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Introducción al Conocimiento Científico Unidad Nº 1 1 KLIMOVSKY, Gregorio; HIDALGO, Cecilia (1998). La inexplicable sociedad. Cuestiones epistemológicas de las ciencias sociales. A – Z Editora. Bs. As. (Pág. 165-192) La relatividad cultural y el condicionamiento histórico de los fenómenos sociales La amplia variabilidad social y cultural humana parece plantear un serio desafío a la estrategia científica de producir explicaciones a través de la formulación de leyes sociales generales. Tales leyes pueden suponerse en gran medida transculturales y transhistóricas, es decir, válidas sin importar la cultura o el momento histórico de que se trate, aun reconociendo que ninguna comunidad es exactamente análoga a otra ya sea por el hábitat, la historia, la formación de las clases sociales, etc. Pero si no esto no fuera así, las dimensiones de análisis (o, si prefiere, las variables sociales) que se investigan, se expresarán no sólo de manera distinta en cada comunidad sino que las correlaciones o los vínculos causales diferirán de una sociedad a otra. Llegar a leyes válidas para cualquier dispositivo parece más sencillo y factible en disciplinas como la física, donde las leyes de caída de los cuerpos, de gravitación, de acción y reacción, son universales. La especificidad que puede presentar cada cultura, cada sociedad o cada comunidad, permite pensar que, si existen regularidades, estarán referidas a una estructura particular. De esa manera, serán leyes en un sentido restringido, pues no serán ni transculturales ni transhistóricas. En efecto, si las correlaciones de variables fueran distintas de comunidad a comunidad, en cierto modo no habría leyes de carácter universal, y las tácticas y estrategias de investigación en las ciencias sociales siempre incumbirían a un problema de alcance sólo local. Evidentemente, si los factores y las condiciones analizados son tan diversos y variables, no es tan intuitivo pensar que existen invariantes o refutabilidades generales que pueden expresarse por medio de leyes universales. Las tesis de relativismo cultural afirman precisamente que todos los sistemas culturales son intrínsecamente iguales en valor y que los rasgos característicos de cada uno tienen que ser evaluado y explicados dentro del contexto del sistema en el que aparecen sin apelar a leyes generales. Una tesis semejante, pero referida a los distintos momentos históricos en lugar de a los sistemas culturales, es conocida como “relativismo histórico”. (…) Desde un punto de vista científico, para contrastar una teoría general, para hacer una deducción explicativa, habría que testear también las hipótesis acerca de la estructura local de la comunidad que brindan información restringida, como la que proporcionan estudios al estilo de los de Claude Lévi-Strauss sobre el código o las prohibiciones y premisas que rigen las relaciones de parentesco. Al igual que en el caso de las ciencias sociales, en física, en química o en biología, al aplicar una teoría general, debemos contar con las hipótesis generales sobre el tema, pero además con hipótesis auxiliares sobre el material de trabajo. Un buen ejemplo es la teoría marxista de la formación de clases en correlación con el aparato productivo y las formas de producción, que nos permite acceder a conclusiones sobre lo que ocurre en las distintas sociedades. Pero para cada sociedad, necesitaremos además la hipótesis auxiliar de cuál es el modo de producción vigente en ella, tema que, entre paréntesis ha incitado siempre muchas controversias entre especialistas. Entonces, si deseamos aplicar la teoría marxista a Nigeria, desde luego que no podremos hacerlo sin conocer la situación de Nigeria, sin construir una teoría acerca de cuál es la forma en que allí se articulan los modos de producción, las fuerzas productivas, las disposiciones jurídicas, etc. Recién entonces podríamos hacer, desde el marxismo o el psicoanálisis, las deducciones explicativas de por qué Nigeria es así o por qué será de otra manera. Con esto apuntamos a que las famosas leyes restringidas de Gibson, en realidad, corresponden a lo que puede denominarse “información local” sobre el tipo de material de trabajo, al que aplicaremos luego la teoría general, siempre que dispongamos de ella. Nagel admite que los científicos sociales no han hecho una rigurosa formulación de leyes generales básicas del comportamiento humano en sociedad y de sus componentes principales, y que, si Introducción al Conocimiento Científico Unidad Nº 1 2 esto se hiciera, el problema de la contrastación se asemejaría al de las ciencias empíricas ortodoxas. Las ciencias sociales pueden y hasta tienen la obligación moral (desde un punto de vista científico) de investigar la posibilidad de formular una teoría unificadora, con leyes generales sobre los componentes sociales básicos y sus patrones de comportamiento y funcionamiento peculiares. Pero debe reconocerse que las teorías unificadoras, en ciencias, demandan mucho esfuerzo. Sabemos que en este momento del conocimiento humano no existe ninguna teoría unificadora, ni siquiera en física. Trató de buscarse impacientemente, con el nombre de “teoría del campo unificado”, y Einstein dedicó las últimas décadas de su vida a tratar de encontrarla, pero fracasó. En este momento parece que se está llegando a un punto final. Pero el hecho de que aún no exista una teoría unificadora en ciencias sociales no indica nada. . . salvo que todavía no se la ha encontrado. Sin embargo, es probable que, dada la naturaleza psicofísica del ser humano, se arribe finalmente a una teoría general acerca de la acción social humana que pueda figurar en las explicaciones, una vez establecidas las condiciones iniciales correspondientes. Por ejemplo, puede suceder que, si conocemos los resultados sobre el funcionamiento de la psiquis humana que nos provee la psicología, y también las leyes generales de las interrelaciones entre los seres humanos, que nos brindan, entre otras disciplinas, la antropología y la sociología y que, además, contemos con información sobre cómo está estructurada la sociedad que nos proponemos estudiar, podemos llegar a deducir las leyes restringidas de las comunidades particulares. En la actualidad, los obstáculos para la generación de una teoría general unificadora son epistemológicos, y no específicamente lógicos o metodológicos.
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