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Ciclo economico evolucion

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Los ciclos económicos y la Gran depresión 
Caracteristicas:
La primera mitad de los años veinte estuvieron signados por fuertes fluctuacione seconómicas y en los niveles de conflictividad social. 
Desde el fin de la guerra hasta 1920, 
tanto en los países vencidos –los casos de Alemania y Hungría–, como entre los vencedores Francia, Italia y Gran Bretaña y también en Estados Unidos, cuyo territorio no fue campo de batalla.
Los gobiernos optaron por la recesión, con la limitación del gasto público y la adhesión al patrón oro. 
Los grandes industriales ansiaban recuperar su poder mediante la revisión de las concesiones arrancadas por las organizaciones obreras en la inmediata posguerra, y el desempleo creaba las condiciones para que fuera posible
El crack en la bolsa de valores de Estados Unidos en octubre de 1929 cerró un ciclo y dio paso a un período en que la economía capitalista pareció derrumbarse. Después de más de un año de espectaculares incrementos de los precios de las acciones, estos cayeron abruptamente, en gran medida como resultado de la especulación, pero en última instancia como expresión de las contradicciones del sistema capitalista
Desde el Vaticano, el papa Pío XI volvió a precisar la posición de la Iglesia católica frente a las cuestiones sociales, políticas e ideológicas asociadas con el avance del capitalismo. En la encíclica Quadragesimo Anno, de 1931, recordó el diagnóstico planteado cuarenta años atrás por León XIII en Rerum Novarum y su convocatoria a la conciliación entre las clases sociales: "Ni el capital puede subsistir sin el trabajo
A pesar de los esfuerzos de los gobiernos, el patrón oro se derrumbó. El retiro de los dólares de Europa y el pánico financiero y monetario que afectó a las principales monedas lo hicieron inviable
Estados Unidos, los años ‘20 y el New Deal 
La economía americana se había desarrollado rápidamente bajo el estímulo de los altos precios, y la producción creció un 37%. Las deudas de guerra con los Estados Unidos eran muy altas y el hecho de que la balanza de pagos fuera favorable a la potencia americana dificultó enormemente el proceso de recuperación europea. 
Pretendieron reforzar los rasgos que asignaban a su identidad y rechazaron el ingreso de nuevos inmigrantes con sus diferentes creencias religiosas, costumbres y fidelidad hacia el país de origen.
 Como resultado de la legislación restrictiva, el ingreso de inmigrantes entre 1920 y 1924 cayó por debajo de la mitad del que se había producido entre 1910 y 1914.
Las principales huelgas tuvieron lugar en 1919 y principios de 1920 en las minas de carbón y en la industria siderúrgica, debido a la subida de los precios.
En el mes de enero de 1919 se produjo en Seattle una huelga general de cinco días de duración.
 La huelga de la policía de Boston en 1919: los dirigentes fueron despedidos por pertenecer a un sindicato. 
El Ku Klux Klan se puso nuevamente en marcha, sobre todo en el Medio Oeste, y entre sus víctimas incluyó a comunistas, judíos y católicos. 
 1920 la economía experimentó un desarrollo casi ininterrumpido, salvando una breve recesión entre 1920 y 1921. 
 
 Su ingreso en el mercado laboral le permitió ocupar lugares que antes solo estaban reservados a los hombres. Las mujeres fueron reconocidas como ciudadanas: en 1920 el Congreso aprobó el voto femenino. Su nueva posición en la sociedad quedó reflejada también en los cambios en la forma de vestir. 
La población de las pequeñas ciudades y el campo se opuso a estas nuevas concepciones y formas de vida que ponían en tela de juicio sus valores puritanos, secularizaban todos los aspectos de la vida dejando de lado la fe y la sumisión a Dios, y respondieron movilizándose para defender "la verdadera moral americana". 
 1919, el gobierno del Partido Republicano recogió las demandas de los sectores conservadores y aprobó la famosa “ley seca “
 
Dio paso al consumo clandestino y a la creación del mercado negro. Uno de los más poderosos fue el dirigido por Al Capone.
 En 1933, cuando el Partido Demócrata ganó las elecciones, levantó la prohibición. 
tres presidentes republicanos
 Warren Harding (1920-1923), Calvin Coolidge (1923-1929) y Herbert Hoover (1928-1932, estuvo guiada por el mismo objetivo: restringir la acción del gobierno para que los empresarios, encontraran las mejores condiciones para sus negocios.
 El gobierno federal tuvo poca participación directa en la prosperidad de aquellos años. 
Cuando se hizo evidente que el capital que circulaba en la bolsa era en gran medida ficticio, los precios se desplomaron y la depresión subsiguiente fue la peor de la historia americana. Las acciones de las principales compañías, como la General Motors, Radio Corporation de América y United States Steel, subieron tan rápidamente de valor que el índice de sus cotizaciones se alejó peligrosamente de los valores de los bienes producidos. 
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El 4 de marzo de 1933, Roosevelt, el candidato del Partido Demócrata, asumió la presidencia. Ese día, cerca de la mitad de los Estados habían cerrado sus bancos por disposición legal, y entre los que permanecían abiertos muchos no disponían de dinero. En su discurso Roosevelt convocó a no tener miedo; estaba dispuesto a ponerse en marcha ya en pos de su principal objetivo: "poner a la gente a trabajar". 
el Congreso aprobó una avalancha de leyes sobre fondos asistenciales para los parados, precios de apoyo para :
 1. los agricultores
 2. servicio de trabajo voluntario
 3. proyectos de obras públicas a gran escala
 reorganización de la industria privada
 New Deal 
 Dio lugar a la aprobación de un conjunto de leyes que crearon organismos destinados a orientar desde el Estado las decisiones de los principales agentes económicos y a promover políticas concertadas entre los mismos. 
Ley de Ajuste Agrícola se basaba en la idea de que el exceso de producción era el principal problema de la economía. Pero, este programa se vino abajo.
 
La ley Nacional de Recuperación Industrial (NIRA) estimulaba a las empresas a estabilizar su cuota de mercado y al mismo tiempo aspiraba a aumentar el poder adquisitivo de los trabajadores.
En relación con la recuperación de las empresas se buscó eliminar la competencia "antieconómica" para posibilitar el aumento de los precios y la inversión.
 Aunque sin dejar de reprimir la oleada de huelgas y movimientos de protesta por parte de los trabajadores y los sectores más afectados por la recesión 
En Estados Unidos no existía un sólido Partido Socialista, y en gran medida la defensa de los intereses obreros dependió de la alianza entre los sindicatos y el Partido Demócrata.
El cambio en las relaciones obreros-patronos lo marcó en 1937.
el reconocimiento del sindicato automotriz (UAW) por parte de la General Motors 
 Comité de Trabajadores del Acero por parte de la Steel.
Lewis se separó de la AFL y creó el Congreso de Organizaciones Industriales (CIO). Su propósito era lograr la sindicación de los trabajadores de las industrias de producción en masa, todos quedarían representados por el mismo sindicato. Su principal arma fue la lucha de brazos caídos. 
Fascismo y nazismo 
La Primera Guerra Mundial y al gran derrumbe económicofueron el terreno propicio para la creación de los movimientos fascistas . Se extendieron por casi toda Europa. Solo dos llegaron al gobierno: 
el Partido Fascista encabezado por Benito Mussolini, en Italia
 
el Partido Nacionalsocialista liderado por Adolfo Hitler, el Führer, en Alemania.
Su denominador común fue la oposición radicalizada al comunismo y al liberalismo.
ambos lograron también constituirse como representantes políticos de diferentes grupos sociales especialmente de la clase media urbana y rural, de la juventud, de los excombatientes. 
En Europa del este, las fronteras de los nuevos Estados nacionales fueron dibujadas por los vencedores en Versalles por el presidente Wilson. 
 
En los medios universitarios, el nacionalismo contó con extendidas y arraigadas adhesiones.
 En los años de entreguerras 
 España (Francisco Franco) y Portugal, cayeron bajo gobiernos dictatoriales que en cierta medida adoptaron rasgos semejantes a los fascistas.
El fenómeno fascista 
A lo largo del siglo xix las tres principales familias políticas fueron el liberalismo, el conservadurismo y el socialismo; en las dos últimas décadas emergió una nueva derecha intensamente nacionalista y antisemita que fue capaz de movilizar y ganar la adhesión de diferentes sectores sociales, tanto en Viena como en París y en Berlín. 
Aunque es posible reconocer continuidades entre ideas y sentimientos gestados a fines del siglo xix y los asumidos más tarde por los fascistas, muy seguramente, sin la catástrofe de la Gran Guerra y la miseria social derivada de la crisis económica de 1929, el nazi-fascismo no se hubiera concretado. 
Por una parte, porque la aparición de una clase obrera altamente concentrada en grandes unidades industriales y cohesionada en organizaciones sindicales potentes acentuó la intensidad de los conflictos sociales. 
La experiencia de la guerra alimentó en muchos una adhesión incondicional a la paz; para ellos resultó muy difícil y doloroso reconocer que las obsesiones ideológicas del nazismo solo serían frenadas a través de las armas. Los pacifistas estaban convencidos de que las masacres en los campos de batalla no contribuían a encontrar salidas justas a las tribulaciones de los pueblos. 
En otros, en cambio, la guerra de trincheras alimentó una mística belicista: en ellos perduró “el deseo abrumador de matar”, según las palabras de Ernst Jünger. Quienes decidieron vivir peligrosamente, como propuso el fascismo, y en el culto a la violencia, encontraron la vía para manifestar sus más hondos y potentes impulsos; no dejaron las armas, e integraron las formaciones paramilitares que proliferaron en la posguerra: los Freikorps alemanes o los Fasci di combattimento italianos. 
Muchos gobiernos no fascistas recurrieron a estos grupos para impedir un nuevo Octubre rojo, más temido que realmente factible. La izquierda también se armó para defenderse, pero en ningún caso contó con el apoyo de los organismos de seguridad estatales, que no solo consintieron sino que también colaboraron con los grupos armados de la derecha radical. 
El fascismo tuvo una base social heterogénea. Recogió especialmente el apoyo de la clase media temerosa del socialismo, de los propietarios rurales, de los grupos más inestables y desarraigados, de la juventud, y particularmente de los excombatientes que constituyeron el núcleo de las primeras formaciones paramilitares; también logró el reconocimiento de sectores de la clase obrera atraídos por sus promesas sociales.
Los fascistas y los nazis llegaron al gobierno en virtud de su capacidad para recoger demandas y agravios variados, y también porque lograron convencer a los grupos de poder de que podían representar sus intereses y satisfacer sus ambiciones mejor que cualquier partido tradicional. Los elencos políticos a cargo del gobierno, en Italia y Alemania, decidieron aliarse con los fascistas y los nazis convencidos de que podrían ponerlos a su servicio para liquidar a la izquierda y preservar el statu quo. 
Los grandes capitalistas, por su parte, no manifestaron una adhesión ni temprana ni calurosa a los movimientos fascistas. Aunque el tono anticapitalista del fascismo fue selectivo y rápidamente se moderó, el carácter plebeyo de los movimientos generaba reservas entre los grandes propietarios. 
El fascismo fue centralmente una forma de hacer política y acumular poder para llegar al gobierno, primero, y para “revolucionar” el Estado y la sociedad después. Desde esta perspectiva, el fascismo se presentó simultáneamente como alternativa al impotente liberalismo burgués frente al avance de la izquierda, como decidido competidor y violento contendiente del comunismo y como eficaz restaurador del orden social. 
En la ejecución de estas tareas se distinguió de los autoritarios tradicionales porque no se limitó a ejercer la violencia desde arriba. Los fascismos se destacaron por su capacidad para movilizar a las masas apelando a mitos nacionales. El partido único y las organizaciones paramilitares fueron instrumentos esenciales para el reclutamiento de efectivos, para la toma y la conservación del poder, y su estilo político se definió por la importancia concedida a la propaganda, la escenografía y los símbolos capaces de suscitar fuertes emociones.
Los fascistas organizaron la movilización de las masas, no para contar con súbditos pasivos, sino con soldados fanáticos y convencidos. Su contrarrevolución fue en gran medida revolucionaria, aunque en un sentido diferente del de la revolución burguesa y la revolución socialista. 
LOS FASCISTAS DESDE EL LLANO AL GOBIERNO
Italia se unió a la Entente luego de firmar el tratado de Londres con Gran Bretaña y Francia en abril de 1915, a través del cual se comprometió a declarar la guerra a Austria.
Aunque en Versalles las fronteras italianas se extendieron, no todas las aspiraciones de Roma se vieron satisfechas, y el ministro Orlando abandonó la conferencia disgustado. 
El poeta Gabriel D'Annunzio, al frente de los legionarios, ocupó la ciudad de Fiume (septiembre de 1919-diciembre de 1920), que al margen de los reclamos de Italia había sido incluida en la recién creada Yugoslavia
En Fiume, D'Annunzio inventó buena parte de los símbolos que luego haría suyos el fascismo: el saludo romano, los uniformes, los gritos rituales.
La decisión de ingresar en la Primera Guerra mundial había sido tomada por el rey Víctor Manuel III y la camarilla que lo rodeaba sin tener en cuenta al parlamento ni a la opinión pública y sin considerar la falta de preparación militar de las fuerzas armadas. 
En Italia, la “unión sagrada” no alcanzó los niveles de adhesión que logró en otros países. Al regresar del frente, los excombatientes no recibieron el reconocimiento agradecido de sus compatriotas, se sintieron defraudados y encontraron en el fascismo una respuesta a sus ansiedades, y básicamente una organización que les ofrecía la posibilidad de canalizar los sentimientos y las energías gestadas en el frente de batalla. 
El fascismo nació oficialmente el 23 de marzo de 1919, en el mitin convocado por Benito Mussolini en un local de la plaza San Sepolcro, de Milán, al que asistieron muy pocas personas y donde se crearon los fascios de combate.
La declaración de 1919 era antimonárquica, anticlerical, y reconocía demandas del movimiento obrero. 
Benito Mussolini ingresó muy joven al Partido Socialista
Después de cumplir el servicio militar entre 1905 y 1907, desarrolló en Trento su actividad como periodista y agitador sindical, y fue expulsado de la localidad por la policía austríaca.
En los años previos a la Primera Guerra Mundial se hizo cargo en Milán del diario socialista Avanti, desde donde enunció los principios del pacifismo.
Al estallar el conflicto pasó rápidamente a un neutralismo militante. En virtud de este giro fue expulsado del Partido Socialista y en noviembre de 1914 fundó en Milánel diario Il Popolo D'Italia. 
La crisis económica y política generó el terreno propicio para que el fascismo prosperara. La gran industria había tenido un fuerte crecimiento durante la guerra, beneficiada por las compras del Estado y la ausencia de competencia.
Con la paz, se restringió la posibilidad de colocar sus productos y se puso en evidencia que sus precios eran poco competitivos en el mercado internacional. 
La agitación obrera alcanzó su máxima expresión en el llamado bienio rosso (1919-1920). Los obreros del norte protagonizaron una oleada de huelgas, en las que, bajo la conducción de los comunistas, intentaron, sin éxito, tomar el control de las fábricas.
El primer ministro Giovanni Giolitti optó por no recurrir a la fuerza y esperar a que el movimiento llegara a su fin por agotamiento, como efectivamente ocurrió, este acto causó hondo resentimiento en los industriales, así como en una clase media temerosa del caos social.
La intensa agitación social y la reforma del sistema electoral antes de la guerra fueron de la mano con el avance de los dos principales partidos de masas, el Socialista y el Popular, creado por el sacerdote Luigi Sturzo en 1919.
Los socialistas, que contaban con el apoyo de la Confederación General del Trabajo, obtuvieron sus mayores triunfos entre los obreros de los grandes centros industriales como Milán, Turín y Génova, y entre los trabajadores agrícolas del valle del Po. Ambos se hallaban muy divididos internamente. Ni los católicos ni los socialistas 111 eran aliados confiables para la dirigencia liberal, pero ni socialistas ni católicos estaban dispuestos a colaborar con los liberales.
La inestabilidad de los gobiernos se profundizó, desde el final de la guerra hasta la designación de Mussolini como primer ministro. En 1922, hubo cinco jefes de gobierno: Vittorio Orlando, Saverio Nitti, Giovanni Giolitti, Ivanoe Bonomi y Luigi Facta. 
Al ascenso del fascismo, que fue evidente a partir de 1920, contribuyeron dos hechos: la intervención violenta en el ámbito rural del norte de los escuadristas, dirigidos por los ras locales –Dino Grandi en Bolonia, Roberto Farinacci en Cremona, Italo Balbo en Ferrara– y el espacio político que el primer ministro Giolitti concedió a Mussolini a través de la alianza electoral de 1921. 
El movimiento escuadrista, que se extendió bajo forma de expediciones punitivas de gran violencia contra las organizaciones socialistas, fue lo que hizo del fascismo un movimiento de masas y le granjeó el apoyo de la mayor parte de los propietarios rurales, especialmente del campesinado medio.
Bolonia el 21 de noviembre de 1920. Al calor de los incidentes que se produjeron en el acto de toma de posesión de los cargos en el ayuntamiento por la nueva mayoría socialista, los fascistas sembraron el terror primero en la ciudad y luego en toda la provincia de Emilia, de fuerte tradición socialista.
El experimentado Giolitti contribuyó decisivamente al afianzamiento de los fascistas. 
Para contrarrestar el peso de los legisladores socialistas y populares se alió con Mussolini. 
Duce ganó respetabilidad política y los fascistas dejaron de estar en la periferia de la escena política.
Como contrapartida, Mussolini, a pesar del disgusto de sus huestes, no se opuso al envío de las tropas que pusieron fin a la ocupación de Fiume.
D’Annunzio capituló y se retiró de la vida política: su experimento había sido excesivamente radical para gozar del apoyo de los grandes intereses
REGIMEN FASCISTA 
Entre 1925 y 1928 se tomaron medidas que condujeron a la dictadura 
El jefe de gobierno dejó de gestionar el Parlamento
fueron disueltos todos los partidos políticos y quedó suprimida la prensa opositora.
Se creó un tribunal especial para atender los crímenes contra el Estado
Los acusados no tenían derecho a apelar y los “delincuentes políticos” podían ser deportados.
La nueva ley electoral suprimió el sufragio universal
En 1929 quedó resuelto el problema con el Vaticano. La Iglesia fue compensada por los territorios perdidos; quedando exentas de impuestos y sus escuelas recibieron un trato preferencial.
A partir de 1925 también la economía italiana tomó distancia del liberalismo para quedar sujeta a un creciente control del Estado. Se regularon las relaciones entre obreros y patrones.
No creó la idea de una economía mixta
Procuró institucionalizar la relación entre el poder público y el privado 
La Confederación General de la Industria Italiana (CGII) criticó la asociación obligatoria en organismos patrocinados por el gobierno. A lo que dirigentes sindicales fascistas respondieron con una serie de huelgas autorizadas por Mussolini, y los industriales aceptaron concertar con el sindicalismo fascista.
En 1925 entre la CGII y Edmondo Rossoni firman el pacto “Vedoni”, reforzando la autoridad patronal. 
La autonomia empresarial obstaculizó la reforma corporativa por lo que se dio, lugar al compromiso sindical de 1926, donde obreros y patrones quedaban organizados separadamente en doce sindicatos nacionales, uno para cada sector en cada tipo actividad: industria, agricultura, comercio, banca y seguros, transporte interior y navegación interior, transporte marítimo y aéreo. 
La CGII tuvo lugar en el Consejo Fascista, fueron prohibidas huelgas y lock-outs, los conflictos los resolvia la Magistratura del Trabajo. Todos los trabajadores sometidos a contribuir con cuotas para los sindicatos. 
En abril de 1927 la Carta del Lavoro precisó la definición de la corporación, como un organismo del Estado encargado de coordinar las decisiones de las organizaciones obreras y empresarias para llegar a una relación de fuerzas armónica y equilibrada. (Para los empresarios fue afirmación a los principios, pero Rossoni no pudo cumplir sus objetivos. 
El movimiento laboral fascista careció de independencia necesaria para seguir un plan coherente que aumentase la participación del trabajo en la riqueza. En su condición de miembros del partido, los dirigentes sindicales postergaron la defensa de los intereses obreros frente a las directivas del partido.
Las rebajas de salarios en octubre de 1927, diciembre 1930 y mayo 1934 fueron aceptadas en nombre de la defensa de los intereses de la nación. Mientras los sindicatos fascistas tuvieron que luchar contra sus rivales socialistas y católicos, el pasado radical y la agresividad discursiva de Rossoni constituyeron datos a su favor. (El cual fue desplazado en 1928 por Musolini)
El movimiento sindical fascista se centró en la obtención de programas sociales, el principal, la Opera Nazionale Dopolavoro en 1925, con el fin de “favorecer el empleo sano y provechoso de las horas libres de los trabajadores intelectuales y manuales, por medio de instituciones destinadas a desarrollar sus capacidades físicas, intelectuales y morales”. 
 
RADICALIZACIÓN DEL FASCISMO
La crisis económica mundial también en Italia dio paso al aumento de la desocupación, aun mas en Alemania. (régimen de la autarquía)
En 1933 se aprobó la creación del Instituto para la Reconstrucción Italiana (IRI). En 1939 este organismo controlaba tres de las grandes siderurgias del país: astilleros, la telefónica, la distribución de la gasolina, las principales empresas de electricidad, líneas marítimas y las incipientes líneas aéreas. 
Mientras la industria privada declinaba, la dirigencia fascista crecía en lo económico y político. 
El IRI quedó habilitado a controlar las empresas de propiedad privada siempre que fuese en interés de la “defensa nacional, la autarquía y la expansión del Imperio”
Finalmente, en 1934 fueron creadas las corporaciones, sin incluir las propuestas de los fascistas radicales que pretendían abolir la propiedad privada para asignar al nuevo organismo la plena responsabilidad de la producción y liquidar así el conflicto histórico público y privado. 
En el escenario internacional, la Italia fascista inicialmente se posicionó junto a Gran Bretaña y Francia, y jugó un papel estabilizador.
El fascismo italiano ejerció una enorme atracciónentre los nacionalsocialistas y que, en su momento de gloria, Mussolini observó a Hitler como un personaje de segundo orden.
Cuando Mussolini entró en la Segunda Guerra, recién en 1940, lo hizo impulsado por su afán de gloria y creyendo que el triunfo del Eje posibilitaría la creación de un imperio italiano con base en los Balcanes y África del norte. 
RADICALIZACIÓN DEL FASCISMO
La crisis económica mundial también en Italia dio un paso al aumento de la desocupación.
Los nuevos desafíos condujeron a que el régimen se definiera a favor de la autarquía.
En el ámbito agrario se puso en marcha la tendencia a través de la “batalla del trigo”.
En 1933 se aprobó la creación del Instituto para la Reconstrucción Italiana (IRI), la cual hizo del Estado el principal inversor industrial.
En 1939 este organismo controlaba tres siderurgias y la mayoría de las industrias importantes del país. Las empresas publicas como privadas se entrelazaban.
El IRI controlaría empresas privadas siempre que fuese en interés de la “defensa nacional, la autarquía y la expansión del imperio”.
En 1934 fueron creadas corporaciones, sin incluir las propuestas de los fascistas radicales.
En el marco de la crisis había un aspecto e las corporaciones que atraía a grandes propietarios: la cooperación entre los sectores de producción para restringir la competencia y asegurar a posición de los ya instalados.
La Italia fascista se posicionó junto a Gran Bretaña y Francia.
el fascismo italiano en sus inicios ejerció una enorme atracción entre los nacionalistas .
Mussolini estrechó sus lazos con Hitler. Hasta ese momento se había frenado el avance los alemanes hacia Austria y manifestado su preocupación por el rearme del Tercer Reich.
Aunque los industriales no intervinieron directamente, se beneficiaron con la política de rearme y de expansión territorial.
Después de la anexión de Austria aprobada por Hitler en 1938. Con el nuevo aliado, Italia podía quedar relegada al papel de productora agrícola.
Cuando Musolini entró en la Segunda Guerra en 1940, lo hizo impulsado por su afán de gloria y creyendo que el triunfo del Eje posibilitaría la creación de un imperio italiano con base en los Balcanes y África del norte. 
Los primeros años después de la posguerra fueron sombríos. Ni los consumistas ni la derecha radical aceptaron la República.
El gobierno provisional fue obligado por las potencias victoriosas a firmar la paz que los alemanes vivieron como humillante.
La Constitución aprobada en la ciudad de Weimar reconoció el derecho al voto a todos los hombres y mujeres mayores de veinte años. Esta practica se hizo habitual a partir de 1930.
LA REPÚBLICA DE WEIMAR
Los gobiernos de Francia y Bélgica ocuparon el Ruhr y asumieron la explotación de las minas y ferrocarriles para cobrarse las reparaciones de guerra.
El gobierno alemán ordenó la resistencia pasiva y se lanzo a emitir moneda para atender las necesidades de la población.
Durante la crisis se formó un gobierno de coalición encabezado por Gustav Stresemann quien estaba ligado a los intereses de la industria y Hjalmar Schacht del mundo de las finanzas, quien tomo medidas para reducir el gasto público y obtuvo ayuda através del plan Dawes.
Alemania era altamente dependiente del ingreso de capitales estadounidenses.
Hitler fue encomendado para controlar el Partido Alemán de los Trabajadores, creado a fines de 1918.
La derecha extrema deseaba “ la marcha sobre Berlín” para instaurar un nuevo gobierno sin la influencia socialista.
La República careció de un sólido apoyo por parte de la población, y las instituciones imperiales no se reorganizaron en un sentido democrático.
El partido nazi, tuvo escasa inserción en el electorado y se colocó a una considerable distancia de la derecha conservadora cada vez más radical.
El triunfo de este partido a partir de 1930 fue posible porque supieron interpretar y representar las demandas de justicia social y rehabilitación del orgullo nacional de gran parte de la sociedad.
El ascenso de Hitler al gobierno fue facilitado por los sectores poderosos de la sociedad que nunca habían aceptado la República.
El Partido Nacional Socialista de los obreros alemanes se convirtió en un partido de masas.
Los partidos comunistas debían enfrentar la socialdemocracia porque esta era solo la opción moderada de la burguesía para controlar la energía revolucionaria del proletariado.
El terror fascista fue concebido como un fenómeno pasajero ante el avance de la lucha de clases. 
El fascismo era la ultima forma política de la dictadura burguesa, que sería seguida por a dictadura del proletariado. 
En el campo de la izquierda, la socialdemocracia y el comunismo se recogió un cifra considerable de votos, sin embargo, los nazis, a pesar de todo continuaron siendo la fuerza mayoritaria en el Reichstag.
DEL GOBIERNO A LA CONCENTRACION DEL PODER 
El 30 de enero 1933, Hitler y el partido nacional socialista asumen el poder por medio de métodos democráticos, poniendo término a la República de Weimar. 
En ese momento los nazis representaban una minoría en el Reichstag (Parlamento) y en el gobierno.
 Hitler decide concentrar en sus manos todos los poderes gubernamentales, por lo cual ordena disolver el Reichstag y llevar a cabo nuevas elecciones en marzo de 1933. Estas elecciones, llevadas a cabo en un ambiente de terror e intimidación le permiten reunir una mayoría parlamentaria. En muy poco tiempo, Alemania, deja de ser una república democrática y se convierte en un estado totalitario.
Los primeros campos de concentración de Alemania se establecieron poco después del nombramiento de Hitler como canciller en enero de 1933. En las semanas posteriores a la subida al poder de los nazis, las SA (Sturmabteilungen, conocidas comúnmente como las tropas de asalto), las SS (Schutzstaffel, las escuadras de protección), la policía y las autoridades civiles locales organizaron múltiples campos de detención para encarcelar a los adversarios reales y percibidos de las políticas nazis.
Las autoridades alemanas establecieron campos por toda Alemania, a medida que estos se fueron volviendo necesarios para manejar a las masas que detenían por ser supuestos elementos subversivos. Las SS establecieron campos más grandes en Oranienburg, al norte de Berlín; en Esterwegen, cerca de Hamburgo; en Dachau, al noroeste de Munich; y en Lichtenburg, en Sajonia. En el mismo Berlín, el centro de Columbia Haus alojó a prisioneros que estaban siendo investigados por la Gestapo (la policía secreta estatal alemana) hasta 1936.
Incendio del Reichstag: primer paso hacia la dictadura
Desde un principio, Hitler empieza a acumular poderes. Un momento clave es el incendio en el edificio del parlamento Reichstag. El 27 de febrero de 1933 los guardias observan llamas en el tejado. Atrapan al presunto pirómano, un comunista holandés llamado Marinus van der Lubbe. quien es ejecutado en 1934, tras un juicio que fue mas bien un espectáculo. Nunca se encontraron pruebas de que tuviera cómplices.
Los líderes nazis se apersonaron rápidamente al lugar. Un testigo presencial contó que Göring , mirando al fuego gritaba: "Este es el comienzo de una revolución comunista. Ahora atacan. No tenemos tiempo que perder". Antes de que pudiera continuar, Hitler bramó: "A partir de ahora no vamos a mostrar ninguna misericordia. Quien se interponga en nuestro camino será sacrificado"
La represión a los opositores
En este clima de intimidación, el 5 de marzo de 1933 tienen lugar nuevas elecciones. Las calles están llenas de carteles y banderas del partido nazi. Sin embargo, no fue la gran victoria nazis, como se esperaba. Con el 43,9 por ciento de los votos, el NSDAP no obtiene ninguna mayoría. Los partidos de izquierda KPD y SPD representan aun el 30% de los votos.
Los arrestos e la intimidación se incrementan. El gobierno prohíbe el partido comunista. El 15 de marzo ya hay decenas de miles de comunistas arrestados. Para alojar todos estos presos políticos se crean los primeros camposde concentración. Las condiciones alli son terribles. Las personas son maltratadas, torturadas y a veces, asesinadas.
En particular, los judíos y personas conocidas son los que más sufren.  Por ejemplo, los guardias de la SS del campo de Dachau, cerca de Munich, llevan a cuatro prisioneros judíos hasta las puertas del campo y les disparan. Luego, los guardianes afirman que las víctimas habían intentado escapar.
El 23 de marzo de 1933, el parlamento se reúne en Berlín. En la agenda está planeada una nueva ley, la '"ley del poder" Esta permite a Hitler promulgar leyes, durante cuatro años, sin interferencia del Presidente o del Parlamento alemán. El edificio donde se celebra la reunión está rodeado por hombres de la SA y la SS, ambas son organizaciones paramilitares del NSDAP, que habían sido designadas para ayudar a la policía.
Hitler en su discurso les intima a los presentes a elegir entre "La Guerra o la Paz". Es una amenaza encubierta para intimidar a quienes debían votar dicha ley.  De modo, ya no se trata de un Estado democrático. Con 444 votos a favor y 94 en contra, el Parlamento aprobó la Ley del Poder. La cual, fue hasta 1945, la base de la dictadura nazi.
Ahora que Hitler ha reunido tanto poder llegó la hora que los nazis conviertan a la sociedad en su sociedad ideal nazi. Este proceso se denomina Gleichschaltung (Asimilación). Muchos políticos sospechosos y funcionarios judíos son despedidos. Los sindicatos, obligados, hacen lugar al Deutsche Arbeitsfront. Así impiden los nazis que los trabajadores pueden organizarse como opositores.
Los partidos políticos existentes son prohibidos. A partir de mediados de julio de 1933, Alemania es un estado de un solo partido. Asimismo, en el ámbito cultural y científico se lleva a cabo  una "limpieza". Todo aquello que “no sea alemán",debe ser eliminado, según los nazis. Por ejemplo, libros de escritores judíos, de izquierda y pacifistas son quemados.
LA AUTARQUIA ECONOMICA Y EL ESPACIO VITAL
 La economía alemana bajo el nazismo estuvo condicionada por los intereses del Estado. Pero, a diferencia de la URSS, se mantuvo el sistema capitalista y con él la propiedad privada. Al igual que en el régimen fascista italiano las grandes empresas ni la banca fueron nacionalizadas.
 
 
 La tierra permaneció en manos de los grandes terratenientes y las condiciones de trabajo de los campesinos no mejoraron sensiblemente.
 Hitler hizo hincapié en el desarrollo de la industria pesada y química, en manos de grandes grupos industriales (Krupp, Vögler, Boch, Siemens, etc), preparados para hacer frente al programa de rearme del ejército alemán, fundamental para garantizar una política internacional agresiva y expansionista.
En 1936 se puso en marcha un Plan Cuatrienal, cuyo director, Goering, ponderaba la militarización de Alemania con vistas a una futura guerra. Obviaba principios esenciales del capitalismo como el coste y el beneficio empresarial, dando prioridad a la consecución de la autarquía que permitiese el autoabastecimiento de alimentos y materias primas durante el conflicto.
Esta política acrecentó el poder de los magnates de la industria militar, que conseguirían por medio de la guerra enormes beneficios, acrecentados por la política de saqueo de territorios conquistados y el empleo de mano de obra esclava o semiesclava en sus factorías.
Trabajos forzados en Buchenwald 
El principal cliente de la producción fue el Estado. Para financiarla el III Reich recurrió a una política de endeudamiento que en 1938 ascendía a la astronómica suma de 31.000 millones de marcos.
SINÓPSIS
En medio de la depresión de los treinta, Tom Joad sale de la cárcel en busca de la casa familiar en Oklahoma. Al llegar, se entera de que la familia, como el resto de los granjeros arrendatarios, ha sido desalojada de la tierra que había cultivado durante más de cincuenta años. Las grandes empresas han decidido apretar el lazo y expulsar a la gente humilde de una tierra que se cultivará con tractores y jornaleros asalariados.
La familia pone en marcha un viejo camión que se arrastra lentamente en un viaje interminable hacia una tierra en la que esperan encontrar un nuevo hogar y trabajo como cosechadores de frutas. Junto a la familia ampliada, que abarca al matrimonio con sus cuatro hijos, abuelos, yerno, primo y tío, viaja Casey, el antiguo predicador de la comarca que ha perdido su fe en la seguridad de las cosas.
ACERCA DEL INTERES HISTORICO DEL FILM
Expulsados, amenazados, despreciados y abandonados, los Joad y sus desventuras ofrecen una muestra mínima pero rotunda de la espantosa realidad que debieron afrontar cientos de miles de trabajadores rurales del centro y el sur de los Estados Unidos mientras se desplegaba la era de la gran depresión económica posterior a la caída de Wall Street. 
La película se centra en el relato de las peripecias del grupo familiar empujado por el despojo decidido por las grandes compañías propietarias y los bancos hacia un destino de incertidumbre, explotación, pobreza y exterminio, así mismo, la tragedia humana que se produjo en el campo estadounidense como producto de la depresión económica de los treinta.
Los tractores que se lanzan a destruir las viejas casas de las familias campesinas no hay hombres sino empresas, grandes compañías y grandes bancos que han dispuesto practicar el toma todo sin miramientos ni demoras.
La película sella una instancia importante en la historia económica y social de la vida rural en la que las relaciones de propiedad y de producción han sido definitivamente despersonalizadas.
¿Qué hay en los caminos para los Joad y los otros?
Todo el cuadro social es de una crueldad infinita y no hace falta ninguna imaginación para comprender sus efectos: niños harapientos y famélicos que se abalanzan sobre los restos de un guiso porque saben que será su única comida del día, viejos que mueren en los caminos, como los abuelos Joad, hombres y mujeres sin horizonte, posibilidades ni refugio.
 ¿Qué pueden elegir los miles y miles de desocupados que no tienen hacia dónde ir ni a dónde regresar? 
El predicador que ha perdido su fe cristiana y que deviene en líder de la lucha social dentro de ungrupo de trabajadores dispuestos a enfrentar la flagrante explotación de la que son víctimas. Casey y Tom no son dirigentes políticos ni sindicales, carecen de formación y de preparación intelectual para la organización partidaria, desconocen la existencia de organizaciones que defiendan los intereses de los desheredados, pero comprenden que no hay forma de sobrevivir mientras no cambien las reglas. 
Finalmente:
Perseguido y señalado como agitador peligroso para el extendido sistema de explotación capitalista que se ha apropiado brutalmente del mundo rural, Tom Joad se aleja de su familia como fugitivo. Se despide de su madre en una escena conmovedora en la que le habla de Casey, de su voluntad de cambiar las cosas, de un mundo en el que la tierra no tenga más dueño que el que la trabaja… 
SOBRE EL DIRECTOR Y SU FILM
Sean Martin Feeney nació en febrero de 1894 en Maine, Estados Unidos, el hijo decimoprimero de una familia de irlandeses que llegaron al país huyendo de la miseria de su tierra natal. Siguiendo a un hermano actor, John se acercó a la naciente industria de Hollywood y empezó a dirigir bajo el nombre de Jack Ford en 1917.
Ford dirigió entre 1917 y 1930 setenta películas, echando las bases de una obra monumental, diversa y compleja que, si bien se apoyó fundamentalmente en el western, ofrece grandes películas en géneros variados. Toda una obra, 145 filmes dirigidos hasta su muerte en 1973, que permite situar Ford como uno de los grandes artistas del siglo XX. 
Una mirada más atenta de sus películas permite señalar que el cine de Ford eludió toda representación simple de la sociedad de su tiempo y de su historia y clausuró cualquier clase de triunfalismo, aun el más declamado por Hollywood en torno a la segunda guerra mundial y al papel de los Estados Unidos en ella.

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