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El entrenador El entrenador El entrenador El entrenador Carol Lyn Carol Lyn Carol Lyn Carol Lynnenenene Pasión en el Campus Pasión en el Campus Pasión en el Campus Pasión en el Campus 1 1 1 1 1 T r a d u c t o r a s I n e x p e r t a sT r a d u c t o r a s I n e x p e r t a sT r a d u c t o r a s I n e x p e r t a sT r a d u c t o r a s I n e x p e r t a s El entrenador El entrenador El entrenador El entrenador Carol Lyn Carol Lyn Carol Lyn Carol Lynnenenene Pasión en el Campus Pasión en el Campus Pasión en el Campus Pasión en el Campus 1 1 1 1 2 RESUMEN Justin es el exitoso entrenador del equipo de fútbol de una pequeña ciudad de Idaho. Hace cuatro años que evita encontrarse frente a frente con el padre de su jugador estrella, Luc Henley. Si en la pequeña y estrecha ciudad supieran lo que siente por Luc seguramente le costaría su empleo. Hace cuatro años que Luc vio por primera vez a Justin y desde entonces lo desea. Max, su hijo, partirá dentro de poco a la universidad y no habrá más oportunidades para encontrarlo. Max tiene la solución en sus manos, deberá hacer de celestino y ver si puede reunir a los dos hombres que más respeta y ama. Pero la ciudad no está dispuesta a permitir que un maestro gay enseñe a sus hijos y deciden despedirlo. Max, Justin y Luc deciden enfrentarlo, cada uno a su manera. El entrenador El entrenador El entrenador El entrenador Carol Lyn Carol Lyn Carol Lyn Carol Lynnenenene Pasión en el Campus Pasión en el Campus Pasión en el Campus Pasión en el Campus 1 1 1 1 3 CAPÍTULO UNO —¡Así se hace! -Sí, Max. ¡Sigue¡, ¡sigue! Justin sabía que el color iba aumentando en su cara mientras gritaba, podía sentir el rubor caliente viajar desde su cuello hacia arriba. No había nada como mirar un niño anotar el punto de la victoria y ganar el juego. Él agitó sus brazos al aire y gritó con la gente. Cuando el silbato final sonó, y la multitud siguió gritando, Justin entró al campo y saludo al entrenador del otro equipo con un apretón de manos. — Buen juego, Steve. —Gran juego—, contestó Steve apretándole la mano. — No hay nadie a quien no le hayan dado una paliza en esta temporada. Estaré agradecido cuando Max Henley se marche a la universidad el próximo año. Moviendo su cabeza, Justin estuvo de acuerdo. No hubo nadie que parara a su equipo durante el año. — Lamento que se vaya. Él es el mejor atleta que alguna vez haya tenido el placer de entrenar— Los dos hombres se separaron y Justin caminó hacia la línea lateral. Observó a Max cuando chocó su mano con la de su padre al grito de “¡dame cinco!”1 y cuando recibió un fuerte abrazo suyo. Luc. Durante un breve momento, la polla de Justin se sacudió al ver a Luc Henley. Se avergonzaba de decirlo pero había tenido lo que sólo podría llamarse “enamoramiento-escolar” por ese hombre durante los últimos cuatro años. La primera vez que lo conoció fue cuando Max empezó las prácticas en su primer año de secundaria. Nunca había olvidado sus 1 Se refiere a chocar las palmas a manera de saludo. El entrenador El entrenador El entrenador El entrenador Carol Lyn Carol Lyn Carol Lyn Carol Lynnenenene Pasión en el Campus Pasión en el Campus Pasión en el Campus Pasión en el Campus 1 1 1 1 4 ojos verdes aquél cálido día soleado, eran más verdes que el césped bajo sus pies. Justin no pudo dejar de mirarlo mientras se lo presentaban. Mucho más bajo que su metro noventa, el cuerpo de éste era el de un hombre mucho más joven. De amplios hombros sobre un cuerpo magro. Justin podía decir, sólo por el corte de su ropa, que debajo de esos impecables trajes de negocios que solía llevar, era sólido como roca. Aún con su metro setenta y ocho, Luc Henley siempre tenía un porte imponente. Cuando Justin sintió que su polla comenzaba a hincharse en sus jeans, sacudió su cabeza y se dirigió hacia el vestuario. Siempre era mejor alejarse de la tentación. Evergreen era una ciudad pequeña, y entrenador o no del equipo de fútbol americano, campeón del estado, sería un imbécil si permitiera que supieran que era gay, lo expulsarían de inmediato. Había pasado cinco años sin la compañía de un hombre, cinco largos y solitarios años. Después de que los jugadores se hubieron duchado y puesto ropa de calle, recogió las pocas toallas mojadas desparramadas y las puso en el carro de la lavandería. Agarrando las llaves que estaban encima del escritorio de su oficina, salió por la puerta del camerino para encontrarse cara a cara con Max y Luc. — ¡Eh! Entrenador—, dijo Max con entusiasmo. —Lo estábamos esperando para ver si quería acompañarnos a comer una pizza—. Él miró sobre su hombro a Luc. — ¿Cierto papá? El entrenador El entrenador El entrenador El entrenador Carol Lyn Carol Lyn Carol Lyn Carol Lynnenenene Pasión en el Campus Pasión en el Campus Pasión en el Campus Pasión en el Campus 1 1 1 1 5 Éste sonrió y estiró su mano para saludarlo. — Fueun juego increíblemente bueno. Pensé que podríamos intentar convencerlo de que venga a celebrar con nosotros. El saludar con la mano a Luc nunca había fácil para el cuerpo de Justin, pero la mirada en sus ojos mientras le daba la mano, el solo apretón, envió un estremecimiento a toda su columna vertebral. Sabía que no debería interpretar nada debido a eso, pero maldición cómo podría no hacerlo. Justin no sabía mucho de la vida privada de Max, excepto por el hecho de que había ninguna madre en las fotos, desde que lo había abandonado Sinceramente nunca había sido el tipo de persona que chismeaba, siempre había dejado sus preguntas sin respuestas. Liberando la mano de Luc, respiró profundamente y miró alrededor del estacionamiento vacío. — Bien, creo que podría comer algo de pizza—. Y rezó para que ese no fuera el error más grande de su carrera. Los tres se dirigieron hacia los únicos dos autos en el estacionamiento. Justin llegó primero a su camioneta negra. —Los seguiré—. Luc asintió con la cabeza y abrió la puerta de su SUV2. Acomodándose detrás del volante, Luc se dio tiempo para abrocharse el cinturón de seguridad y esperó a que Max hiciera lo mismo. Él le sonrió a su hijo, — Eso salió sorprendentemente bien. 2 Hablamos de un auto deportivo todo terreno. El entrenador El entrenador El entrenador El entrenador Carol Lyn Carol Lyn Carol Lyn Carol Lynnenenene Pasión en el Campus Pasión en el Campus Pasión en el Campus Pasión en el Campus 1 1 1 1 6 Max encendió el estéreo y sonrió a su papá. — Te había dicho que lo ponías caliente. Puedo verlo en su cara siempre que andas cerca—. Riendo emocionado, salió del estacionamiento. — Tu gaydar3 es, de lejos, mucho mejor que el mío entonces. Antes de que me lo dijeras, nunca hubiera adivinado que Justin era gay. —Sí, bien, pero no lo vayas divulgando por ahí. Creo que ese es uno de los motivos por el cual el entrenador es un solitario. En un pueblo de este tamaño podría meterse en toda clase de problemas. Entrando al estacionamiento de la única pizzería en la ciudad, metió el SUV en el estacionamiento y miró a su hijo. — ¿Desde cuándo eres tan inteligente? Poniéndose ligeramente rojo, Max se encogió de hombros. — Solamente observo a la gente. Viene incluido en el paquete. Además, eres un profesor bastante bueno. — abrió la puerta y salió del SUV. Sacudiendo su cabeza, Luc bajó y cerró. Al darse vuelta vio a Justin caminando hacia ellos, Umm....Ese sí que era un hombre bastante atractivo. Cabello negro como la noche y apenas rizado, como para envolver los dedos en ese pelo. Claramente podía notar que había sido un jugador semi-profesional de fútbol americano en su juventud. Todavía tenía el cuerpo duro para demostrarlo. Sintió su polla hincharse bajo la pierna de sus jeans y se volvió hacia el SUV, fingiendo que verificaba las cerraduras mientras recobraba la compostura, y rezó para que Justin no lo notara. Decidió que sería mejor cerrar su abrigo para ayudar a ocultar su obvia erección. — Vamos chicos. Tengo hambre, —Max se lamentó desde el otro lado del estacionamiento. 3 Radar gay El entrenador El entrenador El entrenador El entrenador Carol Lyn Carol Lyn Carol Lyn Carol Lynnenenene Pasión en el Campus Pasión en el Campus Pasión en el Campus Pasión en el Campus 1 1 1 1 7 Volviéndose hacia Justin, Luc movió su cabeza hacia Max — Los niños de hoy son tan impacientes—. Él recibió una deslumbrante sonrisa de suya. — ¿Entramos? Entrando en el oscuro restaurante, Luc buscó a Max. Lo vio en una mesa al final. Dejando que Justin fuera primero, se mordió la mejilla mientras miraba el culo más bonito del mundo dirigirse hacia Max. Él le sonrió a su hijo, que se las había arreglado para ocupar un cubículo circular, lo cual implicaba que todos se sentarían uno al lado del otro en vez de estar al frente. También notó que Max se había sentado en uno de los extremos, lo cual significaba que Justin tendría que ir al medio de los dos. Dando a su hijo una mirada de complicidad y entendimiento, Luc cogió un menú. — ¿Sabes lo que vas a pedir? —Él alzó la vista a Max. — Sí. Quiero lo mismo que pido siempre. Una grande, con todo y una porción de palitos de queso. La camarera vino y Luc miró a Justin. — ¿Y tú que prefieres? — Me gusta todo menos champiñones y anchoas. — Brevemente le dedicó, de nuevo, esa sonrisa con hoyuelos a Luc. Luc alzó la vista hacia la joven camarera. — Queremos dos pizzas extra grandes con todo, sin champiñones ni anchoas, una porción de palitos de queso y una jarra de Coca-cola. Miró a Justin para asegurarse que todo estaba bien. Éste asintió con la cabeza y la camarera se marchó. Max se puso de pie y miró hacia el otro lado de la pizzería. Varios jugadores de fútbol se encontraban en los videojuegos. Agarró su mano. —Por favor—, rogó con una sonrisa y un guiño. Sacar sencillo de su bolsillo con una erección en el medio no fue fácil, pero finalmente pudo sacar un puñado de monedas y se las dio a su hijo. Cuando se fue saltando Luc sonrió en silencio y sacudió su El entrenador El entrenador El entrenador El entrenador Carol Lyn Carol Lyn Carol Lyn Carol Lynnenenene Pasión en el Campus Pasión en el Campus Pasión en el Campus Pasión en el Campus 1 1 1 1 8 cabeza. — Es lo mismo cada semana, en cuanto llegamos me abandona. Era una de las razones por las cuales esperaba que vinieras esta noche. — ¿Ah sí? ¿Y cuáles son las otras? — Justin le dio una mirada ardiente. Tomando un enorme riesgo, Luc movió su mano debajo de la mesa y la colocó sobre el muslo de Justin. — He querido invitarte a salir por cuatro malditos años, y finalmente he encontrado el valor, aunque lamento haber usado a Max para hacerlo. Con una tos breve, Justin se retorció en su asiento por unos cuantos segundos y colocó su mano sobre la de Luc, después de obviamente mirar a su alrededor para asegurarse que estaban bien ocultos. Luc estaba feliz de que el mantel a cuadros rojo y blanco era lo bastante largo como paraocultarlos de las mesas cercanas, Justin pareció relajarse después de llegar a la misma conclusión. —Creo que estoy feliz de que hayas usado a Max si eso era lo que se necesitaba. Apretando levemente el muslo de Justin, miró directamente a sus ojos color chocolate. — ¿Te interesaría cenar conmigo mañana en la noche? Max se va a dormir a la casa de Nick. Pensé que podríamos hacer una barbacoa en el patio trasero y sentarnos al aire libre. Justin movió su mano al muslo de Luc. Se sorprendió gratamente al sentir el endurecido montículo atrapado en la pierna de sus jeans. Con un profundo suspiro, deslizó su mano arriba y abajo por todo el largo de la erección de Luc. Ambos emitieron un gemido bajo y se miraron el uno al otro. — Espero poder aguantar hasta mañana en la noche. Ha sido un periodo endemoniadamente largo para mí. Espero que sepas en lo que te metes. —Le dio a la polla de Luc un último roce antes de que la camarera volviera con su jarra de coca-cola y tres vasos. El entrenador El entrenador El entrenador El entrenador Carol Lyn Carol Lyn Carol Lyn Carol Lynnenenene Pasión en el Campus Pasión en el Campus Pasión en el Campus Pasión en el Campus 1 1 1 1 9 Después de que se fue, Justin lo miró e hizo girar sus ojos. — Maldición, me haces sentir como un adolescente otra vez. Aunque tengo que decirte, que nunca hice nada remotamente parecido a esto de adolescente. Deslizando su pulgar hacia arriba por debajo del cierre hasta que su mano sostuvo la excitada polla de Justin, Luc sonrió en silencio. — Tú y yo. Los dos. Unos minutos más tarde, Luc vio a Max muy sonriente deambulando hacia la mesa. De mala gana quitó su mano del muslo de Justin. — ¿Gastaste todo mi dinero? — Sip. ¿Usted dos lo pasaron bien sin mí? — Max bebió gran trago de su coca-cola — Sip—. Luc le dijo y se estiró por detrás de Justin para golpear a Max juguetonamente en el brazo. — Como siempre llegaste justo para comer. El entrenador El entrenador El entrenador El entrenador Carol Lyn Carol Lyn Carol Lyn Carol Lynnenenene Pasión en el Campus Pasión en el Campus Pasión en el Campus Pasión en el Campus 1 1 1 1 10 Capítulo Dos En el camino hacia la casa de Luc, la tarde siguiente, Justin se sentía tan excitado como nervioso. Cinco largos años y ahora no sólo estaba planeando tener suerte y “anotarse un tanto”, sino que además, probablemente con el hombre más atractivo que hubiera conocido. Sólo esperaba que su vida personal pudiera quedarse en eso, personal. Se recordó a si mismo, otra vez, hablar con Luc sobre la necesidad de discreción. Miró el plano que Luc había dibujado en una servilleta, y giró en un camino de grava a medio camino entre la montaña y la ciudad. Evergreen, en Idazo, era una ciudad hermosa, aún cuando su población disminuyera con cada año que pasaba. La primera vez que había venido, en su entrevista para el trabajo como director deportivo y entrenador principal de fútbol americano, se había enamorado de la pintoresca ciudad. Dejar la contaminación de Los Ángeles había sido fácil desde el minuto en el que había salido del coche de alquiler y había respirado aire fresco por primera vez en quince años. Esquivando en su camino un grueso árbol, siguió por el estrecho sendero de grava hasta que vio un claro delante. Deteniéndose delante de la casa de piedra y troncos, sintió temor. —¡Maldición! La casa parecía como sacada de una revista, con una enorme terraza techada y ventanas del suelo al techo. Sabía que Luc trabajaba en Spokane como financiero, especialista en inversiones, pero no tenía ni idea que tuviera tanto dinero. Saliendo de su El entrenador El entrenador El entrenador El entrenador Carol Lyn Carol Lyn Carol Lyn Carol Lynnenenene Pasión en el Campus Pasión en el Campus Pasión en el Campus Pasión en el Campus 1 1 1 1 11 todoterreno, ocupado admirando la casa y no se dio cuenta del hombre que en el pórtico, a su vez, lo admiraba. — ¡Hey Hola! Me alegro que hayas encontrado el sitio sin problemas. —La voz suave como el whisky fluyó hacia Justin haciendo desearlo al instante. Miró hacia donde estaba Luc, en calcetines deportivos, y deslizándose despacio en un gran columpio de terraza. —Bonito lugar tienes aquí—. Subió los escalones del pórtico y levantó su mano cuando Luc comenzó a pararse. —No te levantes por mí. Ese columpio se ve terriblemente cómodo. —Camino hacia allá y se sentó en el balancín a su lado sin interrumpir el estable balanceo. — ¡Oh! Esto es agradable. Su brazo ya estaba apoyado en el respaldo del columpio, Luc pasó su mano por el cuello de Justin y acarició su pelo negro y grueso. —Es más agradable cuando tienes a alguien con quien disfrutar de la vista. Girándose hacia Luc, se inclinó y cubrió sus labios con los suyos. El beso comenzó como un torpe beso exploratorio, que pronto se encendió convirtiéndose en una embestida de lenguas follando una a la otra. Rompiendo el beso, Justin puso a Luc sobre sus piernas. Sentándole a horcajadas sobre él, su polla encajaba perfectamente con la suya. Luc se inclinó para otro abrasador beso con lengua mientras frotaba su erección contra la de Justin. Cuando sus bocas se separaron para tomar aire, Luc apoyó su frente contra la de él. —Joder, que bien te sientes. Ha sido demasiado tiempo Justin, y te he deseado durante demasiado tiempo para jugar a ser una tímida y El entrenador El entrenador El entrenador El entrenador Carol Lyn Carol Lyn Carol Lyn Carol Lynnenenene Pasión en el Campus Pasión en el Campus Pasión en el Campus Pasión en el Campus 1 1 1 1 12vergonzoso violeta. —Él bajó de su regazo y estiró la mano. —Vamos a la cama. Los filetes pueden esperar. Yo no. Tomó su mano y lo siguió hacia la casa. No pudo resistirse a acariciar con la otra mano el pequeño y bonito culo de Luc mientras lo seguía hacia los escalones y a la parte trasera de la casa. Abriendo la puerta del dormitorio principal, no perdieron tiempo desnudándose. Justin estaba tan intimidado por el cuerpo finamente esculpido de Luc como por el ventanal que tenía por pared mientras miraba al claro valle más abajo. —Hermoso—, susurró reverentemente. Echando atrás los cobertores de la cama Kingsize, Luc miró hacia las ventanas. —Creo que sí. Me gusta despertarme temprano y ver los ciervos en el valle desde la cama. —Luc se deslizó entre las frescas sábanas blancas. Sonriendo, Justin se arrodilló en la cama sobre él y sacudió su cabeza. Delineando la sábana, trató de memorizar el cuerpo de Luc. —No hablaba de la vista exterior, aunque también es agradable. — Dirigió su mano sobre los acanalados músculos de su estómago, mientras se arrodillaba al lado de su cadera. —Maldición. Sabía que aquellos elegantes trajes tuyos escondían un buen cuerpo, pero no tenía ni idea de cuanto. Gimió cuando Justin descendió por su torso hacía el ensortijado vello que rodeaba su goteante polla. Levantando una ceja, Justin se lamió los labios. — ¿Estás limpio4? Dios, pensó, por favor que sea seguro. — Nunca había visto una polla tan grande fuera de una película triple X. 4 La autora dice exactamente ¿Es seguro? Por supuesto refiriendose a si está sano. El entrenador El entrenador El entrenador El entrenador Carol Lyn Carol Lyn Carol Lyn Carol Lynnenenene Pasión en el Campus Pasión en el Campus Pasión en el Campus Pasión en el Campus 1 1 1 1 13 —Estoy limpio. No he estado con nadie desde que llegaste a la ciudad. Tan pronto dijo las palabras, Justin se agachó y tragó la gigantesca erección delante de su cara. Recorrió con su lengua toda la longitud de la polla excesivamente venosa, y usó sus manos para acariciar el pesado saco. Subiendo sobre la protuberante cabeza, insertó su lengua en la amplia ranura que exudaba líquido preseminal. El sabor de la semilla de Luc explotó en su boca y sintió que sus propias pelotas se apretaban. Decidiendo que ningún filete podría compararse jamás con el terrenal sabor de la esencia de Luc, deslizó sus labios, recorriendo toda la longitud de la verga más perfecta del mundo. Gimió en lo profundo de su garganta cuando sintió que las caderas de Luc se elevaban de la cama empujando hacia su cara. Decidió dejar que lo hiciera a su manera, manteniendo su cabeza quieta, mientras le follaba su complaciente boca. Agarrando su propio pene, Justin se sorprendió al notar que un suave dedo frotaba ligeramente a través de su ano. Gimió de nuevo, esta vez enviando las vibraciones a través de la polla de Luc hasta que repercutieron en sus pelotas. Cuando Luc gimió y empujó un dedo seco profundamente en el culo de Justin, éste perdió la lucha con su autocontrol y se corrió chorro tras chorro de gruesa y cremosa leche. Apenas se pudo contener antes de que automáticamente engullera por completo la rígida polla de Luc. Junto con el gruñido de su propia liberación, hizo que Luc se corriera y luchó para tragar toda la semilla de su nuevo amante. El entrenador El entrenador El entrenador El entrenador Carol Lyn Carol Lyn Carol Lyn Carol Lynnenenene Pasión en el Campus Pasión en el Campus Pasión en el Campus Pasión en el Campus 1 1 1 1 14 Antes de derrumbarse, se dio vuelta y cayó a su lado. Una vez que hubo recuperado la respiración, se elevó sobre un codo y se inclinó para besar a Luc. Los besos lánguidos continuaron durante varios minutos hasta que con un suspiro, Justin acabó el beso y lo miró a los ojos. — ¿Qué está pasando aquí? Dibujando una leve sonrisa, Luc deslizó los dedos por los rizos negros y sedosos de Justin. —Bien, creo que he tenido la mejor mamada de mi vida. ¿Por qué? ¿Qué crees que pasa? Sintiéndose como un idiota por interpretar más de la situación, de lo que, por lo visto, Luc pensaba, sacudió su cabeza y masculló, —Nada. Luc debió de darse cuenta de que había cometido un error con su frívola respuesta porque comenzó a besar su cuello y pecho. —Lo siento. Cuando me pongo nervioso tiendo a decir cosas inadecuadas. No quise que sonara como lo ha hecho. — ¿Cómo querías que sonara? —Como si hubiera algo muy especial sucediendo entre nosotros. — Hablé en serio cuando dije sobre la mamada, pero esto va más allá. Es la persona quien la hizo especial para mí. Realmente me gustas. Me has gustado durante mucho tiempo. Infiernos, ni siquiera he mirado a otro hombre desde el día en que te conocí. Justin sonrió y avanzó lentamente encima de él, sosteniéndose en sus manos y rodillas. —Gracias a Dios que te sientes así. Yo siento lo mismo. Sé que es repentino, pero para mí no es inesperado. Ese fue uno de los motivos por el que traté de mantener la distancia contigo durante los últimos cuatro años. Ahora, ¿qué vamos a hacer al respecto? El entrenador El entrenador El entrenador El entrenador Carol Lyn Carol Lyn Carol Lyn Carol Lynnenenene Pasión en el Campus Pasión en el Campus Pasión en el Campus Pasión en el Campus 1 1 1 1 15 —Bien, sé lo que me gustaría hacer al respecto, —dijo Luc, tirándolo encima suyo y restregando su ingle contra la suya. —Pero ya no soy tan joven como antes y esto podría llevarme un par de minutos más. Riéndose, Justin inclinó su cabeza y chupó hasta dejar una marca sobre la tetilla de Luc. —Aliméntame. Después podemos divertirnos un poco más. El entrenador El entrenador El entrenador El entrenador Carol Lyn Carol Lyn Carol LynCarol Lynnenenene Pasión en el Campus Pasión en el Campus Pasión en el Campus Pasión en el Campus 1 1 1 1 16 Capítulo Tres Las gradas estaban abarrotadas con una entusiasta multitud cuando los Evergreen Bucks salieron al campo. Justin no podía haber estado más orgulloso de sus chicos. Ganaban un juego más y quedaban clasificados para el campeonato estatal. Tenían una buena oportunidad aquella noche para llegar a la liga estatal, sin embargo, pensó que no haría ningún daño en elevar al cielo una pequeña plegaria, sólo por si acaso. Sus ojos vagaron por la multitud hasta que se detuvieron en un hombre. Su hombre. Luc era todo sonrisas cuando lo saludó con un movimiento de cabeza. Su relación se había fortalecido durante las últimas tres semanas, y Justin había atesorado cada segundo. Su pecho se apretó al darse cuenta repentinamente de que se estaba enamorando. Vio como Luc saludaba a Max. ¿Mierda, a quién quería engañar? Estaba enamorado, como un loco, profundamente. Una palmada en la espalda de su asistente hizo que volviera a concentrarse en la cancha. Gritó a su equipo para que se juntara, mientras les daba algunas instrucciones de última hora. Si llegaba a echar un vistazo a hurtadillas a la cara sonriente de Luc, entonces eso estaba condenadamente mal. Era un viaje de dos horas desde el campo de juego hasta la casa, y Luc no podía resistir mirar a Justin cada segundo. Se alegró de que se escabullera de la obligación de ir en el autobús pidiéndole a su ayudante que acompañara al equipo. Estaba tan condenadamente El entrenador El entrenador El entrenador El entrenador Carol Lyn Carol Lyn Carol Lyn Carol Lynnenenene Pasión en el Campus Pasión en el Campus Pasión en el Campus Pasión en el Campus 1 1 1 1 17 feliz. Luc no pensó que lo hubiera visto, alguna vez, tan feliz. Extendió la mano y sus nudillos acariciaron la sombreada mejilla de Justin, sintiendo cada pelusa de vello en su camino. Justin se dio vuelta y sonrió. —Estaré en casa dentro de treinta minutos aproximadamente. Luc sólo asintió con la cabeza y siguió contemplándolo. —Sólo estaba pensando que nunca te había visto tan feliz. Ese juego significaba mucho para ti, ¿no es cierto?. Capturando la mano de Luc, Justin la llevó a su boca y besó la palma. —El juego sólo es una parte. Eres tú la principal causa de mi felicidad. —Lo miró y sonrió otra vez. —Y tienes razón. Nunca he sido tan feliz en mi vida. Mirando hacía atrás para asegurarse que ninguno de los padres los seguía, Luc se cambió rápidamente de asiento, en la banca, junto a Justin. Apoyó su cabeza en su hombro y suspiró. —Fue estupendo que la madre de Nick dejara que Max se fuera con ellos esta noche. —Sí que lo fue. Nick y Max parecen ser bastante buenos amigos. —Han sido íntimos amigos desde que Max se vino a vivir conmigo. Se conocieron el primer día del primer grado en la escuela y han sido inseparables desde entonces. Deslizó su mano hacia arriba por el muslo de Justin y sonrió cuando sus piernas se separaron automáticamente. Luc, de forma casual, puso su mano bajo el elástico de los pantalones cortos que Justin llevaba puestos. El cordón de los suspensores fue fácilmente apartado y la gruesa y larga erección de Justin permanecía en su mano. Luc dio unos pocos apretones antes de marcar un ritmo lento deslizando su mano arriba y abajo de su eje. Lamentaba no tener El entrenador El entrenador El entrenador El entrenador Carol Lyn Carol Lyn Carol Lyn Carol Lynnenenene Pasión en el Campus Pasión en el Campus Pasión en el Campus Pasión en el Campus 1 1 1 1 18 más luz para poder mirar el movimiento del prepucio, sin circuncidar, deslizándose sobre la cabeza de su polla. Justin sacó una mano del volante y la pasó alrededor de los hombros de Luc. — ¿Puedo hacerte una pregunta? ¿Una personal? Deslizando su pulgar sobre la mojada cabeza de su polla, Luc asintió con la cabeza. —Puedes preguntarme lo que quieras. Vio como Justin se mordía el labio inferior. De repente se preguntó que lo tenía tan preocupado. —¿Qué pasa? —Bueno, nunca pregunté, porque supongo que había asumido que me lo dirías cuando estuvieras listo, pero me preguntaba sobre la madre de Max. Quiero decir, que no sé si estuvieron casados o que. — Justin dejó de hablar y movió su cabeza. —Lo siento. No debería haber preguntado. El corazón de Luc se derritió por la incertidumbre en la voz de Justin. Se inclinó y besó su cuello. —No te dije nada de la madre de Max porque creí que ya lo sabías. Maldición, toda la ciudad lo sabe. Sheryl, la madre, era mi hermana. Murió de una sobredosis cuando Max tenía sólo seis años. Y cómo era la única familia que tenía, los tribunales permitieron que lo adoptara. —Oh mierda. Ahora me siento aún peor. —Justin miró por el retrovisor y redujo la velocidad del todoterreno hasta detenerse a un lado de la carretera. Tomó la cara de Luc en sus manos y lo besó. No era un beso de lujuria, más bien era un beso de ternura y amor. Luc sintió cada emoción que le transmitía en aquel beso. Dios, se lamentó de que no estuvieran ya en casa. Justin rompió el beso y miró directo a sus ojos. —Sé que no es el mejor lugar para decir esto, pero te amo. El entrenador El entrenador El entrenador El entrenador Carol Lyn Carol Lyn Carol Lyn Carol Lynnenenene Pasión en el Campus Pasión en el Campus Pasión en el Campus Pasión en el Campus 1 1 1 1 19 Cerrando los ojos, contra la repentina arremetida de alegría, los abrió otra vez para mirar fijamente a los ojos cafés de Justin. —Yo también te amo. Llévame a casa. Veinte minutos más tarde se estacionaron en la casa de troncos y piedra. Se habían acostumbrado a pasar el tiempo libre juntos en la casa de Luc en medio del bosque. La casa de Justin era agradable pero estaba en medio de la ciudad y ambos habían decidido mantener sus asuntos en privado. Abriendo la puerta, Luc miró el reloj que colgabaen la sala de estar. — ¿Es tarde, pero quieres una bebida o algo de comer antes de ir a la cama? —Nah, estoy bien. —El estómago de Luc aprovechó ese momento para gruñir. Justin lo abrazó, —Creo que eres tú el que tiene que alimentarse. Vamos, haré unas tortillas. Caminaron de la mano hacia el gran espacio abierto de la cocina. Justin fue de inmediato a la nevera y comenzó a sacar los ingredientes para la tortilla de huevos. Luc sonrió. En tan breve tiempo, se había adaptado totalmente a su vida y a la casa. Le gustaba. No, lo amaba. Acercándose a la isla del centro, Luc se subió sobre el mostrador y lo contempló mientras colocaba los ingredientes. Vio cuando encontró un cuchillo y comenzó a cortar pimientos morrones, cebolla y jamón. —Guau, realmente quieres que tenga mal aliento. —Dirigió a Justin una sonrisa cuando alzó la vista. —Al menos ambos tendremos el mismo aliento. Creo que eso lo compensa, ¿no? —Sí. Pero no me importaría si no lo hiciera. No voy a dejar de besarte por causa de un poco de cebolla y pimiento. — vio a Justin El entrenador El entrenador El entrenador El entrenador Carol Lyn Carol Lyn Carol Lyn Carol Lynnenenene Pasión en el Campus Pasión en el Campus Pasión en el Campus Pasión en el Campus 1 1 1 1 20 manejar hábilmente el gran cuchillo—. Me gusta esto. Verte aquí. Saber que me perteneces. Cuando acabo de cortar, dejó el cuchillo y se insinuó entre las piernas de Luc. Frotando su nariz contra la de Luc, finalmente lo besó. —También me gusta. Es agradable estar tan cómodo en un lugar que incluso te olvidas del mundo exterior. Pensar en el mundo exterior del que Justin tenía tanto miedo, hundió el espíritu de Luc de golpe. —¿Qué vamos a hacer acerca de nosotros? Quiero decir, entiendo por qué tenemos que mantener nuestra relación discreta pero tarde o temprano no va a ser suficiente para mí. Infiernos, si por mí fuera ya estarías viviendo aquí, durmiendo en mi cama cada noche. Envolviendo esos grandes brazos alrededor de él, Justin suspiró. —Me gustaría estar aquí contigo también. Déjame pensarlo un tiempo. Tenemos el campeonato estatal en dos semanas. Espero encontrar un modo de decírselo al director después de eso. — ¿Y si te despide? Lo miró a los ojos durante varios segundos. —Entonces simplemente tendré que encontrar otra carrera. No me malinterpretes, adoro entrenar. Hasta hace unas semanas, pensé que era la cosa más importante de mi vida. —se encogió de hombros. —Pero en tres semanas tú y Max han llegado a ser más importantes para mí que cualquier trabajo. Cerrando sus ojos, acercó a Justin para otro beso. —Te amo. —Envolvió sus piernas alrededor de la cintura de Justin, mientras el beso se hacía más profundo. Cuando Justin comenzó a gemir y a frotarse contra él, Luc acabó el beso. —Prepara las tortillas. Planeo El entrenador El entrenador El entrenador El entrenador Carol Lyn Carol Lyn Carol Lyn Carol Lynnenenene Pasión en el Campus Pasión en el Campus Pasión en el Campus Pasión en el Campus 1 1 1 1 21 estar en nuestra cama cuando nos corramos. —Le dio una palmada a su firme culo y éste, a cambio, le mordió el cuello. —Eres terriblemente mandón—, bromeó Justin mientras encendía la cocina a gas y esperaba a que la sartén se calentara. Apagando la luz del techo y encendiendo la lámpara de noche, Justin se desnudó y se acostó en la cama al lado de Luc. Lo puso encima de él y comenzó a acariciar su espalda. —¿Puedes tener paciencia durante estas dos semanas hasta el campeonato? Acariciando su cuello con la nariz, Luc mordió ligeramente la piel y lo calmó con su lengua. —No me estoy impacientando contigo. Sólo te quiero aquí conmigo y Max. Quiero que seamos una familia. Justin deslizó su dedo, ociosamente por la grieta del culo de Luc. Sonrió mientras Luc gemía y separaba sus piernas, dándole un acceso más fácil a ese dulce agujero. — ¿Qué piensa Max acerca de que viva aquí? Luc se estiró hasta alcanzar el cajón del velador y extrajo la botella de lubricante. Dándosela, sonrió. —Eres el héroe de Max. No sólo lo has dirigido para llegar a tres campeonatos estatales, sino que has logrado que su papá sea un hombre mucho más fácil con el cual convivir. Impregnando sus dedos con lubricante, Justin comenzó a frotar y estirar su agujero. Sus caricias todavía eran lentas pero podía notar, por los profundos gemidos que emanaban del pecho de Luc, El entrenador El entrenador El entrenador El entrenador Carol Lyn Carol Lyn Carol Lyn Carol Lynnenenene Pasión en el Campus Pasión en el Campus Pasión en el Campus Pasión en el Campus 1 1 1 1 22 que la conversación estaba a punto de acabar. —Es sólo que no quiero que Max sufra porque nos amamos. Luc se sentó y Justin sostuvo su polla por la base mientras Luc se empalaba sobre la gruesa verga. —Es un chico bastante fuerte. No dejará que la gente lo acorrale o le insulte. Ahora cállate y fóllame. Riéndose, Justin le sostuvo el culo lo bastante alto de modo que pudiera empujar dentro y fuera de su pequeño y apretado cuerpo. —Ah mierda, te sientes tan bien. No era suficiente y Justin los hizo dar vuelta sin perder el contacto. Ahora con Luc debajo de él, Justin golpeaba dentro del culo con un ritmo agotador. Con sus piernas sobre los hombros de Justin, Luc comenzó a frotar su propia polla. —¡Tan bueno! No voy a aguantar. Sintiendo aproximarse rápidamente su propia culminación, Justin se inclinó y lo besó. —Córrete para mí bebé. Sintió su respuesta en el chorro caliente de semen que se derramó por su estómago cuando lanzó su semilla. El apretón de los músculos de Luc ordeñó la polla de Justin tan dulcemente que perdió el control y martilló un par de veces más antes de disparar profundamente su propia semilla dentro de su amante. Colapsando a su lado, Justin se arrimó a él. —Esto mejora cada vez. —Comenzó a dejar un rastro de besos alrededor del cuello y cara de Luc, antes de cerrar sus labios sobre su boca. Explorando con su lengua en su caliente boca, no pudo menos que reírse entre dientes. Interrumpió el beso y le sonrió. —¿Sabe mi boca a cebollasy pimiento también? Riéndose, Luc asintió con la cabeza. —Sí pero no iba a decir nada. El entrenador El entrenador El entrenador El entrenador Carol Lyn Carol Lyn Carol Lyn Carol Lynnenenene Pasión en el Campus Pasión en el Campus Pasión en el Campus Pasión en el Campus 1 1 1 1 23 Poniéndose serio durante un momento, Justin lo miró. — Siempre sé honesto conmigo. No sólo sobre el mal aliento. Quiero decir sobre todo. Podemos resolver mejor las cosas si sé lo que te molesta. He visto demasiadas relaciones deshacerse por cosas sin importancia, sólo porque nunca se habló del tema. Enredando sus largos dedos en el grueso pelo de Justin, asintió con la cabeza. —Siempre—, dijo Luc. — ¿Qué tal ahora? Me está empezando una picazón terrible. Vamos a darnos una ducha rápida antes de que nos preparemos para pasar la noche. Justin le dio un rápido y fuerte beso. —Muévete hombre pegajoso, vamos a ducharnos. El entrenador El entrenador El entrenador El entrenador Carol Lyn Carol Lyn Carol Lyn Carol Lynnenenene Pasión en el Campus Pasión en el Campus Pasión en el Campus Pasión en el Campus 1 1 1 1 24 Capítulo Cuatro Una semana más tarde, Justin y Luc pasaban un tranquilo sábado por la tarde distendidos en el columpio del enorme pórtico, cuando sintieron el ruido de un coche. Habían estado tan perdidos en su pasión que ninguno de los dos lo había sentido hasta que se detuvo estacionando detrás del de Justin. Rompiendo el beso, Luc rápidamente se salió del regazo de Justin. — Joder. ¿Crees que ellos nos vieron? Justin exprimió la mano de Luc. — Bueno supongo que estamos a punto de averiguarlo. — ¿Esperas a alguien? — No, — le dijo Luc mientras se ponía de pie y se acercaba a la puerta. La persona que vio salir del sedán azul era de todas la peor persona que podría haberlos encontrado. Brent Langley, un reportero deportivo del periódico local. Caminaba hacia Luc claramente ruborizado. Esto le dijo suficiente a Luc. Él había visto bastante. Brent se adelantó con pasos algo excitado hasta llegar al primer escalón. — Hola Luc, Pensé que podría tener la suerte de conseguir una entrevista con Max antes del próximo fin de semana. — Brent miró hacia sus zapatos. — Supongo que debí haber llamado primero. — Supones bien, — dijo Luc sin quitar sus ojos de Brent—. Max no está aquí. Tal vez si intenta llamar esta tarde él haya regresado y puedes establecer un encuentro. Cabeceando, Brent comenzó a dar vuelta alejándose cuando Justin se puso de pie al lado de Luc. — ¿Le dirá a alguien lo que vio, Brent? El entrenador El entrenador El entrenador El entrenador Carol Lyn Carol Lyn Carol Lyn Carol Lynnenenene Pasión en el Campus Pasión en el Campus Pasión en el Campus Pasión en el Campus 1 1 1 1 25 Fregando una mano sobre su cara, Brent miró de Justin a Luc con una mirada llena de repugnancia. — Le diré que, si usted dice al superintendente sobre lo suyo yo mantendré mi boca cerrada. Justin miró a Brent durante unos segundos, y luego se dio vuelta hacia Luc. — ¿Qué cree? Poniendo su brazo alrededor de la cintura de Justin, Luc lo tiró más cerca. — Creo que no tiene muchas opciones. El miró como Brent retrocedía, Justin le hizo una seña para que saliera de la casa. Justin le respondió con una breve cabeceada antes de dejarlo solo, después de cerrar la puerta. Luc miró cuando la puerta de la casa se cerró y se volvió hacia Brent. — ¿Por qué hacerlo? ¿Hay algo que tengas que decir? Somos hombres grandes, y que yo sepa no violamos la ley. La voz de Brent se elevó, como lo hizo el color en sus mejillas, — Porque trabaja con muchachos. Es mi deber como padre. Asegúrense que los funcionarios de la escuela sean conscientes de sus preferencias sexuales. — Eso es una mierda y lo sabe. Nadie dice nada si la bibliotecaria le pone los cuernos y azota a su marido los fines de semana. Entonces por qué ellos van a preocuparse por que Justin y yo tengamos una relación amorosa monógama. —Lo lamento Luc —dijo Brent justo antes de darse vuelta y marcharse. — Esto tendrá que ser atendido este fin de semana. — Cristo, Brent. ¿No puede al menos esperar a que termine el final del campeonato? — Luc comenzó a seguir a Brent a su coche. Girando, Brent sostuvo una mano para detener a Luc. —Le dejo la opción de cuándo solucionarlo. Hoy o mañana. Y no crea que voy a barrer esto bajo la alfombra porque Justin es un entrenador exitoso. El entrenador El entrenador El entrenador El entrenador Carol Lyn Carol Lyn Carol Lyn Carol Lynnenenene Pasión en el Campus Pasión en el Campus Pasión en el Campus Pasión en el Campus 1 1 1 1 26 Luc miró como Brent se conducía regresando desde el auto. Giró y miró la casa. Joder, dijo sacudiendo su cabeza. Suspirando, Luc se acercó a la escalera de la casa y se encontró con Justin sobre el canapé con uno de los viejos videos juegos de Max encendido. Sentándose a su lado, Luc esperó algún signo de Justin. No tuvo que esperar mucho antes de que Justin lo tirara entre sus brazos. —Ven aquí. Luc fue feliz hacia el regazo de Justin. —Lo siento—. Él enterró su cara en el cuello de Justin. — ¿Quieres qué vaya contigo? Pasando sus manos bajo la espalda de Luc, Justin sacudió su cabeza. — Stanley no estará a la defensiva si no hay otros testigos alrededor. Lo llamaré en unos minutos y le preguntaré si puedo visitarlo. Aunque, primero me gustaría saber si puedo llevarme algo de amor. — Llévame al dormitorio y te daré todo el que tengo—. Justin comenzó a besar la mandíbula de Luc mientras lo alzaba y lo llevaba escalerasarriba por la escalera, hacia su dormitorio. Era su dormitorio ahora. Justin se había afianzado tanto en el alma de Luc que siempre llevaría un vacío si Justin lo abandonara. La ropa rápidamente fue desechada y las mantas tiradas al lado de la cama. Luc se puso en el centro de la king-size y extendió sus brazos a Justin. —Déjeme amarte. El entrenador El entrenador El entrenador El entrenador Carol Lyn Carol Lyn Carol Lyn Carol Lynnenenene Pasión en el Campus Pasión en el Campus Pasión en el Campus Pasión en el Campus 1 1 1 1 27 Poniendo los rollos en el horno, Luc brincó cuando el teléfono sonó. — ¿Puedes traerlo Max? — Después de cerrar la puerta del horno, Luc comenzó a poner la mesa. Max apareció en la entrada y ofreció el teléfono. Luc podía decir por la mirada sobre la cara de Max que no eran buenas noticias. — ¿Quién es? — La señora Anderson, — contestó Max cuando le dio el teléfono a Luc. Mirando el teléfono en su mano, Luc no estaba seguro de que hacer. La señora Anderson era la mamá de Nick pero también era integrante del Consejo de la escuela. Luc supo que si ella le llamaba, era algo malo. Él suspiró y se puso el teléfono en la oreja. — Hola Linda. — Hola Luc. Max me dijo no has hablado con Justin desde su reunión con Stanley. Acercándose hacia la mesa de cocina, Luc se sentó. — No. No he hablado con él aún, pero lo espero en cualquier momento. ¿Perdió su trabajo? — Sí—, Linda dijo suavemente. —Lo lamento Luc. Solo quería decirle que siento mucho la actitud de éste pequeña ciudad. Stanley iba a programar una reunión de la junta directiva de la escuela para hablar de su caso, pero Justin no aceptó. Me dijo que Stanley lo había tomado como algo personal y no tenía intención alguna de exponer su privacidad ante la estrecha mira de los miembros del Consejo. El entrenador El entrenador El entrenador El entrenador Carol Lyn Carol Lyn Carol Lyn Carol Lynnenenene Pasión en el Campus Pasión en el Campus Pasión en el Campus Pasión en el Campus 1 1 1 1 28 — Gracias, Linda. Oiré a Justin y luego te hablo. — Luc colgó el teléfono y miró a través de la cocina a Max — Me haces un favor, saca esos rollos del horno en diez minutos. Estaremos en el pórtico. — ¿Cómo pueden despedir al entrenador? Tenemos el campeonato estatal la próxima semana. ¿Cómo demonios creen que llegamos hasta allí? No podemos jugar sin el entrenador. Luc le dio un abrazo rápido a Max. — Lo resolveremos. Max agarró el teléfono de la mesa. —Bueno, no me voy a quedar quieto y dejar que esos santurrones le hagan esto al entrenador. Ve y cuida de él, haré algunas llamadas. Riéndose del fuego en los ojos de Max, Luc caminó hacia la sala de estar y la puerta de calle. Él encontró a Justin donde pensaba que estaría, sentado en el columpio. Acercándose, Luc tomó asiento al lado de Justin. — Linda llamó—, Eso fue todo lo que dijo. Justin dio una cabecea. —Lo sabes entonces. —Sip. — Luc le extendió su mano y Justin la tomó, pero todavía rechazaba mirarlo. Luc exprimió la mano de Justin. — ¿Quieres cenar? —En un ratito—. Justin siguió mirando fijamente el bosque. — Estoy intentando pensar que debo hacer ahora. — ¿Pensaste en algo? Finalmente mirando a Luc, Justin se apoyó en él y le dio un beso sensible. — No sé qué haré con el trabajo, lo que voy a hacer es ir a casa y embalar una par de maletas. Luc sintió que el aire escapaba de él. — ¿Te marchas? La pregunta se ganó una risa de Justin. — No. Pensé que podría quedarme contigo y Max ¿Estará bien? Luc sintió la luz del sol invadir su alma en ese momento. Él avanzó lentamente hacia el regazo de Justin y lo besó. —Bienvenido a El entrenador El entrenador El entrenador El entrenador Carol Lyn Carol Lyn Carol Lyn Carol Lynnenenene Pasión en el Campus Pasión en el Campus Pasión en el Campus Pasión en el Campus 1 1 1 1 29 casa—. Él pasó su lengua por un costado del cuello de Justin y comenzó a besarlo y mordisquearlo en su barba de cinco días. Sintió su polla comenzar a erguirse cuando Max les gritó desde adentro de la casa. Poniendo una mano sobre la obvia erección de Luc, Justin le dijo, —Tendré cuidado de esto más tarde. Vamos a nuestra primera cena como una familia verdadera. Justin comenzó a levantarse pero Luc lo paró con una mano sobre su hombro. — Antes de que entremos, hay algo que necesito decirte. — ¿Qué? —De repente Justin lo miró con preocupación. — Max está bastante molesto con esta cosa de la dimisión, el inmediatamente llamó por teléfono y comenzó una cadena con los jugadores. —Cuando Justin sacudió su cabeza y comenzó a protestar, Luc puso sus dedos sobre la boca de Justin. — Él te ama. Es algo que tiene que hacer. Sólo pensé que deberías saberlo. — Stanley me dio una opción con la que no podría vivir. Justin pasó sus manos por la espalda de Luc hasta la taza su culo. —Él me dijo que si dejaba mi modo de vida, él no veía ninguna razón por la que deberían hacer una reunión de la Junta Directiva para tratar la finalización de mi contrato. Descansando su cabeza contra el hombro de Justin, Luc suspiró. — ¿Pueden despedirte? — Bien, soy considerado un administrador. Fue la única manera que el Consejo encontró para conseguir el sueldo que les pedí. No soy un docente activo, solo soy un entrenador que cumple la función de Director del equipo atlético. Eso me deja justo dentro de la categoría de administrador, y en este cargo tú no renuncias, solo puedes ser despedido más fácilmente que un profesor. El entrenador El entrenador El entrenador El entrenador Carol Lyn Carol Lyn Carol Lyn Carol Lynnenenene Pasión en el Campus Pasión en el Campus Pasión en el Campus Pasión en el Campus 1 1 11 30 Probablemente podría acudir a los tribunales y demandarlos porque es un despido injusto, pero no sé si alguna escuela me contrataría después de eso. Así que mejor me marcho. — Entremos a comer. Quería que supieras lo de Max. — Luc salió del regazo de Justin y le extendió la mano. Juntos, entraron a la casa para encontrar la mesa puesta y la comida esperando. Mirando a Max, Luc sonrió abiertamente. —Sabía que haría de ti un ama de casa. Riendo en silencio, Max colgó el teléfono. — Sí. Bien, no te acostumbres. — Max miró a Justin durante unos segundos antes acercarse y rodearlo con sus brazos. — Lo siento entrenador. Abrazándolo por detrás, Justin miró a Luc. Él tenía lágrimas en sus ojos y Luc nunca lo había visto con el corazón desgarrado. Justin se retiró y onduló con su mano los rizos negros de Max. — Gracias. Vas a tener que pensar un nombre nuevo para mí. Ya no soy tu entrenador. —Siempre serás mi entrenador. — Max se acercó a la mesa y se sentaron. — Ya hablé con varios jugadores del equipo. Todavía tenemos que hablar con los demás pero la mayor parte nos negaremos a jugar el sábado. Tomando asiento, Justin sacudió su cabeza. — No. Tú y los muchachos se han ganado el derecho de estar allí. Éste es su último año. Para la mayor parte de los jugadores éste será su último juego. No les dejaré hacer eso por mí. Moviendo su cabeza hacia su costado, Max miró a Justin. — ¿Qué pasa con los estudiantes de primer año, acaso no tienen derechos? Si nosotros los mayores no nos levantamos y hacemos algo, qué clase de jugadores seríamos? — Ahora fue el turno de Luc El entrenador El entrenador El entrenador El entrenador Carol Lyn Carol Lyn Carol Lyn Carol Lynnenenene Pasión en el Campus Pasión en el Campus Pasión en el Campus Pasión en el Campus 1 1 1 1 31 para ahogarse. Él miró a Max y por primera vez vio al hombre en que su hijo se había convertido. Luc hizo un hurra con los brazos y le hizo señas a través de la mesa a su hijo, quien se levantó mirándolo confuso. — Levántate hijo. Max se puso de pie y enfrentó a Luc. — ¿Qué hice mal? Rodeando la mesa, Luc tiró a Max en sus brazos. —Nunca he estado más orgulloso de ti en mi vida. Has crecido eres un maldito buen hombre. Ruborizado, Max lo abrazó. —Tuve un maldito buen profesor—. Luego Max miró a Justin. — Y un maldito buen entrenador. Limpiando su garganta, Justin se levantó y se unió al abrazo grupal. Él besó la frente de Max antes de dar unos pasos hacia atrás. —Gracias. No tienes ni idea de cuánto necesitaba oír esas palabras hoy—. Él limpió su garganta otra vez mirando a Luc. — Vamos a comer. Aquella noche, Luc avanzó lentamente en la cama y se enroscó contra un ya dormido Justin. Él y Max habían estado al teléfono y en Internet toda la tarde, intentando organizar algún tipo protesta sobre el nombre de Justin. Enterrando su cara detrás del cuello de Justin, Luc comenzó a darle besos de su amor. Justin se sentía tan dulce y caliente que Luc no paró allí. Él comenzó a bajar por la espina de Justin, mordiscos y besos. Trabajó hasta llegar al culo de Justin, Luc no pudo contenerse y le pellizcó un músculo. . El entrenador El entrenador El entrenador El entrenador Carol Lyn Carol Lyn Carol Lyn Carol Lynnenenene Pasión en el Campus Pasión en el Campus Pasión en el Campus Pasión en el Campus 1 1 1 1 32 Justin gimió y rodó sobre su estómago. Con una sonrisa, Luc recorrió con su lengua la grieta del culo de Justin. —Se siente bueno—, Justin gimió mientras se colocaba sobre sus rodillas y extendía sus piernas abriéndolas bajo el empuje de la lengua de Luc. Pasando su lengua alrededor del apretado anillo de músculos, Luc comenzó a acariciar su propia polla. — Quiero estar dentro tuyo— Estirándose al cajón de la cabecera, Justin agarró el lubricante y se lo pasó a Luc. — Has el amor conmigo. Vertiendo una parte generosa en la grieta del culo de Justin, Luc se inclinó y mordió la nalga delante suyo. — Voy a amarte por el resto de mi vida. —Él suavizó su polla y la colocó en el agujero de Justin. —Perteneces aquí. Somos tu familia—. Él alivió su eje dentro de Justin una pulgada dándole tiempo a su amante para acostumbrarse al tamaño más grande de la polla de Luc. — Oh Dios, — gimió Justin cuando Luc se empujó hasta su raíz. —Oh mierda, te sientes tan bien. Luc sostuvo su posición durante un par de segundos hasta que Justin comenzó a moverse. Tomándolo como una señal, Luc la sacó y empujó de nuevo, con fuerza. Él sabía que a Justin le gustaba ser follado con fuerza y esta noche estaba dispuesto a darle todo lo que necesitara. — Siiiii, — Justin silbó mientras Luc pistoneaba dentro del agujero en una follada dura, rápida. — Voy a correrme. Justin se reforzó sobre sus brazos mientras acariciaba su propia polla al ritmo de los empujes de Luc. Moliéndose contra el culo de Justin, Luc se inclinó sobre Justin. — Vamos, córrete para mí. Déjame sentir que tu cuerpo se aprieta alrededor de mi polla. — Él movió su brazo hacia abajo y cubrió la El entrenador El entrenador El entrenador El entrenador Carol Lyn Carol Lyn Carol Lyn Carol Lynnenenene Pasión en el Campus Pasión en el Campus Pasión en el Campus Pasión en el Campus 1 1 1 1 33 mano de Justin con la propia. Luc sintió el chapoteo de calor en su mano al mismo tiempo que sintió los músculos de Justin exprimir su polla. —Sí—, le dijo Luc mientras su orgasmo lo golpeaba con violencia Con su polla todavía enterrada dentro de Justin, Luc se derrumbó. —Oh, mierda. — Él descansó su cabeza sobre la espalda de Justin mientras intentaba controlar su respiración. Su ablandada polla resbaló del cuerpo de Justin, pero todavía estaba demasiado cansado como para moverse. — ¿Puedo dormir aquí esta noche? Riendo, Justin se dio vuelta, golpeando a Luc en el pecho. — Yo creo que es una de esas noches dónde hace falta un trapo caliente para lavarnos. Sólo necesitas un beso y puedes dormirte. — El beso sería agradable, — masculló Luc. — Peroestoy demasiado cansado para levantarme. Consigue una manopla. Justin se rió más duro y salió de la cama para conseguir Limpiarse. Él desapareció en el cuarto de baño y regresó unos minutos más tarde con una manopla que echaba vapor en su mano. Él limpió a Luc con amor y tiró el paño en el suelo. Tomó las mantas, y las acomodó, Justin subió a la cama y se acurrucó contra Luc. — buenas noches, bebé. —Olvidaste mi beso, — Luc logró mascullar, aunque estaba casi dormido. Él consiguió un beso agradable y lento de Justin justo antes de quedarse dormido. El entrenador El entrenador El entrenador El entrenador Carol Lyn Carol Lyn Carol Lyn Carol Lynnenenene Pasión en el Campus Pasión en el Campus Pasión en el Campus Pasión en el Campus 1 1 1 1 34 Capítulo Cinco Había sido una semana infernal. Justin aún no podía superar la reacción a su despido. Se reunió con su equipo la tarde del lunes y les había hecho prometer que seguirían con la práctica bajo la dirección del asistente de entrenador. Algunos de los jugadores intentaron negarse, pero Justin les hizo entender que no le serían desleales si jugaban el partido. Les aclaró que había entrenado a algunos de ellos durante cuatro años, y que si desistían ahora, entonces él no les había enseñado lo bastante bien y por lo tanto era un mal entrenador. De algún modo los medios de comunicación se enteraron de la historia y habían tenido reporteros llamando por teléfono y yendo a la casa toda la semana. El Consejo de la Escuela y el director Stanley no cambiaron su punto de vista inicial, así que no parecía que fuese a recuperar su trabajo, a pesar de las protestas de los jugadores y sus padres. Era la tarde antes del gran partido, Justin y Luc estaban acurrucados en el sofá viendo una película cuando el teléfono sonó. Luc le gritó a Max que contestara y se concentró en la película. Unos minutos después, Max entró en la habitación con una gran sonrisa en la cara. Le pasó el teléfono a Justin. —Hay alguien al teléfono a quien le gustaría hablar contigo. Justin alzó la vista hacia Max preguntando — ¿Quién es? No tengo ganas de hablar con más reporteros esta noche. Max sacudió el teléfono hacia Justin. —No es un reportero. Es el entrenador Williams de la Universidad. Pareciendo confundido, Justin tomó el teléfono de la mano de Max. El entrenador El entrenador El entrenador El entrenador Carol Lyn Carol Lyn Carol Lyn Carol Lynnenenene Pasión en el Campus Pasión en el Campus Pasión en el Campus Pasión en el Campus 1 1 1 1 35 — ¿Si? Luc vio como la cara de Justin comenzaba una lenta trasformación, de poco confundido, a muy confundido y a sonriente. Mirando hacia Max, Luc levantó sus cejas. — ¿Qué sucede? Meciéndose hacia atrás en sus talones, Max sonrió. —Ya lo averiguarás. Justin terminó la llamada y le devolvió el teléfono a Max. — ¿Sabías algo de esto? Encogiéndose de hombros, Max dejó el teléfono sobre la mesa de café. — El entrenador Williams me llamó a principios de semana, después de haber visto la historia en las noticias. Quería saber lo que pensaba acerca de ello, antes de empezar a hacer los arreglos. — ¡Basta! —Gritó Luc. —Si alguien no me dice que demonios está pasando aquí, no habrá pizza por un mes. —Luc cruzó sus brazos de una manera muy infantil.- Max y Justin se rieron de la imagen que interpretaba. Max le hizo un movimiento de cabeza a Justin. —Mejor se lo dices antes de que empiece zapatear del enfado. Justin se inclinó y le dio un beso a los enfurruñados labios de Luc. —Como ya sabes, el que llamó era el entrenador Williams. Parece que necesita un nuevo director para los entrenadores de la ofensiva 5Y me ha ofrecido el puesto. Paralizado, la mandíbula de Luc cayó hasta su pecho. — ¿Qué significa eso? ¿Te vas a ir a la universidad con Max y me vas a dejar aquí? 5 El football americano cuenta en cada posición con varios entrenadores que a su vez tienen un director (N.C.). El entrenador El entrenador El entrenador El entrenador Carol Lyn Carol Lyn Carol Lyn Carol Lynnenenene Pasión en el Campus Pasión en el Campus Pasión en el Campus Pasión en el Campus 1 1 1 1 36 —Yo estaba pensando más bien en llevarte con nosotros. Tal vez podríamos conseguir una casa pequeña cerca de la universidad. La distancia es casi igual a la que hay desde aquí hasta Spokane, así que no tendrías que conducir mucho más. Podríamos venir a casa los fines de semana. Justin miró a Luc como un niño deseando un juguete nuevo. —No aceptaré el trabajo a menos que vengas conmigo. Luc miró a Max. — ¿Qué piensas tú de todo esto? Dándole a Luc un amistoso golpe en el brazo, Max sonrió. — Bueno, ya que Nick y yo nos alojaremos juntos en la universidad, la decisión es tuya. Me encantaría que Justin me entrenase mientras hago el intento de tener una vida privada de verdad, sin los ojos atentos de mi padre siguiéndome por todas partes. — Creo que puedo soportar eso. Luc miró a Justin. —Iré a cualquier parte que tengas que ir. Le dio otro beso a Justin. — Estoy orgulloso de ti. Serás un entrenador universitario condenadamente bueno. — Atrayéndolo para un beso más profundo, se olvidaron que Max todavía estaba en el cuarto hasta que lo oyeron aclararse la voz. — Voy a salir de aquí antes de que ambos corrompan mis frágiles discernimientos. Los veo en la mañana. — Buenas noches. Gracias por todo lo que has hecho esta semana. —Justin le hizo señas con la mano mientras Max salía de la habitación. Volviendo su atención a Luc, deslizó su mano sobre su creciente erección. —Ahora, ¿En qué estábamos? El entrenador El entrenador El entrenador El entrenador Carol Lyn Carol Lyn Carol Lyn Carol Lynnenenene Pasión en el Campus Pasión
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