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Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto
MHSalud
ISSN: 1659-097X
revistamhsalud@una.cr
Universidad Nacional
Costa Rica
El gimnasio en casa (1861-1912): ¿De una
moda a estilo de vida saludable?
Torrebadella-Flix, Xavier
El gimnasio en casa (1861-1912): ¿De una moda a estilo de vida saludable?
MHSalud, vol. 18, núm. 1, 2021
Universidad Nacional, Costa Rica
Disponible en: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=237064193006
DOI: https://doi.org/10.15359/mhs.18-1.6
Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 3.0 Internacional.
https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=237064193006
https://doi.org/10.15359/mhs.18-1.6
https://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/3.0/
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Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto 1
MHSalud, vol. 18, núm. 1, 2021
Universidad Nacional, Costa Rica
Recepción: 16 Abril 2020
Aprobación: 14 Septiembre 2020
DOI: https://doi.org/10.15359/
mhs.18-1.6
Redalyc: https://www.redalyc.org/
articulo.oa?id=237064193006
El gimnasio en casa (1861-1912): ¿De
una moda a estilo de vida saludable?
e Gymnasium at Home (1861-1912): From a Fashion to a
Healthy Lifestyle?
Academia em casa (1861-1912): da moda ao estilo de vida
saudável?
Xavier Torrebadella-Flix xtorreba@gmail.com
Universidad Autónoma de Barcelona, España
 hp://orcid.org/0000-0002-1922-6785
Resumen: En España, con la aparición de los primeros gimnasios higiénicos en la década
de los años sesenta del siglo XIX, la gimnasia doméstica fue una alternativa para quienes
no podían o no querían asistir al gimnasio. La industria gimnástica inventó métodos y
aparatos para facilitar el ejercicio físico en casa. El objetivo de la presente aportación es
dar a conocer este tipo de gimnasia y estimular un relato circunstancial y original. A través
de la prensa y de la bibliografía histórica de la época hacemos la revisión pertinente hasta
1912. Finalmente, este relato sirve para concluir una problematización en el entorno de
la débil cultura física de principios del siglo XX en España.
Palabras clave: Actividad física, ejercicio físico, España, gimnasia.
Abstract: When the first hygienic gymnasiums appeared in Spain, in the 1860s, home
exercise was an alternative for those who could not or did not want to go to a gymnasium.
e gym industry invented methods and apparatus to make physical exercise at home
easier. is paper aims to describe these kinds of home gymnasiums and stimulate
circumstantial and original narrative. rough the press and historical bibliographical
sources of the time, we reviewed the subject in publications up to 1912. Finally, this
narrative serves to conclude a problematization in the environment of Spain's weak
physical culture at the beginning of the twentieth century.
Keywords: physical activity, physical exercise, Spain, gymnastics.
Resumo: Na Espanha, com o surgimento das primeiras academias higiênicas nos anos
60 do século 19, a ginástica doméstica era uma alternativa para quem não podia ou não
queria frequentar a academia. A indústria da ginástica inventou métodos e aparelhos
para facilitar o exercício físico em casa. O objetivo desta contribuição é divulgar este tipo
de ginástica e estimular uma história circunstancial e original. Através da imprensa e
da bibliografia histórica da época, fazemos a resenha pertinente até 1912. Por fim, esta
história serve para concluir uma problematização no ambiente da débil cultura física do
início do século XX, na Espanha.
Palavras-chave: atividade física, exercício físico, Espanha, ginástica.
Introducción
Con el desarrollo y la difusión de los primeros gimnasios higiénicos
constituidos a partir de los años sesenta del siglo XIX, las clases
acomodadas tuvieron a su alcance la posibilidad de confiar su desarrollo
corporal y bienestar físico a un experimentado profesor o profesora
de gimnástica (Vicente-Pedraz y Torrebadella-Flix, 2019; Torrebadella-
Flix, Rivero-Herraiz y Sánchez-García, 2019). En estos establecimientos
anunciados como “higiénicos”, y que solían disponer de la orientación
https://doi.org/10.15359/mhs.18-1.6
https://doi.org/10.15359/mhs.18-1.6
https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=237064193006
https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=237064193006
http://orcid.org/0000-0002-1922-6785
http://orcid.org/0000-0002-1922-6785
MHSalud, 2021, vol. 18, núm. 1, Enero-Junio, ISSN: 1659-097X
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de algún personal facultativo médico, se atendía un ejercicio físico que
llamaban racional y metódico con el objeto de preservar o restablecer la
salud (Torrebadella, 2014).
Puede decirse que en esta época, en casi todas las ciudades importantes
de España, había algún que otro gimnasio dirigido por un reputado
profesor o profesora, eso sí, con la supervisión de personal facultativo
médico. Como sucedía en diversas partes de Europa, en España el negocio
de la gimnástica también empezó a ser rentable y fue en aumento,
sobre todo a partir de aquella generación de hombres y de mujeres
que obtuvieron el título oficial en aquella efímera Escuela Central de
Profesoras y Profesores de Gimnástica (1887-1892) que cerró por falta de
presupuesto (Pastor, 1997). Si la desventura de este suceso perjudicó a un
cierto desarrollo de la cultura física en el país, por otra parte, se demostró
la incapacidad política de los sucesivos gobiernos de querer progresar al
ritmo de las naciones modernas. Sin embargo, estas primeras profesoras y
profesores de gimnástica alimentaron también la fundamentación de los
discursos regeneracionistas de la crisis finisecular del llamado “Desastre”
del 98 y se involucraron en la propagación de la gimnástica y de la
educación física en general (Torrebadella y López-Villar, 2016).
Los primeros gimnasios higiénicos para “ambos sexos” crecieron con
la protección de las ciencias terapéuticas y, también, de algunos tratados
de gimnástica que se presentaron como la solución a la degeneración
de la especie humana, es decir, para recuperar la salud y aliviar las
dolencias físicas y nerviosas, y otros vicios de conformación que afectaban
sobre todo a las personas adsorbidas por los ajetreos de la vida urbana
(Torrebadella, 2011).
La gimnasia higiénica entró en la configuración urbana de una sociedad
moderna inmersa en un proceso científico y tecnológico a caballo de la
revolución industrial. La rápida transformación de las clases medias y el
protagonismo de una vida social burguesa más abierta y cosmopolita, eso
sí, muy preocupada por el bienestar corporal y la salud, puso de moda
la gimnástica y, con ella, el anhelo romántico de la belleza y de la eterna
juventud (Un viejo setentón, ca.1899, p. 65). Por lo tanto, la gimnasia
se presentó, pues, como la solución más efectiva y menos dolorosa para
luchar contra las muertes prematuras; con lo cual, como mencionaba
el gimnasiarca José Sánchez Somoano (1883a, p. 13), “la inacción no
trae consigo más que enfermedades, y éstas la degeneración de las razas”.
Véase, además, que mencionaba José Hernández Ardieta (1838-1912),
exsacerdote murciano, libre pensador y creador del primer colegio de la
Institución Libre de Enseñanza en Cataluña –Sabadell– y fundador del
semanario obrero Los Desheredados (Masjuan, 2006):
En la época en que vivimos se encuentran muchas personas anémicas, nerviosas,
débiles y enfermizas por falta de ejercicio material. Mientras que estas prácticas
se descuiden, sin comprender que el desarrollo físico es condición indispensable
para la salud, la humanidad ira degenerando hasta convertirse en una familia de
tísicos entecos e inútiles, devorados por las enfermedades y degenerados en sus
condiciones morales. (Un viejo setentón, ca.1899, p. 65).
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Con los nuevos gimnasios también llegaron los miedos a los accidentes,
de aquí que los gimnasiarcas de la época procurasen desterrar los
ejercicios funambulescos para serenar a las madres y padres de familia
(Vicente-Pedraz y Brozas-Polo, 2017). La gimnástica higiénica y racional
nada tenía que ver con aquella que exhibían las compañías gimnástico-
acrobáticas. Efectivamente, como indica Pastor Pradillo (2015, p.
129): “paulatinamente, la evolución metodológica de la gimnástica
fue desechando las grandes máquinas en beneficio de los aparatos o
instrumentos más manejables y, sobre todo, de más fácil uso en locales
cerrados”.
Alrededor de la gimnástica se establecieron nuevas formas de negocio.
Una era la de ejercer de profesor o profesora en los colegios; otra la de
invertir en la invención y fabricación de materiales y aparatos gimnásticos;
también había quien escribía tratados y, otras personas, como hemos
citado, dedicaron los mejores años de su vida a viajar por el mundo en
compañías gimnásticas. Ahora bien, al gimnasio moderno le salió un
poderoso contendiente, la gimnástica doméstica o casera, es decir, el
ejercicio físico con una finalidad higiénica y en el domicilio particular de
la ciudadanía. Surgía así una tendencia que desde entonces no ha dejado
de reinventarse en la sociedad contemporánea.
Como trataremos seguidamente, la profesión gimnástica inventó una
serie de métodos y técnicas de fácil ejercitación que no requerían de
una presencia experta. En esta amalgama procedimental aparecieron
una diversidad de aparatos, relativamente sencillos y manejables que
facilitaron la ejercitación. Aparte, también aparecieron algunos sistemas o
tipos de gimnástica, que de igual modo satisfacían los intereses de aquellas
personas, que por el motivo que fuere, no podían asistir al gimnasio y
decidían ejercitarse en casa o en el trabajo. Así pues, el objetivo de este
artículo es dar a conocer este tipo de ejercitación física que fue conocida
con el nombre de gimnástica –gimnasia– “doméstica” o “casera” y que
empezó a desarrollarse a mediados del siglo XIX. Este estudio se cierra en
1912 por ser considerado un año de inflexión que marcó en la sociedad
española el triunfo normativo de la gimnasia sueca.
El trabajo se ha elaborado a partir de la revisión de fuentes
documentales en la prensa histórica de la Hemeroteca Biblioteca
Nacional de España (HBNE), el Arxiu de Revistes Catalanes Antigues
(ARCA) y, además, se han localizado obras de referencia histórica en el
Repertorio bibliográfico inédito de la educación física y el deporte en España
(1800-1939) (Torrebadella, 2011). El tratamiento de las noticias se ha
elaborado en un enfoque positivista y de exposición cronológica, y para la
hermenéutica se han consultado algunos trabajos de relación en torno al
objeto de estudio.
Desarrollo [1]
Desde la década de los sesenta del siglo XIX, el gimnasio higiénico
irrumpió en toda Europa y en América. El moderno ejercicio físico se
estructuró en una significativa variedad de movimientos de todo tipo,
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regulados por el artificio de la aparición de las máquinas gimnásticas. Estas
máquinas, además de facilitar el movimiento, proporcionaban una mayor
seguridad y economía gestual.
Entre las muchas máquinas inventadas, las de poleas fueron las más
conocidas, ya que tenían la ventaja de poder ser utilizadas en el espacio
privado, es decir, en el hogar. Así se introdujeron en el mercado las
primeras máquinas gimnásticas por poleas como la inventada, en 1859,
por los franceses de René Vian y Josep Charles Burlot, los cuales ya
disponían en París –en 1862– de un comercio de máquinas gimnásticas
de salón en la Rue Roussell, 21 (Schreiber, 1884) (Ver Figura 1).
Las máquinas de Burlot y Vian podían llegar a ser también muy
complejas, como la que se trajo de París el gimnasiarca Víctor Vignolles
(Busqué y Torró, 1865), para el lujoso gimnasio que tenía abierto en
Madrid desde 1861. Al respecto, se mencionaba lo siguiente:
Esas grandes máquinas de combinación y de contrapesos graduados que hoy han
llegado a la perfección en París, son importadas de los Estados Unidos. No son,
como se ha dicho, invención de Mr. Vignolles acaso por haber sido el primero que
las trajo a Madrid. Antes de que él pensara dedicarse a la Gimnasia, ya existían esas
máquinas. (Sánchez Somoano, 1883b, p. 54)
Estas máquinas fueron divulgadas en algunos tratados de gimnástica
de la época. La lujosa máquina de Burlot, por ejemplo, fue expuesta en el
tratado de Esteban García-Fraguas (1894).
Figura 1
Máquinas gimnásticas de René Vian y Josep Charles Burlot
Nota: Imágenes de Traité pratique de massage et de gymnastique médicale
por Schreiber (1884, p.89, p.85, p.86) Octave Doin. En Dominio Público.
En Londres se presentó el gimnasio portátil de Gustav Ernts (1861). Se
trataba de un aparato que podía facilitar numerosos ejercicios para todas
las partes del cuerpo (Ver Figura 2). Este tipo de aparatos solían exponerse
en certámenes y exposiciones internacionales.
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Figura 2
e Portable Gymnasium
Nota: Imágenes de: e Portable Gymnasium: A Manual of Exercises, Arranged for Self-Instruction in the
Use of the Portable Gymnasium, por Ernst (1861, p. 11, p. 57 y p. 53). Grant & C°. En Dominio Público.
Pero no todo era utilizar estas máquinas. El primero en divulgar un
método de gimnasia sin aparatos fue el alemán Daniel Gottlob Moritz
Schreber (1808-1861), profesor de medicina interna y de farmacología
en la Universidad de Leipzig y, posteriormente, director del Instituto
Ortopédico; fue considerado uno de los patronos de la gimnástica sueca
en Prusia. En España presentó el Manual popular de gimnasia de sala
(1861) que, según Torrebadella (2014), fue la obra más conocida del
siglo XIX y la que acreditó una confianza en la “gimnástica médica”.
Los ejercidos de Schreber eran muy sencillos y podían ser realizados en
cualquier lugar, en la misma casa o en el trabajo, aunque siempre era
preferible al aire libre (Figura 3). Cada ejercicio tenía su orientación
médica, es decir, su aplicación curativa o benefactora para el organismo.
Digamos que esta obra creó el imaginario que proclamaba que con la
gimnástica se podían curar muchos males. De aquí que los gimnasios la
incorporasen puesto que, además, era ideal para aquellas personas con un
sedentarismo preocupante. Naturalmente, toda persona sedentaria con
solo media hora de ejercicio diario mejoraba rápidamente la condición
física y su aspecto. El Manual de Schreber fue muy acreditado y, como
indica Torrebadella (2014), tuvo muchos imitadores (Anónimo, 1885;
De Vallieres, ca. 1907; Paz, 1888; Ugarde, 1906) . El profesor de
gimnástica Eusebio Ferrer (1894) recomendaba esta obra a sus estudiantes
del Instituto de Mahón por tratarse de un buen procedimiento para la
gimnasia de “sala o casera”.
Como indica José Luis Pastor (2001, p. 234), con la idea de la gimnasia
de sala nacía “la fórmula capaz de convertir el domicilio en un gimnasio
lo que abría posibilidades hasta entonces inéditas para el diseño y venta
de nuevos materiales”.
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Figura 3
El Monitor de la Salud, Madrid, 15 de agosto de 1861. Ejercicios de gimnasia de sala
Nota: Imágenes de Schreber (1864, p.122, p.70). En DominioPúblico. Manual Popular de Gimnasia de sala,
(Bailly-Baillière, 1861, p.75, https://ddd.uab.cat/record/174100) Colección HBNE: CC-BY-NC-SA 4.0
Además, este tipo de gimnasia, por la facilidad de los ejercicios, se
consideró perfecta para desenvolver la disciplina del alumnado y educar
en el control de la voluntad. Así, estos ejercicios, que en la gimnasia sueca
se llamaron “ejercicios de orden”, fueron comúnmente abusados en la
enseñanza de la educación física tradicional (Pastor, 1997, p. 512); incluso
podían realizarse en la misma aula y, por supuesto, no entrañaban peligros:
La gimnasia de sala consiste, en series de movimientos libres y ordenados para
poner en acción todos, o casi todos, los músculos del cuerpo, y dar cierta actividad
a los órganos, de manera que se desarrollen armónicamente, y, facilitándose la
circulación de todos los humores, se eviten muchas enfermedades, dándonos
elementos de salud y robustez. Para ella, no son necesarias ni se emplean
instrumentos, máquinas, ni aparatos de ningún género. Están, pues, proscritas las
anillas, las cuerdas, las barras, las paralelas bajas y altas, etc., y desde luego, con
mayor razón, los famosos trapecios. (Sardá, 1882, p. 225)
En España, fueron también conocidos los populares resortes de muelles
que ideó Jules-Léandre Pichery (1857). El primero que se ocupó de este
ingenioso y utilitario aparato fue el doctor Busqué y Torró (1865), que lo
conoció en el gimnasio de Mr. Vignolles (Figura 4):
Ciertamente no ofrece los excelentes y poderosos recursos de la gimnasia moderna:
pero a las ventajas de todos los trabajos a pie firme en que para la estabilidad y
firmeza se necesita poner en juego todos los extensores y flexores del tronco y
piernas, reúne la facilidad y la comodidad de fijar este sencillo aparato en cualquier
parte, al aire libre, en una habitación, gabinete, despacho, baño, etc. y sin salir
de su aposento el hombre de bufete, el literato, el filósofo, pueden desperezar sus
miembros entorpecidos por una larga vigilia o trabajo mental, reanimar su lenta
circulación sanguínea, desarrollar el calórico, promover el sudor y adquirir soltura
en la locomovilidad general y parcial. (Busqué y Torró, 1865, p. 56)
https://ddd.uab.cat/record/174100
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Figura 4
“Ejercicios con resortes de muelles de Pichery”
Nota: Imágenes de Gimnástica higiénica, médica y ortopédica o el ejercicio considerado como
medio terapeútico por Busqué y Torró (1865, p.157). Manuel Galiano. En Dominio Público.
Posteriormente, Ph. J. B. Carue, el más importante fabricante y
proveedor de aparatos de gimnástica que existía en Francia y reconocido
internacionalmente, presentó el Tratado práctico de gimnástica higiénica
para ambos sexos (Carue, 1880) –cuya primera edición francesa es de
1868–. En esta obra de 52 páginas aparecen el detalle de 26 ejercicios
– tensores, mazas y pesas–, entre estos los populares resortes de muelles
de Pichery (Figura 5), pero perfeccionados al substituir los muelles por
cordones elásticos.
Figura 5
Resortes de muelles Pichery
Nota: Imágenes de Traité Practique du Gymnase de Chambre. Hygiénique et Médical.
A L’usage des Deux Sexes por Carue (1868, p. I, p. III). Paris. En Dominio Público.
El Tratado Carue consiste en una propuesta de ejercicios realizados con
los aparatos del autor (tensores) y con distintas formas de pesas. Era una
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obra sencilla destinada a popularizar la gimnástica y hacerla accesible a
todo tipo de personas (Figura 6).
Figura 6
Gymnase Pichery
Nota: Imagen de L’Ilustration, Journal Universel (13 de noviembre de 1858, p.320). En Dominio Público.
El profesor sevillano Salvador López Gómez (1873), fundador en
1873 del Centro de Educación Física, Profiláctico y Terapéutico (Ávila,
2013), consideraba ventajoso y avanzado el uso de las máquinas de poleas
y, también, se inclinaba por el sistema Pichery. Curiosamente, en este
mismo año se difundía el “Gimnasio doméstico graduado” inventado
por el francés Eugenio Paz (1873a, 1873b), que disponía del mejor
establecimiento gimnástico de París (Torrebadella-Flix, 2020) (Figura 7
[2] ).
Aparato higiénico y médico por el cual pueden ejercitarse racional y
armónicamente todas las partes del cuerpo.
Este aparato de forma y aspecto elegantes, y que apenas ocupa el sitio de
una alacenita, facilita todos los movimientos y posiciones del cuerpo, ejercitando
sucesivamente todos los grupos musculares o localizando, si se quiere, el ejercicio,
ya de un miembro, ya de una articulación.
No podemos presentar aquí más que un corto número de movimientos que
pueden desarrollarse con nuestro aparato. Las personas que deseen recibir el
prospecto que los contiene todos, con las dimensiones y precios de la máquina,
pueden dirigir su pedido al Sr. Paz, director del Gran Gimnasio, rue# des Martyrs,
34, París. (Paz, 1873a, p. 698)
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Figura 7
Gimnasio doméstico graduado
Nota: Imagen de El Americano (27 de enero de 1873, p. 748, http://hemerotecadigital.bne
.es/issue.vm?id=0004274658&search=&lang=es). Colección HBNE: CC-BY-NC-SA 4.0.
Por su parte, desde Nueva York, el político cubano José Martí
(1853-1895) escribió en 1883 un artículo en La América recomendando
el “gimnasio doméstico” inventado por los hermanos Gifford (Herrera,
2018). Este ingenioso y estructurado aparato era una demostración
de la pericia inventora que desbordaba el ambiente gimnástico
norteamericano, y en el que la mujer aparecía como blanco comercial.
En suma, no hay ejercicio corporal, ya de los suaves que llaman calisténicos, ya
de los más recios que se enseñan como gala en los gimnasios, que merced a este
excelente y airoso aparato de Gifford, no pueda hacerse sin incomodidad alguna
en la propia casa.
Para nuestras mujeres pudorosas, a quienes simpáticas razones vedan la
asistencia a los gimnasios públicos, y que necesitan, sin embargo, tan grandemente
de estos ejercicios, el Gimnasio Doméstico es de inapreciable ventaja: sin exponerse
a ojos extrañaos, y en su propia habitación, pueden ejercitarse diariamente en
todos los movimientos saludables que aumentaron la fortaleza de sus músculos, y
la armonía y gracia de sus formas. (Martí, 1883, p. 240)
http://hemerotecadigital.bne.es/issue.vm?id=0004274658&search=&lang=es
http://hemerotecadigital.bne.es/issue.vm?id=0004274658&search=&lang=es
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Los ejercicios con poleas fueron divulgados como uno de los mejores
sistemas de “gimnástica doméstica”; sus movimientos no necesitaban de
grandes exigencias físicas, se podía aplicar para todo tipo de personas.
Por lo que se refiere a España, el gimnasiarca José Sánchez González de
Somoano debe ser reconocido como el primer inventor de una máquina
gimnástica de poleas. En 1886 presentó el Nuevo método de gimnástica
racional con la polea sistema Sánchez con patente de invención para veinte
años (Sánchez Somoano, 1886) (Figura 8). Consistía en un sencillo
manual que trata los ejercicios mediante el aparato de Poleas Sánchez,
inventado en 1875. Este aparato recibió la patente correspondiente del
Ministerio de Fomento y con él se añadía un manual de uso. El aparato
se colocaba clavado en la pared y disponía de una colección de pesas
graduadas, de 50 gramos en adelante.El precio oscilaba, según el tipo,
entre 100, 125 y 150 pesetas.
Figura 8
“Este aparato, perfeccionado en Madrid por el autor de este TRATADO en el año de 1875, estando
el Gimnasio establecido en la calle de las Infantas, se ha extendido desde aquella época con prodigiosa
rapidez por Gimnasios, Colegios y casas particulares, a pesar de las críticas de que era objeto por
parte de algunos Profesores, que también han tenido que adoptarle en vista de sus resaltados.”
Nota: Imagen de Tratado de Gimnasia Pedagógica para uso de las escuelas de primera y segunda
enseñanza e institutos por Sánchez Somoano (1883b, p. 115). Colección HBNE: CC BY NC SA 4.0.
El sistema de poleas era publicitado como un completo gimnasio
doméstico de uso particular, sencillo y sin peligros, podía ser utilizado por
todo tipo de sujetos: personas ancianas, niñez y señoras (Figura 9). Los
setenta ejercicios que completaban el sistema Sánchez se organizaban en
siete series, y se trabajaban todos los grupos musculares: I. Ejercicios de
dilatación torácica en la posición de pie firme. II. Ejercicios generales en la
posición firme. III. Ejercicios parciales en la posición firme. IV. Ejercicios
de dilatación torácica, sentados. V. Ejercicios generales, sentado. VI.
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Ejercicios parciales, sentado. VII. Ejercicios generales, acostado. Mas tarde
José Sánchez publicó, sobre este aparato, el libro Gimnasia doméstica.
Poleas (Sánchez Somoano, 1895).
Figura 9
Collage sobre anuncios de la “Polea sistema Sánchez”:
Nota: El Liberal, 7 de abril de 1887, p. 4 (http://hemerotecadigital.bne.es/issue.vm?id=0001153576&page=4&sear
ch=Polea&lang=ca). El Liberal, 10 de marzo de 1889, p. 4 (http://hemerotecadigital.bne.es/issue.vm?id=00011762
61&page=6&search=Polea&lang=ca). Diario oficial de Avisos de Madrid, 6 de marzo de 1891, p. 4 (http://hemerote
cadigital.bne.es/issue.vm?id=0000611061&search=&lang=es). La Época, 13 de enero de 1892, p. 4 (http://hemero
tecadigital.bne.es/issue.vm?id=0000552099&search=&lang=es). Anuncios: Colección HBNE: CC BY NC SA 4.0.
Con este sistema, José Sánchez pretendía, aparte del interés comercial,
difundir el ejercicio físico para todas aquellas personas que no podían
asistir a los gimnasios y demostrar que con otros métodos también se
podían conseguir grandes beneficios físicos, sin tener que recurrir a los mal
aconsejados aparatos gimnásticos:
La propaganda que con este aparato hemos hecho desde la época ya citada, la
dejamos a la pública consideración, pues basta decir que antes, tratándose de
gimnasia, no se hablaba más que de trapecios, torniquetes, pesas y paralelas. Hoy,
antes que todo esto, se habla de poleas, y nadie encontraría completo un gimnasio
que careciese de ellas. Éste es el resultado de nuestra propaganda, hecha teórica
y prácticamente; pues hemos sido los primeros en desterrar del gimnasio, o,
mejor dicho, en no usar nunca en nuestros gimnasios el trapecio, la barra fija ni
otros muchos aparatos, más perjudiciales que beneficiosos para el desarrollo físico.
(Sánchez Somoano, 1886, pp. 3-4)
Además, volviendo a la gimnasia de sala, este profesor era partidario de
su uso y, naturalmente, la recomendaba expresamente para las mujeres:
La gimnasia de sala, en la cual se pueden incluir los ejercicios de pesos pequeños
y mazas, debiera hallarse más extendida, principalmente entre el bello sexo, por el
poco ejercicio que hace, dada la índole de sus ocupaciones en el hogar doméstico,
y por una necesidad fisiológica que debieran tener muy en cuenta todos los padres
de familia desde que sus hijas llegan á los doce años hasta que pasan de los dieciséis.
Pero entre el poco ejercicio que hacen en la edad que más lo necesitan, y el uso de
ese inquisitorial aparato llamado corsé, con el que pretenden dar forma al pecho,
sin tener pecho para darle forma, lo cierto del caso es que la tisis y algunas otras
enfermedades diezman el bello sexo en lo mejor de sus años. (Sánchez Somoano,
1883b, p. 54).
http://hemerotecadigital.bne.es/issue.vm?id=0001153576&page=4&search=Polea&lang=ca
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http://hemerotecadigital.bne.es/issue.vm?id=0001176261&page=6&search=Polea&lang=ca
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http://hemerotecadigital.bne.es/issue.vm?id=0000611061&search=&lang=es
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http://hemerotecadigital.bne.es/issue.vm?id=0000552099&search=&lang=es
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Puede decirse que la titularidad de los primeros profesores oficiales de
gimnástica ofreció un espacio profesional en los gimnasios y, asimismo,
en las plazas que ocuparon como docentes en los institutos de segunda
enseñanza, puntos en los que se irradió una parte importante de la cultura
física de principios del siglo XX. Estos grupos se esforzaron por cambiar
la percepción que la mayoría de la gente tenía del gimnasio:
Es muy común el error de creer que los gimnasios son centros de peligro, más que
de seguridad, y que en ellos se ve la juventud continuamente expuesta a desgracias,
irreparables muchas veces. Confundiendo lastimosamente los ejercicios que
componen el trabajo higiénico, con los que constituyen el recreativo. (Anónimo
X, 1891, p. 313)
Con ello, si el gimnasio resultaba caro, peligroso o simplemente no
había tiempo para asistir a él; como mencionaba Luis Taboada en El
Imparcial y en El Diluvio de Barcelona (30 de junio de 1892, pp. 1-2), allí
estaba, al alcance de todas las personas, la posibilidad de hacerse con la
gimnasia casera:
Muchas personas aficionadas a los ejercicios gimnásticos no hacen más que saltar
el lecho y sin cubrirse las carnes, cogen las pesas y las levantan a la altura de la
frente diez o doce veces seguidas; otros se agarran al boliche del catre y se estiran
todo lo posible, para los desentumecer los músculos; algunos se lanzan por el
pasillo en paños menores y dan unas cuantas carreras vertiginosas, para conseguir
la elasticidad de las articulaciones, según ellos dicen. (Taboada, 1892, p. 1)
De igual modo, Luis Royo Vilanova (1867-1900) mencionaba que “se
ha inventado la gimnasia casera, con o sin ayuda de las pesas de hierro que
toda persona higiénica y previsora debe guardar debajo de la cama como
instrumento de trabajo matinal” (Royo, 1892, p. 273). Y proseguía:
La gimnasia se impone y el gimnasta se impone mucho más, gracias a sus buenos
puños. No olvidemos que la patria puede necesitar de nosotros cualquier día, y
cuando la patria llama, no llama a nadie para hacer discursos, sino para repartir
guantadas al audaz invasor o bien al infiel marroquí. (Royo, 1892, p. 274)
Hacia finales del siglo XIX fue habitual la venta de aparatos de gimnasia
doméstica. Esteban Martínez Díaz, más conocido por ser el capitán
aeronauta que con el mismo nombre se destacó a cargo de una compañía
gimnástico-aerostática, daba a conocer la polea “sublime” (Martínez Díaz,
1891). En La Dinastía (8 de marzo de 1891, p. 2) aparecía la siguiente
noticia:
un vecino del Ferrol ha solicitado privilegio de invención para una polea destinaba
a la gimnasia en los domicilios. Esto no tiene nada de particular. Lo majestuoso del
caso está en que su autor titula el invento... ¡La sublime! No hay que maravillarse
de esto. Sublime llamaron los demócratas a la Junta Central del Censo, y apenas
ha resultado polea.
Según su inventor, la “Polea Sublime” estaba perfeccionada para
realizar más de cien movimientos y era de aplicación general para ambos
sexos, jóvenes o personasadultas. Había una polea de primera clase (nikel)
a 25 pesetas y otra de segunda clase (latón) a 20 pesetas (Figuras 10, 11
y 12):
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La polea “SUBLIME” es de aplicación general para ambos sexos, jóvenes o adultos;
dotada de inapreciables cualidades en cuanto a solidez y economía. La polea
“SUBLIME” es susceptible de funcionar sin ruido, libre de accidentes y no altera
la disposición del mobiliario.
Con la polea “SUBLIME” se orillan las dificultades consiguientes del gimnasio;
los enfermos pueden trabajar desde el lecho y se remite embalada en dos
centímetros cúbicos, acompañando cuaderno ilustrado y explicativo del uso y
colocación, con especialidad en marcos de puerta.
Como elemento preservativo de padecimientos diversos, es inmejorable.
(Martínez Díaz, 1893, p. 1)
Figura 10
Portada manual Polea “Sublime”
Nota: Propiedad particular.
Figura 11
La Ilustración Española y Americana, 15 de marzo de 1893, p. 170.
Nota: Disponible en: http://hemerotecadigital.bne.es/issue.vm?id=00011499
79&page=14&search=polea&lang=ca Colección HBNE: CC-BY-NC-SA 4.0.
http://hemerotecadigital.bne.es/issue.vm?id=0001149979&page=14&search=polea&lang=ca
http://hemerotecadigital.bne.es/issue.vm?id=0001149979&page=14&search=polea&lang=ca
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Figura 12
Gimnasia higiénico-doméstica. Polea Sublime (Martínez Díaz, ca. 1900).
Nota: Propiedad particular.
Hemos de suponer que este sencillo folleto ilustrado con cuarenta
ejercicios de poleas fuese el manual de uso que acompañaba la compra del
aparato. Sobre él se citaba que estaba “patentado por 20 años en varias
naciones” y se advertía:
La invención de La Sublime tiene por objeto facilitar el desarrollo de la criatura
desde los cinco años en su domicilio, en condiciones perfectas y económicas.
Su mecanismo es sencillo, puede ser colocada en cualquier habitación en breves
minutos.
Para la mejor conservación deben aligerarse los pesos una vez terminadas las
prácticas, engrasando a menudo las roldabas, con un preparado de sebo y aceite a
partes iguales.
Es de suma necesidad consultar con facultativos la índole, peso y duración de
los movimientos, para que los resultados sean positivos e inmediatos, en caso de
enfermedad.
Este aparato es susceptible a todos los organismos débiles o robustos, a toda
clase de movimientos sin peligro de ningún género, y silenciosa su función.
Los enfermos pueden manejarla desde el lecho si fuera preciso. (Martínez Díaz,
ca. 1900, interior de la tapa externa)
La publicidad de estos productos contaba con el soporte de la prensa
y de algunos artículos del público usuario que tenía a bien publicar
la recomendación. No hay duda que esta era una estrategia comercial
ingeniada por los mismos sujetos representantes de los aparatos:
Hemos tenido ocasión de ver el aparato de gimnasia inventado por D. Esteban
Martínez Díaz. Su autor lo denomina «Polea sublime», y es lo más completo a
la par que lo más sencillo y lo más útil que existe en punto a gimnasia higiénico-
doméstica.
El Sr. Martínez Díaz se ha propuesto con su admirable invento facilitar el
desarrollo de los niños desde los cinco años de edad, en condiciones perfectas y
económicas, y en verdad que lo ha conseguido con su precioso aparato gimnástico.
Su mecanismo es tan sencillo, que puede ser colocado en cualquier habitación en
breves momentos, y su uso tan conveniente, que es aconsejado por los médicos
como de necesidad absoluta para la salud y robustez de los niños. No solo éstos,
también las personas mayores pueden emplearlo como medio de conservar la salud.
(Editorial El País, 1893, p. 2)
En 1893 El Diluvio de Barcelona [3] anunciaba: “Gimnasia higiénica
en casa. Polea Sublime sistema Martínez para ambos sexos; instalase en
todo domicilio. Libre de accidentes y de completo desarrollo físico…
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instalación y enseñanza gratis” (Martínez, 1893, p. 60) (Figura 13). Esta
polea apareció durante muchos años anunciada en los diarios y revistas
(Figura 14).
Figura 13
El Diluvio: diario político de avisos, noticias y decretos, Barcelona, 3 de enero de 1893, p. 60
Nota: Colección ARCA (https://arca.bnc.cat/arcabib_pro/en/catalogo_imagenes/
grupo.do?path=1371532&posicion=2&presentacion=pagina). En Dominio Público.
Figura 14
Diario Oficial de Avisos de Madrid, 16 de enero de 1895, p. 4
Nota: Colección HBNE (http://hemerotecadigital.bne.es/
issue.vm?id=0000639049&search=&lang=es). CC-BY-NC-SA 4.0.
En 1893 la prensa de la capital (El Liberal, El Imparcial, La
Correspondencia de España) publicitaba:
la polea elástica inglesa de caoutchove es la más higiénica de cuantas se conoce,
restituye las fuerzas y desarrolla el pecho en pocos días. Se pueden hacer todos
los ejercicios en la propia habitación; es recomendada por todas las eminencias
médicas, y de uso en todos los colegios extranjeros. (Figura 15)
En 1894 El Liberal, El País, El Imparcial, La Correspondencia de
España y El Heraldo de Madrid, anunciaban la “polea inglesa: Regenera
las fuerzas y desarrolla el pecho en pocos días, la más portátil, higiénica
y sólida (dos fiadores)” (Gimnasia doméstica, 1893, p. 4; Gimnasia
doméstica, 1894, p. 4) (Figuras 16 y 17).
Figura 15
La Correspondencia de España, 10 de marzo de 1893, p. 4
Nota: Colección HBNE (http://hemerotecadigital.bne.es/
issue.vm?id=0000377453&search=&lang=es). CC-BY-NC-SA 4.0.
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Figura 16
El Liberal, 9 de marzo de 1893, p. 4
Fuente: Colección HBNE (http://hemerotecadigital.bne.es/
issue.vm?id=0001229441&search=&lang=es). CC-BY-NC-SA 4.0.
Figura 17
El País, 17 de marzo de 1894, p. 4
Nota: Colección HBNE (http://hemerotecadigital.bne.es/issue
.vm?id=0001766530&search=&lang=es). CC-BY-NC-SA 4.0.
Si bien la gimnasia doméstica o “casera” entraba como posibilidad
para quienes por cualquier circunstancia no podían o, sencillamente,
no deseaban por comodidad o cualquier otra consideración asistir al
gimnasio, había la posibilidad de que un profesor o profesora ofreciera
las clases particulares a domicilio (Sánchez Somoano, 1883a). De
todos modos, aparte de la gimnasia de sala, estos nuevos aparatos más
manejables, como las poleas o las simples pesas pequeñas, ofrecían la
posibilidad de realizar un ejercicio físico sin riesgo alguno, alejado de
embarazosas situaciones, como bien indica la composición humorística
“Gimnasia casera” (Figura 18).
http://hemerotecadigital.bne.es/issue.vm?id=0001766530&search=&lang=es
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Figura 18
“Composición humorística”, La Hormiga de Oro, 31 de mayo de 1894, p. 318.
Nota: Colección HBNE (http://hemerotecadigital.bne.es/issue
.vm?id=0012084021&search=&lang=es). CC-BY-NC-SA 4.0.
A comienzos del siglo pasado la “gimnasia doméstica” entró en una
mayor visibilidad publicitaria. El Dr. E. Cleriot, uno de los principales
representantes de la gimnástica sueca en Madrid, presentó uno de los
aparatos gimnásticos que más se difundieron a lo largo de todo el siglo, la
“polea universal”.Aunque el autor recomendase la polea para todo tipo
de establecimientos y de gimnásticas, el genuino sistema era la concepción
más moderna del “gimnasio en casa”. La obra presenta 18 ejercicios, con
ilustraciones, que atendían la posición inicial, el movimiento desarrollado
y los efectos producidos (Figura 19).
Si bien tenemos apenas datos del autor, conocemos que fue miembro
de la Sociedad Gimnástica Española y que publicó varios artículos en la
Educación Física Nacional (1902).
En cuanto a la polea universal, es por decirlo así, una pequeña enciclopedia de
los movimientos gimnásticos; representa la más económica y completa instalación
http://hemerotecadigital.bne.es/issue.vm?id=0012084021&search=&lang=es
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gimnástica de sala; de gran facilidad en el manejo, sin exposición alguna, reúne a
las anteriores condiciones otras de gran valor: da fuerza y vigor, y cierta elegancia
cuando se ejecutan bien sus diversas y numerosas aplicaciones; sirven unas para
gimnasia higiénica, para la pedagógica o educativa otras, y por último para la
terapéutica las restantes; por tales razones, este precioso aparato no debe de faltar
en casa, en la escuela, en el colegio y en los hospitales y en los sanatorios. (Cleriot,
1900, pp. 6-7)
Figura 19
Portada y ejercicio del Manual de gimnástica higiénico-
educativa: para usar con acierto la Polea Universal (Cleriot, 1900)
Nota: Propiedad particular.
La “Polea Universal” fue expuesta como un medio higiénico de
gimnástica; puesto que evitaba todo ejercicio violento, además de facilitar
el trabajo equilibrado y completo de todos los grupos musculares.
Los ejercicios en este nuevo aparato no son, ni pueden ser, porque no lo permite,
ni acrobáticos, ni violentos; son, por el contrario, lentos, uniformes y sin grandes
esfuerzos, y permiten que el músculo se nutra cuando se contrae por la acción del
ejercicio gimnástico.
Por eso el ejercicio con la polea universal concede a nuestro organismo
armonía y elegancia en la forma, fuerza, resistencia y elasticidad al músculo y a las
articulaciones, con un ejercicio diario y racionalmente practicado... (Cleriot, 1900,
p. 8)
En La Educación Física Nacional, Cleriot (1901) fue uno de los
primeros en divulgar en España el método de gimnasia sueca. Esto sucedía
cuando en esta misma revista, aparte de la “Polea Universal”, igualmente
se anunciaban las pesas con resortes y la polea Sandow.
También fue conocida la “polea gentil gradual” que se podía conseguir
al precio de 35 pesetas. En el prospecto comercial de esta polea, con
ejemplo de 14 ejercicios, se citaba [Figura 20]:
Es la más eficaz conocida para reconstituir las fuerzas, exterminar la anemia,
raquitismo, debilidad general y obtener buen apetito.
El ejercicio es uno de los principales elementos prescrito por los higienistas.
Así, pues, con este aparato sencillísimo según opinión facultativa, se consigue
rápidamente la regeneración, fuerza y desarrollo del pecho, brazos, riñones,
piernas, y en general de todos los miembros humanos debilitados, siendo
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eficacísimos sus efectos para corregir la deformidad de los huesos producida por
la debilidad de los mismos, de que tantos casos se ven, especialmente en los niños.
(Polea gentil gradual, 1900, p. 1)
Figura 20
Gimnasia higiénica á domicilio, polea gentil gradual (1900)
Nota: propiedad particular.
El doctor David Ferrer (1900) en Los Deportes –la revista de educación
física y de deportes más importante de España (1897-1910)– se ocupaba
de los avances de la gimnasia moderna. Mencionaba que la gimnasia en
casa se había desarrollado muchísimo en el extranjero y, particularmente,
en América del Norte. Entre los modernos aparatos destacaba los cables
de goma elástica Whitely (figura 21).
Figura 21
“Polea Sandow-Withely” “Aparatos modernos”
Nota: Los Deportes, Revista Semanal Ilustrada, 21 de enero de 1900, pp. 36-37. Colección
ARCA ( https://arca.bnc.cat/arcabib_pro/en/catalogo_imagenes/grupo.do?path=
1023389&posicion=1#search=%22aparatos+modernos%22). En Dominio Público
En cuanto a la mujer, la gimnástica doméstica ofrecía algunas ventajas.
Primeramente, debemos considerar la educación burguesa y victoriana de
muchas de las mujeres, ya fueran jóvenes chicas o mujeres casadas y de edad
https://arca.bnc.cat/arcabib_pro/en/catalogo_imagenes/grupo.do?path=1023389&posicion=1#search=%22aparatos+modernos%22
https://arca.bnc.cat/arcabib_pro/en/catalogo_imagenes/grupo.do?path=1023389&posicion=1#search=%22aparatos+modernos%22
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avanzada. Estas casi siempre estaban confinadas a los espacios cerrados.
Con los nuevos aparatos no tenían que exponer su pudor en público. Pero
la más importante de las ventajas era que se podían ejercitar libremente.
Ya hemos visto que uno de los métodos fue el de la gimnasia de sala y,
desde 1861, aparte del Manual de Schreber (1864), prácticamente, no
se publicaron manuales de gimnástica para la mujer hasta que en 1903
apareció una obrita de Julián de las Barreras (Torrebadella, 2011). No
obstante, como trata Pastor (2003, p. 191), la gimnástica de la mujer
estuvo sujeta a tres condicionantes: “la feminidad, la maternidad y la
sexualidad”.
En Los ejercicios gimnásticos en el bello sexo (1903), el profesor De
las Barreras, titulado en la Escuela Central de Gimnástica, indicaba
el escaso número de profesionales con preocupación por la educación
física de la mujer, pero cuyas propuestas solamente se remitían a simples
aportaciones teóricas citadas en artículos periodísticos y en conferencias.
A estas observaciones, se unía el poco interés por la educación física
del “bello sexo”. El autor consideraba la educación física de la mujer
como uno de los objetivos más importantes para la regeneración física;
era tan importante el vigor físico de la mujer que, de no tenerlo, podía
suponer la decadencia del Estado. Se decía que la mujer necesitaba
realizar ejercicios activos (marcha, baile, equitación y natación), además
de ejercicios gimnásticos que vivificaran su organismo y la alejaran del
sedentarismo, del raquitismo y de la histeria. De las Barreras consideraba
que los ejercicios gimnásticos para la mujer debían ser moderadamente
enérgicos, agradables y de efecto general.
Esta sencilla obra puede ser calificada como la primera obra autóctona
de gimnástica de aplicación práctica del siglo XX dirigida exclusivamente
al sexo femenino:
En tan lamentable estado de descuido se halla la práctica de ejercicios gimnásticos
por la mujer, que es un hecho admitido que nadie se ocupa de pensar en ellos
y muchos están lejos de considerarlos como uno de los puntos esenciales en la
educación del bello sexo. (De las Barreras, 1903, p. 7)
Efectivamente, la gimnasia doméstica tenía entre los principales
beneficiarios a la población femenina. Como indicaba Anadeo Llaverías,
erudito conocedor de la gimnástica en Barcelona, ya se hacía notar
el progreso de la cultura física –la gimnástica y los deportes– entre
el llamado “bello sexo” que, aparte de ir al gimnasio y de practicar
deportes como el patinaje o el tenis, también se ejercita “en sus propios
domicilios a expensas de la polea Whitely, los aparatos Sandow y otros,
cuya continuada demanda rinde pingües beneficios a buen número de
comercios” (Llaverías, 1904, p. 684).
Además, observamos que, a principios del siglo XX, la cultura física
entró en las clases medias y,aparte del uso de aparatos domésticos, el
soporte de manuales de ejercicios favoreció el espacio propagandístico
de la gimnástica. Con la proliferación de los manuales de gimnástica
doméstica se proyectó una cultura física al alcance de todas las personas,
es decir, al margen también del gimnasio y, por lo tanto, sin la necesidad
de disponer de una dirección técnica. Al respecto puede afirmarse que en
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la gimnasia sueca se encontraban las bases para legitimar el ejercicio físico
entre las clases medias (Kumlien y Andre, 1904; Kumlien, 1907; Romero
1905; Soleirol y Le Roux, 1906) (Figura 22).
Figura 22
El Mundo Deportivo, 13 de diciembre de 1906. Fuente: Hemeroteca de
El Mundo Deportivo. Portada libro Manual de Gimnasia racional (1906)
Nota: Propiedad particular
A principios del siglo XX, la prensa barcelonesa (La Publicidad y La
Veu de Cataluña) comenzó a publicitar los productos gimnásticos de
Eugenio Sandow: las pesas con resortes Sandow y la polea-tensor Sandow.
Eugenio Sandow (1867-1925) fue un atleta de origen prusiano que
está considerado entre los pioneros del culturismo moderno, es decir,
se dice que fue el primer hombre que empezó a ganar dinero y fama
internacional exhibiendo la estética hercúlea de su cuerpo (Chapman,
1994; Waller, 2011). En España, una de las primeras noticias de Sandow
(1892) apareció en La Ilustración Artística, y luego, en pocos años, sus
métodos de educación física fueron conocidos por todo el mundo y sus
proezas hercúleas llenaron las páginas de las revistas gráficas.
Si bien el 10 de octubre de 1905 Sandow –llamado el “Rey del
Atletismo”– tuvo dedicada la portada de Los Deportes y una breve
reseña alegórica: “Su corpulencia y fuerza son extraordinarias, … todo
ello obtenido con su perfecto método y aparatos sencillísimos que se
venden hoy en todas partes” (Sandow, 1905, p. 370); un mes más tarde,
Sandow era considerado responsable del mercantilismo de la cultura física
(Morais, 2013):
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Mercantilismo de fin de siglo.... Iniciador míster Sandow (cuyo talento comercial
supera todavía yen mucho á su portentoso vigor) de un mercado tan nuevo
como lucrativo, puesto que usando y abusando de la fama adquirida como atleta
profesional en sus constantes exhibiciones en circos y teatros de las mejores
capitales del mundo, le ha servido para sacar gran provecho al proclamarse de su
mutuo propio regenerador de la raza actual. Al efecto, provisto del citado título
que graciosamente se adjudicara, empezó por inventar poleas, pesos, aguas para
dar fricciones, etcétera; escribió libros, publica revistas y no sabemos si andando
el tiempo inventará alguna pomada para el cabello, ó bien calzoncillos higiénicos,
pues todo producto, con llevar su nombre es ya garantía para adquirir súbitamente,
una fuerza semejante á la suya, y por ende, poder presumir. (Palomo, 1905, p. 730)
Los productos de Sandow fueron divulgados por toda España:
“Sandow’s el aparato más sencillo y completo de gimnástica doméstica
que se conoce hasta el día” (Molina, 1900, p. 4). Asimismo, los gimnasios
también se proveían de estos aparatos, como así lo hizo en Murcia el
Gimnasio Modelo de Francisco Medel que, entre los aparatos modernos,
incorporó las poleas de Whitely y de Sandow, haciéndose cargo de la
representación en Murcia de estas marcas (Medel, 1900) (Figura 23)
Figura 23
Diario de Murcia, 22 de noviembre de 1900, p. 3
Nota: Colección Archivo Municipal de Murcia (https://www.archivodemurcia.es/p_pandora4/view
er.vm?id=0000160505&page=3&search=gimnasio&lang=es&view=hemeroteca). Dominio Público.
Las pesas con resortes Sandow consisten en unas mancuernas
destinadas a niños, niñas, mujeres y gente mayor, con escasa fuerza y
con necesidad de ejercicio. Los resortes incorporados a las pesas tenían el
objetivo de facilitar una compresión de la mano mientras se ejecutaban
los distintos movimientos, con lo cual aumentaba la tensión y la fuerza
aplicada. Naturalmente, había una graduación de pesos: 1360 Kg para
hombres, 900 Kg para señoras y jóvenes, 600 gramos para señoritas y
adolescentes; y 300 Kg para niñez (Figura 24). Estas originales pesas
fueron muy publicitadas en los diarios y las revistas (Figura 25 y 26).
https://www.archivodemurcia.es/p_pandora4/viewer.vm?id=0000160505&page=3&search=gimnasio&lang=es&view=hemeroteca
https://www.archivodemurcia.es/p_pandora4/viewer.vm?id=0000160505&page=3&search=gimnasio&lang=es&view=hemeroteca
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Figura 24
Portada prospecto publicitario
Nota: Propiedad particular.
Figura 25
El Liberal, 11 de enero de 1900, p. 4; 15 de septiembre de 1900, p. 4
Nota: Colección HBNE (http://hemerotecadigital.bne.es/issue
.vm?id=0001341356&search=&lang=es). CC-BY-NC-SA 4.0.
http://hemerotecadigital.bne.es/issue.vm?id=0001341356&search=&lang=es
http://hemerotecadigital.bne.es/issue.vm?id=0001341356&search=&lang=es
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Figura 26
La Publicidad (Edición de la noche), Barcelona, 27 de diciembre
de 1900, p. 1; Gente Vieja, Madrid 10 de mayo de 1901, p. 12
Nota: Colección ARCA (https://arca.bnc.cat/arcabib_pro/en/catalogo_imagenes/gr
upo.do?path=1426209), En Dominio Público y Colección HBNE (http://hemerote
cadigital.bne.es/issue.vm?id=0005190398&search=&lang=es). CC-BY-NC-SA 4.0.
Figura 27
El Liberal, 11 de marzo de 1901, p. 4.
Nota: Colección HBNE (http://hemerotecadigital.bne.es/issue
.vm?id=0001352351&search=&lang=es). CC-BY-NC-SA 4.0.
Otro conocido sistema de polea, pero no muy divulgado, fue la polea
de Alexander Whitely creada en 1894 (Figura 27):
es el aparato más útil, sencillo y práctico de la gimnasia doméstica. Colocase
fácilmente y su peso no excede de 750 grs. Salud, fuerza y desarrollo se obtiene
usando la “Polea Whitely”. A cada “Polea Whitely” se acompaña una lámina
fotográfica representando 50 posiciones. No todos los que exhiben la lámina
fotográfica de Whitely venden estas poleas. (Whitely, 1901, p. 4).
En 1897 Withely se unió con Sandow para promocionar su polea, pero
este último perfeccionó el sistema al unificar la polea con pesos extraíbles,
y su asociación quedó disuelta, con lo que el aparato inicial de Withely
quedó en desuso (Morais, 2013; Waller, 2011).
Figura 28
La Época, 18 de mayo de 1904, p. 3; El Imparcial, 20 de diciembre de 1904, p. 4
Nota: Colección HBNE (La Época: http://hemerotecadigital.bne.es/issue.vm?id=0000702081&search=&lang=es y
El Imparcial: http://hemerotecadigital.bne.es/issue.vm?id=0000866561&search=&lang=es). CC-BY-NC-SA. 4.0.
https://arca.bnc.cat/arcabib_pro/en/catalogo_imagenes/grupo.do?path=1426209
https://arca.bnc.cat/arcabib_pro/en/catalogo_imagenes/grupo.do?path=1426209
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http://hemerotecadigital.bne.es/issue.vm?id=0005190398&search=&lang=es
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http://hemerotecadigital.bne.es/issue.vm?id=0001352351&search=&lang=es
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Figura 29
Heraldo de Madrid, 7 de noviembre de 1904, p. 4
Nota: Colección HBNE (http://hemerotecadigital.bne.es/issue.vm?id
=0000505862&page=4&search=polea&lang=ca). CC-BY-NC-SA 4.0.
De todos modos, seguían comercializándose otras poleas como la Polea
“sublime” (1904, p. 4), que se publicitada como la “gimnasia perfecta” y se
vendía colocada a domicilio y con instrucciones; también aparecía “para la
gimnasia en casa la mejor es “Polea sublime” (1904, p. 4) (Figura 28). Otra
fue la “Polea higiénica” (1904, p. 4), con la cual “se adquieren vigorosas
fuerzas y desarrollo del pecho y muscular, en pocos días, con esta polea
moderna y portátil, tan solicitada” (Figura 29).
Figura 30
Anuario Riera, Barcelona, 1904; Directorio madrileño, p.744 (publicado por el Anuario Riera), 1905
Nota: Colección HBNE, CC-BY-NC-SA 4.0.
La Sociedad de Eduardo Schilling (1852-1925) –de Barcelona y con
sucursal en Madrid– se presentaba como el único agente comercial y
depositario para España de los productos Sandow (Figuras 30 y 31):
Las pesas con resortes SANDOW han sido acogidas en España con gran
entusiasmo, justificando la fama de que vienen precedidas, no solo por los
profesionales y “amateurs”, sino también por el cuerpo médico. La polea Tensor
SANDOW asegura el desarrollo gradual de cada uno de los músculos del cuerpo,
siendo el mejor sistema de educación física. (Anuario Riera, 1904, 1905)
http://hemerotecadigital.bne.es/issue.vm?id=0000505862&page=4&search=polea&lang=ca
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Figura 31
Nuevo Mundo, 19 de enero de 1905, p. 24
Nota: Colección HBNE (http://hemerotecadigital.bne.es/issue
.vm?id=0001310141&search=&lang=es), CC-BY-NC-SA 4.0.
El Dr. E. Cleriot continuaba divulgando las ventajas del ejercicio físico
y de cómo se podía conseguir una cierta calidad de vida sin la necesidad de
asistir al gimnasio y sin ponerse en las manos de especialistas. A propósito,
recomendaba el método del profesor Louis Attila (Ludwig Durlacher,
1844-1924):
A todo el que se ejercite físicamente, hace falta un profesor. Pero desgraciadamente
todas las personas no tienen los medios ni se hallan, como antes decimos, en
condiciones de poder asistir a las lecciones de un gimnasio.
Menos todavía de llevar un profesor a su domicilio, lo que les imposibilita
confiar la educación física de sus hijos a persona competente; más también hay
muchos casos en que lo que falta son establecimientos de cultura física y personal
técnico. Estas faltas son las que podemos suplir cuanto es posible, porque todas las
personas de vida sedentaria y los jóvenes pueden ejercitar sus músculos en su propia
casa con gran provecho por medio del método de preparación física del profesor
yankee Atila (por nosotros adaptado a las necesidades de la raza latina). (Cleriot,
1905, p. 2)
En definitiva, hay que reconocer que la industria gimnástica ingenió
aparatos para facilitar el ejercicio, no obstante, la solución podía
encontrarse en una simple silla o en la divulgación más popular de la
gimnástica librada de todo cientifismo y sofisticación técnica; dicho de
otro modo, se trataba de regresar al sentido común (Figura 32):
Es un error muy generalizado pensar que para hacer gimnasia se necesitan aparatos,
o por lo menos una polea o unas pesas. La verdad es que cualquier objeto sirve
para el caso; por ejemplo, una silla fuerte, una silla de cocina, constituye un
aparato de primer orden, y ofrece ventajas que difícilmente se encuentran en otro
cualquiera. Cualquier ejercicio que estire los músculos hace infaliblemente que
éstos se desarrollen, siempre que se tenga constancia en practicarlo. (Alhama,
1903, p. 137)
http://hemerotecadigital.bne.es/issue.vm?id=0001310141&search=&lang=es
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Figura 32
“Gimnasia con una silla de cocina”, Alrededor del Mundo, 1903, 27 de agosto, p. 137
Nota: Colección HBNE (http://hemerotecadigital.bne.es/issue.vm?id=0001828767), CC-BY-NC-SA 4.0.
Aun así, la industria gimnástica continuó ingeniando aparatos,
ofreciendo soluciones económicas para facilitar el ejercicio físico. En este
paradigma, imaginación, ciencia y tecnología se habían puesto en marcha
para hacernos una vida más placentera y saludable (Figura 33 y 34).
Figura 33
El Mundo Científico, Barcelona, 20 de noviembre de 1909, p. 585
Nota: Colección HBNE (http://hemerotecadigital.bne.es/issue
.vm?id=0026390834&search=&lang=es), CC-BY-NC-SA 4.0.
http://hemerotecadigital.bne.es/issue.vm?id=0001828767
http://hemerotecadigital.bne.es/issue.vm?id=0026390834&search=&lang=es
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Figura 34
Mi revista, Barcelona, vol. 1, 1911, p. 3
Nota: Colección HBNE (http://hemerotecadigital.bne.es/issue
.vm?id=0026653190&search=&lang=es). CC-BY-NC-SA 4.0.
Como hemos dicho, el método sueco fue tomando asiento cada vez
más en el corpus doctrinal de la profesión gimnástica. En España, la gran
mayoría de personal médico, militar, docente y profesorado de gimnástica
–siempre hay excepciones– se había autoconvencido de que la mejor
gimnasia racional e higiénica era el método sueco. El punto de inflexión
fue el año de 1912. En primer lugar, apareció Salud, fuerza y belleza
por medio de la gimnasia sueca del Dr. Saimbraum (1912) –seudónimo
del pedagogo catalán Joan Bardina Castarà (1877-1950)– que puso en
el mercado la obra más comercial de la bibliografía de la gimnástica
española (Torrebadella, 2011). En segundo lugar, está la consagración
internacional de la gimnasia sueca a partir de la significativa repercusión
que tuvo en los JJOO de Estocolmo 1912, en los que España no participó.
Conclusiones
Con este estudio preliminar sobre los comienzos de la gimnasia
doméstica, analizando los discursos, los métodos y los instrumentos
utilizados, hemos podido ver ciertas singularidades de la implantación
en España de la cultura física. Si bien se percibe la impresión de
que generalmente la publicidad de la época presentó la cuestión de la
mejora de la salud en el campo individual y privado de las personas, en
muchas ocasiones los discursos se envolvieron de credos moralizadores y
regeneracionistas, es decir, estuvieron centrados en la mejora de la “raza
española”. Ahora bien, en el fondo de la cuestión subyacían realidades
difíciles de encajar. En cultura física, España estaba a la zaga de los países
de su entorno; ni se impartía la educación física que debería hacerse en los
institutos, ni en la instrucción primaria esta materia se tomaba en serio;
no había campos de juego, ni los espacios adecuados para la enseñanza.
Los gimnasios privados eran eso, demasiado privados, y solamente unas
pocas personas accedían a ellos. Por su parte, los gobiernos solamente se
preocupaban por aquellos asuntos en los que, a título individual, podían
http://hemerotecadigital.bne.es/issue.vm?id=0026653190&search=&lang=es
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hacerse más ricos. La regeneración de España fue una completafarsa y la
gimnasia sueca, que nacía alimentada en el caudal del regeneracionismo,
fue el mayor fraude de la educación física contemporánea, pero de este
asunto ya nos ocuparemos en otra ocasión.
Para terminar, hay que reconocer que la gimnasia doméstica sigue
su transformación amoldándose a los nuevos tiempos; la constante
renovación de ingeniosos utensilios, aparatos y rutinas de fitness se
combina con las nuevas tecnologías que logran una sofisticación utilitaria
y tentadora del ejercicio físico. Recientemente este escenario se ha
visibilizado significativamente ante la pandemia Covid 19, y el forzado
confinamiento hogareño de una gran parte de la población ha fortalecido
aquel antiguo paradigma que anunciaba las saludables ventajas de la
gimnasia higiénica.
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Un viejo setentón [José Hernández Ardieta] (ca.1899). ¡Cien años de vida
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http://www.cfdrm.fr/Livre_Traite_pratique_de_massage_et_de_gymnastique_medicale_par_Schreiber_Ed_Doin_1884_Paris.htm
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Xavier Torrebadella-Flix. El gimnasio en casa (1861-1912): ¿De una moda a estilo de vida saludable?
PDF generado a partir de XML-JATS4R por Redalyc
Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto 33
Vicente-Pedraz, M., & Brozas-Polo, M. (2017). El triunfo de la regularidad:
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Vicente-Pedraz, M. y Torrebadella-Flix, X. (2019). Los primeros gimnasios
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(Madrid), p. 4.
Notas
[1] Declaración de propiedad. Todas las imágenes incorporadas que figuran como
"propiedad particular" son de documentos originales y particulares de la
colección del autor, realizadas exprofeso para ser reproducidas en el artículo
“El gimnasio en casa (1861-1912): ¿De una moda a estilo de vida saludable?”
en MHSalud: Revista en Ciencias del Movimiento Humano y Salud.
[2] Las imágenes de la colección Hemeroteca de la Biblioteca Nacional
de España (HBNE) se comparten con una licencia: Reconocimiento-
NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional de Creative Commons. Para
más información sobre la licencia de uso para las imágenes de la colección
HBNE consulte el siguiente enlace: http://www.bne.es/es/NavegacionRecu
rsiva/Pie/avisoLegal/
[3] Ver la colección de Arxiu de Revistes Catalanes Antigues: https://arca.bnc.c
at/arcabib_pro/en/inicio/inicio.do
http://dx.doi.org/10.1016/j.rbce.2015.10.006
http://dx.doi.org/10.1016/j.rbce.2015.10.006
https://doi.org/10.3989/dra.2019.01.011
http://www.bne.es/es/NavegacionRecursiva/Pie/avisoLegal/
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https://arca.bnc.cat/arcabib_pro/en/inicio/inicio.do
https://arca.bnc.cat/arcabib_pro/en/inicio/inicio.do

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