copérnico publicó un libro 
en el que explicaba los cálculos necesarios para predecir la posición de los 
planetas suponiendo que la Tierra giraba alrededor del Sol, junto con Mercurio, 
Venus, Marte, Júpiter y Saturno. En 1609 otro sabio italiano, Galileo Galilei, se 
enteró que en Holanda había sido inventado un tubo con lentes a cada extremo 
que permitía acercar y ampliar los objetos; empezó a experimentar y en poco 
tiempo tenía lo que conocemos como telescopio. Galilei hizo con él algo nuevo y 
atrevido que auguraba el nacimiento de la era moderna: lo apuntó hacia el cielo y 
previó los grandes progresos del futuro5. Por primera vez alguien estudiaba el 
cielo con algo mejor que la simple vista. Galilei observó los cráteres de la Luna, el 
destellante reflejo de las inéditas manchas en el Sol y pensó por un momento que 
era capaz de atrapar la sabiduría del cosmos y de la ciencia. El telescopio de 
Galileo reforzó inmensamente la concepción copernicana del sistema solar, 
destronó a Ptolomeo y a su sistema de la tierra como centro del universo y 
proclamó a su creador precursor de la ciencia y del progreso moderno. 
 
5 Ibid. p. 17. 
Desde el siglo XVI los descubrimiento a niv el científico se incrementaron permitiendo un desarrollo cada v ez 
may or de la ciencia que a f inales del siglo XVII y comienzos del XVIII así se percibía: “La ciencia de la 
naturaleza adquiere día por día nuevas riquezas, la geometría ensancha sus fronteras y lleva su antorcha a 
los dominios de la física, que le son más cercanos; se conoce por fin, el verdadero sistema del mundo, 
desarrollado y perfeccionado. La ciencia de la naturaleza amplía su visión desde la Tierra a Saturno, desde la 
historia de los cielos hasta la de los insectos. Y con ella todas las demás ciencias cobran una nueva forma. 
 6
 
De esta manera, los grandes logros alcanzados por la ciencia y también la reforma 
luterana, amenazaron y posteriormente derribaron los cimientos del conocimiento 
silogístico-escolástico confluyendo en un periodo de cambio en la conciencia 
general y en un ambiente intelectual muy complejo conocido como modernidad, 
resultado de grandes cambios y no generado espontáneamente de manera 
abrupta como a menudo, de pronto en la condición de modernos, se tiende a 
suponer6. 
 
Uno de los protagonistas de la empresa moderna fue, sin lugar a dudas, Descartes 
quien aportó desde la filosofía un nuevo método que a la postre sirvió de base a 
todo el edificio de la ciencia desde el siglo XVII y que se mantiene aún en nuestros 
días. Por esta razón la tradición ha hecho justamente de Descartes el fundador de 
la filosofía moderna. 
 
Toda la anterior exposición de temas se hizo con el fin de llegar a este último 
filósofo para señalar que el propósito central de este trabajo es el de argumentar 
¿Por qué su filosofía y sus conocimientos matemáticos respondieron a las 
exigencias de los científicos y filósofos modernos? ¿Por qué surgió la necesidad 
de un nuevo método científico? ¿Por qué ese método fue precisamente el de las 
Matemáticas? y sobre todo ¿Qué papel juega la filosofía de Descartes en todo 
este proceso? Todos estos son los interrogantes que se resuelven a continuación. 
 
6 KOYRÉ, A. Op. Cit. p.9. 
“La historia no obra por saltos bruscos; y las netas div isiones en periodos y épocas no existen más que en los 
manuales escolares. ” 
 7
 
 
1. LA CRISIS DE LA ESCOLÁSTICA 
 
 
"El cami no hacia la verdad está lleno de obs táculos y 
sembrado de errores, y los fracasos son en él más frecuentes 
que los éxitos. Por ello nos equivocaríamos al olvidar el 
estudio de los errores : a través de ellos progresa el espíritu 
hacia l a verdad. " 7. 
A. Koyré 
 
Comunmente se ha llamado escolástica al periodo comprendido entre el siglo XI y 
el siglo XV y se suele dividir en escolástica temprana (1100-1200), alta escolástica 
(1200-1300) y escolástica tardía (1300-1450). El término escolástica se hace 
complejo en cuanto encierra primordialmente un aspecto metódico formal que 
determina un elemento característico de la ciencia medieval y designa de manera 
general, la forma de la ciencia de aquella época. Sin embargo, en múltiples 
ocasiones se ha atribuido el término escolástica simplemente a la filosofía y a la 
teología del medioevo, lo cual es, (a juicio propio) una visión simplista e injusta en 
cuanto al sentido general y la complejidad que encierra el pensamiento medieval. 
Si se atribuyera exclusivamente este carácter teológico-filosófico a la esencia de la 
escolástica, se cometería el error de pensar en la simple desavenencia entre una 
época y otra y, en la clasificación radicalmente diferente entre las dos. Pero no se 
trata aquí de ver el surgimiento de la modernidad como generación espontánea, 
 
7 La may oría de máximas La may oría de máximas que encabezan algunos títulosde este trabajo f ueron 
tomadas de: ARANGO, Iván Darío. La Reconstrucción Clásica del Saber: Copérnico – Galileo – Descartes, 
Medellín: Editorial Universidad de Antioquia, 1993. 
 8
como si fuera un trazo horizontal que llegando a un punto particular cambia de 
dirección a gusto del dibujante y se convierte en otro vertical, pues ni el trazo 
horizontal representa la escolástica, ni el punto a Descartes, ni el vertical a los 
tiempos modernos. Sino que se trata de analizar un periodo de transición y cambio 
en el que hay un paulatino abandono de las tradiciones y planteamientos 
filosóficos existentes hasta el siglo XVI, para ser sustituídas por unas nuevas, que 
a su vez conllevan a la construcción de un nuevo método de conocimiento del 
mundo y de los objetos. 
 
Lo anterior sea dicho para diferenciar por un lado entre ruptura y cambio y de paso 
también, para evitar que el lector distraído piense, que (en una primera lectura de 
los textos filosóficos) se tiende a interpretar como simple ruptura y no como una 
transición. 
 
Para ilustrar mejor este proceso de cambio, es importante hacer una breve reseña 
de lo que fue la escolástica como método de conocimiento sin dejar de mencionar 
los principales aspectos que generaron su propia crisis. 
 
1.1 LA ESCOLÁSTICA COMO MÉTODO 
 
Descartes es uno de los filósofos que propone un abandono total de las 
tradiciones y planteamientos filosóficos sostenidos hasta el siglo XVII generando 
un sentido de rechazo hacia cualquier opinión y reflexión filosófica precedente. 
Así, lo da a entender en la segunda parte del Discurso del Método en donde 
rechaza las opiniones que hasta entonces había dado crédito y decide sustituirlas 
por otras mejores o por las mismas, una vez las hubiese ajustado al nivel de la 
 9
razón "... habiendo considerado finalmente que la pluralidad de votos no vale en 
absoluto para decidir sobre la verdad de cuestiones controvertibles, pues más 
verosímil es que solo un hombre las descubra que todo un pueblo, no podía 
escoger persona alguna cuyas opiniones me pareciesen que debían ser preferidas 
a las de otra y me encontraba por todo ello obligado a emprender por mi mismo la 
tarea de conducirme. “8. 
 
Y en la tercera parte de su discurso dice: 
 
"… En los nueva años siguientes no hice potra cosa sino viajar de aquí para 
allá por el mundo, tratando más de ser espectador que actor en todas las 
comedias que en él se presentan a diario; y, haciendo una particular reflexión 
en cada materia sobre aquello que podía hacerla dudosa y dar ocasión para 
equivocarnos, erradicaba de mi espíritu todos los errores que podían haberse 
deslizado en él con anterioridad. En esto no imitaba a los escépticos, que no 
dudan sino por dudar y fingen permanecer siempre irresolutos; por el 
contrario, mi único deseo era liberarme de la inquietud y rechazar la tierra 
movediza y la arena con el fin de hallar la roca viva o la arcilla.“9. 
 
Aquí hay, en efecto, una ruptura hacia la tradición y las opiniones del pasado; sin 
embargo habrá que pensar en la siguiente posibilidad: si lo que se cambió, como 
veremos más adelante, fue el método de conocer, los contenidos o mejor, los 
problemas de los cuales se ocupaba la filosofía en la edad media, seguían siendo 
 
8 DESCARTES, R. Discurso del Método, Dióptrica, Meteoros y geometría. Madrid: Ediciones Alf aguara S.A., 
1981. p. 14. 
9 Ibid p 22 
 10
los mismos, al menos en gran parte, y habían aparecido ya en pensadores 
medievales. y en esa medida es probable cierto grado de perennidad. 
 
Según esto, Koyré afirma que: "...a pesar de las apariencias, hay una verdadera –
y profunda- continudad entre la filosofía medieval y la filosofía moderna. Descartes 
y Malebranche, Spinoza y leibniz, muy a menudo no hacen más que continuar la 
obra de sus predecesores medievales“10. 
 
Por otro lado, frente al ambiente de la teología, la literatura de finales del 
medioevo sugiere una reacción de descontento y repulsión hacia toda la tradición 
escolástica de manera lapidaria, especialmente hacia la autoridad de la iglesia. 
Soto lo manifiesta diciendo: "La edad media es ese túnel vacío, es ese punto 
medio que ni siquiera sirve de transición entre la antigüedad y la modernidad. Por 
eso, presos de esta racionalidad, podemos pensar en el grito de Juan Meslier, 
cuyo “Mi Testamento” publica Voltaire en forma póstuma y que literalmente dice: 
Es necesario estrangular al último rey con los intestinos del último sacerdote“11. 
 
10 KOYRÉ, A. Op. Cit.p. 16. 
11 SOTO POSADA, Gonzalo. La Nuev a Edad Media: Una Aproximación Posmoderna al Medioev o. En El 
Trabajo Filosóf ico de Hoy en el Continente. Bogotá: Editorial ABC Ltda., 1995. p.340. También Soto Posada 
cita a Meslier describiendo el Mundo Mediev al de la siguiente manera: “En lo alto, una muchedumbre de 
bellacos hipócritas y f astuosos, cubiertos de seda y piel, quitaban a los pueblos, un poco por la f uerza y un 
poco por el engaño, bienes, paz, libertad y v ida. El hampa jactanciosa coronada o mitrada encadenaba a las 
gentes y querían que todos pensasen y hablasen y obrasen según agradaba a su capricho o servía a su 
v entaja; se v eía por todos los caminos millares de inocentes atribulados, perseguidos, desmochados, 
descuartizados por orden de Su Majestad el Rey cristianismo. Y los sacerdotes, para percibir el salario de la 
traición y tener asiento en el banquete y parte en el botín, predicaban a los pobres la renuncia a la riqueza, a 
los esclav os la virtud de la obediencia, a los débiles la obediencia a los poderosos. Los bisbiseadores de 
gabán negro no eran menos que los f anf arrones de casaca argentada. El pueblo acobardado padecía y 
callaba y el rey entre tanto cubría de oro y de babas a sus amantes, y los prelados así mismo tenían báculo y 
extendían el saco, un ojo en la sacristía y el otro en el burdel. Detrás del rey v enía el hacha del verdugo, 
detrás del sacerdote el tenedor de los diablos, uno y otro oprimían con ay uda de temor y se aprovechan del 
terror casi universal para quitar a todos lo que Dios a todos les había prometido”. 
 11
 
En este sentido, se piensa en la emancipación respecto a otros tiempos, a causa 
del desprecio hacia el pasado, como la primera causa de la época moderna. Esto 
puede ser verdad; sin embargo, el énfasis que propone este acápite titulado la 
crisis de la escolástica se encuentra en la opinión general por aquel tiempo 
predominante, de que el método de la ciencia imperante en la escolástica, 
frustraba el conocimiento humano y encerraba al hombre en un mundo 
predestinado por los designios divinos a comportarse según las normas de la 
iglesia. El conocimiento de la naturaleza y de sus fenómenos en la edad media 
era limitado, y no permitía conocer a fondo el funcionamiento de las cosas ni 
tampoco las causas o principios de los fenómenos naturales. El conocimiento 
cualitativo o descriptivo de la realidad que proporcionaba el método silogístico, el 
único posible en ese entonces, limitaba el desempeño científico por brindar 
sólamente descripciones de los objetos. 
 
La escolástica entendida como método, tiene íntima relación con el papel de la 
iglesia, pero va más allá del simple vínculo entre lo filosófico y lo cristiano. Los 
escolastas procuraban fundamentar teóricamente la concepción religiosa del 
mundo y por eso al entender la escolástica como método científico, se materializa 
una exigencia propia de la especulación medieval; a saber, la importancia que se 
debe conceder a la tradición y la autoridad. 
 
A ese respecto Heidegger dice: 
"....debido al cristianismo, la auténtica posesión de la verdad ha sido 
trasladada a la fe, a la consideración de las escrituras y a la doctrina de la 
iglesia como verdaderas. El supremo conocimiento y doctrina es la teología, 
 12en tanto que interpretación de las divinas palabras de la revelación plasmada 
en las escrituras y proclamada por la iglesia. Aquí conocer no es investigar 
sino comprender correctamente la palabra que establece la norma y la palabra 
de las autoridades que la proclaman. Es por ese motivo por lo que, durante la 
Edad Media, en la adquisición de conocimiento adquiere la supremacía la 
explicación de las palabras y las opiniones doctrinales de las distintas 
autoridades 12. 
 
En el medioevo la escolástica llegó a su apogeo en virtud de postergar la sabiduría 
de la ciencia y del conocimiento científico, destinado al campo de lo mundano y lo 
pagano. El desarrollo científico del hombre ocupaba, en relación con la sabiduría 
de la revelación de las escrituras y la divina voluntad de Dios, un lugar inferior. 
Durante la escolástica quien pretendía ejercer la ciencia, debía antes que nada, 
apropiarse del conocimiento teórico que ofrecían los textos del pasado, como por 
ejemplo los de Aristóteles, lo cual se entendía como una conexión hacia el 
pasado. Dicho vínculo estaba influido por las decisiónes de la iglesia sobre cuáles 
deberian ser los textos a seguir y cuáles no, puesto que las doctrinas practicadas 
por los “científicos medievales” no podían ir en contra de los principios cristianos ni 
estar por fuera de la cosmovisión de la iglesia. Por tal motivo, la teoría que contó 
con el aval de la iglesia fue la aristotélica que se acomodaba en gran medida a los 
requerimientos de la misma. 
 
Hasta las primeras décadas del año 1100 tan solo se conocían de Aristóteles el 
escrito de las categorías y De interpretatione, además de los comentarios hechos 
 
12 HEIDEGGER M. La época de la imagen del mundo. Buenos Aires: Editorial Caminos de Bosque, 1968. 
p.68. 
 13
por Boecio. Después de 1130 se agregó la lógica nova a la llamada lógica vetus 
gracias a las traducciones hechas por Jacobo de Venecia. De esta manera se 
completó lo que se conoció como el Organon completo. Hacia finales del siglo XII 
se establecieron estos escritos de lógica bajo el nombre de logica antiqua. La obra 
completa de Aristóteles se dio a conocer en el mundo medieval entre la segunda 
mitad del siglo XII y la primera del siglo XIII y se sumaron al conocido Organon los 
escritos sobre metafísica, física, sicología y ética. Con todo el compendio de la 
obra de Aristóteles listo para ser estudiado, la recepción en las universidades de la 
lógica Aristotélica se produjo rápidamente (especialmente en la de París), y en 
poco tiempo el pensamiento de Aristóteles pasó a ser el modelo de la ciencia, la 
filosofía y la ética. 
 
1.2 ARISTÓTELES Y PLATÓN 
 
La lógica de Aristóteles resulta inseparable de su actitud crítica frente a su 
maestro Platón y de una concepción de la realidad basada en el mundo y 
clasificada de realista. Mientras que Platón separaba las ideas de la realidad 
confiriéndoles un estatuto autónomo en un mundo perfecto y divino diferente al 
mundo del movimiento en que vivimos, Aristóteles afirmaba que si bien las ideas 
existen en el pensamiento humano, tienen un fundamento en la realidad sensible. 
 
La filosofía de Platón se fundamentó en la refutación de dos corrientes de 
pensamiento. Por un lado el idealismo de los eleatas, recibido de Parménides y 
por el otro, el realismo Jónico que provenía del principio de Tales, que encontraba 
en el agua el origen de todas las cosas. 
 
 14
Los eleatas sostenían la unidad del ser negando los fenómenos y el movimiento. 
Por su parte los Jónicos admitían la pluralidad de fenómenos, a los cuales oponían 
la unidad del principio. Tal unidad podía ser el agua como lo aseguraba Tales de 
Mileto, o el fuego según Heráclito. Platón refutaba ambas teorías; si todo cambia, 
tal y como lo sostenían los eleatas, la ciencia es imposible debido a que no hay 
ciencia de lo mudable13. Para Platón la ciencia debe siempre fundamentarse sobre 
bases permanentes. 
 
La reflexión filosófica de Platón parte de su rechazo hacia la opinión común (doxa) 
como valor cognoscitivo, puesto que sus juicios pueden ser verdaderos o falsos ya 
que se basan en los datos de la percepción sensible, la cual puede ser cambiante 
o mutable. Un conocimiento cambiante no es un verdadero conocimiento y por lo 
tanto un conocimiento verdadero, para ser tal, implica que sea necesario y 
universal aprehendido mediante la razón14. El proyecto filosófico de Platón es por 
tanto, encontrar un fundamento ontológico para los juicios que se constituyen en 
un conocimiento verdadero. Detrás de las apariencias cambiantes, Platón buscaba 
realidades necesarias, absolutas e inteligibles, un mundo perfecto de ideas, que 
fueran la base de la objetividad y de la necesidad lógica del saber. En el 
Parménides se desarrolla claramente la tesis de la existencia necesaria del mundo 
de las ideas: 
 
“…sin embargo, Sócrates –continúo Parménides-, si, por las anteriores 
dificultades y otras similares, alguien no admitiese la existencia de las Ideas de 
 
13 ONIEVA, A. Platón, Estudio y Antología, Madrid: Editorial Compañía Bibliográf ica Española S.A., 1964 p. 73 
14 J. PRUNES, A. Realidad, ideas y verdad en Platón. En: El problema de la v erdad, Buenos Aires: Editorial 
Biblos, 1998 p 59 
 15
las cosas o no distinguiese una Idea determinada en cada coso, no tendría 
hacia dónde dirigir su pensamiento, ya que no admite que la Idea de cada cosa 
permanezca siempre la misma. Con lo que se destruirá enteramente el poder 
de la dialéctica.”15 
 
Para Platón el conocimiento depende de la existencia del mundo de las ideas 
donde se encuentran todas las verdades a las que se accede por medio del 
pensamiento. Un verdadero conocimiento era para Platón aquel capaz de dar 
razón acerca de algo y de justificar las razones por las cuales se entiende que 
algo es verdadero. A partir de estos planteamientos Platón encuentra realidades 
absolutas en un mundo de ideas inteligibles revelando así, un realismo ontológico, 
pues no es la subjetividad la que constituye la ciencia sino un saber a priori e 
independiente al mundo de los fenómenos y la realidad sensible: una racionalidad 
objetiva que justifica este saber16. En busca del conocimiento verdadero Platón 
expone la necesidad de un método llamado dialéctica, por medio del cual, el 
pensamiento puede acceder al mundo de las ideas17 en forma de diálogo de 
manera que permite, en el proceso de pensar, hacer presente la realidad pensada. 
 
15 PLATÓN Parménides. Madrid: Editorial Alianza S.A. 1987. 135c p. 69 
16 Ibid. p. 60 
17 “ más para ello es preciso, primero pasar del mundo sensible al inteligible y, en este, el alma –nous- 
contempla las ideas y sus relaciones”. Ibid. p. 62. Con respecto al método dialéctico y su necesidad: “Tal se 
nos muestra –dije-. Y has de saber Glaucón, que a mi parecer, con métodos tales como los que ahora 
v enimos empleando en nuestra discusión no v amos a alcanzar nunca lo que nos proponemos, pues el camino 
que a ello llev a es otro más largo y complicado; aunque éste quizá no desmerezca de nuestras pláticas e 
inv estigaciones anteriores.” PLATÓN, República, Barcelona: Editorial. Altaya S.A., 1993 p. 193 IV 435d. Y 
también: “Decíamos (con respecto a la anterior cita), creo y o, que para conocer con la mayor exactitud posible 
éstas cualidades había que dar un largo rodeo al término del cual serían vistas con toda claridad; pero existía 
una demostración, afín a lo que se había dicho anteriormente, que podía ser enlazada con ello. Vosotros 
dijisteis que os bastaba y entonces se expuso algo que, en mi opinión, carecía de exactitud; pero si os agradó, 
eso sois vosotros los quienes lo habéis de decir.” p. 307 VI 504b 
 16
Tal como se afirma en la república: “ …cuando se ha discutido en discusionesgenerosas entre interlocutores en los que ni las preguntas ni las respuestas son 
inspiradas por la mala fe estalla sobre el objeto dado, la luz de la sabiduría y la 
inteligencia con la máxima intensidad que soportan las fuerzas humanas” 18 
 
Platón entendía la dialéctica como un método que consiste en conversar con 
otros, pero también consigo mismo, hasta que, sobre cada uno de los puntos de la 
materia discutida, se halla llegado con pasos muy ordenados a un consentimiento 
efectivo entre sí y consigo mismo acerca de lo que se investiga19. Este 
consentimiento permitía avanzar y progresar entre acuerdos similares para llegar 
finalmente a la verdad. Al respecto Platón expone lo siguiente: 
 
“… pues bien, aprende ahora que situó en el segundo segmento de la región 
inteligible aquello a que alcanza por sí misma la razón valiéndose del poder 
dialéctico y considerando las hipótesis no como principios, sino como 
verdaderas hipótesis, es decir, como peldaños y trampolines que la eleven 
hasta lo no hipotético, hasta el principio de todo; y una vez halla llegado a éste, 
ira pasando de una a otra de las deducciones que de él dependen hasta que 
de ese modo descienda a la conclusión sin recurrir en absoluto a nada 
 
18 Carta VII, 344b. Tomado de: Op. Cit. Realidad, ideas y v erdad en Platón p. 62 
19 la Dialéctica respondía según Platón a la posibilidad de encontrar v erdades indudables, pero más allá de un 
proceso simple y accesible a todas las personas constituía una tarea ardua y complicada que requería del 
ejercicio y el perfeccionamiento continuo. Así se puede apreciar en el Parménides: Op. Cit Parménides 136c 
p. 71 “…habrá que examinar las consecuencias que se siguen con respecto a sí mismo y con respecto a cada 
una de las otras cosas que hayas elegido, luego con respecto a muchas y f inalmente a todas; y también a los 
otros con respecto a sí mismos y con respecto a otro que ocasionalmente hayas elegido, tanto en el caso de 
que, puestos a suponer, se suponga que es, como que no es, si realmente tienes intención de conocer lo 
v erdadero. Es una tarea interminable, Parménides –dijo Sócrates-, y7 no sé si la entiendo bien …” 
 17
sensible, antes bien, usando solamente de las ideas tomadas en sí mismas, 
pasando de una a otra y terminando en las ideas”20. 
 
 
El mundo sensible es, de acuerdo con Platón, el conjunto de entidades y 
realidades particulares cambiantes y múltiples, que se ofrecen a los sentidos, 
mientras que el mundo de las ideas esta conformado por entidades universales, 
eternas e inmutables que están más allá del tiempo y del espacio, y que se conoce 
mediante la parte más excelente del alma: la racional. 
 
 Aristóteles, por su parte, sostiene que la teoría de las ideas se origina de la 
necesidad de definir la esencia de las cosas. Al definir una esencia, se contiene el 
concepto general o universal de ésta. Los platónicos le otorgaron a las esencias el 
status de “Ideas” admitiendo como tales todo lo que se afirma universalmente. 
Aristóteles no admite el carácter separado de las esencias puesto que si las Ideas 
son esencias que existen separadamente de las cosas, entonces tendrían 
existencia independiente. Según Aristóteles si las esencias de las cosas están 
separadas de éstas, entonces no son propiamente sus esencias: “ …Además 
parece imposible que la substancia esté separada de aquello de lo que es 
substancia; por consiguiente , ¿cómo podrían las ideas siendo substancias de las 
cosas, estar separadas de ellas?” 21 
 
Aristóteles no rechaza toda la teoría de las Ideas de Platón, sino la existencia 
separada de éstas. Por lo demás, es fiel a la línea de pensamiento platónico de 
 
20 Op. Cit. , República VI p. 511b p. 320 
21 ARISTÓTELES. Metafísica, edición trilingüe Madrid: Editorial. Gredos S.A. p. 70 99 1 b 
 18
que la ciencia verdadera es aquella que se centra en lo general y lo universal en la 
búsqueda de la esencia común. Para Aristóteles, la esencia se encuentra en las 
cosas mismas y no separada de ellas. Tanto para Aristóteles como para Platón, la 
ciencia conoce formas o esencias (eidos). Pero para Aristóteles, el reconocimiento 
de esas esencias como ideas, entes inteligibles trascendentes, que existen 
separadas de las cosas y los objetos, constituía un problema insuperable22. 
 
Según Aristóteles la teoría de las ideas duplica innecesariamente las cosas a 
explicar: “… En cuanto a los que ponen las ideas como causas, buscando en 
primer lugar comprender las causas de los entes que nos rodean, adujeron otros 
iguales en número a éstos, como si uno, al querer contar, creyera no poder 
hacerlo siendo pocas cosa, y contara después de hacerlas más numerosas “ 23 
 
También Aristóteles sostenía que la hipótesis de las ideas no constituye una 
verdadera explicación de las cosas sensibles pues “afirmar que las especies son 
paradigmas y que participan de ellas las demás cosas son palabras vacías y 
metáforas poéticas“ 24 
 
Por otro lado , Aristóteles contradice a Platón cuando en el Fedón afirma que las 
ideas son causas del ser y el devenir de las cosas sensibles. Precisamente las 
ideas por ser estáticas e inmutables no pueden explicar el cambio: “… pero en el 
Fedón se dice que tanto del ser como el devenir son causas las espacies; sin 
 
22 MERLO. A. Realismo y verdad en Aristóteles. En Op. Cit El problema de la verdad p. 69 
23 Op. Cit Metafísica p. 64, 99 O b 
24 Ibid P 68, 99 1 a 
 19
embargo, aunque existan las especies, no se producen las cosas participantes si 
no existe lo que será motor (la causa motriz o eficiente)” 25 
 
De esta manera los problemas que sobresalen en la crítica de Aristóteles a la 
filosofía de quien por mucho tiempo fuera su maestro, se producen al considerar 
los fundamentos de inteligibilidad de las cosas, debido a la separación entre lo 
sensible y lo inteligible. 
 
Aristóteles propone una alternativa para dar solución a las falencias que 
representaba la filosofía platónica. Dicha alternativa consiste en remplazar los 
entes inteligibles por un principio de inteligibilidad y de ser inmanente a las 
cosas26. La cosas que percibimos a través de los sentidos están compuestas de 
materia y de forma, aseguraba Aristóteles27. La materia, es aquello de lo que esta 
hecho el objeto, por ejemplo, el bronce constituye la materia de un busto, de la 
misma manera que la madera constituye la materia de una mesa (por supuesto 
una mesa de madera). Por su parte la forma es la determinación esencial de la 
cosa, o en otras palabras, lo que hace que el objeto sea ese objeto; en este caso 
un busto o una mesa. 
 
 
25 Ibid p. 70, 99 1 b 3. También se encuentra alusión a este tema en 99 2 a 25: “en suma, siendo así que la 
sabiduría busca la causa de las cosas manif iestas, hemos descuidado esta causa (pues nada decimos acerca 
de la causa de donde procede el principio de cambio), y, crey endo decir la substancia de ellas (de las cosas 
manif iestas), af irmamos que hay ot6ras substancias; pero, al querer explicar cómo pueden éstas ser 
substancias de aquéllas, decimos f rases v acías”. 
26 Parte de la argumentación fue tomada de: Op. Cit El problema de la v erdad p. 70 
27 Un principio de inteligibilidad puesto en las cosas mismas y que percibimos a través de los sentidos es lo 
que f undamenta en últimas el porque de la af irmación de que el método silogístico solo brindaba un 
conocimiento descriptiv o o cualitativ o de la f orma y la materia de las cosas. 
 20
Si llegáramos a fundir el busto para hacer con su materia; es decir con el bronce, 
un escudo, podríamos sostener de acuerdo con Aristóteles, que la materia (el 
bronce) permanece y que lo que cambia es su forma. Si antes observábamos un 
busto ahora observamos un escudo.Lo que hacia ser busto al busto no era su 
materia sino su forma, puesto que la misma materia la tenemos ahora bajo otra 
forma. En este sentido la materia es indeterminada e incognoscible y la forma es 
el principio determinante que brinda a un objeto su propio ser y en esa medida 
también su unidad; puesto que hace que el bronce sea una cosa en particular. 
Esto constituía para Aristóteles el principio de inteligibilidad anteriormente 
mencionado el cual podría resumirse de la siguiente manera: conocer una cosa es 
conocer su forma y definirla es presentar el enunciado de su forma. Conocer algo 
es conocerlo en tanto es algo, en tanto posee una forma28 
 
Materia y forma no eran reconocidas por Aristóteles como cosas ni tampoco como 
clases de cosas; estas representaban principios ontológicos de los entes sensibles 
que no podían existir por separado puesto que todo ente es un compuesto de 
materia y forma y a su vez, las formas de los entes sensibles solo son en la 
medida en que se realizan en una cierta materia. 
 
Por supuesto, esto es en resumen una de las cosas que contraponen la filosofía 
de Aristóteles con la de Platón29, pero representa en todo caso una revaloración 
filosófica acerca de lo que se puede conocer y la manera como se pueden llegar a 
conocer los entes sensibles. Por tal motivo, la visión de Aristóteles en cuanto al 
 
28 Ibid p. 70 
29 El objetivo en esta parte no es elaborar un análisis detallado del contenido de la f ilosofía de Aristóteles. Solo 
se muestra una manera de entender una refutación de la teoría del mundo de las ideas de Platón por parte de 
Aristóteles. 
 21
conocimiento de los entes, es una visión que se determina a partir de la manera 
como se presentan en la realidad sin necesidad de recurrir a un mundo complejo 
de ideas tal como lo mantenía la doctrina platónica. 
 
 
1.3 LA LÓGICA ARISTOTÉLICA – EL CONOCIMIENTO SILOGÍSTICO 
 
La física en la época de la escolástica estaba constituida por dos grandes obras 
de Aristóteles: El tratado del cielo y la Física. Esta última fue escrita entre el 335 y 
el 332, mientras Aristóteles se encontraba en Atenas. Sin embargo en la Lógica ya 
se enunciaba el contenido de la Física. 
 
El voluminoso trabajo de Aristóteles tiene ante todo un gran valor histórico, pues 
en él, se refleja la experiencia científica de toda una época, ansiosa de encontrar 
en esta materia una explicación definitiva. La ciencia aristotélica busca el 
conocimiento absoluto. A partir de definiciones y de principios deduce una serie de 
proposiciones rigurosamente encadenadas para desembocar en la construcción 
de un edificio perfectamente lógico30. 
 
La aprobación de tan maravilloso compendio teórico en el estudio de la cultura 
medieval suponía la aprobación de la autoridad eclesiástica, pero tal aval no se 
consiguió sino después de un largo proceso; sólo después de revalorar, 
reinterpretar y, en algunos casos de corregir algunos de sus escritos. 
 
 
30 Esta es una referencia a los silogismos. 
 22
En las instituciones científicas medievales los docentes eran clérigos y estaban 
atados a su fe y a la doctrina de la iglesia, lo cual condujo a que los textos de 
Aristóteles fueran prohibidos durante un largo periodo de tiempo, debido a que sus 
interpretaciones fueron consideradas en algunos casos, como contradictorias 
frente a la ortodoxia cristiana en lo referente a la doctrina de la creación a partir de 
la nada, la inmortalidad del alma y la doctrina de la divina providencia. Fue así 
como se prohibió en 1210 impartir lecciones sobre los libri de naturali philosophia 
de Aristóteles y posteriormente en 1215 se prohibió también su metafísica. En 
1231 Gregorio IX, el Papa actual, confirmó la prohibición pero con la siguiente 
aclaración: “hasta que sean corregidos”. 
 
Los postulados de la filosofía aristotélica y todas sus obras conocidas, fueron 
cuestionados hasta que una nueva interpretación de los mismos permitió que se 
incorporaran al plan oficial de estudios. Tomás de Aquino tomó la concepción 
aristotélica y la asoció estrechamente a la revelación judeocristiana. Gran parte del 
mérito en esta nueva interpretación se debe al trabajo de este personaje, quien 
logró que la filosofía adquiriera autonomía y, a la vez, que ocupase 
necesariamente un sitio preferente en el edificio de la teología. El estudio de los 
escritos de Aristóteles pasó del estadio de lo prohibido al de la obligación una vez 
reformulados y reorientados los principios de su teoría. Luego de su corrección, 
Aristóteles se convirtió en el representante por excelencia de los filósofos y su 
doctrina en emblema de la ciencia. 
 
El conocimiento que procuraba el aristotelismo constituyó una ciencia capaz de 
responder preguntas acerca de la naturaleza y de proveer una interpretación del 
mundo bajo la perspectiva de la teología pero con un carácter cientificista. 
 23
 
Para Aristóteles la realidad podía entenderse y predicarse a partir de un sistema 
lógico de deducción llamado silogístico que consistía en determinar cuáles son las 
condiciones generales en que, de unos juicios que afirman si el predicado es o no 
inherente al sujeto y que se presentan en calidad de premisas de una conclusión, 
se sigue o no, necesariamente a una consecuencia determinada. 
 
El conocimiento que proporcionaba este sistema consistía básicamente en una 
descripción en tanto que solo proporcionaba inferencias cualitativas acerca de las 
cosas materiales que existen en la realidad. Este carácter descriptivo se convirtió 
en la principal crítica a la ciencia medieval; dicha crítica estaba dirigida a señalar 
cómo a través de los silogismos no se producía ningún avance en el campo del 
conocimiento científico. En ese sentido el conocimiento adquirido mediante la 
aplicación de los silogismos era solo un conocimiento supuesto y aparente. Lo que 
representaba este sistema lógico, era la comprobación de algo que de antemano 
ya se tenía como cierto y no, una verdadera herramienta útil de conocimiento 
sobre la naturaleza. Por todas estas cosas, la opinión generalizada y compartida 
por algunos filósofos, como Descartes, a puertas de la modernidad, era 
precisamente la ineficacia de este sistema al no alimentar con contenidos siempre 
útiles y nuevos, el inquieto espíritu científico del hombre moderno. 
De esta manera lo expresa Bacon: 
 
“… Pues en la lógica vulgar casi todo el esfuerzo se consume en el silogismo. Mas 
los dialécticos no parece que hayan pensado seriamente apenas acerca de la 
inducción; transmitiéndola con una leve mención y acordando apresuradamente 
las fórmulas de la disputa. Yo, en cambio, rechaso la demostración por el 
 24
silogismo porque procede un tanto confusamente y saca la naturaleza de las 
manos (…) el silogismo consta de proposiciones, y las preposiciones son palabras 
y las palabras son signos y señas de las nociones. Así pues, si las nociones 
mismas de la mente (que son como el alma de las palabras, y base de toda su 
estructura y fábrica), estan extraídas mal y a la ligera de las cosas, y son vagas y 
no b ien definidas, y limitadas; y finalmente, viciosas de múltiples maneras, todo 
cae por el suelo. Así, pues rechaso el silogísmo.“ 31 
 
En suma, el conocimiento silogístico fue caracterizado por mostrar interés en la 
apariencia de las cosas y en sus cualidades sensibles, más no por procurar un 
análisis profundo de las mismas que permitiera su conocimiento a cabalidad. El 
pensamiento de los filósofos contradictores del Aristotelismo, era que una vez 
obtenido este conocimiento abarcante de las cosas, sería fácil dar el siguiente 
paso: poner al hombre por encima de todas las cosas, al único ser que tiene la 
capacidad de transformarlas a su antojo y de sacar el máximo beneficio de la 
naturaleza. De hecho, se debe tener encuenta que el objetivo de Descartes no 
era pasar a la historia como el primer filósofo moderno, sino convertirse en el 
descubridor de un método científico capaz de facilitar el conocimiento del hombre 
y de la naturaleza. Él pensaba que existían dos tipos de conocimientos 
privilegiados: el de la medicina, capaz de lograr el bienestar del hombre al vivir con 
salud y así disfrutar la vida, y el del conocimiento tecnológico que permitiría reducir 
la carga de trabajo. Con estos objetivos en mente, siguió Descartes sus 
reflexiones convencido de la nacesidad de un nuevo método y de la importancia 
que tendría el modelo de proceder de las mátemáticas en su incorporación. 
 
 
31 BACON. F. Novum Organum, Buenos Aires: Editorial Lozada, S.A., 1961. pp. 53, 54 
 25
1.4 ANTECEDENTES PARTICULARES DE LA ÉPOCA MODERNA 
 
1.4.1 El pensamiento renacentista. Con el Renacimiento se inicia un proceso de 
secularización que va creando las condiciones para el deterioro del papel 
predominante que durante siglos mantuvo la Religión en la manera de actuar y de 
pensar de los seres humanos. Desde entonces y de forma creciente, el hombre no 
solo se enfrenta con nuevas fuerzas a los problemas “naturales” que antes asumía 
como voluntad de Dios, sino que asume su cuerpo y el mundo que lo rodea como 
algo más que un Valle de Lágrimas32. El enorme empuje creativo del 
Renacimiento pronto logró un impulso cada vez más acelerado que resultó 
volcando el interés de las personas en la curiosidad científica. 
 
Entre los grandes financieros y comerciantes surgieron tutores que patrocinaron 
estudios al margen de los realizados en los centros escolásticos. La teología que 
había sido la disciplina representativa de la edad media dió paso al humanismo. 
Mientras que aquella hacía de Dios el objeto primordial de sus estudios, el 
humanismo fijó el centro de atracción en el hombre y, por extensión, en toda la 
naturaleza. Intentaba implementar el respeto por la dignidad humana y se 
preocupaba por el bien de los hombres, por su desarrollo multilateral y por crear 
condiciones de vida sociales favorables para el individuo. 
 
Es así como el humanismo ocupó en el siglo XV un lugar muy destacado en la 
ideología de las clases burguesas que luchaban contra el feudalismo y las 
concepciones teológicas del medioevo. Proclamaba la libertad del ser humano y 
 
32 En la edad media era común pensar la v ida en la tierra como un paso obligado en el camino hacia la 
salv ación en el cielo, lleno de suf rimientos y padecimientos debido a la sumisión ante los dogmas de la iglesia. 
 26
combatía el ascetismo religioso. Se manifestaba en defensa del derecho del 
hombre al placer y a la satisfacción de las necesidades terrenas. Este movimiento 
inscrito en el contexto renacentista llevó a una época diferente, en la cual el 
hombre parecía poseído de una actitud positiva y de un ánimo juvenil que lo 
impulsaba a realizar nuevas experiencias en busca de lo nuevo y lo desconocido 
por todos los rumbos. Durante el renacimiento los hombres se sentían inquietos, 
perplejos e indecisos ante la prodigiosa abundancia de hechos que llegaban y se 
recogían de todas partes. Con intrépida curiosidad ojeaban los libros de la 
antiguedad y se sentían motivados por cuestionarlos y aprender de ellos. También 
durante los viajes y las observaciones hechas en ellos en busca de lo nuevo y lo 
raro; de plantas exóticas, costumbres extrañas y religiones diferentes, se 
incrementó el apetito renacentista por el conocimiento de lo desconocido y por una 
nueva comprensión del mundo. De esta manera, la vida pausada y la sumisión 
por lo establecido durante la edad media, fue paulatinamente reemplazada por 
una agitación tumultuosa y un anhelo de innovación. 
 
Entre otras cosas, el renacimiento descubre la imprenta que trae como 
consecuencia el rompimiento del lazo de rígida subordinación del alumno al 
maestro en cuanto intérprete del texto, permitiendo un diálogo a solas con los 
libros que, multiplicado por miles de copias, ponía nuevas ideas en circulación 
descubriendo finalmente la infinitud y la homogeneidad del universo. 
 
Haciendo referencia a lo anterior, Romero afirma que: 
 
“…El nuevo sentido de la individualidad se convierte automáticamente en una 
intensificación de las fuerzas del individuo, en una ampliación de su horizonte 
 27
en el conocimiento y en la acción. Se inicia, aunque no muy definida todavía, 
la concepción de la historia como un proceso creador, y el hombre empieza a 
sentirse dueño y responsable del mundo “ 33. 
 
De ahí que, el dirigir la mirada hacia autores antiguos, daba el sentimiento de 
haber hallado una cultura jamás imaginada en occidente. El descubrimiento del 
nuevo mundo, de la pólvora y del cañón además de la confianza en las santas 
escrituras, enorgullecían a Europa y la hacían sentir triunfante. 
 
El renacimiento es sin lugar a dudas, una época crucial e importante para 
comprender el desarrollo del pensamiento moderno. La importancia del 
humanismo, el descubrimiento de la imprenta, el desbordado interés hacia el 
estudio de la naturaleza y las inquietudes que despertó la reforma protestante 
junto con el paulatino debilitamiento del sistema feudal, hacen del Renacimiento 
una época enciclopédica y fecunda para la preparación de los espíritus hacia el 
encuentro de nuevas explicaciones y nuevas respuestas acerca de los grandes 
enigmas del universo. 
 
 
Los hombres sabios del Renacimiento siempre estaban dispuestos a partir en 
busca de nuevas experiencias y nuevos conocimientos. Por tal motivo por toda 
Europa se multiplicaron los centros de vida intelectual abiertos a los nuevos 
espíritus. A los príncipes les encantaba rodearse de personas sabias y eruditas 
que alimentaran su conocimieto, les financiaban la publicación de sus libros, 
 
33 ROMERO, Francisco. Historia de la filosofía moderna. México: Editorial Fondo de Cultura Económica, 1959. 
p. 10. 
 28
apoyaban económicamente los proyectos de fabricación de instrumentos 
científicos y en otros casos, organizaban y ordenaban la implementación de 
bibliotecas. 
 
Las universidades también fueron receptoras de esta innovación intelectual 
descubridora. Se crearon cátedras especiales, colecciones de historia natural y de 
jardines botánicos. En fin, se crea un espacio adecuado para que florezcan las 
nuevas ideas en una plataforma de cambio y mejora contínua. 
 
La ciencia renacentista nace en contra del intelectualismo aristotélico buscando en 
la antiguedad la manera de corregir o contradecir a Aristóteles. Ptolomeo, que no 
era aristotélico, nunca fue tan educado y preparado como Copérnico, quien se 
dedicó a refutarlo en nombre de los astrónomos pitagóricos. Los textos de 
Pitágoras al igual que Platón y los neoplatónicos, fueron masivamente traducidos 
hacia la segunda mitad del siglo XV y estudiados con gran atención. No obstante, 
esta revolución antiaristotélica se desarrolló en el seno de una sociedad que tenía 
categorías de pensamiento basadas en contenidos aristotélicos, por lo cual el 
cambio se originó en medio de contrariedades. Irónicamente muchos de los 
aristotélicos consagrados y fieles a su maestro van progresivamente derrumbando 
la coherencia de su pensamiento, el cual se hacía muy difícil de comprender. 
 
Estos sabios renacentistas nunca perdieron la preocupación por lo útil y por la 
acción. El gusto por lo concreto y comprobable contribuyó al rechazo del sistema 
Ptolemaico. Su interés por la acción práctica e inmediata dirigió la actividad de 
algunos hombres que ya no se preocupaban por Aristóteles y sí por la mecánica 
que les resultaba más benéfica y eficaz. 
 29
 
El principal objetivo renacentista en el campo de la ciencia era sustituir la antigua 
racionalidadaristotélica por otra completamente opuesta. Mientras que los 
aspectos místicos y dogmáticos anteriores condujeron a una mirada irracional 
sobre la naturaleza, los planteamientos renacentistas trataron de ser cada vez 
más exactos y precisos. Pero después de haber contribuido a la destrucción del 
orden antiguo y dotado a la ciencia con valiosos conocimientos, el Renacimiento 
resultó incapaz de concretar y crear un nuevo orden lo cual condujo a Europa a 
una de sus mayores crisis intelectuales. El proyecto renacentista centró su interés 
en los planteamientos de Galileo quien desarrolló ese nuevo sentido necesario 
para la construcción de paradigmas verdaderos de conocimiento, basados en la 
idea de la naturaleza escrita en lenguaje matemático. Este nuevo sentido es el que 
tendría connotaciones realmente revolucionarias, puesto que es esa nueva 
concepción matemática la que iría a permitir reemplazar la antigua concepción de 
una naturaleza de substancias y cualidades por una integrada de fenómenos 
observables, manipulables y cuantificables. 
 
1.4.2 La iglesia: “ Autoridad o Autoritarismo” – La reforma protestante. Hasta 
aquí se han expuesto brevemente, algunos de los factores que convergen en la 
generación y el desarrollo de una nueva filosofía con contenidos siempre útiles 
que demostrarían el alcance del espíritu humano y sus verdaderas capacidades. 
 
Pero propiamente en el campo de la filosofía los cambios no se produjeron 
estrictamente a partir del cuestionamiento de esta, sino que lo que se conoce 
como modernidad filosófica tuvo grandes antecedentes en varios ámbitos de la 
 30
vida pública como el teológico y el científico,34 que repercutieron enormemente en 
el florecimiento de los nuevos tiempos. 
 
En el ámbito teológico, la iglesia marcó una diferencia notable en el campo de la 
ciencia y en torno a ella se conduce gran parte del análisis en el presente trabajo. 
Por un lado su imposición en la sociedad sometió a las personas a contemplar de 
manera descriptiva las grandezas de la voluntad divina de Dios plasmada en la 
naturaleza; y por otro, limitó el intelecto humano oponiéndose a ir más allá en el 
estudio de esas grandezas y maravillas naturales35. 
 
Pero como quiera que fuera, con la aprobación de la Iglesia o sin ella, el hombre 
de la Edad Media centró su interés en explorar y describir el orden natural y las 
cosas que le rodeaban, sin importarle el cambio o la novedad que sus 
investigaciones pudieran ocasionar para la historia. 
 
Sin embargo, los cambios se produjeron, e incluso alcanzaron a la propia iglesia, a 
su estructura y a sus dogmas. Es así como se produjo la disolución de la unidad 
de la cristiandad occidental o la rebelión universal, espiritual y por lo tanto social, 
que se conoce comúnmente como La reforma. Esta duró desde su surgimiento, 
aproximadamente doscientos años y se generó en el seno mismo de la escolástica 
 
34 Además, claro esta, del ámbito artístico y el político, que no son en sentido estricto análisis detallados en 
este trabajo. 
35 Hago ref erencia a esta característica de la teología y la ciencia medieval, no sin antes señalar que tal v ez 
las motiv aciones enmarcadas dentro de contextos de épocas distintas obedecían a intereses sustancialmente 
dif erentes. Por ejemplo si la motiv ación principal del hombre moderno es el ideal de progreso y conocimiento, 
no signif ica que sea la misma expectativa la que motiv ó al hombre de la edad media. Este punto sirv e para 
hacer énf asis en la oposición del concepto de ruptura entre épocas, pues solo se puede hablar de ruptura allí 
donde algo se considera igual. 
 31
medieval. Dicha inclinación, que tuvo como principal exponente a Martín Lutero36 a 
principios del siglo XVI, separó de la iglesia católica romana a una gran parte de 
Europa dando como resultado la consolidación de comunidades protestantes. La 
principal causa que motivó a Lutero a emprender dicha revolución fue la 
corrupción que imperaba en el ambiente de la iglesia. Los altos cargos 
eclesiásticos ocupados a menudo por personas interesadas más por sus 
actividades políticas y económicas que por predicar la fe y obrar de manera 
acorde con la benevolencia que supone la defensa de la religión, dejaban al 
descubierto la gran contradicción entre la teoría y la práctica. Pues mientras los 
clérigos predicaban el ideal de humildad y pobreza, aprovechaban su condición 
jerárquica para amasar grandes fortunas y disfrutar de una escandalosa riqueza. 
 
Con la aparición del humanismo se trató de encontrar el verdadero sentido del 
cristianismo en el análisis directo de los textos sagrados, poniendo en entredicho 
la interpretación que de los mismos había hecho la iglesia. De manera que ya no 
se veía a ésta como la guía infalible de los creyentes. Pero a pesar de los ánimos 
de renovación y revaloración, (ideales de la reforma), por gran parte del sector 
cristiano, los Papas trataron de mantener la estructura medieval de la iglesia y 
continuaron gravando la economía de los fieles con elevadas contribuciones 
encaminadas a salvaguardar el lujo de la corte vaticana37., las cuales justificaban 
bajo el supuesto de que la salvación se obtenía a través de dichas contribuciones. 
 
 
36 (1483-1546) Teólogo alemán nacido en una modesta familia de Sajonia. Estudió derecho en la univ ersidad 
de Erf urt en 1501 y en 1512 f ue nombrado prof esor de teología en la universidad de Wittenberg. 
37 De hecho, el incidente que desencadenó la ref orma sucedió en 1513 cuando el papa León X procuró 
algunas condescendencias a los f ieles que contribuyeran con el f inanciamiento de la Basílica de San Pedro 
del Vaticano. Este incidente se conoce con el nombre de la bula de las indulgencias. 
 32
De ahí que la nueva doctrina que predicaba Lutero consistía en explicar el camino 
hacia la salvación en virtud exclusivamente de la fe y no de las acciones que 
según él, eran consecuencias directas de ella. La justificación por las obras, 
propias de todo católico, representaba para Lutero una artimaña de la iglesia para 
manipular utilitariamente a sus fieles. Lo que libraba al hombre de la condenación 
y del pecado, era para Lutero, la fe que proporcionaba la adecuada lectura e 
interpretación de la Biblia, y basándose en este argumento acusó a la iglesia de 
haberse atribuido el derecho exclusivo a interpretarla a su voluntad y provecho. 
 
Sea cual sea la evolución de la reforma luterana, ésta significaba claramente un 
detrimento de la religión, y de la influencia de la iglesia católica en la sociedad 
medieval. De esta manera, la autoridad eclesiástica interpretada por los 
reformistas como autoritarismo, fue cuestionada y reestructurada como fuente de 
una nueva atmósfera del pensamiento; una manera distinta de obrar basada en la 
autonomía del individuo en cuestiones de fe, que representaba un claro 
desprendimiento de las coerciones de la iglesia durante tantos años. 
 
1.4.3 El desarrollo de la astronomía y su influencia en la transformación de la 
conciencia medieval. De acuerdo con Koyré se puede afirmar que: "La física 
moderna no debe su origen a la tierra solamente. Lo debe igualmente a los cielos. 
Y es en los cielos donde encuentra su perfección y su fin” 38. 
 
Este planteamiento tiene que ver con el gran avance de la astronomía durante la 
Edad Media, lo cual influyó a su vez para el desarrollo de la física moderna. Y por 
añadidura, sobre la transformación de la conciencia medieval. 
 
38 KOYRÉ, A.. Op. Cit. Estudios de historia del pensamiento científico pp. 180-181 
 33
 
En primera instancia, el sistema geocentrista incorporado por Ptolomeo había sido 
universalmente admitido durante 1400 años. 
 
Figura 1. Sistema aristotélico-ptolemaico.FUENTE: 
Este sistema fue creación de Aristóteles, pero en el siglo II después de Cristo 
Ptolemeo brindó una interpretación matemática que permitió explicar los 
movimientos del sol, la luna y de los planetas, a partir del postulado del 
movimiento circular uniforme al que se pensaba debían ajustarse todos los 
cuerpos celestes. 
 
Fundamentalmente este psotulado explicó el aparente movimiento de los cuerpos 
celestes mediante dos sistemas alternativos: el de las excéntricas trayectorias 
circulares, cuyo centro aunque próximo a la tierra, no coincide con esta y, el de los 
deferentes y epiciclos en donde la trayectoria de los planetas es el resultado de su 
movimiento circular uniforme alrededor de un centro, que a su vez, se traslada con 
 34
movimiento circular uniforme en torno a la tierra, dando así explicación a 
aparentes anomalías como la del retroceso periódico de los planetas. Además, el 
sistema de Ptolomeo introdujo unos puntos excéntricos llamados ecuantes, 
respecto a los cuales el movimiento del planeta era uniforme, con lo que en 
realidad, la velocidad del planeta en su trayectoria era variable. A partir del 
sistema ptolomeico, se hicieron observaciones por casi dieciséis siglos. 
 
 35
Figura 2. Descripción ptolomeica del movimiento de los planetas. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
FUENTE 
El anterior esquema comparativo muestra los recursos geométricos empleados 
por Ptolomeo para explicar y predecir los movimientos aparentes de los planetas. 
En primer lugar, un esquema del movimiento de un planeta en un epiciclo 
alrededor de un centro que a su vez gira en un deferente en torno a la tierra; en 
segundo lugar, un esquema del movimiento del planeta en una excéntrica, 
circunferencia cuyo centro no coincide con el de la tierra. En tercer lugar, un punto 
excéntrico respecto al cual la velocidad angular del planeta es constante, aunque 
ésta varíe realmente. Finalmente, en cuarto lugar, una combinación de epiciclo, 
excéntrica y deferente. 
 36
 
Fue precisamente este aspecto del sistema ptolemaico, el de los ecuantes, el más 
criticado posteriormente en el siglo XVI por Copérnico. Este criticaba la astronomía 
ptolemaica por el carácter fragmentario de sus soluciones, pero ante todo por 
haber abandonado el principio platónico de la uniformidad de los planetas, al 
introducir entre sus artificios el punto ecuante. Es decir, a partir de la 
presuposición errónea de que los movimientos circulares y uniformes constituyen 
la clave de la armonía con el universo. 
 
A pesar de su complejidad el sistema ptolemaico permitía explicar y predecir las 
posiciones del sol, la luna y las estrellas con una precisión considerable por lo que 
fue universalmente adoptado por los astrónomos musulmanes y cristianos 
posteriores. Sin embargo, a principios del siglo XVI el sistema de Ptolomeo era 
constantemente modificado y por consiguiente, difícil de entender e imposible de 
explicar y mantener. Se había vuelto tan complicado que era necesaria una nueva 
interpretación más sencilla acerca de la concepción del universo y de los 
movimientos interplanetarios. Los problemas mecánicos planteados por la nueva 
astronomía no podían ser resueltos por la mecánica imperante de la época; es 
decir, por la mecánica de Aristóteles39 y sirvió para que los teólogos y aristotélicos 
 
39 Ibíd. p. 187. 
“ El mov imiento para los aristotélicos es un proceso que af ecta al móvil, que tiene lugar “en” el cuerpo en 
mov imiento. Un cuerpo se mueve de A a B, de un cierto lugar situado encima de la tierra hacia ésta, o, más 
exactamente, hacia su centro. Sigue la línea recta que une estos dos puntos. Si durante este mov imiento la 
tierra gira alrededor de su eje, describe con relación a esta línea (la línea que v a de A hacia el centro de la 
tierra) un mov imiento en el que no toman parte ni esa línea ni el cuerpo que está separado de ella. El hecho 
de que la tierra se mueva por debajo de él no puede afectar a su tray ectoria. El cuerpo no puede correr tras la 
tierra, prosigue su camino como si nada pasara, pues, en efecto, a él nada le ocurre. Incluso el hecho de que 
el punto A (lo alto de la torre) no permanezca inmóvil, sino que participe en el movimiento de la tierra, no tiene 
 37
reaccionaran ante este hecho con una argumentación que no duraría por mucho 
tiempo, ya que posteriormente Galileo y Newton demolieron sus objeciones con 
una mecánica y una astronomía sistemática y ordenada. 
 
En resumen, la teoría geocéntrica del universo desarrollada por Ptolomeo, 
aseguraba que la tierra era el centro del universo y carecía de movimiento. En 
cambio, la teoría heliocéntrica, desarrollada por Copérnico, explicaba cómo la 
tierra y los planetas giraban alrededor del sol. 
 
La primera formulación moderna de la teoría heliocéntrica del universo se le debe 
a Nicolás Copérnico, quien desde 1496, durante sus continuos viajes se reunía 
con algunos de los astrónomos y matemáticos más importantes de la época. 
 
una importancia para su movimiento: lo que se produce en el punto de partida del cuerpo (después de 
abandonarlo) no tiene la menor influencia en su comportamiento.” 
 38
Figura 3. Sistema copernicano. 
 
 
 
FUENTE 
El sietma copernicano sustenta la existencia del sol como centro del universo y a 
su vez, la de los planetas girando alrededor del sol, en órbitas independientes. 
 
La originalidad expuesta por Copérnico reside en el método que utiliza para su 
razonamiento. Los astrónomos que situaban a la tierra en el centro del universo 
tenían que recurrir a complejísimos sistemas de círculos que giraban en otros 
círculos para poder explicar los movimientos de los planetas. Basta con atender a 
las explicaciones ofrecidas anteriormente y al cuadro expuesto en páginas 
anteriores para darse cuenta de la confusa teoría de Ptolomeo. 
 39
 
La astronomía ptolemaica se ocupaba solo de observar, medir, suponer, calcular y 
predecir las posiciones de los planetas sin introducir explicaciones causales de 
ninguna clase. El sistema que propone Copérnico cuenta con la ventaja de poder 
explicar todos los movimientos de la luna, de los planetas y del sol de una manera 
muy simple, lo cual no sólo representaba una mayor acogida en la gente, sino 
mayor utilidad en cuanto al conocimiento que a partir de allí se podía inferir. Esto 
hizo eco en una gran parte de la población intelectual, influenciada ya por las 
constantes transformaciones inspiradoras de la época y sirvió de marco para 
incorporar otra concepción del hombre y del mundo que lo rodeaba, permitiendo a 
nivel científico una revaloración de los métodos utilizados para explicar la 
naturaleza y sus fenómenos. 
 
Una vez más la perspectiva general de la época cambiaba en torno al lugar y la 
función del hombre en el mundo. Transformando la manera de pensar de las 
personas y preparando el terreno para la llegada, un siglo después, de la filosofía 
cartesiana con la cual toma fuerza la idea y el concepto del método moderno. 
 40
 
 
2. LA AURORA DE LA MODERNIDAD 
 
"Demasiado vano es el pensamiento de quien cree 
introducir una nueva filosofía por el hacho de reprobar a 
este o aquel autor; primero es necesario aprender a 
rehacer los cerebros de los hombres y a hacerlos 
capaces de distinguir lo verdadero de lo falso...” 
Galileo 
 
Como se decía en páginas anteriores, los cambios en la historia no se producen 
abruptamente, sino que implican periodos de transición. De manera que el paso 
hacia la modernidad estuvo precedido por el renacimiento, el cual se caracterizó 
por el florecimiento de las nuevas ideas y sobre todo por la confianza del hombre 
en sus capacidades para explorar el mundo y sus fenómenos, quelo conduce al 
descubrimiento de un nuevo método científico. 
 
2.1 LA CRISIS DE LA ESPECULACIÓN MEDIEVAL Y LA NECESIDAD DE UN 
NUEVO MÉTODO 
 
La crisis de la Edad Media se dibujaba más claramente a medida que se 
consolidaban los procesos de transformación intelectual desde el siglo XV. Con el 
advenimiento del Renacimiento desplegado por las diferentes corrientes 
Humanistas, el deterioro de la autoridad de la iglesia como consecuencia de la 
reforma, y los nuevos avances en el campo de la astronomía, se augura la 
 41
transformación de un horizonte de pensamiento, que ha de convertirse en el fruto 
de la modernidad. 
 
El perfil de la iglesia y de la sociedad medieval torna nuevos visos y enfoca su 
interés ahora en cosas nuevas y experiencias fructíferas. Por tanto, la mencionada 
crisis de la escolástica alude principalmente al panorama de este cambio y se 
refiere puntualmente a la opinión unánime compartida por los filósofos modernos 
acerca de los problemas y límites del pensamiento tradicional y, en consecuencia, 
a la necesidad de incorporar un nuevo método de conocimiento y pensamiento 
benéficamente productivo en pro del desarrollo humano. Como se verá más 
adelante, (en el desarrollo de este trabajo) este método cobró forma en el modelo 
de las matemáticas y de su incorporación por parte de Descartes (aunque no fue 
el único), al campo de la investigación. 
 
El pensamiento trdicional, encabezado por Aristóteles y su sistema de silogismos 
fue remplazado paulatinamente por el modelo de conocimiento propio de las 
matemáticas. En 1612 Galileo publica un discurso acerca de las cosas que flotan 
en el agua. Allí40 se muestran claramente dos maneras de entender la razón por la 
cual un objeto como el hielo no se hunde en el agua. La primera de ellas la 
proporciona Delle Colombe, y constituye una postura escolástica característica de 
la filosofía de Aristóteles y de corte silogístico. La segunda la hace Galileo e 
intenta explicar el fenómeno desde bases mas sólidas y científicas. Esta disputa 
 
40 Tomado de MARY, J.P, Galileo, mensajero de las estrellas, Editorial. Aguilar Universal-ciencias, Madrid 
1990, pp. 98,99. En: ZULUAGA , C.M. Spinoza y Descartes: Dos v ariantes del método en los inicios de la 
modernidad, Tesis de grado. Universidad De Los Andes, Bogotá 1992 
 42
entre estos dos personajes sirve de ejemplo para demostrar el interés de algunos 
por sustituir el antiguo método escolástico. 
 
La opinión que dio Delle Colombe fue la siguiente: “…si el hielo flota sobre el 
agua es debido a que tiene forma de placa; esta forma particular del hielo es la 
que la impide hundirse en el agua. Sin esta resistencia formal, el hielo caería al 
fondo, ya que forma parte de los cuerpos pesados”. Delle Colombe propone una 
explicación de sesgo aristotélico al deducir que la forma, en este caso una 
cualidad del hielo, es la que impide su hundimiento y no pensaba en la posibilidad 
de que existiera una relación entre el hielo y el agua que fuera la causa de que se 
presentara el fenómeno; es decir, consideraba completamente distintos a los dos 
cuerpos. Por su parte Galileo sostenía que debía existir una relación entre los dos 
cuerpos que hacia imposible el hundimiento del hielo, y afirmaba: “…En principio 
cabe resaltar que una placa de hielo a la que a la fuerza se la inmerge hasta el 
fondo del agua, remonta a la superficie tan pronto como se la suelta; pese a que 
en este caso la resistencia del agua debería empujarla hacia abajo. No, no es una 
cuestión de resistencia ni de forma: una bola de hielo flotaría lo mismo que una 
placa. Se trata simplemente de que el hielo es más ligero que el agua. Hay que 
renunciar a la posición estab lecida por Aristóteles entre cuerpos pesados y 
cuerpos ligeros. Las palabras ligero y pesado no existen más que en relación la 
una con la otra. No están por una lado las cosas pesadas y las cosas ligeras. 
Simplemente sucede que una cosa es más pesada que otra“. De esta manera 
Galileo cuestionó una explicación basada en la cualidad de la cosa y respondió al 
fenómeno mediante relaciones establecidas por el intelecto entre una y otra cosa, 
logrando inferir que si se considera de manera a priori que un cuerpo es más 
liviano que el hielo, éste debe flotar necesariamente en el agua. Un criterio de 
 43
verdad como éste, puesto en el sujeto que conoce a través de relaciones que 
conceptualmente se forman en su entendimiento y que desarrolla lógicamente 
partiendo de la teoría para mostrar su aplicabilidad en la experiencia, permitía 
establecer un tipo de conocimiento normativo y no descriptivo como el 
proporcionado por el silogístico, que solo consideraba la posibilidad de adecuación 
entre el enunciado y la cosa (por ejemplo en el caso anterior en donde al hielo se 
le atribuía su capacidad de flotar de acuerdo a la deducción que se hace a partir 
de su forma). Un método de conocimiento como el puesto en práctica por Galileo, 
basado en relaciones entre una cosa y otra, permitía inferir premisas con las 
cuales se podían deducir y predecir los fenómenos, lo cual servia mucho para el 
ideal de avanzar en el conocimiento. 
 
 
2.2 UN AMBIENTE DE CAMBIO: EL IMPULSO DE LOS MODERNOS 
 
El único medio para acabar con el antiguo método escolástico era ofrecer caminos 
alternos frente a las posibilidades de conocimiento tradicional, sustituyendo las 
creencias por demostraciones y a la contemplación por verdades indefectibles. 
Pero esto resultaba una tarea difícil para el inquieto hombre envuelto en el tardío 
período escolástico; de ahí que la nueva mentalidad positiva que trajo el siglo XV, 
produjo el impulso que se necesitaba para cuestionar su propio mundo y su propia 
existencia. 
 
El renacimiento es pues, la aurora de la modernidad. No de repente ni desde sus 
inicios, sino gracias a sus causas y más aún a sus consecuencias; a ese 
 44
manantial de ideas desbordantes que reclaman al hombre como centro y maravilla 
de toda la creación; gracias a todo un ambiente de cambio. 
 
El hombre, aburrido del rumbo medieval, prepara un largo viaje en busca de 
nuevas experiencias y lugares inexplorados. Alentado por su optimismo y la 
confianza en la investigación, que promete ser la puerta a todo lo desconocido, se 
llena de confianza y decisión. Confía en su capacidad de razonar, de pensar y 
analizar, abandona el dogma de la iglesia y la tradición. En su equipaje renuncia a 
portar la Biblia y, aunque todavía cree en Dios, cuestiona el hecho de que la 
verdad acerca de los portentos de la naturaleza se encuentre allí. Decide 
remplazarlo por un libro que a partir de ahora tendrá que ser reescrito, 
reexaminado y reorientado; el libro de la naturaleza redactado en gráficos, 
números y perfectamente accesible gracias a la geometría y a la mecánica 
moderna. Emprende su camino llevando a cuestas siglos de penumbre y 
apaciguamiento espiritual. Se le ve ahora animado, tranquilo y confiado. Motivado 
cada vez más por el legado de sus compañeros de viaje: Bacon, Galileo y 
Descartes quienes le brindan una nueva manera de conocer el mundo que lo 
rodea. 
 
Así pues, la principal empresa que produjo el ánimo renacentista fue la creación 
de una nueva ciencia que serviría a la postre de fundamento para el mundo de los 
modernos, cuyo nacimiento se sitúa en la renovación de las pautas aristotélicas y 
en el examen atento y sistemático de los fenómenos de la naturaleza. 
 
 45
El rasgo fundamental que enmarca este inédito conocimiento es la interpretación 
racional de los hechos determinados y comprobados bajo el rigor de las 
capacidades mentales. 
 
Un nuevo método; es decir una nueva ciencia, era la esperanza de los modernos 
de avanzar en el conocimiento, y a la vez el intento por fundarla debería contener 
algunas ventajas del antiguo método silogístico y eliminar al máximo

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