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¿QUÉ SIGNIFICA EVALUAR EN EDUCACIÓN? 
La evaluación es parte constitutiva del proceso de enseñanza aprendizaje, es un 
instrumento, didáctico y pedagógico, que brinda información. Tiene que ser 
incluida en la planificación de la enseñanza. o sea que se vincula al diseño y a 
la gestión de la enseñanza. Citando a Camilloni (1998) “No es posible hablar 
de la evaluación de los aprendizajes al margen de los procesos de enseñanza y 
aprendizaje que los han generado” (p.69). 
No podemos pensarla por fuera de la relación con los contenidos principales 
que ofrezca el docente y por ende vinculada a los aprendizajes que ha 
experimentado el estudiante, no podemos pensarla por fuera de los aprendizajes 
prioritarios que se han identificado. 
 
¿QUÉ ROL TIENE EL DOCENTE? 
Es importante la concepción que el docente tenga acerca del proceso de la 
evaluación. Si la entiende abierta y flexible, sostiene la idea de que es un 
proceso multidireccional que da lugar a la participación de los estudiantes. 
Mientras que, si la piensa desde una perspectiva cerrada y/o netamente 
cuantitativa, presenta unidireccionalidad. Entonces la expectativa la ubica 
siempre en el otro y como docente no se es capaz de repensar los propios 
procesos desarrollados y hasta los instrumentos que se utilizan. 
Lo que es prioritario siempre es acompañar las trayectorias reales de los 
estudiantes, utilizando estrategias pedagógicas diversas que orienten al 
aprendizaje para que los estudiantes puedan asignarle sentido. La tarea de 
enseñar es una construcción en interacción constante con la tarea de aprender. 
El estudiante toma un rol diferente, trasponiendo el oficio de alumno 
socialmente construido como pasivo receptor. En tiempos actuales es valioso 
habilitar espacios activos de construcción y producción. Estas trayectorias, 
desiguales y totalmente heterogéneas, asumen las características propias de 
cada contexto situado y con diversas formas de vinculación, pero tienen en 
común la necesidad de la construcción de un proyecto de vida, más allá de la 
escuela. 
En esta perspectiva hay que pensar la evaluación en un nuevo sistema, pensar 
en espacios de intercambio, de reflexión y comunicación donde se afronte el 
reto de enseñar y aprender desde la incertidumbre. Para esto, hay que pensar en 
un sistema educativo centrado en el desarrollo de capacidades, reflexivas, 
críticas, creativas, motrices y cognitivas, potenciando sentido de 
responsabilidad y compromiso; pero sobre todo apuntando a la construcción de 
una identidad, que va más allá de la escuela. 
 
¿PARA QUÉ EVALUAR? (evaluar y calificar) 
Se evalúa para tener información, no solamente evaluar es mirar el proceso 
desarrollado por los estudiantes; sino también la propia actuación docente y la 
implementación de la propuesta. El contar con criterios que admitan razonar, 
explicar y recapacitar acerca de la información que se ha recogido en 
interacción teórica y práctica, para lograr responder a los cuestionamientos que 
se ubican imbricados en el proceso. 
El vínculo pedagógico que se establece con los estudiantes permite comprender 
la lógica de construcción del conocimiento, la dinámica en la que se apropian 
de saberes y los aplican. 
De igual modo, permite asumir una condición examinadora. Esta doble 
perspectiva remite a la necesidad de clarificar muy bien los alcances de la 
posición que se asume como docente en torno de la evaluación. 
Evaluar, supone comprender a fondo los procesos de aprendizaje que se han 
desarrollado. 
Calificar, admite instancias de acreditación y legitimación. Ninguna es 
exclusiva en el ámbito escolar, sino que conforman una práctica, que requiere 
una articulación rigurosa y equilibrada. Según Camilloni (1998) “La evaluación 
es un recurso indispensable para el perfeccionamiento de los dos procesos que 
nos interesan, la enseñanza y el aprendizaje. Encarar una acción docente 
significa actuar para mejorarlas probabilidades de que se produzcan procesos 
deseables de aprendizaje” (p.71). 
Evaluar implica conocer y organizar en términos formativos la enseñanza, 
mientras que evaluar para acreditar tiene otra finalidad. Ambas se integran en 
la práctica, y la conforman, pero no son de la misma naturaleza, ya que 
responden a finalidades diferentes. 
La evaluación siempre es formativa entonces: ¿para que evaluó?, ¿para 
diagnosticar, para acreditar, para monitorear? ¿para hacer un corte de 
monitoreo? Es imprescindible que el docente tenga claridad en este sentido. Se 
hace visible, la necesidad de analizar los instrumentos, criterios e indicadores 
que se vayan a diseñar para favorecer el desarrollo y el monitoreo del proceso 
evaluativo, en el marco de la propuesta de enseñanza y aprendizaje. Es un 
poderoso reto la tarea de construir criterios que resulten válidos y confiables, en 
pos de la veracidad de la información que se busca conseguir. Ya que, 
determinar adecuadamente los criterios de seguimiento, permite reconocer el 
valor de las acciones desarrolladas. Citando a Litwin (1998) “Compartir con los 
estudiantes la construcción de criterios para las evaluaciones, reconociendo en 
todos los casos su valor frente al conocimiento, genera un auténtico desafío a la 
hora de recuperar la evaluación como un lugar posibilitador de la buena 
enseñanza” (p.34).En relación con la evaluación de los aprendizajes como 
campo y problema, ésta estuvo vinculada con procesos de medición de los 
mismos, la acreditación o la certificación, y rara vez, con el proceso de toma de 
conciencia de los aprendizajes adquiridos o con las dificultades de la 
adquisición, de la comprensión o de la transferencia de algunos temas o 
problemas. (Litwin, 1998, p. 11). 
Si el docente tiene que contar con teorías explicativas acerca de cómo aprenden 
los alumnos y sobre qué es enseñar, también deberá trabajar con teorías acerca 
de la evaluación, su relación con los procesos de enseñanza y aprendizaje, el 
lugar que ocupa la evaluación en la administración de un proyecto de enseñanza, 
qué alcances y qué límites debe tener. (Camilloni, 1998, p. 70). 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
¿CUÁLES PUEDEN SER LAS FUNCIONES DE LA EVALUACIÓN? 
 
 
 
 
 
 
 
EL DESAFÍO DE PROPONER SITUACIONES AUTÉNTICAS DE EVALUACIÓN

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