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01 Encontrar con Jesús - GUÍA DEL CATEQUISTA

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Encontrarse 
con Jesús!
 reparación al sacramento de la Eucaristía 
 uía del catequista
 ATEQUESIS FAMILIAR 
Diócesis de Reconquista
 royecto
 iócesis de Reconquista
Dirección editorial
Herminio Otero
Edición
 aniel Orozco
Diseño
Antonia Rivero
Diagramación
Begoña Pascual
Ilustraciones
Patxi Velasco Fano
Equipo redactor
 elegación de Catequesis de Reconquista
Título: ¡Encontrarse con Jesús!
 Preparación al sacramento de la Eucaristía 1
 Guía del catequista
Autor: elegación de Catequesis – iócesis de Reconquista
Primera edición: marzo de 2016 
Primera reimpresión: mayo de 2016
ISBN: 978-987-740-128-8
© 2016, iócesis de Reconquista
© 2016, PPC Argentina S.A. 
 C Cono Sur
Av. Callao 410, 2º piso 
C1022AAR | Ciudad Autónoma de Buenos Aires | República Argentina
t: +54 11 4000.0400 / f: +54 11 4000.0429
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e-mail de contacto: ventas@ppc-editorial.com.ar
Queda hecho el depósito que marca la Ley 11.723.
Esta tirada de 100 ejemplares se terminó de imprimir en el mes de mayo de 2016 en FP Compañía Impresora S.A. - 
Beruti 1560 - Florida (1602) - Buenos Aires - Argentina
Libro de edición argentina / ade in Argentina
Impreso en Argentina / Printed in Argentina
No está permitida la reproducción total o parcial de este libro, ni su tratamiento informático, ni la transmisión de ninguna 
forma o por cualquier otro medio, ya sea electrónico, mecánico, por fotocopia, por registro u otros métodos, sin el 
permiso previo y por escrito de los titulares del copyright.
 mpr sa asociada a la cámara arg ntina d l libro
 
 na verdadera perla preciosa 
en la vida de nuestra diócesis
 stamos viviendo un tiempo de gracia para la Iglesia. l 
ministerio apostólico del Papa Francisco nos estimula y nos 
mueve a revisar nuestras estructuras y nuestras prácticas 
pastorales, en vistas a una misión permanente y a una re-
novada evangelización de nuestro pueblo. n esta coyuntu-
ra histórica, tengo la alegría de presentar el nuevo material catequístico de prepa-
ración para la primera comunión de la Diócesis de Reconquista. l mismo es una 
verdadera y concreta expresión de conversión pastoral, vivida como comunidad 
diocesana.
Se trata de un instrumento que se fue preparando y perfilando poco a poco, 
en estos dos últimos años, y que tendrá que seguir siendo revisada periódica-
mente, para responder de un modo cada vez más apropiado a los desafíos del 
momento. s un material que surge de la experiencia histórica y de la herencia 
recibida, de la búsqueda y del aporte de muchos catequistas, del consenso de 
los sacerdotes y del trabajo incansable de un grupo de personas que, sintién-
dose llamadas por Dios y con un gran amor a la Iglesia, dedicaron horas de su 
tiempo a la elaboración del mismo. Por otra parte, se trata de un material diná-
mico, que quiere mantenerse en revisión continua y en un estado de permanente 
actualización.
Señalo algunas de las características del nuevo material:
 n continuidad con la historia de nuestra Iglesia particular de Reconquista, el 
material sigue siendo una Catequesis familiar, aunque opte por un modelo 
diferente en lo que se refiere al modo de acercamiento a la familia. Antes, se 
trataba de evangelizar al adulto, para que luego este mensaje pudiera llegar a 
los niños. Ahora, la intención es llegar a cada uno de los miembros de la fami-
lia, especialmente a los padres y a los niños, para que unos y otros, desde su 
propia recepción del erygma, puedan impregnar con el evangelio la vida del 
hogar. Además, el material se puede adaptar a las nuevas y variadas situaciones 
y realidades que vive hoy la familia.
 Siguiendo los lineamientos del III Congreso Catequístico Nacional, esta cateque-
sis quiere ser kerygmática, es decir, pretende darle un lugar central a la persona 
de Jesucristo, muerto y resucitado para nuestra salvación. sta es la verdad 
fundamental que cada persona necesita conocer, para que su vida adquiera un 
sentido nuevo y definitivo.
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 También procura ser una catequesis con marcado tono litúrgico, para que el 
conocimiento de las verdades de la fe no vaya desconectado de la celebración, 
no sea solo un aprendizaje intelectual sino también cordial, incorporando la cor-
poralidad a través del gesto y el rito. De algún modo, se quiere ir recuperando 
poco a poco el camino mistagógico de la primera Iglesia en el proceso de ini-
ciación cristiana. Por eso se propone que el punto de encuentro fundamental 
de todo el proceso catequístico sea la Misa dominical, celebrada en la propia 
comunidad, o la Celebración de la Palabra, cuando no es posible la celebración 
de la ucaristía.
 No se quiere descuidar la dimensión de la caridad en la catequesis. Por eso, 
el material ofrece algunas indicaciones concretas para la iniciación a la vida de la 
caridad. Si el evangelio no ilumina la realidad social, los vínculos con los demás, 
la política, la economía, la educación, entonces el mensaje evangélico queda 
privatizado y sin relevancia para la transformación de la vida. Un desafío funda-
mental que presenta esta nueva etapa de la catequesis es la traducción de la fe 
a la vida pública.
 Finalmente, el nuevo material pretende ser flexible y fácilmente adaptable a las 
distintas realidades. Concede un protagonismo real y determinante al catequis-
ta, verdadero artesano del trabajo de formación en la fe y la caridad, junto a la 
familia y a toda la comunidad. sto exigirá, de parte de quienes lleven adelante 
el quehacer catequístico, de quienes reciban esta vocación, una formación per-
manente y responsable, para poder realizar con equilibrio y claridad el proceso 
de necesaria adaptación del material a la comunidad que se le encomienda.
Agradezco a toda la Iglesia diocesana por su compromiso con este paso que 
estamos dando, a los sacerdotes, a los religiosos y religiosas, y a todos los laicos, 
en especial a los catequistas, que con sus aportes, sus sugerencias, su participa-
ción, lo han hecho posible.
Recuerdo con gratitud la figura del P. Armando Iacuzzi, quien, junto a un grupo 
de personas comprometidas, han entregado su vida para que la Catequesis Fa-
miliar de Reconquista fuera una verdadera perla preciosa en la vida de nuestra 
Iglesia diocesana y marcara un hito indeleble en la historia de la catequesis de 
nuestra patria. s su testimonio el que nos estimula a renovarnos y a comprome-
ternos en esta nueva etapa.
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Mi agradecimiento particular al P. Rubén Abel Taibo, Director Diocesano de Ca-
tequesis en estos últimos años, y al P. Walter Guido Vénica, actual Director 
Diocesano de Catequesis. Y junto a ellos, a la Junta Diocesana de Catequesis 
actual, quienes han recorrido con audacia este camino hacia una nueva propues-
ta catequística. Con avances y retrocesos, con alegrías y dificultades, han hecho 
posible el sueño de toda una comunidad diocesana.
Finalmente, mi reconocimiento a la editorial PPC por haber aportado la cuota de 
coraje necesaria para dar el paso decisivo en este proceso de renovación y por 
haber puesto a disposición los recursos humanos y técnicos para la confección y 
diagramación de los materiales.
¡Dios haga fecunda la obra que el mismo ha comenzado!
+ Monseñor Ángel José Macín
Obispo de Reconquista
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 n catequista enamorado de Cristo 
enamora a los demás
 ueridos catequistas:
 l nuevo material de Catequesis Familiar, que estamos presentando, es fruto de 
una rica reflexión y madurez diocesana en estos dos últimos años, en continuidad 
con la riqueza y frutos de la anterior catequesis dirigida a los padres y niños. l ma-
terial está orientado a hacer más fecunda la catequesis en la familia de estos tiem-
pos, que tiene un hijo, o más hijos, que se preparan más inmediatamente a recibir 
el sacramento de la Primera Comunión, celebrado en el maravilloso camino del se-
guimiento de Jesús y de una formación catequística permanente. Todo sacramento 
está en íntima sintonía con el gran camino de la vida, que es camino de discipulado, 
de escucha de la Palabra deDios, salida de los labios del Maestro y Señor.
La catequesis está dirigida a toda la familia, pero con una nueva modalidad me-
todológica, cristalizada por el deseo de cambios adaptado a las nuevas circuns-
tancias por parte de sacerdotes, catequistas y familias, bajo la evidente acción 
del spíritu Santo, el protagonista fundamental de toda vida cristiana y de toda 
catequesis. Por lo tanto, presentamos de manera sintética la metodología, o la 
forma de dar esta catequesis para la familia.
Una catequesis dirigida directamente a los niños
 n primer lugar, la catequesis está dirigida directamente a los niños, con un ma-
terial apropiado a la edad de ellos y las búsquedas de esa etapa. Por lo tanto, un 
catequista acompañará directamente a los niños en los encuentros de cateque-
sis. l itinerario que recorrerán los niños con sus catequistas en las dos etapas 
es el del Credo en unidad con el tiempo litúrgico. Formulado de otra manera, es 
un solo tiempo de preparación hecho en dos etapas en el que se desmenuza y 
se saborea toda nuestra fe, cristalizada en el Credo. Todo el contenido de la fe 
católica estará desplegado para el niño durante el tiempo intenso de preparación 
a la Primera Comunión.
Un itinerario propio para los padres
 n segundo lugar, como es catequesis dirigida a la familia del niño, los padres 
tendrán su propio itinerario de catequesis adaptada a sus circunstancias. Dicho 
en otros términos, una catequesis que responda a las necesidades de una familia, 
de un matrimonio, o del tutor del niño, para que lo acompañe desde su propio 
camino de catequesis. No serán los padres, como era anteriormente, los respon-
sables de dar la catequesis a sus hijos. Sí serán los responsables de trasmitir la fe 
a sus hijos como lo hace toda familia que busca vivir la fe en Jesucristo, y lo harán 
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con la palabra y el testimonio. llos tendrán su propio catequista, o matrimonio 
catequista, con encuentros periódicos, que pueden ser cada 15 o 20 días según 
las circunstancias. Son un total de 10 encuentros en cada etapa.
Una catequesis unida al año litúrgico
 Primera etapa: Comenzará la semana posterior al Domingo de Pascua, sea 
para padres, sea para niños, y culminará con el tiempo del Adviento. Se trata 
que la catequesis esté unida a la liturgia y tiempos litúrgicos, como también, a 
la caridad, tal como lo expresa el obispo en la presentación de este material. 
Liturgia, catequesis y caridad tienen una íntima armonía para el que sigue a 
Jesús.
 Segunda etapa: Comenzará inmediatamente después del Miércoles de Ceniza, 
para aprovechar la riqueza del tiempo de Cuaresma y del tiempo Pascual. La 
finalización de la preparación al sacramento de la Comunión la marca el ritmo 
de cantidad de encuentros, considerando también, que el inicio de la Cuaresma 
es variable cada año. Puede comenzar a inicios de febrero, como a inicios de 
marzo y terminar a finales de agosto o septiembre, no más allá. 
Además, el material prevé algunos anexos para estar más en sintonía con el tiem-
po litúrgico y la vida de la comunidad parroquial. La comunidad parroquial re-
correrá las etapas de preparación inmediata al sacramento de la ucaristía, en 
comunión con todas las otras comunidades parroquiales, en comunión con toda 
la diócesis. 
La eucaristía dominical como eje del itinerario
 l encuentro de la catequesis de los padres con los niños se dará en la litur-
gia dominical, sea en la participación de la Misa, sea en la participación de la 
Celebración de la Palabra, para aquellos lugares que no tengan la celebración 
eucarística. Si no es posible tampoco, se leerá el vangelio del domingo en 
familia o en el hogar. La celebración de la ucaristía y la proclamación de la Pa-
labra es el eje de todo el itinerario. No se concibe la ausencia en la celebración 
dominical de la Misa de aquellos que se preparan a recibir el sachramento de 
la ucaristía.
Una catequesis a la luz de la lectura orante de la Palabra
Los encuentros de catequesis están ordenados según la metodología de la lec-
tura orante de la Palabra. O sea que, luego de una introducción, la Palabra 
ocupa el lugar central. La misma Palabra proclamada, que mueve el corazón 
del catecúmeno, será enriquecida por la enseñanza de la Iglesia. Luego viene la 
oración y celebración como respuesta a la Palabra. Finalmente se propone un 
compromiso. n definitiva:
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– scuchar la Palabra para ver qué dice. 
– Descubrir qué me dice la Palabra y cómo la interpretó auténticamente la 
Iglesia en con el paso del tiempo. 
– Responder a Dios con la oración. 
– Concluir con el compromiso, para que la Palabra sea verdaderamente eficaz. 
 s Jesucristo, que con su Palabra, guía cada encuentro y toda la catequesis, el 
que guía al catequista y a los catecúmenos.
El papel insustituible del catequista y de la comunidad
Finalmente, debemos decir, que esta guía es importante para seguir un itinerario 
de catecumenado, pero no reemplaza la vocación del catequista. l catequista, 
en comunión con la comunidad creyente, es importante e insustituible. Por lo tan-
to, su vocación se alimentará del encuentro diario con Cristo en la oración, del en-
cuentro con su Palabra. l catequista se formará para trasmitir contenidos sólidos 
a los catecúmenos y tendrá una participación activa y gozosa en la ucaristía. 
 l que se encuentra con Cristo lo quiere anunciar, por eso la catequesis, tal y 
como propone el Papa Francisco en la Evangelii gaudium, ha de ser erigmática, 
o sea: anunciar el amor de Dios en Jesucristo. 
Además del catequista, tiene una importancia capital la comunidad de catequis-
tas. Una comunidad que periódicamente se encuentre a preparar los encuentros, 
a leer otros materiales, a rezar y compartir fraternalmente. Hoy no se entiende un 
catequista aislado de la comunidad de catequística, ya que va en contradicción 
con la comunión eclesial y el sacramento de la Comunión.
Un material llamado a enriquecerse
 s un material que, evidentemente, con el transcurso del tiempo se irá enrique-
ciendo, sea con la mejora de cada encuentro o la incorporación de algún tema 
necesario, sea con celebraciones que enriquezcan el objetivo de la catequesis 
en el hogar. l aporte de todos será el alimente que ayude a crecer este don del 
 spíritu a la comunidad diocesana.
Tengo la alegría de presentar este nuevo material de Catequesis Familiar. n el 
fondo, es presentar a tantas personas que han estado trabajando en la reflexión 
y elaboración; es presentar la rica historia de la catequesis de la diócesis con la 
sólida vocación catequística del Padre Armando y todo su equipo colaborador. 
Pbro. Walter Guido Vénica
Director Diocesano de Catequesis
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Metas y camino
El objetivo principal de la catequesis es encontrarse con Jesús. Para alcanzarlo, 
partimos de que el catequista está involucrado en el encuentro con el Señor. sto 
significa que, en su vida, se produjo el encuentro previo con Jesús, y por amor a 
él, se compromete a anunciarlo, reza, acompaña y da testimonio de Cristo vivo 
entre nosotros. Por lo tanto, todo su quehacer se orienta a que los niños también 
se encuentren con Jesús vivo, haciendo de Jesús la figura central de cada en-
cuentro.
Jesús primerea el encuentro presentándose como Amigo que nos ama desde 
siempre y para siempre. l catequista comienza a contar su historia, su vida, su 
misión. Cristo se va revelando a través de la Palabra y toda la estructura en la que 
cada encuentro se organiza, se desarrolla en función de esa revelación y de sus 
consecuencias en la vida de cada niño.
Estructura de cada encuentro
1. Miramos nuestra vida
 n esta instancia se parte de la vida real, de situaciones propias de la vida del 
niño, de cosas que lo preocupan o que le despiertan interés.
 n este primer momento se pueden presentar dinámicas, imágenes, un hecho 
real, una noticia, un cuento, preguntas motivadores para abrir el diálogo.
2. Jesús nos habla
 ste es el núcleo –el anuncio ( erygma) a los niños– en el que se desarrolla unalectio divina adaptada a su edad. 
Se sugiere al catequista meditar previamente la Palabra pidiendo al spíritu San-
to que coloque en sus labios las palabras exactas para transmitir el mensaje de 
Jesús. Se presenta la importancia de este momento, que se revivirá en cada 
encuentro, explicando que Jesús es el Dios de la Vida y que siempre tiene una 
palabra para iluminar el momento especial que estamos viviendo. 
 Postura
Para que los chicos escuchen adecuadamente la Palabra, el catequista 
debe leer pausadamente y con la entonación apropiada, invitándolos a hacer 
silencio exterior e interior. sto implica que estén cómodos; sin cosas que 
los distraigan; y que adopten la postura más conveniente (de pie o sentados 
en círculo) haciéndoles notar que “escuchar atentamente” supone respeto y 
amor por “Dios que nos habla”.
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 Pasos de la ectio divina adaptada a los niños
[Véase también la página 38 del libro del niño.]
1. ¿Qué dice e texto? 
 n este primer momento, se proclama la Palabra de Dios y se invita a los 
chicos a escuchar con mucha atención para no perder detalle y “saborear-
la”. Si es necesario, se hace dos veces la lectura del texto y se esclarece el 
vocabulario que los chicos no entiendan. Como gestos que acompañen el 
momento señalamos los siguientes: 
– Besar el vangelio o la Biblia como signo de mucho amor y respeto a la 
Palabra viva de Dios. 
– ncender el cirio (o velas) significando la presencia de Cristo vivo que nos 
ilumina.
– Hacer la señal de la cruz. Al hacerla en la frente decimos: “Que el Señor me 
ayude a entender su Palabra”; al hacerla en los labios: “Que pueda trans-
mitirla”; y en el pecho: “Que, desde mi corazón, donde la guardo, pueda 
hacerla vida o llevarla a la práctica”.
– Al terminar la lectura, el lector dice: “ s Palabra de Dios”. Y todos respon-
demos: “Te alabamos, Señor”.
2. ¿Qué me dice Dios en e texto?
 l catequista promueve la reconstrucción del texto preguntando por los per-
sonajes que aparecen, cómo será el lugar en el que se desarrolla la escena, 
qué dice Jesús, qué hace (palabras y gestos). 
 scucha a los niños y luego los invita a hacer silencio y entrar en su corazón, 
donde la Palabra de Dios queda guardada, para pensar qué “me” dice a mí, 
a mi vida, a mis sentimientos, a lo que digo y hago.
3. ¿Qué e digo yo a Dios como respuesta?
 l catequista explica que cuando Jesús habla y llega a mi corazón, lo trans-
forma, algo cambia en mí. ntonces surge la necesidad de una respuesta. 
Una respuesta no solo de palabra, sino de actitud. ntonces tengo que res-
ponder de la manera que me está mostrando a través de su Palabra viva. 
¡Qué bueno empezar a pensar como Él, sentir como Él, actuar como Él, vivir 
como Él, amar como Él… con la ayuda de Él!
Se presentan actividades, cartas, oraciones, cantos, representaciones, tra-
bajitos prácticos, y toda otra forma que el catequista quiera incorporar para 
expresar la respuesta y afianzar lo que Jesús les dijo y enseñó. 
[Otra explicación de la lectio divina la encontramos en las páginas 46-47 de 
esta Guía.]
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3. Rezamos juntos
 xplicar a los niños que alabar, agradecer, pedir, ofrecer, repetir exclamaciones… 
es rezar. Y que cantar es rezar dos veces. 
Sugerimos que utilicen muchos cantos: recrear los encuentros con música y can-
to traduce y multiplica la alegría de vivir en amistad con Jesús. 
También resulta fundamental propiciar un momento de oración personal en el 
Sagrario. Incentivar la visita a Jesús vivo en la ucaristía, siempre que exista esta 
posibilidad desde el lugar donde se realicen los encuentros.
Para este momento, casi de cierre, recomendamos además explicar el significado 
de las posturas y los gestos (parados, sentados, arrodillados; manos juntas o ele-
vadas, saludo, abrazo, tomarse de las manos, aplaudir, bendecir y, por supuesto, 
hacerse la señal de la cruz en la frente, tal como ya lo hemos visto) para que los 
niños vayan compenetrándose de la liturgia como manifestación del amor a Jesús 
personal y comunitaria según cada cosa que queremos vivir-expresar-celebrar.
 n muchos encuentros se sugerirán gestos concretos, que conviene recalcar y 
que sintetizarán la idea-fuerza de cada tema.
4. Compromiso 
Debe ser siempre el momento final porque el encuentro de catequesis debe ha-
cerse parte de la vida de los niños e iluminarla con la Palabra de Dios para que 
cambie su corazón. Debe ayudarlos a volver transformados, con un crecimiento, 
un compromiso, un valor agregado, a la vida de cada día.
Por eso se torna indispensable que asuman un compromiso para realizar durante 
la semana con gestos bien concretos y sencillos y cuyo cumplimiento se revise 
en el próximo encuentro.
Tengan en cuenta que el niño desde la catequesis, si esta lo entusiasma y capta 
su interés, se convierte en discípulo de Jesús, y lo que oye, lo que ve, lo que le 
interesa o pregunta, lo lleva a su corazón con sencillez y lo transmite en su casa, 
con sus amigos, en la escuela… 
Puede aparecer también aquí una frase para recordar que subraye la idea central 
de cada encuentro y el mensaje. 
Bienaventurado el catequista que, llamado por el Señor, 
tiene un corazón limpio, pone su confianza en Él, 
y lo transmite con alegría.
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Otras recomendaciones preliminares 
 Planificar el encuentro cuidadosamente, teniendo en cuenta los objetivos, la 
Palabra Dios (núcleo del anuncio), los recursos y el tiempo con los que se 
contarán para lograrlo.
 Recordar que no se trata de dar un “clase” de catequesis sino propiciar un 
encuentro con Jesús vivo.
 Ambientar y ordenar el lugar adecuadamente, con sillas dispuestas preferen-
temente en círculo. Siempre deben presidir los encuentros las imágenes de 
Jesús y de María y la Biblia “entronizada” (destacada) con una vela que se 
encienda al comenzar y se apague al concluir.
 Ir conociendo cada día un poco más a los niños y a sus familias y quererlos 
mucho, a todos y cada uno, sobrenaturalmente.
 Rezar siempre por los niños y por sus familias.
 Ilustrar los temas de los encuentros con ejemplos, narraciones, cantos, dibu-
jos, objetos, pero con la debida oportunidad y prudencia, teniendo en cuenta 
que son medios, no fines.
 Orar cada encuentro: antes, durante y después. s inútil planificar, si Dios no 
trabaja con nosotros. Antes que la mente, antes que la lengua, que trabajen 
las rodillas: l spíritu Santo hará lo oportuno en el catequista.
 Brindar siempre un rostro alegre y una sonrisa, a pesar de todo.
 jercitar la paciencia siempre; mucha paciencia.
 Apelar a una plegaria breve y sentida, a un canto popular, a unas palabritas 
cortas, a algunos gestos, porque ellos son el buen comienzo y el buen término 
de toda enseñanza.
 Procurar que, de cada encuentro, los niños puedan sacar el provecho de algo 
práctico, concreto, con relación a su vida presente y futura. 
 Tener presente que no se trata de llenar las cabezas, sino mover los corazo-
nes. Y también, que es mejor dar ejemplos que dar consejos. 
Así lo hacía Jesús, Ideal, Modelo, Maestro, sostén y premio de todo buen edu-
cador.
 Bienvenidos a mi encuentro!
 Dejen que los niños vengan a mí…” 
 arcos 19,14
 ueridos chicos:
 e siento muy feliz de comenzar este tiempo en el que vamos a 
caminar juntos y a conocernos.
Yo voy a acompañarlos y guiarlos para que ustedes puedan prepa-
rarse y vivir este maravilloso encuentro.
A lo largo de este camino, ustedes van a conocer muchas cosas 
sobre mi vida, mi familia, mis amigos, mi pueblo. Porque quiero ser 
su mejor amigo.
Sepan que tengo que enseñarles valores muy importantes y hacerles 
hermosos regalos para que puedan ser personas buenas y felices.
Y, sobre todo, lo más importante que quiero decirles antes de co-
menzar es que los amo mucho y que estaré con ustedes siempre.
 ESÚS
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 iramos nuestra vida
 n camino de encuentro con Jesús
Dinámica de presentación: a tela de araña (Ovillo de lana)
 ateriales: Un ovillo de lana mediano.
 Duración: 15-20 minutos.
 Desarrollo:– Se forma una ronda y se entrega a uno de los niños el ovillo de lana con la con-
signa de que, sosteniéndolo por la punta, se presente con su nombre completo 
y contando a qué escuela va. 
 – Una vez que ha concluido, tira el ovillo a otro integrante del grupo, pero retenien-
do la punta. 
 – El que recibe el ovillo se presenta igualmente y vuelve a tirar el ovillo a otro com-
pañero reteniendo “su parte” de lana… y así sucesivamente hasta que todos los 
integrantes se presenten. 
 – Con este procedimiento, cuando todos se hayan presentado, habrán formado 
una telaraña, y los catequistas deberán interpretar el mensaje que, como signo, 
transmite y representa: 
 odos nosotros formaremos una red, una telita de araña como 
esta –interdependiente–: si alguien suelta la parte que sostiene, 
toda la red se cae. De la misma manera, si alguien falta al grupo, 
si deja de ir a los encuentros o si no participa, el grupo se cae. 
Objetivos
 ■ Conocer a los niños y que los niños se conozcan
 ■ Crear un clima de confianza, alegría y distensión.
 ■ Presentarles a Jesús como el Amigo que nos ama desde siempre.
 
Encuentro
JESÚS NOS REÚNE
 5
 odos somos importantes y tenemos un lugar irreemplazable 
en esta red que es la red de los amigos de Jesús. Para conocer-
lo y recibirlo en la Eucaristía empezamos a construir hoy una 
red como esta, indestructible.
 – Para finalizar, el último que recibió el ovillo comienza a devolverlo y repite el nom-
bre del compañero al que se lo devuelve para que todos vayan memorizándolos.
Tras la presentación del tema, los niños completan los datos de las fichas de sus 
libros y se dibujan en la ilustración. Se trata de que sientan que son parte de un 
grupo de amigos de Jesús.
Jesús nos habla
Jesús y los niños
Siempre, después de contemplar la vida y conversar sobre ella, se escucha la Pala-
bra de Dios y se profundiza el mensaje y la enseñanza que Jesús nos da, siguiendo 
el método de lectura orante adaptado a los niños.
G stos ant s d la scucha
 Se presenta a los niños la Biblia como la Palabra viva de Dios que todos los días 
–no solo en los encuentros de catequesis– tiene algo para decirnos; que siempre 
tiene una palabra para iluminar el momento especial que estamos viviendo.
 Es preciso enseñar que se debe preparar la escucha de la Palabra de Dios con 
mucho respeto. Hay que enseñar de a poco a hacer silencio exterior e interior 
para escuchar... 
 Los catequistas deben leer pausadamente para facilitar la comprensión de los 
niños. 
 Al terminar, se proclama: “Es Palabra de Dios”. Y se enseña a responder: “Te ala-
bamos, Señor”. Se sugiere besar el evangelio al finalizar la proclamación. 
Proclamación
 Se lee el pasaje de Marcos 10,13-16.
Pistas Para la r fl xión
Siguiendo los pasos de la lectio divina anteriormente expuestos, se trabaja con los 
niños el nivel literario, histórico y teológico del texto motivándolos a expresar lo que 
entienden, lo que sienten, lo que piensan…
Las ideas claves para reflexionar son las siguientes:
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 ■ En tiempos de Jesús, y según la tradición y la Ley de su pueblo, los niños se so-
metían en todo a los adultos; muchas veces eran víctimas de maltrato físico y 
psicológico si no cumplían con sus obligaciones. Por eso llamó tanto la atención 
la actitud de amor que Jesús tuvo hacia ellos.
 ■ También era costumbre de la religión de su pueblo que los jefes de la sinagoga 
bendijeran a los niños. Los judíos presentaban a sus hijos a los rabinos para que 
les impusieran las manos. Por eso la gente trajo a sus hijos para que Jesús los 
bendijera, porque veían en él la facultad de realizar milagros o actos extraordi-
narios.
 ■ En ese momento, Jesús estaba enseñando y los apóstoles no miraron con buenos 
ojos este proceder de los padres y de los niños. Por eso, los reprendieron: quizás 
pensaron que molestarían al Maestro. También podemos suponer que los niños 
actuaron tal y como son: donde ellos ven cariño, se acercan con mucha confianza.
 ■ Jesús, con su gesto, no solo valoró a los niños como personas. También quiso 
demostrarnos su gran amor por ellos y por lo que representan: la sencillez de co-
razón, la limpieza y la humildad de espíritu, requisitos indispensables para llegar al 
Reino de los Cielos.
Diccionario bíblico 
“Bendecir” a una persona es desearle todo lo bueno que Dios pueda y 
quiera darle. Cuando alguien dice a otra persona: “¡Que Dios te bendi-
ga!”, le está pidiendo a Dios que ayude y prospere a esa persona. Tam-
bién se puede “bendecir” a Dios como señal de adoración, alabanza y 
gratitud.
r sPu sta a la Palabra
 Cada niño leerá en su libro la Carta de Presentación que Jesús le escribe dándole 
la bienvenida a este nuevo camino. 
 Luego, los catequistas lo ayudarán a pensar con preguntas como estas: 
 – ¿Qué te dice Jesús? 
 – ¿Qué desea Jesús? 
 – Si tanto te quiere, ¿querrá ser tu amigo solo por dos años?
 Hay que remarcar la siguiente idea-fuerza: Jesús te ama y quiere ser tu mejor ami-
go para siempre. “¿Qué le respondes a Jesús frente a esta hermosa propuesta?” 
Los niños pueden responder: 
 – En voz alta. 
 – Escribiendo todas sus respuestas en el libro.
 – En una lámina-mural. 
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 – En unos papelitos que los catequistas irán leyendo y compartiendo con el resto 
del grupo. 
 Se puede concluir cantando: Yo tengo un amigo que me ama u otro.
Rezamos juntos
Jesús, amigo
 Todos recitan la oración que se encuentra en sus libros. Antes o después, pueden 
entonar el canto propuesto.
 El catequista indica que nos comprometemos a rezar en casa cada día, hasta el 
próximo encuentro, esta oración. 
Compromiso
 – Se invita a los niños a bendecir a su compañero de al lado, imponiendo las ma-
nos y diciendo: “Que Jesús te bendiga”.
 – Para concluir, se dice en voz alta la frase que resume el encuentro y que se debe 
guardar en nuestra memoria y en nuestro corazón.
 – El catequista, al despedir a los niños, puede también entregarles el primer día 
una tarjeta que diga: “Jesús te ama y quiere ser tu mejor amigo para siempre”, 
con una golosina o algún detalle como signo de la alegría de este primer en-
cuentro.
Notas: 
 8
 
 ncuentro
SOMOS AMIGOS 
DE JESÚS
 iramos nuestra vida
¡Bienvenido al grupo de los amigos de Jesús!
 El catequista recibe a los niños con mucha alegría y todos se sientan en círculo 
(puede ser en el suelo).
 El catequista pregunta a los niños: 
 – ¿Cómo anduvieron? 
 – ¿Recuerdan lo que vimos, vivimos y aprendimos en el encuentro anterior?
 – ¿Compartieron en su casa lo vivido?
 El catequista les explica que, cuando integramos un grupo, es muy importante 
conocernos y para eso, debemos aprender a comunicarnos. Es parte de nuestro 
encuentro entre nosotros y con Jesús.
 Se reflexiona con los niños sobre cómo comunicarse bien.
Dinámica: ¡Bienvenido al grupo de los amigos de Jesús!
 Duración: 15 minutos (según la cantidad de integrantes del grupo).
Objetivos
 ■ Conocer a los niños y que los niños se conozcan.
 ■ Crear un clima de confianza, alegría y distensión.
 ■ Presentarles a Jesús como el Amigo que nos ama desde siempre.
Materiales
 ■ Caja de cartón o tacho de plástico grande (donde entren todos los libros de 
los niños).
 ■ Lámina grande con una silueta que represente la mano de Jesús (lo suficien-
temente grande como para que entren las siluetas de las manos de todos los 
niños).
 ■ Fibrones o marcadores de colores.
2
Encuentro
SOMOS AMIGOS 
DE JESÚS
 9
 aterial: Libro de catequesis con la ficha de pertenencia del encuentro 1 completa.
 Objetivo: Fijar los nombres, conocer un poco más al otro y crear un clima de cor-
dialidad.
 Desarrollo:
 – Cada niño coloca su libro de catequesis en el centro del círculo. 
 – El catequista los mezcla, asegurándose de que cada uno haya completado la 
ficha de pertenencia del encuentro anterior (si no es así, tomarse unos minutos 
para ver que todos tengan sus datos escritos).
 – Luego un niño toma un libro tratando de que no sea el suyo, lo abre, mira la fi-
cha ylocaliza visualmente al dueño. Se levanta y se acerca al dueño del libro y 
lee en voz alta los datos del mismo: nombre, dónde vive, el día del cumpleaños 
y la escuela a la que asiste.
 – Luego debe hacerle dos preguntas para conocerlo más (por ejemplo: ¿Cuántos 
hermanos tenés? ¿Cuál es tu deporte favorito?, etc. 
 – Después de la respuesta, el compañero le entrega su libro diciendo:
¡Bienvenido al grupo de los amigos de Jesus!
 – Así sucesivamente cada niño, hasta presentarse todos.
 Jesús nos habla
Ámense como yo los he amado
 Se lee, de la manera que hemos descrito en el tema anterior, el texto bíblico de 
Juan 15,11-13.
Pistas Para la r fl xión
 ■ Hoy Jesús no dice que quiere contagiarnos su alegría. Desea que seamos perso-
nas felices. Y nos da un hermoso consejo: que nos amemos como Él nos amó…
 ■ ¿Y cómo amó Jesús?: 
 – Él siempre estuvo atento a la necesidad de los demás. 
 – Recibió con amabilidad a todos los que se acercaban a él. Les tendía una mano. 
Los trataba con cariño. 
 – Amaba a todos por igual. No hacía diferencias por su aspecto físico o su enfer-
medad. 
 – Sabía escuchar. Dialogar. 
 – Compartía lo que tenía. 
 – Amó mucho hasta “dar la vida por todos”.
20
 ■ Y aún hoy Jesú sigue amando así. Por lo que el catequista debe animar a los niños a 
imitar a Jesús, a tener sus mismos sentimientos con los demás. Y todo con alegría.
r sPu sta a la Palabra
 ■ Jesús siempre nos da su amor, aunque a veces hagamos cosas que no están 
bien.
 Para descubrir cuál es la respuesta que nos ofrece Jesús, desde el Amor, frente a 
diferentes problemas que se nos presentan cada día, se trabaja con la actividad 
que se encuentra en el libro del niño: ¿Qué hacés si…?
 Se deja que cada uno se exprese, mostrando sus actitudes frente a las situacio-
nes difíciles que se les presentan… Pueden surgir otras…
 Desde el diálogo, el catequista ayuda a que los niños vean si sus respuestas coin-
ciden con las propuestas de Jesús. Y si no, ¿qué deberían cambiar?
 Rezamos juntos
Como vos
 Se ambienta este momento:
 – Se cambia la postura, por ejemplo, de pie. 
 – Se invita a hacer un ratito de silencio. 
 – Nos disponernos a pedir algo muy lindo a nuestro Amigo, Jesús.
 Uno del grupo dice cada una de las invocaciones que aparecen en libro de los 
niños y todos las repiten.
Gesto
 – Se invita a los niños a tomarse de las manos para cantar, sintiendo en sus com-
pañeros la presencia de Dios. 
 – El catequista les recuerda que este un gesto que significa unidad, caminar jun-
tos, confiar en el otro, dar apoyo, y que nos afianzará como grupo de amigos.
 – Después se canta Tomado de la mano. 
 Los niños dibujan el contorno de la palma de su mano en el recuadro que hay 
junto a la imagen de Jesús que nos muestra su mano resucitada, con la forma de 
una paloma, símbolo del Espíritu.
2 
Compromiso
 El catequista explica a los niños que para formar parte de este grupo de los ami-
gos de Jesús, hay que descubrir de qué otra manera él nos enseña a tratarnos. 
De este modo se recuerda el mensaje central que dejó Jesús:
 ■ Contagiar su alegría.
 ■ Amar como él nos ama: imitar sus actitudes de amor.
 ■ Hacer a los demás lo que nos gustaría que hicieran con nosotros (Mateo 7,12)
 ■ Confiar que, aunque muchas veces no nos portemos como Jesús quiere, él nos 
ama y nos anima a mejorar para ser felices.
 ■ El diálogo, el respeto, la perseverancia, la participación, la alegría, entre otras tan-
tas cosas, tienen que animar nuestros encuentros.
 Los niños buscan las vocales y así completan la siguiente frase del evangelio:
 odo lo que ustedes desearían de los demás, háganlo con ellos. 
 ateo7,12
 Para fijar el compromiso de la semana, se pide a los niños que escriban en sus 
libros aquello que durante la semana van a hacer algo por otro, algo que le gusta-
ría que hicieran con él. 
 Se expone, a la vista de todos, la lámina de la mano de Jesús, como un signo de 
nuestro compromiso.
Notas: 
1
Jesús, nuestro amigo, 
nos muestra al Padre
24
Objetivos
 ■ Aprender a hacer la señal de la cruz, como tatuaje invisible del amor de Dios. 
Saber que persignarse es ponerse en manos de la Trinidad y es rezar.
 ■ Descubrir que la Santísima Trinidad está compuesta por Tres Personas: el 
Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Dios es uno y trino. Él quiso ser familia.
 iramos nuestra vida
La señal de la cruz
 El catequista introduce la sesión preguntando a los niños, partiendo de los dos 
primeros párrafos que se encuentran en sus libros.
 Se escuchan las respuestas de los niños. Luego el catequista muestra pausada-
mente cómo se hace la señal de la cruz. 
 Invita a que miren el dibujo del libro e invita a que cada uno la haga, prestando 
atentamente atencion si cada niño logró hacerla bien. Si no, se repite la acción 
hasta que todos hagan el gesto correctamente.
 na familia divina
 Se pregunta a los niños: ¿A quiénes nombramos o saludamos con esta señal?
 Desde la respuesta de los niños, motivaremos para comenzar a hablar de la San-
tísima Trinidad.
 Se trabaja ahora con la imagen que aparece en el libro del niño:
 – Dios Padre aparece representado como un anciano con barba blanca, un trián-
gulo en su cabeza, simboliza su faceta de Creador.
 – Dios Hijo aparece representado por Jesús, Dios hecho hombre. Jesús está de 
pie con los pies en la tierra y junto a otro personaje, poniendo de relieve su en-
carnación, su ser Amigo del ser humano.
 – Dios Espíritu Santo aparece representado por la paloma. El significado de la 
Paloma es: quien lleva el mensaje de ese Amor y lo entrega a la humanidad. Es 
3
Encuentro
VENGO DE UNA FAMILIA 
DIVINA
25
símbolo de Paz, serenidad, ternura. Envío. . El Espíritu Santo es el fruto del 
amor entre el Padre y el Hijo, y es el gran REGALO que nos hacen el Padre y el 
Hijo, derramándolo en nuestros corazones
 – Los tres sostienen un mismo corazón, formado por tres piezas, ya que cada 
persona de la Trinidad es distinta, pero son el mismo Dios, y Dios, como afirma 
la Escritura, es amor.
 – En el centro del corazón queda enmarcada la cara del personaje. Dios Padre, 
Hijo y Espíritu Santo han querido que el ser humano sea el centro y destinatario 
de su amor. 
 Jesús nos habla
 n solo Dios
Pistas Para la r fl xión
 En el libro de los niños, aparece la persona de Jesús, hablando de esa familia di-
vina. Todos leen el texto y el catequista lo comenta.
 Como sugerencia, el catequista puede también ejemplificar a la Santísima Trinidad 
con la imagen de tres fósforos encendidos, que se unen en una misma llama, 
forman una sola luz. El catequista, incluso, podría llevar a la sesión tres fósforos, 
encenderlos e ilustrar así esta explicación delante de los niños.
r sPu sta a la Palabra
 Una vez que hemos abordado lo que es la Santísima Trinidad, se explica deteni-
damente lo significa, hacer la señal de la cruz o persignarse.
 ■ La señal de la cruz es el signo de los amigos de Jesús. En todo grupo o comu-
nidad siempre existe un símbolo que identifica al mismo. En este caso, la cruz es 
la señal de los cristianos y amigos de Jesús (más adelante podremos explicar la 
cruz como signo de redención o salvación).
 ■ “Tatuarse el cuerpo con el Amor de Dios”. Un tatuaje invisible, en donde el amor 
de Dios lo envuelve todo, lo sana todo, lo transforma todo. Nada de lo que hay 
en el hombre queda fuera del alcance de Jesús. En otras palabras: “Todo lo que 
eres está tocado por el amor de Dios”.
 ■ Rezamos cuando hacemos la señal de la cruz, ya que estamos poniendo toda 
nuestra vida en manos de la Santísima Trinidad. Pedimos protección, bendición, 
fortaleza, luz, cambiar para bien, conversión, aceptación de cómo nos creó 
Dios, ternura, etc. 
 Trasmitir a los niños la importancia y el sentido de hacer la señal de la cruz es fun-
damental 
26
 Rezamos juntos
 El catequista crear un clima propicio para la oración:
 – Que los niños no tengan nada en sus manos. 
 – Nos sentamos en rueda. 
 – Podemos colocar una cruz que hayamos llevadoen el centro con la Palabra.
 – A veces una música en estos momentos también ayuda.
 Se explica brevemente qué significa rezar el gloria, como oración que ensalza a la 
Santísima Trinidad. Para ello el catequista parte del contenido del libro del niño.
 Se invita a leer la oración dos veces. Después todos juntos la rezan despacio.
Gesto
 – Hacemos la señal de la cruz, lentamente, pensando en el Padre Dios, en el Hijo 
Dios y en Espíritu Santo Dios. 
 – Cuando decimos “amén”, damos un beso a esa familia divina diciéndoles con 
todo el corazón que nosotros también los queremos mucho.
Compromiso
 El encuentro termina saludándose con un beso de hermanos. 
 El compromiso esta semana será rezar el gloria en la casa con la familia y aprender 
de memoria esta oración.
 Se concluye con el canto Al pecho llevo una cruz. Si no se canta, se puede recitar 
como una oración.
Atención: Para el próximo encuentro se pide que en casa los niños 
armen una cruz, con dos palitos de helado, o dos maderitas, o dos 
tronquitos secos, con cartón, con hilo sisa, etc. Cada uno debe utilizar 
su creatividad para el armado. Y lo trae para el encuentro siguiente.
27
 iramos nuestra vida
Nuestros papás
Ambientación
 – Hay que dar la bienvenida a los niños con mucha alegría. 
 – El catequista pregunta: “¿Cómo anduvieron en la semana?” y recuerda lo que 
vieron en el encuentro anterior. 
 – Si realizaron la cruz en sus casas, es momento de mostrarlas y colocarlas en el 
centro.
 Se comienza el encuentro haciendo la señal de la cruz y rezando el gloria.
 Frente a las distintas imágenes de papás con sus niños, que se recogen en el libro 
del niño, el catequista motiva la charla preguntando: ¿Qué están haciendo estos 
niños con sus papas? Hace ver cómo los niños y sus padres juegan, ayudan a 
hacer la tarea, conversan juntos, rezan, comparten, sonríen, se abrazan, se hacen 
regalos, etc. 
 Luego se pregunta: ¿Qué cosas lindas y buenas hacen los papas por ustedes y 
por los demás? El catequista parte de las respuestas de los niños. Ellos anotan los 
nombres de sus padres y esas cosas lindas, buenas y especiales que ellos hacen, 
porque los aman mucho.
Objetivos
 ■ Reconocer el amor de Dios en las obras buenas de los padres.
 ■ Descubrir que Jesús muestra a su Padre Todopoderoso que, junto al Espíritu 
Santo, crean todo por Amor.
 ■ Conocer que Dios nos regala la Creación a todos los hombres, para que la 
disfrutemos y la cuidemos con responsabilidad.
 ■ Despertar en los niños un sentido de admiración, alabanza y acción de gra-
cias hacia Dios, que hizo la Creación.
4
Encuentro
MI PADRE CREA TODO 
POR AMOR
28
 El catequista invita a ver en esos gestos de amor, el Amor inmenso Dios Padre. Y 
concluye: 
A Dios lo llamamos “Padre” porque Él es el origen de todo lo 
que somos y de todo lo que tenemos y además porque su 
Hijo, Jesús, nos enseñó a descubrirlo como Padre.
 Jesús nos habla
Nuestro Padre
Pistas Para la r fl xión
 El catequista comenta el contenido del libro del niño:
 ■ Jesús va a presentar a su Padre como un Dios cercano. 
 ■ Cuando Jesús hablaba con su Padre, con una inmensa confianza, decía en su 
lengua la palabra abbá (papito). Esa palabra la usaban los niños pequeños para 
llamar cariñosamente a su papá.
 ■ Dios nos llama hijos como a Jesús. 
 ■ Como Creador de todo por amor hizo maravillas por nosotros y nos las regala 
para que las disfrutemos y las cuidemos responsablemente.
 ■ La Palabra de Dios en el Génesis habla de toda la creación. Por eso leemos 
Génesis 1,1;26-31.
r sPu sta a la Palabra
 A partir de aquí se lee Génesis 1,1-25 para ir descubriendo qué creó Dios cada 
día. 
 El catequista indica a los niños que, al tiempo que escuchan la lectura, miren los 
dibujos.
 Tras la lectura, los niños completan lo que Dios creó cada día, siguiendo el dibujo 
correspondiente.
 Acerca del séptimo día, el catequista no hará mucho hincapié, ya que se aborda-
rá más adelante, cuando se hable del domingo, día del Señor.
Dinámica de contemplación de la naturaleza
 – El catequista explica previamente lo que significa contemplar: 
 ■ Es mirar detenidamente, prestando atención a todas las maravillas de la natu-
raleza. 
 ■ El corazón se hace más sensible al amor transmitido por Dios. 
29
 ■ De nuestro interior surge un deseo de alabar y bendecir a Dios, por tanta ge-
nerosidad, y darle muchas gracias.
 – Se conduce al grupo al patio, a la plaza, a un lugar donde puedan sentir, tocar, 
percibir la naturaleza.
 – El catequista les pregunta qué ven, qué les gusta de lo creado.
 – El catequista les invita a hacer silencio y cerrar los ojos: 
 ■ La voz de Dios resuena detrás de los sonidos de la naturaleza (el sonido de los 
pájaros o algún otro animal). 
 ■ Pueden sentir la brisa o el viento, sentir el latido de la vida.
 Rezamos juntos
Gesto
 – Cuando queremos expresar mucho agradecimiento, devolver la alegría que sen-
timos, felicitar, reconocer… usamos el aplauso.
 – Aplaudimos a Dios Padre Creador, por ser tan bueno.
 – Enfatizar este gesto, haciéndolo muy fuerte porque Dios se lo merece.
 Se explica a los niños que en sus libros aparece el comienzo de una oración lla-
mada Credo. Ella afirma todo lo que hablamos en el encuentro y decimos que 
creemos que Dios es Padre y creó todo el Universo para todos nosotros y que 
tenemos un compromiso con esa creación.
 Para remarcar esta idea los niños rellenan con color la palabra “creador” que se 
muestra en sus libros.
 Se ora entonando el canto Alabaré.
Compromiso
 Se pide a los niños que hagan un dibujo en una hoja mostrando cómo podemos 
cuidar la creación. Pueden ayudarles en casa. Esta será su tarea, compromiso. El 
catequista les invita a que lo hablen en sus casas y puede dar algunos ejemplos: 
No derrochar el agua, cuidar los animales… 
Atención: Para el encuentro próximo se pide a los niños que traigan 
una foto de ellos de cuerpo entero. También traerán los dibujos que 
hagan acerca del cuidado de la creación.
30
Objetivos
 ■ Saber que lo más importante de la Creación de Dios es la persona humana y 
que Dios lo hizo por amor.
 ■ Descubrir qué significa que nos creó a “su imagen y semejanza” y como va-
rón y mujer.
 ■ Valorar la “vida”, siendo agradecidos con el cuerpo y las capacidades que 
nos regaló Dios, sabiendo que somos muy valiosos para Él.
 iramos nuestra vida
Lo más importante de la Creación
Ambientación
 – Es bueno ambientar el lugar del encuentro antes de comenzar: acomodar las 
sillas, colocar las imágenes que traemos, etc.
 – Hay que recibir con entusiasmo a los niños y ayudarlos a entrar en clima.
 – Antes de desarrollar el encuentro, si se ve que aún no están todos los niños, se 
puede comenzar practicando el canto que se utilizará como oración al final o los 
cantos que fueron aprendiendo anteriormente.
 – Se puede colocar en un lugar destacado una vasija de barro.
 Partimos de los dibujos del cuidado de la Creación que trajeron, valorando el tra-
bajo que han hecho y recalcando lo bueno que es cuidarla ya que es para todos. 
 De ahí o de las imágenes de la naturaleza que aparecen en sus libros, surge la 
pregunta que se recoge en el libro del niño: ¿Qué criatura de Dios no aparece en 
la imagen?
 Los niños dibujan lo más importante de la Creación y se plantea la pregunta para 
dialogar: ¿Por qué es lo más importante de la Creación?
5
Encuentro
SON UNA MARAVILLOSA 
CREACIÓN DE MI PADRE
3 
Jesús nos habla
Imagen de Dios
 Se presentan dos iluminaciones bíblicas para responder a los motivos de esta 
importancia del ser humano en la Creación. Se trata de Isaías 64,7 y de Génesis 
1,26-27.
Pistas Para la r fl xión
 El catequista va desgranando la amplia explicación que se expone a continuación. 
De hecho puede seleccionar qué partes prefiere abordar, con la tranquilidad de 
que una síntesis de la misma se encuentra en el libro del niño.
¡Somos una maravilla creada y amada por Dios!
 ■ Dios, desde siempre nos amó, nos regaló la vida, nos llama por nuestro nombre,nos quiere y nos acompaña, porque somos la obra de sus manos. 
 Se invita a mirar la imagen del alfarero de sus libros o la vasija de barro que he-
mos colocado en un lugar destacado. 
 ■ El alfarero va modelando la vasija de barro o de arcilla con sus propias manos y la 
va dejando según su voluntad.
 ■ Así Dios pensó en cada uno de nosotros con amor de Padre. 
 ■ Entonces todos somos hijos de Dios y por lo tanto hermanos entre nosotros. So-
mos todos iguales ante Dios. 
 ■ Si Jesús es el Hijo de Dios y nosotros también, somos hermanos de Jesús.
¿Qué significa que el ser humano fue creado “a imagen 
y semejanza de Dios”?
Dios creó al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó, 
hombre y mujer los creó. El hombre ocupa un lugar único en la 
creación: está hecho a imagen de Dios, en su propia naturaleza 
une el mundo espiritual y el mundo material, es creado hom-
bre y mujer y Dios lo estableció en amistad con Él. 
De todas las criaturas visibles solo el hombre es “capaz de co-
nocer y amar a su Creador”, es la única criatura de la tierra a la 
que Dios ha amado por sí misma, solo él está llamado a partici-
par, por el conocimiento y el amor, en la vida de Dios. Para este 
fin ha sido creado y esta es la razón fundamental de su dignidad. 
Por haber sido hecho a imagen de Dios, el ser humano tiene la 
dignidad de persona, no es solamente algo sino alguien. Es ca-
32
paz de conocerse, de poseerse y de darse libremente y entrar 
en comunión con otras personas, y es llamado por la gracia, a 
una Alianza con sus creador, a ofrecerle una respuesta de fe y 
de amor que ningún otro ser puede dar en su lugar
 atecismo de la Iglesia atólica 355-357
 ■ Conocer: Conocemos a Dios y relacionarnos con Él, conocer lo que nos rodea, a 
nuestros hermanos y a nosotros mismos, y conociendo poder transformar y cola-
borar con la Creación. Nos dio, también, la capacidad de conocer la verdad y 
distinguir lo que está bien de lo que está mal.
 ■ Elegir: Elegimos lo que queremos hacer y cómo queremos ser. Dios nos hizo libres 
para elegir el bien y, eligiendo bien, poder hacernos cada vez mejores y más feli-
ces. Ser libres no significa hacer lo que quiero y deseo sin importarme nada, sino 
elegir el bien y lo que me hace bien a mí y a los demás.
 ■ Amar: Amamos a Dios, a los hermanos y a nosotros mismos.
“A imagen…”
 ■ La Biblia dice “a imagen”, no dice que ya somos imagen perfecta. Entonces eso 
nos muestra que tenemos una tarea: ir haciéndonos cada vez más “imagen de 
Dios”.
 ■ Las personas nos vamos haciendo imagen de Dios a lo largo de nuestra vida. Por 
el mal uso de la libertad, podemos oscurecer esa imagen de Dios en nosotros.
 ■ Ser imagen de Dios es la causa, la razón de la importancia de ser personas. Todo 
atropello a la dignidad del hombre, es atropello al mismo Dios, del cual es imagen.
 ■ “Ser imagen”: sugiere idea de “parentesco”: todo hijo lleva en sí la imagen de su 
padre.
 El catequista pregunta a los niños: ¿Alguna vez les han dicho que eran parecidos 
a su papa o a su mamá?
 ■ “Ser imagen” significa que Dios nos hizo “parecidos” a Jesús. Ya que somos hijos 
de Dios y hermanos de Jesús. Cristo es la única imagen perfecta de Dios, porque 
es persona divina. Él es único que puede mostrar cómo es Dios. Nosotros esta-
mos llamados a esforzarnos por parecernos más a Dios. 
Parecernos a Jesús
 ■ Podemos hacernos cada vez más parecidos a nuestro amigo Jesús cuando imita-
mos todas sus actitudes. Entonces, cuando hacemos las cosas por amor, ¡nos 
parecemos más a Jesús! A él tenemos que parecernos e imitarlo. “Sed perfectos, 
como mi Padre celestial es perfecto” (Mateo 5,48). 
33
 ■ Es una tarea: intentar ser cada día más parecidos a Jesús. ¿Cómo? Solo con 
nuestra respuesta libre y constante, respondemos a la tarea de ser perfectos; in-
tentaremos cada día ser un poco más parecidos a Dios. 
 ■ Caminos de respuesta: 
 – Unidad. 
 – Buena comunicación con todos. 
 – Solidaridad. 
 – Ser instrumentos de paz, amor y servicio.
 ■ Leer el evangelio y meditarlo permitirá ir ahondando en la vida de Jesús: hombre 
obediente, respetuoso, alegre, servicial, amaba sin hacer diferencia, rezaba al Pa-
dre, compartía, sabía escuchar. Tantas cualidades y actitudes que iremos cono-
ciendo durante toda la vida. Imitándolo nos iremos haciendo cada vez más pare-
cidos a Jesús. 
¿Por qué nos creó varón y mujer?
 ■ Dios creó al ser humano como varón y mujer y no hay otra manera de existir.
 ■ Dios ama a los niños y a las niñas del mismo modo. En este sentido para Dios so-
mos todos iguales. Sin embargo, quiso que los varones y las mujeres fueran distin-
tos y complementarios en el modo de ser, varón o mujer, y que esas diferencias nos 
ayuden a crecer, a ser mejores, a amar y a continuar su obra generando vida.
 ■ Si prestamos atención veremos que niños y niñas son distintos físicamente, en la 
forma de pensar, de sentir, de comunicarse, de hacer amigos y… ¡hasta de rezar! 
Este modo de ser, de vivir y de expresar el amor humano se llama sexualidad y 
abarca a toda la persona.
 ■ Porque somos una creación maravillosa de Dios hay que: aprender a conocerse, 
a aceptarse como uno es, a respetar al otro y hacerse respetar. 
Eduquemos para aceptar y valorar a varones y mujeres simple-
mente porque son personas, desde que están en la panza de la 
mamá hasta los últimos días de su vida, sin importar su condi-
ción, ancianos, ricos, pobres, blancos, negros, sanos, enfermos, 
no nacidos, a todos.
Es necesario que entre varones y mujeres se conozcan mejor 
para comprenderse, respetarse y convivir adecuadamente Es 
importante estimular el crecimiento y el desarrollo de todas las 
potencialidades del varón y de la mujer.
Desde lo biológico, ¿qué diferencia a un varón de una mujer? 
Somos genéticamente distintos. Nuestros cuerpos son diferen-
34
tes, nuestro cerebro también. Desde que el embrión está en el 
útero materno el desarrollo cerebral es diferente. Cuando na-
cemos nuestro cerebro ya es distinto tanto en su estructura 
como en su funcionamiento.
Personas, seres en relación
Las personas son seres sociales, en relación, que se comunican con:
 ■ Dios, quién nos llama a ser sus hijos y a participar de su misma vida divina. Rela-
ción filial.
 ■ Las demás personas, en una relación de igualdad. Somos hermanos entre noso-
tros, ya que tenemos un mismo Padre. Relación fraterna.
 ■ El mundo, la naturaleza, trabajando, transformando, produciendo, distribuyendo 
equitativamente, cuidando. Dios coloca al ser humano como encargado de “go-
bernar el mundo” como servidor o señor de las cosas creadas (“que domine”, dice 
la Biblia), recordando que la persona es superior a todas las cosas. Dios sigue 
creando el universo a través del corazón, las manos y la mente del hombre. Rela-
ción de dominio.
 ■ Con sí mismo. Las personas pueden conocerse a sí mismas respondiendo a la 
pregunta: ¿Quién soy yo? Deben cultivar un equilibrado aprecio hacia sí mismas, 
valorarse, respetarse, aceptarse tal cual fueron creadas por Dios. Relación con 
uno mismo.
r sPu sta a la Palabra
 Los niños deben poner en el interior de los círculos que hay en cada imagen un 
“sí” cuando representen acciones que les hacen más parecidos a Jesús y un “no” 
cuando la imagen exprese una acción que les aleje de parecerse a Jesús.
 Es momento de dar muchas gracias, por la vida que nos regaló Dios, por el ser 
varón o mujer, por el cuerpo que tenemos.
 – Cada niño pega la foto que se pidió en el encuentro anterior que trajese.
 – De no tenerla, se puede dibujar a sí mismo. 
 – Se sugiere armar un poster con las fotos de todos los niños del grupo.
Gesto
 – Los niños escriben una cartita a Papá Dios agradeciendo el regalo de la vida. 
 – Si queda tiempo, pueden compartirse las oraciones. 
35
 Rezamos juntos
 Se termina el encuentro con el canto El Amor de Dios es maravilloso, acompañán-
dolo con gestos, los cuales el catequista debe no solo enseñar sino también ex-
plicar su significado:
 – Alto (con brazos extendidosy manos arriba): Decimos que el amor de Dios es 
tan alto que puede ver todo desde muy lejos, desde muy arriba, que nada es-
capa a su mirada y aunque queramos esconderle algo, Él lo sabe todo, nos mira 
y nos cuida con amor.
 – Bajo (agacharse con brazos hacia abajo): Decimos que Dios se puede hacer 
chiquito, humilde, pobre, indefenso, para enseñarnos a amar a los chiquitos, 
pobres e indefensos de nuestro mundo.
 – Ancho (con brazos extendidos a los costados): Decimos que el amor de Dios 
puede abarcar toda la tierra, todo el infinito y a todos los hombres.
 – Grande (con brazos bien abiertos y muy altos): Decimos que ese Amor es lo 
más grande.
Compromiso
 Se pide a los niños que hagan su compromiso a partir de la frase que deben com-
pletar en sus libros.
Notas: 
36
Objetivos
 ■ Entender que por la desobediencia a Dios perdemos la gracia, pero Dios 
siempre perdona.
 ■ Saber que Dios tuvo un proyecto de amor muy grande al enviarnos a Jesús 
para que viviera entre nosotros, nos mostrara su amor y nos devolviera la 
gracia.
 iramos nuestra vida
Roli y Ana
Ambientación
 – Se da la bienvenida a los niños con mucho cariño.
 – El catequista les pregunta a los niños cómo anduvieron con el compromiso de 
imitar las actitudes de Jesús.
 Partimos de la historia de un niño, Roli, que le cuenta a su amiga, Ana, que por 
desobedecer a su papá, hizo que rompiera su elemento de trabajo.
 Ellos deben finalizar la historia y partir de la respuesta de que si su papá por eso 
dejo de amarlo, introducir el tema de la “caída” de Adán y Eva.
Jesús nos habla
Desobedecieron a Dios
 Se lee Génesis 3,1-24.
Pistas Para la r fl xión
Adán y Eva y el pecado original
 ■ Adán y Eva representan toda la humanidad. Dios los crea buenos y le ofrece su 
amistad y les regala la gracia, o sea, participar de su misma vida divina al crearlos 
a “imagen y semejanza”. 
6
Encuentro
MI PADRE TUVO UN HERMOSO 
PROYECTO DE AMOR
37
 – Los coloca en el Jardín del Edén, con todo lo necesario para que vivieran 
felices. 
 – Les propone no comer de los frutos del árbol del conocimiento del bien y del 
mal, “porque el día que comieres de él morirás” (Génesis 2,17). El árbol evoca 
simbólicamente el límite infranqueable: el hombre, siendo criatura, debe recono-
cer libremente y respetar con confianza.
Dios creó al hombre a su imagen y lo estableció en su amistad. 
Criatura espiritual, el hombre no puede vivir esta amistad más 
que en la forma de libre sumisión a Dios. Esto es lo que expre-
sa la prohibición hecha al hombre de comer del árbol del co-
nocimiento del bien y del mal, “porque el día que comieres de 
él, morirás sin remedio” (Gn 2,17). “El árbol del conocimiento 
del bien y del mal” evoca simbólicamente el límite infranquea-
ble que el hombre, en cuanto criatura, debe reconocer libre-
mente y respetar con confianza. El hombre depende del Crea-
dor, está sometido a las leyes de la Creación y a las normas 
morales que regulan el uso de la libertad.
 atecismo de la Iglesia atólica 396
 ■ El hombre puede decidir a favor o en contra de Dios. Somos libres. Dios mismo 
nos creo así, con libertad. Nuestro Creador es un Dios respetuoso de nuestras 
decisiones.
 ■ Fueron tentados por la serpiente (demonio), quien los sedujo mintiéndoles acerca 
de que si desobedecían a Dios, iban a ser “como Dios”. Ese es el pecado: No re-
conocer los propios límites y querer ser como Dios. 
 ■ Así surge el primer pecado del hombre que llamamos pecado original. Perdieron 
la gracia de la santidad original. Tienen miedo de Dios, de quien conciben una 
falsa imagen. Y la comunicación se cortó. Ya no pudieron ser felices.
¿Qué es la gracia?
 ■ La gracia es estar llenos del amor de Dios, es la vida divina en nosotros. La gracia 
es ofrecida por Dios generosamente, no se niega nunca a nuestras oraciones, y en 
la justa medida nos socorre en nuestras necesidades.
 ■ La gracia es un don mediante el cual Dios nos hace partícipes de su vida trinitaria: 
“El amor misericordioso de Dios te llena de gracia”
 Aún no se profundiza el significado de pecado, solo si surge de la inquietud de 
algún niño, se lo puede definir como “desobediencia” a lo que Dios nos propone 
para nuestro bien o el rechazo del amor que Dios nos ofrece.
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 n proyecto de amor
 ■ A pesar de la caída de Adán y Eva, Dios siempre perdona y por ello tuvo un her-
moso proyecto de amor.
 ■ Lo más grande que hizo Dios Padre por nosotros es enviar a su Hijo, Jesús, para 
mostrarnos y demostrarnos con su vida cuánto nos ama. Su amor y su presencia 
en nosotros es “abundante”.
 ■ Gracias a Jesús, recuperamos la vida de la gracia y volvemos a ser hijos de Dios.
 El catequista debe recalcar que Dios es muy bueno y que, a pesar que nosotros 
muchas veces no hacemos las cosas bien o nos olvidamos de Él, su Amor es 
tan grande y maravilloso (como cantamos en la canción del encuentro anterior), 
que siempre nos perdona. 
r sPu sta a la Palabra
 Se pide a los niños que ilustren momentos de la vida en que la gracia de Dios les 
hace vivir como Jesús quiere. Por ejemplo: 
 – Cuando obedezco a mis padres.
 – Cuando soy generoso con mis compañeros.
 – Cuando rezo.
 – Se puede agregar más ejemplos.
 Rezamos juntos
 Uno de los niños dice las invocaciones y todos responden:
Te damos gracias, Padre Bueno
Compromiso
 El catequista ayuda a los niños a que elijan un compromiso hacia sus padres, por 
ejemplo: obediencia, respeto, colaboración, perdón, etc.
 Se les explica que para cumplir con lo que nos comprometemos, hemos de pedir 
ayuda a Jesús. Necesitamos su fortaleza, su gracia, para no caer en la “tentación” 
de abandonar el compromiso.
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7
Encuentro
MI PADRE SIEMPRE 
SE COMUNICA
 iramos nuestra vida
La historia de Roli
Juego: El teléfono descompuesto
 ■ Objetivo: Aprender a hacer silencio y prestar atención a lo que el otro dice, para 
poder transmitir bien el mensaje.
 ■ Desarrollo:
 – Sentarse en ronda, uno pegado al otro.
 – El catequista dice una frase en el oído del niño sentado a la derecha, en voz baja 
y tapando sus labios con ambas manos, de manera que ninguna otra persona 
escuche lo que se dice. La frase puede ser, por ejemplo: “Jesús, nuestro amigo, 
nos ama mucho” o “Dios siempre perdona”.
 – Luego el niño transmite el mensaje al compañero de la derecha, y así sucesiva-
mente hasta terminar la rueda. El último deberá repetir la frase textual.
 – Se puede dar que la repitan textualmente. Si es así, el catequista felicitará a los 
niños porque se cumplieron las condiciones de silencio, prestar mucha atención 
y transmitir correctamente.
 – Si la frase no llega bien al final, es porque faltó algunas de dichas condiciones.
 Se retoma la historia de Roli. Por eso vemos y leemos las viñetas del libro del niño. 
 El catequista debe notar la importancia del diálogo, de escuchar a los papás cuan-
do quieren hablar con nosotros, y de que a pesar de que desobedecemos o no 
hacemos las cosas bien, ellos no dejan de amarnos.
Objetivos
 ■ Saber que Dios Padre siempre quiere comunicarse con nosotros, aunque le 
fallemos.
 ■ Descubrir que la comunicación con Dios puede darse de diversas maneras.
 ■ Hacer silencio, prestar atención, para poder lograr una buena comunicación 
con Dios.
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 – El haber hecho un “pacto” con el hijo tiene que ver con la reparación de la des-
obediencia.
 – Valorar el pedido de perdón del niño y el aceptar las consignas de su papá.
 – El final fue muy feliz porque predominó el Amor y hubo muy buena comunicación.
 Tras lo comentado el catequista lanza la siguiente pregunta: Y Dios nuestro Padre, 
¿quiere comunicarse con nosotros? ¿Por qué?
 El catequista puede completar algo más el contenido del libro del niño, al referir 
que Dios siempre buscó comunicarse con las personas porque:
 ■ Nos ama mucho. Dios es un Padre Bueno que nos quiere y nos acompaña 
siempre, no para vigilarnos o castigarnos, sino para conducirnos a la verdadera 
felicidad.
 ■ Quiere darnos a conocer su amor misericordioso. Como el padrede Roli, Dios 
quiere tener un dialogo sincero con nosotros, siempre nos perdona y nos da la 
oportunidad de volver a restablecer nuestra amistad.
 ■ Desea enseñarnos a ser felices.
Jesús nos habla
 n proyecto de amor
Pistas Para la r fl xión
Dios nos habla con hechos y palabras
 ■ Dios porque es todopoderoso quiso revelarse a sí mismo y dar a conocer su vo-
luntad y su amistad con todos nosotros. 
 ■ Resulta difícil conocer a Dios porque no lo vemos, pero “Él en ésta revelación, 
habla a los hombres como amigos, movido por su gran amor, y mora con ellos 
para invitarlos y recibirlos en su compañía” (cf. Dei Verbum 2). 
 ■ Dios se comunica con hechos y con palabras intrínsecamente unidos (cf. Dei Ver-
bum 2). Dios habla a través de la vida y los acontecimientos vividos por su pueblo.
¿Cómo sabemos que Dios se comunica?
 ■ El deseo de Dios fue siempre vivir en amistad con nosotros. Varias veces nuestros 
antepasados han perdido esa amistad. Pero Dios siempre vuelve a restablecerla. 
 El catequista puedes contar muy sucintamente la historia de la salvación, par-
tiendo del contenido que aquí se recoge, pero no se detiene a explicar con de-
talle a los niños. La síntesis que estos disponen está en sus libros.
 ■ Dios se comunicó con Abraham, le encargó ser Padre de un gran pueblo. Des-
pués ese pueblo se fue organizando. Los israelitas emigraron a Egipto por una 
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gran hambruna y terminaron convirtiéndose en esclavos del pueblo egipcio. Dios 
entonces habló con Moisés y le pidió que liberase a su pueblo y lo llevara a su 
patria: Israel. Así se iban preparando para recibir al Salvador prometido. 
 A los niños, el catequista aún no les hablamos como Salvador, sino como el Hijo 
de Dios que quiere mostrarnos y demostrarnos con su vida el amor misericor-
dioso del Padre.
 ■ Más tarde varios profetas hablaron en nombre de Dios para que el pueblo no se 
olvidara de la amistad con Él. Les enseñó a conversar con Él, a descubrir lo que 
era mejor para ellos y, sobre todo, a buscarlo como su único Dios.
 ■ Entonces, cuando la gente estuvo preparada, Dios habló de la mejor manera: por 
medio de su Hijo querido, Jesús. 
 ■ Dios cumplió con la promesa que le habia hecho a su pueblo: enviarles a su Hijo, 
Jesús, para que viviera entre nosotros, nos mostrara su amor y nos devolviera la 
gracia perdida por el pecado de nuestros antepasados. Dios siempre cumple sus 
promesas.
r sPu sta a la Palabra
 El catequista se basa en el contenido del libro del niño y lo comenta a partir de las 
siguientes ideas:
 ■ Podemos comunicarnos con Dios, porque Él nos habló primero. Nos habla en la 
Creación.
 Es momento de recordar a los niños lo que vimos al respecto de la Creación 
(Encuentros 4 y 5).
 ■ Dios nos habla también a través de las personas que lo quieren y conocen: los 
padres, maestros, catequistas, amigos, los sacerdotes, el Papa. 
 ■ Dios se comunica a través de las cosas que nos pasan y en nuestro interior, en la 
conciencia. 
 ■ De modo especial nos habla a través de su hijo, Jesús, ese gran Amigo que veni-
mos conociendo y cuya amistad vamos a acrecentar a lo largo de toda la vida.
 En un segundo momento, el catequista puede hacer una lectura de las imágenes 
que aparecen en el libro de los niños:
 ■ Referidas a nuestro interior:
 – El dibujo nos sugiere que Dios habita en el corazón de cada persona. El mismo 
Dios en mí. La voz de la conciencia se puede convertir en voz de Dios.
 – La fotografía nos enseña a dos niños con las manos juntas y haciendo la señal 
de la cruz. Están orando, están escuchando su interior.
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 ■ Referidas a las personas:
 – El dibujo quiere poner de relieve la figura del Papa, como una de esas personas 
que nos dan buenos consejos y nos cuidan, que nos ayudan a construirnos (ojo 
al detalle del ladrillo) como personas.
 – La fotografía nos muestra a una catequista con su grupo. Ellos también se con-
vierten en “voz” de Dios para nosotros al anunciarnos su mensaje.
 ■ Referidas a Jesús:
 – El dibujo expresa a Jesús como guía, que con sus palabras nos guía a la Vida, 
como un GPS nos va conduciendo a nuestro destino.
 – La fotografía presenta el momento de la homilía de una celebración de la Euca-
ristía. La Liturgia de la Palabra de cada celebración se convierte en un momen-
to privilegiado para escuchar la voz de Jesús.
 Rezamos juntos
 Advertimos que la dinámica, el gesto-postura, la oración y el canto forman parte 
de un único momento, de una única experiencia de oración. 
 El catequista explica los pasos antes de ponerlo en práctica y recuerda el juego de 
inicio y la conclusión que sacamos: queremos comunicarnos bien y queremos 
comunicarnos bien con Dios. 
 El lugar tiene mucho que ver, sería muy bueno que tuviese lugar en el sagrario.
Dinámica de silencio
 Objetivo: Hacer silencio para intentar comunicarnos con ese Dios Padre todopo-
deroso que quiere que lo escuchemos y quiere escucharnos.
 Cuestiones previas:
 – Hacer silencio tiene una gran importancia, porque es imposible aprender algo o 
comunicarse con el otro, si no sabemos hacer silencio y escuchar.
 – Algunos niños han perdido la capacidad de hacer silencio y les resulta difícil 
permanecer callados. No se trata de amenazarlos para que dejen de hablar, 
porque en este caso seguirán pensando en cualquier cosa, o tendrán bronca y 
tampoco aprenderán.
 – Se trata de buscar un silencio activo. No es silencio de los que miran televisión, 
que solo reciben sin pensar; es un silencio en el que pueden elaborar lo que 
escuchan para dar una respuesta.
 – Este silencio nos es solo indispensable para la comunicación entre personas, 
sino también para con Dios. El que no sabe dialogar con los demás, no sabe 
dialogar con Dios.
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 Desarrollo:
 – Hacer silencio exterior. Esto consiste en que el niño no tenga cosas que lo dis-
traigan. Se les pide que se queden quietos, cómodos, se los puede hacer ins-
pirar y expirar para que se relajen. Se les hace notar que, si yo hago ruido, 
molesto al otro. Hay que ser generoso en este aspecto.
 – Hacer silencio interior. Se trata de concentrarse, prestar atención a lo que estoy 
pensando o diciendo con palabras. 
 – Ayuda mucho el cerrar los ojos, así no cabe distracción con nada de lo que nos 
rodea y nos ayuda a centrarnos interiormente. 
Gesto-postura
 – Hacemos esta experiencia de silencio en la postura “de rodillas”.
 – El catequista explica que solo nos arrodillamos ante Dios, nuestro Señor. Esta 
posición significa adoración. Y solo se adora a Dios Padre, Dios Hijo y Dios Es-
píritu Santo. 
Oración
 – Tras dejar un breve lapso de silencio, el catequista recita despacio la oración Te 
escucho, que se encuentra en el libro del niño.
Te escucho
Háblame, Señor, que te escucho!
Hoy y siempre te escucho, Señor.
 – Puede repetirla varias veces, dejando un espacio de silencio entre ellas. Incluso 
puede invitar a que los niños la vayan repitiendo.
Canto
 – Se concluye la experiencia cantando Háblame, Señor.
Compromiso
 Se motiva a los niños a que cuenten en sus casas todo lo aprendido y vivido hoy, 
ya que hemos descubierto cosas maravillosas de Dios. 
 Se les ayuda a concretar la propuesta de Jesús: hablar con él e invitar a rezar en 
familia.
Atención: El próximo encuentro se trabajará con la biblia o evangelio, 
por lo que se deberá pedir a los niños que lo traigan. Véase lo que se 
propone en la página 48.
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8
Encuentro
CON MI PADRE, 
HABLAMOS A TRAVÉS 
DE LA PALABRA
Objetivos
 ■ Conocer y reconocer que la Biblia es Palabra de Dios. Dios es el autor.
 ■ Ejercitar en la búsqueda con las citas del evangelio.
 ■ Iniciarlos pausadamente a la meditación y lectura orante.
 iramos nuestra vida
El libro más importante
 El catequista comienza la sesión interrogando a los niños sobre cómo anduvieron 
en la semana con la propuesta de Jesús: ¿Pudieron comunicarse con Dios? ¿Les 
costó? ¿Charlaron en familia?
 Se pregunta a los niños si les gusta leer, qué leen y qué libros conocen.
 En sus libros los niños ventipos distintos de libros (de izquierda a derecha): 
 – Un álbum de recuerdos de la Primera Comunión. 
 – Un libro de literatura infantil.
 – Un libro de texto de la asignatura de Religión.
 – Una Biblia.
 Aprovechamos la ocasión para incentivar la lectura e indicar que el libro es impor-
tante si lo leemos.
 Si los padres les han envuelto para regalo la Biblia, el catequista les indica que sus 
papás les dejaron un regalo para cada uno, que les servirá para ser buenas perso-
nas y muy felices el resto de sus vidas. Y se les invita a que cada uno abra su pa-
quete. Para este momento es imprescindible que a ningún niño le falte el regalo.
 Cuando los niños hayan abierto sus regalos se les pregunta si reconocen lo que 
es. Y a partir de esta pregunta y sus respuestas, se aborda el contenido que apa-
rece en el libro del niño.
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 A continuación ampliamos ese contenido con algunos aspectos que juzgamos 
que el catequista debe conocer:
Sobre la Biblia
La palabra “Biblia” viene del griego y quiere decir “libros”. Pode-
mos decir que es una biblioteca que contiene libros de diferen-
tes estilos y épocas.
Antiguamente se escribía a mano, sobre rollos de cuero o pa-
piro. Muchos siglos después todos esos rollos y papiros bíblicos 
se transformaron en un único libro, la Biblia.
La Biblia surgió de la vida del pueblo. Es el fruto de la inspira-
ción de Dios que quiere el bien de todos los hombres, por el 
amor que les tiene, y es fruto también del esfuerzo humano 
por querer vivir la vida , la justicia de Dios y ser feliz.
Ella nos narra, de muchas maneras, la larga marcha de fe de un 
pueblo que experimentó la presencia salvadora y liberadora de 
Dios. En esta historia Dios y el pueblo son los personajes: un 
Dios que busca a su pueblo y un pueblo que busca a su Dios.
En la Biblia encontramos la historia más hermosa, la verdad que 
todos buscamos, la noticia que todos debemos proclamar con 
alegría: El amor de Dios por su pueblo.
Israel es el pueblo que Dios eligió entre otros pueblos para 
celebrar con Él un compromiso de amor: la Alianza. Pero llegó 
un momento en que Dios hizo saber que su amor no era solo 
para Israel, sino para todos los pueblos de todas las épocas.
¿Cómo nacieron los Evangelios?
Jesús predicó poco tiempo, murió joven sin haber escrito nada. 
Los doce apóstoles, escogidos por Jesús, anduvieron con él 
aprendiendo lo que enseñaba.
Esas enseñanzas y los recuerdos que los apóstoles guardaban y 
transmitían, se llaman tradición apostólica. Los evangelios na-
cen de esa tradición apostólica. 
Los evangelios son los de Marcos, Mateo, Lucas y Juan. Estos 
cuatro evangelios narran cómo vio el evangelista lo que Jesús 
hizo y enseñó mientras estuvo con su pueblo hasta el día en 
que subió al cielo.
El Nuevo estamento está formado por los Evangelios, los He-
chos de los Apóstoles, unas cartas de San Pablo y otros autores 
y el Apocalipsis.
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Estos escritos aseguran que Jesús existió realmente, explican su 
enseñanza auténtica, anuncian la fuerza salvadora de su obra y 
cuentan los comienzos y el crecimiento de las primeras comu-
nidades cristianas. 
La Iglesia considera la Biblia, junto con la radición, como la re-
gla suprema de su fe.
 Se aclara en la ilustración de la Biblioteca de la página 37 del libro del niño que AT 
se refiere a Antiguo Testamento y NT se refiere a Nuevo Testamento.
Jesús nos habla
 Se lee Juan 20,31.
r sPu sta a la Palabra
 En el encuentro anterior, se comenzó iniciando a los niños a hacer silencio, ahora 
vamos a comenzar en forma sencilla a iniciarlos a la meditación de la palabra o 
lectura orante. Es un camino que debemos comenzar con paciencia y disposición 
del corazón. 
 Si nos fijamos en libro de niños, está dada de forma muy simple. Aquí lo explica-
remos con detalle, para que nosotros catequistas tengamos una guía de cómo 
meditar la Palabra. Otra explicación complementaria la podemos encontrar en la 
página 10 de esta Guía.
 ■ Preparación
 – Elegir el texto bíblico, tener tiempo necesario para meditar y lugar adecuado.
 – Rezo la señal de la cruz (se puede recordar lo que significaba hacerlo tal y 
como se vio en el Encuentro 3): Me pongo en manos de la Santísima Trinidad.
 – Invoco al Espíritu Santo: “¡Ven, Espíritu Santo, ayúdanos a abrir el corazón y la 
mente a tu voz viva en la Biblia!”
 ■ Lectura
 – Leo el texto elegido en forma pausada y repetida. 
 – Si me distraigo, vuelvo al texto, no busco otro, y se repite la lectura.
 ■ ¿Qué dice el texto? 
 – Pongo atención en las personas, verbos, palabras, expresiones. 
 – Imagino, veo, me ubico en la escena, escucho, pongo atención en aquello que 
me toca más.
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 ■ ¿Qué me dice Jesús?
 – Él me está hablando. ¿Qué es lo que me llama la atención? ¿Qué me está pi-
diendo desde esta Palabra? ¿Qué tengo que cambiar, mejorar? 
 – Me pongo en actitud meditativa.
 ■ ¿Qué le digo a Él? 
 – Le digo todo lo que surgió en mi corazón: le hablo, lo escucho, lo alabo, lo 
bendigo, le pido perdón, le doy gracias. 
 – Es la oración, es mi encuentro personal con mi Dios desde la Palabra.
 ■ Contemplación 
 – Estoy ahí delante del Señor. La Palabra me ha tocado, me ha inundado, ha 
iluminado mi vida. 
 – Me quedo un ratito con él, disfruto, gozo.
 ■ Acción
 – Ahora viene, poner en práctica la Palabra. Doy una respuesta de vida.
 – La Palabra provocó en mí el cambio, vivo según me lo tatuó Jesús en mi co-
razón: 
Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la practican. 
Lucas 11,28
 El catequista, una vez explicados los pasos de la lectura orante de la Palabra pue-
de repasarlos con los niños haciéndoles fijarse en los dibujos que acompañan 
cada paso.
Rezamos juntos
Gesto
 – Todos los niños toman la Biblia o el evangelio abierto en las manos y dicen fuerte:
¡Creo en tu Palabra, Jesús!
 – Todos besan la Palabra como signo de amor y respeto.
 Todos juntos recitan la oración Vivir la Palabra.
Compromiso
 El catequista invita a conversar sobre la importancia de la Biblia y el respeto que 
se merece por ser Palabra de Dios.
 Se puede sugerir a los niños que en sus casas coloquen la Biblia o el evangelio 
en algún lugar importante, y de ser posible la lean todos los días.
48
 En el libro del niño se les indica el compromiso de esta semana:
 – Buscar cada día una de las citas del Evangelio que se les propone.
 – Relacionar las citas con el título correspondiente que aparece en su libro.
 – Poner en práctica la lectura orante o meditación con cada una de ellas. 
 – Dibujar la escena del Evangelio que más les gustó.
Atención: Para el próximo encuentro se pide a los niños que traigan 
dos fotos: una de su mamá y una de ellos mismos.
Atención: Al final del encuentro 7 se recuerda al catequista que deberá pedir 
a los niños que traigan la Biblia o los evangelios para trabajar con ellos en el 
encuentro 8.
Se sugiere pedir a los papás que envuelvan para regalo la biblia o evangelio, 
aunque fuera usada, con una tarjeta en la que ellos escriban un mensaje para 
sus hijos. Es uno de los regalos más bello que nos dan Jesús y el Padre: la 
Palabra viva.
2
Jesús nos cuenta 
su vida
50
Objetivos
 ■ Conocer más sobre la figura de María. 
 ■ Comprender que María, una mujer sencilla de Nazaret, fue elegida por Dios 
para ser la madre de Jesús y, a través de ella, cumplió su promesa de salva-
ción a la humanidad.
 ■ Ayudar a descubrir a la Virgen María como modelo de obediencia y de fe, 
para saber imitarla y poder decir sí, como ella, que estamos listos para hacer 
el querer de Dios.
 iramos nuestra vida
María, llena de gracia
Ambientación
 – Preparar una mesa con mantel. 
 – Colocar sobre ella la Biblia, una imagen de María, una vela y flores.
 El catequista, antes de dar comienzo al tema, les pregunta sobre el compromiso 
que se fijó en el pasado encuentro: 
 – ¿Pudieron encontrar las citas bíblicas para leer en familia? 
 – ¿Oraron con la Palabra? 
 – ¿Cómo fue la experiencia de hablar con Dios?
Dinámica: Cada madre con su hijo
 – En el encuentro

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