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Existencia de dios y vocación tesis

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EXISTENCIA DE DIOS Y VOCACIÓN DEL HOMBRE 
 
 
 
 
 
 
Merveil Kadiata Ilunga 
 
 
 
PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA 
FACULTAD DE TEOLOGÍA 
BACHILLERATO ECLESIASTICO - TEOLOGÍA 
 BOGOTÁ D.C. 2022 
1 
 
EXISTENCIA DE DIOS Y VOCACIÓN DEL HOMBRE 
 
 
 
 
 
 
Merveil Kadiata Ilunga 
 
 
 
Trabajo de grado para optar al título de Teólogo 
 
Tutor: Alberto Munera Duque 
 
 
 
 
 
PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA 
FACULTAD DE TEOLOGÍA 
BACHILLERATO ECLESIASTICO - TEOLOGÍA 
BOGOTÁ D.C. 2022 
2 
 
 
 
DEDICATORIA 
 
 
A Dios Misterio Infinito e inabarcable. 
A mis Padres Ilunga a Binene Zacharie y Kabwe Manionga Marie Françoise. 
A mi tío, Kadiata Binene Sébastien. 
A mis hermanos: Tshibanda Irsil, Kabwe Patricia, Katambwe Cristina, Tshilobo Claris, 
Thierry Binene, Mbuyi Litgarde, Orelis Kabwe, Gracia Manionga, Miradieu Ilunga. 
A mis primos: Deborah Katambwe y Joel Tshilobo. 
A mi sobrina Sephora Kalenda. 
A todos mis hermanos M.S.A 
A todos mis amigos y amigas. 
A todas las personas sin ánimo de vivir. 
A todas las personas con crisis de sentido. 
A todos los que les resulte importante este escrito. 
3 
 
AGRADECIMIENTOS 
Agradezco de manera general a todas las personas que contribuyeron implícita o 
explícitamente en la elaboración de este trabajo. 
A mis Padres Ilunga a Binene Zacharie y Kabwe Manionga Marie Françoise, mi familia, mi 
país y la época en el que nací que me permitieron tener contacto con las religiones. 
Agradecimiento especial a mi director de trabajo de Grado el Padre Alberto Múnera Duque, 
de quien provino mi inquietud teológica por Dios a partir del curso de Misterio de Dios. 
Agradecimiento especial a un compañero del mismo curso de Misterio de Dios de quien, no 
pudiendo aceptar el empate argumentativo, provino la primera formulación de la pregunta de 
investigación: ¿Si Dios no existe, entonces quien nos llamó? 
Agradezco a mis amigos Ben Sirac y Emmanuel Lola, dos grandes filósofos y teólogos de 
mi historia. Con quienes he podido aprender, desaprender para aprender de nuevo. Con 
quienes he podido discutir muchos aspectos de la vida y de las ciencias especulativas. Con 
quienes he compartido severamente mis últimos 7 años de vida. 
Agradecimiento especial a mi filósofa y teóloga preferida Blaydi Zuleta con quien 
sentipensando aprendí que el “universo es un experimento de Dios”. Es decir “Estamos en 
su laboratorio y él aprende de nosotros”. 
Agradezco a la Sociedad de los Misioneros de los Apóstoles por su confianza y el apoyo en 
pro de mi formación. Agradezco a todos mis formadores, a todos mis compañeros de 
formación en el Tiempo de Integración Internacional. 
Mis agradecimientos a todos los profesores de la facultad de filosofía y de teología que me 
acompañaron en este proceso de aprendizaje. 
 
 
 
4 
 
Contenido 
INTRODUCCIÓN .................................................................................................................................5 
A. Preámbulo .............................................................................................................................5 
B. Prolegómenos ........................................................................................................................8 
1. DE LA EXISTENCIA DE DIOS ......................................................................................................12 
1.1. ¿Quién es Dios? ................................................................................................................14 
1.2. Origen de la idea de Dios ..................................................................................................22 
1.3. ¿Puede probarse la existencia Dios? ................................................................................25 
1.3.1. ¿Qué se entiende por probar la existencia de Dios?.................................................26 
1.3.2. Las pruebas clásicas de la existencia de Dios. ...........................................................26 
1.3.3. El fracaso de las pruebas de la existencia de Dios. ...................................................26 
1.3.4. El fracaso de la racionalidad científica y del ateísmo positivo. .................................28 
1.4. ¿Síntomas de un Retorno? ...............................................................................................31 
2. COMUNICACIÓN DE DIOS CON EL HOMBRE: REVELACIÓN Y VOCACIÓN ...............................35 
2.1. Vocación: ¿Qué es? ..........................................................................................................35 
2.2. Fundamentos para una teología vocacional desde la revelación categorial. ....................41 
2.2.1. Fundamentos antropológicos de una revelación. .....................................................43 
2.2.2. Fundamentos antropológicos de un Dios libre de una posible revelación................47 
2.2.3. Los diversos tipos de revelación. ..............................................................................51 
2.2.4. El lugar de la revelación. ...........................................................................................52 
2.2.5. Revelación e historicidad del hombre. .....................................................................54 
2.3. Algunas consecuencias. ....................................................................................................55 
3. REVELACIÓN DE DIOS COMO VOCACIÓN. ...............................................................................57 
3.1. Vocaciones Específicas. ....................................................................................................59 
3.2. Vocaciones específicas y los apóstoles. ............................................................................62 
Un ejemplo de vida: Simón Pedro el oyente de la palabra .....................................................63 
4. CONCLUSIONES: Existencia de Dios y vocación del hombre. .................................................76 
5. BIBLIOGRAFÍA ..........................................................................................................................80 
 
 
 
 
5 
 
INTRODUCCIÓN 
A. Preámbulo 
Planteamiento del Problema 
La historiografía bíblica como post-bíblica (historia de la Iglesia hasta hoy) está repleta de 
personajes que afirman hablar en nombre de Dios o recibir misiones especiales de él. Esto es 
lo que identificamos religiosamente con la palabra vocación: hablar, vivir, actuar en nombre 
de la voluntad de Dios. Sin embargo, la teología sistemática actual ha demostrado la 
imposibilidad de lanzar una demostración incontrovertible de la existencia de Dios1. Como 
puede intuirse, esto significa un vacío epistemológico, teórico e incoherencia lógica: Dícese 
recibir una vocación de un Dios cuya existencia no puede demostrar. ¿Cuál es la legitimidad 
de tal vocación?, ¿Cómo entender el hecho de que tantos Profetas, Sacerdotes, Religiosos, 
laicos, Papas dijeran recibir su vocación de Dios? En palabras más sencillas de un estudiante 
de teología: “Si Dios no existe, entonces ¿Quién me llamó, quien me dio la vocación?” 
El presente trabajo surge de la inquietud de ese estudiante y analiza desde aportes filosóficos 
como teológicos, la posible comprensión de un discurso vocacional fundado en Dios como 
autor principal. Para ello, se desarrollarán a lo largo del trabajo, preguntas respecto al 
concepto de Dios y su existencia. Y en el caso de que existiera: ¿Cómo se comunica al 
hombre para llamarlo? Se tratará aquí de un análisis minucioso aspirando entender la 
afirmación religiosa básica sobre la vocación del hombre en relación con su autor que es 
Dios. 
Justificación 
La realización de esta tarea es pertinente no solamente para el campo de la teología 
vocacional, sino de toda la teología. Etimológicamente, Teología significa un discurso sobre 
Dios. Y en cuantoal estatus epistemológico, conforma una disciplina científica que tiene por 
objeto de estudio a Dios. En el contexto cultural actual, sería pues absurdo, fundar una ciencia 
como la teológica sobre un Dios cuya existencia no se tenga ideas distintivas. El presente 
 
1 pero también la imposibilidad de una demostración incontrovertible de la no-existencia de Dios. 
6 
 
trabajo trata de articular el discurso vocacional de un lado y algunos planteamientos de la 
teología sistemática fundamental del otro lado. 
En cuanto a la pertinencia inmediata del problema, hay que decir que vivimos en un mundo 
secular en el que conviven discursos teístas, ateas y discursos post-teistas; todos en constante 
relacionamiento positiva como negativa. Quien desea pues sostener uno de los tipos de 
discursos, ha de estar listo para dar suficientes razones de él. Tal vez el presente trabajo sea 
un aporte para quien desea entender o dar explicación de su discurso teísta sobre el origen de 
la propia vocación, o quien quiera encontrar un sentido profundo a los acontecimientos de su 
vida. 
Objetivo principal y objetivos específicos 
Dicho en otras palabras, el objetivo principal del presente escrito es hallar la manera de 
entender el concepto de la vocación como llamada de Dios al hombre en la historia de éste. 
Para ello, los siguientes serán los objetivos específicos que se irán obteniendo a lo largo del 
trabajo: primeramente, se tratará de responder a la pregunta sobre la existencia de Dios a la 
luz de los recientes aportes filosóficos como teológicos. En segundo lugar, se intentará dar 
una respuesta a la pregunta por la acción de Dios en el mundo y precisamente en la vocación 
del hombre. 
Suponiendo con el Vaticano II que Dios actúa en el mundo, en la historia del hombre, el 
tercer objetivo a alcanzar será analizar las condiciones de posibilidad para dicha acción que 
se concreta en la llamada del hombre hasta un horizonte de sentido. Teniendo las condiciones 
de posibilidades claras el último capítulo se dedicará al análisis de la aplicabilidad de dichos 
principios en algunas historias de vida concreta como puede ser la historia vocacional de 
Pedro, del Señor Héctor Durand… por citar algunos. 
Método utilizado 
Se entiende aquí que un método teológico no es un conjunto de unas fórmulas mágicas para 
la producción teológica. “El método no es un conjunto de reglas que cualquiera, incluso un 
tonto, ha de seguir meticulosamente; más bien un marco destinado a favorecer la creatividad 
7 
 
y la colaboración”2. Por eso mismo, En este trabajo se asiste a una síntesis del método 
antropológico trascendental del teólogo alemán Karl Rahner, el método de la Teología de la 
acción y el de la teología de liberación que favorecen la creatividad y la elaboración del 
trabajo. 
El método utilizado en el clímax del escrito, donde se analizan las condiciones de posibilidad 
para una interpretación de la acción de Dios en la historia del hombre es el llamado 
antropológico trascendental del teólogo alemán Karl Rahner, (tal como lo aplica en su libro 
“Oyente de la palabra”). Sin embargo, las otras partes del escrito no se desconectan de esta 
parte, ni se puede entender sin el trasfondo de las otras partes. En una vista macro de todo el 
documento, se trata de un ver (análisis de la cuestión), juzgar (antropológico 
trascendentalmente), admirar, actuar y admirar (en el área de la praxis). 
En efecto, la primera parte tratará de analizar el estado actual de la pregunta sobre la 
existencia de Dios. Una pregunta difícil de contestar con un sí o un no, sin pasar por un 
análisis de lo que se entiende por Dios mientras que nadie lo ha visto. Del mismo modo, lo 
difícil que puede resultar demostrar su existencia. En la primera parte se lleva a cabo un 
análisis del estado actual de la cuestión entorno al concepto de Dios y su existencia. Por eso 
en cuanto vista general del método del documento lo podríamos llamar un ver. 
La segunda parte es un juzgar que se articula sobre dos hipótesis: La primera es que Dios sí 
existe y la segunda que ese Dios que existe actúa continuamente en la historia del hombre 
general y particular dándole un sentido a su existencia: esto es vocación dicha en otras 
palabras. El punto de referencia de esta actuación o revelación se encuentran en las 
afirmaciones del Vaticano II (Gaudium et Spes principalmente) sobre la vocación del hombre 
a base de una posible revelación histórica y categorial de Dios. 
La segunda hipótesis es el mismo concepto de vocación cuyo origen es Dios, con la que se 
empieza el planteamiento del presente trabajo, solo que articulado de otra manera. En efecto, 
decir: “Dios me llamó hasta un sentido…” implica afirmar que Dios actúa en la propia vida. 
El juicio que se lleva a cabo en esta segunda parte culmina con un análisis de las condiciones 
 
2 Lonergan, Método en teología, P.9 
8 
 
de posibilidad para sostener dicha afirmación a partir de los aportes del método antropológico 
trascendental del teólogo Karl Rahner que se halla en su libro: “Oyente de la palabra” 
Y finalmente el admirar, actuar y admirar explicita la dinámica de la tercera parte del 
presente escrito. En efecto, después de analizar las condiciones de posibilidad, se lleva a cabo 
una contemplación o admiración de tales condiciones de posibilidad en los diversos 
elementos de la teología pastoral, en la vida de diversos personajes que con un 
convencimiento admirable escucharon la voz de Dios, llamándolos hasta un horizonte. 
Actuar significa encontrar pistas de cambio de vida como de acción pastoral a partir de estas 
condiciones de posibilidad que son tres: Dios que llama es un ser libre, el oyente de la llamada 
es libre y la llamada acontece en líneas de posibilidad de libertad también. Y finalmente toca 
seguir admirando este actuar de Dios en la historia. 
Estado de arte 
El presente trabajo no pretende ser el primer texto respecto a la fundamentación de la teología 
vocacional. Ni los métodos aplicados aquí como los únicos medios para llevar a cabo dicha 
tarea. Tampoco el análisis desde la revelación de Dios como el único medio para fundamentar 
el discurso vocacional. Es más, desde aportes de la teología de la gracia se podría hacer una 
muy buena fundamentación del lenguaje vocacional. La naturaleza y la extensión del presente 
trabajo no permite articular desde todos estos aspectos. Dicho eso, se retomará el 
planteamiento del problema. 
B. Prolegómenos 
La teología ha recurrido a lo largo de la historia a diversos conceptos con el fin de expresar 
la riqueza del hecho de que el Dios «a quien nadie ha visto jamás» (Jn 1,18), se haya dado a 
conocer a los hombres3. Destacan, por su uso frecuente, «Revelación» y «palabra», aunque 
existen otros como «testimonio», «comunicación», «historia», «experiencia» o «encuentro»4, 
«Auto-donación», «Auto-comunicación». «Podemos decir –señalaba el Beato Juan Pablo II– 
que, en cierto sentido, la revelación es, sobre todo, vocación, llamada; no es sólo una teoría; 
 
3 Conesa, La revelación como vocación. 13. En … 
4 Ibid., 
9 
 
es ciertamente una praxis, pero sobre todo una llamada vocacional se encuentra entre la teoría 
y la praxis y está, en cierta manera, inscrita en la revelación»5. 
Si la revelación trae implícita o explícitamente una vocación, implicaría siempre un 
encuentro. Humanamente hablando, nadie puede darse a conocer en el vacío o ante nadie, 
darse a conocer exige un destinatario que le podría acoger como vocación. Habrá de 
repensarse si el hecho de darse a conocer ha de incluir necesariamente una misión. En caso 
de que no, será una comunicación inefectiva, al estilo de una pregunta abierta que no influye 
en su oyente. Más allá de todo análisis, la experiencia de Dios consignada en las Sagradas 
escrituras, en la historia de la Iglesia y las diversas historias de nuestros días muestra que la 
comunicación es siemprevocacional, esto es, por una palabra comunicativa llama al oyente 
hacia una acción de absoluta libertad. 
Si tal es el caso, la vocación en su sentido auténticamente religiosa exige la relación de dos 
componentes: uno de orden sobrenatural, Dios, autor de la llamada, sujeto activo; y otro de 
orden natural, el hombre, sujeto pasivo y término de la misma6. Así pues, Un análisis riguroso 
de la vocación ha de contemplar ambos elementos inseparables y el modo en que 
interactúan7. Esto es lo que quiere reflejar el presente escrito. 
En el contexto actual de crisis de lo sobrenatural causado por la razón científica y el ateísmo, 
parece absurdo mantener un discurso vocacional: “Dios me llamó” mientras la existencia y 
el accionar de Dios no es una evidencia. Entonces saltan a la vista preguntas como: ¿Quién 
es ese Dios que te ha llamado? Por desgracia, el religioso contemporáneo no tiene cómo dar 
a entender su discurso vocacional más allá de su círculo de fe. Pues el concepto Dios que usa 
para referir su acontecer vocacional, ha sido ampliamente usado hasta carecer de sentido. 
¿Habrá de dar un paso al post-diosismo?, ¿Habrá de crear ontología como Heidegger? 
Sí, el religioso contemporáneo que mantiene un discurso vocacional tiene dificultad de decir 
que Dios lo ha llamado. Las ciencias humanas le reclaman de decir en palabras poco 
entendible lo que ellos llaman en la práctica, el otro hombre, lo que ellos identifican con el 
propio deseo de realizarse, de liberarse, de infinitud… parece que pronto volvería a surgir la 
 
5 Ibid., 15 
6 Sacerdotes Operarios Diocesanos, Curso básico de Pastoral vocacional, 103. 
7 Ibid., 
10 
 
navaja de Ockham en su contra. ¿Por qué añadirle una causa sobrenatural a lo que ya es 
explicable desde las causas naturales?... Habrá de decir entonces ¿me llamó la causa de la 
historia del Dios de Abraham? ¿Me llamó la causa de la continuidad de la historia de la 
víctima Cristo? … para que fuera más entendible el discurso vocacional. 
El cristiano puede decir que le llamó la causa de Cristo: la víctima de Nazareth. Sin embargo, 
su tradición de fe le propone no ver en Cristo una persona cualquiera, sino verdadero Dios y 
verdadero hombre. Le propone ver en Jesucristo al mismo Dios encarnado que da a entender 
a la verdadera vocación del hombre como la divinidad y éste como verdadera humanización 
del hombre. Al cristiano así entendido, le toca dar cuenta también de la palabra Dios inscrita 
en su doctrina. Le toca dar cuenta de ¿Cómo es posible que en este verdadero Dios y 
verdadero hombre se diese una trinidad y unidad de personas? 
Muchas de estas preguntas tal vez no hayan sus respuestas correspondientes en el presente 
escrito, sin embargo, quedan abiertas para una futura reflexión teológica y vocacional en el 
contexto del increencia. En el presente escrito se abordará en un primer momento el problema 
de la existencia de Dios desembocando en el empate argumentativo entre teístas y ateos, fruto 
de la labor teológica del teólogo Alberto Múnera. 
De ahí, a partir de un sentimiento contemporáneo de retorno al lenguaje religioso y a la 
realidad de las religiones, se cree que reflexionando sobre la posibilidad de la existencia del 
que nadie ha visto jamás se pueda obtener bases para un análisis de lo que será el segundo 
momento aquí: la realidad vocacional fruto de su posible revelación, entendido como 
“palabra” que pueda oír y entender el hombre. Los aportes antropológicos de Karl Rahner 
aclaran que esta palabra acontece en la historia personal y universal del hombre lo que hace 
que se evite todo tipo de misticismo en la vocación como acontecimiento de la revelación de 
Dios. 
Del segundo momento se desprenden tres principios: Dios libre, libre revelación y hombre 
(oyente) libre que se analizan en el tercer momento en los 4 relatos bíblicos que conforman 
según el análisis de Santiago Guijarro el proceso vocacional de Pedro. En este análisis se 
introducen relatos vocacionales de la historia reciente de la Iglesia. El relato del Padre 
Juvenal Dho y del Señor Héctor Durand cofundador de la sociedad de los Misioneros de los 
11 
 
Santos Apóstoles, para una mejor comprensión del acontecer vocacional como revelación de 
Dios. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
12 
 
1. DE LA EXISTENCIA DE DIOS 
Una reflexión sobre la existencia de Dios y su acción en el mundo y en el hombre con fines 
de una teología vocacional sigue siendo una tarea pendiente para la teología. El discurso 
vocacional que se maneja actualmente - “Nadie se llama a sí mismo”, “Es Dios quien llama 
a una amistad con él, a la vida, a la santidad…”8- de un lado, y el contexto actual del hombre 
quien con frecuencia discute las ideas recibidas9 sin importar su índole del otro lado, urge la 
realización de esta labor. 
El hombre actual quizás con más énfasis que aquel de antaño10, lo discute todo, hasta la idea 
y la existencia de Dios que puede recibir desde la temprana edad de la familia o de su entorno 
escolar o religioso…. Pues se ve a menudo angustiado al encontrarse con los “diversos altares 
de la modernidad”11 algunos construidos para mantener a los dioses en la sociedad, otros para 
eliminarlos y algunos otros integrando los dos extremos. El hecho de que se diera “una 
coexistencia de religiones diferentes y la coexistencia de los discursos secular y religioso; 
[…] tanto en la mente del individuo como en el espacio social”12 hace que se discutan con 
frecuencia los fundamentos de la postura de cada uno o que alguno influencie a otro. 
Las bases discutidas incluyen el tema de la verdadera religión que desembocó en una 
tendencia a reconocer la validez de todas las religiones. De ahí la propuesta de la teología del 
pluralismo religioso de un mismo Dios operando o manifestándose en las diversas religiones 
sin que ninguna sea central13. Lo discutido incluye también el tema de la existencia de Dios. 
 
8 Francisco. “Exhortación Apostólica Postsinodal Cristus Vivit a los jóvenes y todo el pueblo de Dios”. 248. 
9 Concilio Vaticano II, “Constitución dogmática Gaudium et Spes sobre la Iglesia en el mundo” 7. 
10 Los aportes de estudiosos como Karl Jaspers nos permitieron ver posturas de lectura de la realidad como 
autonomía que actuaciones externas de dioses, desde el tiempo axial. 
11 Se hace aquí alusión directa de la obra de Peter, L Berger, Los números altares de la modernidad. En busca 
de un paradigma en una época pluralista. En él el autor defiende la idea de que la modernidad no es sinónimo 
del declive religioso, la experiencia práctica lleva a la convicción de que se trató más bien de una pluralidad de 
ofertas religiosas: “La teoría de la secularización, basada en la idea de que la modernidad conlleva 
necesariamente un declive de la religión, ha servido durante cierto tiempo como paradigma para el estudio de 
la religión. Pero, a la luz de la evidencia empírica, ya no puede sostenerse. Es preciso un nuevo paradigma. 
Creo que este debe basarse en las muchas implicaciones del fenómeno del pluralismo. La coexistencia de 
religiones diferentes y la coexistencia de los discursos secular y religioso; ambas se dan tanto en la mente del 
individuo como en el espacio social.” 
12 Ibid., 9 
13 Sardiñas Iglesias en su artículo “complejidades y potencialidades del desafío ecuménico, interreligioso e 
intercultural”, hace un buen desarrollo del tema. La teología del pluralismo religioso viene justo después de que 
las propuestas inclusivista de cristianos anónimos de K. Rahner fueran criticadas. Sus principales defensores 
son: John Hick y Paul Knitter. 
13 
 
Y al respecto, no hace falta leerlo en un libro, sino que la experiencia de presentarse como 
religioso o teólogo en algunos sectores de la sociedad -ya sea círculos de amigos en la 
universidad- y de ahí la desencadenación de preguntas entorno a la existencia de Dios lo hace 
más que evidente. 
Al ladodel pluralismo religioso, entorno al tema de la existencia de Dios, se convive también 
con el ateísmo que en su forma más estricta es la negación de la existencia de Dios14. Con el 
agnosticismo que supone que el tema de la existencia de Dios está más allá de sus 
posibilidades, el teísmo que afirma la existencia de Dios15. Y los indiferentes al tema de la 
existencia de Dios y de la religión. Enfatizando en los últimos y citando a Javier Sábada, Juan 
Ruiz de Peña dice lo siguiente: 
…ni siquiera el agnosticismo descuella en las hodiernas aproximaciones al tema 
teológico; lo que ahora prima es el desinterés por su suerte. […] el dictum de J. Sádaba 
acerca de «la irrelevancia cultural del viejo debate sobre Dios» y, por ende, sobre el 
hecho de declararse ateo o teísta; a su juicio, «un hombre adulto y razonablemente 
instruido... se despreocupa de tales cuestiones». 
Al menos en nuestro país, las estadísticas están de parte de Sádaba: la actitud 
predominante entre los increyentes no es el ateísmo, sino el «posteísmo». Así pues, 
entre las respuestas afirmativa (teísmo), negativa (ateísmo) y suspensiva 
(agnosticismo), la mentalidad dominante pugna por poner en órbita una cuarta 
posibilidad, consistente en «negar que exista un verdadero problema de Dios»16. 
En el presente texto se asume la existencia de un problema de Dios ya que la cuarta 
posibilidad no es un hecho que cubra toda la sociedad. A pesar de que haya increyentes según 
la cita anterior y creyentes que supriman el problema yendo hacia un posteísmo17. No se 
analizará en profundidad el posteísmo creyente aquí, quizás en otros artículos. En el presente 
 
Consultado en línea: https://es.scribd.com/document/494222633/9-Complejidades-y-Potencialidad-Del-
Ecumenismo-2c-El-Dialogo-Interreligioso-e-Intercultural-LSardinas-1 
14 Múnera, Apuntes de teología para no teólogos. 42 
15 Ibid. 
16 De la Peña, Crisis y apología de la fe. Evangelio y nuevo milenio. 292-293. 
17 Al respecto, aquí una obra reciente escrita por varios autores creyentes: Después de Dios otro modelo es 
posible (2021). Escrito por Jacques Musset, Mary Judith Ress, Santiago villamayor, José Arregi, Carmen 
Magallón, José maría vigil. 
https://es.scribd.com/document/494222633/9-Complejidades-y-Potencialidad-Del-Ecumenismo-2c-El-Dialogo-Interreligioso-e-Intercultural-LSardinas-1
https://es.scribd.com/document/494222633/9-Complejidades-y-Potencialidad-Del-Ecumenismo-2c-El-Dialogo-Interreligioso-e-Intercultural-LSardinas-1
14 
 
capítulo se tratará de responder a la pregunta por la existencia de Dios buscando presupuestos 
para entender la acción de Dios en un discurso vocacional: “Dios te llama”. Presente tanto 
en la literatura bíblica desde Adán, Abraham hasta los primeros cristianos, como posterior 
del cristianismo. 
Respecto a la existencia de Dios, las discusiones públicas tanto las académicas desde tiempos 
modernos incluso antes, se ha enfatizado entorno a las siguientes preguntas según parece: 
¿Quién es Dios?, ¿Dónde está?, ¿Puede probarse su existencia?, ¿En qué es importante para 
la vida presente?, ¿Es el hombre capaz de él? Dependiendo de cómo se haya respondido cada 
pregunta tanto por los ateos como por los teístas, se ha determinado la praxis social como la 
eclesial. 
Se abordarán en las siguientes líneas algunas preguntas de manera implícita y otras de manera 
explícita. Primero, ante todo, a base de la pregunta quién es Dios, se tratará de hacer un 
análisis vasto de las diversas concepciones de Dios, en los ámbitos de nuestra sociedad, en 
la religión cristiana, entre filósofos e imagen de Dios en las pruebas de su existencia, luego 
la concepción del teólogo Karl Rahner. Después se analizarán algunas teorías entorno al 
origen de la idea de Dios en el hombre. Luego la pregunta: ¿Puede probarse la existencia de 
Dios? A base de lo anterior, se analizará lo que puede llamarse síntomas de un retorno a las 
religiones, al teísmo y al lenguaje simbólico, después de la crisis moderna de la filosofía 
científica y de las pruebas de la existencia de Dios. 
1.1.¿Quién es Dios? 
Igual que la pregunta por el hombre, la pregunta ¿Quién es Dios? puede traducirse también 
por ¿Qué es Dios? En la primera se destaca el carácter personal de Dios y la segunda se 
indaga su esencia, su naturaleza18. Tanto en filosofía, como en teología, en las religiones y 
en experiencias prácticas se aborda el tema de la identidad de Dios y la del hombre desde 
estas dos preguntas, a veces explícitamente otras veces no. Sin embargo, se trata de las 
preguntas más difíciles de responder. Por la simple razón de la sinceridad intelectual del 
Evangelista Juan: “A Dios nadie le ha visto jamás”19. 
 
18 Zizioulas. Persona e Iglesia. 143-144 
19 Juan 1,18. 
15 
 
Sigue el Evangelista: “Lo ha contado el Hijo Unigénito, que está en el seno del Padre”20. Se 
puede añadir: Lo han contado autores del libro del Génesis que Dios es el creador del 
mundo21. Lo han contado los Israelitas desde su experiencia que el verdadero Dios es su 
libertador. Que Dios es Padre de Jesús cuentan los cristianos y que éste es verdaderamente 
Dios y hombre, que da su Espíritu y del Padre a sus seguidores22 y a los que hacen la voluntad 
de Dios23… “Para algunos es ser infinito, trascendente, absoluto, inaccesible, otros lo 
presentan como una fuerza cósmica, como un papá bondadoso, como un amigo, como un 
vigilante de lo que ocurre en este mundo […] Pareciera que todos afirman que Dios existe, 
pero cada uno lo percibe a su manera”24. 
En el día a día se aprehenden percepciones fatalistas de Dios25. El mundo y lo que ocurre en 
él, un “teatro”26 de la acción de Dios o de las divinidades, por encima de la libertad de la 
criatura que no puede evitar el destino que aquellos le imponen. Entonces se escucha aquí y 
allá: “Tal u otra situación en tu vida es voluntad de Dios”, hay que someterse. Entre los 
obreros, por ejemplo, suele captarse la imagen de un Dios que manda, castiga y premia, que 
controla la asistencia a Misa, o un Dios que siempre gana, omnisciente, omnipotente, no tratable 
como persona. Separado de la vida familiar y de la conducta moral27. 
En el campesinado la imagen de Dios puede diferir según el medio rural. En la mayoría es visto 
según la percepción del cura y de la parroquia y con el lente cósmico propio de quien vive en 
permanente contacto con la naturaleza. Entonces Dios es todopoderoso, maneja las fuerzas de 
la naturaleza y se puede obtener favores de él por medios de oración y sacrificios…por lo tanto 
es bondadoso. Dios es también sufriente en su humanidad y enseña el camino que es el del 
sufrimiento para llegar al cielo28. 
En los sectores marginados suburbanos, suele rechazarse lo religioso ya que se identifica a Dios 
con el protector de los ricos y culpable de la injusticia29. En el clero suele encontrarse con un 
 
20 Ibid., 
21 Ibid., 
22 Juan 14,26 
23 Juan 14,23 
24 Múnera, Apuntes de teología para no teólogos, P.29 
25 Apuntes de la clase de misterio de Dios con Padre Alberto Múnera 2020-3 
26 Lenears, Aunque no haya un Dios arriba. Vivir en Dios sin Dios. 116 
27 Apuntes de la clase de Misterio de Dios con Padre Alberto Múnera 2020-3 
28 Ibid., 
29 Ibid., 
16 
 
Dios producto del seminario. Es propiedad exclusiva de sus elegidos. Su imagen es también 
abstracta y teórica30. Finalmente, en la juventud suele toparse con la imagen de un Dios como 
Ser infinito. A veces se le rechaza también por ser incómoda su imagen tradicional: un mito en 
vez del Big Bang de su cultura, un tabú respecto a la sexualidad, normativo, un ser irreal, una 
fantasía... 31 
“A lo largo de la historia del pensamiento filosófico, Dios se ha presentado a la reflexión humana 
como una realidad, cuya existencia clarifica el misterio de su origen, de su destino y de la marcha 
del mundo y de la historia”32. Es decir, la existencia de una realidad “Dios” ayuda a entender el 
misterio del origende la humanidad y del universo, de su destino y de la marcha del mundo y 
de la historia. Aunque no todas las perspectivas filosóficas lo ven así: el nihilismo es un ejemplo 
de ello. Algunos otros ven en Dios un enigma más. 
La pregunta maestra en el desarrollo de la búsqueda filosófica de Dios desde la India y la Grecia 
antigua es: ¿Por qué hay entes en vez de nada?33 “Se trata de una pregunta dirigida al ser 
mismo […] considerado como punto último de referencia del pensamiento y de la 
conducta”34. De las respuestas a esa pregunta, se distinguen dos formas completamente 
distintas de percibir a Dios: Realidad inmanente al mundo (naturalismo, panteísmo: Spinoza) 
o como entidad ontológicamente superior (trascendentalismo y teísmo: Anselmo, Hegel, 
Santo Tomas…)35. A estas dos puede añadirse una tercera: Dios a la vez como realidad 
inmanente y trascendente (Panenteísmo, panpsiquismo renacentista,)36. 
El Concepto de Dios desde las pruebas clásicas de su existencia 
San Anselmo es quizás el primero en lanzarse de manera explícita para demostrar la existencia 
de Dios desde la razón en ayuda a la fe (Fides quaerens intellectum,). En su reflexión, Anselmo 
llega a la conclusión de que Dios es el ser más grande que se pueda imaginar y eso todos lo 
entienden. Correlativamente tiene que existir también fuera de la imaginación. Ya que, si 
 
30 Ibid., 
31 Ibid., 
32 De Sahagún, Dios, horizonte del hombre.63 
33 Ibid., 64 
34 Ibid., 
35 Ibid., 
36 Desarrollado últimamente en Teologías cristianas. Aunque ya aparece una forma de panenteísmo en la 
religión budista. Esta perceptiva concibe a Dios como lo más cercano y lo más lejano. Dios es inmanente a la 
realidad en cuanto que es su origen y lo vivifica, pero al mismo tiempo lo transciende. 
17 
 
existiese solamente en la mente humana, ya no sería el ser más grande que se pueda imaginar 
porque estaría limitado por la imaginación y la mente humana. Este Ser tiene que desbordar 
todos los límites; por eso es lo más grande que se pueda concebir. Este ser es Dios y alguien 
que lo entienda así, no puede negar su existencia como el insensato del salmo 14(13). 
Creemos que eres tal, que nada mayor puede ser concebido […] Y, ciertamente, el 
ser tal que no puede concebirse otro mayor no puede existir sólo en la inteligencia. 
En efecto, si existiera sólo en el espíritu, podría pensarse en otro que existiera también 
en la realidad: y en este caso sería mayor. Por tanto, no hay duda de que existe en la 
inteligencia y en la realidad un ser tal que no puede concebirse otro mayor37. 
Santo Tomás de Aquino y las cinco vías. 
En las llamadas cinco vías de Santo Tomas para acceder a Dios, se retoman algunos 
planteamientos de Aristóteles y así concibe a Dios de cinco maneras parecidas y distintas. En 
la primera prueba Tomás identifica a Dios con el motor inmóvil a partir de la analogía de los 
movimientos. Dice lo siguiente: 
La primera y más clara es la que se deduce del movimiento. Pues es cierto, y lo 
perciben los sentidos, que en este mundo hay movimiento. Y todo lo que se mueve es 
movido por otro. De hecho, nada se mueve a no ser que en, cuanta potencia, esté 
orientado a aquello por lo que se mueve. Por su parte, quien mueve está en acto. Pues 
mover no es más que pasar de la potencia al acto. La potencia no puede pasar al acto 
más que por quien está en acto. […] Ejemplo: Un bastón no mueve nada si no es 
movido por la mano. Por lo tanto, es necesario llegar a aquel primer motor al que 
nadie mueve. En éste, todos reconocen a Dios38. 
En cuanto a la segunda prueba o vía, Tomas identifica a Dios con la causa sin causa. Es decir, 
si todas las cosas tienen sus causas, la cadena será perpetua y sin fin lo que en la lógica de 
Tomás y de Aristóteles es totalmente absurdo. Por lo tanto, habrá de llegar a una primera 
causa que no tenga causa. Según esta lógica Dios es la causa primera de todas las causas en 
el mundo. ¿Será la causa del bien y del mal? 
 
37 De Canterbury, Proslogion II. 
38 De Aquino, summa teológica. Q2, a.3 
18 
 
En la tercera prueba Tomás parte del análisis de la contingencia de los seres finitos para llegar 
la necesidad de un ser necesario, origen de todos los seres contingentes. Así, Dios es este ser 
necesario. En la cuarta vía, analizando los grados de perfección de las cosas, llega a la 
necesidad de un ser perfecto del que hayan salido todas las cosas en sus grados menores de 
perfección a ejemplo del fuego que hace a otras cosas calientes a partir de la perfecta 
calentura que es el mismo. Las siguientes palabras describen el análisis de Tomas: 
La cuarta se deduce de la jerarquía de valores que encontramos en las cosas. Pues nos 
encontramos que la bondad, la veracidad, la nobleza y otros valores se dan en las 
cosas. En unas más y en otras menos. Pero este más y este menos se dice de las cosas 
en cuanto que se aproximan más o menos a lo máximo. Así, caliente se dice de aquello 
que se aproxima más al máximo calor. Hay algo, por tanto, que es muy veraz, muy 
bueno, muy noble; y, en consecuencia, es el máximo ser; pues las cosas que son 
sumamente verdaderas son seres máximos, como se dice en II Metaphys. 7 como 
quiera que, en cualquier género, lo máximo se convierte en causa de lo que pertenece 
a tal género — así el fuego, que es el máximo calor, es causa de todos los calores, 
como se explica en el mismo libro 8—, del mismo modo hay algo que en todos los 
seres es causa de su existir, de su bondad, de cualquier otra perfección. Le llamamos 
Dios39. 
Finalmente, en la quinta vía Tomas concibe a Dios como un ser sumamente inteligente que 
ordena todas las cosas hacia su fin. Según explica Alberto Múnera: 
Observamos que los seres inorgánicos actúan con un fin; pero, al carecer de 
conocimiento e inteligencia, solo pueden tender a un fin si son dirigidos por un ser 
inteligente. Luego debe haber un ser sumamente inteligente que ordena todas las 
cosas naturales dirigiéndolas a su fin. Y ese ser inteligente sería Dios40. 
Los últimos en aparecer en la línea de pruebas clásicas de la existencia de Dios es el filósofo 
Emmanuel Kant quien critica a sus antecesores en la reflexión, y su crítico Newmann. La 
proposición de Kant es la llamada prueba de la existencia de Dios a partir de la conciencia 
moral o prueba antropológica. ¿De la conciencia moral en el hombre puede concluirse 
 
39 Ibid., 
40 Múnera, Apuntes de teología para no teólogos. 37 
19 
 
válidamente la existencia de Dios como supremo legislador?41 Para Kant, puede resumirse 
su postura en un “no necesariamente”. Dios solo es mera idea que todo hombre ético piensa 
necesaria para fundamentar unos valores objetivos. Dios en Kant es pues, una idea ética 
garante de la moral. 
Más allá de Kant, Newman propone el concepto de un Dios personal que se da en la 
conciencia de cada individuo en situaciones éticas. Dios no es una obligación moral pensada 
necesaria. Para Newman Dios existe realmente y se encuentra en su donación personal en la 
conciencia de cada individuo. Así escribe Newmann: 
Si, pues, el conocimiento de mi existencia me es dado por la conciencia (psicológica) 
que tengo de mi propio pensamiento y si este pensamiento implica, como uno de sus 
modos, la conciencia (moral) o el sentido de una ley coercitiva que manda en mí, y si 
un tal sentido, una vez analizado, es decir, tomado como objetivo de reflexión, 
demuestra implicar una captación incoativa de un Ser Divino, se sigue que el objeto 
de esta captación no es solamente tan claro como mi propia existencia, sino que los 
dos conocimientos, el mío y el de Dios, se encuentran íntimamente relacionados entre 
sí42. 
De las posturas increyentes históricas, algunas consideran a Dios como el invento de un 
ciudadano ingenioso para la paz y el bien de los hombres, infundiendo terror en su corazón. 
Así lo expresó Critias en el polémico fragmento de Sísifo. Aunque se discute mucho sobre laobra, el contenido del fragmento sigue siendo un reto para la imagen de Dios o dioses y su 
verdadera existencia. Feurbach lo presenta como pura proyección o deseo de infinitud del 
hombre43. Karl Marx lo presenta como un consuelo interesado del hombre alienado44. Desde 
un análisis psicoanalítica Sigmund Freud presenta a Dios como una ilusión infantil,45 garante 
de protección y de felicidad. “…No es otra cosa que la idealización del padre que cada 
persona ha creído ver o hubiera deseado tener”46. En la misma línea Carl Gustav Jung 
 
41 De Sahagún, Dios, horizonte del hombre. 177. 
42 Newman. El asentimiento religioso. Ensayo sobre los motivos racionales de la fe (Barcelona 1960), 341-357. 
Citado por De Sahagún. Dios, horizonte del hombre. 187 
43 Küng, ¿Existe Dios? 269-305. 
44 Ibid., 305ss 
45 Ibid., 
46 De Sahagún, Dios horizonte del hombre. 28-29 
20 
 
considera que la idea de Dios «es una función irracional, en cuanto tal, es absolutamente 
necesaria, pero independiente de la existencia objetiva de Dios»47. 
Desde la cultura científica o del positivismo científico, Dios es una hipótesis innecesaria para 
la explicación de la realidad y el funcionamiento del mundo. Para Unamuno, Dios “es una 
gran equis en la barrera de nuestros conocimientos, de forma que, a medida que la ciencia 
avanza, la barrera se retira48. Para algunos otros, la ciencia solo puede completarse con la 
hipótesis Dios ahí donde no puede decir nada. 
Desde las ciencias humanas, en psicología científica ya se mencionó anteriormente la imagen 
de Dios resultante de la psicoanálisis de Freud y de Jung. En la sociología del conocimiento, 
se considera la idea de Dios, y en general toda la vida religiosa, como una invención del 
hombre para solucionar el problema de sentido y evitar la amenaza de colapso total, tanto del 
individuo como de la sociedad.49 Algo parecido a la invención del ciudadano ingenioso del 
fragmento de Sísifo, o la religión del imperio romano. 
Desde las religiones también captamos imágenes diferentes de Dios hasta algunos sin imagen 
específica de Dios como es el caso del budismo. De la religión judeocristiana podemos hablar 
de Dios uno y trino. Creador del mundo y de todo lo que hay en él. El uno y trino es inmanente 
y trascendente al mismo tiempo. Actúa en la historia de su pueblo, camina con el pueblo. Es 
el Padre de Dios-Hijo Jesucristo, quien vive con él en la unidad del Espíritu común de ambos. 
A diferencia de las ciencias mencionadas anteriormente, la imagen de Dios que se tiene en el 
cristianismo se considera revelada por él mismo. 
El problema de los múltiples nombres de Dios se soluciona desde la teología del pluralismo 
religioso a partir de la consideración de que todas las religiones son como manifestación del 
mismo Dios. No obstante, los múltiples nombres de Dios entrañan otros problemas tales 
como dudar de la existencia de Dios, al repensar su origen, su originalidad50. Como dice Karl 
Rahner: “muchas veces, fulano de tal piensa con esta palabra algo que él con razón niega”51 
¿Quién es el Dios verdadero? ¿Todos? Si no se puede identificar, ¿cómo probar su existencia? 
 
47 Ibid., 31 
48 Ibid., 52 
49 Ibid., 59 
50 Küng, ¿Existe Dios? … 
51 Rahner, La gracia como libertad, 21. 
21 
 
¿A fin de cuentas quién es Dios después de todo este recorrido? Quizás las siguientes palabras 
de Karl Rahner resumen los diversos conceptos de Dios analizados anteriormente: 
Dios no es "algo" que, junto con otras cosas, pueda ser incluido en un "sistema" 
homogéneo y conjunto. Decimos "Dios" y pensamos la totalidad, pero no como la 
suma ulterior de los fenómenos que investigamos, sino como la totalidad en su origen 
y fundamento absolutos, el ser al que no se puede abarcar ni comprender, el inefable 
que está detrás, delante y por encima de la totalidad a la que pertenecemos nosotros, 
con nuestro conocimiento experimental. 
La palabra Dios apunta a este primer fundamento, que no es la suma de elementos 
que sostiene y frente a la cual se encuentra, por eso mismo, creadoramente libre, sin 
formar con ella una "totalidad superior". Dios significa el misterio silencioso, 
absoluto, incondicionado e incomprensible. Dios significa el horizonte infinitamente 
lejano hacia el que están orientadas desde siempre, y de un modo trascendente e 
inmutable, la comprensión de las realidades parciales, sus relaciones intermedias y su 
interacción. Este horizonte sigue silencioso en su lejanía cuando todo pensamiento y 
acción orientados hacia él han sucumbido a la muerte. 
Dios significa el fundamento incondicionado y condicionante que es precisamente el 
misterio santo en su eterna inabarcabilidad. Cuando decimos "Dios", no debemos 
pensar que todos comprenden esa palabra y que el único problema sea el de saber si 
realmente existe aquello que todos piensan cuando dicen "Dios". Muchas veces, 
Fulano de Tal piensa con esta palabra algo que él con razón niega, porque lo pensado 
no existe en realidad. Imagina, en efecto, una hipótesis de trabajo para explicar un 
fenómeno particular hasta que la ciencia viene a dar la explicación correcta: o imagina 
un cuco (coco) hasta que los propios niños caen en la cuenta de que no pasa nada si 
se comen las golosinas. El verdadero Dios es el misterio absoluto, santo, al que sólo 
cabe referirse, en adoración callada, como al fundamento silenciosamente abismal 
que lo fundamenta todo el mundo y nuestro conocimiento de la realidad. 
Dios es aquel más allá al cual, en principio, no se puede llegar. porque, aun en el caso 
de haber descubierto una "fórmula universal" -con la que, de hecho, ya no habría nada 
más que explicar-, no se habría llegado con toda seguridad más allá de nosotros 
22 
 
mismos, la propia fórmula universal quedaría flotando en la infinitud del misterio 
precisamente en cuanto comprendida.52 
A mí, en cambio, me domina y perfora el Misterio eterno, el Misterio infinito, que es 
algo "totalmente distinto" de una especie de conglomerado donde se vinculan todas 
aquellas cosas que aún no conocemos ni experimentamos; el Misterio, que en su 
infinitud y densidad se encuentra, al mismo tiempo, en lo más exterior y en lo más 
interno de las realidades separadas que componen eso que nosotros llamamos el 
mundo de nuestra experiencia. Este Misterio se encuentra ahí y se expresa en la 
medida en que se mantiene silencioso; ese Misterio-Secreto deja que queden serenas 
a un lado las palabras y las explicaciones, porque hablar sobre el Misterio, sin más, 
se convierte en palabrería sin sentido. 
Cuando yo me sitúo en mi interior y callo, cuando permito que las muchas realidades 
concretas de mi vida se asienten en un Fundamento, cuando dejo que todas las 
preguntas se vengan a centrar en la pregunta a la que no se puede responder con las 
respuestas que se dan a las preguntas concretas, sino que dejo que el Misterio infinito 
se exprese a sí mismo, entonces el Misterio está presente ahí: y entonces, en último 
término, ya no me preocupa el hecho de que la ciencia racionalista se crea capacitada 
para hablar sobre Dios de un modo escéptico. En ese momento, estoy convencido de 
que no me he perdido en un "sentimiento" irracional, sino que he llegado a situarme 
en el punto focal del espíritu, de la razón y de la comprensión, punto del que brota, 
en último término, toda racionalidad (Schriften zur Theologie XIV 1, 1)53. 
1.2.Origen de la idea de Dios 
Respecto al origen de la idea de Dios en el hombre citando a Henri de Lubac, Juan de Sahagún 
afirma: 
No es lo mismo indagar las razones que inducen al hombre a plantearse el problema 
de Dios que bucear en los orígenes de su idea en la humanidad. Aquí nos referimos a 
este último aspecto, en torno al cual han proliferado interpretaciones muy diversas, 
 
52 Rahner, La gracia como libertad, 20-21, en Múnera, Apuntes de teología para no teólogos, 32. 
53 Rahner, Dios, amor que desciende. En Múnera, Apuntes deteología para no teólogos. 32. 
23 
 
que oscilan entre las que, basadas en un apriorismo ateo, optan por la ilusión y falacia 
primitivas, y las que propugnan una revelación originaria de Dios en los albores 
mismos de la humanidad54. 
Origen de la idea de Dios desde el apriorismo ateo. 
En cuanto a los que optan por la ilusión y la falacia, primitiva pueden resonar con más énfasis 
la teoría del positivismo sociológico de Compte y Durkheim, la interpretación marxista y la 
teoría psicoanalítica. Compte, explica el proceso del desarrollo de la sociedad humana con 
su célebre teoría de los tres estadios (teológico, filosófico y científico)55. El primer estadio 
corresponde al teológico y ficticio: en él, el hombre primordial buscando explicación sobre 
los fenómenos de la naturaleza, los atribuye a seres externos o a un mundo divino. De ahí 
surge la idea de Dios en el hombre, primero como un tipo de fetichismo, luego como 
politeísmo y finalmente adquiere la forma monoteísta56. En La triada proporcionada por el 
teólogo protestante Paul Tillcih (heteronomía, autonomía y teonomía), este estadio puede 
compararse con la fe premoderna caracterizada por un pensamiento heterónomo57. 
En el segundo estadio, la teología se vuelve metafísica y se remplaza lo heterónomo por lo 
autónomo de la naturaleza. El religioso se vuelve filósofo. Finalmente, en el tercer estadio de 
la teoría de Compte, el sujeto elimina a Dios cuando adquiere suficientemente las 
explicaciones de todos los fenómenos de la naturaleza. La filosofía se vuelve ciencia positiva. 
Según esta teoría, Dios no es nada más que una hipótesis de trabajo que aparece en el hombre 
cuando no tiene explicaciones de lo que le ocurre. En este caso, la pregunta por la existencia 
de Dios queda entre la ilusión y la falacia primitiva. Incluso se puede afirmar que Dios es 
mera invención del hombre. En la actualidad esta teoría es fuertemente criticada tanto por las 
ciencias positivas etológicas que hacen énfasis en su parcialidad y no universalidad en cuanto 
al origen de lo religioso en el hombre, como por la filosofía actual que no se limita a observar 
los fenómenos de la naturaleza, sino que se pregunta por su sentido, y de ahí la idea de Dios. 
 
54 De Sahagún, Dios horizonte del hombre. 21 
55 Ibid., 24 
56 Profundizar en Comte. Cours de philosophie positive, 
57 Profundizar en Tillich, Teología de la cultura y otros ensayos. 
24 
 
En la interpretación marxista, el origen de la idea de Dios se sitúa en el deseo del hombre 
alienado de liberarse. Desde ahí el hombre se proyecta a un ser completo, fuerte, 
todopoderoso que le puede liberar. Aunque no exista realmente, el alienado lo hipostasía. 
“Las pruebas de la existencia de Dios no son más que las pruebas de la autoconciencia del 
hombre, explicaciones lógicas de ésta”58 A Marx se le critica de desconocer la presencia de 
la idea Dios en todas las culturas y en todas las clases sociales para explicar su origen en el 
hombre. 
Para la teoría psicoanalítica iniciada con Freud, basándose en las confesiones de los enfermos 
que pretendía sanar59, se llega a concebir la idea de Dios común a los pacientes: “Dios como 
Padre”. Y sitúa el origen o la explicación de esta idea en que se encuentra en una neurosis 
colectiva que tiene por fundamento el sentido de culpabilidad y el instinto de protección60. 
En efecto, el hombre, amenazado en su debilidad psicológica, proyecta sobre sí mismo una 
realidad todopoderosa que ejerce las mismas funciones que el padre terreno. Presta seguridad 
y perdona las culpas, remedia necesidades, pero también marca la rectitud y exige 
responsabilidades61. A la doctrina psicoanalítica se le puede hacer la crítica de un cierto 
provincialismo, Dios como Padre protector en los pacientes europeos quizás no se identifique 
con las diversas concepciones de Dios en el mundo62. Además, que olvida totalmente la base 
cultural de esta idea de Dios. 
 Razones que inducen al hombre a plantearse el problema de Dios. 
Según parece dentro de las razones que inducen al hombre a plantearse el problema de Dios, 
puede aparecer el interrogante clásico de la metafísica - ¿Por qué existe algo en vez de nada?, 
¿Por qué existe, pudiendo no existir? -que se traduce en la actualidad en ¿por qué se produjo 
el big-bang y no permaneció más bien el eterno vacío de la nada?63 Una de las consecuencias 
de este interrogante ha sido el argumento cosmológico de la existencia de Dios. Otras razones 
 
58 Marx, Engels. Sobre la religión. Citado por De Sahagun, Dios horizonte del hombre. 27 
59 De Sahagún, Dios horizonte del hombre. 29 
60 Ibid., 28 
61 Ibid., 28 
62 Crítica tomada análogamente de las críticas que para Hans Kung, la historia de las religiones puede hacerle 
al cristianismo. Kung. ¿Existe Dios? 799. 
63 Queiruga. Fin del cristianismo premoderno. Retos hacia un nuevo horizonte. 202 
25 
 
que se derivan de la primera pueden ser el sentido de la existencia contingente de las creaturas 
finita. Una reflexión sobre la teleología. 
De estas razones, parecidas a los tres argumentos clásicos en pro de la existencia de Dios 
(cosmológico, ontológico y teleológico) resulta la idea de Dios como un ser infinito. El más 
allá al que nadie puede llegar como bien aparecía en la citación hecha anteriormente sobre la 
percepción de Karl Rahner. Otra razón que puede llevar al hombre a plantearse el problema 
de Dios es el sentido de la vida, el enigma del mal moral en la historia, y el mal gratuito en 
la naturaleza. Las interpretaciones pueden ser diversas, dependiendo del ámbito del 
planteamiento. Para Karl Rahner, si se parte de la antropología trascendental del hombre 
como ser espiritual, se puede llegar a la conclusión de que el hombre se plantea el problema 
de Dios por su modo de conocer que implica siempre una apertura del infinito en cada 
conocimiento particular del finito. 
1.3.¿Puede probarse la existencia Dios? 
Después de los planteamientos anteriores, hablar de una prueba de la existencia de Dios 
obliga precisar de qué Dios se quiere probar la existencia. ¿El Dios de Karl Marx que es 
proyección del deseo del hombre alienado?, ¿El Dios de Feuerbach? ¿De qué Dios probar la 
existencia? Quizás la anotación de Manuel Guerra explique mejor los planteamientos. “No 
es difícil saber que Dios existe, pero es difícil saber cómo es Dios”64. Cualquier lector con 
afán, querrá saber si al menos el Dios cristiano existe. Sin embargo, tampoco el cristianismo 
se libra del uso de la palabra Dios. Así pues, el planteamiento de Dios es importante para el 
cristianismo. 
De ahora en adelante, se asumirá aquí el concepto de Rahner mencionado anteriormente: 
Dios como el fundamento incondicionado y condicionante, misterio santo en su eterna 
inabarcabilidad. 
El Misterio eterno, el Misterio infinito, distinto de una especie de conglomerado 
donde se vinculan todas aquellas cosas que aún no conocemos ni experimentamos; el 
Misterio, que en su infinitud y densidad se encuentra, al mismo tiempo, en lo más 
exterior y en lo más interno de las realidades separadas que componen eso que 
 
64 Guerra, Historia de las religiones. 41-46 
26 
 
nosotros llamamos el mundo de nuestra experiencia. Este Misterio se encuentra ahí y 
se expresa en la medida en que se mantiene silencioso65. 
Se expondrá a continuación lo que está en juego cuando se habla probar la existencia de Dios. 
Luego se analizará el estado actual de la cuestión sobre las pruebas de la existencia o la no-
existencia de Dios, y se terminará con algunas reflexiones de Alberto Múnera sobre el empate 
argumentativo y sus implicaciones para el planteamiento teísta de un discurso vocacional a 
partir de la existencia de Dios. 
1.3.1. ¿Qué se entiende por probar la existencia de Dios? 
De acuerdo con el análisis de Hans Küng, “las pruebas de la existencia de Dios pretenden 
demostrar a Dios: su objeto no es -como el de la confianzafundamental- solamente la realidad 
del mundo y del hombre, la realidad en general, sino un posible fundamento primero, soporte 
primordial y sentido originario de la realidad a la que llamamos Dios”66. Pretende hacer 
inteligible, básica, accesible y evidente la existencia de Dios por medio de una analogía 
lógica. 
1.3.2. Las pruebas clásicas de la existencia de Dios. 
Desde Platón a Hegel, por delimitación de Kant, se suelen distinguir cuatro pruebas clásicas 
de la existencia de Dios67. El argumento cosmológico que parte del fenómeno del 
movimiento, de cambio, de causalidad en el mundo empírico y plasma la necesidad de un 
primer principio que será Dios68. Las cuatro primeras pruebas de Tomás de Aquino obedecen 
al principio anterior. El segundo argumento es el teleológico. Parte del orden, de la finalidad 
y de la teleología para llegar a dar un sentido a la creación a partir de un ser inteligente. El 
tercer argumento es el ontológico. Parte de la idea de Dios innata en cada hombre como ser 
perfecto, infinito… y asume su existencia por ser más grande que la mente finita que la 
concibe69. Finalmente, el argumento antropológico o moral que se expuso anteriormente. 
1.3.3. El fracaso de las pruebas de la existencia de Dios. 
 
65 Rahner, Dios, amor que desciende. En Múnera, Apuntes de teología para no teólogos. 32. 
66 Küng, ¿Existe Dios? 723. 
67 Ibid., 724 
68 Ibid., 
69 Ibid., 25 
27 
 
En los tiempos actuales se afirma, tanto en filosofía como en teología, que es imposible 
demostrar la existencia de Dios70. “Es posible que las pruebas de la existencia de Dios hayan 
fracasado y fenecido como tales pruebas”71 por diversas razones. Primero si su pretensión 
era de demostrar universalmente la existencia de Dios, no se entiende porqué ninguno de las 
pruebas es aceptado universalmente72. Desde un punto de vista práctico, ninguna de las 
pruebas afecta la experiencia religiosa fundamental: “la autodonación de Dios”73 Segundo, 
el Dios infinito como lo definimos con Rahner, no puede caber en la mente del finito, lo que 
sí pretenden hacer las pruebas74. Tercero, el concepto que tenemos de Dios no corresponde 
a un contenido positivo, sino que es negativo. Quinto: si de la reflexión filosófica, por las 
"vías" o pruebas tradicionales, se llegara a la afirmación de un ser trascendente o principio 
de todo ser, ¿sería ese el Dios de nuestra religión cristiana? Sexto: los cristianos tenemos que 
preguntarnos entonces: si se demostrara la existencia de Dios de manera incontrovertible, 
¿qué sería la fe?75 
Hans Küng termina su exposición al respecto refiriéndose al vaticano I y dice lo siguiente: 
“Como quiera que se piense sobre la «posibilidad» del conocimiento de Dios en el sentido 
del Vaticano I, las pruebas de la existencia de Dios no resultan en la práctica convincentes 
para todos. Ni uno solo de tales argumentos es aceptado universalmente”76. ¿Entonces de qué 
se trata la posibilidad natural del conocimiento de Dios?, ¿Cuál es el sentido de estas pruebas 
o qué se puede aprender de ellas? 
Tampoco No hay que tomarse a la ligera estas pruebas. Cualquiera de los tres, aparte de la 
prueba moral de Kant, nos pone en serio límite con las preguntas últimas de la razón humana. 
Preguntas que no parecen tener respuestas plausibles por todos. ¿Por qué hay algo pudiendo 
no existir? ¿Para qué existe algo pudiendo no existir? ¿Cuál es el sentido de la historia? Frente 
a estas preguntas que no tienen respuestas, se abren dos caminos totalmente iguales en cuanto 
racionalidad, pero diferentes en cuanto practicidad. Desde la racionalidad se advierte que 
tanto el optar por el nihilismo o la nada como optar por una causa sin causa, un sentido último 
 
70 Múnera. Apuntes de teología para no teólogos. 
71 Küng, ¿Existe Dios? 722. 
72 Ibid., 725 
73 Ibid., 
74 Múnera. Apuntes de teología para no teólogos. 
75 Ibid., 
76 Küng, ¿Existe Dios? 728. 
28 
 
de todo, son las opciones que quedan77. Desde lo práctico, parece que para Hans Kung, el sí 
a la realidad no es igual al no78. Este último es totalmente sostenible en sí79. 
1.3.4. El fracaso de la racionalidad científica y del ateísmo positivo. 
El saber científico-positivo surgido en el Renacimiento y acentuado en los últimos siglos, es 
de carácter positivo-experimental y se ocupa solamente de los datos comprobables 
empíricamente80. Sus fuentes de conocimiento son exclusivamente la inducción y el análisis. 
Su tesis principal es: En el plano científico y filosófico no hay problema de Dios, ya que las 
proposiciones tienen que ser analíticas (predicado contenido en el sujeto) o sintéticas (verdad 
verificable en la experiencia) 81. Ahora bien, en el caso de la existencia de Dios, ninguna de 
las alternativas es posible. Por tanto, la proposición «Dios existe» carece de sentido82. 
No tardaron las críticas a esta manera de proceder. El intento fue esforzarse en hacer ver que 
hay diversos usos de la razón; que la irracionalidad consiste en no admitir más uso de la razón 
que el de la razón científica83. Todo lo que escapa a la verificación o falsificación de la razón 
no necesariamente es irracional, sino que puede ser transracional, metalógico, … La razón 
más razonable es la abierta a los otros tipos de discursos. 
Karl Popper le propone a la ciencia no reducir todo a la verificación empírica sino también 
por medio de la falsificación. Es decir, buscar constataciones cruciales que sometan a prueba 
la solidez de los enunciados científicos. Nunca se puede llegar a demostrar la verdad de un 
enunciado, pero su falsedad sí84. Thomas Kunh explicitó que las decisiones entre paradigmas 
en la historia científica a veces se han hecho dependiendo del clima del ambiente científico85. 
Esto es un principio de la fe, que no se puede averiguar por verificación empírica. Hans 
Gadamer explicitó que la verdad y la certeza se dan sin método y existe una verdad 
precientífica como presupuesto de toda ciencia86. 
 
77 Ibid., 729-731 
78 Ibid., 607 
79 Ibid., 
80 De Sahagún, Dios horizonte del hombre 104 
81 Ibid., 
82 Ibid., 
83 De La Peña, crisis y apología de la fe. 276 
84 Ibid., 277 
85 Ibid., 
86 Gádamer. Verdad y método. En De Sahagún Lucas, Dios horizonte del hombre. 106 
29 
 
El fracaso de la razón científica reduccionista implica el fracaso de todos los postulados sobre 
Dios como contra él. Nada más queda que admirar la inseguridad del hombre frente a las 
preguntas que le atañen. Como decía Wittgenstein “incluso cuando todas las posibles 
cuestiones científicas han sido respondidas, nuestros problemas vitales no han sido siquiera 
tocados” Dice José Mardones que “una de las paradojas de la modernidad es que, buscando 
certeza, produjo incertidumbre; tratando de encontrar la fundamentación (Descartes, Kant, 
Lock, Hume, Kant…), alcanzó la desfundamentación; y la sed de verdad inconcusa trajo el 
relativismo”87. Conocemos por medio de unos contenidos apriorísticos cuya razón científica 
no podemos demostrar. 
Por esta razón y otras prácticas, tampoco es posible demostrar incontrovertiblemente, que 
Dios no existe88. Según puntualiza Alberto Múnera Duque, podemos destacar las siguientes 
dos razones que impiden la demostración universal de la no existencia de Dios: 
1. Demostrar que Dios no existe, implica hacer caber a Dios como existente en la 
mente humana, para poder decir que no existe. Lo que es imposible si tomamos 
en consideración la definición Ranheriana de Dios. Si alguien quisiera demostrar 
que Dios no existe, para poder negar su existencia tendría que hacer caber a Dios 
en su pobre y limitado entendimiento y afirmar: ese Dios no existe realmente. Y 
si lo hizo caber en su pobre y limitado entendimiento para negar que existe, no se 
trataba de Dios. Porque Dios, infinito por hipótesis, no puede caber en una mente 
finita. Por eso tampoco habrá podido negar la existencia de Dios, pues, por 
hipótesis, es un ser trascendentee infinito. 
2. Si fuera posible, ya no habrá teístas en el mundo. El hecho de que los hay es por 
libertad pura, y por las pruebas insuficientes y controvertibles de la no existencia 
de Dios89. 
Fracaso total, tanto de las pruebas teístas como ateas. El filósofo Gianni Vattimo decía que 
ya no ve razones para ser ateo90. En esta misma lógica tampoco las hay -que no sea opción 
libre sino demostración incontrovertible- para ser agnóstico, ni teísta si se toma en serio el 
 
87 Mardones. Síntomas de un retorno. 119 
88 Múnera, Apuntes de teología para no teólogos 39. 
89 Ibid., 39 
90 Ibid., 121 
30 
 
fracaso de las pruebas de la existencia de Dios que se explicitó. Las pruebas de la existencia 
de Dios nos han explicitados preguntas a las que no habrá quizás nunca, respuestas 
incontrovertibles. Quizás eso sea la razón del silencio de Heidegger frente a la 
trascendencia91, la conciencia y la vocación92. Las dos apuestas valen racionalmente. Se 
puede traer la hipótesis Dios, aunque no sabremos igual que Manuel Guerra, qué Dios es. 
¿Tapagujeros?... Por más sospecha que haga Marx o Freud del concepto de Dios, no podrá 
demostrar la no experiencia de Dios. Aunque no por eso, se quiere decir que hay que admitir 
cualquier Dios93. 
Y Entonces, la única prueba de la existencia y de la no existencia de Dios 
Será el descubrimiento y el reconocimiento de la propia finitud. 
Será el reconocimiento de que se juzga a partir de unos prejuicios. 
Será aceptar que a Dios no se demuestra positivamente. 
Será aceptar que hay libertad absoluta para aceptar o rechazar a Dios. 
Libertad para interpretar de una o otra manera la propia existencia. 
Libertad total, total libertad, 
Libertad es el código de los a priori de la propia estructura transcendental. 
Después de este fracaso de la filosofía de la ciencia, La ciencia pasó de las tentaciones 
antiteístas del siglo pasado al «ateísmo metodológico»94, ya que no quiere incluir 
heteronomías en su análisis de fenómenos intramundanos que interfiere con su 
investigación95, se puede decir que acepta los a priori y los fantasmas fiduciales de sus 
decisiones, pero no admite heteronomías. La ciencia tiene ahora una actitud más distanciada 
y respetuosa frente a los interrogantes del sentido, sobre los que no se siente capaz de no 
decir nada96. La filosofía y el pensamiento inician una retirada frente a las pretensiones 
 
91 De Sahagún, Dios horizonte del hombre. 97; Hans Kung, ¿Existe Dios? 667-678 
92 Ferrater Mora, vocación en Diccionario de filosofía. 
93 De la Peña, crisis y apología de la fe. 
94 Mardones, Síntomas de un retorno. 121 
95 Lenears, aunque no haya Dios haya arriba… 
96 La frase final del libro de Stephen Hawking breve historia del tiempo puede ser un muy buen ejemplo de 
ello: Si descubrimos una teoría completa, esta sería con el tiempo en un principio amplio entendible por todos, 
no sólo por unos poco científicos. Luego todos, filósofos, científicos, y gente común, seríamos capaces de tomar 
parte de la discusión de porqué nosotros y el universo existimos. Si hallásemos la respuesta a esto, sería el 
último triunfo de la razón humana – para entonces conoceríamos realmente la mente de Dios. 
31 
 
tajantes, contundentes -metafísicas- de negar la existencia de Dios97. Dios se ha vuelto una 
hipótesis posible. De la imposibilidad de demostrar la existencia o no existencia de Dios 
resultó un empate entre los teístas (los que afirman que Dios existe) y los ateos (los que 
niegan que Dios existe)98, con validez racional para adoptar cualquier de las dos posturas. 
1.4. ¿Síntomas de un Retorno? 
Después de la descripción de estos detalles, la gran pregunta que suele seguir es: ¿Y ahora 
qué? ¿Existe o no existe Dios? Habrá que admitir, que la existencia o la no existencia de Dios 
llega a ser una hipótesis racional independientemente de la postura que se tome. Dios existe 
es racional, no existe también: ya que ningún extremo puede demostrar la invalidez del otro 
extremo. Cada postura asume las consecuencias, incluso la neutralidad tiene sus 
consecuencias. En el presente texto se asume a Dios como una hipótesis posible de existir en 
su categoría de misterio infinito y transcendente. 
Ahora bien, se reconoce también que la mayoría de las religiones a lo largo de la historia han 
enseñado que el ser humano puede establecer una relación con el hipotético Dios cuya 
existencia afirma99. Dios no es solamente un tapahuecos de los vacíos de la humanidad, una 
fundamentación necesaria para el mundo. Juan Estrada invita a renunciar a este Dios ya que 
se trata de una afirmación inverificable100. Ser o no ser, Dios es capaz de relacionarse con el 
hombre y éste con él101. Al menos esto es el contenido fundamental de la mayoría de las 
religiones. 
Ahora bien, tampoco se trata de volver a una fe ciega por si se desea responder las preguntas 
de Hans Küng: 
¿cómo va uno a encontrar realmente a este Dios, del que está claro que es 
indemostrable? ¿Hay que renunciar por principio a todo acceso a Dios por la razón y 
arrojarse en sus brazos ciegamente, para venir a caer precisamente así, quizá, en 
brazos de la nada? ¿Creer? ¿Pero es que el creer no tiene nada que ver con el pensar? 
 
97 Mardones, Síntomas de un retorno. 121 
98 Múnera, Apuntes de teología para no teólogos. 39 
99 Ibid., 46 
100 Estrada, La pregunta por Dios entre la metafísica, el nihilismo y la religión, 377. 
101 Múnera, Apuntes de teología para no teólogos, 46. 
32 
 
¿No es la fe sin pensamiento una fe irreflexiva, irresponsable? ¿O es que la fe en Dios 
debe ser algo exclusivo de fanáticos creyentes y no de hombres capaces de pensar?102 
El mismo Küng da dos indicaciones a los dos extremos. De un lado la teología dialéctica ha 
de saber que la fe en Dios no debe ser solamente afirmada sino confirmada. Y del otro lado, 
la teología natural ha de saber que la fe en Dios ha de confirmarse y no demostrarse103. Lo 
que fue de alguna otra manera la propuesta de la “fides et ratio”104 y todos los comentarios o 
propuestas teológicas surgidas de ella. 
Se trata de una propuesta que no le quita validez racional a ninguna religión. Como ya se 
afirmó en las distintas citas a Múnera, la validez racional está primero en la libre decisión de 
suponer a Dios hipótesis posible de existencia, y de ahí es posible de relacionarse con el 
hombre. Aunque es insoportable la impaciencia respecto a las características del Dios con 
quien haya que relacionarse, “parece que tendemos a validar de respetuoso cualquier relato 
de Dios. Las condiciones epistemológicas están dadas para que prolifere -como ya está 
sucediendo- un politeísmo de dioses y demonios” 105. Parece que tendemos a validar de 
respetuoso cualquier relato vocacional en el ámbito privado, mientras no afecte la vida social, 
la vida eclesial, familiar. 
En sí el problema, después del retorno al lenguaje simbólico, a las religiones106 al teísmo a 
partir de las bases racionales, está en la actuación de Dios: ¿Puede comunicarse al hombre? 
¿Está el hombre en condiciones para esta comunicación con Dios? ¿Cómo ocurre? Desde las 
preguntas de la modernidad: ¿su actuación interfiere o no con las leyes de la naturaleza? ¿Es 
Dios creador del mundo? ¿Cómo es que actúa Dios? ¿Juega a los dados? 107, Desde la crisis 
del mal en el mundo, ¿actúa Dios? ¿Dónde estaba cuando sucedía la primera y segunda guerra 
mundial? Desde la oración en las religiones: ¿Hace Dios milagros?, ¿Tiene oídos para 
escuchar oraciones? Desde las teologías bíblicas: ¿Qué significa que la Biblia sea palabra de 
Dios?108 ¿Qué significa palabra revelada?... Desde y para el discurso vocacional: ¿Cómo es 
 
102 Küng, ¿Existe Dios? 730-731. 
103 Ibid., 
104 Juan Pablo II. “Carta Encíclica Fides et Ratio a los Obispos de la Iglesia Católica sobre las relaciones entre 
fe y razón”. 
105 Mardones. Síntomas de un retorno. 121 
106 Ibid., 
107 Küng, ¿Existe Dios? 855. 
108 Se recomiendael siguiente articulo: Juan Casas, la contingencia de la palabra de Dios. 
33 
 
posible el llamado de Dios? ¿Solo llama a algunos o a todos? ¿Llama a una vida especifica? 
¿En el caso de Jonás, respeta la libertad cuando llama el hombre para una misión? ¿Se nace 
con la vocación de Dios o se descubre en la historia? Otra vez desde y para la teología 
dogmática: ¿Cómo es Dios en sí? 
Abundan respuestas y propuestas para estas preguntas. Desde las teologías del pluralismo 
religioso, por ejemplo, se tiende a respetar todas las religiones como se dijo anteriormente. 
La libertad de culto común a los estados modernos ha disparado esa cantidad de dioses y 
demonios. Entre teólogos cristianos abundan propuestas para articular la fe en lenguaje 
modernos. La mayoría protestante en unos inicios109 trataba de sacralizar lo profano y 
profanar lo sagrado110. Bonhoeffer, Tillich,… Entre católicos Teilhard de Chardin fue una 
propuesta clásica, Andrés Torres Queiruga hizo otro intento en su fin del cristianismo 
premoderno, Recientemente, Roger Lenears… No abordaremos todas estas propuestas en 
este documento. 
El silencio de Dios es otro asunto muy debatido que ya es una premisa común y muy 
compartida entre filósofos y teólogos en la actualidad. Y sus interpretaciones han ido en parte 
desde la presencia del mal en el mundo hasta el cuestionamiento de los milagros, la 
importancia de las oraciones de petición… Propuestas de solución han sido el deísmo que 
planteaba a un Dios creador del mundo, pero al mismo tiempo indiferente a lo que pasa en el 
mundo. Él está ahí sentado en el cielo y no le importa nada de lo que pasa en el mundo. Otra 
solución, el deísmo intervencionista que planteaba a Dios sentado en las alturas pero que 
interviene en algunos asuntos del mundo gracias a las oraciones y peticiones de sus 
seguidores111. Existen muchos partidarios de cualquiera de las propuestas anteriores, y otros 
que lo cuestionan totalmente y proponen alternativas, como la propuesta actual de algunos 
teólogos católicos112. La propuesta de Henri de Lubac y de Rahner de identificar la gracia de 
Dios actuando en la libertad del hombre ha sido bien recibido hasta los últimos siglos. Sin 
embargo, una reflexión sobre la oración de petición y los milagros no corresponde a la 
intencionalidad del presente texto. 
 
109 Múnera, Misterio de Dios… 
110 Ibid., 
111 Queiruga, Fin del cristianismo premoderno. 26-28. 
112 Queiruga, Roger Lenears, documentos de la congregación por la fe,… 
34 
 
Existencia de Dios y vocación del hombre es quizás lo que se quiere resolver aquí. Como es 
bien sabido, la vocación es, en su sentido amplio una llamada de Dios113 al hombre. 
“…depende a un nivel profundo de la acción de Dios en el mundo, de su voluntad salvífica 
sobre todos los hombres que se realiza contando con la respuesta libre de las personas a la 
llamada divina”114. Para ello, se intentará dar respuestas a las preguntas de índole acción de 
Dios en el mundo, a su vez de índole comunicación de Dios con el hombre. 
Para ello, en medio del pluralismo religioso, se opta aquí por la propuesta cristiana católica. 
No se trata de una propuesta de fe desde el hombre, sino desde la revelación del mismo Dios 
sucedida en Cristo. Se trata de admitir que el hipotético Dios puede relacionarse con el 
hombre115. Éste puede captarlo por medio de la razón a través de las criaturas, que el hombre 
es capaz de Dios116 y que solo puede conocer su ser y su voluntad por medio de la auto 
donación de Dios mismo117 que es don gratuito al hombre. Se trata de admitir que Dios se ha 
revelado desde siempre a los hombres de todos los tiempos y que lo ha hecho también de 
manera categorial y sobrenatural en la Persona de Jesucristo el nazareno. Se trata admitir con 
la comunidad católica que Dios se da en la vida de todos los hombres de buena voluntad, de 
la manera que él mismo sabe. Se trata de admitir que Dios llama a todos los hombres a la 
santidad, pero también de manera personal e histórica concreta en la vida de cada hombre en 
su contexto social, en los más pequeños, en los pobres y en los ricos, en los agobiados y en 
los agobiadores, en las prostitutas, en los marginados, en las situaciones sociales, ... Pero 
¿Cómo ocurre todo ello? 
 
 
 
 
 
 
113 Francisco. “Exhortación Apostólica Postsinodal Cristus Vivit a los jóvenes y todo el pueblo de Dios”. 248. 
114 Marti, Vocación historia y discernimiento. 1. 
115 Múnera, Apuntes de teología para no teólogos, 46. 
116 Rahner, oyente de la palabra. 
117 Concilio Vaticano II, “Constitución dogmática Dei verbum sobre la divina revelación”. 
35 
 
2. COMUNICACIÓN DE DIOS CON EL HOMBRE: REVELACIÓN Y 
VOCACIÓN 
Para que Dios llamara al hombre para con él en su historia de vida concreta es necesario que 
pueda darse una comunicación entre ambos. Se analizará más adelante, los aportes 
antropológicos del teólogo Karl Rahner sobre la posibilidad de esta comunicación o 
revelación. En lo que sigue, si se admite la efectividad de toda comunicación en su 
destinatario, la revelación ha de entenderse en términos vocacionales, por la simple razón de 
que desafía al hombre hasta un horizonte de la praxis. 
Ahora bien, La vocación no puede ser una llamada general y sinsentido de Dios al hombre, 
se trata de una llamada precisa que le da “sentido a su vida”118. Éste no puede ser otro que la 
unión con Dios mismo119 que se da en él y en el otro, en su vida concreta y depende de la 
decisión de ellos a acceder o no. Para ello, parece necesario iniciarse en el concepto de la 
vocación, revisar los fundamentos teológicos para hablar de ella como acción mediada de 
Dios y un análisis de la revelación como acontecer vocacional y finalmente a ejemplo de 
Cristo considerar al otro como fuente de la propia vocación. 
2.1. Vocación: ¿Qué es? 
A veces se vive la crisis agustiniana a la hora de definir un concepto al que se le atribuye 
diversos sentidos. Entonces se exclama: ¿La vocación? “Si nadie me plantea la cuestión, lo 
sé. Si quisiera explicarla a quien la plantea, no lo sé”.120 Etimológicamente, La palabra 
vocación refiere a la acción de llamar. Proviene del verbo latín vocare que se traduce por 
llamar. Comúnmente se suele entender como acción de llamar hacia un devenir. 
Tanto en el ámbito secular como en el religioso, se relaciona la vocación a la realización del 
hombre. Tiene mucho que ver con la pregunta del “cómo vivir”. En efecto, el hombre puede 
hacer muchas cosas con su vida sin conexión alguna igual que lo que se puede hacer con un 
bolígrafo121, Pero a fin de cuenta, se enfrenta con la pregunta de sentido que es 
 
118 Sacerdotes Operarios, Curso básico de pastoral vocacional. Manual para una iniciación en la pastoral 
vocacional. 13 
119 Concilio Vaticano II, “Constitución dogmática gaudium et spes sobre la Iglesia en el mundo actual”. 18; 21; 
24. 
120 De Hiponna, Confesiones libro XI. 
121 https://www.youtube.com/watch?time_continue=94&v=DpQeG96CS9o&feature=emb_logo 
https://www.youtube.com/watch?time_continue=94&v=DpQeG96CS9o&feature=emb_logo
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fundamentalmente pregunta religiosa122 que ninguna ciencia positiva le puede contestar. Dice 
pues el Santo concilio: 
En nuestros días, el género humano, admirado de sus propios descubrimientos y de 
su propio poder, se formula con frecuencia preguntas angustiosas sobre la evolución 
presente del mundo, sobre el puesto y la misión del hombre en el universo, sobre el 
sentido de sus esfuerzos individuales y colectivos, sobre el destino último de las cosas 
y de la humanidad123. 
Creyentes y no creyentes están generalmente de acuerdo en este punto: todos los 
bienes de la tierra deben ordenarse en función del hombre, centro y cima de todos 
ellos. Pero ¿qué es el hombre? Muchas son las opiniones que el hombre se ha dado y 
se da sobre sí mismo. Diversas e incluso contradictorias. Exaltándose a sí mismo 
como regla absoluta

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