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75 El perfume ... una palabra llena de sensualidad y de evocaciones, que desde siglos acompaña y califica el lujo, el prestigio, la excepción. Una palabra que contie- ne un mundo de situaciones, de exotismo y de viajes, la cual deriva del latín “per fummum”, que significa “a través del humo”. Evoca el humo y el vapor, que fueron el origen de los primeros perfumes de la historia, los inciensos, que emanaban un suave olor característico al ser quemados, generalmente como ofrenda a los dioses de todas las civilizaciones antiguas. Según fuera el dios a ofrendar o incluso el momento del día, estos perfumes cambiaban, siendo los más fuertes y olorosos los que eran reservados para las ofrendas nocturnas. El sentido primitivo de estos perfumes era purificar y divinizar el cuerpo, además de alejar el mal y facilitar el paso al más allá. Siguiendo la tradición egipcia, tomó el relevo el antiguo imperio griego que elevó la disciplina a la categoría de ciencia y desarrollaron con pasión el cul- tivo de flores para obtener diferentes fragancias. Después de su aplicación divina, llegó el uso profano que los romanos popularizan asociándolo al lujo desenfrenado de la época de los emperadores, como nota de distinción y poder. Los diferentes imperios europeos tampoco esca- paron al influjo del olor, y salvo honrosas excepciones, los grandes reyes lo usaron y fueron imitados por cor- tesanos y cortesanas, aunque como siempre, el pueblo llano quedó al margen de estos caprichos, ocupado como estaba en el sobrevivir cada día. Las grandes damas fueron, sin duda, las impulsadoras y las primeras en utilizar perfumes alcohólicos en sustitución de vie- jos aceites y ungüentos. En un principio, los perfumes se personalizaban y era fácil encontrar casas de perfumería con 2.000 ó 4.000 perfumes diferentes a la venta, pero en plena Belle Epoque (1900-1920), la perfumería pasa de la fabricación artesanal a la era industrial. Los perfumes adquieren marca propia y un frasco confeccionado a la medida. Grasse (en la Costa Azul, Francia) es, sin lugar a dudas, la Capital del Perfume a nivel mundial, con sus PERFUMES: EL AROMA DE LA ALQUIMIA Deseada Tirado Gámez Dedico mi primer artículo a la memoria del profesor Fidel Jorge López Herrera. tradicionales cultivos de jazmín, rosas y naranjos. Las grandes firmas de la perfumería empiezan a consolidarse y a tomar forma, sin embargo, el verdade- ro nacimiento de la perfumería moderna surge gracias a la moda. El modisto Paul Poiret fue el primero en asociar que una mujer bien vestida era una mujer aro- mática; “El perfume es uno de los accesorios más im- portantes del vestuario femenino”. En el 1921 Coco Chanel le pide a uno de los primeros “narices”, Ernest Beaux, su ilustre Nº5, perfu- me favorito, entre otras, de Marylin Monroe, y por primera vez entran en la composición de una colonia productos de síntesis, los aldehídos, que permiten pro- fundizar un fondo floral potente. COMPOSICIÓN: ESENCIAS DE LA SEDUCCIÓN Ante todo el perfume es un compuesto de olores, más o menos complejo, más o menos armonioso. Su base casi siempre es de alcohol puro, acompañado con cuerpos y esencias aromáticas, de origen vegetal, ani- mal o sintético, y de productos químicos para estabili- zar la mezcla o darle más fuerza. Pensamos en los olores vegetales como constitu- yentes de la esencia básica. En efecto, las plantas aro- máticas, usadas desde los tiempos más remotos, son las primeras en constituir la “nota de fondo” de un perfu- me, sin embargo, los olores vegetales no se limitan únicamente al aroma de las flores, las frutas están tan presentes como ellas, y permiten en general perfeccio- nar una “nota de cabeza” añadiendo sus olores especia- les. Es el caso particular de los cítricos, el limón, la naranja, la mandarina; otros perfumes más dulces se acompañan a menudo de notas de manzana, de meloco- tón o de albaricoque. No olvidemos tampoco estos acentos de canela, de clavo y de nuez moscada, de musgo de roble, de lavanda, etc. Mil extractos vegetales, mil olores pecu- 76 liares que le dan al perfume toda su personalidad. Aunque menos conocidas, son muy importantes las esencias de origen animal que entran en la compo- sición de un perfume, dándole al perfume una nota de sensualidad y actuando como “fijadores” del perfume. Hoy en día estos componentes son productos de sínte- sis, proviniendo de reacciones químicas elaboradas, y sin vínculo alguno con las sustancias animales origina- les. Cuatro de ellas ocupan un sitio relevante: el almiz- cle, la algalia, el castóreo y el ámbar gris. El almizcle es una secreción de las glándulas de un ciervo de Asia central, el ciervo almizclero, también se extrae de la rata almizclera, el buey almizclero y el caimán de Florida. Hoy en día es un producto de sínte- sis que interviene como “fijador” del perfume y para dar al perfume una tonalidad suave y penetrante. La algalia, en cambio, guarda su aroma fuerte y natural cuando se usa en perfumería. Originariamente se extraía de una glándula del animal del mismo nom- bre, que pertenece a la familia de los felinos. Hoy en día se produce sintéticamente. El castóreo, como lo indica su nombre, tiene su origen en el castor canadiense, más precisamente en sus glándulas perineales. Existe una recomposición sintética de este producto, que no disminuye sus méri- tos como fijador del perfume con olor fuerte y amargo. El ámbar gris, denominado durante mucho tiem- po “el oro negro del mar”. Es una sustancia pegajosa, parecida a la cera, que se encuentra flotando sobre el agua en mares tropicales; se compone de los elementos no digeridos por el estómago de los cachalotes y es uno de los mejores fijadores de fragancias que se usan. Hoy en día el ámbar gris es creado sintéticamente. Más allá de las sustancias vegetales y animales, desde más de un siglo se han desarrollado mucho los productos de síntesis, procedentes de la investigación en Química Orgánica. Ofrecen una amplia gama de olores encontrados en la naturaleza o no, y enriquecen el abanico del perfumista. ELABORACIÓN Y CREACIÓN: NACIMIENTO DE UNA SENSACIÓN La creación de un perfume es una mezcla de ciencia y arte; ciencia porque hay que buscar los aro- mas compatibles que mejoren y que colaboren entre ellos, y arte porque toda composición forma parte de la inspiración del artista, en este caso, perfumero, y como tal, a algunas personas les llegará a su interior produ- ciéndoles emociones, y a otras, en cambio, les dejará fríos o simplemente les desagradará. Detrás de cada perfume hay una prestigiosa “na- riz”. Su adiestrado sentido del olfato es capaz de com- poner una sinfonía aromática con el virtuosismo de un músico genial. No existe ningún diploma o título para esta profesión, que precisa ante todo amor y don para los olores, además de un largo aprendizaje. También ciertas renuncias, porque una “nariz” no fuma y se protege de todo aquello que pudiera entorpecer su ta- lento. Y es que los escasos expertos -se cuentan con los dedos de las manos- deben ser capaces de distinguir una gama de varios miles de olores, que además han de saber combinar. En efecto, para crear un perfume, es preciso mezclar varias decenas de esencias que se mezclan en un cóctel de extractos vegetales, animales y sintéticos, que recrean un aroma capaz de evocar sensaciones, recuerdos y pensamientos. Además, hay que elegir lo que los especialistas llaman las “notas iniciales”, el aroma que se percibe inmediatamente, las “notas de corazón”, que determinan el carácter del perfume, y las “notas de fondo” que permanecen y fijan el conjunto. De la combinación de todas estas notas, afrutadas o verdes, florales y/o animales, nacerá el perfume. Sin embargo, en la industria de las fragancias no todo son buenos olores; tambien tenemos malos olores, que hay que estudiar. Esto se hace para saber como pueden ser suprimidos durante la fabricación, cómo pueden ser encubiertos o integrados en las fragancias de forma que pasen desapercibidos. Puede ocurrir que, en la concen- traciónexacta, un mal olor origine una nueva nota olfativa. Un buen ejemplo es el indol, componente pro- ducido por algunas flores, como el jazmín. En la dosis mínima, como aparece en algunos perfumes, el indol toma un carácter distinto, lo cual casa a la perfección con la esencia del cuerpo humano. Lo mismo ocurre para algunos compuestos con azufre, como el 4-mer- capto-4-metil-2-butanona, que es bastante repulsivo, pero cuando su concentración es de 1 ppm da una nota frutal natural y refrescante, que recuerda al cassis, un licor hecho a partir de grosellas negras. Directos al corazón y al cerebro, estos mágicos elixires tienen un poder de comunicación tan veloz como el olfato. Ni siquiera una poesía se puede compa- rar con el tremendo efecto que tiene un perfume. No hay que mediar palabra, sólo hace falta respirar su aliento para sentirlo. Pero, para que la fórmula del éxito se produzca, son necesarios años de trabajo para su elaboración. Como media, entre 3 y 5 años suele ser la tónica habi- tual hasta conseguir la mezcla exacta de aceites y esen- 77 cias. Sin embargo, y después del costoso proceso de elaboración, sólo son unos pocos los elegidos para for- mar parte de la historia. Si cada año se lanzan 300 perfumes, finalmente perduran como mucho 3 ó 4. Además, para crear un perfume que se hará fa- moso, hay que poseer una sensibilidad acorde con la época, como ocurrió con Shalimar (1925) de Guerlain, o más recientemente Opium (1977) de Yves Saint Lau- rent y Poison (1985) de Dior. En la actualidad los perfumes son más sorprendentes, como l´Eau d´Issey de Miyaké, con notas marinas acentuadas. O más dis- cretos, para las jovencitas, como Eden de Cacharel En la mayoría de los casos, como ocurre en la moda o en la creación artística, el éxito surge de un encuentro entre un público y una sensibilidad. Para lograrlo el perfume ha de corresponder también con la firma que lo lanza al mercado y adecuarse a su imagen -lujo, juventud, sensualidad, misterio, originalidad. Entre el perfume, el frasco y la imagen que comunica, debe existir una perfecta coherencia. TÉCNICAS DE ELABORACIÓN DE PERFUMES: LA INDUSTRIA AL SERVICIO DE LA ELEGANCIA Ya no se elaboran perfumes como antaño, en un siglo hemos pasado de algunas centenas de materias primas a millares de ellas. Gracias a las nuevas tecno- logías, como el “Softact”, se tratan productos naturales individualmente, con los “Nature Print”, se reformulan enteramente los efluvios de una flor o de un ambiente: matices infinitos que enriquecen nuestra paleta. En es- tos momentos es la tecnología de la síntesis la que aporta más recursos al perfumista. A menudo, entre el 50 y 90% de los ingredientes en una composición pro- vienen de productos sintéticos. Se utilizan diferentes técnicas de fabricación según el tipo de ingredientes elegidos, a continuación veremos algunas de las técnicas más importantes, como son: Expresión, destilación, extracción, maceración de flores, softact, molécula de síntesis, y nature print. Expresión Solamente la corteza de los frutos hesperídios es suficientemente rica para poder exprimir sus esencias naturales. Una vez separada del fruto, la corteza se agujerea finamente y se comprime mecánicamente. El extracto obtenido se decanta y se filtra, con el fin de separar las partes acuosas de los aceites esenciales. Este tratamiento conviene hacerlo en frío para el caso particular de naranjas, limones y otros cítricos, cuyo aroma muy fresco no resistiría el calor. Destilación Consiste en separar por evaporación los sólidos de los diferentes componentes volátiles de una mezcla. Se calienta dicha mezcla de agua y de vegetales aromá- ticos, de manera que el vapor de agua arrastra los elementos aromáticos hacia la columna de destilación y una vez enfriados son recogidos. Posteriormente, el agua se separa por decantación de las sustancias aromá- ticas, resultando así las llamadas esencias. Extracción La extracción mediante disolventes consiste en poner en contacto los disolventes con la planta, de la que se va a extraer el aceite, de manera que los disol- ventes se impregnan de materias aromáticas. Tradicionalmente, esta técnica se llamaba “en- fleurage”, y se practicaba en frío con grasas animales. Se obtenían de esta forma pomadas y aceites aromáti- cos. Las grasas animales han sido reemplazadas por disolventes volátiles, como son el etanol, metanol, to- lueno, butano o dióxido de carbono. Estos disolventes son eliminados por evaporación, se consigue de esta manera una materia con consistencia de cera: el concre- to. Mezclado con alcohol, calentado y enfriado des- pués, el concreto cede los compuestos vegetales y las ceras que contiene, y una vez eliminado el alcohol por evaporación se obtiene el absoluto. Maceración de flores La maceración de flores en frío, es el método más antiguo utilizado para la obtención de perfumes. Esta técnica ha sido prácticamente abandonada ya que se utilizaba con flores muy frágiles como la flor de azahar, el jazmín o las tuberosas. Los pétales, recogidos a mano, se disponían en una fina capa sobre una pelí- cula de grasa animal dispuesta a su vez en una plancha de vidrio y cada 24 ó 48 horas (72 horas para las tuberosas) se retiraban minuciosamente los pétalos. Esta operación se repetía varias veces, hasta la saturación de las grasas, la pomada resultante cargada de aromas se rascaba, lavándola después para obtener infusiones. Softact El “softact” o extracción mediante CO 2 : Coloca- do bajo presión y a una temperatura inferior a 40ºC, el CO 2 pasa a un estado supercrítico, líquido. Adquiere de esta forma las cualidades de un disolvente, aliadas a la fluidez de un gas. Gracias a esta técnica, se pueden obtener extractos de una calidad olfativa, y de una pureza inigualable, sin ningún resto de disolvente y sin utilizar altas temperaturas. 78 El CO 2 permite obtener sustancias aromáticas poco volátiles, como las que desprenden las especias por ejemplo, y más generalmente las de las materias primas secas, reacias a las técnicas de extracción tradi- cionales. Molécula de síntesis Una vez que una molécula ha sido seleccionada -después de uno o varios años de investigación- se ponen en marcha las técnicas más sofisticadas para poder producir dicha molécula pura, estable y en gran- des cantidades. El proceso de fabricación total puede ser más o menos largo, o más o menos complejo siendo cada vez motivo de un estudio concreto. Por ejemplo, para obtener POLYWOOD a partir de geraniol puro, son necesarias una serie de operaciones (cloración, destilación, ciclación, hidrogenación, etc...). En total, 6 meses de transformaciones antes de obtener la materia prima de una forma utilizable. Lo complejo de cada reacción química así como el número de etapas sucesivas influyen sensiblemente en el coste de una materia prima y en el tiempo utili- zado para su fabricación. Conviene pues, optimizar toda la cadena de producción. ca, una especie del otro lado del mundo. Estos aromas vivos son a menudo inimitables. Los científicos utilizan la técnica de análisis, conocida como “Nature Print”. Para captar un aroma, se seleccionan y valoran esmeradamente, diferentes extractos, mediante la cromatografía gaseosa y la es- pectrografía de masas. Gracias a la técnica “Nature Print” se puede reconstruir la complejidad y la sutileza de un aroma, acercándolo lo máximo posible a la naturaleza. CLASIFICACIÓN: DE LA ESENCIA A LA COLONIA Si intentamos clasificar el mundo oloroso de los perfumes, sin duda alguna, deberíamos empezar por la concentración, esta clasificación es la que da las divi- siones que todos conocemos: En la cúspide de los perfumes se encuentran las esencias o extractos, es el perfume en su concentración más alta, el porcentaje varía, según las marcas, del 15 al 30%. Es el tipo de perfume más costoso, pero bastan unas pocas gotas para estar perfumado. Además, al tener mayor producto activo, es la fragancia que más perdura en el tiempo. La eau de parfum posee una concentración de esencia inferior,del 10 al 15%, diluida en alcohol etí- lico de 90º. Puede usarse en mayores cantidades que la esencia, pero una cantidad exagerada puede resultar desagradable. La eau de toilette proviene siempre de la misma fragancia, pero en una concentración que puede variar entre el 5 y 10%, diluida habitualmente en alcohol de 85º. Es la más popular en el mercado y su precio es inferior al de las dos anteriores. El agua de colonia casi no se puede considerar perfume, ya que su porcentaje de esencia varía entre el 3 y 5% , diluida en alcohol de 70-80º. Son fragancias muy suaves, con poca persistencia, las más adecuadas para el uso cotidiano. La eau de fraiche es muy refrescante, casi siem- pre con muy poca esencia cítrica (limón o mandarina), también se llaman eau de sport. Aunque tiene un por- centaje de esencia bastante bajo (entre 1 y 3%), siempre está diluida en alcohol de 70-80º, por lo que no deban usarse al sol. CURIOSIDADES Los perfumes son muy personales, y es bien sabido que el mismo perfume no huele igual en dos O O (+)-Polywood Olor a madera Ligero olor a madera y más pronunciado a ámbar (-)-Polywood O O Nature Print La naturaleza es una fuente inagotable de inspi- ración. Científicos y perfumistas utilizan su creatividad y curiosidad en la identificación de nuevas fuentes: una flor rara de perfume exquisito, una fruta recogida fres- 79 personas distintas. El perfume se funde con la piel y se adapta a ella hasta casi personalizarse. Cada piel tiene su propio olor, aunque sea imperceptible, determinado por el grado de acidez, el metabolismo y la química hormonal. Es por ello que comprar un perfume, solo porque en otra persona produzca aromas estupendos, es un error, muy habitual y muy caro, ya que estos produc- tos no son precisamente baratos. Por ello, conviene tener claras unas peculiaridades que pueden encaminar- nos hacia el éxito al elegir una fragancia: Las primeras horas de la mañana son las mejo- res para probar un nuevo perfume, cuando el olfato es más sensible, y sin haberse perfumado previamente para no mezclar. Después de ponerte la fragancia, y antes de intentar captar sus aromas, espera unos instan- tes a que se caliente con tu cuerpo, así captarás la fragancia tal y como será cuando la lleves encima. La fragancia llega a toda su amplitud al estar en contacto con el calor del cuerpo. Por tanto, los lugares indicados para perfumarse son aquellos donde late el pulso, ya que es donde la sangre aflora más a la super- ficie y, en consecuencia, donde está más caliente: cuello, escote, nuca, pliegue de los codos y las rodillas, tobillos, muñecas, hombros, lóbulos de las orejas. A la hora de perfumarnos, dejamos el perfume sobre la piel sin frotarlo, los expertos llaman a esto “marear el perfume”, pierde parte de sus cualidades. Elige los lugares apropiados y déjalo calentarse. Es importante tener en cuenta el porcentaje de esencia que contenga nuestro perfume y la hora del día, ya que no son iguales los perfumes destinados a la noche que los destinados al día. Es por ello que debes elegir el perfu- me en función del día, de la hora e incluso del acto social. Con respecto a la alimentación y el tabaquismo, tenemos que decir que en perfumería también tienen su importancia. El tabaco, a parte de miles de motivos por los que se debería prescindir de su uso, se ha demostra- do en estudios realizados que disminuye la persistencia del producto, eso sin contar con la evidente mezcla de olores y por tanto la degradación del perfume. La ali- mentación también produce estos efectos con determi- nadas comidas. Cada perfume tiene una edad, aunque no siem- pre resulte obvio, lo cierto es que los perfumes están orientados a sectores de la población atendiendo a su edad. Hoy en día hay un irresistible ascenso de los perfumes para niños, es cierto que aunque esta tenden- cia sólo existe desde hace diez años, su éxito es fulgu- rante. Además de las fragancias frescas (y poco o nada alcoholizadas), destinadas a los bebés y a sus madres, el mercado comporta también perfumes de chocolate o de mora pensados para las niñas. Y para las jovencitas existen versiones especiales de las grandes marcas como Fleur d´interdit de Givenchy o Tendre Poison de Dior, versiones más suaves de Interdit y de Poison, que evocan los de las “mujeres” a precios más asequibles, pues esta clientela adolescente es evidentemente sensi- ble a los precios. Los perfumes pueden provocar alergias, es ex- tremadamente raro, pero puede darse el caso produci- do, generalmente, por los aceites esenciales o por los productos de síntesis, provocando reacciones alérgicas en la piel como eczemas o pigmentaciones que pueden durar un tiempo. La solución, en este caso, es no echar- nos directamente el perfume sobre la piel o echarnos la menor cantidad posible, es mejor hacerlo sobre la ropa, de esta manera tendremos la seguridad de oler a ese perfume que nos gusta sin los posibles efectos secunda- rios que éste pudiera tener. BIBLIOGRAFÍA http://www.mundobelleza.com http://www.solonosotras.com http://www.dendanet.es http://es.osmoz.com http://www.mundogar.com http://www.mujeractual.com http://www.france.diplomatie.fr Maureen Rouhi, A. C&EN, 1999, 77 (43), 38 Deseada Tirado Gámez Universidad de Málaga
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