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Navegación y comercio en épocas medieval y moderna
Los cañones Tudor del fondeadero de Ifac.
Cañones ingleses del siglo xvi 
en la costa de Alicante
Manuel Salvador Marín
Documentalista, Jefe de la Unidad de Medicina Subacuática e Hiperbárica del HUG de CS
salvador_man@gva.es
Asunción Fernández Izquierdo 
Arqueóloga, Directora del Centro de Arqueología Subacuática de la Comunidad Valenciana
fernandez_asuizq@gva.es
Marcos Roca
Restaurador, Centro de Arqueología Subacuática de la Comunidad Valenciana. Generalitat 
Valenciana, Dirección General de Cultura.
Resumen: En el año 1997 el CASCV extrajo y restauró cuatro cañones de hierro fundido 
y dos proyectiles de artillería del fondo del puerto de Calpe, que fueron identificados 
posteriormente como cañones ingleses de época Tudor. Se conservan muy pocos 
ejemplares de cañones ingleses de hierro fundido de finales del siglo XVI, y aún son más 
raros ejemplares como éstos, anteriores a la Gran Armada. Los cañones de Ifac son de un 
modelo «sólo para la exportación» que comenzó a fabricarse en Inglaterra alrededor de 
1570 y que fue copiado posteriormente en Suecia en el siglo XVII dando lugar a los cañones 
conocidos como finbankers. Por sus características parecen proceder de las fundiciones 
de Sir Thomas Gresham, y fabricados alrededor de 1575 ± 5 años. Los altos hornos del 
sudeste de Inglaterra fundían sin parar cañones de hierro que eran exportados a través 
de Holanda al resto de Europa, y en particular a España. Se analizan las características 
de los cañones y de los proyectiles hallados, comparándolos con los escasos ejemplares 
que se conservan de esta época.
Palabras clave: Tudor, Naval, Artillería de hierro, Cañones, Barcos mercantes, Siglo XVI.
Abstract: The CASCV recovered and restored in 1997 four cast-iron guns and two «spanish 
shots» from the bottom of the Calpe harbor which were later identified as English guns 
from the Tudor period.Very few specimens are preserved in English cast-iron guns from the 
late sixteenth century, and still are rare examples like these, before the Gran Armada. The Guns 
of Ifac are a model «for export only» that began to be manufactured in England around 1570 
and which was later copied in Sweden in the seventeenth century leading to the cannons known 
as «finbankers». Due to its characteristics appear to come from the foundries of Sir Thomas 
Gresham, and cast about 1575 ± 5 years. Blast furnaces of southeast England steadily melted 
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Navegación y comercio en épocas medieval y moderna
Manuel Salvador Marín • Asunción Fernández Izquierdo • Marcos Roca
iron cannons that were exported through Holland to the rest of Europe, especially Spain.The 
paper analyzes the characteristics of guns and shots found, compared with the few specimens 
that remain from this time.
Key words: Tudor, Naval, Iron-cast ordnance, Merchant ships, 16th Century.
Introducción
En 1997 con ocasión de un dragado del puerto de Calpe se localizaron unos cañones 
de hierro fundido en el antiguo fondeadero de poniente del Peñón de Ifac. Cuatro de 
ellos, fueron extraídos a solicitud del Ayuntamiento de Calpe junto con dos proyectiles 
del tipo «balas empernadas», y restaurados por el CASCV.
Se han localizado más cañones en el mismo lugar, y probablemente pertenezcan todos 
a un mismo pecio, sobre cuyo naufragio no hemos encontrado referencias.
El fondeadero de poniente del peñón de Ifac viene referenciado de antiguo (Tofiño de 
San Miguel, 1787:101); y en la actualidad (Instituto Hidrográfico de la Marina, 1998:261) 
como un lugar peligroso para las embarcaciones de vela que intentan guarecerse de los 
temporales del primer cuadrante, por los fuertes remolinos que se forman en el sotavento 
del Peñón.
Los cañones hallados son ingleses y de época Tudor, de un modelo que se fabricó 
únicamente para la exportación (Trollope, 2002:54) y aunque pertenecen al modelo que 
ya está dotado de dos refuerzos, el primero de ellos es corto, por lo que se trataría de 
piezas anteriores a la Gran Armada, como veremos más adelante al hablar de la evolución 
en el diseño de los cañones de hierro fundido en la segunda mitad del siglo XVI.
Antecedentes
A finales del siglo XV la artillería empleaba cañones de hierro forjado y cañones de bronce 
fundido. Los primeros eran construidos por herreros con la técnica de la forja, soldando 
«a la calda» barras de hierro entre sí, y reforzándolas con unos zunchos o duelas como 
si se tratara de un barril, eran las denominadas bombardas, bombardetas, cerbatanas, 
falconetes o ribadoquines entre otros nombres, según su calibre fuera mayor o menor 
respectivamente.
La artillería de bronce era la artillería más apreciada por su seguridad y eficacia, se 
fundía por otros artesanos con técnicas similares a la fundición de campanas, de la que 
existía una larga experiencia en Europa. Las piezas se fundían de modo artesanal, con 
primorosas decoraciones, emblemas de la casa reinante y eran bautizadas con nombres 
altisonantes, pero lamentablemente, y a pesar de las indicaciones que se efectuaban 
en ese sentido, no había ninguna normalización en los calibres, cada pieza era única y 
tenía su municionamiento particular, lo que en una fortaleza o en un barco creaba serios 
problemas al necesitar cada pieza proyectiles diferentes.
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Navegación y comercio en épocas medieval y moderna
Los cañones Tudor del fondeadero de Ifac. Cañones ingleses del siglo xvi en la costa de Alicante
Los cañones, de un modo similar al de la arquitectura clásica, se diseñaban y construían 
en base a un «módulo» que era el diámetro o calibre del proyectil a disparar, como 
ejemplo, el cañón debía tener una circunferencia de 10 módulos a la altura del fogón, un 
diámetro de 3 módulos en el primer refuerzo, de 2 ¾ en el segundo, de 2 ¼ en la boca, 
los muñones debían tener un diámetro de un módulo, y así el resto de la pieza. A partir 
de 1587 el «módulo» pasó a ser el diámetro o circunferencia del ánima (Caruana, 1992:12).
Los artilleros del siglo XVI, eran grandes profesionales, muy considerados socialmente 
y que dominaban todo lo relacionado con los cañones; no sólo los disparaban, sino que 
también intervenían en su diseño y fundición.
El despegue de Inglaterra
En la región al norte de Francia conocida como Wallonia se había desarrollado a finales 
del siglo XV la tecnología de los altos hornos, que permitía alcanzar las altas temperaturas 
necesarias para fundir el hierro, y se empleaba inicialmente para la obtención de barras 
de hierro para las forjas y balas de cañón de hierro fundido, mucho más regulares y 
fáciles de obtener que los bolaños de piedra de construcción artesanal. 
Enrique VIII, al acceder al trono, fomentó el desarrollo de la marina y de la artillería 
como claves para defender a Inglaterra de las invasiones. Hizo venir fundidores de cañones 
de bronce del continente y empleó en esos propósitos el enorme tesoro que le había 
legado su padre, pero las necesidades eran muchas y el tesoro se agotó.
Enrique VIII aprovechando un periodo de tregua con su vecino francés Francisco 
I, obtuvo la posibilidad de contratar a fundidores valones con el objeto de adquirir la 
tecnología de los altos hornos o blast furnaces y con ese hierro en bruto o pig iron 
facilitar el trabajo a las forjas, fabricar balas de hierro para sus cañones de bronce y la 
utilería de hierro que precisaban sus ejércitos.
Inglaterra era deficitaria en cobre que debía ser importado a un elevado coste, por ello, 
Enrique VIII reservó la artillería de bronce para la marina real, y pensó en la posibilidad 
de fundir artillería en hierro, mucho más barata y de la que no faltaban materias primas, 
para utilizarla en la defensa de las costas y para artillar a los barcos mercantes, los llamados 
privateers o corsarios.
Los intentos realizados en el continente para la fabricación de cañones de hierro 
fundido no habían tenido éxito, y al no haber allí tantas dificultades en el suministro de 
cobre y estaño se habían abandonado.Los cañones de hierro no eran mejores, sólo eran 
más baratos, pero si reventaban matando e hiriendo a los artilleros era mejor seguir con 
los de bronce que eran mucho más seguros.
Los ingleses, acuciados por la falta de materias primas para fabricar la artillería con la que 
dotar sus barcos, perseveraron en la fundición de cañones de hierro, y obtuvieron el éxito 
donde otros habían fracasado. Se ha dicho que la clave de su éxito estuvo en la forma de 
construir los moldes, en el empleo de una arcilla local con especiales características (Straker, 
1931), en la colocación de los moldes en posición vertical, con la boca en la parte superior y 
la «lámpara» y primer refuerzo abajo, para que la presión de la columna de metal fundido los 
dotase de mayor densidad y resistencia, y dejar sobre la boca del cañón un exceso de metal 
donde se concentrarían las impurezas y posteriormente sería serrado (Schubert, 1957:255). 
El caso es que consiguieron fundir cañones de hierro aceptablemente buenos y fiables.
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Inglaterra y el «complejo armamentístico» del Weald
Los cañones de hierro fundido iban destinados a cubrir el déficit de artillería de bronce, 
que por su escasez se reservaba para la Armada Real, y su destino eran los barcos 
mercantes y los privateers o corsarios; por esta razón y por la de no dominar aún la 
tecnología, se fabricaban únicamente en calibres pequeños de 2 a 3 ½ pulgadas, eran 
los conocidos como falcon, minion y saker, éste último el de mayor calibre, disparaba 
proyectiles de hierro de 5 libras capaces de atravesar limpiamente 10 cm de roble a 
100 metros de distancia.
Estos cañones tuvieron un gran éxito comercial por su calidad, pero sobre todo por su 
precio, y además de cubrir las necesidades inglesas, se abrieron rápidamente al mercado 
exterior donde tuvieron una gran demanda. La rebelión en Flandes había hundido el 
mercado de armas y metales preciosos que existía en este país, lo que favoreció aún 
más el despegue inglés, las familias poderosas invirtieron en las fundiciones del Weald 
y comenzaron a exportar cañones al resto de Europa a través de Holanda. España se 
encontraba entre los grandes compradores de esos cañones ( Jenkins, 1938-39: 45).
El número de cañones exportados era tan grande, que hacia 1570 comenzaron a alzarse 
voces en el Parlamento inglés advirtiendo del peligro de armar a los barcos enemigos y 
solicitando la prohibición de exportar los cañones, pero entre las familias propietarias 
de las fundiciones, se encontraban algunas muy influyentes y poderosas, y difícilmente 
se pudo ejercer control sobre el armamento exportado.
Pronto aparecieron las argucias:
– Los fabricantes dejaron de marcar los cañones para evitar ser identificados en el 
caso de que el cargamento de contrabando fuera apresado.
– Los barcos mercantes dejaban los puertos ingleses fuertemente artillados, y cuando 
volvían lo hacían sin casi artillería. Esto motivó que se exigiera a los capitanes la 
presentación de un manifiesto sobre la artillería que portaban a la partida y a su 
vuelta, para evitar que pudiera ser vendida en el extranjero.
– Cuando se prohibió la exportación de cañones de calibre superior al minion, los 
fundidores vendían los saker calibrados como si fueran minion, para que una vez 
en el extranjero se terminasen de barrenar al calibre correcto. Por eso a veces llama 
la atención encontrar cañones de hierro fundido grandes con un calibre inferior 
al que le corresponde.
Evolución de los cañones ingleses de hierro fundido
Los inicios (1543-1549)
El primer cañón inglés de hierro fundido está documentado que lo fue en Buxted en 
1543, (Schubert, 1957:171) aún bajo el reinado de Enrique VIII. No sabemos cual fue su 
diseño, pero teniendo en cuenta el modelo de los que se fundieron en los años siguientes, 
podemos deducir que este primer cañón lo fue siguiendo el módulo utilizado para los 
cañones de bronce, con una circunferencia a la altura del fogón equivalente a diez veces 
el calibre, con los muñones colocados a 2/5 de la longitud y con un único refuerzo que 
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Los cañones Tudor del fondeadero de Ifac. Cañones ingleses del siglo xvi en la costa de Alicante
llegaba hasta la mitad de su longitud y terminaba en un anillo decorativo, como en esta 
media culebrina fundida alrededor de 1549 (fig. 1a).
Pronto descubrirían que el comportamiento del metal de la fundición con la que 
estaban hechos estos cañones era diferente al del metal del bronce (Caruana, 1989:11), 
y que los cañones de hierro fundido exigían un diseño particular y su propio módulo 
para evitar que reventasen al dispararlos, se añadieron de manera progresiva y en los 
periodos siguientes, un primer y un segundo refuerzo y se aumentó el módulo, para así 
aumentar el espesor de los metales.
Periodo de transición (1549-1569)
En los cañones fabricados durante este periodo hay un único refuerzo que abarca el 50% 
del cañón, y encontramos en la mitad del mismo –25%– unas molduras, normalmente 
astrágalo y filetes, marcando el lugar donde en el futuro terminará el primer refuerzo, 
que aún no existe. La circunferencia en el fogón sigue siendo 10 veces el calibre y los 
muñones siguen colocados a 2/5 de la longitud total.
El largo y característico cascabel de los cañones Tudor se engruesa y la boca del cañón 
se acampana en los cañones destinados a la marina. Son característicos de este periodo 
los cañones de Yarmouth (figs. 1b y 1c).
Figura 1. Evolución de los cañones navales ingleses en el siglo xvi. A) Media culebrina c. 1550 Rotunda, b y c) dos Falcon 
c. 1562 Yarmouth, d) Media culebrina 1576 Lisboa. No a escala. (redibujados de Caruana).
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Periodo William Wynter (1569-1586)
Cuando fue nombrado «Master of Ordnance» Sir William Wynter introdujo modificaciones 
en el diseño de los cañones y acometió la normalización de los calibres, en lo que se 
denominó »Proportion of 1569» que estuvo vigente durante los siguientes 20 años. Debió 
de tener éxito, porque los registros de la época, muestran que al final de ese periodo 
los cañones de la Armada Real habían sido reducidos a sólo seis calibres diferentes, a 
saber: medio cañón, culebrina, media culebrina, sacre, minion y falcon, que disparaban 
proyectiles normalizados de 32, 18, 9, 5 ¼, 4 y 2 ¼ libras.
Los cañones se refuerzan, aparece el primer refuerzo sobre el primer 25% de la 
longitud –antes sólo estaba marcado por las molduras– con lo que la circunferencia a 
la altura del fogón es ahora de 12 calibres, los muñones se adelantan un poco, a unos 
3/7 de la longitud de la pieza, la decoración de molduras continua igual, así como 
el alargado y característico cascabel, que sólo comenzará a cambiar a partir de 1580 
cuando se introduce progresivamente el diseño conocido como «del cuello y la bola» 
o neck and ball.
Periodo 1587-1620
La introducción de la pólvora graneada, de mejor y más uniforme calidad y un 40% más 
potente que la pólvora serpentina, junto con la experiencia adquirida en los combates 
de la Gran Armada, aconsejaron modificaciones en los cañones que se concretaron en 
alargar el primer refuerzo hasta los 2/7 de la longitud, y acortar la «caña» o parte más 
delgada del cañón para facilitar la carga, con lo que no hizo falta adelantar los muñones 
que siguieron a 3/7.
Durante los años transcurridos desde la fundición del primer cañón en Buxted, hasta 
1620, cuando las restricciones a las exportaciones que impusieron los ingleses favorecieron 
que comerciantes valones establecieran las primeras fundiciones en Suecia, el diseño 
de los cañones de hierro fabricados en Inglaterra experimentó en pocos años cambios 
en la longitud de los refuerzos, colocación de los muñones, forma del cascabel, lo que 
permite datarlos conun error no mayor de 5 años. Al mismo tiempo la fabricación en 
serie condujo a la normalización de tamaños y calibres.
Al llegar el siglo XVII la mayor parte del trabajo se había hecho, y el diseño de los 
cañones de hierro varió muy poco durante los doscientos años siguientes. 
Los cañones «sólo para la exportación»
A partir de 1570 se fundieron cañones con un diseño particular con cuatro anillos 
decorativos compuestos de astrágalos, escocias y filetes, que estaban destinados únicamente 
a la exportación, no está claro cual fue el propósito de que los cañones para la exportación 
tuvieran un diseño diferente, pero sabemos (Teesdale, 1991:100) que a finales del siglo XVI 
a los cañones para la exportación a Holanda se exigía que les añadiesen alguna moldura 
identificativa, que era diferente para cada fundidor y para cada lote, algo así como un 
código de barras, el cual tenía como objeto combatir la práctica de revender parte de 
esos cañones a España. Mientras no exista otra hipótesis más plausible, nos inclinamos a 
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Los cañones Tudor del fondeadero de Ifac. Cañones ingleses del siglo xvi en la costa de Alicante
creer que la razón de tan peculiar diseño con cuatro anillos decorativos no fue otra que 
la de controlar la exportación (fig. 2).
El diseño de los cañones para la exportación tiene menos marcado el final de los 
refuerzos, su forma es la de un tronco de cono, y en el lugar aproximado del final del 
primero y segundo refuerzos presentan la doble moldura decorativa. Este diseño se 
asocia en particular a las fundiciones de Sir Thomas Gresham y su sobrino político Sir 
Henry Neville.
Sea como fuere este peculiar diseño hizo fortuna, las fundiciones suecas, con la 
abundancia de materias primas y el trabajo esclavo de los prisioneros hechos en Europa 
central durante la guerra de 30 años, arruinaron a las fundiciones inglesas, y a partir de 
1620 inundaron el mercado de copias de aquellos cañones ingleses para la exportación 
con sus típicas dobles molduras, que se denominaron finbankers, probablemente por ser 
la fundición de Fingspan, la más antigua y conocida (Frantzen, 2001:11).
El diseño de las dobles molduras se popularizó, y durante el siglo XVII fue utilizado no 
solo por el resto de fundiciones suecas, sino por fundiciones holandesas, del Perigord, 
Nivernois, etc. (Boudriot, 1992: Planche n.º 2).
Figura 2. Modelos de cañones «sólo para la exportación». A) Sacre de la ciudad de Zwolle c. 1580. b) Sacre del Gran Grifón 
a.q. 1588. c) Sacre A91 del Museo de Artillería de Copenhague c. 1570-80. d) Minion cañón n.º 1 de Ifac. c. 1575. No a escala. 
(redibujado de Brinck –a-).
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Los cañones de Ifac
Los cuatro cañones de hierro del fondeadero de Ifac pertenecen al tipo de cañones ingleses 
«para la exportación», desde estas líneas queremos expresar nuestro reconocimiento a 
Mr. Charles Trollope, que respondió amablemente a nuestra solicitud de ayuda, y nos 
ayudó a identificar los cañones como genuinos cañones ingleses y no como copias 
suecas, como habíamos creído en un primer momento.
Los cañones tienen diferentes calibres, dos de ellos son prácticamente idénticos, tienen 
un calibre de 72 -73 mm y corresponden a lo que se conoce como falcon (fig. 3c).
Los otros dos cañones son de mayor calibre, 83 mm, (fig. 3a y 3b) y corresponden a 
lo que se conocía como minion, uno de ellos es el más largo de todos (fig. 3b), lo que 
correspondería a un diseño más antiguo, y su longitud desde la «faja alta» o parte más 
ancha hasta la boca supera los 8 pies, mientras que los otros tres miden 7 pies.
Los cañones tienen una circunferencia de 12 calibres a nivel del fogón, y no presentan 
ninguna marca del fundidor (Tabla 1).
Medidas en mm Cañón n.º 1 Cañón n.º 2 Cañón n.º 3 Cañón n.º 4
Longitud total 
con cascabel
2.420 2.805 2.400 2.395
Desde el fogón a la boca 2.125 2.505 2.130 2.135
Longitud 1.º refuerzo 0,25 0,24 0,25 0,25
Colocación muñones 
desde fogón
2/5 3/8 2/5 2/5
Calibre ánima 83 83 73 72
Longitud/calibres 25,60 30,18 29,18 29,65
Peso en kg 783 995 557 528
Peso en libras inglesas 1.726 2.194 1.228 1.164
Hundredweights 15,40 19,60 10,96 10,40
Cronología de los cañones de Ifac
Los cañones del modelo «para la exportación» comenzaron a fabricarse hacia 1570, el 
diseño alargado y peculiar del cascabel comenzó a acortarse después de 1580 y el primer 
refuerzo corto se mantuvo únicamente hasta la Gran Armada de 1588. Si añadimos a esto 
que Sir Thomas Gresham falleció en 1579 y que por las características de los cañones 
parecen proceder de su fundición, la fecha probable para la fabricación de estos cañones 
sería 1575 ± 5 años.
Tabla 1. Características de los cañones de Ifac (M. Salvador).
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Navegación y comercio en épocas medieval y moderna
Los cañones Tudor del fondeadero de Ifac. Cañones ingleses del siglo xvi en la costa de Alicante
Figura 3. Cañones del fondeadero de Ifac. A) cañón n.º 1, b) cañón n.º 2, c) cañones n.º 3 y 4 –solo se ha dibujado uno por 
ser idénticos– (A. Fernández).
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Los proyectiles de Ifac
Se recuperaron dos proyectiles semienterrados en el limo del fondo del puerto, no en el 
interior de los cañones, y ambos son del tipo conocido por los españoles como «balas 
empernadas» o también «balas de punta de diamante» y por los ingleses como crossbar 
shot o spanish shot.
El proyectil n.º 1 es de hierro fundido, de extremo a extremo de las puntas piramidales 
de sección romboidal mide 32 cm y 82 mm de calibre, esto es 3 ¼ pulgadas y pesa 4 
kilos. Conservaba en uno de sus extremos fuertemente concrecionados restos de lienzo 
y ligaduras (fig. 4a).
El proyectil n.º 2 es de hierro fundido, de extremo a extremo de puntas mide 41 cm y 
82 mm de calibre, esto es, también 3 ¼ pulgadas y pesa algo más de 4 kilos. Conservaba 
ambos extremos cubiertos también con lienzo y ligaduras bajo la concreción, lo que es 
muy poco frecuente en estos hallazgos (fig. 4b).
El diseño de estos proyectiles es típico de finales del siglo XVI, proyectiles casi idénticos 
y del mismo calibre que los hallados en el pecio de Alderney hundido en 1592. El objetivo 
de estos proyectiles eran las jarcias, arboladura y los hombres en la cubierta del barco 
enemigo. El hecho de que conserven los extremos cubiertos de lienzo y con ligaduras 
hace pensar en un posible empleo como proyectiles incendiarios.
Hay que añadir que estos proyectiles son demasiado gruesos para cualquiera de los 
cuatro cañones extraídos. Su calibre es de 3 ¼ de pulgada y corresponden a un cañón 
Figura 4. Proyectiles hallados en el fondeadero de Ifac, desde arriba a y b. Ambos son de 3 ¼ pulgadas de calibre 
–83 mm– (A. Fernández).
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Navegación y comercio en épocas medieval y moderna
Los cañones Tudor del fondeadero de Ifac. Cañones ingleses del siglo xvi en la costa de Alicante
de 3 ½ pulgadas de ánima, es decir, a un sacre o saker, ya que en esta época la holgura 
o «viento» entre el proyectil y el ánima de la pieza era de ¼ de pulgada. La conclusión 
es que entre los cañones restantes del fondeadero de Ifac tiene que haber uno o varios 
sacre de 3 ½ pulgadas de calibre. 
Conclusiones
El número de cañones ingleses de hierro fundidos en la segunda mitad del siglo XVI y 
que han llegado a nuestros días es muy pequeño, tanto de los modelos fundidos para 
los barcos ingleses, como de los modelos «para la exportación».
De los modelos «para la exportación» fundidos en la segunda mitad del siglo XVI 
conocemos únicamente:
– El sacre de Zwolle, que lleva la marca de Henry Neville, c. 1580 (fig. 2a).
– El sacre encontrado en el pecio del Gran Grifón, a. q. 1588, que Colin y Parker 
confunden con un cañón sueco (Colin/Parker, 2011:460-465) (fig. 2b).
– El sacre A91 del Museo deArtillería de Copenhague, que por sus características 
pudiera ser uno de los cañones del contrato de Gresham con los daneses, que 
fueron fundidos en el decenio 1570-80 (fig. 2c).
– Los cañones encontrados en el fondeadero de Ifac (fig. 2d, y fig. 3).
Se conservan otros cañones ingleses del modelo «para la exportación» pero ya fundidos 
en el siglo XVII (Trollope, 2002:60).
El comercio de los puertos de Alicante, Valencia, Vinaroz y Barcelona con Flandes y los 
puertos del Báltico en la segunda mitad del siglo XVI se veía amenazado por la actividad 
de los piratas berberiscos, por esta razón los mercantes del siglo XVI, eran hasta cierto 
punto, barcos de guerra, ningún mercader hubiera dejado zarpar su nave desarmada en 
tiempos de tantas hostilidades y piratería.
Los cañones del yacimiento del fondeadero de poniente de Ifac pertenecen 
probablemente a un barco mercante que a finales del siglo XVI buscó refugio de un 
temporal en esa rinconada y que terminó por naufragar.
Esperamos que futuras campañas de excavación puedan aportarnos más información 
acerca de la nave allí perdida.
Pueden encontrar fotografías de los cañones en el póster publicado en estas mismas 
Actas.
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Manuel Salvador Marín • Asunción Fernández Izquierdo • Marcos Roca
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