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Hemorroides

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Hemorroides
Nombre en Medicina:
Las hemorroides, también conocidas como almohadillas hemorroidales, reciben su nombre en medicina debido a las venas hinchadas en el área del recto o el ano que caracterizan esta condición. En el ámbito médico, se utilizan términos como "hemorroides internas" y "hemorroides externas" para describir la ubicación específica de las venas hinchadas.
Clasificación:
Las hemorroides se clasifican en dos tipos principales según su ubicación en relación con la línea pectínea, que es una línea que divide el área anal en dos regiones:
1. Hemorroides Internas:
 - Grado I: Las hemorroides internas de grado I se encuentran dentro del recto y generalmente no causan síntomas evidentes. Pueden sangrar, pero no se proyectan hacia fuera del ano.
 - Grado II: En este caso, las hemorroides internas pueden proyectarse hacia afuera durante la defecación y luego se retraen por sí mismas. Pueden causar sangrado y molestias.
 - Grado III: Las hemorroides de grado III se proyectan hacia afuera durante la defecación y requieren intervención manual para ser reinsertadas. Pueden causar sangrado y ser dolorosas.
 - Grado IV: Las hemorroides internas de grado IV están siempre proyectadas hacia afuera y no se pueden reinsertar manualmente. Pueden estar asociadas con síntomas más graves, como dolor intenso y sangrado profuso.
2. Hemorroides Externas:
 - Las hemorroides externas se encuentran fuera del ano, debajo de la piel que rodea la abertura anal. Pueden ser dolorosas, especialmente durante la defecación o al sentarse. A menudo, se pueden sentir o ver como bultos en el área anal.
Además de esta clasificación basada en la ubicación, las hemorroides también pueden ser descritas como trombosadas si desarrollan un coágulo sanguíneo en su interior, lo que puede causar inflamación y dolor agudo.
Origen:
Las hemorroides tienen su origen en el aumento de presión en las venas del área rectal. Este aumento de presión puede deberse a varios factores, como estreñimiento crónico, diarrea, embarazo, parto, obesidad, envejecimiento, genética y esfuerzos al levantar objetos pesados.
Síntomas:
Los síntomas comunes de las hemorroides incluyen:
1. Dolor: Pueden causar molestias o dolor en el área rectal.
2. Picazón: La irritación puede llevar a una sensación de picazón.
3. Sangrado: Puede producirse sangrado durante o después de la defecación.
4. Hinchazón: Se pueden formar protuberancias o inflamación alrededor del ano.
5. Secreción mucosa: Algunas personas experimentan secreción mucosa.
Signos:
Los signos característicos de las hemorroides pueden incluir la presencia de venas hinchadas y sensibilidad alrededor del ano. En casos más avanzados, las hemorroides pueden salir del ano durante la defecación y luego regresar (prolapso hemorroidal).
Cómo se Produce:
Las hemorroides se producen debido al aumento de presión en las venas rectales. Esto puede deberse a la tensión durante la evacuación intestinal, la presión adicional durante el embarazo, el envejecimiento o factores genéticos que predisponen a una debilidad en los tejidos que sostienen las venas en su lugar.
Esta condición, al ser producidas por un aumento de presión en las venas del área rectal, puede deberse a varios factores. Algunas de las causas comunes de las hemorroides incluyen:
1. Estreñimiento crónico: La dificultad para evacuar las heces puede aumentar la presión en las venas rectales, contribuyendo al desarrollo de hemorroides.
2. Diarrea crónica: La diarrea frecuente también puede causar irritación y presión en las venas rectales.
3. Embarazo y parto: Durante el embarazo, el útero ejerce presión sobre las venas en la pelvis, aumentando el riesgo de hemorroides. Además, el esfuerzo durante el parto puede contribuir a su desarrollo.
4. Obesidad: El exceso de peso puede aumentar la presión en el área rectal, predisponiendo a la formación de hemorroides.
5. Estilo de vida sedentario: La falta de actividad física puede contribuir al estreñimiento y, por ende, al desarrollo de hemorroides.
6. Envejecimiento: Con el envejecimiento, los tejidos que sostienen las venas en su lugar pueden debilitarse, lo que aumenta el riesgo de hemorroides.
7. Genética: Existe una predisposición genética a desarrollar hemorroides. Si hay antecedentes familiares, es posible que se tenga mayor probabilidad de desarrollar esta condición.
8. Consumo de alimentos picantes o irritantes: Algunas personas pueden experimentar irritación en el área rectal debido al consumo de alimentos picantes o irritantes, lo que puede contribuir a la formación de hemorroides.
9. Esfuerzo al levantar objetos pesados: Levantar objetos pesados con esfuerzo puede aumentar la presión en la región rectal y contribuir al desarrollo de hemorroides.
Los síntomas comunes de las hemorroides incluyen dolor, picazón, sangrado durante la defecación y protuberancias o inflamación alrededor del ano. El tratamiento puede variar desde cambios en el estilo de vida y la dieta hasta medicamentos y, en casos más graves, procedimientos médicos o cirugía. Si experimentas síntomas de hemorroides, es importante consultar a un profesional de la salud para obtener un diagnóstico adecuado y determinar el plan de tratamiento más apropiado.
Comorbilidad:
Las hemorroides pueden coexistir con otras condiciones médicas, como el síndrome del intestino irritable (SII), enfermedades inflamatorias intestinales (EII) o enfermedades cardíacas, especialmente si hay factores de riesgo comunes, como la obesidad.
Propensión:
Las hemorroides pueden afectar a personas de todas las edades y géneros, y diversos factores pueden contribuir a su desarrollo. Algunos de los factores que pueden aumentar la propensión a padecer hemorroides incluyen:
1. Edad: A medida que envejecemos, los tejidos que sostienen las venas en el área rectal pueden debilitarse, aumentando la probabilidad de desarrollar hemorroides. Sin embargo, las hemorroides no son exclusivas de personas mayores y pueden ocurrir a cualquier edad.
2. Embarazo y Parto: Las mujeres embarazadas tienen un mayor riesgo de desarrollar hemorroides debido al aumento de presión en las venas pélvicas y al esfuerzo durante el parto. Las hemorroides pueden desarrollarse durante el embarazo o después del parto.
3. Estreñimiento crónico o Diarrea: Ambas condiciones pueden contribuir al desarrollo de hemorroides. El esfuerzo durante la evacuación en el estreñimiento y la irritación durante la diarrea pueden aumentar la presión en las venas rectales.
4. Obesidad: El exceso de peso corporal puede aumentar la presión en la región pélvica y rectal, predisponiendo a la formación de hemorroides.
5. Factores Genéticos: Existe evidencia de que la predisposición genética puede influir en la probabilidad de desarrollar hemorroides. Si hay antecedentes familiares de hemorroides, puede haber un mayor riesgo.
6. Estilo de Vida Sedentario: La falta de actividad física regular puede contribuir al estreñimiento y, por lo tanto, aumentar la probabilidad de hemorroides.
7. Dieta Pobre en Fibra: La falta de fibra en la dieta puede contribuir al estreñimiento, lo que a su vez aumenta el riesgo de desarrollar hemorroides.
8. Tendencia a Levantar Objetos Pesados: El esfuerzo al levantar objetos pesados puede aumentar la presión en la región rectal, contribuyendo al desarrollo de hemorroides.
En términos de género, ambos sexos son susceptibles a las hemorroides, pero algunas situaciones específicas, como el embarazo y el parto, pueden aumentar la prevalencia en las mujeres.
No hay evidencia clara de que la geografía o factores sociales específicos influyan directamente en la propensión a padecer hemorroides.
En general, la prevención y el manejo de las hemorroides incluyen mantener un estilo de vida saludable, mantener una dieta equilibrada y rica en fibra, así como abordar factores de riesgo específicos. Consultar a un profesional de la salud es esencial para un diagnóstico adecuado y un plan de tratamiento adecuado.
Tratamiento:
El tratamiento de las hemorroides varía segúnla gravedad de los síntomas, pero puede incluir:
1. Cambios en el Estilo de Vida: Incrementar la ingesta de fibra, mantener una hidratación adecuada y realizar actividad física regular puede aliviar síntomas y prevenir recurrencias.
 
2. Medicamentos: Uso de cremas, supositorios o medicamentos orales para aliviar el dolor, la picazón y la inflamación.
3. Procedimientos Médicos: En casos más graves, se pueden realizar procedimientos médicos como ligadura con banda de goma, escleroterapia, coagulación con láser o crioterapia.
4. Cirugía: En situaciones extremas o cuando otras opciones no son efectivas, se puede considerar la cirugía para extirpar las hemorroides.
En conclusión, entender las hemorroides implica reconocer su origen, síntomas, signos y las opciones de tratamiento disponibles. La atención médica es fundamental para un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento adecuado, adaptado a la gravedad y las necesidades individuales del paciente.

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