Logo Studenta

42714_all

¡Este material tiene más páginas!

Vista previa del material en texto

INSTRUCCIONES
PARA EL
CULTIVO DE LA REMOLACHA AZUCARERA
DIRECCION GENERAL DE AGRICULTURA YMONTES
,
SERVICIO DE PUBLICACIONES AGRICOL.AS
INSTRUCVIONES
PARA EL
CULTIVO DE LA REMOLACHA AlUCARERA
POR
GUILLERMO QUINTANILLA
Inllenlero Allrónomo. Director del Instituto Nacional de In \?estlllacionea
y Experiencias AlIronómicas y Forestales.
MADRID.- MINISTERIO DE FOMENTO
INTRODUCCION
Ventajas del cultivo de la remolacha.
Esta planta, de tan pingües rendimientos para la
Agricultura y tan importante para la Economía na-
cional, ocupa en España, casi indiscutiblemente, lo
que se denomina una hoja en las distintas alternati-
vas que se siguen en el cultivo de regadío, allí donde
hay fábricas que puedan utilizarla. Hay regiones aún
desheredadas de este privilegio, y que, por no cono-
cer los beneficios de este cultivo, no han puesto todo
su empeño en hacer lo posible buscando una indus-
tria que adquiera la raíz de la expresada planta.
Valor de la cosecha>- La remolacha azucarera
lleva la prosperidad allí donde se cultiva; el valor de
la cosecha, por hectárea, es importantísimo, y no
suele ser superado por las demás cosechas que pu-
dieran obtenerse en su lugar, y, cuando es superado,
lo es momentáneamente, porque, debido a la ley de
la oferta y la demanda, todos los agricultores se de
dican a ese cultivo, y en seguida viene el descenso
del precio, llegando muchas veces a convertirse en
ruinoso.
Fijesa del precio.-El precio de la remolacha azu-
carera es conocido de antemano, y el cultivador no
tiene que temer a las oscilaciones del mercado ni a
las artes del acaparador.
Valor de la rasfrojera.-No hay cultivo -alguno
que deje una rastrojera tan valiosa como la de la re-
-6-
molacha azucarera; más que rastrojera, es un impor-
tante subproductov y si en España se supiera algo
más que lo que, por desgracia, sabemos, nunca la
más modesta explotación agrícola estaría desprovis-
ta de su parte de g-anadería que la consumiera.
Alimentación del ganado. -Si no se pueden tener
20 vacas o 200 ovejas, se tiene una vaca o dos ovejas,
o un cerdo, o una cabra, algo que transforme el forra-
je residuario en cualquier cultivo, sea el que fuere,
y que proporcione estiércol, la mayor cantidad posi-
ble de estiércol. V aunque no se posea ganadería, ni
se pretenda que a todos convenzan las modernas pro-
pagandas de las progresivas prácticas del cultivo,
siempre se encuentran donde hay pastos o forrajes
ganados que los consuman.
La remolacha azucarera deja, como residuo de la
cosecha principal, el 20 ó el 25 por 100 de hojas y
cuellos de gran valor nutritivo; es decir, que en una
hectárea de tierra regularmente cultivada y que pro-
duzca 30 toneladas de raíces para la fábrica de azú-
car, se obtienen de seis a siete toneladas de exce-
lente forraje en una época en que tanto valor tienen
los pastos, y en la que es tan difícil encontrarlos.
Esto significa un aumento de valor para la cosecha
de mucho más de cien pesetas por hectárea. ¿Hayal- .
gún cultivo parecido siquiera al de la remolacha por
este concepto?
Otras ventajas. - En otro orden de consideracio-
nes, el cultivo de la remolacha lleva el progreso alli
donde se implanta; acostumbra a los cultivadores al
cuidado de las tierras, al uso de los abonos, al de nue-
vos útiles y máquinas, a las labores profundas y su-
perficiales, guardando cierta reíacíon muy instructi-
va para el que trabaja la tierra.
V, para terminar, la remolacha azucarera regu-
lariza, por la época en que se culti va, el empleo de
- 7 -
los brazos, pues invierte jornales cuando los otros
cultivos no los emplean, con lo cual la Agricultura
comarcana se beneficia grandemente, por quedar
libre de la influencia de la emigración de obreros que
no encuentran medios de subsistencia en ciertas épo-
cas del año.
Descritas a la ligera algunas de las ventajas del
cultivo de la remolacha, entraremos de lleno en la
exposición de los consejos que creemos deben darse
y repetirse constantemente, para que los agriculto-
res que la cultivan 10 hagan con resultados positivos
y estén al abrigo, en la mayor medida posible, de las
causas que puedan determinar una mala cosecha.
Remolacha de secano, - Antes, permítasenos dos
palabras para hacer una distinción entre el cultivo
de la remolacha azucarera de regadío, que es el co-
nocido en España hasta ahora, y el cultivo de la mis-
ma planta de secano; porque, debido a experiencias
propias, resulta ahora, al cabo de tanto tiempo, en
que se creía lo contrario, que en el clima de Castilla
la Nueva y en otros parecidos, si bien es cierto que
la remolacha de regadío es un cultivo altamente re-
munerador, no lo es menos que la de secano produce
beneficios relativamente mayores que otros cultivos,
también de secano, con los que puede alternar ven-
tajosamente.
Esto nos lleva a dividir los consejos e instruccio-
nes para el cultivo de la remolacha azucarera en dos
partes. En la primera trataremos de la remolacha
azucarera de regadío, y en la segunda, de la cultiva-
da de secano.
1
Remolacha azucarera de regadío.
TIERRAS MAs APROP;ADAS
Ocurre en esto, al tratarse de la remolacha, lo
mismo que al tratarse de cualquiera otra planta de
regadío; las tierras de fondo, fértiles por su compo-
sición, de consistencia media y muy llanas, son las
mejores.
No conviene que sean excesivamente calizas ni
muy arcillosas, así como tampoco tan sueltas que no
retengan el agua ni los principios fertilizantes. Ex-
ceptuando, pues, estas tierras, que forman los extre-
mos de la composición física, todas las demás son
aptas para el cultivo de que se trata, y así resulta que
10 son la generalidad de las de regadío.
CLIMA
En todos los climas de la Península Ibérica, ex-
cepto en el de la parte de Levante, extremadamente
caluroso y seco, se produce la remolacha a la per-
fección. Es notable la resistencia de esta planta a la
helada; de tal manera, que, cuando se han desorga-
nizado la mayor parte de las leguminosas (las habas
notablemente), de las gramináceas (trigo, cebada y
maíz), de las solanáceas (patatas, etc.), subsiste la re-
molacha incólume, sin que la helada la haya produ-
cido la menor alteración. Es una propiedad preciosa
de esta planta. En la nascencia necesita humedad;
-9-
para lo cual, si no se trata de clima en que llueva en
la primavera, hay que tener bien dispuesto el riego
en cuanto se siembra. La resistencia que presenta a
la helada la tiene también para los excesivos calores,
con la condición de que no sean muy prolongados.
Cuando la patata se agosta por un viento seco algo
persistente, la remolacha sigue verde y lozana.
La piedra, el granizo, sólo influye disminuyendo
algo la cosecha, pues como no destruye la raíz, y es
planta que retoña fácilmente. pronto vuelve a entrar,
después de este accidente, en plena vegetación. To-
das estas cualidades que posee la remolacha hacen
su cultivo sumamente seguro, y explican la exten-
sión de su área geográfica dentro del regadío en Es-
paña y en el cultivo general de otros países más llu-
viosos.
ALTERNATIVA
Sabido es que el cultivo continuo, aunque posible
en el terreno de la agronomía, no puede recomen-
darse, por no ser de resultados positivos, nada más
que en excepcionales circunstancias. La alternativa
de cosechas se impone en todos los órdenes del cul-
tivo por muchas causas, bien conocidas unas, y muy
discutidas otras, que no son del caso en este lugar.
Lo cierto es que a una cereal debe procurarse que no
la siga otra cereal; a una planta cultivada por su
raíz, otra planta análoga. En general, para plantear
una alternativa deben tenerse en cuenta los distintos
caracteres vegetativos 'Y de producción de las plan-
tas, así como también debe obedecer aquélla a fines
económicos Y hasta sociales: La agricultura racional
(no la rutinaria Y arcaica) tiene en cuenta sintética-
mente todas estas circunstancias, Y sanciona combi-
naciones de sucesión de plantas que, en el lugar yen
la época de que se trate, producen el mayor éxito
-10-
económico. En esta comarca, yen los tiempos actua-
les, si se tratade tierras fértiles y se dispone de abo-
nos, la mejor alternativa es la del trigo-remolacha,
que no puede ser más sencilla: un año, trigo; al si-
guiente, remolacha; al otro, trigo, y así sucesiva-
mente. En determinadas circunstancias, puede ser
trigo-remolacha, cebada-remolacha. En esta alterna-
tiva se rodea o añade estiércol en la hoja de cebada.
En gran número de casos, la alternativa al tercio
es la mejor, habas trigo-remolacha, y otra vez habas-
trigo-remolacha, y así sucesivamente. Esta es la más
generalizada. También se cultiva la remolacha en
alternativa con el maíz, yen algunas ocasiones hasta
con la patata, y ésta puede tener éxito tan sólo cuan-
do se dispone de estiércol y de sales potásicas o ce-
nizas.
La remolacha azucarera produce grandes cose-
chas cultivándola después de la roturación de alfal-
fares y prados. En este caso se pueden obtener va-
rias buenas cosechas seguidas. En todos los casos, y
para terminar, la remolacha azucarera es, la hoja de
la alternativa que limpia más el suelo de malas hiero
bas, por el esmerado cultivo que permiten darle sus
valiosos productos.
PREPARACIÓN DEL TERRENO
Primera labor.-Lo mejor es, sin duda, comenzar
a preparar el terreno para el cultivo de la remolacha
azucarera en cuanto se levanta la cosecha que la
precede. Esto, en la práctica, no suele ser posible;
pero sí lo es dar una labor de verano en explotacio-
nes bien organizadas, y más aún en el pequeño y me-
dio cultivo. No importe que esta labor no sea profun-
da: el caso es remover la tierra, sacar al sol raíces y
semillas de malas hierbas, y dejar la tierra dispuesta
-11-
para que penetren en las capas más profundas las
lluvias de otoño, así como contribuir a que los resi-
duos ele la anterior cosecha se descompongan, y rom-
per la capilaridad, para que la tierra no se deseque
por completo, y puedan subsistir los microorganis-
mos nitrificadores.
Si, después de dar esta labor, se puede dar otra
cruzada, o bien un gradeo algo enérgico, será de
muy buen resultado, porque, además de que deshará
algunos terrones si no ha llovido, y muchos si se han
mojado. romperá la costra superficial, evitando. como
antes se ha dicho, la desecación del terreno.
Labores de otoño.s-Bu otoño, después de haber
hecho las siembras de esta época, es decir, a fines de
noviembre, o en diciembre, se dará la primera labor
profunda, tan profunda como pueda ser, es decir, de
veinticinco a veintiocho centímetros de honda, que
es hasta donde puede llegarse disponiendo de buenas
yuntas y de buenos arados de vertedera. Hay que
hacer la salvedad de que. si se trata de tierras de
miga o de otras que sean demasiado sueltas, basta
con que la labor tenga de diez y ocho a veintidós
centímetros de profundidad, que es la que se obtiene
con los arados ordinarios de vertedera.
Después de esta labor se debe pasar una grada o
una rastra para reunir las raíces perjudiciales, que
deben quemarse, y para deshacer los terrones, lo
<cual debe irse consiguiendo gradualmente, a medida
que se dan las sucesivas labores. Tras de esta labor
debe darse otra (que ya es mucho más fácil), de una
profundidad media, cruzada con la primera, y des-
pués, el consabido pase de grada.
Al terminar esta labor, próxima ya la época de la
.siernbra, bastará dar uno o dos gradeos para destruir
la hierba incipiente.
'"
- 12-
SlIüIBR.\
La remolacha azucarera debe sembrarse en una
época tal, que se tenga casi la seguridad de que des-
pués de sembrada han de sobrevenir lluvias 'que mano
tengan húmeda la capa superficial para que germine
la semilla. Si el tiempo se presenta favorable, a los
veinte días, aproximadamente, se verán las plantas
en lineas o en golpes, ya nacidas.
En esta comarca (1) debe sembrarse entre media-
dos de febrero y fin de marzo; cuanto más temprano
(dentro de este plazo), mejor.
Si, por necesidades de la explotación, o por cir-
cunstancias extraordinarias, hubiera de sembrarse
después, convendría, en la mayoría de los casos, re-
gar la tierra de antemano y dar una labor de arado
antes de sembrar.
Con estos antecedentes podemos ya tratar de la
preparación que hay que dar a la tierra para deposi-
tar la semilla.
Habíamos dicho que después de la última labor
de arado se mantenía la tierra en estado convenien-
te hasta que llegara la época de la siembra dándole
uno o dos pases de grada; pues bien, llegado el mo-
mento, se da otro último gradeo, e inmediatamente
detrás, un pase de rastra y otro de tabla o tablón
llano, para dejar la tierra completamente sentada y
pulverizada en la superficie, con objeto de obtener un
lecho homogéneo para la semilla.
Después de esto, se procede a depositar la semilla,
o sea a sembrar.
(1) La de Madrid/para la cual fué escrito el trabajo hace
algunos años, aunquesus enseñanzas son aplicables a toda
la Península.-(Nota del S. de P. A.).
- 13-
)IODO DE SEMBRAR
Esta operación, tán delicada siempre, 10 es más
tratándose de la remolacha azucarera, porque es el
germen tan débil, que no puede atravesar capas de
tierra que no sean muy tinas; así, resulta lo más con-
veniente que la profundidad a que quede la semilla
no sea mayor de dos centímetros, y, a ser posible, de
uno. Esta cualidad hace también necesario que se
use mucha cantidad de semilla; pues si se forma cos-
tra en la superficie del terreno, tan sólo podrán romo
perla muchos gérmenes reunidos.
La siembra se practica en líneas o por golpes. Es
mucho más conveniente en líneas con el auxilio de
la máquina sembradora que a mano y a golpes, por-
que del primer modo es como únicamente puede con-
seguirse que la profundidad a que quede enterrada la
semilla sea pequeña y uniforme. En cuanto a la siem-
bra en lomos o caballones, se practica en algunos
casos de tierras fuertes en exceso, de escasez de
agua o con demasiada pendiente; entonces es la me-
jor siembra, y se reduce a depositar a mano diez o
doce semillas en cada golpe, a la distancia de veinti-
ocho a treinta centímetros, y en la parte media de la
cara del caballón.
En cualquier forma que se practique la siembra,
conviene mucho que la semilla quede integrada con
la tierra para que perciba la humedad; porque si
quedan espacios entre ambas, o no germina la semi-
lla, o 10 hace de un modo muy deficiente y tarde; si
la siembra se hace a mano, hay que dar un golpe
con el escardillo (con el que se abre el pequeño hoyo)
sobre la tierra que se ha depositado encima del gru-
po de semillas, y si es a máquina, debe ir provista de
unos rodillos pesados en la parte más posterior de
- 14-
las rejas, que van apisonando la tierra que éstas han
abierto y que ha caído sobre las semillas.
Siembra C01111/(í(juilla.~I)arala siembra a máqui-
na conviene cortar en parte el 'terreno para el riego
antes de comenzar la siembra, con el doble objeto de
economizar la semilla y de tardar después menos en
hacer la preparación completa de caceras y re-
gueros.
Para esto se decide de antemano la anchura que
han de tener las eras, anchura que depende de la
configuración o inclinación del terreno; en general,
en terreno regularmente Hano se da a las eras 3,15
metros, osea la anchura exacta de llueve líneas} que
son tres pases de maq uina.
En terrenos muy llanos es de 4,20 metros, o sean
12 líneas de anchura, que corresponden al pase de la
máquina cuatro veces, y si es más accidentado, 2,10
metros, distancia determinada por seis líneas o dos
pases de máquina. La máquina de que hablamos es
la comúnmente usada para este cultivo, que lleva
tres tubos de siembra de 0,35 metros de distancia.
Una vez escogida la anchura de las eras, se ha-
cen los caballones en sentido perpendicular a la pen-
diente del terreno, a la distancia correspondiente, y
después se pasa la máquina entre estos caballones,
haciendo la siembra muy superficial, y detrás se pasa
un rodillo de madera para igualar el terreno y apiso-
nar algo la superficie de la tierra, además de lo que
han apisonado las líneas de siembra los rodillos que
ya se ha dicho llevan las máquinas.
Cacereo.-Hecha así la siembra, se termina el ca-
cereo u operación dedejar preparado el terreno para
el riego, que no necesita explicación alguna, por con-
sistir en hacer las regueras transversales a los caba-
llones que han de conducir el agua que se ha de in-
- 15 -
traducir en las eras, limitadas por los expresados
caballones y por estas regueras y caceras.
Debe tenerse cuidado de que las enceras sean
recogidas, es decir, de poca sección (aunque haya
que hacerlas más numerosas), para que el agua no
vaya en canticlad excesiva y se reparta mejor, eco-
nomizándose así, al mismo tiempo, gran cantidad en
cada riego.
Hecho el cacereo, se procede a sembrar los caba-
llones y las caceras a mano, depositando golpes de
semilla en la parte media de la cara de los caballones
y caceras y en la cúspide, a la distancia de 28 a 30
centímetros unos de otros.
Siembra a mano.-En los pequeños predios es
dond« únicamente debe hacerse la siembra a mano.
En este caso se prepara la tierra para el riego pre-
viamente, y, cuando se ha terminado, se traza en las
eras una cuadrícula de 30, y mejor de 35 centímetros
de lado, y en la intersección de las líneas que forma
la cuadrícula se deposita, valiéndose del almocafre o
del escardillo, el golpe de semillas. Los caballones y
caceras se siembran como antes se ha dicho.
Cantidad de semilla.-La cantidad de semilla que
debe emplearse varía con la clase de siembra; de to-
dos modos, debe usarse mucha cantidad, por ser el
único modo de poder garantizar la nascencia y de
contrarrestar los ataques de un insecto, que es una
verdadera plaga, y que se conoce vulgarmente bajo
los nombres de pulguilla, pulgón o saltón. Deben,
pues, emplearse de 40 a 45 kilos de semilla por hec-
tárea en el caso de siembras a máquina, distribuyén-
dose con ésta de 30 a 35 kilos, y el resto, o sean 10
kilos, en los caballones y caceras. En el caso de
siembra a mano, deben gastarse de 25 a 30 kilos por
hectárea.
- 16 -
CL'IIHDOS DEL CULTIVO
Después de terminadas todas las operaciones
descritas, y mientras nace y se desarrolla la planta
en su primera fase, conviene romper la costra que se
puede formar a continuación de cada lluvia, 10 que
debe hacerse en las eras con la asada a mano siste-
ma Planet, instrumento ya muy conocido, por 10que
no es necesario describirlo. Con este instrumento, no
sólo se rompe la costra superficial, sino queese ma-
tan todas las malas hierbas que crecen en la entreii-
neo, siendo el coste de su labor por hectárea de cua-
tro a cinco pesetas. En los caballones y caceras se
remueve la superficie, y se mata la hierba con una
azadilla de mano manejada por mujeres o chicos.
Desmate.-Cuando a la planta le han desapareci-
do los cotiledones, que son las dos falsas hojas con
que nace, y se observa que tiene, por lo menos, cua-
tro hojas verdaderas, siendo el grueso de la raíz de
medio centímetro cerca del cuello, se procede a efec-
·tuar la operación' del aclareo} desmate o entresaca}
que tiene por objeto dejar una sola planta a cada 28
o 30 centímetros de distancia dentro de las líneas.
Esta operación se efectúa aislando primero con el
azadón grupos de plantas que quedan en cierto modo
distanciados, porque a cada golpe de este instrumen-
to se cortan profundamente las plantas que ocupan
un espacio de 25 centímetros, aproximadamente; se
dejan sin cortar las que ocupan seis u ocho centíme-
tras, y se vuelve con otro golpe a cortar las de los
25 centímetros siguientes, y así se sigue, resultando,
como antes se ha dicho, grupos de plantas a la dis-
tancia conveniente, como si se hubiese hecho la siem-
bra a golpe. Entonces se escoge de estos golpes, o
grupos de plantas, la más robusta, y se arrancan a
- 17-
mano todas las que tiene al lado, quedando así ella
sola a la distancia conveniente de la que le sigue.
Al mismo tiempo que se hace el desmate, los obre-
ros que van dejando los grupos aislados de plantas
van rasando, es decir, labrando muy superficialmen-
te la tierra con el azadón; y las mujeres o niños que
·entresacan las plantas, para dejar una sola en cada
grupo, dejan también labrada la tierra que la rodea;
de este modo resulta removida y limpia de hierbas
toda la tierra, al par que las plantas de remolacha
quedan aisladas a la distancia prefij ada. El crecimien-
to de la planta se hace rápido desde este momento.
La operación de desmate no tiene época fija, pues
depende de la siembra y de las temperaturas y hume-
dad que se hayan producido desde la nascencia; ge-
neralmente, en nuestro clima se efectúa entre media-
dos de mayo y mediados de junio. Es convenientísi-
mo hacerla cuanto antes, porque, si se retrasa, el
exceso de planta esquilma y deseca mucho el suelo;
la planta agrupada en gran cantidad no puede satis-
facer sus necesidades de nutrición y crecimiento, y
se cría raquítica, siendo difícil que se robustezca sin
prodigarla muchos cuidados.
Escardas. - Después del desmate, ya medida que
la planta se va desarrollando, lo cual hace con gran
rapidez desde aquel momento, conviene darle escar-
das y labores superficiales, que se consigue sean muy
económicas con el uso de la ya mencionada azada de
mano sistema Planet, completándola con la azadilla
manejada por mujeres y chicos.
Esta operación se debe hacer, desde luego, y aun-
que no haya hierba, a continuación de cada riego o
cada dos riegos, y entonces se llama levantar el rie-
go. Su objeto principal es romper la costra que se
forma por el agua y evitar así la rápida desecación
de la tierra.
- ,ltl -
Ca'vaS.--Antes de que cierre la remolacha, es de-
cir} antes de que lleguen a tocarse y superponerse
las hojas de las plantas cubriendo el terreno casi too
talmente, es necesario dar una cava, que debe alcan-
zar unos 12centímetros de profundidad. Si se puede
'dar en seco, es lo mejor; pero si el terreno esta duro,
por ser muy arcilloso o por haber tenido que regarle
con demasiada frecuencia, entonces hay que regar
y esperar el momento en que se enjuga, pero sin de-
secarse demasiado, para poder introducir en él el
azadón.
Segundo desmate. - Al mismo tiempo que se cava,
se da un segundo desmate, para que en cada puesto
quede una sola planta, pues cuando queda más de
una no se desarrollan y se merma mucho la cosecha.
Bina.-Después de esta cava se puede y debe
binar el terreno, a ser posible en julio, y hecho esto
ya no resta más que quitar a mano algunas hierbas
que nacen en los claros o marras, o bien allí donde,
por ser algo raquíticas las plantas, no cubren del
todo el suelo.
Mientras tanto, la planta va acercándose a la ma-
durez, lo cual ocurre, en esta comarca, desde princi-
pios de octubre hasta fin de diciembre.
Debe hacerse notar, y esto pueden comprobarlo
los cultivadores, que hasta esta última época la raíz
está desarrollándose constantemente, de tal modo,
que, en general, llega a aumentar la cosecha hasta
en tres toneladas más por hectárea.
RIEGO
Consejos sobre el riego. - Esta operación, con ser
tan necesaria para todos aquellos cultivos que se
acondicionan para desarrollarse con su concurso, es
de gran cuidado, y tan peligrosa como útil. Cierto es
- 19-
el dicho de que el riego es un arma de dos 111os; los
males acarreados por un riego mal dado o inoportu·
no son muy difíciles de subsanar.
Si es posible llegar al desmate sin haber regado
la remolacha, se habrá conseguido que se propaguen
10 menos posible las malas hierbas y que el terreno
no se haya sentado o comprimido desde el primer
momento por la acción del agua. perdiendo las cua-
lidades de soltura, permeabilidad y porosidad, tan
necesarias para que sea fácil la circulación de los
líquidos y de los gases y la penetración de las raíces.
Si después del desmate sobreviniera una lluvia
casual, entonces cerrara la remolacha sin haberla re-
gado. y no faltando otras condiciones, la cosecha
será buena seguramente.
Esto no quiere decir que por regar pueda ser
mala; pero sí es cierto que hay que ocuparse mucho
más del cultivo cuando se riega desde muy tempra-
no, y que hay que tener sumo cuidado con levantar
los riegos y no darlos más que cuando se vea, por el
estado de la planta y del suelo,que es imprescin-
dible.
Riegos de primavera. - Hay circunstancias, como'
cuando viene una primavera seca, o cuando, siendo
lluviosa. es muy fría, que para que nazca la remola-
cha hay que regarla.Bntonces, antes de que se haya
secado el terreno después del primer riego. es pre-
ciso dar otro, y aun otro, hasta que se vea bien na-
cida la remolacha, porque con un solo riego se forma
una costra que no pueden traspasar los gérmenes, y
entonces se arrollan en espiral bajo la costra y pe-
recen.
Ya se ha dicho que para la cava hay que regar
en muchas ocasiones, y ocurre 10 mismo para el des-
mate; pero, tanto en uno como en otro caso, debe
evitarse en lo posible; la remolacha que puede vivir
- 20-
e irse desarrollando sin frecuentarla el riego, sobre
todo en los primeros tiempos de su vida, profundiza
la raíz en busca de la humedad que reside en las ca-
pas inferiores del terreno. Esta raíz será larga y,
por tanto, susceptible de adquirir mucho peso a poco
que engruese.
Riegos de verano. - Durante el verano, es decir,
desde mediados o fin de julio, en que debe ya haber
cerrado, hasta mediado o, a lo más, fin de septiem-
bre, habrá que dar a la remolacha cinco o seis riegos,
cuando menos. En una tierra de consistencia media,
en nuestro clima, el turno de riego debe ser de quin-
ce días; si la tierra es ligera, habrá que repetir los
riegos cada doce días, y si algo arcillosa, cada veinte,
cuando más.
A la remolacha hay que darle el riego con bastan-
te agua; el espesor de la capa de agua no debe ser
menor de 10 cm. en cada riego. Desde fin de septiem-
bre no debe regarse, a no ser que se trate de un oto-
ño tan seco que se endurezca la tierra excesivamen-
te y no pueda sacarse la raíz al hacer la recolección.
ABONOS
La remolacha azucarera, como toda planta de
gran rendimiento, es muy exigente en materias fer-
tilizantes; y como no permanece en la tierra durante
mucho tiempo, estas materias deben estar, en 10 po-
sible, en un grado de solubilidad, o,mejor, de asimi-
labilidad, mayor que en otros cultivos.
La remolacha es planta que se distingue por la
cantidad de potasa que asimila, por 10 cual se produ-
ce muy bien en tierras ricas en potasa o añadiéndo-
le esta substancia. Los abonos fosfatados producen
mucho efecto en su mayor rendimiento, y es sabi-
do que el nitrato de sosa, convenientemente adminis-
KiloSlrAmOIl.
330 a 450
FlÜa 250
100 a 150
600 a 850
- 21 -
trado, influye mucho en su vegetación y crecimiento.
Peligros del estiércol. - El estiércol, como abono
-cornpleto, si está bien preparado, también es muy efi-
-caz para este cultivo; pero produce en muchos casos
podredumbre de las raíces, y, además, se desarrolla
a su favor en algunas ocasiones el gusano blanco
'que devora toda o parte de la raíz. Por esta razón,
es mejor abonar con estiércol otra hoja de la alter-
nativa (la cebada o el trigo), y sus efectos, se dejan
sentir entonces más beneficiosamente sobre la remo-
lacha, porque así se ha evitado el peligro de las fer-
mentaciones posibles, se ha destruído el efecto de la
excesiva acumulación de materias orgánicas, y, sin
embargo, ha quedado aún la mejor parte de la mate-
ria fertilizante, por ser este abono de muy lenta des-
composición.
Por este motivo, no debe aconsejarse el uso del
estiércol directamente administrado a la remolacha,
tratándose de su cultivo en regadío, sino añadiendo-
10 a otro cultivo que alterne con ella, el trigo y la ce-
bada con preferencia, a no ser que esté muy bien
cuidado y fermentado, en cuyo caso se alejan los
riesgos antes indicados.
La cantidad de estiércol con que debe abonarse,
ya sea en este último caso o ya en el de añadirlo a
otra hoja, tratándose de una tierra de fertilidad me-
dia, es de unos 30.000 Kg. por hectárea.
Abonos minerales. - En estas tierras debe abonar-
se siempre la remolacha con substancias minerales
muy conocidas ya de los cultivadores, y que deben
ser por hectárea:
Superfosfato 18 a 20 por 100 .
Sulfato potásico .
Nitrato sódico .
Abono mineral por hectárea .-----
- 22-
El sulfato.potasico, cuando resulte difícil encon-
trarlo, como ocurrió durante la guerra, puede susti-
tuirse por poli-sal potásica o salinas, que contiene
casi la misma potasa, o por cenizas de leña y paja,
en cuyo caso debe añadirse de tres a cuatro veces
más en peso para que resulte igual cantidad de po-
tasa por hectárea.
El nitrato sódico puede sustituirse (aunque sus
efectos no sean precisamente iguales) con la adición
de 80 a 120 Kg. de sulfato amónico.
Las expresadas cantidades de substancias fertili-
zantes son el término medio de las que deben usar-
se, porque claro está que habrá tierras muy ricas en
materias orgánicas y de fácil nitrificacion, que no
necesitarán nitrato ni sulfato amónico, tierras tam-
bién en las que abunde el ácido fosfórico y no sea
necesaria la adición del superfosfato. En cuanto a la
potasa, la remolacha es una planta que la necesita en
gran cantidad, y siempre será bueno añadírsela.
Por contra, en las tierras más pobres que las de
fertilidad media antes supuestas, deberán añadirse
mayores cantidades de abonos.
Con las cifras dadas tendrá el cultivador de remo-
lacha guía suficiente para abonar las tierras; pero,
si quiere convencerse más de la influencia de los abo-
nos en la producción de esta planta y de otros extre·
mos con ella relacionados, procúrese la Memoria so-
bre la remolacha azucarera que hemos publicado en
1910 como resultante de nuestras experiencias en la
Estación Agronómica del Instituto Agrícola de Al-
fonso XII (Moncloa).
Epocas de abonar. - La época de añadir los abo-
nos varía con su calidad. Así, el superfosfato y la sal
o substancia que contenga la potasa, como el sulfato
amónico, deben añadirse de quince a treinta días an-
tes de la siembra; para integrarlo bien al suelo con
- 23-
las últimas labores. El nitrato de sosa debe añadirse
en la primavera, inmediatamente después del desma-
te. Si al hacer esta operación hubiera que regar, se
añadirá el nitrato después del riego; porque, si se
añade antes, como esta substancia no es retenida por
la tierra, la arrastrará el agua a las capas profundas,
y quedará, en gran parte, fuera del alcance de las
raíces de las jóvenes plantas.
En cuanto al estiércol, ya se ha dicho que lo me-
jor es añadirlo a la hoja que antecede a la remola-
cha; pero, si se le añadiera a ésta, deberá hacerse a
principios de otoño, para que haya pasado la mayor
cantidad posible de tiempo entre su adición y la nas-
cencia de la planta.
En todos los casos, aunque se trate de una tierra
rica, deberá usarse el abono mineral para mantener
la fertilidad de la tierra inalterable, devolviéndola
los principios alimenticios que la planta haya extraí-
do para surtir a sus necesidades vegetativas y de pro-
ducción.
El buen agricultor debe abonar de un modo racio-
nal, partiendo del conocimiento de las cualidades de
su tierra y del de las exigencias de las cosechas. A
falta de estos antecedentes, no hará nada de más
practicando lo que decimos en el párrafo anterior.
RECOLECCIÓN
La remolacha azucarera comienza' a madurar en.
nuestro clima a mediados de octubre, y es signo de
su madurez el que pesen sus hojas menos del 25 por
100 del peso total de la planta,
Presenta esta valiosa planta la ventaja de que su
recolección no es obligada en determinada época y
dentro de estrechos límites, pasados los cuales podría
perderse la cosecha, como acontece con otras mu-
-24-
chas plantas. Por el contrario, a partir del comienzo
de su madurez, va siempre ganando la raíz en peso;
de tal manera, que, por experiencias repetidas y
completamente comprobadas, a mediados de diciem-
bre se obtiene más cosecha por hectárea, en la uni-
dad de superficie, que a mediados de octubre, con 10
cual el labrador percibe un beneficio. Claro es que el
labrador también lo obtiene mayor en la cosecha sub-
siguiente, si arranca temprano la remolacha, porque
siembra más a tiempo; pero bien meditadas unas y
otras ventajas, quizá resulten éstas a favor del arran-
que más tardío.
Epoca de arranque.- Con 10 expresado queda
bien determinada la época del arranque o recolec-
ción de la remolacha, que es la comprendida entre
principios de octubre y fines de diciembre.
Forma de arrallquc.-Operación fácil es la de re-
colectar la remolacha azucarera: consiste en arran-
car la planta haciendo uso de un pico bidente muy
conocido en las regiones remolacheras, en las que ya
se ha proscripto el azadón; en separar, además, con
una espátula o un cuchillo, la tierra que lleva adheri-
da y en descollarla o descularla (según la expresión
vulgar). Después se dejan a un lado, formando mono
tones, las raíces, 10más limpias posibles, y a otro los
cuellos y las hojas, que, como se ha dicho, constitu-
yen un precioso alimento para el ganado.
Descollado,-El arranque 10 verifican los hom-
bres, y la limpieza y el descollado 10 hacen las mu-
jeres y los niños, cuyo trabajo resulta mucho más
barato en esta operación, quena es de fuerza, sino
de habilidad. El descollado debe practicarse con cui-
dado y se debe vigilar continuamente a los que 10
realizan; como esta operación consiste en cortar la
parte superior de la raíz con las hojas que lleva in-
sertas, de tal modo que el corte resulte perpendicu-
-25-
lar al eje de la raíz y en el sitio donde nacieron las
primeras hojas, si el corte se da más arriba de este
sitio, las fabricas descuentan la porción de cuello
que no se ha cortado, y el culti vador ha perdido esta
parte del residuo tan útil para el ganado; si, por el
contrario, el corte se hace más abajo, se quita él la
raíz una determinada porción que debía entrar en la
fábrica, perdiendo el cultivador su importe. Es, como
se ve y se ha dicho, muy importante el realizar bien
esta operación.
La recolección se contrata en muchos casos, y
ésta es una mala costumbre, porque no sólo es segu-
ro que los destajistas harán mal el descollado, sino
que harán 10 mismo con el arranque, pues la raíz es
muy frágil, y si se tira de ella violentamente y de
prisa, se parte, quedando en la tierra una importan-
te porción de ella.
Forma de hacer los mOlltones.-Apenas se haya
reunido una cantidad apreciable de remolacha arran-
cada, limpia y descollada, se deberán formar monto-
nes bien distribuidos por la tierra, dejando suficiente
distancia entre ellos, para que puedan circular los
carros que han de transportarla. Estos montones
deben ser de las mayores dimensiones posibles y
deben cubrirse bien con las mismas hojas de la plan-
ta, para evitar la desecación y la descomposición
de la raíz, que ocasionan una importante pérdida de
peso; cuando los montones no se cubren, si son pe-
queños y hace aún calor, llega a perderse en quince
días hasta el 20 por 100 del peso de las raíces, pérdi-
da muy sensible y que a nadie aprovecha; pues} por
un lado, la remolacha no gana en azúcar, sino que,
en el caso más favorable, conserva tan sólo su ante-
rior riqueza, disminuyendo ésta la mayor parte de
las veces, y por otro, el agricultor se perjudica con la
pérdida de una parte tan importante de su cosecha.
Il
Remolacha azucarera cultivada de secano.
Antecedentes.r-íú cultivo de la remolacha azuca-
rera de regadío es actualmente el que ocupa en Es-
pafia la casi totalidad del área de terreno dedicada a
esta producción; pues sólo en pequeñas extensiones
del norte y noroeste de la Península se cultiva sin
riego, por ser las lluvias allí muy abundantes. Pero,
precisamente en esas regiones, salvo algún caso
excepcional, el cultivo no ha adquirido preponderan-
cia, por causas muy complejas. Es, pues, en el mo-
mento, como lo ha sido antes, el cultivo de la remo-
lacha azucarera patrimonio de las vegas de regadío
de la mayor parte de las comarcas de España.
Pero desde que se comenzó a propagar el sistema
seguido en el cultivo de las tierras secas del oeste
americano, que se conoce bajo el nombre de Dry-
Farming, se reparó en que toda la meseta central
de España estaba dentro de la zona que se compren-
día como la de dicho sistema o modo de cultivo.
Ha habido, y hay, quien dice que esto no era una
novedad en nuestro país; pues, por el principio de la
adaptación al medio, se practicaba aquí, desde largo
tiempo hacía, lo que venía de fuera como un descu-
brimiento. Mirando las cosas imparcialmente, hay
que reconocer que no era esto cierto, y que de fuera
nos ha venido lo que aquí, no sólo no habíamos re-
parado, sino, peor aún, 10 que hubiéramos abando-
- 27 -
nado por malo, entregándonos a un disparatado sis-
tema, debido a propagandas equivocadas de lo que
se hacía en países vecinos al nuestro, pero cuyo cli-
ma era completamente distinto. Una vez conocido el
modo de almacenar el agua en el seno de lá tierra,
para que no pasara a la atmósfera más que por con-
ducto de la planta (que a esto se reduce cuanto debe
hacerse en los climas secos para obtener buenas co-
sechas), fácil es averiguar, dado lo que en cada co-
marca llueve, hasta dónde podría aprovecharse el
agua caída y a qué cultivos podría aplicarse este
agua, de tal modo que resultaran cosechas remune-
radoras, teniendo muy en cuenta que la facultad de
retener el agua en la tierra depende de su constitu-
ción física, de su profundidad y de su continuidad.
Condiciones previas. - Dentro de la denominada
región de secano] hay zonas en que llueve más que
en otras; en todas ellas, con tal de que el agua caída
pase de una altura de 300 milímetros, es seguro el
éxito del cultivo cereal, si se cumplen otras condicio-
nes que este cultivo requiere; pero no 10 es el de
ciertas plantas más exigentes en agua, ya sea por el
desarrollo que han de adquirir, o ya por la época en
que han de permanecer en el suelo. Entre estas plan-
tas se encuentra la remolacha azucarera, que para
que su producción sea posible han de darse las si-
guientes circunstancias:
1. Lluvia anual mínima de 400 milímetros.
2. Tierra de consistencia media, continua y de
1,75 metros de profundidad mínima.
Las experiencias que hemos realizado en el cam-
po de ensayos, yen el grancultivo de esta zona, en
que la lluvia media anual es de 408 milímetros, nos
ha permitido llegar a la conclusión de que, con las
condiciones expuestas y un tratamiento apropiado,
es seguro el resultado de la remolacha azucarera en
-28-
secano, bien entendido que el resultado de un cultivo
no debe ser otro que el rendimiento económico; es
decir, que el beneficio que el agricultor obtenga.
Relldimiolfo.-Por este motivo, no importa, y no
se trata de que la cosecha en secano sea tan grande
como en regadío, sino de que su importe supere a
otra cosecha que se pudiera obtener en la misma tie-
rra de secano, en cuyo caso resultará más favorable.
Un ejemplo aclara este concepto.
En una hectárea de regadío se han obtenido 25
toneladas de remolacha, que han valido, a 80 pesetas
una, más el valor det cuello y hojas, 2.150 pesetas, y
como se han gastado 1.600, se han ganado 550 pese-
tas. Es decir, el 35 por 100del capital de explotación
invertido. "
En una hectárea de secano se han obtenido 27 fa-
negas de trigo, equivalentes a 1.188 kilos de grano,
que, a 47 pesetas los 100 kilos, o sea a 82 reales fa-
nega} importa, con la paja y rastrojera, 590 pesetas.
Esto .es, en tiempo normal y en nuestra comarca,
una buena producción por hectárea. Se han gasta-
do 500 pesetas y se ha obtenido un beneficio de 90 pe:
setas, que es el 18 por 100 del capital invertido en
la explotación.
En estos tiempos sólo puede obtenerse este bene-
ficio en tierras como la puesta por ejemplo: de fondo
fresco y muy fértil, pues en las tierras ordinarias no
se puede asegurar que el agricultor pueela realizar
ganancias en el cultivo del trigo.
Una hectárea de esa misma tierra se siembra "de
remolacha y produce 10 toneladas, casi la tercera
parte que en regadío, que, a 80 pesetas, valen, con el
aprovechamiento de la rastrojera, 860 pesetas. El
gasto ha sido mayor que para producir el trigo, por-
que las operaciones de cultivo importan algo más, la
recolección cuesta lo mismo, y la semilla igual, apli-
-29-
cándose la diferencia a la mayor cantidad de abono,
calculándose entotal en 580 pesetas.
Beneficios.-Resulta así un beneficio de 2S0 pese-
tas, o sea el 48 por 100 del capital invertido. .
Es decir, que con una producción de remolacha
mucho menor que en regadío, se obtiene un beneficio
relativo al capital invertido mayor que aquél, y muo
cho mayor que al invertido en la producción de trigo
de secano con una cosecha bastante regular. Si bus-
camos la equivalencia en beneficios con respecto al
trigo, resultaría que, para que el de la remolacha, a
razón de 10 toneladas por hectárea, fuera igual que
el del trigo, se necesitaría que éste produjera 1.500
kilog-ramos, equivalentes a 34 y media fanegas; pro-
ducción media ya muy elevada, pero posible en bue-
nas tierras bien labradas.
Esto quiere decir, en fin, que el cultivo de la re-
molacha en secano puede ser altamente remunera-
dor, aunque la cosecha no sea grande, gracias al
buen precio a que pagan las fábricas la raíz, y que
no siendo precisa una gran cosecha para obtener un
buen beneficio, es posible esperar de este cultivo
gran utilidad para el país en general, y para los cul-
ti vadores en particular.
Como es facilísimo cultivar la remolacha azuca-
rera de secano, todo agricultor cuidadoso y sensato
debe probar su cultivo, porque, como ya hemos dicho
al principio de estas instrucciones, las ventajas que
con él se consiguen serán muy difícilmente igualadas
por otro.
Tan 'fácil es este cultivo, según acabamos de de-
cir, que las instrucciones para seguirlo con toda mi-
nuciosidad y cuidado se especifican en muy pocas
palabras, y son éstas las siguientes:
-30-
ELECCIÓS DEL TERRE~O
Ya se ha dicho que para producir la remolacha en
secano, se necesita disponer de tierra de fondo, de
tierra cuya profundidad no sea menor de 1,75metros,
y cuanto más profunda sea, mayor garantía habrá de
obtener buena cosecha. La tierra debe ser, como
también se ha dicho, de consistencia media en sus
variedades de un poco más fuerte o arcillosa, o un
poco más suelta o arcillosa-silícea. Las tierras alcali-
nas, es decir, las calizas en exceso, y, sobre todo las
selenitosas, las que contienen mucho yeso) son muy
inconvenientes para este objeto.
CLIMA
Lo dicho para la remolacha de regadío es perfec-
tamente aplicable a la de secano, debiendo hacer no-
tar que es, además, condición obligada que llueva.
400 milímetros, como mínimo, al año.
ALTERNATIVA
La remolacha en secano debe cultivarse sobre
barbecho; es éste el modo de reunir el agua de dos
años para aplicarla a una sola cosecha; lo mismo que
la remolacha de secano, se cultiva en la meseta cen-
tral, y en otras zonas, el trigo y la cebada, es decir,
de afio y vez) y así es como, tanto estas cosechas
como la primera, pueden garantizarse.
Dentro de este molde general de que a la remola-
cha preceda el barbecho, puede seguirse con certeza
de éxito la siguiente alternativa:
Primer año: barbecho.
Segundo afio: remolacka asucarera.
Tercer año: trigo.
...
- 31 -
El trigo sobre la remolacha abonada se da bien
siempre, y como la condición principal para obtener
producto es que se disponga de humedad, si el terre-
no es de fondo, 10 habrá para este cereal.
PI{EPARAClÓ:-< DEL TERRE~O
El año que antecede a la siembra de remolacha,
o sea el de barbecho. se dará a la tierra una buena
labor profunda en el invierno, después que hayan
ocurrido las precipitaciones (lluvias) otoñales. Si ha
sido posible dar una labor superficial en el verano o
a principios de otoño, será una ventaja para dar más
fácilmente la labor de invierno y para que las lluvias
hayan podido calar la tierra,' es decir, para que el
agua haya descendido a las capas más profundas.
Después de esta labor profunda y yunta, es decir,
tomando poca tierra con el arado de vertedera, se
dará una labor de grada siempre que haya llovido y
al empezarse a formar la costra. Si naciera hierba a
pesar de las labores de grada, se dará uno o dos pa-
ses de cultivador o de arado cuatrisurco, y así se pa-
sará el año de barbecho, gradeando y labrando muy
superficialmente después de las lluvias y cuando
haya hierba.
Antes de sembrar la remolacha, se dará una labor
de profundidad media por el mes de diciembre o de
enero, seguida de pase de grada, y se darán los gra-
deos necesarios, y un pase de rastra, para conseguir
que quede perfectamente desmenuzada la capa su-
perficial.
SIEMBRA
Debe practícarse esta operación desde principios
de febrero; es decir, antes de las lluvias deprimave-
ra. Habiendo pulverizado bien la tierra, la humedad
- 32 _o
se encuentra a uno o dos centímetros de la superfi-
cie, y como a esta profundidad es a la que hay que
hacer la siembra, se encontrará la semilla en un me-
dio húmedo. Si al sembrarse se comprime la tierra,
de igual modo que se ha dicho al tratar de la remo-
lacha de regadío, el agua asciende por capilaridad, y
la semilla sigue percibiendo la humedad que necesi-
ta, y que será aumentada con las lluvias de prima-
vera, germinando entonces a favor de la temperatu-
ra en esta época.
La siembra se verifica como en regadío, a mano
o a máquina; pero en el cultivo de secano no hay que
formar los caballones, y se hace la siembra en llano
y a campo abierto.
Distancias entre lineas»- La diferencia esencial
entre la siembra de secano y la de regadío estriba
en que en secano las líneas deben estar distanciadas
90 centímetros, mientras que en regadío ya se ha di·
cho que deben estar a 35 centímetros. De esta maneo
ra resulta que en secano se tiene, aproximadamente,
el 40 por 100de las plantas que en regadío; es decir,
unas 38.000 plantas por hectárea teóricamente, mien·
tras que en regadío corresponden a la hectárea unas
96.000 plantas.
El menor número de plantas tiene por objeto que
cada una tenga un radio de absorción suficiente para
que encuentre humedad con que surtir a sus necesi-
dades. La distancia de 90 centímetros entre líneas
tiene el objeto de que resulte el número expresado
de plantas, y el de que se puedan dar labores entre
las lineas con máquinas o aparatos tirados por una
caballería.
Cantidad de semüla.s-L« cantidad de semilla que
se usa es de 10 a 15 kilos por hectárea sembrando en
líneas, que es el modo que se aconseja. .
-33-
CUID,\DOS DEL CULTIVO
Mientras nace la planta y se desarrolla en su pri-
mera edad, los cuidados de cultivo se reducen a pa-
sar entre las líneas un cuerpo de grada o una cuchi-
lla horizontal, que rompe la costra y evita nazcan las
malas hierbas después de cada lluvia, y si no llueve,
dos o tres veces hasta que llegue la época del des-
mate.
DESl\L\TE
Esta operación se ejecuta 10 mismo que en rega-
dío, y por esta razón nada añadimos a 10 dicho.
LABORES
Deben darse dos con el cultivador, con objeto de
ahuecar un poco la tierra de la superficie y, además,
todos los gradeos entre líneas que se crean necesa-
rios. A mano no se hace en el cultivo de secano más
operación que la del desmate y una escarda en las
líneas, que es sencillísima, si se ve que hace falta,
en julio o agosto. .
ABONOS
Ya se ha dicho, al tratar de la remolacha de re-
gadío, cómo debe abonarse y en qué cantidad.
Las variaciones que deben hacerse en secano de-
penden exclusivamente de la cantidad de cosecha,
que no debe calcularse sea mayor que la mitad, así
es que deberán añadirse a la hectárea 200 a 250 kilos
de superfosfato, y 75 a 125 kilos de sulfato o .poli sal
de potasa, y, en su defecto, 300 a 400 kilos de ceniza.
El nitrato de sosa no es muy necesario, por haberse
favorecido la nitrificación con el barbecho. El es-
tiércol es muy conveniente a razón de 20.000 kilos
por hectárea.
-34-
HECOLECC¡ÓK
En el mes de octubre o en el de noviembre se
procede a arrancar las plantas, lo cual puede hacer-
se, además de como se ha dicho para la remolacha
de regadío, con un arado de vertedera, limpiándola
de tierra y descollandola de igual manera que se ha
explicado para aquélla.
No ha podido ser más breve la descripción de las
operaciones que deben practicarse en el cultivo de
la remolacha de secano. Sembrándola sobre barbe-
cho, en tierras de fondo y con el abono conveniente,puede asegurarse una cosecha media de 10.000 kilos
de raíces por hectárea, cosecha remuneradora en
alto grado.
INDICE
Pli_.
Introducción: Ventajas del cultivo de la remolacha. • . 5
1. Remolacha a~ucarera de regadío: Tierras más apro-
piadas....................................... 8
Clima.. ..•.•..•... •.....•... 8
Alternativa., . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 9
Preparación] del terreno............. . . • • • . . 10
Siembra...... .............•...•..•. 12
. Modo de sembrar.......................... 13
Cnidados del cultivo. . . . . • . . . . . . . . . . . . . . • . . 16
Riego... .........•......•............••.. 18
Abonos.................................... 20
Recolección.. ...•.......•...••....•••... ..• 23
11. Remolacha aJ(.ucarera cultivada de secanO.. . .•• •• . 26
Elección del terreno.. . . . .. .. .. . .. .. . .. .. • .. 30
Clima•.................••.•...•••...... _.. 30
Alternativa.. • . . . . . . . . . . . . . . . • . • . . • • . . . . • • . 30
Preparación del terreno.. .. .. . . . .. .. . . .. .. . 31
Siembra........ .•••...... .••........... ••. 31
Cuidados del cultivo., .. .. .. .. .. . .. .. .. .. .. . 33
Desmate....... •.•.......•. .... ..•.•.... •.. 33
Labores. ..•. ..•.. ..... ..•.•. .•.•..•.... ... 33
Abonos......... ......•.•......•.••.... .. 33
Recolección '.. • . • . • . .. . . . . . • . . • . 34

Continuar navegando

Materiales relacionados

28 pag.
cultivo del cacao

SIN SIGLA

User badge image

William Vera

21 pag.
cultivo del caucho manual completo

Escuela Universidad Nacional

User badge image

Aprendamos todos

4 pag.
pdf_Ferti_Ferti_2001_5_40_43

Vicente Riva Palacio

User badge image

Blanca Arevalo