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LE UNAM, NAYSJON Y LA BÚSQUEDA DE LA VERDAD

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LE UNAM, NAYSJON Y LA BÚSQUEDA DE LA VERDAD
Imagen generada por Bing Image Creator
Le Unam, una boa, tenía la habilidad única de transitar entre dos mundos: el material y el astral. 
Aunque tenía sus cualidades, era conocido por su naturaleza engañosa.
Un día cualquiera, un joven curioso y ávido de conocimiento espiritual cruzó el camino de Le Unam 
en el corazón de un bosque denso. Con cierto entendimiento de los misterios del universo, el joven 
intentó dialogar con la boa, con la esperanza de aprender más. Sin embargo, Le Unam se mostraba 
evasivo, respondiendo solo a preguntas específicas, siempre con un tono burlón y una sonrisa 
sarcástica.
Con su voz sibilante, Le Unam solía terminar las conversaciones con la siguiente afirmación: "Hay 
más misterios entre el cielo y la tierra de los que nuestra vana filosofía puede imaginar."
El joven, persistente, continuó sus indagaciones, mientras Le Unam expresaba sus desacuerdos con 
las deidades y los conceptos sagrados. Incluso en medio de sus palabras de desdén hacia las 
virtudes, había cierto entendimiento en sus observaciones.
En uno de esos diálogos, el joven sugirió que las ciencias tenían mucho que descubrir y que 
ignoraban muchos fenómenos del mundo porque no podían explicarlos. Afirmó que todo lo que el 
hombre ignora, para él, no existe. Y que todas las religiones conocidas poseían verdades y errores. 
Por lo tanto, sería necesario reunir y analizar los conocimientos adquiridos para encontrar las 
verdades en medio del caos. Pues los conocimientos adquiridos hasta entonces son 
complementarios y que una verdad puede ser aplicada en un caso específico, pero en otra realidad 
esa misma ley no funciona. No hay hechos eternos ni verdades absolutas, pues cada caso es un 
caso.
Esta idea lo llevó a descubrir posteriormente una historia que reflejaba bastante su pensamiento:
En el principio de los tiempos, existía una única verdad en el mundo. Entre los reinos del cielo y la 
tierra, había un espejo mágico. Todo lo que se reflejaba en este espejo en el reino celestial se 
materializaba en el mundo terrenal. Era una época en que las personas no dudaban de la realidad, 
pues todo lo que veían en el espejo se consideraba absoluto.
Sin embargo, una joven dedicada a la ciencia rompió accidentalmente ese espejo mágico. Asustada 
y preocupada, buscó ayuda con Dios, quien escuchó sus sinceras disculpas y declaró que, a partir de 
ese momento, ya no habría una única verdad en el mundo. El espejo, al romperse, ahora reflejaba 
solo una parte de la verdad, dependiendo de dónde estuviera cada fragmento. "Cada pedacito de 
espejo es solo una parte del todo."

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