ANGEL DE MI GUARDA--oraciones

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SANTO ANGEL DE MI GUARDA, mi dulce compañía, no me desampares ni de noche ni de día, hasta que me pongas en paz y alegría con todos los Santos, Jesús, José y María. Si me desamparas, ¿qué será de mí? Santo Ángel de mi Guarda, ruega a Dios por mí. 
AL SANTO ANGEL DE LA GUARDA
Santo Ángel custodio protege mi alma y protege mi cuerpo. Ilumina mi mente para que conozca mejor al Señor y lo ame con todo el corazón. Asísteme en mis oraciones para que no ceda en las distracciones y ponga la más grande atención.
Ayúdame con tus consejos, para que vea el bien y lo cumpla con generosidad.
Defiéndeme de las incidias del enemigo infernal, sostenme en las tentaciones para que siempre sea capaz de vencerlas. 
Sustituye y elimina mi frialdad en el culto al Señor; no dejes de atender a mi custodia hasta que me lleves al Paraíso, donde alabaremos juntos al buen Dios por toda la eternidad.
Ángel de la guarda a quien soy encomendado, mi defensor mi vigilante y centinela, gracias te doy que me libraste de muchos daños del cuerpo y del alma. Gracias que estando durmiendo me velaste, despierto me encaminaste y al oído con santas inspiraciones me aconsejaste.
Perdóname protector y fiel guardia mía de mis desobediencias, vilezas y descortesías.
Defensor y compañero celestial, ayúdame y guárdame siempre de noche y de día. Así sea. 
SANTO ANGEL DE LA GUARDA
Santo Ángel mi consejero, inspírame.
Santo Ángel mi defensor, protégeme.
Santo Ángel mi amigo fiel, intercede por mí.
Santo Ángel mi consolador, confórtame.
Santo Ángel mi hermano, defiéndeme.
Santo Ángel mi maestro, instrúyeme.
Santo Ángel testigo de todas mis acciones, purifícame.
Santo Ángel mi auxilio, sostenme.
Santo Ángel mi intercesor, habla por mí.
Santo Ángel mi guía, dirígeme.
Santo Ángel mi luz, ilumíname.
Santo Ángel a quien Dios ha asignado para dirigirme, gobiérname.
Santos Ángeles Guardianes que reciben nuestras oraciones y las llevan ante el Trono de Dios, rogad por nosotros.
ÁNGEL DE LA GUARDA, mi fiel y caritativo guía, consígueme que sea dócil a tus inspiraciones y que dirija tan bien mis pasos, que en nada me separe del camino de los mandamientos de Dios.