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BACTERIAS NOSOCOMIALES Lic. Angeline C. Tello S. ID 6-726-1261. Universidad Autónoma de Chiriquí Asesor Científico: Doctor Luis Ayarza Resumen Las bacterias adquiridas en hospitales, conocidas también como infecciones nosocomiales o infecciones hospitalarias, son infecciones que una persona contrae mientras recibe atención médica en un entorno hospitalario o atención médica. Estas infecciones pueden afectar a pacientes, visitantes o incluso al médico personal y pueden ser causadas por una variedad de microorganismos, incluyendo bacterias, virus, hongos y otros patógenos. Las bacterias adquiridas en hospitales pueden ser un problema grave de salud pública debido a su capacidad para ser resistentes a los antibióticos, lo que dificulta su tratamiento. Algunas de las bacterias más comunes que pueden causar infecciones nosocomiales incluyen: - Staphylococcus aureus resistente a la meticilina (SARM): También conocido como MRSA, es una bacteria resistente a varios antibióticos comunes. Palabras claves: nosocomiales, microorganismos, bacterias, virus, hongos y patógenos. Abstract Hospital-acquired bacteria, also known as nosocomial infections or hospital-acquired infections, are infections that a person contracts while receiving medical care in a hospital or healthcare setting. These infections can affect patients, visitors or even the personal doctor and can be caused by a variety of microorganisms, including bacteria, viruses, fungi and other pathogens. Hospital-acquired bacteria can be a serious public health problem due to their ability to be resistant to antibiotics, making them difficult to treat. Some of the most common bacteria that can cause nosocomial infections include: - Methicillin-resistant Staphylococcus aureus (MRSA): Also known as MRSA, it is a bacteria resistant to several common antibiotics. Keywords: nosocomial, microorganisms, bacteria, viruses, fungi and pathogens. Objetivos - Describir qué son las bacterias nosocomiales y cómo se transmiten. I. Introducción Las bacterias nosocomiales son una amenaza invisible en el ámbito hospitalario. Las bacterias nosocomiales, también conocidas como bacterias hospitalarias o bacterias adquiridas en el hospital, son microorganismos que representan una amenaza invisible pero significativa en el ámbito de la atención médica. Estas bacterias son responsables de una variedad de infecciones que afectan a pacientes hospitalizados, prolongando su estadía en el hospital, aumentando los costos médicos y, en casos graves, poniendo en peligro la vida de los pacientes. Las bacterias nosocomiales son cepas de bacterias que se desarrollan en el entorno hospitalario debido a la exposición constante a antibióticos, el contacto cercano entre pacientes y la posibilidad de que el personal de salud y los visitantes sean portadores de estas bacterias. Es una afección oportunista adquirida durante la estancia en un centro sanitario. Se denominan infecciones nosocomiales, según la OMS, aquellas infecciones asociadas a la atención médica (IAAS) que no estaban presentes en la admisión del paciente. Este contagio hospitalario que puede aparecer incluso tras dar el alta. Las enfermedades nosocomiales están relacionadas con la cirugía invasiva, los dispositivos médicos permanentes y protésicos de la asistencia sanitaria moderna. No solo aflige a pacientes, también se incluyen las infecciones ocupacionales que pueden afectar al personal. Las infecciones nosocomiales bacterianas son las más habituales, le siguen en frecuencia las fúngicas y, finalmente, las víricas. Las vías de infección más comunes son las vías urinarias a través de sondas, las pulmonares por uso de ventiladores mecánicos y en el quirófano por bacterias y hongos resistentes a los antibióticos y desinfectantes. Tipos de enfermedades nosocomiales y lugares más habituales de contagio Se pueden distinguir varios tipos de enfermedades nosocomiales, según la infección que se contraiga: - Endémicas: son las enfermedades más comunes que no están sujetas a un brote concreto. - Epidémicas: son aquellas que suceden durante brotes como la pandemia actual provocada por el Sars-CoV-2. En cuanto a las vías de infección más habituales mediante las cuales un paciente puede contraer dichas infecciones encontramos: - Las vías urinarias: infecciones urinarias asociadas al uso de sondas. - Vías pulmonares: la neumonía es la infección más usual y suele estar relacionada con el uso de ventiladores mecánicos. - Quirófanos: normalmente se asocia a bacterias u hongos presentes en el quirófano, resistentes a los productos de limpieza y antibióticos. Las características de las enfermedades nosocomiales varían según el tipo de IAAS, el patógeno implicado y la gravedad de la afección. Cuando hay vías y catéter, los síntomas pueden aparecer en el momento de la infección o 48 horas tras su extracción. La clasificación es amplia, pero teniendo en cuenta las infecciones que se producen con mayor frecuencia, según los CDC (Centros para Control y Prevención de Enfermedades) de Estados Unidos, específicamente se pueden distinguir los siguientes tipos de enfermedades nosocomiales: - Infecciones bacterianas: estas infecciones son provocadas por bacterias. Muchas de ellas liberan toxinas que pueden llegar a dañar tejidos enfermando a los pacientes. Las bacterias más comunes suelen ser: los estreptococos, los estafilococos o Escherichia coli, entre muchas otras. - Infecciones del torrente sanguíneo asociadas a vías centrales (CLABSI). En este caso, los síntomas más comunes son fiebre y escalofríos. - Infecciones del tracto urinario asociadas al catéter (CAUTI). Suelen desencadenar episodios de fiebre, sensibilidad aguda del ángulo suprapúbico y costovertebral, elevada hematuria, catéter obstruido, disuria y urgencia. - Infecciones asociadas a la asistencia sanitaria: este tipo de infecciones hace referencia a aquellos contagios asociados a la asistencia sanitaria, en concreto a las prácticas asistenciales practicadas. Se estima que cerca del 5% de los pacientes se ven afectados por este tipo de infección. Sus aspectos más relevantes son la elevada morbimortalidad, y el gran coste económico que suponen. Los principales tipos de infección están relacionados con procedimientos invasivos. Aquéllos más frecuentes son: la infección respiratoria, la quirúrgica, la urinaria y la bacteriemia de catéter vascular. - Infecciones por hongos: también se denominan infecciones fúngicas o micóticas. Este tipo de infecciones suelen presentarse en los pulmones o en la piel. Algunas de las enfermedades más comunes provocadas por hongos son: el pie de atleta, causado por el parásito Tinea pedis, o la candidiasis vaginal, causada por levadura Candida albicans y otras especies. - Infecciones del sitio quirúrgico (ISQ). En general, se observa inflamación (eritema), calor con dolor y separación de la incisión posquirúrgica. Los drenajes tras la operación pueden arrastrar material purulento. Las infecciones de órganos (y tejidos profundos) que ocupan espacio producen dolor en profundidad con hipertermia, escalofríos y leucocitosis. - Neumonía asociada al ventilador (NAV). Cursa al principio con fiebre, tos con esputo purulento y reducción de oxigenación arterial. - Infecciones gastrointestinales. Los síntomas pueden ser dolor abdominal, distensión, calambres, fiebre, náuseas, anorexia y deshidratación. Estos suelen aparecer cuando se han usado recientemente antibióticos. - Infecciones virales: estas infecciones son provocadas por microorganismos infecciosos, aún más pequeños que en los dos anteriores casos. Éstos no tienen la capacidad de reproducirse por sí solos, como sí ocurre con los hongos y bacterias, sino que requieren de una célula viva para poder expandirse. Algunas de las infecciones más habituales son: la varicela, causada por elvirus varicela zóster; el resfriado común, causado por rinovirus; las hepatitis virales como la hepatitis C o el sida, causado por el virus de la inmunodeficiencia humana. - Otras infecciones primarias del torrente sanguíneo o del tracto urinario no asociadas con el empleo de catéter. Las causas de una infección nosocomial suelen ser microorganismos (bacterias, virus, hongos o parásitos) de diferentes tipos, fácilmente contagiosos y en ocasiones con resistencia a los antibióticos habituales. Algunas de las bacterias con cepas resistentes que están implicadas en infecciones nosocomiales son: neumococos, enterococos, estafilococos, por ejemplo, estafilococo aureus meticilina resistente, escherichia coli, tuberculosis, klebsiella pneumoniae, pseudomonas aeruginosa, clostridium,legionella, etc. Generalmente, los microorganismos que causan la infección hospitalaria no causan infecciones en otras situaciones, ya que aprovechan el ambiente con pocas bacterias inofensivas y el debilitamiento del sistema inmune del paciente para instalarse. A pesar de esto, las bacterias hospitalarias suelen desarrollar infecciones graves y de difícil tratamiento, ya que son más resistentes a los antibióticos, por esto, generalmente es necesario utilizar fármacos más potentes para curar este tipo de infección. Cualquier procedimiento de diagnóstico o de tratamiento que implique una invasión del interior del organismo puede tener un riesgo de contaminación, por ejemplo, biopsias, endoscopias, catéteres, intubación y operación quirúrgica. El Rol del auxiliar en enfermería en la prevención de enfermedades nosocomiales. El personal de enfermería es un pilar fundamental en la aplicación de programas de control y prevención de infecciones en entornos sanitarios. De hecho, ¿sabes que el Día Internacional de la Enfermería corresponde a la fecha de nacimiento de Florence Nightingale? Esta culta y dedicada enfermera cambió los cuidados a los pacientes, y es que, sus observaciones durante la guerra de Crimea fueron decisivos en la prevención de las infecciones nosocomiales. Asimismo, Nightingale fue contemporánea de Ignaz Semmelweis (el médico que instauró el lavado de manos previo a la atención médica). Nightingale y Semmelweis fueron precursores de los programas de vigilancia epidemiológica. Según sus observaciones, el ambiente del herido favorecía las infecciones y, por ello, el personal de enfermería tenía la responsabilidad de generar un entorno adecuado. De esta manera, vigilando de forma continuada al paciente, su higiene, la luz ambiental y que tuviese una alimentación adecuada, se redujeron significativamente las muertes por contagio hospitalario. Este contagio hospitalario que puede aparecer incluso tras dar el alta. Las enfermedades nosocomiales están relacionadas con la cirugía invasiva, los dispositivos médicos permanentes y protésicos de la asistencia sanitaria moderna. No solo aflige a pacientes, también se incluyen las infecciones ocupacionales que pueden afectar al personal Estas cepas son a menudo resistentes a múltiples antibióticos, lo que hace que el tratamiento sea más complicado y, en algunos casos, ineficaz. Entre las bacterias nosocomiales más comunes se encuentran • Staphylococcus aureus resistente a la meticilina (SARM) • Enterococcus resistente a la vancomicina (ERV) • Clostridium difficile • Escherichia coli resistente a carbapenémicos (CRE). Varios factores contribuyen a la propagación de bacterias nosocomiales en los hospitales. Estos incluyen: - La falta de higiene adecuada de manos por parte del personal de salud. - La prescripción inapropiada de antibióticos. - La falta de limpieza y desinfección adecuadas en las instalaciones y la sobrepoblación de pacientes. - Los procedimientos invasivos, como catéteres urinarios y respiradores - Aumentan el riesgo de infecciones. Pasos a seguir para prevenir las infecciones nosocomiales: - Lavado de manos. - Utilización de guantes y asepsia. - Implantación de estrategias de aislamiento. - Esterilización, desinfección y lavado de ropa. - Protección de pacientes mediante el uso de antimicrobianos profilácticos, nutrición y vacunación. - Monitoreo de infecciones y control de brotes. - Prevención de la infección de los miembros del personal. - Buena higiene personal. - Utilización de ropa protectora por parte del personal, como batas, zapatos, mascarillas, guantes y gorros especiales. La prevención de las enfermedades nosocomiales, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), requiere de un programa integrado y vigilado que incluya: - Limitación de transmisión de microorganismos entre pacientes mediante prácticas apropiadas de lavado de manos, uso de guantes y asepsia, estrategias de aislamiento, esterilización, desinfección y lavado de ropa - Protección de pacientes mediante el uso de antimicrobianos profilácticos, nutrición y vacunación - Monitoreo de infecciones y control de brotes - Prevenir la infección de los miembros del personal - Mejora de prácticas de atención a pacientes seguidas por el personal y educación del tema - Para reducir la transmisión entre personas, la OMS, recomienda tener una buena higiene personal. La utilización de ropa protectora por parte del personal, como lo son las batas, zapatos, guantes y gorros especiales, son necesarios y requeridos para asegurar la higiene y reducir los vectores de transmisión. Las prácticas de inyecciones inocuas también evitan la transmisión de entre pacientes mediante el uso de equipo estéril, desechable y seguimiento de prácticas adecuadas del manejo de objetos punzocortantes. La mejor práctica para evitar la transmisión de infecciones dentro y fuera de un hospital es la descontaminación de manos. Ha sido probado en numerosos estudios el impacto que tiene la higiene de manos para evitar el contagio. Sin embargo, la práctica del lavado de manos suele ser subóptima. Esto puede ser por una alta proporción de trabajador de salud a paciente, alergia a productos de lavado de manos, falta de equipo para el lavado de mano, y falta de conocimiento del personal sobre los riesgos. Síntomas de la infección nosocomial Los síntomas de una infección nosocomial son los propios del agente infeccioso que la provoca y del órgano o sistema que sufre la infección. Los síntomas pueden incluir dolor de garganta, fiebre, inflamación de los nódulos linfáticos en el cuello, dolor pélvico, necesidad urgente de orinar, dolor al orinar, sangre en la orina, la piel afectada tiene una apariencia hinchada y rojiza, y puede estar caliente y sensible, diarrea, calambres, náuseas, vómitos, febrícula, tos con flema o pus, fiebre, escalofríos o dificultad para respirar. El diagnóstico de una infección nosocomial no siempre es sencillo. Se basa en la demostración del agente infeccioso mediante cultivo de muestras de sangre, secreciones o tejidos, mediante análisis serológico (búsqueda de anticuerpos) o técnicas de laboratorio como reacción en cadena de la polimerasa y otras. Si se trata de una bacteria, en las pruebas complementarias se realiza un antibiograma, que permite saber a qué antibióticos tiene resistencia y a cuál es sensible. Factores de riesgo de infecciones nosocomiales: Cualquier persona puede desarrollar una infección nosocomial, sin embargo, tienen mayor riesgo aquellas que tienen el sistema inmunitario más débil como: - Ancianos - Recién nacidos - Personas con la inmunidad comprometida por enfermedad como VIH/SIDA - Post-trasplantados o que usen medicamentos inmunosupresores. - Diabetes Mellitus mal controlada. - Personas encamadas o con alteración de la conciencia, ya que presentan mayor riesgo de broncoaspiración. - Enfermedades vasculares con el compromiso de la circulación, ya que dificulta la oxigenación y cicatrización de los tejidos. - Realización de cirugías.- Asimismo, mientras más sea el tiempo de hospitalización mayor es el riesgo de adquirir una infección nosocomial, ya que hay mayor exposición a los microorganismos responsables. Las complicaciones de la infección nosocomial pueden incluir: - Convulsiones - Perdida de conocimiento - Inflamación de las extremidades - Dificultad para respirar - Fiebre o temperatura corporal baja - Latido cardíaco acelerado o irregular - Orinar poco o nada en absoluto La transmisión de bacterias nosocomiales ocurre principalmente a través del contacto directo de persona a persona o del contacto con superficies contaminadas. Las personas más vulnerables a estas infecciones incluyen a los pacientes con sistemas inmunológicos debilitados, como los ancianos, los recién nacidos prematuros y aquellos con enfermedades crónicas. Impacto en la atención médica Las infecciones nosocomiales pueden tener un impacto devastador en la atención médica y en la vida de los pacientes. Pueden causar complicaciones graves, como neumonía, infecciones del torrente sanguíneo, infecciones del tracto urinario y heridas quirúrgicas infectadas. Los pacientes afectados por estas infecciones a menudo requieren tratamientos prolongados, lo que aumenta la carga financiera y emocional tanto para ellos como para sus familias. Además, las bacterias nosocomiales también contribuyen a la resistencia a los antibióticos, uno de los problemas de salud pública más apremiantes en todo el mundo. La exposición continua a antibióticos en un entorno hospitalario crea una selección natural que favorece el crecimiento de cepas bacterianas resistentes, lo que limita las opciones de tratamiento y aumenta la mortalidad. Para el tratamiento de estas infecciones debe emplearse un agente antimicrobiano adecuado al tipo de infección que presente el paciente. Sin embargo, según el tipo de infección que presente, en ocasiones es necesario llevar a cabo un tratamiento preventivo a los posibles contactos. Además de ello, se debe implementar también un tratamiento de soporte correcto que garantice el buen funcionamiento del órgano o sistema afectado. En conclusión, las infecciones nosocomiales son una realidad bastante común en el proceso asistencial. Por ello, es necesario implementar todas aquellas medidas necesarias que eviten este tipo de contagios, y permitan actuar con la mayor diligencia posible respondiendo de la mejor manera a la infección. No actuar correctamente puede acarrear graves problemas, tanto para el paciente como para el profesional sanitario, quien deberá hacer frente a grandes reclamaciones judiciales. II. Etiología Los patógenos responsables de las infecciones nosocomiales son bacterias, hongos y virus que han creado multirresistencia. El contagio es infrecuente por contacto con pacientes infectados. Está más relacionado con los procedimientos invasivos del sistema sanitario, por contaminación del instrumental médico o ambiental. Si bien es cierto que el material puede estar desinfectado, los gérmenes son multirresistentes. Por tanto, estos patógenos resistentes pueden transmitirse por una inadecuada formación del personal sanitario sobre seguridad, medidas de protección y correcto manejo del material. Es importante que el personal de enfermería vigile especialmente a los pacientes ancianos e inmunocomprometidos. Así, pueden sospechar que se enfrentan a síntomas de infecciones nosocomiales al observar señales de taquicardia, extremo cansancio, trastorno mental, adormecimiento letárgico, hipotensión y disfunción respiratoria. Más que tratamiento de estas enfermedades se debe pensar en la prevención de las mismas. La piedra angular de los programas de control de infección es la vigilancia epidemiológica, es decir, la recolección de datos para elaborar paquetes de medidas de acción. En el pasado, se llevaba a cabo una vigilancia global, pero hoy el enfoque es preventivo teniendo en cuenta los indicadores de infección. A continuación, podemos distinguir entre tres tipos de causas que pueden desencadenar las enfermedades nosocomiales: de origen bacteriano, fúngico o vírico. - Causas de las infecciones bacterianas Seguro que has oído hablar de la resistencia a antibióticos. Las bacterias implicadas son la causa más frecuente de IAAS, con una elevada mortandad. Destacan algunas especies pertenecientes al género Staphylococcus, Enterobacteriaceae, Acinetobacter y Pseudomonas. - Causas de las infecciones fúngicas Los factores de riesgo para una infección fúngica suelen tener relación con el uso de dispositivos como vías centrales y catéteres urinarios. Destacan los contagios hospitalarios por hongos del género Cándida (cuarto patógeno más frecuente en todas las clases de infecciones nosocomiales) y Aspergillus. - Causas de las infecciones víricas Las infecciones víricas son las menos frecuentes. La hepatitis B, hepatitis C y el VIH se han contagiado por maniobras imprudentes con agujas. Otras causas de infección hospitalaria vírica se deben a influenza, rinovirus, citomegalovirus, rotavirus y virus del herpes simple. Las bacterias más peligrosas para el ser humano son: Salmonella, Helicobacter pylori y Streptococcus pneumoniae, entre otras. Tienen prioridad crítica las que resisten un tipo de antibiótico de amplio espectro usado en hospitales por vía intravenosa para atajar infecciones graves. Y entre las de prioridad alta se encuentran bacterias cada vez más resistentes y responsables de enfermedades muy conocidas como la gonorrea, la úlcera estomacal y algunos tipos de neumonía. La infección hospitalaria se define como cualquier infección adquirida durante el tiempo en que el individuo está hospitalizado, pudiendo manifestarse mientras está internado o después de haber sido dado de alta. La neumonía nosocomial es la adquirida en el hospital y suele ser grave. Es más común en las personas que están hospitalizadas o que tienen dificultades para deglutir, por el riesgo de aspiración de alimentos o de la saliva. Las bacterias más comunes en este tipo de neumonía son: Klebsiella, Enterobacter, Pseudomonas, Acinetobacter, Staphylococcus aureus, Legionella, Mycoplasma, además de algunos tipos de virus. Sus principales síntomas son dolor en el tórax, tos con secreción amarillenta o sanguinolenta, fiebre, cansancio, falta de apetito y falta de aire. III. Caso Clínico Se trata de un lactante de 1 año y 8 meses, de alto riesgo social (bajo el cuidado del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, (ICBF)), ingresa en compañía de madre sustituta al servicio de Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos (UCIP) con una historia clínica de aproximadamente 30 días de evolución caracterizada por tos seca, cianosante y emetizante, con riesgo de falla ventilatoria y descompensación hemodinámica. Paciente con antecedente de cardiopatía compleja congénita (atresia pulmonar con septum intacto, ventrículo derecho hipoplásico tripartido con hipertrofia de porción trabecular, anillo pulmonar rama pulmonar hipoplasia, anillo tricúspideo hipoplásico, foramen oval permeable). Resto de antecedentes pre, peri y post natales desconocidos, y sin historial alérgico de importancia. Fue valorado en la institución remisora por el servicio de cardiología, quien realiza ecocardiograma que evidencia hipoplasia del ventrículo derecho con dilatación leve del ventrículo izquierdo con buena contractibilidad del mismo, atresia pulmonar septum intacto con dos sinusoides que están en el septum interventricular medial apical, ductus arterioso restrictivo FOP con shunt de derecha a izquierda. Se le realiza cateterismo y considera paciente candidato a procedimiento quirúrgico, cirugía de Bypass coronario de ventrículo derecho. Al examen físico se encuentra paciente en muy regulares condiciones con pericardio hiperdinámico a la auscultación cardiaca, soplo sistólico en focopulmonar y tricúspideo con ingurgitación yugular, pulmones con roncus bilaterales y estertores bibasales a nivel abdominal. Con abdomen blando depresible con hepatomegalia de 2 cm por debajo del reborde costal. Resto de examen físico dentro de límites aceptables. Es ingresado a UCIP, y se inicia monitorización continua, líquidos endovenosos con una tasa hídrica a 20cc/hr, protector gástrico con inhibidores de bomba de protones y balance hídrico. A su ingreso el paciente es valorado por el servicio de cardiología pediátrica quien realiza manejo para falla cardiaca con estancia hospitalaria aproximada de 5 días, con reporte de hemocultivos solicitados a su ingreso sin crecimiento bacteriano por lo cual es egresado de la institución con orden para realización de cirugía tipo Glenn bidireccional. Metodología Tratar a un paciente con una posible infección bacteriana requiere de un enfoque sistemático y basado en la evidencia. Los profesionales de la salud suelen seguir los siguientes pasos: - Historia clínica y evaluación inicial: Obtener una historia médica completa, incluyendo antecedentes de enfermedades crónicas, medicamentos actuales, alergias y comportamientos de riesgo. Identificar síntomas específicos de la infección bacteriana, como fiebre, dolor, enrojecimiento, hinchazón y supuración. - Examen físico: Realizar un examen físico completo, prestando especial atención a las áreas de preocupación y buscando signos específicos de infección bacteriana. - Pruebas diagnósticas: Realizar pruebas de laboratorio, como análisis de sangre, cultivos y pruebas de sensibilidad para identificar la presencia de bacterias y determinar qué antibióticos pueden ser efectivos. Se pueden realizar pruebas de imagen, como radiografías o tomografías, para evaluar la extensión de la infección. - Cultivo y sensibilidad: Obtener cultivos de muestras relevantes (sangre, orina, líquido cefalorraquídeo, etc.) para identificar la bacteria específica y su sensibilidad a los antibióticos. - Iniciar tratamiento empírico: Basado en la presentación clínica y los resultados iniciales, se puede comenzar un tratamiento empírico con antibióticos de amplio espectro mientras se esperan los resultados de los cultivos. Ajustar el tratamiento según sea necesario una vez que se disponga de información adicional. - Manejo de síntomas: Tratar los síntomas específicos del paciente, como el dolor y la fiebre, para mejorar el bienestar general. - Monitorización: Supervisar de cerca la respuesta del paciente al tratamiento y ajustar según sea necesario. Realizar pruebas de seguimiento para evaluar la efectividad del tratamiento. - Optimización del tratamiento: Ajustar el tratamiento según los resultados de los cultivos y las pruebas de sensibilidad para garantizar que se utilicen los antibióticos más efectivos. - Educación del paciente: Proporcionar información al paciente sobre la naturaleza de la infección, el tratamiento, la importancia de completar el curso de antibióticos y cuándo buscar atención médica adicional. - Prevención de resistencia antibiótica: Utilizar antibióticos de manera responsable para prevenir el desarrollo de resistencia bacteriana. Revisar y ajustar el tratamiento según sea necesario para minimizar la duración del uso de antibióticos. Es fundamental destacar que este proceso debe ser llevado a cabo por profesionales de la salud cualificados. El tratamiento de infecciones bacterianas puede variar según el tipo de bacteria, la gravedad de la infección y otros factores individuales del paciente. Además, la resistencia antibiótica es una preocupación importante, y el uso excesivo o inadecuado de antibióticos debe evitarse. Resultados Paciente ingresa programado para realización de cirugía tipo Glenn bidireccional por parte del servicio de cirugía cardiovascular y posteriormente es hospitalizado en el servicio de UCI pediátrica para cuidados post-operatorios y seguimiento por cardiología pediátrica, a su ingreso a la unidad paciente se encuentra con oxígeno por sistema de alto flujo, no invasivo, líquidos dextrosados, soportado con Milrinone a dosis de 0,3MCG/kg/min, Nitroprusiato de sodio 3mcg/Kg/min, monitorización por línea arterial, con catéter venoso central con PCV, tubo de mediastino a VAC y sonda vesical a cistoflo, se solicitan paraclínicos control (ver tabla 1) que evidencian trastorno hidroelectrolítico tipo hiperfosfatemia, GOT ligeramente aumentada y tiempos ligeramente prolongados, se solicita ecocardiograma control y seguimiento de gases arteriales. En su día 4 de estancia en UCIP paciente multisoportado, con deterioro progresivo de su patrón respiratorio asociado a radiografía de tórax control que evidenciaba imagen sugestiva de consolidación en base pulmonar derecha por lo que se amplía la cobertura antibiótica para un cumplimiento de 10 días con Cefepime y 8 días de tratamiento con Vancomicina. Día 14 de estancia hospitalaria, posterior a finalización de tratamiento antibiótico, paciente realiza pico febril cuantificado en 39ºC, por lo que se inicia manejo con Meropenem y se comenta caso con infectología pediátrica quien solicita pancultivos y paraclínicos control. El día 15 paciente se encontraba en buen estado general, sin deterioro de patrón respiratorio, se recibe reporte verbal de hemocultivos con crecimiento de levaduras, reporte de hemograma sin cambios significativos, en conjunto con infectología pediátrica se decide iniciar manejo con fluconazol dado hallazgos de hemocultivo con orden de realización de hemocultivo control al finalizar tratamiento. En su día 17 de estancia en la institución, paciente con persistencia de picos febriles cuantificados en 38,5ºC a pesar de tratamiento con antimicótico con fluconazol; sin deterioro de patrón respiratorio. Es valorado en conjunto con infectología pediátrica, se recibe reporte oficial de hemocultivo con aislamiento de Cándida haemulonii como germen responsable, con antifungigrama que evidenciaba resistencia natural a anfotericina y sensibilidad a equino andinas y azoles. (ver antifungigrama de la Tabla 3). Además se recibe reporte de cultivo de catéter central positivo a las 16 horas de incubación con crecimiento de levaduras; por lo que se decide dada la persistencia de signos de respuesta inflamatoria sistémica asociado a reporte de paraclínicos, rotar terapia antimicótica a caspofungina (CASP) con dosis de carga de 70 mg por m2, y dosis de mantenimiento de 30 mg por m2 durante 24 horas, posteriormente dosis de 25 mg IV por día. Finalmente el día 28 de estancia hospitalaria y día 11 de manejo con CASP se toma control de retro cultivo y hemocultivo cuyo reporte de laboratorio es negativo a los 72 horas de incubación por lo cual se continuó manejo con CASP hasta completar 28 días según protocolo recomendado por guía IDSA (Infectious Diseases Society of América) y es dado de alta con cultivos negativos a los 5 días de incubación. Discusión Las infecciones nosocomiales son aquellas contraídas en hospitales por pacientes que han sido internados por un motivo diferente de esa infección, y son una carga pesada tanto para el paciente como para el sistema de salud pública ya que están entre las principales causas de defunción y de aumento de la morbilidad en pacientes hospitalizados. Estas infecciones pueden ser causadas por hongos y otros parásitos oportunistas que infectan a pacientes durante tratamientos prolongados con antibióticos e inmunodeficiencias graves, siendo las Cándida spp, algunos de los principales microorganismos causales de micosis oportunistas en el medio intrahospitalario. Las especies del género Cándida, son hongos unicelulares endógenos que reciben el nombre de levaduras. Producen la llamada candidiasis, candidiosis o candidemias, la cual es una micosis que puede localizarse en diferentes partes delcuerpo como boca, faringe, esófago, piel, piel cabelluda, vagina, dedos de las manos, uñas, bronquios, pulmones, riñones, vejiga, tubo gastrointestinal o bien cursar con formas generalizadas como en el caso de septicemias, presentando diversos cuadros clínicos, cada uno de ellos asociado directamente al estado inmunológico del hospedero. Entre el amplio rango de las manifestaciones clínicas de las candidiasis se encuentran la fiebre o hipotermia, inestabilidad hemodinámica, trombocitopenia, dolor abdominal algunas veces acompañado de síntomas gastrointestinales, glositis romboide, hiperplasia o leucoplaquia, atrófica eritematosa o estomatitis hipertrófica, onicomicosis, balanitis, vulvovaginitis, entre otros. Las candidemias aumentan el riesgo de muerte, prolongan la estancia hospitalaria y aumentan los costos, generando un problema importante de salud pública. Aunque globalmente Cándida albicans sigue siendo la especie más importante de este género, se ha observado un aumento de especies de Cándida no albicans, como es el caso de Cándida haemulonii. Desde su descubrimiento en 1984, se han reportado varias infecciones por esta especie que van desde superficiales a profundas. El mayor inconveniente que se presenta con C. haemulonii es su resistencia múltiple a fármacos que dificultan los tratamientos en los pacientes que contraen la infecció. Otra característica importante de C. haemulonii es que es una especie considerada como un complejo de 2 especies y 1 variedad: C. haemulonii, C. duobushaemulonii y C. haemulonii var. vulnera. No obstante, aunque se ha encontrado una relación entre pacientes con diabetes mellitus y C. duobushaemulonii, se ha documentado que no hay una diferenciación entre las infecciones por las especies del complejo y las manifestaciones clínicas asociadas a la infección. Debido a que C. haemulonii se informa cada vez más en los centros sanitarios de todo el mundo, esta especie ha ido ganando interés entre la comunidad científica y las entidades de salud pública. Aunque la prevalencia de las especies poco frecuentes de Cándida varía geográficamente, las infecciones por C. haemulonii se registran principalmente en América del Sur, Asia, Oriente Medio y Europa. En Colombia, se conoce poco sobre infecciones por C. haemulonii y es escasa la literatura que reporte la especie, entre la que se encuentra un estudio realizado en la costa caribe, en la cual se evaluó a 100 pacientes en UCI con diagnóstico de sepsis, y detectó que C. albicans y C. haemulonii fueron las únicas especies de hongos reportadas (para ambas, 2,4 % de las infecciones). Por lo que la prevalencia de hongos en las muestras sólo fue del 4 % En los últimos años, entre el 70 al 90 % de las infecciones fúngicas invasivas son causadas por las especies de Cándida, convirtiéndose así en microorganismos emergentes hospitalarios. En el presente caso, se reporta la presencia de C. haemulonii en un paciente del servicio de pediatría que se encontraba en periodo de recuperación en la UCIP después de una cirugía cardiaca en un hospital de tercer nivel de la ciudad de Barranquilla, Colombia. La infección por C. haemulonii en el paciente pudo haber sido adquirida ya sea por el tratamiento con antibióticos, su larga estancia en la UCIP antes y después de la cirugía cardiaca y/o a la instalación de artefactos que permitieran el contacto de la sangre con el medio externo, como es el caso del catéter venoso central (CVC). Se ha encontrado que para los pacientes con infecciones de especies Cándida no albicans, la quimioterapia, cirugías, tratamiento con antibióticos (aminopenicilinas, carbapenems y glucopéptidos), tumores sólidos, malignidad hematológica, neutropenia, diabetes mellitus y falla renal crónica son algunos de los factores de riesgo para contraer estas infecciones intrahospitalarias. Mientras que una estancia mayor de 5 días en UCI, nutrición parenteral, colocación de ventilación mecánica, CVC y uretral son factores de riesgo relacionados con el hospital. Y en el caso particular de C. haemulonii los aislamientos clínicos en hemocultivos han sido relacionadas con CVC, neonatos prematuros que reciben nutrición parenteral y pacientes adultos con osteomielitis. A pesar de que el paciente no presentó ningún síntoma evidente debido a la infección nicótica excepto por dos episodios breves de fiebre, C. haemulonii puede ocasionar peritonitis, onicosis, úlceras en pies o piernas y candidemias , incluso llevar a la muerte cuando los tratamientos antifúngico no son satisfactorios. Para la identificación de C. haemulonii en los retrocultivos se utilizó el método molecular de la reacción en cadena de la polimerasa (PCR). Lo anterior se debe tener en cuenta al momento de diagnosticar especies de Cándida puesto que muchas de ellas presentan mimetismos entre sí. C. haemulonii por ejemplo, es fenotípicamente similar a Cándida auris, la cual es una especie de levadura emergente reportada por primera vez recientemente y presenta una multirresistencia a los tratamientos antifúngico asociándose a una alta mortalidad en aproximadamente 11 países, incluyendo Colombia y Venezuela. En los laboratorios que utilizan sistemas comerciales de identificación como Vitek 2 y API20C-AUX (15), y que exhiben un perfil de susceptibilidad único para la identificación de Cándida pueden por lo tanto reconocer erróneamente a C. auris como C. haemulonii y viceversa. Conllevando a tratamientos errados y con consecuencias irreversibles. Por lo tanto, es importante la identificación precisa de Cándida porque las estrategias de tratamiento a menudo están dirigidas por la caracterización de las especies. Aunque la ANF-B es usado como tratamiento inicial contra las Cándida spp. en niños, y el fluconazole en los adultos, la medicación utilizada en el lactante del presente caso clínico fue con CASP ya que la cepa de C. haemulonii aislada del retro-cultivo presentó resistencia a la ANF-B (MCI= 4 µg/mL), baja sensibilidad a FLU (MCI= 8 µg/mL) y alta sensibilidad a CASP, MFG y VOR (≤0,25, 0,12 y ≤0,12 µg/mL respectivamente). En estudios previos, se ha evidenciado la variabilidad en la resistencia de C. haemulonii a diferentes antifúngico. En el caso de la ANF-B, los aislados de C. haemulonii exhiben un patrón de resistencia que va desde MCI de 0,12 a 4 µg/mL (15); y en algunos casos hasta 32 µg/mL(16). Para FLU, se han reportado en distintas partes del mundo como Brasil, Israel, India, Corea y España valores elevados de MCI con rangos de 2 a 128 µg/mL (7,9,10,16,18). Mientras que en estudios previos como en lo reportado en este caso, CASP, MFG y VOR, presentan valores de MCI bajos (7,9,10,16,18). En Colombia, el patrón de resistencia a la ANF-B (MCI= 2), el MCI alto para FLU (8 µg/mL) y la sensibilidad a CASP y MFG, también ha sido reportada con anterioridad en un paciente de 60 años masculino con peritonitis causada por C. haemulonii y asociada a diálisis peritoneal. En adición, teniendo en cuenta la resistencia de natural de C. haemulonii a ANF- B y al FLU, el tratamiento con CASP contra candidiasis invasoras, es al menos tan eficaz como el tratamiento con ANF- B, siendo incluso menor el riesgo de efectos secundarios asociados a la administración del fármaco Conclusión Se concluye que C. haemulonii es una especie de Cándida no albicans, que se está reportado con mayor frecuencia en los últimos años a nivel mundial. Sin embargo, son escasos los registros de ésta especie en Colombia. Por otra parte, el uso de catéteres y dispositivos usados en los pacientes podrían estar diseminando a C. haemulonii a los pacientes que residen en la UCIP. Y tales infecciones en lactantes, pueden mostrar ausencia de síntomas clínicos evidentes. Los valores de los MCI de los antifúngico aquí expuestos, coinciden con los patrones de resistencia y susceptibilidadreportados en otros países, incluyendo Colombia. Y por último, el tratamiento con el antifúngico CASP usado en el menor, fue exitoso. Las especies de Cándida, son los principales microorganismos causales de micosis oportunistas en el medio intrahospitalario. C. haemulonii es una especie de Cándida no albicans, que se informa cada vez más en los centros sanitarios de todo el mundo, ganando así el interés de las entidades de salud pública Los reportes de C. haemulonii son escasos en Colombia. Mientras que el uso de catéteres y dispositivos usados en los pacientes podrían estar diseminando a C. haemulonii a los pacientes que residen en las UCIP. Se concluye que el tratamiento con el antifúngico (caspofungina) usado en el menor, fue exitoso. Referencias Bibliográficas - Bolyard EA, Tablan OC, Williams WW, Pearson ML, Craig NS, Deitchman SD, et al. Guideline for infection control in health care personnel. Am J Infect Control. 1998;26:289–354. - Organización Mundial de la Salud. Prevención de las infecciones nosocomiales. Guía prática..2002;2:70 - Izquierdo G, Santolaya ME. Candidiasis invasoras en recién nacidos: diagnóstico, tratamiento y prevención. Rev Chilena Infectol. 2014;31(1):73–83. doi: 10.4067/S0716- 10182014000100011. - Tsuji OV, Rivera TC. Artículo de revisión: Candidemia. Acta pediatr Mex. 2006;27(1):30–5. Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=423640986006. - Laura Rosio Castañón Olivares. Candidiasis. 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