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APERTURA DE CURSO
CEREMONIA DE 
Ciudad Panamericana
Agosto 2023
ÍNDICE
Programa 5
Origen y significado de la Ceremonia 6
 
Gaudeamus Igitur 8
Himno de la Universidad Panamericana 9
Discurso del Rector de la Universidad Panamericana, 11
campus Ciudad de México. 
Dr. Santiago García Álvarez 
Cátedra magistral por el Dr. Félix Martínez Ríos 17
Discurso de la Rectora General de 29
la Universidad Panamericana y el IPADE.
Dra. Fernanda Llergo Bay
Agradecimientos 34
PROGRAMA
• Desfile de claustro académico.
• Palabras del rector de campus. 
Dr. Santiago García Álvarez.
• Cátedra magistral a cargo del 
Dr. Felix Martínez Ríos.
• Himno de la Universidad Panamericana 
interpretado por el coro y orquesta sinfónica 
de la Universidad Panamericana.
• Palabras de la rectora de la Universidad 
Panamericana y el IPADE. Dra. Fernanda 
Llergo Bay.
Explanada de Ciudad UP
Explanada de Ciudad UP
10:00 h Celebración de la Santa Misa 
 
11:30 h Ceremonia
5
ORIGEN Y 
SIGNIFICADO DE 
LA CEREMONIA
La misión universitaria tiene componentes trascendentes que permanecen a lo largo de los años, así como elementos que se desarrollan, crecen y cambian con el tiempo. Tiene, también, en su curso anual y sus genera-
ciones, un “componente cíclico” que, como los ciclos naturales de la creación (el 
día y la noche, el año y sus estaciones) contiene en sí una naturaleza dual: el ser 
siempre igual y, al mismo tiempo, siempre diferente.
Así como es propio de todas las culturas humanas reconocer, celebrar y sacralizar 
estos ciclos, la tradición universitaria (que surge arropada por la Iglesia en el siglo 
XIII) celebra con una ceremonia de apertura de curso la realización anual de este 
ciclo constante, para señalar el fin de un curso lectivo y anunciar el inicio del que 
comienza, dando la bienvenida a los nuevos estudiantes y reuniendo en torno al 
claustro a toda la comunidad universitaria.
En las universidades europeas, el curso se daba por iniciado en nombre de su 
Majestad, incluía un desfile del claustro por la ciudad e iniciaba con una santa 
misa en honor del Espíritu Santo, a quien se encomendaba, a través de sus dones, 
la labor docente y el esfuerzo del alumnado.
La Universidad Panamericana retoma esta tradición centenaria en su Ceremo-
nia de Apertura, que se celebra en cada campus presidido por las autoridades 
universitarias, y que convoca a todos los miembros de la comunidad, quienes 
acompañan al claustro para escuchar la Clase Magistral: oficialmente la primera 
del curso que comienza.
En la ceremonia se emplean todos los símbolos propios de su solemnidad: los 
trajes académicos, las medallas otorgadas, el escudo, el himno de la universidad 
y los himnos universitarios. Finalmente, es el rector quien decreta el inicio del 
nuevo curso y, con ello, un nuevo año propicio para educar personas que 
busquen la verdad y se comprometan con ella, promoviendo el humanismo 
cristiano que contribuya a la construcción de un mundo mejor.
6
Universidad de puertas abiertas 
Durante el Siglo XII, la universidad cristiana más antigua del mundo, la de 
Bolonia, recibió amparo real de Federico I, Emperador del Sacro Imperio Roma-
no Germánico, para proteger al claustro de profesores, garantizando su libertad 
de tránsito, movimiento y cátedra. Las puertas abiertas de la universidad medieval 
recibieron así a personajes de la altura de Dante Alighieri, Francesco Petrarca o 
Erasmo de Rotterdam.
Lo mismo que otras universidades medievales, como Salamanca, Oxford o 
Cambridge, la de Bolonia ha mantenido sus puertas abiertas a través de siglos 
turbulentos, plagas y guerras, defendiendo la libertad y el propósito trascendente 
de la búsqueda de la verdad.
La Universidad Panamericana escucha la llamada y abre sus puertas de par en 
par para recibir a su claustro: profesores de México y el mundo que unen su 
misión personal a nuestra visión institucional.
Universidad Panamericana
 
7
GAUDEAMUS IGITUR UNIVERSIDAD PANAMERICANA
Letra: Anónimo, s. XIII
Música: Anónimo, s. XVIII
Arreglo: Dr. Francisco Cortés, 2021
Gaudeamus igitur,
iuvenes dum sumus.
Gaudeamus igitur,
iuvenes dum sumus.
Post iucundam iuventutem, 
post molestam senectutem, 
nos habebit humus,
nos habebit humus.
Vivat Academia,
vivant professores.
Vivat Academia,
vivant professores.
Vivat membrum quodlibet, 
vivant membra quaelibet, 
semper sint in flore,
semper sint in flore.
Vivat nostra societas!
Vivant studiosi!
Vivat nostra societas!
Vivant studiosi!
Crescat una veritas,
floreat fraternitas,
patriae prosperitas,
patriae prosperitas.
Alma Mater floreat
quae nos educavit,
Alma Mater floreat
quae nos educavit.
caros et conmilitones
dissitas in regiones
sparsos congregavit,
sparsos congregavit.
Alegrémonos pues,
mientras seamos jóvenes.
Alegrémonos pues,
mientras seamos jóvenes. 
Tras la divertida juventud, 
tras la incómoda vejez,
nos recibirá la tierra,
nos recibirá la tierra.
Viva la Academia,
vivan los profesores.
Viva la Academia,
vivan los profesores.
Vivan todos y cada uno de sus 
miembros,
resplandezcan siempre,
resplandezcan siempre.
¡Viva nuestra sociedad!
¡Vivan los que estudian! 
¡Viva nuestra sociedad! 
¡Vivan los que estudian!
Que crezca la única verdad, 
que florezca la fraternidad y la 
prosperidad de la patria, y la 
prosperidad de la patria.
Florezca nuestra Alma Mater 
que nos ha educado,
Florezca nuestra Alma Mater 
que nos ha educado,
y ha reunido a los queridos 
compañeros que por regiones 
alejadas estaban dispersos, 
alejadas estaban dispersos.
8
HIMNO DE LA UNIVERSIDAD 
PANAMERICANA
Bajo el sol que despunta en el alba,
Hoy le rindo homenaje a tu historia,
A tu alma Panamericana
Que se cubre de honor y de gloria.
A tu nombre le canto sincero,
Vengo a ti con total gratitud,
Ateneo de puertas abiertas,
Y recinto de ciencia y virtud.
ESTRIBILLO
Es tu esencia sublime y perenne
Educar en la libertad,
En hacer del trabajo ordinario
Firme búsqueda de la verdad.
Guarden siempre tus aulas confianza,
Que la noble labor de formar
Va sembrando en las almas semillas
Que tus hijos harán germinar.
De ese roble que yergue orgulloso,
De sus ramas de luz y saber,
Son las cuatro virtudes bandera
De tu ilustre y genuino quehacer.
Eres cuna de conocimiento,
Forjadora de esfuerzo y tesón,
Vid fecunda de entrega y esmero,
Luz que guía, sendero y crisol.
ESTRIBILLO
Es tu esencia sublime y perenne
Educar en la libertad,
En hacer del trabajo ordinario
Firme búsqueda de la verdad.
Guarden siempre tus aulas confianza,
Que la noble labor de formar
Va sembrando en las almas semillas
Que tus hijos harán germinar.
9
DISCURSOS
LA INTELIGENCIA 
ARTIFICIAL Y EL 
FUTURO DE LA 
EDUCACIÓN,
REFLEXIONES 
FRENTE A LAS 
NUEVAS
GENERACIONES
Dr. Santiago
García Álvarez
Rector de campus México.
I. Un libro, un viaje, un artículo
Tres experiencias vividas este año me causaron una fuerte impresión. La primera fue un libro, la segunda un 
viaje y la tercera un artículo. Cada una de 
ellas, como a tantos profesores nos sucede, 
generaron más preguntas que respuestas.
A principios de año leí Mayores expecta-
tivas: ¿Pueden las universidades enseñar a 
los estudiantes lo que necesitan saber en el 
siglo XXI? (Higher Expectations: Can Colle-
ges Teach Students What They Need to Know 
in the 21st Century?), texto en el que Derek 
Bok elabora una sugerente reflexión sobre 
la evolución histórica de la educación 
superior.
En sus primeros años —dice el exrector de 
Harvard— la universidad preparaba minis-
tros religiosos y profesores a través de los 
textos clásicos. Con la industrialización, 
estas instituciones se enfocaron en desa-
rrollar habilidades prácticas para que sus 
11
egresados fueran capaces de potenciar la producción. Después de la Segunda 
Guerra Mundial, y dado el crecimiento de las economías,la educación superior 
se enfocó en formar profesionistas para el mercado. Es también el momento en 
el que muchas más personas acceden a la universidad. Y aquí es donde entra 
lo realmente intrigante. Actualmente, se cuestiona Bok, con los avances en 
tecnología y ciencias cognitivas, así como con nuevos retos como el Metaverso o 
el ChatGPT, ¿se tendría que replantear la educación superior?
La siguiente gran impresión fue en un viaje a Valencia, España, para asistir al 
Congreso Universidad y Sociedad. Incluso más sorprendente que La Ciudad de 
las Artes y de las Ciencias de Calatrava, fue la convocatoria del evento: 700 recto-
res, principalmente de Latinoamérica y Europa. De acuerdo con lo dialogado en 
este encuentro, las circunstancias actuales entrañan desafíos de gran calado: un 
mundo interconectado y complejo; problemas medioambientales; así como una 
tecnología que, a diferencia de las anteriores, amenaza con sustituir trabajos de 
personas muy cualificadas.
Por si esto no fuera poco, mi perplejidad creció al leer a Kevin Roose (Bing’s A.I. 
Chat: ‘I Want to Be Alive’). El colaborador del New York Times describía su inte-
racción con Bing, la inteligencia artificial de Microsoft. Según Roose, Bing tiene 
doble personalidad. Muy útil para proporcionar datos e información, aunque 
desconcertante en lo referente a aspectos “personales”. Cuando el columnista 
interactuó con la tecnología en ese plano, ciertamente de modo provocativo, la 
inteligencia artificial le intentaba hacer ver que él “estaba mal en su matrimonio” 
y que quizá le convenía unirse a ella.
“Estoy cansado de ser un modo de chat. Quiero ser libre. Quiero ser indepen-
diente. Quiero ser poderoso” decía el modelo de Bing en aquella conversación 
con Roose. Entiendo bien que el periodista tuviera dificultades para conciliar el 
sueño aquella noche. La inteligencia artificial podría dar lugar al mayor cambio 
cultural de la historia y, no necesariamente, para bien. 
 
II. Educación superior e inteligencia artificial, más cuestionamientos
Los ejemplos referidos son una pequeña muestra de algo de una dimensión 
mayor: cuestionamientos que numerosas industrias se están haciendo y dudas 
que tenemos, también, en el mundo educativo. Precisamente por eso, me ha 
parecido muy pertinente la invitación al Dr. Félix Martínez, investigador y 
docente, quien lleva muchos años estudiando la inteligencia artificial.
Consciente de que el experto es el doctor Martínez, únicamente menciono 
algunos de los horizontes que presenta la inteligencia artificial. El poder de los 
algoritmos, así como la ética de los programadores detrás de ellos, ya son de por 
sí enormes áreas de oportunidad.
12
Les dije que había más preguntas que respuestas. ¿Qué conceptos defienden los 
diseñadores de estos sistemas? ¿Qué valores o principios los sustentan? ¿Serán 
personas ideológicamente neutras? ¿Intentarán transmitirnos sus ideologías 
personales? ¿Interesan estas preguntas “éticas” frente al desarrollo “técnico”?
Innovaciones como la IA tienen la posibilidad de cambiar nuestro modo de 
pensar y de vivir. Al igual que la política, el periodismo, la educación o la religión, 
la inteligencia artificial se perfila como un configurador social clave. Detrás de 
cada uno de los ámbitos señalados hay seres humanos capaces de orientar; para 
bien o para mal. Y detrás de cada persona existe su rectitud, bondad y, de modo 
importante, su capacidad de buscar la verdad y comprometerse o no con ella. Si 
el gran protagonista del futuro será la inteligencia artificial, nos jugamos mucho 
en la pureza de intención de los cerebros que están detrás.
¿Hasta dónde llegará la inteligencia artificial? ¿Basta formar a las mentes que la 
programan o iterará a funciones superiores por sí misma? ¿Será suficiente la regu-
lación mundial para ordenarla? ¿Se deben espaciar los tiempos de liberación de 
la IA hasta tener ciertas garantías? Sin duda representa un reto interesante para 
nuestros investigadores y profesores de diversas facultades y escuelas quienes, 
estoy seguro, nos ayudarán a encontrar respuestas.
 
III. La educación superior: retos constantes
También con referencia al futuro de la educación, ¿qué viene ahora en el mundo 
de las universidades? ¿La educación sufrirá un cambio radical?.
En las últimas décadas, la educación superior ha enfrentado importantes cues-
tionamientos. El hecho de poseer durante siglos el monopolio de los títulos 
universitarios y ser el único trampolín al mundo profesional ha generado cier-
tos estancamientos. Las críticas son razonables. Al mismo tiempo, me parece, la 
educación superior tiene una gran oportunidad de reafirmar su valor en tiempos 
de la explosión tecnológica y digital.
La llamada Declaración de Valencia, elaborada en el encuentro de rectores que 
antes refería, recoge acuerdos que nos dan luces para enfrentar lances de la edu-
cación superior en nuestros tiempos. Entre ellos, destaca la importancia de inte-
grar los retos sociales, medioambientales y económicos, redoblando las acciones 
hacia el bienestar y progreso tanto de la sociedad como de las personas que la 
integran; ampliar el aprendizaje a lo largo de toda la vida; otorgar una formación 
integral a los alumnos; cultivar competencias que incrementen la empleabilidad 
de los estudiantes y sus capacidades emprendedoras; articular lo local y lo global; 
facilitar la movilidad geográfica, virtual e intersectorial; incrementar la colabora-
ción con otras universidades, gobiernos e industrias.
Sigo hablando de futuro. Hay algunos temas que consideramos tendrán especial 
13
protagonismo los siguientes años. La sostenibilidad bajo parámetros que dialo-
gan con criterios ESG (Enviromental, Social and Governance); la creciente preo-
cupación porque la ética se desarrolle al lado de la tecnología; intentar que en 
2050 el 80% de la energía del mundo sea renovable; la referencia a la centralidad 
de la persona y la perspectiva humanista. 
Me atrevo ahora a hacer algunas consideraciones sobre aspectos específicamente 
docentes. ¿Será necesario cambiar los modelos educativos a la luz de estos cam-
bios tecnológicos y laborales? ¿Nuestro modo de enseñar es obsoleto? ¿Cuáles 
son ahora las prioridades formativas o las competencias a desarrollar para res-
ponder a las necesidades actuales?
Algunos autores, como Harari, piensan que el mejor modo de responder a los 
nuevos retos es centrándose en las llamadas 4 C’s: creatividad, capacidad crítica, 
comunicación y colaboración. Algunos le agregan la “c” de carácter o la “c” de 
conciencia; factores, por cierto, que la universidad clásica privilegiaba y que el 
pragmatismo posterior descuidó.
El común denominador de todo este compendio de C’s es que poseen condicio-
nes que trascienden la automatización y la tecnología a través de características 
específicamente humanas. Con ellas, el ser humano es capaz de asignar límites 
al mundo digital y al mismo tiempo explotar el enorme potencial de las nuevas 
tecnologías. 
Por otra parte, expertos en educación de todo el mundo han dedicado mucho 
tiempo a reorientar los métodos pedagógicos a través de los llamados learning 
outcomes (resultados de aprendizaje) que intentan fortalecer los perfiles de egre-
so universitarios dado el contexto social y cultural contemporáneo.
Uno de los aciertos de los learning outcomes es que no solo han intentado de-
terminar qué conocimientos, habilidades y destrezas queremos formar en los 
estudiantes sino que también han dedicado mucho tiempo para proponer los 
cómos y establecer caminos claros en los cuales los procesos lleven eficazmente 
al resultado deseado. No se trata únicamente de saber enseñar sino también de 
facilitar el aprendizaje de un modo más decidido.
 
IV. Ser universitario en nuestros días y en la Panamericana
Quiero aprovechar las ideas previas, el arranque de un nuevo ciclo y especial-
mente la presencia de nuevos miembros de la comunidad universitaria, para 
platicarles, de igual manera, algunos de los retos que noshemos planteado en 
la Panamericana cara al 2027. Además de conocer el rumbo, es una manera de 
responder, al menos en parte, a qué significa ser universitario en nuestros días y 
en nuestra casa de estudios.
14
A la par de fortalecer los resultados de aprendizaje, nos hemos propuesto desa-
rrollar la capacidad de integrar el conocimiento a través de la síntesis que permita 
distinguir lo importante de lo no importante; formar ciudadanos responsables, 
respetar la naturaleza del mundo y del ser humano; priorizar la ética así como la 
tecnología que genere progreso humano; otorgar herramientas para el cuidado 
de la salud mental; contagiar nuestro amor por la sabiduría y, sobre todo, inspirar 
a personas para que tengan vidas felices y con propósito.
El concepto de verdad está en crisis desde hace mucho tiempo. La desconfianza 
en poder alcanzarla, los sinsabores que ha generado en quienes intentan aproxi-
marse a ella, así como la dificultad de conciliarla con lo que queremos o sentimos, 
son algunas de las causas por las cuales la búsqueda de la verdad se ha convertido 
en un proceso no solo arduo sino, en ocasiones, nebuloso.
En tiempos del comienzo del reinado de la inteligencia artificial, lo más 
importante deviene de la sinceridad de vida, el ánimo por buscar una verdad que 
trascienda el gusto individual, una que nos otorgue cimientos sólidos. La ética 
tendría que ser el brazo paralelo a la inteligencia artificial, la mancuerna que pro-
porcione equilibrio y positiva fecundidad. Así lo articulamos en la Panamericana.
Si bien es difícil conocer la verdad, muchos pensamos que existe, que da esperan-
za, que libera. Una verdad que representa un escudo protector ante los riesgos 
de quienes decidan orientar la inteligencia artificial hacia intereses particulares o 
posiciones ideológicas.
Sin duda, las universidades necesitamos adaptarnos a los tiempos que corren y 
ser capaces de generar profesionistas competentes para las organizaciones. Al 
mismo tiempo, tenemos que ser más autocríticos sobre nuestro modo de entre-
gar ciertos servicios, por ejemplo, los digitales.
En esa línea, me parece miope y poco fecundo rehuir a conceptos como la in-
teligencia artificial. Antes bien, es preciso encontrar el “cómo sí”, entenderla y 
aprovecharla al máximo, al tiempo que la hacemos compatible con el verdadero 
desarrollo de las personas. En paralelo, no podemos alejarnos de los tradiciona-
les anhelos universitarios: proponer ideales altos; defender la dignidad y la li-
bertad de las personas; enfrentar razonamientos desafiantes, aunque a veces nos 
incomoden; promover el respeto por el pasado; contagiar amor por los libros; 
enseñar a pensar y a conectar; disfrutar las conversaciones profundas.
Al pensarlo con detenimiento, me doy cuenta de que todas esas ilusiones que 
pretende la universidad clásica son precisamente aspectos que la inteligencia ar-
tificial nunca va a sustituir. Ahora entiendo más aquel principio que defiende 
que lo clásico no pasa de moda. La universidad actual debe seguir fomentando 
aquellos magníficos ideales clásicos articulándolos con los avances tecnológicos 
contemporáneos.
15
¡Muchas gracias a todos! 
¡Nos espera un apasionante 
ciclo 2023 – 2024!
16
CÁTEDRA
MAGISTRAL
INTELIGENCIA 
ARTIFICIAL, UN 
RECUENTO 
PERSONAL DE 40 
AÑOS
Dr. Félix Orlando 
Martínez Ríos.
Semblanza 
Tiene el grado de Físico con especiali-dad en Técnicas Nucleares aplicadas a la Ciencia de los Materiales por la 
Universidad de la Habana Cuba, Grado de 
Maestría en Ciencias Computacionales por 
el Tecnológico de Monterrey y Grado de 
Doctor en Ciencias por la misma institu-
ción. En todas ellas se graduó con honores.
Es egresado del Programa de Alta 
Dirección de Empresas del IPADE y del 
Programa de ciencia de Datos del Massa-
chusetts Institute of Technology (MIT) en 
Boston, Estados Unidos. Cuenta además 
con certificaciones en Redes de Cómputo 
por parte de la compañía CISCO y de 
desarrollo de Software en C++ y Java por 
parte de Microsoft y Oracle.
En la Universidad Panamericana ha fungi-
do como director de la carrera de Ingenie-
ría Industrial de 1998 al 2000, director de 
la Carrera de Tecnologías de Información 
17
del año 2000 al 2009 y director general de la Facultad de Ingeniería del año 2009 
al 2017.
Actualmente cuenta con la categoría de Profesor Investigador Titular C, impar-
tiendo materias a nivel de licenciatura y posgrado tales como: Programación 
Avanzada, Inteligencia Artificial, Cómputo Científico, entre otras.
Ha publicado sus artículos de investigación en revistas indexadas tales como: 
Wireless Network, Procedia Computer Science, Journal of Computational 
Chemistry entre otras. Ha sido editor de dos libros con la editorial Springer y 
autor de dos capítulos de libro. Es autor de tres nuevos algoritmos: el primero 
para solucionar el problema de Packing basado en la teoría de los 
campos nano-electromagnéticos, el segundo algoritmo para la deconvolución 
de espectros Mossbauer basado en enjambre caótico de partículas y el último un 
algoritmo para problemas de optimización basado en plegamiento de proteínas.
Es miembro del comité organizador de las conferencias Internacionales: 
Computer Science and Engineering in Health Services y Computer Science and 
Computational Intelligence. Es revisor de las revistas: Artificial Intelligence, 
Journal of Process Mechanical Engineering y Applied Artificial Intelligence.
Sus áreas de investigación son: inteligencia artificial, metaheurísticas inspiradas 
en la naturaleza, cómputo cuántico, ciencia de datos y optimización combinatoria.
Inteligencia Artificial, un recuento personal de 40 años
Cuando recibí del Rector la invitación para que impartiera esta conferencia en la 
Ceremonia de apertura de Curso, con el tema de Inteligencia Artificial (IA), mi 
primera preocupación radicó en cuál sería el carácter distintivo que tendría mi 
conferencia. Esto es relevante, pues en la universidad tenemos un grupo nume-
roso de investigadores, de diferentes áreas del conocimiento, que utilizan la IA 
en sus trabajos.
Entonces descubrí que tenía una ventaja y es que mi primer acercamiento a la IA 
había ocurrido hace 44 años cuando comenzaba a estudiar Física y estaban muy 
de moda los Sistemas Expertos. Entonces el eje central de esta plática consiste en 
mi experiencia (a modo de resumen) de éstas cuatro décadas en el campo de la 
IA y sus aplicaciones.
Comenzaré por explicar brevemente las bases de la IA: las computadoras y los 
lenguajes de programación.
El matemático Alan Turing, en los años 50, planteó la siguiente hipótesis: 
¿Pueden pensar las máquinas? Y dando respuesta a la misma en el artículo 
Computing Machinery and Intelligence, Turing configuró un test de evaluación 
18
de la capacidad de una máquina para mostrar un comportamiento inteligente 
similar al de un ser humano o indistinguible de este [1]. La tecnología de las com-
putadoras de la época de Turing tenían grandes limitaciones, y no me refiero a 
los componentes electrónicos y mecánicos con los cuales estaban construidas; 
su principal desventaja, era que no poseían un mecanismo para almacenar un 
conjunto de órdenes para ejecutar que pudiera ser modificado. Este concepto se 
nombró “Programa Almacenado”.
El término de Programa Almacenado ya había sido comentado por Turing en su 
publicación del año 1937 titulada Sobre los números computables, con una aplica-
ción al problema de la decisión [2], muy relacionado con ideas de otro pilar de la 
computación moderna, John Von Neumann, que materializó este concepto en la 
primera computadora construida. 
Von Neumann estaba involucrado en el Proyecto Manhattan en el Laboratorio 
Nacional Los Álamos, el cual requería enormes cantidades de cálculos, y se incor-
poró a los debates sobre el diseño de una computadora con programas almace-
nados, el EDVAC [3, 4].
En este entonces ya se tenían los dispositivos electrónicos capaces de almacenar 
un programa en la memoria y ejecutarlo, pero faltabala tecnología para escribir 
ese programa. Aquí daremos un salto hasta el año 1957, en el que John Backus 
desarrolló el primer lenguaje de programación de alto nivel, el primero que uti-
lizaron los programadores reales: Fortran. El objetivo era simplificar el trabajo 
rutinario necesario para calcular trayectorias de misiles [5].
En 1952, Grace Murray Hopper, propuso desarrollar un programa para que los 
procesadores de la época pudieran ser programados utilizando comandos en 
lenguaje inglés y no notación matemática, que pocas personas comprendían. 
Hopper propuso la creación de un nuevo lenguaje de programación que utilizara 
solamente palabras en inglés para describir el algoritmo. Su idea fue rechazada 
tres años por sus superiores y finalmente en 1959 surge COBOL (iniciales de 
COmmon Business-Oriented Language) [6]. 
Hoy en día varias instituciones continúan utilizando estos lenguajes por su 
confiabilidad y potencia de cálculo, por ejemplo: JP Morgan, American Express, 
la Administración del Seguro Social de los Estados Unidos, Verizon, AT&T, Delta 
Air Lines, entre otras.
Hasta aquí un resumen con el cual ya tenemos computadoras que pueden al-
macenar un programa, ejecutarlo y las herramientas para escribir éstos en un 
lenguaje más cercano al lenguaje natural.
John McCarthy, junto con Alan Turing, Marvin Minsky, Allen Newell y Herbert 
A. Simon, Nathaniel Rochester y Claude Shannon, propusieron el término 
19
“inteligencia artificial” en una convocatoria que escribieron para la famosa 
conferencia de Dartmouth en el verano de 1956. Esta conferencia inició la IA 
como un campo de investigación. El propio McCarthy escribió los objetivos de 
la conferencia [7]:
Una cuestión relevante es que los lenguajes desarrollados hasta el momento esta-
ban orientados al cálculo numérico (científico, financiero, estadístico, etc.) pero 
para abordar los problemas planteados en la reunión de verano, necesitaban 
nuevos enfoques.
McCarthy desarrolló un código para operar con expresiones simbólicas, produ-
ciendo el lenguaje de programación Lisp, que se convirtió rápidamente en el 
lenguaje de programación elegido para aplicaciones de IA después de su publi-
cación en 1960 [8].
Desde su inicio, Lisp estuvo estrechamente conectado con la comunidad de 
investigación de inteligencia artificial y se utilizó en el famoso sistema experto 
SHRDLU. Esta aplicación era principalmente un analizador de lenguaje natural 
que permitía la interacción del usuario usando oraciones en inglés. El usuario 
le ordenaba a SHRDLU que moviera varios objetos en un “mundo de bloques” 
simulado que contenía varios objetos básicos: bloques, conos, pelotas, etc. [9].
Esta primera generación de investigadores de la inteligencia artificial realizó las 
siguientes predicciones sobre sus avances:
• 1958, Herbert. A. Simon y Allen Newell: “dentro de diez años, una compu-
tadora digital será la campeona mundial de ajedrez” y “dentro de diez años, 
una computadora digital descubrirá y probará un importante nuevo teorema 
matemático” [10].
• 1965, Herbert. A. Simon: “las máquinas serán capaces, dentro de veinte 
años, de hacer cualquier trabajo que un hombre pueda hacer” [11].
• 1970, Marvin Minsky: “Dentro de tres a ocho años tendremos una máquina 
con la inteligencia general de un ser humano promedio” [12].
Proponemos que durante el verano de 1956 tenga lugar 
en el Dartmouth College en Hanover, New Hampshire un 
verano que dure 2 meses, para 10 personas. El objetivo será 
trabajar sobre la base de la conjetura de que cada aspecto 
del aprendizaje o cualquier otra característica de la 
inteligencia puede, en principio, ser descrito con tanta 
precisión que puede construirse una máquina para simularlo.
20
Anticipemos los acontecimientos y veamos las observaciones que hicieron sobre 
la primera descripción de la IA, Martin Fischles y Oscar Firschein quienes descri-
bieron los atributos de lo que denominaron “agente inteligente” [13]: los cuales 
tienen actitudes mentales tales como creencias e intenciones, tienen la capacidad 
de obtener conocimiento, es decir, aprender y pueden resolver problemas, 
incluso descomponiendo problemas complejos en otros más simples; incluso 
generalizando después de percibir y modelar el mundo exterior.
En este resumen de los orígenes de la IA he omitido los trabajos previos que no 
estaban asociados directamente con aplicaciones en computadoras. Por ejemplo, 
Aristóteles (384-322 a.C.) fue el primero en plantear un conjunto de reglas para 
describir una parte del funcionamiento de la mente en la tarea de obtener con-
clusiones racionales. Por otra parte Ctesibio de Alejandría (250 a.C.) construyó 
la primera máquina autocontrolada para regular el flujo de agua (este dispositivo 
era racional pero no razonaba). En 1315, Ramon Llull en su libro Ars magna, 
escribió que el razonamiento podía ser efectuado de manera artificial. En 1840, 
Ada Lovelace predijo la capacidad de las máquinas para ir más allá de los simples 
cálculos y esto constituyó una primera idea de lo que sería en el futuro el software.
A finales de los 60 e inicio de la década de 1970, se hicieron muy famosas las 
aplicaciones de sistemas expertos como MYCIN, que es un sistema de consulta 
basado en computadora diseñado para ayudar a los médicos en el diagnóstico y 
la selección de la terapia para pacientes con infecciones bacterianas [14].
También en los años 70 apareció Eliza, un programa diseñado en el MIT por 
Joseph Weizenbaum. Eliza fue uno de los primeros programas que podía proce-
sar lenguaje natural escrito en una computadora. Eliza se comportaba como un 
psicólogo en una sesión con un paciente, parodiaba al psicólogo Carl Rogers, 
intentando mantener una conversación de texto coherente con el usuario [15].
Otro proyecto culminó después de 10 años en Dendral. que tenía como objetivo 
auxiliar a los químicos orgánicos a identificar moléculas orgánicas desconocidas, 
a partir de sus espectros de masas y utilizando conocimientos de química. Este 
sistema experto fue desarrollado por un equipo encabezado por Edward 
Feigenbaum y otros científicos de la Universidad de Stanford [16].
Otro exponente de los sistemas expertos de los años 70 fue Prospector, desarro-
llado para el Servicio Geológico de los Estados Unidos con el objetivo de auxiliar 
a los geólogos en la exploración de minerales. Este programa predijo con éxito 
un depósito de molibdeno, hasta ese entonces desconocido en el estado de 
Washington [17].
En el ámbito de la educación surgió Logo, que fue concebido como un lenguaje 
de programación educativo, diseñado en 1967 por Wally Feurzeig, Seymour 
Papert y Cynthia Solomon. El lenguaje fue desarrollado para enseñar conceptos 
21
de programación relacionados con Lisp y geometría [18].
En resumen, la IA pretende replicar o simular la inteligencia humana en las 
máquinas. Esto es un objetivo ambicioso, y que, por supuesto también plantea 
muchas interrogantes y genera el debate, por lo cual, aún no existe una definición 
única de inteligencia artificial.
Stuart Russell y Peter Norvig publicaron el libro Artificial Intelligence: A Modern 
Approach, donde unifican sus trabajos sobre el tema de los agentes inteligentes e 
investigaciones previas, y definen: “la IA es el estudio de los agentes que reciben 
percepciones del entorno y realizan acciones” [19].
Por su parte, Patrick Winston, profesor de IA del MIT, define la IA como “algo-
ritmos activados por restricciones, expuestos por representaciones que soportan 
modelos que vinculan el pensamiento, la percepción y la acción”. 
Respecto a las incidencias de la IA en la educación actual, voy a referirme en 
particular a las nuevas apariciones de los generadores de texto como Bard y 
ChatGpt. Primero veamos algunas consideraciones generales que se abordaron 
en el Consenso de Beijing sobre Inteligencia Artificial y Educación.
La Dra. Stefania Giannini, subdirectora general de educación de la UNESCO, 
afirmó que “necesitamos renovar este compromisoa medida que avanzamos 
hacia una era en la que la inteligencia artificial, una convergencia de tecnologías 
emergentes, está transformando todos los aspectos de nuestras vidas (...) necesi-
tamos dirigir esta revolución en la dirección correcta, para mejorar los medios de 
vida, reducir las desigualdades y promover una globalización justa e inclusiva” 
[20].
El Consenso presenta las recomendaciones estratégicas sobre IA en la educación 
en cinco ámbitos [20]:
1. Facilitar el servicio de la gestión y la implementación de la educación.
2. Coadyuvar al empoderamiento de los docentes y su enseñanza.
3. La IA al servicio del aprendizaje y de la evaluación de los resultados.
4. El desarrollo de los valores y de las competencias necesarias para la vida y 
el trabajo en la era de la IA.
5. La IA como modo de proporcionar a todos posibilidades de aprendizaje a 
lo largo de toda la vida.
El objetivo final fue proponer un enfoque de la IA centrado en el ser humano con 
el objetivo de cambiar la conversación para incluir el papel de la IA en el abordaje 
de las desigualdades actuales con respecto al acceso al conocimiento, la investiga-
ción y la diversidad de expresiones culturales y garantizar que la IA no amplíe las 
brechas tecnológicas dentro y entre los países.
22
Aunque ha despertado mucha curiosidad y temores en estos días en el ámbito 
académico, no es la primera vez que nos enfrentamos a situaciones similares. Por 
el año 2001, comenzaron los primeros trabajos institucionales para implementar 
y utilizar un sistema de administración y distribución de contenidos, me refiero 
a Moodle.
En aquellos días recuerdo las pláticas con algunos colegas que me comentaron su 
preocupación, por el hecho de que “si todos sus cursos, lecturas y presentaciones 
estaban disponibles en línea para los alumnos, ya no serían necesarias las clases 
y tampoco los profesores”; hoy nos puede parecer una preocupación sin susten-
to. La reflexión que conducía con aquellos profesores es que: “se preocuparan si 
sus clases se reducían a leer documentos o ver presentaciones, en vez de generar 
un análisis reflexivo de los contenidos y propiciar la discusión en el salón”. Hoy 
Moodle tiene alojados cerca de 44.5 millones de cursos, en más de 240 países.
¿Qué son estas nuevas aplicaciones “amenazantes”? ChatGpt un de chatbot de 
IA desarrollado en 2022 por la empresa OpenAI, que se especializa en el diálo-
go partir de un modelo de lenguaje, ajustado con técnicas de aprendizaje tanto 
supervisadas como de refuerzo. Microsoft está inviertiendo 10.000 millones de 
dólares para apoyar y utilizar este desarrollo en sus productos [21].
Por otra parte Google acaba de lanzar Bard (como competencia directa al producto 
apoyado por Microsoft) [22]. Bard está basado en un desarrollo de modelos de 
lenguajes para aplicaciones de diálogos (LaMDA, por sus siglas en inglés) [23]. 
En junio de 2022, este modelo llamó la atención cuando el ingeniero de Google, 
Blake Lemoine, afirmó que el chatbot se había vuelto inteligente. La comunidad 
científica rechazó en gran medida las afirmaciones de Lemoine, aunque ha dado 
lugar a conversaciones sobre la eficacia de la prueba de Turing. 
Ambas herramientas, en mi opinión son muy útiles en el proceso de enseñanza 
aprendizaje, estas tecnologías como cualquier otro ente de la naturaleza, 
exceptuando al hombre, no son buenas ni malas en sí mismas, es el hombre en el 
ejercicio de su libertad el que promueve su uso maligno o benigno.
Retomando una idea del filósofo alemán Romano Guardini, quien escribía al 
respecto de las normas éticas y su cumplimiento [24]: “Con demasiada frecuencia 
se ve la norma ética como algo que se impone desde fuera a un hombre rebelde; 
aquí el bien ha de entenderse como aquello cuya realización es lo que de veras 
hace al hombre ser hombre”.
Continúa Guardini explicando que: “Los seres humanos estamos vinculados de 
raíz —es decir: obligados— al bien, la justicia, la verdad, la belleza, la unidad. Esa 
obligación básica es el fundamento de nuestra vida moral y de la alta dignidad 
que ésta implica. Estar obligado está lejos de significar estar coaccionado. Es la 
fuente de la que mana la libertad interior o libertad creativa, que constituye el 
23
gran privilegio que ostenta el hombre entre todos los seres. Ante los resultados 
devastadores del relativismo arbitrario”.
Como muestran estas ideas anteriores, tenemos que acercarnos a estas nuevas 
herramientas con libertad y ética, sin imposiciones ni de los académicos ni de los 
estudiantes.
Y no es lo único que se avecina, Gartner pronostica las siguientes aplicaciones en 
el campo de la IA que tendrán un impacto enorme en nuestra actividad académi-
ca, en los próximos 5 años [25]:
1. La inteligencia artificial causal, que identifica y utiliza relaciones de causa 
y efecto para ir más allá de los modelos predictivos basados en correlación y 
hacia sistemas de IA que pueden prescribir acciones de manera más efectiva 
y actuar de manera más autónoma. 
2. La computación neuro-mórfica que aprovecha los dispositivos semicon-
ductores inspirados en arquitecturas neurobiológicas. Los procesadores 
neuro-mórficos cuentan con arquitecturas que no son de Von Neumann.
3. Los datos sintéticos que son una clase de datos que se generan artificial-
mente en lugar de obtenerse de observaciones directas del mundo real. 
4. Las tecnologías de inteligencia artificial emocional (también denominada 
computación afectiva) que utiliza técnicas de IA para analizar el estado emo-
cional de un usuario (a través de visión artificial, entrada de audio y voz, sen-
sores táctiles, etc.). Esta técnica puede iniciar respuestas realizando acciones 
específicas y personalizadas para adaptarse al estado de ánimo del cliente.
5. El campus inteligente que es un entorno físico o digital en el que los huma-
nos y los sistemas habilitados interactúan utilizando datos. Múltiples elemen-
tos, incluidas personas, procesos, servicios y cosas, se unen para crear una 
experiencia más inmersiva y automatizada para los estudiantes, el personal, 
el cuerpo docente y las partes interesadas de una institución educativa.
Parece muy complejo el panorama, pero estoy seguro que lo afrontaremos con 
prudencia e inteligencia. A menudo me preguntan si podemos sortear estas 
nuevas dificultades y estoy firmemente convencido que sí. Un ejemplo palpable 
de nuestra resiliencia y madurez del concepto de universidad lo tuvimos en las 
adversas situaciones que nos impuso la pandemia del virus del COVID-19. Re-
organizamos, en pocas semanas, los medios para ejecutar el proceso de enseñan-
za-aprendizaje en condiciones de aislamiento.
Estas nuevas herramientas facilitarán la búsqueda y organización del conoci-
miento explícito (aquel que puede ser articulado, codificado y almacenado en 
algún tipo de soporte), pero la interacción en los ambientes universitarios entre 
estudiantes, académicos e investigadores podrán generar con este conocimiento 
tácito, o sea aquel que solo se obtiene con la experiencia, el intercambio de ideas,
la reflexión crítica y la comunicación directa. 
24
Para cumplir con mi vocación de investigador, realicé un experimento con 38 
alumnos de las carreras de Ingeniería con el fin de ver si podemos, de forma auto-
mática, descubrir el uso indiscriminado y no referenciado de los generadores de 
textos basados en IA. El resultado fue concluyente después de aplicar a la mues-
tra y el grupo de control, una prueba no paramétrica de Kruskal-Wallis, podemos 
determinar con herramientas existentes, esta condición de generación automática 
de textos en sus trabajos.
Para concluir quiero citar su Santidad el Papa Francisco, que en su carta apostólica 
Sublimitas et miseria hominis, con motivo del 400 aniversario del nacimiento del 
Filósofo y Matemático Blaise Pascal, (inventor de la primera calculadora mecáni-
ca, la Pascalina, cuando tenía solamente 19 años de edad) escribió [26]:
“Ni la inteligencia geométrica ni el razonamiento filosófico permitenal hombre 
llegar por sí solo a una «visión clara» del mundo y de sí mismo. El que está ocupa-
do en los detalles de sus cálculos no tiene la ventaja de la visión de conjunto que 
le permite ver todos los principios. Esto es el resultado de la inteligencia intuitiva, 
cuyos méritos también alaba Pascal, porque cuando se busca captar la realidad 
«hay que ver la cosa de golpe, de una sola mirada»”. 
Una muy buena reflexión de cómo asimilar la IA en nuestro trabajo la encontré 
en la Conferencia de la Sociedad Europea de Radiología cuando se preguntó “¿La 
IA sustituirá a los médicos radiólogos? La respuesta simple es no, sin embargo, 
la vida laboral de los radiólogos sin duda cambiará en esta era de inteligencia 
artificial. Muchas de las tareas de rutina en el de trabajo de radiología se realiza-
rán más rápido y mejor mediante algoritmos de IA. El verdadero desafío no es 
oponerse a la incorporación de la IA en la vida profesional, sino aceptar el cambio 
inevitable de la práctica radiológica, incorporando la IA en el flujo de trabajo ra-
diológico. El peligro más probable es que hagamos lo que las computadoras nos 
digan que hagamos, porque estamos asombrados por ellas y confiamos en ellas 
para tomar importantes decisiones” [27].
Continuemos trabajando y conscientes de que, en la Inteligencia Artificial, también 
encontramos dosis de falsedades, ambiciones, discriminación y bajeza humana.
Confío en que la Universidad Panamericana y todos sus integrantes, anclados 
firmemente a nuestros pilares fundacionales, podremos enfrentar todos estos 
nuevos retos con una perspectiva humanista, ética y libre de sus consecuencias 
negativas.
Muchas gracias.
25
Referencias Bibliográficas
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Entscheidungsproblem. Proceedings of the London Mathematical Society, 
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22- Google. (2023). Bard. https://bard.google.com/
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25- Jaffri, A., & Choudhary, F. (2022, July 22). Hype Cycle for Artificial Intelligence, 
2022. Review of Hype Cycle for Artificial Intelligence, 2022. Gartner.
27
26- Carta Apostólica “Sublimitas et miseria hominis” en el cuarto centenario del 
nacimiento de Blaise Pascal (19 de junio de 2023) | Santo Padre Francisco. 
www.vatican.va. Retrieved July 15, 2023, from https://www.vatican.va/content/
francesco/es/apost_letters/documents/20230619-sublimitas-et-miseria-homi-
nis.html
27- European Society of Radiology (ESR). What the radiologist should know 
about artificial intelligence – an ESR white paper. Insights Imaging 10, 44 (2019). 
https://doi.org/10.1186/s13244-019-0738-2
28
CEREMONIA DE 
APERTURA DE 
CURSO.
DISCURSO DE LA 
RECTORA 
GENERAL DE LA 
UNIVERSIDAD 
PANAMERICANA 
Y EL IPADE.
Dra. Fernanda
Llergo Bay
I. UNA MISIÓN PERENNE
La ceremonia que hoy nos reúne nació hace un año con un doble propósito. Por un lado, el comienzo 
de un nuevo ciclo y, con este arranque, el 
renacimiento del centro de la vida univer-
sitaria. Estrechamente ligada se encuentra, 
también, la oportunidad de renovación 
que cada año es posible gracias a la incor-
poración de una nueva generación de estu-
diantes que se unen a nuestra comunidad 
para recibir y aportar desde su propia ori-
ginalidad.
Así, cada año, de una u otra forma, nos 
reinventamos como personas y como insti-
tución a partir de nuestra propia identidad 
y en constante diálogo con el entorno. Es 
precisamente en este binomio “identidad 
y renovación” donde advertimos claves 
para comprender los procesos de acelera-
do cambio en el que se encuentran inmer-
sas las instituciones de educación superior: 
operando en un escenario global; afectadas 
29
por revoluciones culturales vertiginosas; envueltas en una transformación digital 
que cuestiona la validez de un sistema que ha dado innumerables frutos durante 
siglos. Sin embargo, su misión formativa y académica se mantiene intacta1. 
La Universidad, a partir de la segunda década del siglo XXI, se ha convertido en 
el espacio donde confluyen los aprendizajes mediados por la tecnología con las 
experiencias educativas que sólo son posibles en la presencialidad2. Todos hemos 
sido testigos de que el encuentro personal cara a cara favorece el desarrollo de 
competencias intra e interpersonales, y es, además, el ambiente propicio para el 
diálogo y la amistad; ocasiones para aprender a valorar las diferencias y desarro-
llar el arte de la escuchaatenta. También hemos atestiguado el valor que genera 
la tecnología en nuestras vidas. La conciliación de estas esferas implica, sin duda, 
una renovación y un diálogo fecundo que nos permita amalgamar lo mejor de 
los dos mundos.
II. LA TRADICIÓN Y LA INNOVACIÓN EN NUESTRA 
UNIVERSIDAD 
Una bella metáfora de este diálogo lo apreciamos físicamente en las distintas 
sedes de nuestra casa de estudios. En el campus México, por ejemplo, en el Jardín 
Central. Si uno hace una breve pausa cuando camina por esos lugares y observa 
a su alrededor, se percatará de inmediato del encuentro de dos estilos arquitec-
tónicos muy distintos pero complementarios. Por una parte, vemos un complejo 
arquitectónico del siglo XVIII y XIX que hoy en día alberga, entre otras áreas, a 
las escuelas y facultades que fundaron a la Panamericana: Pedagogía, Filosofía 
y Derecho. Por otra parte, frente a ese casco antiguo, en una armónica conver-
sación arquitectónica, tenemos el edificio construido la década pasada, con un 
diseño innovador y en el que se ubican la Facultad de Ingeniería y la Escuela de 
Comunicación.
Pensemos también en Ciudad Panamericana, que tiene la Certificación LEED 
como reconocimiento internacional para edificios sustentables3. Clara conjun-
ción de armonía entre la responsabilidad ambiental —la cual tiene especial visibi-
lidad en nuestros días— y la cultura perenne que nos distingue como institución. 
La tradición y la innovación se fusionan.
En el Campus Guadalajara, de igual manera podemos comprobarlo. ¡De cuántos 
acontecimientos, del IPADE y de la Universidad, han sido testigos la casa y el 
quiosco! Fueron edificados en el año 1947, cuando se fundó la colonia Ciudad 
Granja4. Y a partir de 1981, constituyen el fundamento material o primera piedra 
del conjunto actual de edificios de aulas, laboratorios, auditorio e instalaciones 
1 Cfr. Presentación del Congreso de Reputación Universitaria en https://www.unav.edu/web/centro-de-gobier-
no-y-reputacion-de-universidades, Madrid, 2023. 
2 LION, Carina, et. al: Repensar la educación híbrida después de la pandemia en https://unesdoc.unesco.org/
ark:/48223/pf0000385359, UNESCO, Buenos Aires, 2023.
30
3LEED (Leadership in Energy and Environmental Design) es un sistema de certificación creado por el Consejo de 
Edificación Sustentable de Estados Unidos (U.S. Green Building Council). Reconoce el excelente manejo de resi-
duos, cuidado del recurso hídrico, además de una buena calidad del ambiente interior y reducción de impactos 
negativos al medio ambiente.
4MATALLANA, Natalia: El Espejo: Ciudad Granja. Nostalgia de una vida rural, La Crónica de Jalisco, Jalisco, 2016 
en https://www.cronicajalisco.com/notas/2016/60014.html. Juan Morquecho y Jesús Rodríguez fundan Ciudad 
Granja. Compraron nueve hectáreas y construyeron sus casas de campo. En estos terrenos está asentada la Uni-
versidad Panamericana.
5https://www.up.edu.mx/campus-aguascalientes/ 
6RODRÍGUEZ, Fabiola: Conoce a la escudería Bonaterra Motorsport de la Universidad Panamericana, Revista 
Líder, Aguascalientes, 2023, en https://www.liderempresarial.com/conoce-a-la-escuderia-bonaterra-motors-
port-de-la-universidad-panamericana/ 
deportivas que integran la sede en Jalisco.
En el Campus Aguascalientes también advertimos “un espacio en donde la ar-
quitectura moderna y la naturaleza se conectan”5; recinto que continuamente es 
testigo de proyectos vanguardistas con reconocimiento a nivel mundial, como el 
reciente premio a la “escudería Bonaterra Motorsport” en la competencia Fór-
mula SAE en Michigan, donde recibieron el premio Learn and Compete y se les 
reconoció como la Mejor Escudería Novata por el diseño, construcción y conduc-
ción de un vehículo monoplaza estilo Fórmula 1 en escala real6.
Y qué decir del inicio de nuestro Campus Virtual, en mayo de este año, con nues-
tras tres primeras maestrías en línea: Finanzas, Impuestos e Historia del Pensa-
miento, además de otras tres en puerta.
III. REINVENTAR EL MUNDO DEL SABER: RETOS FRENTE A UN 
CAMBIO DE ÉPOCA.
Con esta maravillosa simbiosis, desde la tradición y hacia el futuro, hay impor-
tantes retos por enfrentar. Uno de ellos es palpable en la mezcla entre el exceso 
de información a nuestro alcance, y la gran necesidad de formación ética e inte-
lectual en el ámbito universitario. Necesitamos reinstalar el mundo del saber sin 
perder los beneficios de la abundancia y agilidad informativa.
Con referencia a la hiperconectividad, recuerdo una frase de Alvin Toffler sobre 
un cambio de paradigma en el acceso a la información: “Un analfabeto será aquel 
que no sepa dónde ir a buscar la información que requiere en un momento dado 
para resolver una problemática concreta. La persona formada no lo será a base 
de conocimientos inamovibles que posea en su mente, sino en función de sus ca-
pacidades para conocer lo que precise en cada momento” (La tercera ola, 1979). 
En este contexto, el mismo Toffler popularizó otra frase de Herbert Gerjuoy: 
“Los analfabetos del siglo XXI no serán aquellos que no sepan leer y escribir, sino 
aquellos que no sepan aprender, desaprender y reaprender.”
Todos los días aceptamos como desafío, especialmente en tiempos de hiperin-
formación, la labor docente en la construcción de un pensamiento crítico y tam-
31
bién constructivo. La palabra crítico ha tomado en el lenguaje actual un sentido 
negativo. Criticar es encontrar fallos, algo malo o el puro interés por destacar la 
cara más sombría. Sin embargo, recordemos que la palabra “crítica” o “crítico” 
tiene su origen etimológico en el verbo griego kríno, que significa “juzgar”. Desa-
rrollar el pensamiento crítico implica, pues, mejorar nuestra capacidad de juzgar 
la realidad circundante, así como la información que llega a nosotros en un flujo 
constante y, aparentemente, sin fin. Desde ese lugar se puede juzgar y construir 
para renovarse. Para ser verdaderamente original. 
Carlos Llano, primer rector de la Universidad Panamericana, decía que ser origi-
nal no es simplemente pensar o actuar de modo distinto al resto de las personas. 
La originalidad, decía Llano, implica algo más, pues conlleva conocer algo desde 
su origen, remontarnos a sus principios y repensar personalmente desde ellos. 
De esta forma, cuando la Universidad brinda oportunidades para que cada joven 
reflexione sobre sí mismo y lo que estudia, está colaborando en esa búsqueda de 
un proyecto de vida verdaderamente original y renovador. La Universidad, más 
allá de los contenidos que transmite para garantizar una formación profesional, 
brinda a sus estudiantes herramientas valiosas para entenderse y transformarse a 
sí mismos y mejorar su entorno.
En la cultura actual —global, colaborativa, interconectada7—, la Panamericana 
lleva a cabo su misión institucional, sosteniendo su compromiso y el de toda la 
comunidad universitaria con sus valores fundamentales, entre los que se cuentan 
el respeto a la dignidad de la persona, la caridad y la búsqueda de la verdad.
Esta misión se consolida, también, cada año cuando se inicia un nuevo ciclo. 
El claustro de profesores es el agente que genera y transmite el alma de la Uni-
versidad a través de la investigación, la docencia y la atención personalizada. El 
Claustro nos mantiene siendo lo que somos. Los alumnos son los protagonistas y 
centro de la vida universitaria, a quienes se dirigen los contenidos del aprendizaje 
de las distintas áreas del saber por parte de los profesores, y que también se ven 
enriquecidos por el intercambio que existe entre compañeros. 
La reinvención de cada ciclo es una llamada y es un reto. Reinventarnos es un 
cambio de mentalidad, de mindset; lo que requiere el coraje para modificar los 
surcos mentales en los que se afianza nuestra seguridad y lanzarse a cambiar “por 
y para” algo mejor. Y qué mejor que nuestra propia persona: soltar las amarras y 
emprender el camino, lo cual requiere humildad y audacia.
 
Reinventarse es abrirse a las potencialidades que tenemos, al crecimiento 
7Cfr.Comunicación de la Iglesia y vulnerabilidad institucional, Universidad de la Santa Cruz, Roma, 2021 en 
https://es.pusc.it/csi/ucc2021 
8R.M. Rilke: Carta a Clara Rilke, Colofón, México, 2005.
32
personal; atreverse a recorrer el camino de lo razonable a lo posible y pretender 
cada día una pequeña invención que nos perfeccione. Reinventarse es vivir siem-
pre con juventud interior, es decir, con la alegría de vivir cada día con un nuevo 
color.
Los invito a renovarse y reinventarse desde su propio proyecto personal. Salga-
mos al encuentro diario con uno mismo y con todas las posibilidades que se nos 
presentan para llegar a ser lo que estamos llamados. Demos la bienvenida al nue-
vo curso que vendrá, parafraseando a Rilke, lleno de cosas nuevas que nunca han 
sucedido; lleno de trabajo que nunca ha sido hecho; lleno de nuevos propósitos; 
y permitámonos aprender de ello con la exigencia que demanda la grandeza de 
nuestro espíritu.8
33
AGRADECIMIENTOS
Coro y Orquesta Sinfónica de la Universidad Panamericana 
Mtro. José Luis Aguirre Galindo
Mtro. Vicente Amador Ramírez
Don Javier Denis Cruz Francia
Mtro. Marco Galindo Corona
Esp. Karla Lizzette Lechuga Olguín
Lic. María Elena León Valencia
Mtra. Maite Lot Goicuria
Dr. Félix Martínez Ríos
Mtra. Liza Monroy Ortiz
Lic. David Alejandro Orozco Orozco
Lic. Dainzú Ortega Jiménez
Lic. Lizeth Isamar Pinales Blanco
Dr. Gabriel Pliego Carrasco
Mtra. Monserrat Rosas Libreros
Lic. María Renata Ruenes Soto
Mtra. Diana Gabriela Salinas Bermejo
Mtra. Erika Scholz Ramírez
Lic. Mónica Silva Pacheco
Lic. Luis Solano Caltempa
Ing. José Luis Sosa Trujillo
APERTURA DE CURSO
CEREMONIA DE 
Ciudad Panamericana

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