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Estructura y función de los riñones Los riñones son órganos vitales del sistema urinario, encargados de múltiples funciones esenciales para mantener el equilibrio interno del cuerpo humano. Su estructura altamente especializada y compleja se adapta para llevar a cabo procesos críticos como la filtración de la sangre, la regulación del balance hídrico y electrolítico, y la eliminación de desechos metabólicos a través de la formación de la orina. La estructura anatómica de los riñones refleja su función primordial. Cada riñón está envuelto en una cápsula fibrosa externa y dividido en dos regiones principales: la corteza y la médula renal. La corteza renal se encuentra en la periferia y contiene glomérulos y túbulos renales, mientras que la médula renal, más interna, consiste en estructuras como las pirámides renales y los túbulos colectores. Dentro de la médula renal se encuentran las unidades funcionales básicas de los riñones: los nefrones. Los nefrones son las unidades estructurales y funcionales de los riñones responsables de filtrar la sangre y formar la orina. Cada riñón contiene alrededor de un millón de nefrones, que consisten en un glomérulo, una red de capilares sanguíneos en forma de ovillo, y un sistema de túbulos renales que procesa el filtrado glomerular. El proceso de filtración glomerular permite que el plasma sanguíneo pase al espacio de Bowman, desde donde es recogido por los túbulos renales para ser procesado. La función de los riñones es multifacética y fundamental para la homeostasis del organismo. Además de filtrar la sangre para eliminar desechos y productos de desecho, los riñones también regulan el balance de agua y electrolitos en el cuerpo. La reabsorción tubular selectiva permite la recuperación de nutrientes esenciales y la conservación del agua, mientras que la secreción tubular activa elimina sustancias no deseadas de la sangre hacia los túbulos renales para su excreción en la orina. Además de estas funciones básicas, los riñones desempeñan un papel crucial en la regulación de la presión arterial y la producción de hormonas como la renina y la eritropoyetina. La renina ayuda a regular la presión arterial mediante la activación del sistema renina-angiotensina-aldosterona, mientras que la eritropoyetina estimula la producción de glóbulos rojos en la médula ósea en respuesta a la hipoxia tisular. En conclusión, la estructura y función de los riñones están intrínsecamente interconectadas para mantener la homeostasis y la salud del organismo. Su compleja arquitectura anatómica y su capacidad para llevar a cabo una variedad de procesos fisiológicos críticos los convierten en órganos esenciales para la supervivencia humana. Un entendimiento profundo de la anatomía y fisiología renal es fundamental para abordar eficazmente las enfermedades y trastornos que afectan a este sistema vital.
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